Me sorprendió que
me gustó. Esperaba de esta serie portuguesa una apología del castrismo insertada
en un relato basado en hechos reales. En cambio me ofreció una fábula moral
sobre esas niñas bien que quieren meterse en revoluciones.
La Hija
Rebelde
Ana María Da
Silva Pais mejor conocida como “Annie” ha pasado a la historia como la
traductora de Fidel Castro, como una burguesita portuguesa que lo abandonó todo
para unirse a la Revolución Cubana donde tuvo tratos con altos funcionarios del
régimen, y amores incluyendo el propio Che Guevara. Lo extraordinario es que
Annie provenía de una importante familia lisboeta, muy cercana al Estado Novo.
Su padre, el
mayor Da Silva Pais había sido nombrado
por Oliveira Salazar director de la PVDE para reprimir a los disidentes
portugueses. La ironía es que su hija no solo colaboró con el gobierno cubano
sino también con el gobierno de izquierdas que, tras la Revolución de los
Claveles, reemplazó a Oliveira Salazar. Tanta sorpresa provocaba el
comportamiento de Annie que dos autores (Jose Pedro Castanheira y Valdemar
Cruz) investigaron su vida y publicaron sus hallazgos en La Filha Rebelde,
que es la base para esta miniserie.
La serie está
contada en varios tiempos, y en dos países: Portugal y Cuba. Son tres
perspectivas diferente, el narrador omnipresente acompaña principalmente a
Annie en todas sus aventuras. Aunque la conocemos en 1957, ganando el concurso
de Miss Piscina, tenemos saltos de tiempo a su infancia. La segunda perspectiva
es la de Nita, madre de la protagonista que en 1991 recibe una llamada de su
hija desde La Habana suplicándole que vaya a verla. La anciana Nita se encarama
en un avión y ahí revisa un viejo álbum familiar, lo que la hace recordar la
vida de su hija.
La tercera
perspectiva, incluso con voz narradora, es la más trágica. Corresponde a
Raymond Quendoz, el diplomático francés que se casó con Ana María (él le puso “Annie”)
en 1960. La serie inicia en 1965 en el puerto
de La Habana, cuando Quendoz, encargado de la Legación Suiza de decodificar
mensajes, espera a su esposa que viene de México.
Quendoz lleva en
la mano un bouquet de rosas para celebrar su quinto aniversario de
bodas. Se le acerca un individuo vestido con el uniforme del ejercito castrista.
Es el comandante Vallejo, médico personal de Fidel Castro. Cuando se entera de
la razón por la cual el diplomático está en el aeropuerto dice, un poco
deslenguadamente, que la mitad de los habaneros quisieran estar en el lugar de
Quendoz. Ni tanto. Al final de ese primer episodio vemos que Annie ha dejado
plantado a su marido, no está en el avión y nadie sabe dónde se encuentra.
De ahí saltamos
al presente y al pasado. Para los
efectos de esta reseña, voy a ordenar las escenas de manera cronológica, iniciando
con la coronación de Annie como Miss Piscina en 1957 cuando tenía 22 años. Ya
en su discurso, la reina de belleza demuestra rebeldía. Con mucho retintín ,recalca
que solo quiere casarse, tener hijos y cocinarle al marido. Vemos enojo en la
cara de su madre ya que sabe que Annie quiere exactamente lo contrario.
En el auto, Annie
dice despreciar esos concursos y haber entrado obligada por su madre que se empeña
en convertirla en una damita tradicional. Esa es Annie, una chica de familia
que se rebela ante los convencionalismos de su clase y de su religión.
Hay también flashbacks
(la serie es una elipsis total) a Annie niña y uno en particular pretende
explicar su rebeldía. Antes de una apendectomía, Annie suplica a su madre que
la acompañe al quirófano y sostenga su manito. Por razones inexplicables, Nita
se niega. También vemos que el mayor Silva Pais adora a su hija y es muy cariñoso
con ella, algo sorprendente en un militar recio que en algún momento, estará a cargo
de la PVDE, el aparato represor del Estado Novo.
¿Sufría Annie del Complejo de Electra?
Lo cierto es que
la rebelde Annie es mimadisima por el padre. La serie también parece insinuar
que Nita siente celos de su hija. Sin embargo, cuando la moribunda Annie llama a
su madre, suplicándole que venga La Habana a verla, la anciana no duda en
partir a un país comunista.
Sin haber leído
el libro, pero por lo que la serie muestra, he llegado a deducir que Annie
sufría de Complejo de Electra. De ahí su pasión por hombres maduros; su
necesidad de ser diferente a su madre y de rebelarse ante lo que Nita
representa. Increíblemente esa rebeldía y resentimiento la empujaron hacia un
país y una ideología que nunca llegó a entender.
Ayuda a hacer de
Annie un personaje incomprensible el que no sea querible. Es egoísta,
irresponsable y superficial. Es también un personaje muy contradictorio. Será
rebelde, pero también es consumista y todo lo adquiere con dinero del padre y más
tarde del marido. Grita a los cuatro vientos que es libre y nadie puede
controlarla, pero no intenta vivir sola ni estudiar ni tiene metas.
Su rebeldía
consiste en trabajar en una librería que publica libros franceses. Eso permite a
Annie intercambiar ideas con un grupo de jóvenes intelectuales sobre política y
filosofía existencialista. De ahí saca ideas utópicas sobre la libertad y los
derechos de la mujer. Sin embargo no es Simone de Beauvoir el ídolo de la ex
reina de belleza sino Brigitte Bardot.
Es una amiga del
grupo de intelectuales la que presenta a Annie con Raymond Quendoz, recién
agregado a la embajada suiza en Lisboa. Tres meses más tarde, Annie y su diplomático
se casan. La familia de Annie está contenta, cree que la chica sentará cabeza ya
que Raymond es un hombre respetable, de buen pasar económico y mayor que su
esposa.
Raymond espera lo
mismo, pero pronto descubre que se ha casado con una mujer a la que no puede
controlar, que se escapa a París sola y
que vuelve cargada de compras incluyendo un bikini. Annie también se
desilusiona de su marido que es un burgués que le niega su libertad.
En Cuba le dirá a
una amiga de la pareja que Raymond no la ve como persona y la amiga, por leal
que sea, le tiene que decir que el esposo de Annie la adora, todos lo ven y
notan. Tal vez fuese el modo de Annie de excusar el daño emocional que le hizo a Quendoz
y como arruinó su carrera.
Annie se
Enamora de La Revolución
Ingenuamente, la
pareja cree que el traslado a Cuba será un nuevo comienzo, un dejar atrás sus desavenencias. Al menos allá Raymond tiene mucho trabajo
puesto que la embajada suiza ahora representa a los americanos y sus intereses
en la isla. En cuanto a la alocada Annie, todo le parece maravilloso en La
Habana y cree que es resultado de la Revolución Castrista.
Se vale explicar
un poco como eran las cosas en los primeros años del gobierno de Fidel Castro.
El gobierno de Fulgencio Batista era tan corrupto y represor que mucha gente
que no era de izquierda (incluso el clero) apoyó la revolución. Una vez que
Fidel tomase el poder, se quedaron esperando que llamase a elecciones y que Cuba
fuese por fin una democracia. Fidel anduvo tonteando varios años postergando el
regreso a esa democracia con un eslogan que rezaba “revolución antes que
elección”.
Hubo una fuga inmediata
de capitales, sobre todo por parte de todo los que veían que el plan de
nacionalizar empresas era prioridad en el gobierno. Sin embargo, el pueblo
llano veía las reformas que lo beneficiaban y no las primeras arbitrariedades
que llevarían a la disidencia a antiguos colaboradores de Fidel como el comandante
Huber Matus.
Tampoco les
importaba que mil partidarios de Batista hubiesen sido ejecutados, algunos tras
juicios fraudulentos, o que se estuviesen creando campos de trabajo forzados
donde se educaba a enemigos del pueblo en el mejor estilo de la China maoísta.
Al fin y al cabo, El Che Guevara era un discípulo de Mao y de ahí vino su
desavenencia con Fidel cuando este, ya para 1965, se alineó con el marxismo
soviético.
La llegada de Los
Quendoz a Cuba coincide con la Crisis de los Misiles de Octubre. Annie,
superficial como siempre, no comprende lo grave de la situación, se incomoda
ante las ordenes de permanecer en la embajada y arrastra al marido al Malecón
para que vea como el pueblo cubano baila su crisis. Le grita a Raymond que él no
puede dominarla, que ella es libre como los bailarines que celebran con alegría
sus momentos difíciles.
Raymond intenta explicarle
que el espíritu alegre de los cubanos (esto se puede aplicar a todo el Caribe)
es una manera de evadirse a la realidad presente. Annie hace pucheros quizás
porque en el fondo ella también busca evadirse de su realidad abrazando esta “Revolución
con pachanga” como se la describirá El Che Guevara. Superada la crisis de los
misiles, Madame Quendoz busca ocupación en el día traduciendo poetas cubanos al
francés y las noches en fiestas diplomáticas de donde se hace de un grupo de
amigas.
Annie se
Enamora del Che
La vida de Annie es
divertirse, jugar a ser profunda, y consumir todo lo que puede comprar. Sus
amigas la contactan con Nelly López, la mejor modista de La Habana, quien le
hace el “infame” vestido rojo que Madame Quendoz lleva puesto la noche en que
conoce a Ernesto “Che” Guevara.
Es una escena
penosa la de ese encuentro con el de la boina. Annie, cercana a los treinta años,
actúa como Fan Girl adolescente con risitas y rubores. De ahí sigue un periodo
de ensoñación y encandilamiento que demuestra la inmadurez emocional de nuestra
protagonista. Es un hecho documentado que se le pasaba abrazada al vestido rojo
y que incluso lo ponía al pie del lecho matrimonial.
Raymond no aguanta
más y enfrenta a su mujer. Define la
pasión por el Che como la obsesión que ha tenido Annie toda su vida por
uniformados (nuevamente se implica el Complejo de Electra de Annie que ve la
figura de su padre, el mayor Silva Pais en los hombres que admira y desea).
Raymond grita que
tal vez su mujer lo trataría mejor si él se pusiese un uniforme a la hora de
hacer el amor. Annie lo abofetea, él le devuelve el golpe, ya ese matrimonio va
resquebrajado. Sin embargo, hay algo de cierto en las palabras de Raymond. Mas
allá del padre, a Annie le fascinan los uniformes militares. En un flashback,
la vemos de niña, preguntándole al padre si algún día ella podrá tener un
uniforme propio.
Ligada a la Revolución,
Annie será feliz de cambiar su guardarropa parisino por el traje de campaña de
las cubanas que trabajan para el gobierno castrista. En cuanto a hombres de
uniforme. Serie y libro se esmeran por separar mitos de verdad, pero hay
rumores que sin poder ser corroborados tampoco pueden ser descartados. ¿Fue
Ana María amante del Che Guevara?
Cruz y Vasconcelos
fueron a Cuba a investigar y encontraron recuentos contradictorios. Hubo quien
dijo que solo fue un romance platónico. El Che era casado y tenía otras
mujeres, pero hubo compañeras de Annie que juraban que el guerrillero y la portuguesa
habían vivido juntos, algo totalmente falso, pero que es parte del mito.
En la serie la
relación es ambigua. Hay una escena incomprensible. Una noche en que Annie, su marido
y algunos amigos han ido al cine, El Che aborda de improviso a la portuguesa en
la calle, y sin importarle la presencia de Raymond, le susurra algo al oído.
Aun así, para cuando Annie abandona a su esposo, El Che se ha ido de Cuba,
molesto con el alineamiento de Fidel con los soviéticos.
Cuando llega la
noticia de su muerte en Bolivia en 1967, Annie desolada llama a su madre,
confiesa haber amado al guerrillero, aunque nunca pasó nada entre ellos. Yo
creo en el diario de Nita donde hace una crónica de los amantes de su hija, el comandante
Vallejos, el ministro Jose Luis Abrantes, pero no menciona al Che en esa
categoría.
En el libro se habla de que en sus últimos años,
Annie tuvo un amante francés con el que tampoco pudo formalizar. Annie era
coqueta y pasional, tal vez le gustaba el sexo, pero su inmadurez emocional le
impidió tener una relación duradera. El único romance al que fue fiel fue el
que tuvo con la Revolución Castrista y ahí está mi problema con la serie.
Muchos han
criticado a Cuba Libre por su blanquimiento del mayor Silva Pais y la dictadura
de Oliveira Salazar. Ciertamente no se parece al retrato crudo y realista de
ese gobierno que nos presentara Vidago Palace y Gloria. Apenas se toca el tema del secuestro y asesinato
del general Humberto Delgado, el mayor oponente a la dictadura. Es casi una
anécdota que interrumpe las aventuras de Annie y convierte al asesinato en un
accidente en el cual el padre de la protagonista no tuvo culpa alguna.
La Revolución de
los Claveles que siguió a la dictadura de Salazar, a pesar de su poético
nombre, estuvo acompañada de represión en la cual justicia y venganza se
entremezclaron. En la serie vemos a Nica y a su marido huyendo de una turba que
asaltó su casa. Los vemos encarcelados y vemos los intentos de Annie de liberar al padre. Sin
embargo, Annie ha viajado a Portugal como representante de Cuba para apoyar un gobierno de izquierda, no para
respaldar a su adorado padre.
¿Revolución con Pachanga?
Tal como no
sabemos por qué el aparato represor de Silva Pais era nefasto, tampoco sabemos
cuan malo es lo que lo siguió. Y la que menos sabe es Annie porque la serie
insiste en hacernos creer que sirvió regímenes brutales solo por rebeldía, por
enamoramiento con hombres de ese régimen y por…boba. No hay otra explicación.
Aunque parezca
increíble, por otras fuentes he llegado a esa conclusión. Tal como ha errado en
mostrar la verdad tras el Estado Novo, la serie es muy discreta en lo que
respecta a la Cuba de entonces y en la que vivió Annie. Hasta el último minuto
vemos a Annie moverse en círculos privilegiados, con buena ropa y amigos
poderosos.
Nita se horroriza al ver el pequeño
departamento (y eso que no mostraron el piso de tierra) que el gobierno le
brinda a su hija. La gente que los autores entrevistaron en Cuba recordaba a
una Annie que, aunque vivía frugalmente, siempre se preocupó de verse elegante
y guapa. Para eso tenía acceso a cremas y productos de belleza que su madre le
enviaba desde Europa y que no existían en Cuba.
Cuba Libre es una serie interesante aunque nunca
llegamos a conocer a Annie. Su interprete Beatriz Godinho es guapa pero no se
parece mucho a la real. Mas parece una Kate del Castillo jovencita. El pobre
Pierre Kiwitt sigue en esos roles (que alterna con nazis perversos) de hombre
sufrido y traicionado por el amor. Es como una evolución de su rol en Dime quien soy.
Una sorpresa ha
sido descubrir, debajo de esas barbotas y un desperado intento de sonar cubano,
a Vittorio D’ Alessandro que actúa un poco mejor que en El secreto bien guardado. Quien está estupenda es Margarida
Marinho muy diferente a la alocada y parlanchina brasilera de Vidago Palace.
La serie fue
filmada en La Habana y en la vieja Lisboa. Captura y contrapone imágenes de
ambas ciudades como reflejo de sus sociedades. Obvio que la atmosfera cubana es
vibrante y llena de sonidos como el vestido rojo de Annie. Lamentablemente
tampoco llega a mostrarnos lo que esconde debajo.
La ropa es bonita
y evoluciona con el paso del tiempo, aunque de nuevo tenemos una protagonista
con minifaldas antes que se inventaran. La música también juega un rol en la
serie, comenzando por el tema principal “Como fue” de Eduardo Duarte Brito.
Contenido Violento
y Gory: Nada. La idea es
que tanto en el Estado Novo como en el castrismo, la violencia era clandestina.
No vemos ni el secuestro ni la muerte de Humberto Delgado. ¿Lo más
violento? Un intercambio de cachetadas entre Raymond y su mujer.
Contenido
Sexual y Desnudos: La
serie (y la vida real no la desmiente) describe a Annie como una mujer carnal
con muchos amantes, pero no hay escenas indecorosas. En un momento vemos a
Annie desnuda con su marido, peo la cámara le puso filtros para opacar la
imagen.
Factor Feminista: A pesar de su cacareo de “soy una mujer
libre”, Ana María Da Silva Pais nunca llega a ser un icono del feminismo como
otras revolucionarias. Su libertad consistió en follar diferentes hombres
poderosos que la protegían y servir a regímenes dictatoriales.
Factor
Diversidad: En Cuba,
Annie alterna con gente de todos los colores, blancos, negros y mixtos. El tema
homosexualidad y castrismo es conocido, pero mal cubierto en la serie. Cuando
Gigi , el peluquero gay de Annie, intenta explicar todo lo que el Che ha hecho
en contra de la comunidad LGTB, ella se niega a escucharlo. Años más tarde,
Gigi decide salir de la isla en el Mariel. Lo único que se le ocurre a
Annie es casarse con él y formar un “matrimonio lavanda” que el peluquero rechaza.
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