lunes, 20 de agosto de 2018

Tras la Sombra de Rebecca: Daphne Du Maurier y su roman a clef



Después de Cumbres Borrascosas, es la obra que más ha inspirado telenovelas. Se la ha convertido en una obra de teatro, un musical, hasta un filme de Bollywood. Se le han hecho adaptaciones televisivas dese Italia hasta Pakistán, pero pocos saben que Rebecca, la obra cumbre de Daphne du Maurier , esconde el testimonio de su amor por su marido.

El impacto de Rebecca
Desde el momento que Sir Victor Gollancz la publicó en 1938 que fue un bestseller.  Ha sido traducida a 17 idiomas. En el 2017, fue designada la novela favorita de los ingleses. ¿Qué tiene Rebecca, un libro relativamente corto, para causar tanta conmoción?  No es una historia tan original, chica pobre e insignificante se casa con viudo millonario y descubre que el recuerdo de la primera esposa le impide ser feliz.

Tan trillado es el tema que Dame Daphne  fue acusada de plagio en dos ocasiones. En una de ellas, la novelista Edwina McDonald la llevó a juicio acusándola de haberse copiado la trama de su novela de 1929,  Blind Windows. Perdió el juicio. Bing,  como llamaban a Dame Daphne en familia,  nunca reconoció haber copiado su historia de ningún lado, aunque sí confirmó que Rebecca  le debía mucho a  Jane Eyre.

Lo magnifico de la obra es la atmosfera. El cambio total de marcos. La anónima protagonista conoce al viudo millonario Maxim de Winter en Montecarlo. A pesar de que su primer encuentro ya tiene el tono lúgubre (ella cree que lo salva del suicidio) es un mundo de luz, de sol, de espacios abiertos donde Max la corteja y se casan.
Joan Fontaine " rescata"  a Sir Laurence Olivier en Montecarlo (Selznick Productions)

Max(Chatles Dance)  y la segundas Señora de Winter (Emilia Fox)en Montecarlo. (Carlton Productions(

La cosa cambia cuando se trasladan  a Manderley,  hogar ancestral de Max,  un mundo tenebroso, nocturno muy de novela gótica. La misma mansión está llena de secretos y prohibiciones como el Castillo de Barba Azul. A Max, el regreso le afecta el  carácter. Se vuelve sombrío y brusco lo que  aumenta la angustia de su ya timorata esposa que se siente rodeada de secretos y de enemigos. Es esa fantástica atmosfera lo ha hecho a Rebecca la favorita de los adaptadores de telenovela y así tenemos a “ La Otra” (Brasil, 1965) Ä Sombra de Rebeca" (Brasil, 1967) “ La Sombra de Belinda”  (Puerto Rico, 1979)”Julia”  (Venezuela, 1983) “ Infierno en el Paraíso”  (México, 1999) y” El Fantasma de Elena”  (Telemundo , 2014) entre otras.
                                                     Hilda Carrero en "Julia"
                                          Elizabeth Gutierrez en El Fantasma de Elena
Entre Rebecca y La Sucesora
Por supuesto, cuando se habla de telenovela se asocia a Rebecca con A Sucessora de Carolina Nabucco, el otro libro que supuestamente plagió DDM. La historia de Nabucco es que ella envió una copia de su novela, de 1934 y traducida al francés,  a su editor en Paris. Resulta que era el mismo editor que trabajaba con las traducciones de las novelas de Du Maurier,  y Bing (que hablaba francés) la leyó  y la copió.

La escritora brasileña nunca quiso demandar a Dame Daphne, pero contaba que cuando la versión fílmica de Hitchcock llegó a Brasil, gente de David O. Selznick, el productor,  se le acercó y ofreció una fuerte cantidad de dinero para que nunca hablase de las comparaciones. Por supuesto,  ella se negó.

Lo curioso es que las novelas se parecen, pero no son iguales. Marina, la protagonista de La Sucesora, es una chica del campo, pero de familia adinerada con mucho carácter, no como la pobre anónima narradora de Rebecca. También hay un conflicto entre la clase de Marina que representa al Brasil antiguo, sus buenas costumbres y su marido, Roberto Steen,  que representa a la clase inmigrante, a los nuevos ricos.
Marina (Suzanna Vieyra)  y Roberto (Rubens de Falco) (Rede Globo)

En la versión brasileña no existe la siniestra ama de llaves Mrs. Danvers. Existen la cuñada de Marina y una criada que veneran el recuerdo de Alice, la primera esposa de Roberto,  y tratan mal a Marina. También está el retrato inmenso de Alice que,  como el de Rebecca, domina la casa.
El retrato de Alice

El problema es que en 1977 cuando Manoel Carlos  convirtió La Sucesora  en telenovela, le introdujo elementos que la asemejaran a Rebecca. Y lo mismo ha ocurrido con versiones posteriores  como  “Manuela”  (Argentina, 1993) e ” Isabella, Mujer Enamorada”  (Perú, 2000). Incluso han incluido el incendio final de la casa del héroe, algo que no ocurre en la novela de Nabuscco.

Rebecca ha capturado la imaginación popular de tal manera que hasta se usó en el mundo del espionaje. Los servicios de inteligencia Nazi utilizaron la novela como manual de claves tal como lo relata Ken Follet en The Key to Rebecca.

 El filme también tuvo su impacto en la moda. Las chalequitos con cuello redondo que luce Joan Fontaine en el filme se conocen como Rebecca Jacket.
Chalequita Rebecca

 En España, a pesar del aislamiento de la Segunda Guerra Mundial, el filme ” Rebecca” fue un éxito e inspiró un tema de Raúl Abril,  “Sombra de Rebecca”, una muestra del swing ibero.

R de Ricardo
Se han hecho muchas lecturas de Rebecca, de su relación con Max, del porque la heroína (la Segunda Señora de Winter) no tiene nombre, de lo que representa Mrs. Danver. Incluso se han escrito secuelas, como  Mrs. de Winter de Susan Hill. Pocos saben que Rebecca en realidad se llamaba Jan Ricardo, que estuvo a punto de casarse con Boy Browning, y que fue una sombra en los primeros años de casada de Dame Daphne.

Tanta obsesión ha existido por sacar a DDM del closet que se han olvidado de que su relación afectiva más duradera (aparte de sus hijos) fue con su marido. No hay una conciencia de que Daphne se casó enamorada, que su matrimonio fue una claudicación porque temía perder a Boy. Nadie se ha preguntado que le atrajo a ella de él.

Alessio Boni como Max de Winter y Cristiana Capotondi como su segunda esposa (RAI)

Sabido es que Daphne Du Maurier juraba que su mejor obra fue escrita por su lado masculino, o como ella lo llamaba “el chico dentro de la caja”. Este chico era supuestamente su “otro yo” inventado, un tal Eric Avon que haría todo lo que Daphne se creía capaz de hacer si fuera varón, incluyendo llenar de orgullo a su padre, el actor Sir Gerald Du Maurier quien siempre se quejó por no haber tenido un hijo varón.

De Eric Avon a Maxim de Winter
Cuando Boy Browning y su yate recalan en Fowey, donde está Daphne recobrándose de una operación,  es como si Eric Avon entrara en su vida. Frederick Browning es todo lo que Daphne no podía ser:  un militar distinguido, un oficial de alto rango , un héroe de guerra portador de la DSO (Distinguished Service Order Medal)  y de la Croix de Guerre, un sobreviviente de las Batallas de Paschendale y de Cambrai. A sus 34 años (diez más que la escritora) Boy es  instructor en la prestigiosa academia militar de Sandhurst y ha representado a Inglaterra en las Olimpiadas de Invierno de 1928 como parte del equipo de salto en trineo.
Sir Frederick "Boy"Browning

A pesar de lo fascinante del historial del Mayor Browning, no es un extraño  en el  circulo social de la escritora como lo fue su primer amante, Carol Reed. El padre de Boy y Sir Gerald pertenecían al mismo club, el Mayor ha sido compañero de escuela, en Eton,  de los Llewellyn Davies, los famosos primos de Daphne. Ambos aman la vida al aire libre y la navegación.

Poco después de conocerlo,  la escritora escribirá en su diario tras pasarse el día navegando con Boy:  “es la persona más asombrosa que he conocido. No necesito hacer ningún esfuerzo con él , parece que nos conociéramos de años”. Daphne está enamorada por primera vez en su vida, y  por amor se casará con el Mayor Browning tres meses más tarde, sacrificando su amada libertad.

Le tomará cuatro años descubrir, no que él no sea el marido que ella desea o necesita, sino que ella es una esposa que deja que desear. Es típico de la inseguridad y complejo de inferioridad de Dame Daphne el creer que la culpa yace en ella. Ella es la que no quiere involucrarse en el trabajo doméstico, ni le interesa ser  la típica esposa de un oficial que se junta con otras como ella y ofrece cenas para que los generales distingan y promuevan al marido.
Daphne y Tessa

El nacimiento de Tessa, la ha frustrado más aun. Su padre ha muerto, pero ella sigue defraudando al hombre de su vida negándole un heredero. Para colmo, a Boy lo han destinado a Alejandría. Atrapada en un mundo primitivo y colonial, Daphne se verá obligada a compartir con las otras esposas del regimiento. Las cosas no van bien tampoco en lo único que ella puede controlar: su trabajo.

Antes de partir a Egipto, Daphne ha firmado un contrato con la editorial de Víctor Gollancz para una novela nueva. Ni sabe de qué se va a tratar. Algo sobre los celos. Es posible que haya leído la versión en francés de La Sucesora, pero no la ayuda a desbloquearse. Un día,  ordenando las cosas del closet de su marido encuentra un manojo de cartas,  son de Jan Ricardo. Daphne siempre ha sabido que antes que ella existió otra mujer en la vida de Boy: Jeanette Louisa Ricardo, una chica de sociedad con la que el  Mayor estuvo comprometido.

Jan es el tipo de mujer que en los Años Veinte aparece en las crónicas sociales. Daphne la ha visto varias veces. Es alta, esbelta, morena, exótica, tres chic. Totalmente opuesta a Mrs. Browning. Aunque  hace ocho años que Jan y Boy rompieron su compromiso y ella se ha casado recientemente con el Mayor Ian Constable Maxwell, Daphne se obsesiona. Boy sigue enamorado de Jan. Ella debió ser su esposa. Ella que es hija de un general y sabe cómo debe comportarse la mujer de un soldado. Jan la hermosa, la elegante, la que brilla en sociedad, la que seguramente será una excelente anfitriona, la que seguramente le daría los hijos varones que todo hombre desea.

Rebecca da para muchas lecturas, recientemente encontré una que dice que la obsesión de la anónima narradora con Rebecca se debe a que se ha enamorado de ella. Nada de eso, en sicología ahora se conoce como Síndrome de Rebecca esa obsesión celosa con una ex de la pareja. Daphne odia a Jan, la odia porque la envidia. Sus celos la sofocan. Un sentimiento que no existía en ella antes, ni siquiera experimentado hacia las amantes del padre.

 De pronto, se desbloquea. Sus celos la ayudan a escribir una historia donde una chica pobre, feúcha e insignificante “atrapa” a un deslumbrante viudo millonario. El la lleva a su mansión ancestral en Cornualles. Daphne describe Menabilly,  la propiedad en Cornualles que desea comprar y que finalmente podrá rentar por un par de décadas. Pero Manderley se convierte en una infernal prisión para a segunda Mrs. De Winter. Ahí todo huele a Rebecca, la difunta esposa de Max. Todos,  hasta el perro,  la recuerdan.

El cuarto de Rebecca es conservado por el ama de llaves, la siniestra Mrs. Danver,  como un santuario. El retrato de Rebecca domina la casa. A cada rato, la pobre narradora es perseguida por el fantasma de su predecesora y por las veladas (y no tan veladas) alusiones de que la nueva esposa de Max nunca podrá ser tan maravillosa como la antigua.

La vampiresa judía
Por entonces,  Daphne ha vuelto a Inglaterra y busca amistades (Incluso su hermana Angela) que conocen a Jan. Quiere saberlo todo de ella. Descubre que es una mujer nerviosa, de temperamento volátil, un poco mística, una católica devota. Hay insinuaciones sobre su estado mental que explicarán su suicidio. Jan se lanzará al paso de un tren en 1944. Solo he encontrado una foto de Jan en Google, pero dicen que su hija se le parecia  asi que pongo una foto de ella también
Jan Ricardo el día de su boda (1937)
Jeanette Constable Maxwell, hija de Jan, en una fiesta de J. Paul Getty

Daphne,  en el papel de la narradora,  comienza a sospechar que Rebecca no era tan perfecta,  que hay secretos en su vida. El clímax de la novela llega cuando se encuentra el cadáver de Rebecca que se creía perdido en el mar. Se reabre la investigación sobre su muerte. Todo indica que ha sido asesinada. Acusado por todos, Max solo tiene un refugio, su segunda esposa. A  ella le revela el martirio de vivir junto a un monstruo. Rebecca era perversa, inmoral, falsa, un súcubo,  dispuesta a usar su arte de seducción para tener a los hombres a sus pies. Aquí entra en la descripción de la rival, un prejuicio racial.

Cuando leía Haunted Heiress, el estudio de Daphne Du Maurier de Nina Auerbach  encontré una queja en el prefacio A pesar de la admiración que sentía la experta en literatura victoriana por la escritora, le resultaba difícil leer sus prejuicios, su xenofobia, su misoginia, su antisemitismo. ¿Que? Hora de alzar una gran signo de interrogación. Comparada con escritores como Evelyn Waugh, DDM no puede ser acusada de  antisemita. Su relación con los Beerbohm Tree , Sir Víctor Gollancz, y otros judíos nos lo demuestran.

Sin embargo, la escritora,  como casi toda su clase y en esa época, conservaba ciertas ideas preconcebidas sobre los judíos (que más tarde denunciará en su preciosa parábola “Happy Christmas”) Esos prejuicios se reflejan en su obra. No debemos olvidar que su abuelo, George Du Maurier, creó el segundo más repulsivo villano judío de la era victoriana. El hipnotista Svengali, de Trilby, casi tan diabólico como el ladrón Fagin de Oliver Twist.

Daphne misma había perpetuado imágenes negativas de los judíos en su Julius Levy el arrogante, amoral e incestuoso protagonista de The Progress of Julius. Aun así la idea de que Rebecca sea judía no me había cruzado la mente hasta que leí Daphne Du Maurier: Writing, Identity and the Gothic Imagination de A. Horner y S. Zlosnik. Ahí los autores demuestran como Daphne utiliza el arquetipo de la vampiresa judía, ejemplarizada en el cine silente por el primer símbolo sexual de la pantalla,  Theda Bara (Theodosia Goodman de Cincinnati).
Theda Bara en "A Fool There Was"

La  clave está en el nombre. Rebecca, nombre bíblico,  está pasado de moda en la Inglaterra de los 30 y se percibe como nombre judío. Cuando David O. Selznick  decide trasladar la novela a la pantalla, le preocupa el nombre, quiere cambiárselo. Teme que no guste al público.  “A menos que la queramos vender en Palestina “dice aludiendo al nombre de Israel en ese tiempo. Más decidor, recientemente se ha hallado un cuento perdido de Daphne Du Maurier,  “The Doll”,  que narra  la obsesión de un hombre por una exótica y seductora violinista judía llamada “Rebecca”. El cuento fue escrito en 1937, unos meses antes del debut de Rebecca.

Habrá quien diga, “¡pero si Rebecca nace de la  ‘R’ de Ricardo!” Ahí está la segunda pista. El General Ricardo y su hija Jan serian my católicos pero descendían de una familia sefardita que se instaló en Inglaterra en 1760. El economista judío David Ricardo estaba emparentado con ellos. No se necesitaba más para que Daphne viese en su némesis a una vampiresa judía.

Años más tarde cuando Daphne sufra de amor por Ellen Doubleday, verá en ella a su propia Rebecca, morena de rara belleza, que juega con sus sentimientos. Ellen no es judía, pero Daphne le dará otro nombre bíblico que comience con “R” cuando la convierta en la seductora viuda de Ambrose en su novela My Cousin Rachel. Así en 1951, Daphne sabrá lo que se siente estar a merced de una “Rebecca”. Ahora sabrá lo que sufrió Maxim  y también su propio marido Boy Brwning.

Pero todavía hay  mas que decir sobre la influencia de Rebecca en la vida de la autora. El ultimo acto de este drama se jugará a fines de los 50 cuando sea el turno de Daphne de convertirse en Rebecca. Para eso tenemos que hablar de Boy Browning, un hombre que tanto el filme “Daphne” como los biógrafos de su esposa han intentado opacar o disminuir. Veremos como “Rebecca” se cruza con “The Crown” y por fin borraremos a Dame Daphne de la lista de conquistas del Duque de Edimburgo.

Para quien todavía no haya leído Rebecca aquí les doy un enlace para la versión PDF en español. También el filme de Hitchcock con subtítulos en español.

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