No sé si, en
contra de todos los pronósticos, los guionistas creían en una renovación de
temporada y por eso convirtieron el capítulo final en una serie de cliffhangers, o fue que realmente no
sabían como acabar el cuento. La única gran revelación, los asesinos del
Embajador, les quedó tan tirada de los pelos como las traiciones de personajes.
Roberta traicionó a Teresa y Tomás traicionó a Flavia. En esa onda no me
sorprendería que la mano que escribió la amenaza en el pizarrón de Angela fuese
de la mismísima Macarena.
Comencemos con
Angela. Mucha promesa, pero un encuentro en la calle con Paula las hace recapacitar que no pueden vivir sin
verse ni acariciarse. Antes de que David se entere, ocurre algo más grave. En su
pizarrón, en un salón vacío, Angela ve que alguien ha escrito que sabe que “es una
desviada” y pronto toda Sevilla se enterará. Y nos dejan con la duda. Uno de
los muchos cliffhangers de este capítulo final. ¿Quién será? pues todo apuesta a Margarita que seguirá siendo la villana en una
hipotética segunda temporada. Pero yo
creo que se trata de Macarena, harta de ver como Doña Angela con sus niñerías
siempre pone a Paula en la cuerda floja, que si si o si no.
La serie termina
con la conclusión del año escolar y con planes para vacaciones. Luisa anuncia
sorpresivamente que se va de viaje sola “para conocerse”. ¿Conocerse cómo y dónde?
¿ Se va a un monasterio trapense, un círculo gnóstico o al diván del Dr. Freud
en Viena? Si es lo último que se lleve a
la pobre Maria Jesús.
Manuelita es
nuevamente obligada a aceptar que su fantasía de crear una academia feminista
no se sostiene sin dinero. El retiro de las alumnas ha provocado una rebaja en
los ingresos. Necesita de un préstamo. Martin no puede dárselo. La acompaña al
banco que tampoco quiere avalarla. Se lo traerá Doña Manuela, pero con una condición. Manuelita se sacrifica
¡(vaya sacrificio!) y vuelve con su marido. Lástima no me da.
La que si me da
lástima es Flavia, que se envalentona a última hora y llega tarde… Pues,
finalmente toma la decisión de no casarse y para ratificarla se acuesta esa
noche con Tomás. Antes voltea la foto de Enrique para que no se sienta el
cornudo de la comarca. ¿Pero qué hicieron con la pobre Candela? Ni modo que la mandaran a dormir con Ramón.
Otra cosa, hasta
hace unos meses Flavia no sabía dónde quedaba su vagina y Tomasín parece tan
virgen como la amante. Seguro que no le pidieron a Teresa prestado un condón.
Aquí va a haber Peraltita en nueve meses más
Se acaba el año, vienen los padres de Flavia
a hacer no sé qué. El caso es que
Manuelita los está acompañando hasta la puerta. Les dice que lástima que Flavia
no regrese el próximo año. ¿Ósea, Flavia no se va a graduar? ¿Y hay un curso
arriba de las colegialas que conocemos? ¿Dónde están?
El padre de
Flavia, tan simpático, le dice que las
cosas son así. Flavia ha decidido casarse y Manuelita no lo entiende porque es
obvio que para ella el matrimonio no es algo importante. Final de temporada y
todavía siguen usando a Manuelita de felpudo. Cruzan el atrio. Tomás está ahí,
paspando moscas. Están las alumnas, las maestras, Teresa colgada del teléfono y ese es el
momento en que a Flavia se le ocurre hacer su gracia. Anuncia que no va a
casarse.
Los padres la
cogen y sacan, con uniforme y todo, a rastras de la escuela. Manuelita y las
alumnas intentar intervenir, pero Susana se voltea, acusa a la directora de ser la culpable de la rebeldía
de su hija, dice que mandaran por los baúles de Flavia y le grita una última
cosa “¡Olvídese del laboratorio’!” Señora, cuánto bombo con su laboratorio. ¡Métaselo en
el culo!
Tomás que ha sido
testigo de todo quiere correr tras de ellos, pero Margarita lo detiene. Le
recuerda que ella es la lista y la que se va a inventar un plan para que se reúna.
El plan consiste en enviar a Tomás con
el equipaje de Flavia. Las alumnas van donde Manuelita y le piden que mande a Tomás
para que pueda despedirse de Flavia como D-s manda.
Ella lo está
esperando. Sus padres no están. Flavia tiene todo planeado. Tomás se robará un
furgón de la academia y huirán en el a Londres, que es la capital de la
fotografía. No, niña, eso fue en los Sesentas. Los mejores fotógrafos de los 20
estaban en Paris. Tomás pregunta de qué vivirán. Pues Flavia cree que de la fotografía.
Además ella va a trabajar(vendiendo flores en Covent Garden como My Fair Lady)
y estudiará, y será abogado. Ayyy, bebé.
Tomás se da
cuenta que su mujercita vive de sueños. Que no soportará vivir en la pobreza
que él ya conoce. Finge aceptar el plan
y promete encontrarse con Flavia al día siguiente. Le dice que es lo más bonito
que le ha ocurrido en la vida.
Entonces Tomas se
busca a Enrique y le pide que deje que Flavia estudie y no dependa nunca de
nadie. Pero le sale lo Peralta y le dice que “soy el hombre de su vida”. Si, ya veremos cómo lo toma Enrique cuando
descubra la noche de bodas que compró carne usada.
Y ahora viene la
guinda del pastel. Aunque nos quieren hacer creer que Teresa ha dejado la piel
investigándolo de su padre, lo cierto es que como detective es tan buena como haciendo
rosquillas. Ramón se preocupa por ella.
Ella lo acusa de “paternalista” Si ya vas a ver lo que pasa cuando nadie se preocupe
por ti, ingrata y ridícula.
Teresa da una
ultima clase y al aire libre que hace mucho calor. Tiene puestos unos pantalones Capri, treinta décadas antes que se pusieran de moda. A menos que se los haya pedido prestados a algun pescador.
Teresa les dice que salten al vacío
sin miedo porque otras mujeres les pondrán una red que las proteja. Creo que si
algo hemos aprendido en esta serie es que mujeres como Doña Manuela, la madre
de Flavia, etc. no están precisamente para rescatarnos. Yo creo que lo
importante en la vida es esa red, pero es una red (y la mía está compuesta de
hombres, mujeres, gatos y ángeles) que tenemos que construir. Y que no hay red
sin confianza mutua. Teresa lo va descubrir porque por no confiar, por mentir,
por ocultar y por fingir que no necesita a nadie, no va a tener una red cuando
la necesite.
Teresa quiere irse de vacaciones con Roberta. Aunque esta
última no soporta la idea de pasar el
verano con sus padres, sabe que no le darán
permiso. A Teresa se le ocurre llamarlos para una tutoría. Llegan y
sorprendentemente, Maria Antonia quiere hablar a solas con Teresa dizque que
para agradecerle. Deja a Roberta a solas con su padre. Es una escena penosa.
Luna ignora a su hija. Roberta desesperada le pregunta “¿Que te he hecho?” Él
se hace el loco.
Teresa le dice a Maria
Antonia que Roberta puede pasarse el verano en Paris estudiando moda (¿de cuándo
le interesa la moda?) Maria Antonia dice que quiere a su hija a su lado. En vez
de referirse al clima que hay en ese hogar, Teresa salta conque Maria Antonia
debió ocuparse de su hija antes. La madre de Roberta acusa a Teresa de
interesarse sospechosamente en su hija y que es su deber maternal protegerla de
ella. Le dice que no puede dejar a Roberta en manos de una asesina. Teresa
nerviosa, le cuenta que el Embajador era
su padre, pero Maria Antonia se marcha sin querer escucharla.
Esa tarde, Maria
Antonia hace las paces con su hija. Teresa recibe una nota de Maria Antonia que
le pide encontrarse con ella a solas. Teresa va a ese encuentro, sin siquiera
avisarle a Ramón. Entretanto las alumnas la buscan.
En el bosque,
Teresa se encuentra con Niido. Viene vestido de atorrante y con navaja en mano.
Confiesa haber matado al Embajador por
encargo de María Antonia. Ella fue amante del padre de Teresa. Roberta y Teresa
son hermanas. El Embajador quería acercarse a Roberta y Maria Antonia quiso
impedirlo. Pero la muy lista, le contó todo a su marido (qué manía de estas mujeres de contarles cosas
que las comprometen a los maridos) y Luna internó a Roberta. Ahora Maria
Antonia quiere que Nildo mate a Teresa, pero él no puede porque la quiere.
Entretanto,
Roberta ha encontrado las fotos y recortes que Teresa guarda bajo el colchón, y
por supuesto, cree que es una asesina, olvidando
todo lo que ha hecho por ella. La vemos llorar ante su madre quien echa leña al
fuego diciéndole que confió en quien no debía. “Te sentías sola”.
Corte a Teresa
que, todavía aturdida, regresa a la
Academia. Entra, y en el jardín se
encuentra cara cara con María Antonia. En vez de agredir a la asesina de su
padre, en vez de huir de quien quiere matarla, Tere baja la cabeza como si
estuviera ella en falta y se dispone a pasar por el lado de su posible asesina.
¿Queee?
En ese momento,
dos guardias civiles, que parece que estaban colgados de un árbol, le caen encima a la de pantalones y le
preguntan si es Teresa Blanco. Teresa responde afirmativamente, para eso tiene
voz. Los guardias la acusan del asesinato del Embajador. Aparece el colegio en
masa. “¡Nooo!’ Gritan las
alumnas. Manuelita protesta la medida. Se acerca Ramon amenazador.
Y ahí aparece
Roberta cargando los recortes , escoltada por un guardia civil. Y todo cambia. ¿Por
qué? Eso no es evidencia de asesinato. Manuelita ahora exige una explicación a
Teresa que permanece muda. Los guardias ordena que Ramon se haga a un lado y se
la llevan.
Cerca de la puerta, Tere se acuerda de quien
es , pero no para gritar “¡Maria Antonia es la asesina!”, “¡Roberta soy tu hermana!” “¡Perdón, Manuela!” o “¡Ramón, te quiero!”. No, solo tiene bríos para empujar
a los guardias que la vuelven a sujetar. Los vuelve a empujar, la vuelven a
sujetar, etc. Si fuera un poco más gorda sería Lou Costello.
Realmente fue un
final payaso, para una serie payasa. Y por si no lo notan, triunfaron todas las
fuerzas conservadoras : Doña Manuela, los padres de Flavia, Maria Antonia, el
que dirán que siempre pondrá a Angela a
merced de posibles chantajes.
Oh, y este fue el
mejor vestido del capítulo.
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