Empieza el conteo
final. Parece que no eran Los Peralta, sino Los Luna, los que despacharon al Embajador. Angela sigue
tomando decisiones que afectan a David, a Paula, sus hijos: y Manuelita
prefiere a su marido en dosis de cuentagotas. Entretanto, en la Academia,
un simple lápiz labial provoca una revolución.
El pobre Ramón
debe buscar todos los periódicos de Sevilla con fechas cercanas al asesinato
del Embajador. Se turnan con Teresa buscando una noticia que ligue al Embajador
con los padres de Roberta. Finalmente encuentran unos negocios que no se llevaron
a cabo. Sospechan que el asesinato fue un ajuste de cuentas. Tomasito les
cuenta que ese negocio fue muy comentado en su momento, que hasta el viejo Peralta
quería meterse, que no se sabe porque no se llevó a cabo y que muchos quedaron
defraudados e incluso sin empleo.
Al final del capítulo,
Ramón recibe un premio de consuelo, Teresa lo admite en su cama. Tuvieron que
ponerlo bien sumiso y útil para que le permitieran ese pequeño premio.
Angela va a
buscar a sus hijos a la salida de la escuela. David, el mayor, la saluda con un frio” ¿ Sabe Papá que estás aquí?” Recordemos
que él fue testigo de la discusión de sus padres.
No solo la rechaza. También la
acusa con David, que se le aparece a Angela en la escuela.” ¿Creías que no me
iba a enterar? ¡No puedes hacer lo que te da la gana! “Está hecho un energúmeno.
Angela saca valor y le dice que es un “monstruo”. David la amenaza, si vuelve a
acercarse a los niños, él se los lleva de Sevilla. David, está siendo un poco
exagerado. Es hora de que hablen como gente y decidan su vida.
Luisa ve a Angela
llorado, y se la lleva a una reunión de amigas que deciden irse a merendar, para
subirle el ánimo. En el café se encuentran con Martin y Manuelita, muy cocoroca,
se va a sentar con él. Ya entendí que Manuelita quiere un novio atento y detallista,
no un marido que la ningunee. Me parece muy legítimo.
La merienda en
realidad son cafés y un vino para Tere.
La conversación es bastante inútil. En vez de tratar de encontrar una solución al
problema de Angela, o al menos de enterarse de por qué está distanciada de su marido,
se ponen a cuchichear como colegialas sobre si su directora vuelve o no con el marido.
Estas no pasan ningún Bechdel Test.
Teresa, en vez de
contarles a sus amigas su verdad (que un día se va a saber y nadie va a
encontrar chistoso el ocultamiento), se le ocurre irse a una tasca. ¿A ver, que
van a cerrar el café que tienen que irse? Ese
gusto de ir a buscarse problemas. Obvio que un viejo se les sienta en la mesa y
se pone insolente. Reconoce a Manuelita y le pregunta si como ya dejó al marido,
anda buscando otro. Finalmente entre Teresa y Luisa lo corren.
Porque ya se está
la serie acabando que no me quejo, pero ese afán de mostrar mujeres liberadas emborrachándose
en público… ¿Qué se gana con esa imagen? Yo soy de copa de vino nocturna, entre
septiembre y mayo (en verano no puedo beber), y si voy a almorzar o cenar, me
tomo una copa, pero nunca bebo de más y eso que no conduzco.
En cambio conozco
a mujeres que se van, toman cuatro o cinco cocteles y vuelven manejando a sus
casas. Si, claro, están en su derecho. Hay que imitar a los hombres. La
cantidad de accidentes, y de delitos cometidos o provocados por gente bajo la
influencia del alcohol es algo poco importante que parece que ya no es parte de
la educación cívica del Primer Mundo.
Macarena escucha a
Angela llorando hablar con Manuelita, y le cuenta a su madre que Angela ya no
tiene a sus hijos consigo. Paula se presenta en casa de Angela. Le prepara almuerzo
y le recuerda que si están separadas, es
por sus hijos. Es el deber de Angela recuperarlos y para eso debe recuperar a
David.
Angela recibe una
llamada de la escuela. David Jr. se ha liado a golpes con un compañero y se ha
roto el brazo. David está insoportable, típico niño mimado que no le gusta que
los padres estén separados. Angela se lo lleva consigo, pero él se insolenta
con ella y también con David. Yo no entiendo esos arranques. La mejor época de
mi vida fue cuando mis padres estaban separados. ¿Quién quiere oír gritos, ser
la piedra del tope o dejar que te jalen cada uno para su lado?
David se invita a
cenar con su mujer y su tribu. Ahí Angela se entera que David anda buscando
empleo. Claro sin el sueldo de Angela, los niños están a la deriva
económicamente. Por eso es por lo que David ha sido exagerado en su castigo.
Manuelita le
ofrece empleo a David y bien pagado. El matrimonio se reúne para celebrar el
cumpleaños de Los Mellizos (como dijo una fan, los niños de Angela no tienen
nombre) y ahí David le dice a Angela que quiere que vuelvan a vivir juntos. La
única condición es que no vuelva a ver a Paula. Si yo acepto volver con un
marido infiel, lo mínimo que le puedo exigir es que no siga viendo a la amante.
Pero Angela pone cara de desesperación.
¿A ver que quiere Angela? ¿Que David se quede con su madre y que vengan Paula y Macarena a vivir con ella y sus críos? ¿Quién
cuidara de los niños, Macarena o Paula? Ahí habría pelea de gatos todos los días. ¿O quiere
Angela irse a vivir con Paula y tener derecho de visita familiar? Con el
carácter de Angela no creo que esté para vivir con nadie. Yo lo que creo que
quiere es que todo vuelva a ser como antes solo que ahora David le de permiso
para ir a acostarse con Paula. Ese arreglo es un poco injusto para David . El
hecho es que Angela acepta, pero no sé por cuanto tiempo.
Y ahora nos vamos
a lo interesante. Las alumnas en una revista de moda (francesa por supuesto)
han descubierto el hechizo del pintalabios (barra de labios, lápiz labial, carmín
en el Perú, rouge en Chile). Se han comprado un par de barras y se han pintado
la boca. Esto provoca gran alboroto y agitación en el claustro. ¿Por qué? Esto
es lo que hacen todas las adolescentes, aún más jóvenes que ellas. Yo comencé a
pintarme los ojos y a usar perfume a los diez años. Aunque mi mamá no me dejó
pintarme la boca sino hasta los quince, pero antes podía usar brillo de labios.
Me detengo, esa
soy yo, pero estas niñas están en una época en que recién se está inventando el
concepto publicitario de la mujer maquillada. Aunque en el pasado, cortesanas,
actrices y damas de la corte de Versalles o Isabelina usaban afeites, no los
usaban en la calle. El puritanismo victoriano definió que la burguesía europea
(y la Iglesia) vieran en la pintura una señal de frivolidad y descaro. La
prostituta se pintaba, no la dama.
En su Memorias de una joven formal, Simone de
Beauvoir ofrece el decálogo de lo que es una dama. Una dama no se pinta, no
fuma, no se tumba en un sofá ni abraza al marido en público. Y eso en el Paris
de los 20s. Simone cuenta que cuando su prima, una noche, le pone rouge en las
mejillas, su madre la abofetea como queriendo exorcizar lo que para ella es la
marca del diablo.
Lo mismo ocurría con el corte de cabello. Recuerden que en
“Downton Abbey” es un gran escandalo cuando Mary se corta el cabello y ya es viuda
y madre. Simone de Beauvoir, en un acto de rebeldía se corta el cabello, pero
su madre no le permite hacerse una permanente.
Por eso Luisa está
escandalizada. Ni a Manuelita ni a Angela (ambas se maquillan) les parece tan
malo. Teresa se molesta porque no le gusta que las chicas se pinten para atraer
hombres. Le disgusta el mensaje publicitario. Aunque concuerdo con ella, me pareció
un rasgo de presentismo. La industria de la publicidad estaba en pañales, no se
les podía atacar por un mensaje totalmente normal en un mundo en que el 80% de
las mujeres hacían una carrera de atrapar
un marido.
Manuelita ordena
a las tres maestras que importan en el claustro (las otras son mudas) que
impartan clases sobre la poca importancia del maquillaje en la construcción de
lo femenino, o algo así. Nunca entendí realmente el mensaje ni por qué tanto escándalo
por un labial. En fin.
Angela felicita a
las niñas por su maquillaje. Realmente se ven bien guapas, aunque a algunas se
les pasó la mano con el colorete en las mejillas, pero ese era el estilo de
entonces. Luego les habla de lo que es ser mujer. Su presentación incluye los clichés
conocidos que deviene en un elogio de la maternidad que acaba con la maestra
llorando y huyendo de la clase. Macarena la sigue , la escucha hablando con Manuelita
y ahí se entera que Angela está separada de su familia.
La presentación
de Teresa es menos convincente o influyente. No consigue trasmitir su mensaje
fin de siglo XX, sobre la mujer objeto, sobre como los medios publicitarios
obligan a la mujer a seguir sometida a reglas patriarcales. Tampoco consigue
hacerlas entender que el arreglo personal debe ser también una opción no una
imposición. Las niñas han descubierto el poder que hay detrás de lucir
atractivas. Que eso es parte del poder femenino. De hecho, a las, como yo, que
todavía creemos en ese empoderamiento, nos llaman lipstick feminists.
Para las niñas,
Teresa solo está criticándolas, y se ponen a la defensiva. Teresa les habla de
cosas que no les llegan, porque no coinciden con su visión del mundo. Aquí
nuevamente tengo la confirmación de que para ellas, el mundo es amor, un
hombre, y el matrimonio.
Tere se mete en
lo complicado, les dice que los mensajes subliminales de la publicidad están
basados en eslóganes. No se da cuenta que ella misma habla en eslóganes que
suenan bonitos pero que no son concretos.
Finalmente es Flavia quien zanja el asunto con una gran verdad. Le dice
a Teresa que el burro habla de orejas. ¿Acaso Teresa no sigue la moda parisina?
Y Teresa se tiene que quedar callada.
Las chicas van a
ver si Tomás y Ramón les pueden explicar qué buscan los hombres de las mujeres.
Con lo que dice Tomás, Margarita se hace ilusiones que ella tiene todo para ser
Doña Margarita Peralta. Macarena se
burla de ella y de sus “potingues”. Notamos que Macarena es la única que no se
pinta. No lo necesita tampoco, pero de ahí surge un alboroto, porque Margarita
tilda a Macarena de “machorra” y se van a las manos.
Luisa se lleva
las niñas al salón de clase y les explica que biológicamente son los aparatos
reproductivos los que determinan si se es hembra o macho. Candela la interrumpe
para mencionar un caso de hermafroditismo. Pregunta en qué sexo cabe un
hermafrodita. Y ni yo sé,( si ya sé que el término está en desuso y que se les
llama intersexuales ahora). Primero porque son casos muy poco comunes como para
tener una clasificación aparte. Lo general son niños que nacen con
características físicas de ambos sexos, pero que se les puede corregir
quirúrgicamente.
Luisa reacciona
como una mujer de los 20 y dice que si el hermafrodita menstrua entonces es
hembra. Las niñas entienden por eso que se es mujer debido a la regla y Candela
pregunta si una mujer deja de serlo una vez que alcanza el climaterio. Luisa se
turba, obviamente ella es post menopaúsica. Entonces como hoy, la menopausia
era vista con el mismo recelo, los mismos prejuicios, que hacen que las mujeres
jóvenes del siglo 21 le tengan terror a hablar del tema.
Ya en casa, Macarena
le pregunta a su madre si cree que ella es “machorra”, si el lesbianismo se
hereda. Paula le dice que no ve nada masculino en ella, que su orientación
sexual no es hereditaria, pero que si a Macarena algún día le gustan las
mujeres, mientras la haga feliz su opción no tiene que ser problema.
Me da un poco de
risa que pongan a la más bonita y la que tiene vestidos más lindos como la
posible “gay” del grupo. Es cierto que a Macarena no le interesan los hombres, aunque
todavía me recuerdo de ese interés que desarrolló
por David. Tal vez le atraiga un tipo de hombre que no ha conocido.
Ya en mi época se
decía de la mujer adulta que era “rarita” si no se pintaba ni interesaba en la
moda. Mi mamá estaba histérica porque a los 12 y 13 años no me interesaban los
vestidos de su tienda. Nunca se le ocurrió que era la moda la que no me atraía,
pero cuando la moda cambió a mediados de los 70, yo me volví trapera total.
He escuchado de
muchas adolescentes que han descubierto su orientación sexual precisamente por
no interesarse, como Macarena, ni en chicos, ni en ropa, ni en lápiz labial.
Una ironía es que LIpstick Lesbian es
como se apoda en inglés a una lesbiana ultrafemenina y muy fijada en la ropa y
la moda. Así que los prejuicios y la ideas preconcebidas siguen reinando.
Cuando Manuelita
se entera del estado de las cosas, decide hacer una charla para toda la escuela
(que al final es un solo curso) e invita a Tomasito y a Ramón—al que
ha sorprendido leyendo Orgullo y prejuicio—a participar. La charla de Manuelita gira
en torno a la parte que comparto de la ideología de género: el rechazo a
parámetros discriminatorios de cómo debe comportarse un hombre o una mujer.
Tomás revela que
le teme a las gallinas y Ramon confiesa su adicción a la literatura rosa que de
vez en cuando le arranca un lagrimón. Las chicas también comparten las
características que poseen y que no caben dentro del patrón de lo que es “ser
mujer”.
Después de la
charla, Margarita se acerca a Tomás y le dice, modosa, que a ella una vez la picó
una gallina Apiadado, Tomas, le dice que él todavía ama a esa misteriosa chica de
la que le habló. Margarita llorando se va a la capilla. Flavia la sigue. Trata
de consolarla.Magarita no entiende: ni su belleza, ni sus conocimientos, ni sus
apellidos consiguen enamorar a Tomás. Flavia debe confesar que ella es el gran
amor de Tomás.
Al oír enumerar a
toda la gente que esta informada de ese romance, Margarita se siente más abochornada.
Le pregunta a Flavia cómo va a casarse si ama a otro. Flavia no sabe que
responder. Margarita sabiamente comenta que Tomasito tiene razón de sobra para
estar tan confundido.
Para confundirlo
más, Flavia va en busca de Tomás y lo besa. Enrique los sorprende. Flavia y su
prometido tienen una charla muy reveladora. Enrique no está enamorado de su
prometida. Flavia pone cara de desilusión. ¿Pero, niña, qué querías, verlo
sufriendo de amor por ti? Qué egoísta.
Enrique dice que
se casa por complacer asus padres y que no va a hacer nada para defraudarlos.
Demostrando ser mas listo de lo que parece, Enrique le dice a Flavia que sabe
que ella no tiene el valor de romper su compromiso. Le promete hacerla feliz,
pero con una condición, que no se le ocurra serle infiel, porque el no esta
dispuesto a ser el cornudo de la comarca. Bueno, Flavia, ya sabes dónde te
metes.
Tanta lección
adoctrinadora no ha hecho mella en Maria Jesús quien sigue inmersa en su
tragedia personal: creerse fea. Cuando Margarita, hablando de las cirugías plásticas,
dice que no sirven porque la que es fea no tiene remedio, la pobre Avestruz se
siente aludida. Toma una decisión drástica que asusta a sus amigas. Le regala
sus afeites y su ropa a Candela que si las puede lucir. “¿Vas a andar en pelotas?
” le pregunta Macarena que es su compañera de cuarto.
Esa noche,
Macarena se encuentra la puerta del cuarto cerrada por dentro. Asustada, va en
busca de Doña Luisa quien abre con la llave de repuesto. Dentro se encuentran a
Maria Jesús acurrucada en el suelo y hecha un mar de lágrimas. A solas, Luisa
le dice a la niña que aunque no le crea, algún día se le pasará lo de Arcadio.
Maria Jesús dice que Arcadio la trataba bien y que ella solo quería ser
importante para alguien.
Cuando Luisa no
puede convencerla de que es importante para ella y para sus compañeras, abre la
puerta, entran las niñas y abrazan a la compañera. Muy bonito, la Pandilla de
Marisol en pleno, pero el problema de Maria Jesús no se arregla con mimos.
Esta
serie nos ha mostrado casos que ya son border
(Angela, Maria Jesús, tal vez Teresa) y que necesitan terapia. Pero “La Otra Mirada”
acaba (y no es spoiler) sin soluciones realistas. Y aunque hubiera una segunda temporada
no creo que viéramos soluciones viables porque tal parece que la serie la
escribieran niñas de secundaria.
Bueno, este
episodio acaba con otra clase de Angela ahora muy chispeante que vomita eslóganes
más publicitarios que la revista gala. En un momento, pensé que iba a poner a bailar,
parecía un reclame. Cuando cantaba “Somos espontaneas, somos imprevisibles,
somos valientes” yo esperaba que las niñas le corearan “por eso usamos…nos
pintamos con… fumamos de… etc.”
Y cuando preguntó
“¿por qué no podemos tenerlo todo?” me dio pena. Hace medio siglo que vengo
escuchando esa pregunta en telenovelas, spots publicitarios, anuncios
comerciales ¿y qué creen? Todavía no he conocido a una mujer que lo tenga
todo…al menos no para toda la vida. Lo realista es esperar que solo un par de
sueños se cumplan y abocarse a eso. Pero esta serie es menos real que un manga
japonés.
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