Decir “Cornualles”
evoca la imagen de un Capitán Poldark, al galope desenfrenado, con un ánimo tan encrespado como el mar a sus
pies. O nos recuerda a la pobre segunda Señora de Winter perseguida por el
fantasma de “Rebecca”, o alguna ingenua a merced de villanos en las mansiones góticas
de Victoria Holt. Pero desde que leí a Edward St. Aubyn que Cornualles me hace
pensar en la pobre Eleanor Melrose, y su
bebé Patrick, sometidos a un marido cruel en los páramos córnicos.
¿Qué tiene Cornualles que tanto inspira a autores de novelas históricas y
suspenso romántico?
Tierra de duendes y hadas
Cornualles es ya
en si tierra exótica, bastante diferente al resto de Inglaterra. Es una de las muchas Finisterre del mundo céltico, y aunque el idioma córnico sea
considerado una lengua muerta, la cultura y el empaque genético de su gente es
totalmente celta. Los romanos tuvieron poco que hacer ahí en una reino de seres
sobrenaturales.
Tintagel: ruinas del Castillo y entrada a la Caverna de Merlín |
En el lado norte de
la región quedan las ruinas de Tintagel, el castillo donde nació el Rey Arturo; en algún lugar de Cornualles está la laguna de
la Dama del Lago; y en Bossiney Mound se cree que está enterrada la fabulosa
Mesa Redonda. Desde las costas de Cornualles se pueden divisar islas mágicas
como la mítica Avalon, o las muy reales Scylly con su clima mediterráneo, o Lyonesse de donde vino Tristán, el amado de
Isolda. Lyonesse , como otra ciudad de fábula bretona Is, fue tragada por un tsunami prehistórico.
Lyonesse |
Cornualles es la
tierra de los knockers, duendecitos
de las minas; de los pixies que
conocimos en Harry Potter; de hadas y
sirenas. También es tierra de santos mágicos como Santa Senara que es representada con cola de pez, o San Carantoc
que vencía dragones, o San Mellor al que su tío cortó una mano y luego reemplazó
con una de plata que creció junto con su dueño (ya la quisiera Jaime Lannister).
Santa Senara representada como sirena |
Pero ni santos ni
pixies pudieron evitar que la historia aplastase a Cornualles. Incomodos con
los constantes impuestos de Enrique VII, los habitantes de la región se
levantaron en dos ocasiones en 1497. Enrique castigó duramente a la comarca por
su imprudencia. Su hijo haría otro tanto, medio siglo más tarde, abusando de los cornicos que se negaron a
rezar con los textos que la nueva religión les imponía.
El único sitio
donde la Armada Española pudo poner el pie en Inglaterra fue en Cornualles. Winston
Graham escribió una novela histórica sobre ese episodio A Grove of Eagles. El siglo XVI vio el suelo córnico convertido en
campo de batalla de la Guerra Civil, y en 1714 hubo un alzamiento jacobista que rápidamente fue aplastado.
La decadencia de Cornualles
Para fines del
siglo XVIII, y tal como nos lo ha contado la saga de Poldark, Cornualles está convertida en tierra de hambruna y pobreza.
Las costas están siempre abiertas para invasiones o para un nuevo tipo de piratería,
el contrabando en el cual hasta el Capitán Poldark meterá la pata y que será el
tema principal de La Posada de Jamaica
de Daphne Du Maurier.
Para el siglo
XIX, Cornualles está casi deshabitada y sus habitantes sumidos en la miseria.
La minería ha colapsado y la gente joven ha preferido emigrar a las Antípodas,
a Estados Unidos, y hasta a México donde
en la zona minera de Hidalgo dejarán su marca implantando el futbol y sus
famosas Cornish Pasties (las pastes
de Pachuca).
El siglo XX verá
un resurgimiento de Cornualles como spot turístico, un sitio donde pintores y
escritores podrán encontrar inspiración, pero también habrá un renacimiento del
espíritu celta que culminará en la creación de un movimiento separatista y nacionalista que, a
propósito, Daphne Du Maurier apoyó calurosamente. Es una ironía que escritores
cornicos de nacimiento como John Le Carré y William Golding, autor de El Señor de las Moscas, no hayan convertido
a su tierra natal en parte de su obra. En
cambio escritores de fuera de Cornualles hayan hecho de su patria adoptiva el
centro de la suya.
Segunda patria de escritores
Daphne Du Maurier
vino a Ferrypoint , cuando recién había cumplido su mayoría de edad, en busca
de un sitio tranquilo para escribir. NI se imaginaba que Cornualles seria el escenario
de gran parte de su obra, que en este Finisterre encontraría la mansión de sus
sueños, que en su vejez , ayudada por las fotografías de su hijo Christian Browning,
publicaría un bestseller Vanishing
Cornwall (Cornualles desapareciendo),
que no era ficción sino su homenaje a espacio que la hizo feliz.
Winston Graham
nacido en Manchester, llegó a Perronporth
(Hendrawna en sus novelas) cuando tenía solo diecisiete años y se instalaría
allí por los próximos 34 años. Aunque llevaba casi una docena de novelas
publicadas, la fama le llegaría con Poldark
publicada en 1945. Es en ella donde despliega el conocimiento de su tierra
adoptiva, de la historia y folclore del pueblo córnico.
En total la saga de Poldark cubre desde 1774
hasta 1820 y son 12 volúmenes, publicados entre 1945 y el 2002. En 1983, tal como Daphne Du Maurier, Graham
publicó un libro-homenaje al país que le había ayudado a conseguir fama y
fortuna: Poldak’s Cornwall (La
Cornualles de Poldark).
Otra escritora
atraída por el hechizo de Cornualles fue Eleanor Burford. ¿No les suena el
nombre? A ver si les parece mas reconocible como Philippa Carr, Victoria Holt o
Jean Plaidy, algunos de los muchos seudónimos que usó en su longeva carrea
literaria. Burford nació en Londres, pero durante la guerra rentó una cabaña en
la playa córnica de Plaidy.
Playa de Plaidy |
Más adelante
usaría el nombre de la playa como un nuevo alias para escribir series de
novelas históricas que solo superan las de Walter Scott. Yo creo que Jean
Plaidy , quien escribiría series sobre los Reyes Católicos, Catalina de Medici
y su prole, Los Borgia y la Reina Victoria, sin olvidarnos de sus magníficas
novelas sobre Los Tudors, es la mejor exponente de la literatura histórica que
haya existido en el siglo XX.
Para los
propósitos de esta entrada, debemos postergar a Jean Plaidy y concéntranos en
Victoria Holt, quien en 1960 haría a un
lado la ficción histórica y se concentraría en el romance gótico con su primer
bestseller: The Mistress of Mellyn. Sus próximas cuatro novelas, todas éxitos de
venta, tendrían como escenario la comarca córnica. Aunque después trasladaría
sus historias a lugares exóticos como China, Australia y Egipto, retornaría a su
espacio favorito en 1975 con El Señor de
la Isla Lejana.
Antes de esa
novela, Burford escogió otro seudónimo, Philippa Carr, para escribir una interminable saga (25
novelas) titulada Hijas de Inglaterra
que cubre la historia de varias generaciones de la misma familia desde la reforma
de Enrique VIII hasta mediados del Siglo XX. Ahí Carr fusionaba su talento para
la ficción histórica con su maestría en el suspenso romántico. Al menos las
primeras cinco novelas de esta serie estaban situadas en su amada Cornualles.
He escogido a
estos tres autores por considerarlos como exponentes de una literatura regionalista.
A pesar de tratarse de ficción histórica, sus narrativas abarcan el paisaje, el pasado y
las costumbres cornicas aunadas a un buen conocimiento de la población de Cornualles.
Damiselas en peligro
Un punto en común
en los tres escritores es su visión de mujeres luchadoras que constantemente se
ven atrapadas por hombres, o por su
misma condición femenina , que intentan dominarlas y quebrar sus espíritus. Eso es aplicable
a la narrativa de Du Maurier y Holt-Carr, pero también lo encontramos en la
saga de Poldark. Lo vemos en Demelza
quien siempre tendrá que batallar con problemas económicos, domésticos, la
muerte de un hijo, y los líos en que se
mete y la mete su marido. Mas claro ejemplo son los casos de Elizabeth y su
prima Morwenna.
A primera vista,
la saga de Patrick Melrose pareciera
ser un intento de parodia (que como todo lo lúdico en la obra de St. Aubyn
deviene en lo trágico) de la damisela en
peligro. Al situar a Eleanor Melrose en esa mansión en ruinas en Cornualles
donde su marido la mantiene prisionera y la tortura física y mentalmente hasta
el punto de hacerla insensible al sufrimiento de su hijo, el autor está reviviendo
el lugar común de la heroína martirizada del gótico romántico. Eleanor se
convierte en una hermana de Mary Yellan atrapada en La Posada de Jamaica; o de Morwenna
Chenowyth, esclava de su sádico marido, en Poldark;
o Linnet del suyo en La bruja del mar de Philippa Carr.
Eleanor y Patrick Melrose |
A diferencia de
los autores ya mencionados, no solo St. Aubyn nació en Cornualles, además
desciende de una noble familia córnica de origen normando asentada en la región
desde el siglo XIV. Patrick Melrose comparte este pedigrí con su creador,
aunque es obvio que ni para él ni para St.Aubyn Cornualles tiene connotaciones
positivas. ¿Pero las tuvo para los otros escritores que usaron ese Finisterre
como espacio geográfico para desplegar su imaginación?
Jamaica Inn
Daphne Du Maurier
amó Cornualles, eso es innegable. Aun antes de su encuentro romántico con la
mansión de Menabilly, ya estaba asentada en tierras cornicas. Su padre, Sir Gerald Du Maurier, solía llevar a su familia de vacaciones a
Cornualles, pero fue en 1926 que sus hijas descubrieron Ferryside en Fowey que
iba ser el hogar de la familia por varios años. Daphne se retiró a Ferryside a
escribir sus primeras novelas (ambas ambientadas en ese contorno), ahí
conocería al Mayor Browning que se convertiría en su marido.
Ferryside |
Interior de Ferryside |
Sin embargo, las cuatro
“Cornish Novels ”por las que la autora es reconocida mundialmente, describen el
paraje como lóbrego y desolado, incluso hostil, inseguro, y misterioso para las
heroínas. Fue en 1936, justo antes de su traslado a Egipto, que Dame Daphne
publica La Posada de Jamaica. A
diferencia de sus otras novelas donde flirteaba con la ficción histórica, DDM
se adentra en el gótico en la historia de Mary Yellan que en 1821, al quedar
huérfana debe abandonar su tierra y viajar a Bodmin Moor en Cornualles, donde
vive su Tía Patience, su única pariente.
Patience y su
marido Joss, un borracho bravucón, regentan la Posada de Jamaica, un sitio muy
extraño porque casi nunca hay clientes.
Mary sospecha que hay gato encerrado, pero nadie quiere contarle la
verdad, ni Jem, el hermano menor de Joss, un ladrón de caballos de quien la
chica se enamora.
Un día Jem lleva
a Mary al pueblo, pero aunque la pasan muy bien y hay indicios de romance, el ladrón
la abandona (el tema común de DDM de la traición de la pareja) y Mary se ve
obligada a emprender el viaje de regreso en medio de una tormenta. Es en los
paramos donde es rescatada por el Reverendo Davie, el pastor local, quien la regresa la posada.
Esa noche, Mary
se entera que Joss capitanea una banda de contrabandistas y wreckers que se dedican no solo a desvalijar navíos, sino también a provocar naufragios para beneficiarse
de ellos. La horrorizada Mary se ve obligada a ayudarlos a pesar de que su
propio padre fuera asesinado por contrabandistas. El que Joss mate un hombre no
lo hace muy simpático a la sobrina.
Maureen O'hara en La Posad de Jamaica (1939) |
Joss encierra a Mary en la posada, pero es
rescatada por Jem. Mary logra avisar a las autoridades pero tanto Joss como la tía
Patience son misteriosamente asesinados… me detengo aquí para no contar
spoilers. Se trata de una novela fantástica llena de imprevistos y donde nada
es lo que parece. Lo único claro es que tanto el terruño como sus habitantes, son adversarios de la heroína.
La novela tuvo
tanto éxito que inmediatamente hubo ofertas para adaptarla la pantalla grande.
Daphne, inexperta en esas cosas, vendió los derechos sin exigir tener algún
poder sobre el guion. En 1939 bajo la dirección de Alfred Hitchcock y marcando
el debut de una joven irlandesa llamada Maureen O’Hara, llegaba a los cines “Jamaica Inn”. Un
desastre, todo el filme se centró en Sir Charles Laughton quien interpretaba a Sir
Humphrey, ¡un personaje que ni siquiera existía en la novela!
Dame Daphne odiaba
esa adaptación. Me pregunto qué pensaría si hubiese visto la miniserie del 2014.
Jessica Findlay Brown, recién egresada de “Downton Abbey” , se veía
irreconocible (muy lejos de Lady Sybil) en una adaptación que provocó mucha queja y
mucha befa porque por un problema técnico, los primeros episodios fueron casi
inaudibles. Yo he visto una versión de sonido más limpio e igual los personajes
parecen el Murmullos de Dick Tracy.
Jessica Findlay Brown como Mary Yellan |
Jessica anda con
una bemba hinchada, tal vez de tanto susurrar; con cara de malas pulgas, tal vez por el
esfuerzo de entender a sus compañeros; y
bamboleándose como si estuviera drogada. Como Jem pusieron a Matthew McNultey.
Ese muchachito me revienta desde “ Lark Rise to Candleford”. Recién me ha caído
bien ahora en “The Terror”. Con esa
pareja protagónica—ni tengo que decir que cero química entre ellos— no
hay buen actor que valga.
El pobre Sean Harris (mi querido Micheletto de “Los Borgia”)
que interpreta al Tío Josh y Joanne Whalley, incapaz de perderse un period piece, como la tía Patience están
a la deriva. Ben Daniels del momento en que entra en escena ya se sabe que es el villano. El libreto no tiene misterio no tiene chispa,
no tiene romance y más encima la serie
se filmó en Yorkshire. ¿Ayyy qué se puede esperar de una adaptación de Emma Frost?
Si quieren una buena
adaptación de La Posada de Jamaica, tienen
que irse a YouTube y bajar la versión de
1983 (me temo que sin subtítulos en castellano). A pesar de las quejas, que
si era muy vieja, que si estaba muy maquillada, que si su cabello era muy
largo, Jane Seymour ES Mary Yellan.
Jane Seymour como Mary Yellan |
Filmada rigurosamente en Cornualles, el
paisaje es un eco del miedo e incertidumbre de la chica. Trevor Eves, que me pareció
insignificante como Jonathan Harker (solo tenía yo ojos para Langella) en el Dracula
de 1979, es un más que respetable Jem Merlyn, y Patrick McGoohan es
definitivamente el malvado Tío Joss.
Rebecca
La próxima novela
córnica de Daphne Du Maurier es la que la llevó a la fama. Nos es difícil
asociar a Rebecca con Cornualles
puesto que la mayor parte de su acción tiene lugar en el interior de Manderley,
un disfraz para Menabilly, la casa soñada de DDM. Algo que nunca he entendido
es que mientras Daphne escribe Rebecca
ya tiene planes de rentar Menabilly puesto que la propiedad no está en venta. Sin
embargo, en su obra, esta casa soñada se
convierte en la enemiga de la protagonista.
Manderley para la
segunda Señora de Winter es lo que la Posada de Jamaica para Mary Yellan, una prisión.
Aun así, está claro para el lector conocedor de la región que el entorno de la
casona de los De Winter está situado en Cornualles. Una cosa que es apreciable
en la narrativa de Du Maurier es su conocimiento del paisaje que describe.
A pesar de que la
autora quedó muy contenta con la versión
fímica de 1940, la “Rebecca” de Hitchcock tuvo que usar locaciones en el Big
Sur californiano, un espacio geográfico bastante alejado de Cornualles. De las
otras versiones de Rebecca la que
mejor uso hizo del paisaje cornico es el “Mystery” de 1978 con Sir Jeremy Brett
y Joanna Davies en la cual se habilitó
el castillo córnico de Caerhyls para que fungiera como Manderley.
Rebecca (1978) y el Castillo de Caerhyls |
Frenchman’s Creek
En 1941, en plena
guerra, Daphne du Maurier comienza a trabajar una nueva novela. Una farsa
picaresca que tiene lugar en la Inglaterra de la Restauración. Lady Dona Saint
Colombe abandona la corte de Carlos II para retornar a sus propiedades en
Cornualles en Frenchman’s Creek Allá se
encuentra con la sorpresa de que sus criados han dado albergue a un pirata francés.
Dona no solo se hace amante del francés
sino también lo acompaña en sus aventuras.
Daphne está
pasando por un momento peculiar al escribir esta novela. Mientras su marido sirve
en ultramar, ella ha instalado a su familia en las tierras de unos amigos, Los
Puxley, em Hereford. Cuando su anfitriona la encuentra besándose con el marido,
pone a Daphne y sus hijos en la calle. La incorregible escritora se lleva a su
familia a Cornualles, renta una propiedad,
Readymoney Cottage, y continua su affaire con Puxley.
Readymoney Cottage |
Es por eso por lo
que escribe de manera tan impenitente y desinhibida sobre un adulterio que ella
vive en la vida real. Mas adelante, DDM se referiría a La Cala del Frances como su única” novela romántica”. Irónicamente,
Frenchman’s Creek fue donde Daphne y su
marido, el General Browning, habían pasado su luna de miel.
La verdadera Cala del Francés |
Daphne
rápidamente vende los derechos al cine . En 1943 Hollywood la lleva a la
pantalla con Joan Fontaine como Dona y el galán mexicano (en una de sus escasas
incursiones e Hollywood) Arturo de Córdova. A pesar de la suntuosa producción
en colores, el haberla filmado en Mendocino, California, le quita un poco de
atmosfera.
En 1998, la BBC
la adapta filmándola totalmente en Cornualles. Es una versión sombría, carente
del humor de la original, pero a mi me ha encantado y está en YouTube con subtítulos
en español.
En esta versión,
Dona (Tara “Selyse”Fitzgerald) viene huyendo de la Revolución Gloriosa que
derrocó a los Estuardo del trono inglés. Su condición de católica la hace
sospechosa al bando del rey Guillermo, y su hija, una pequeña fanática
religiosa, crea más problemas insospechados por Dame Daphne. Sin embargo, el
paisaje sirve para ilustrar la dualidad de Dona dividida entre su pasión por el
mar, la libertad y el pirata, y sus
deberes de madre y esposa.
My Cousin Rachel
“Mi Prima Raquel” merece un post separado
debido a que la última adaptación
fílmica ha hecho un enredo total de lo que el libro cuenta y lo que la autora
piensa, imponiéndole ideas feministas que Daphne Du Maurier jamás sostuvo. Pero
ahora hablemos de Cornualles y como
aparece en esta obra.
Es 1951 y Daphne ya es semi dueña de Menabilly. Uno de sus sueños se ha cumplido. Su matrimonio es solo de apariencias, se ha atrevido a consumar su relación lésbica con la actriz Gertrude Lawrence, pero no está tranquila. Se ha enamorado apasionadamente de su amiga Ellen Doubleday. El que Ellen se rehuse a llevar su amistad al terreno físico , irrita a la escritora.
Para castigarla,
la convierte en una mujer fatal, Rachel, Contessa Sangalletti, Viuda de Ashley. Pero Rachel que deslumbra
y se mueve con seguridad en los escenarios continentales comete el error de ir
a Cornualles, la patria de su segundo esposo. Cornualles es territorio de
Philip Ashley, su primo y el alter ego de Daphne. Es un turf desconocido
para Rachel que comienza a perder pie, a
dejar huellas, pistas que la comprometen.
Rachel y Philip en una playa córnica |
Aunque Philip no está
seguro de que Rachel sea una asesina en serie, él la condena por no
corresponder a su amor (tal como Daphne condena a Ellen). Rachel entiende que
para Philip ella es una criminal, eso la hace perder piso literalmente, provocándole una caída fatal. A diferencia del
filme donde se insinúa que Philip ha provocado la muerte de su prima, Rachel,
en el libro, es asesinada por un paisaje
que la castiga por ser un elemento foráneo y perturbador.
Puente de donde se despeña Rachel |
En mi próximo
blog espero hablar de otros autores y ver que papel jugó la Finisterre de
Cornualles en su obra.
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