Y llegamos al
final y nos duele despedirnos de Michelle Jenner a la que me es imposible imaginarla
sin las tocas de Isabel. En trece
capítulos veremos a la reina morir cada día un poquito, con las desgracias que
asolarán a su familia, con las traiciones, incluso las de Colon. La veremos darse el gusto
de insultar a un Pacheco por última vez y de despedirse de su Gran Capitán, y
cuando esté enterrada, sentiremos lástima
por Fernando.
Isabel tiene su España
única y unida, pero las cosas no salen como lo desea a pesar de tener fieles
servidores tales como Chacón y Cabrera que siguen al pie del cañón. Se les agregará
el Cardenal Cisneros (Eusebio Poncela), el ultimo hombre honrado de España, un
personaje importantísimo en la historia, pero al que hay que comprender dentro de su
época, porque a ratos parece fanático.
Lo bueno es que
Cisneros no anda olfateado conversos. Se dedica a algo más práctico, la reforma
de una iglesia pecadora y hedonista. Se va a inspeccionar monasterios y le
echan los perros, porque ningún monje quiere perder la buena vida que lleva.
Tampoco se puede
exigir mucho a frailes cuando el Papa es un facineroso que vive rompiendo mandamientos.
A mí no me gustó Rodrigo Borja (Jorge Bosch) en la temporada anterior donde
andaba como el cardenal de “Águila Roja,” metido en la cama con dos mozas.
Ahora ya estará un poco mas respetable en el Vaticano y junto a él veremos a Cesare.
¡Pero ay , estos no son “Los Borgia”! ¡Cómo extraño a Jeremy Irons y a mi François!
Esta etapa en la
crónica isabelina corresponde a la invasión francesa de Italia, pero esta no
será nuestra única parada esta última temporada. Iremos a la corte francesa en
el Castillo de Amboise. Carlos VIII de Francia, al que vimos niño en “Borgoña”
y viejo en “Los Borgia”, ahora estará
ahí todo contrahecho en la piel de Héctor
Carvallo y podremos ver a su consorte la gran Ana, ultima Duquesa de Bretaña (Marta
Belmonte).
Veremos a Colon
clavar su espada en la isla de Guanahani, y volver cargado de nativos y
papagayos. El imperio ultramarino comienza a despuntarse a pesar de que Colón
regresa de cada expedición cada vez más inflado, más payaso, más lleno de
cuentos. Y ya hay gente en España haciendo negocio con los pobres indios.
Isabel y Fernando
arreglan uniones dinásticas para sus cinco hijos. Unen el destino de España al
de los Habsburgo y envían dos hijas a Portugal y una a Inglaterra, pero los
herederos van muriendo uno tras otro, rompiendo el corazón de la reina. Es que si ella fue fuerte precisamente por
poder elegir a su pareja, no puede
imponerles matrimonios a sus hijos.
Una escena en la
que los Reyes Católicos reúnen a toda su prole, incluyendo las más pequeñas de
sus hijas, y les asignan parejas, es
casi risible. Si uno no se quiere reír,
dan ganas de llorar. Ahí está la clave de las desdichas familiares de Isabel.
Finalmente España
quedará en las manos de la princesa más frágil, Juana (Irene Escolar) a la que
la historia llamara ”La Loca”. Irene Escolar va a ser la sombra de Michelle
Jenner esta temporada en un rol trágico de una mujer que pierde la cordura por
los celos, por un amor desmedido, o tal vez porque heredó el mal de la abuela
que, como recordaremos, no andaba muy
bien de la cabeza.
Raúl Mérida será
la causa de su pasión. Felipe, el Hermoso es un verdadero diablo encarnado,
manipulador, abusivo, y un furúnculo en el trasero de Fernando. El
mayor problema de Juana es que es muy arrebatada y en cada uno de sus arrebatos
ataca a alguien. O araña a la cuñada, o agrede a su hijito, o les lanza
chorrera de insultos y babas al rostro a los padres que de milagro no andan a
castañazos con ella porque es muy malcriada.
La Gatita
Maricarmen dice que Fernando e Isabel son Los Pimpinela medievales y sí que van
a darse de gritos otra vez, pero un atentado en Cataluña (¿dónde más sino? )
casi manda a Fernando al Patio de los Callados. Este percance hace recapacitar
a Chabela de cuanto lo ama y le da carta blanca para que vaya a ayudar a los Borgia
a defenderse de la invasiones galas.
Para eso manda la mejor espada del reino, a
Gonzalo de Córdoba. El pobre caerá en desgracia por ser quien es, un hombre
valiente y decente en un mundo indecente.
Tudormaniacos, veremos a Catalina llegar a
tierras inglesas. Natalia Rodríguez es encantadora—me recuerda a Vanessa
Kirby, pero más dulce— en un rol que siempre hemos visto en su madurez.
Me pregunto si Charlotte “Myranda” Hope logrará
eclipsar a una española cuando le toque interpretar a esa princesa castellana
en “The Constant Princess”. También veremos a Catalina en su triste viudez y su
incipiente relación con su cuñadito Enrique.
A final, Isabel
se apaga lentamente con tiempo de despedirse de su Gran Capitán y de darse el gusto
de quitarle el villorrio de Villena a Diego Pacheco. En realidad, los Pacheco
perdieron Villena en 1476, cuando tomaron el partido de la Beltraneja. Diego
Pacheco fue leal siervo de la corona y hasta perdió un brazo en la reconquista
de Granada. Pero lo importante es ver que Isabel no ha olvidado las humillaciones
y traiciones de Juan Pacheco y nunca confiará en sus descendientes. Total
badass!
Finalmente nos quedamos
con Fernando, un Fernando derrotado, atontado ante la pérdida de su compañera y
gran colaboradora. Se ve obligado a ceder la corona y el cetro a una hija demente
y a un yerno al que tilda de traidor. Tremenda escena y tremenda actuación de
Rodolfo Sancho cuando se marcha bajo la nieve, como un mendigo en pastorela navideña, después de jurar lealtad a la nueva reina de Castilla.
Pero tranquilos,
que Isabel muera no significa que dejemos de ver a su familia. Ya pronto podrán
ver completa la película “La Corona Partida” que narra las desventuras de
Juana. ¿Dónde? Pues en el mismo sitio donde pueden ahora ver
las tres temporadas completas de “Isabel”, en UnivisionNow.
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