Y sucedió. Cuando
ya creía estar muy vieja para nuevas experiencias y he aquí que me he aventurado
en los recovecos del Netflix. Un mes gratis y un mes de prueba por $10.99 y por
fin conozco este mundo del que tanto he oído hablar.
Perdida en el laberinto
Fue un regalo de cumpleaños
y lo estoy aprovechando al máximo, aunque a ratos me mareo, a ratos me pierdo. El browsing (y ya me lo habían advertido)
es tan simple —en el sentido de basto, tosco— que llega a ser
complicado. Tiene como un millón de ofertas, pero el menú solo te da diez categorías para
encontrarlas. Uno entra y se encuentra con esas divisiones, elige algo, lo ve,
se va, vuelve al día siguiente y en la
misma categoría aparecen nuevos títulos que te perdiste el día anterior.
Además las
divisiones son un poco amplias. “Reign”está clasificada, junto a “Scandal” y “the West Wing”, como “drama político “. Después se sienten
capaces de elegir por ti solo basándose en lo que has visto, y lo hacen muy
mal. Tras ver “La Catedral del Mar”, me recomendaron ver…”¡La Familia Peluche”! Son
parecidísimas, en serio.
Luego está la
plataforma en sí, que tampoco es muy amistosa con los que, como yo, nos
manejamos con tecnología antigua. Puedo verla en mi celular donde escasamente alcanzo
a vislumbrar los textos, o en mi Tablet, y Melisandre hace rato que pasta, la tengo
solo para Wassap. Así que todo debo verlo en esta estrecha pantalla de mi
Sansa, pero si la laptop aguanta, yo voy con ella. Igual yo quisiera ver todas
estas bellezas en una pantalla grande.
En casa tenemos dos
televisores. Uno pequeño, una antigualla, que todavía trae agregado un videoplayer. Es de mi hermano y le
encanta. Por eso me dejó la LG gigante, pero la pobrecita no es “inteligente” (léase,
la fabricaron antes que existiera Netflix).
Voy a tener que esperar a esa mítica nueva casa donde podremos tener un
nuevo televisor donde se puedan trasladar Netflix y YouTube. Aunque el Profesor
Ochoteco me recomienda un artilugio llamado Google algo que me permitirá hacer
esa migración desde el notebook hasta la lG.
Las Chicas del Cable
Por otro lado,
Netflix, es bastante cómoda para mi oído. Lo primero que puse fue “Las Chicas
del Cable” y me sale Blanca Suarez hablando en inglés. Ay, así no bailo con el señor.
Reviso, reviso y veo una opción español original”. Con el apuro de hacerle clic,
no me fijé que decía “comentado” y me
sale una telenovela polaca. Por si no lo saben, las telenovelas latinas en
Polonia (no sé si todavía, pero ocurría en los 90) no las traducían. Tenían un comentarista
que iba describiendo lo que pasaba en pantalla. Ahora yo tenia el mismo
cicerone . Mejor guardarlo por si algún día (y toco madera, D-s no lo permita.
Hasvah-ha-lila, y Lagarto, Lagarto), me quede más ciega que Esmeralda.
No terminé de ver
Las Chicas, porque realmente, a pesar
del vestuario, sentí que iba a ser un cruce de “Velvet” con “La Otra Mirada”, un
mundo sin tecnología, pero con sensibilidades mituteras. Maás me atraía seguir esculcando
y acabé viendo algo llamado “Land Girls”. Primera buena noticia, también tienen
close captions para los duros de oído
o para los que tengan problemas con la variedad de acentos regionales anglos .
Segunda buena noticia, la serie solo tiene cinco episodios, así es más fácil
tragársela.
Land Girls
Esta miniserie
del 2008 trata sobre las Land Girl, un servicio obligatorio para las británicas,
durante la Segunda Guerra Mundial. Involucraba a mujeres que no estaban en el ejército, que no estaban trabajando
en una ‘fabrica, o que no tenían hijos
que cuidar. Se las mandaba al campo a reemplazar en las faenas rurales a los
hombres que estaban en el frente. Mi mayor sorpresa es como hicieron tres
temporadas de algo tan baladí, y no dejaron ni acabar la segunda de la
excelente “Home Fires” que trataba de un tema similar.
La historia sigue
a cuatro Land Girls en algún pueblo
perdido de la campiña inglesa. Cual de todas más bruta que la otra, son interpretadas
por actrices desconocidas y mas encima feas, hay dos que encarnan a mujeres
casadas con soldados en servicio activo, una ama al marido, la otra no. Hay una
hermana menor, la más idiota del grupo, que se preña de un americano (los
yanquis son los malos en este cuento), y otra, de clase un poco mas alta que se
lía con el Lord local. Esto es como lo mas interesante, pero al final de la
primera temporada, lo matan. Fin, no la veo más.
Mad Men
Puede resultar
extraño, pero lo próximo que vi fue “Mad Men”. La tienen enterita, las siete temporadas. Es como un viaje en el
tiempo para reconocer que no se ha conseguido hacer una serie igual. Yo tengo
un vago recuerdo de haber visto este episodio por allá por el 2008. Recordaba
lo patán que era Pete Campbell y como le hizo un hijo a Peggy, tras humillarla
todo el día en la oficina, y emborracharse en su despedida de soltero.
También,
obligatorio es recordar ese primer encuentro entre Don y Rachel Menken, que siempre
sospeché fue el gran amor del publicista (después de Betty, por supuesto) en el
que él la ofende por ser judía y por ser mujer. Genial, el pobre Roger Stirling
tratando de encontrar en toda la compañía, un, uno solo, empleado judío, para que Rachel se sienta cómoda. Habla volúmenes de la evolución de Stirling-Cooper que en temporadas posteriores no solo tengan
empleados judíos, además que Roger acabe
casado con una de ellas.
Hubo tantos pequeños
detalles que la primera vez me perdí: la falda de Peggy que recibe criticas por
ocultar sus piernas; los mensajes cruzados que bombardean a la Olsen en su
primer día de trabajo y que devienen en una bochornosa escena con Don; los
esfuerzos de Sal por verse “machote” mientras trata de cerrar la puerta de su
closet para que no se le descubra que es gay.
Pero lo que más
me impresiono es como se gastan una hora mostrándonos a Don como el Don Juan de
La Gran Manzana, el cínico mas grande del universo, y al final lo vemos llegar
a una casa de ensueño y a una hermosa y enamorada esposa que lo mira con
ternura mientras él arropa a sus hijitos. No, no se ha vuelto a hacer una serie
como esta. Un gusto poder verla de nuevo.
El segundo
episodio “What do Women Want” tiene a Don y a sus publicistas buscando un modo
de vender un desodorante en aerosol a mujeres que se los comprarán a sus
hombres. Fue un episodio sobre competencias. Joan que sigue intentando ser la
mentora de Peggy, pero que la aplasta cada vez que siente que la nueva le quita
espacio. Me da morbo ser la única que sabe que Peggy está embarazada.
Competencia entre
varones, a ratos cruel y violenta cuando los publicistas rocían a Ted con desodorante
porque según ellos huelen mal (Don se ofende cuando su amante lo manda a ducharse.
El aroma masculino es algo que no se discute). Los hombres se olfatean como perros. Roger
compite con Don y para eso quiere saber mas de su publicista estrella, pero
Draper es una ostra cerrada.
La misma Betty se
siente descorazonada por lo poco que sabe del marido. Eso es parte de su cuadro
de ansiedad. A Don le parece extravagante que su mujer pueda ser infeliz. Lo
tiene todo. ¿Qué más quiere? El problema
es lo que Betty no quiere. Sus miedos a perderlo, a pasar a ser una divorciada
como la vecina, su miedo a la bomba nuclear, a hacer un mal papel delante del jefe del marido.
Tanto estrés acaba
en un accidente. A Betty se le congelan o le tiemblan las manos y es incapaz de
controlar el volante. Los médicos creen que son nervios. A pesar de que a Don
no le parece (solo la gente infeliz va al loquero) le permite a su mujer ir a
un psiquiatra. Escena de gran glamur. Betty en el sofá fumando y sus faldas flotando
hasta el suelo (aunque no creo que se usase la mezclilla para trajes de calle).
Lo poco glamoroso es como el doctor le pasa un reporte completo al marido. Ayer
y hoy, la psiquiatría se las arregla
para traicionarnos.
Curioso lo bien
que me caía Betty entonces y como acabé odiándola. Es como con Daenerys
Targaryen. Cuando están en el suelo, las quieres; las odias cuando comienzan a
quemar gente con sus dragones.
Peaky Blinders
Antes de que me estrangule
la Gatita Guivi, vamos a hablar de “Peaky Blinders”. Después de cinco años de
espera, no tengo quejas. Me habían dicho que era “Boardwalk Empire” a la
inglesa. Eso para mi es un elogio así que no me molestan las similitudes, pero
también enfatizo las diferencias. Para quien no sepa Peaky Blinders fue una banda criminal que
tuvo gran influencia en Birmingham durante La Belle Epoque. Se les llamaba Peaky
Blinders porque sus miembros portaban hojas de afeitar en las viseras de sus boinas (Blinders).
Aunque la banda
original perdió importancia en 1910, Steven Knight decidió usar el nombre y el
espacio geográfico para una fábula del bajo mundo de la Birmingham de los 20. Sigue
el modelo cronológico de “Boardwalk Empire” aunque aquí no entra en juego La Prohibición,
pero si los miedos de la postguerra británica: el auge del comunismo y el
terrorismo irlandés.
La acción abre en
1919, casi recién regresados de Flandes, Los Hermanos Shelby, Tommy (Cillian Murphy) y Arthur(Paul
Anderson) se han hecho cargo de la banda, que durante la guerra estuvo en manos
de la Tía Pol (mi archi enemiga Narcissa Malfoy mejor conocida como Helen
McCrory de Lewis) y debería seguir ahí porque es la más lista de la familia. El
resto de los Shelby lo componen un par de hermanos y una hermana, cual de todos
más tonto.
En Tommy y Arthur
vemos los espejos de los Hermanos Thompson de “Boardwalk Empire”. Tommy que volvió de la guerra con las barras
de Sargento Mayor, y más medallas que las
que le caben en el pecho, es
inteligente, ambicioso y visionario. Ósea es Nucky, el que piensa para que su
hermano no se canse haciéndolo. Pero Tommy también es un poco Jimmy Darmody. Trae
un trauma oculto de las trincheras, no se le ha conocido mujer desde que se quitó
el uniforme y como Jimmy que se daba toques de cocaína, a Tommy le gusta
perseguir al dragón (en slang de entonces: fuma opio).
El problema
comienza cuando, por equivocación, los hombres de Tommy se roban un cargamento de
armas destinadas a Libia (¿por qué a Libia? ). Ese robo alerta a las autoridades que creen que o han sido sustraídas
por los Rojos siempre a la espera de instalar un Soviet, o por los Fenianos, igualmente peligrosos. Hacen
traer de Belfast al Inspector Chester Campbell (Sam Neill) que ha estado
batallando la rebelión irlandesa junto con los Black&Tans.
Campbell tiene la
manía de dictador latinoamericano de desaparecer gente, pero como le explica
Winston Churchill (Andy Nyman), Inglaterra no es Irlanda, tiene que hacer las
cosas legalmente. Campbell arresta a Arthur Shelby, lo apalea hasta el borde de la tortura y se da
cuenta que este Blinder no sabe nada. Le ofrece hacer un trato, tratando de comprarlo
con el cuento de que los dos son veteranos. Pero Tommy descubre que Campbell no
estuvo en el campo de batalla, Y con esa obsesión, tan de Jimmy Darmody, de creer que solo sirven los que pelearon y
sufrieron, decide que hará algo mas interesante con las armas.
El personaje de Sam
Neill con sus obsesiones moralistas, su desconfianza (bien fundada) en la
policía local y su fijación en una mujer que (ne imagino) deberá compartir con
su enemigo recuerda a Nelson van Alden (Michael Shannon) de “Boardwalk”. Su
discurso a la policía local también suena a los que el agente del FBI les
endilgaba a sus hombres.
La serie se ve
buenísima. Como “Boardwalk” , tiene un muy buen asesor histórico, no carece de
ambiente de época. Se nota el grado de pobreza
de calles todavía empedradas, de una vida cotidiana publica provocada por la
promiscuidad de la escases y estrechez de vivienda. Se ve un mundo lóbrego y
oscuro como los canales donde vaga el bote del tío Charlie (Ned Dennehy), un
Caronte cockney que transporta tanto mercancía robada como cadáveres.
Como en “Boardwalk”
hay un intento de mostrar todas las
comunidades de esa clase humilde (y criminal) birminghaniana. La serie comienza
con un intercambio entre Tommy y una brujita china que supuestamente hechiza su
caballo para que gane carreras. Luego vemos el lado italiano, con restaurantes pintorescos
y bandas de gánsteres no tan pintorescos. Aun así, como en “Boardwalk”, el
énfasis no es en luchas de poder sino en el desarrollo psicológico de los
personajes. Hasta ahora, Tommy es el mas importante en ese aspecto.
La serie sufre
del defecto del género gansteril de que las mujeres no sobresalen. Un diez a ”
Boardwalk” donde tal cosa no ocurrió. La
Tía Pol se ve interesante, pero no hasta el punto de convertirse en una Jill
Darmody. Ada Shelby (Sophie Rundle) es una alelada que se va meter en problemas
y va a meter en ellos a su amante,
Freddie (Iddo Goldberg), el comunista local y ex compañero de armas de Tommy.
La que debería
interesarme es Grace (Annabelle Wallis, la Reina Jane Seymour de” Los Tudors”),
la agente infiltrada por Campbell que se hace pasar por inmigrante irlandesa y
sirve en la taberna de los Shelby (The Garrison), pero me parece muy sosa, muy lejos de las
dimensiones míticas de Margaret Schroeder-Thompson de Boardwalk Empire”.
El segundo
episodio ha sido muy movido y muy llamativo. Los Shelby se alejan de Birmingham
para ir a una feria de caballos en una aldea rodante de tinkers (gitanos). Es agradable ver el cielo azul y el verde de la
campiña. Tommy quiere adquirir un caballo, pero termina peleando con otra tribu
de gitanos mafiosos, los Lee.
Por fin vemos un despliegue
del arte de pelear con una boina como arma, pero aunque Tommy acaba de dueño de
un hermoso caballo blanco, se han echado encima un tremendo enemigo. La serie
parece tener un lado esotérico, porque de nuevo se habla de brujería. Los Lee
han usado un hechizo de magia romaní para enfermar al caballito. Tommy no tiene
más remedio que matarlo.
Los Lee no son el
único problema de Tommy. Aprovechando la ausencia de los Chicos Shelby,
Campbell hace una redada de la población comunista de la barriada. Ada Shelby está
como siempre montada en Freddie, pero ambos consiguen huir. Freddie debe dejar
la ciudad. Campbell gana el primer round. Ha dado un duro golpe a los
agitadores y a su familia. De paso hace
pedazos las tabernas locales, menos el Garrison de los Shelby. Hace correr la
voz, que los Peaky Blinders trabajan con él, pero Tommy es más inteligente.
Hace que traigan
todos los retratos del Rey Jorge y los quema ante los atónitos ojos de un
periodista. Tommy le da su nombre y le explica que no es un acto de rechazo o desprecio. Quieren evitar
que su soberano sufra la vergüenza de ver como hombres que pelearon por él,
sean ahora humillados y maltratados. Tommy ha descubierto el poder de los
medios.
En Inglaterra ( hoy
y entonces) no se puede escribir nada de
la Familia Real sin pasar por “la firma”. Esto significa que un airado Winston
Churchill llama a Campbell y le da una zurra verbal. Que encuentre las armas y
se deje de molestar y de paso que no abochorne a la Corona.
La Tía Pol capta que a la sobrina le han
crecido los pechos. Como Ada no quiere decir el nombre del padre del bebé, y se
niega a abortar, Pol la acusa con Tommy. Escena fantástica en que Tommy confronta
a su hermana que está viendo un filme en el teatro de la familia y le exige
saber el nombre del padre. “Rudolph Valentino” responde Ada. Error, aunque Valentino si aparece en
pantalla, en 1919 era un actor terciario y trabajaba bajo diversos nombres como
“Di Valentina”, “De Valentino”, o “Valentine”
No sería Rudolph Valentino sino hasta 1920.
Finalmente, la
cansada Ada le grita a su hermano que el padre es Freddie “ fucking” Thorne. “Tu compañero de escuela. El hombre que salvó
tu vida en Francia. ¡Anda y mátalo!” Pol le cuenta a Tommy que Ada no quiere
abortar y quiere comunicarse con Freddie, para ver si quiere casarse con ella.
Tommy quema la carta a pesar de que Pol lo amenaza con un atizador. Le dice que
Ada nunca será con feliz con Freddie, que siempre vivirá a salto de mata, ambos buscados por la policía.
Pol sigue creyendo que Ada y Freddy merecen
una oportunidad. Tommy, que es genial para decir cosas crueles, se sorprende
que a quien le ha ido tan mal con los hombres todavía crea en el amor. Tommy,
Darling, esas somos las más románticas. Pol tiene una conversación profundísima,
tristísima, y convincente con la sobrina. Le cuenta como a los dieciséis años abortó.
Finalmente, Ada acepta que Freddy no va a volver y que debe ir a Gales con la
tía a deshacerse del bebé.
Me quito el
sombrero ante Helen, madre de hijos pelirrojos, que buena actriz salió, y eso
que no he mencionado la joya de la corona: su encuentro con Campbell. Mientras,
los gorilones protestantes del Inspector rompen los sofás de comunistas,
parientes y simpatizantes, y los Shelby tienen su lucha campestre con los Lee, Tía
Pol , de mantilla, prende velas en la iglesia. Entra Campbell como Pedro por su
casa. La tía solicita que se quite el sombrero, el rufián, como respuesta,
limpia su pipa en un asiento. Realmente revienta el pobre, y ya quedé clara que
los católicos han sido los judíos de Inglaterra.
Campbell le
pregunta a Pol si las velas son por sus sobrinos. Muy dama, ella dice que son
por sus empleados, los que no volvieron del frente, y gentilmente le recuerda a
Campbell que él no sirvió. La reacción del inspector es agredirla (también rompe el altar). Con gran
presencia de ánimo, Pol hace lo que toda mujer debería (si no nos paralizara el
miedo) en esas circunstancia: lo besa. Luego le dice al espantado Ulsterman,
fingiendo sorpresa, que como la agarró, malinterpretó sus intenciones. Campbell se
bate en retirada, pero exige hablar con “El Patrón” ósea con Tommy.
El Patrón va a
esa entrevista en exclusivo salón de té. Me encantan esos contrastes de Steven
Knight entre la miseria y oscuridad de los bajos fondos y de la luz (aumentada
por los tapices crema y rosa que decoran las paredes) y opulencia de este salón
reservado para dos. Me recuerda su trabajo en ”Eastern Promises”.
Campbell explica,
un poco cortado, que ha escogido este sitio porque no es
territorio de ninguno de los dos. Eso es evidente, Tommy parece tiburón en tope
de montaña (símil de Jaime Lannister) y se rehúsa a tomar té. Campbell se
siente incómodo con el florero con calas de centro de mesa y lo retira.
La carta del
Inspector es una receta de vitaminas a nombre de Ada encontrada en el cuartucho
de Freddie, pero le es inservible. Tommy, flemático, ofrece impedir que Freddie regrese a
Birmingham, eso es parte de su trato. Quiere que Campbell lo deje seguir sus
negocios, legales o ilegales, a cambio le dará las armas.
Si el inspector intenta algo en contra de los
Peaky o de Tommy, las armas tienen orden de dirigirse a Belfast a manos del ERI
(Ejército Republicano Irlandés). El desesperado Campbell se niega a estrechar
la mano del gánster, pero Tommy despectivo le dice que él tampoco tocaría un
hombre que no estuvo en servicio activo.
¡Ayyy no le van a dejar pasar esa nunca!
Esa noche, en
medio de una representación de Tosca, Campbell solicita a Grace que averigüe
donde están las armas. Que use las tretas necesarias para sonsacar a Tommy. Le entrega
un revolver. Está avergonzado. “Me
siento como un padre que manda a su hija a un burdel” dice. Grace sigue fría e
impávida, sigue sin convencerme. Entiendo que deba verse indiferente y
profesional con Campbell que ahora noto, muere por ella, pero siempre se ve tan
apática. Y no es la actriz, que se vio cálida y espontanea en “Los Tudor” y en
“Fleming”
Tommy ya sabe que
Grace oculta algo. Tiene amigos en Dublín que jamás han oído de ella. Nota que
la camarera habla como las chicas elegantes de Belfast, pero Tommy comete un
error en su arrogancia. En vez de dejar que Grace le cuente su historia, y como
tiene muy presente lo de su hermana, se inventa un cuento de que Grace es hija
de familia, que se embarazó y rodó pendiente abajo. Hábilmente, ella lo deja que se crea su propia invención.
Acepta acompañarlo para “un trabajo” a las carreras.
En la estación de
tren, Ada y Pol tienen un encuentro con Freddie Thorne. Tommy le escribió ordenándole
que buscara a Ada y ambos abandonaran Birmingham. Freddie le pide matrimonio a
la Nena Shelby. Ada y su tía se abrazan, pero en vez de huir a Cardiff, Freddie
exige casarse en Birmingham y vivir en Birmingham. ¡Uy que porfiado! Y ahí nos
quedamos hasta la próxima semana.
El jueves me ha
tocado tragarme “La Catedral del Mar”. Tortura total. Me gusta contar la
anécdota de como perdí las amistades con el bestseller de Ildefonso Falcones. Hojeándolo
en el super me cayó el mamotreto en un pie y quedé coja todo un día. Fin de
lectura, sobre todo que recorrer un par de diálogos ya me indicó que hablaban como si estuvieran en “El Hormiguero”.
¡ Zape gato.! Esos modernismos los han trasladado a la adaptación de Diagonal,
que , aunque también creó” Isabel” y “Carlos, Rey Emperador”, no supo traerse un
guionista para darle un poco de sabor de época.
Lo bueno: Es
coherente, aunque huele a Los Pilares de
la Tierra de Ken Follet. Hay cierta atmosfera de época, a pesar de los
pobres parlamentos. Interesante ver el mundo de la incipiente clase media (artesanos)
de la Barcelona medieval. La movilidad social que permite a Grau Puig (Ginés García
Millán) llegar de alfarero a noble, a Joan (Pablo Derqui) de gamín callejero a
inquisidor. También que la iglesia, por una vez no sea villana. Joan es un fanático,
pero porque acarrea traumas desde la infancia. D’Emeric (Sergio Peris Mencheta),
aunque cruel es justo, y el Padre Albert es un amor (un cliché dé la
ficción medieval es que los franciscanos siempre son buenos).
Lo Malo: Aunque
sabido es que el hoi polloi de entonces
eran los conejillos de indias para que los poderosos ejercitaran su maldad y
que Idelfonso Torres se limita a describir atropellos e injusticias que eran
pan del cada día en el Siglo XIV, uno siente que ya hay un exceso. Quizás sea
porque las injusticias nunca son vengadas, porque no hay un equilibrio. No
culpo a la serie que solo sigue las pautas del libro. Está bien que muestren un
caso de droit de seigneur muy típico de la España de la época, ¿pero tienen
que matizarlo con el esposo obligado también a violar a la mujer? Ya parecen
nazis.
Luego está lo de
hacer pedazos a Habiba (Julia Carnero). Si ya sé que a los esclavos se les sometía
a todo tipo de crueldades, pero Grau Puig sabe que Habiba no es culpable, ¿por qué
no darle un par de azotes y despedirla? ¿Necesita matarla a palos? Eso se
entendería en personalidades sádicas como las de Llorenç de Bellera (Alain
Hernández) y su hijo Jaume (Iñaki Font), pero Grau no es sádico.
Y después que ya
tuvimos violación en grupo en la primera entrega, ¿tenemos también que ver como
secuestran y violan a la inocente Mar (Michelle Jenner) soio porque le hace
ojitos al padrino?. Y aquí me llega una queja que hace rato que las feministas
debieron hacerles a Falcones. ¿Por qué sus mujeres son tan malas? Es cierto que
solo las ricas lo son y eso porque esta novela sigue un esquema maniqueo de
ricos villanos y pobres angelicales.
Aun así, las
mujeres como Isabel (Eva Rufo), Margarida (Ana Moliner) y Elionor (Silvia
Abascal) son monstruos y no se entiende. A la Alionor se le mete en la cabeza
que su marido no se acuesta con ella (no por fea y fétida) por culpa de su
ahijada de la que está enamorado. Vamos haciendo que la violen. Margarida
provoca la muerte de su hermanito, la tortura de su esclava y en vez de
arrepentirse, le toma un odio inusitado al primo que la encubre.
Isabel es el caso
más curioso. Entre personajes planos y flojos, esta es como contradictoria. Grau
Puig se ha casado con ella para ser noble, y ella que no es ni joven ni bonita,
tuvo que aceptar porque parece que no consiguió otro novio. La mujer en vez de
cargar con el marido y los hijastros se
obsesiona con el protagonista que es un niño que le sirve de caballerizo.
Cuando Arnau(Hugo Arbues) le falta el respeto (según
ella) Isabel exige que le pida disculpas. El nene no quiere y a Isabel se le
mete entre ceja y ceja que ha de hacerlo. Impide que lo despidan porque lo
necesita cerca para que le pida disculpas. Da como risa que esta señora haga un
propósito vital el esperar una disculpa. Cuando Arnau y su padre se marchan,
pero hay una hambruna, lo único que se le ocurre a Isabel es que ahora el
pequeño presentará sus excusas por un plato de comida. Parece la villana de “Marimar”.
No recomiendo un
cuento tan lleno de clichés, personajes estereotipados y una historia que tiene
sus patinadas. Pedro era Rey de Aragón, no de Cataluña; Hasdai Crescas murió en
su cama, fue su hijo el que fue quemado
por la Inquisición, etc.
Los dejo aquí.
Para la próxima voy a comentar las series “continentales” que vi. Parece que en
Europa se están poniendo las pilas respecto a la televisión.
De FB
ResponderEliminarAna Estelwen En el momento en que una serie dicen que alguien era "rey de Cataluña" ya no sigo viéndola. Ya sabemos quien la paga entonces, y por qué.
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María Elena Venant
María Elena Venant Toda la serie, Reina Estelwen, es un himno al oprimido pueblo catal'an y a su independencia.
Guillermina Antonucci Ay, Male, tengo tanto que decirte y eso que recién vas por el segundo episodio. Ahora ando corriendo pero en cuanto pueda sentarme te escribo. Con cuidado para no hacer spoilers, jajaja!
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María Elena Venant
María Elena Venant Reina Guivi yo vivo de spoilers y me los conozco todos, bueno lo que me contó la Wiki. Una serie con tantas honduras sicologicas, tanto personaje interesante, no me puedo dar el lujo de perderme algo por estar preocupada de lo que puede o no puede ocurrir. Espero comentarios, aqui o en el blog.
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Guillermina Antonucci
Guillermina Antonucci Ah, trataré de ser medianamente ordenada, jajaja! Imposible, imposible... Pero voy a intentar atenerme a lo visto porque de lo contrario no sabría por dónde empezar. A ver... sí, la profundidad de los personajes es lo más hermoso que tiene la serie. En la primera temporada los que más se destacan son Thomas y la tía Pol (Pol es absolutamente mi personaje favorito de toda la serie y todas las temporadas, aunque no siempre va a ser tan brillante como al principio). De Thomas te diré que la temporada que más me gusta es la primera, después lo que noto es que lo han querido hacer un "ganador nato" y permanentemente bordea el Gary Stu. No es culpa de Cillian. A Cillian lo quiero como a un hermano, por irlandés, porque cumple años dos días después que Lucía y porque tenemos la misma edad, y porque en una época salía en absolutamente todas las películas con las que me cruzaba. Pero a veces el guión no acompaña su talento. Eso sí, cuando lo comparaste con Jaime pensé que te perdíamos, jajajajaja. En serio, Male, todas mis amigas que vieron la serie (salvo Lou González) mueren por él y yo me quedo con cara de... ¿eh...? Pero ya sabemos que eso es porque me puede el hermano problemático.
Desde FBGuillermina Antonucci El hermano problemático merece párrafo aparte. Pobrecito mi Arthur, es un auténtico desastre pero yo lo quiero así. La verdad es que su debut en la serie no es el más feliz que digamos, hace un papel bastante triste y al principio te deja con la duda: ¿siempre fue medio corto de entendederas, o eso también es consecuencia de las trincheras? Pero a partir de la segunda temporada gana muchísima profundidad. Bueno, en la primera ya se ve que es un personaje complejo, pero recién en la segunda se puede decir que le tomé cariño. Y fue como siempre conmigo, de repente me encontré pensando "oh, cielos, me mata el feo ese", jajajaja! Con lo cual ya llenamos el nicho de pelirrojo (en la serie me parece que le tiñen el pelo a Paul) y feo (aunque las encuestas dicen que el pobre hombre de feo tiene nada más mis ganas de llenar el nicho, jajajaja)
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Guillermina Antonucci
Guillermina Antonucci En lo que no concordamos es en el asunto de Ada y Freddie. Ada y Freddie son mis hijos, los niñitos de mi corazón. Ada en cierta medida es la típica adolescente que "da el mal paso" pero que tiene la fortuna de darlo con un buen hombre. Toda la primera temporada fueron lo que más me llamaba la atención (además de la tía) y viví con el Jesús en la boca pensando que en cualquier momento nos lo mataban al comunista. Igual creo que andando los episodios tal vez te caigan mejor.
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Guillermina Antonucci
Guillermina Antonucci Grace... ay, madre mía... yo también noto que le falta algo. Demasiado fría, demasiado distante, incluso cuando se supone que tiene que transmitir emociones. Pero tampoco me pareció que fuera culpa de la actriz. Ella lo ha trabajado muy bien. Lo que pasa es que, al lado de otros personajes femeninos con carácter, como Polly, queda bastante disminuida. Y espera que conozcas a la esposa de John... ah, esa es genial.