jueves, 27 de septiembre de 2018

Malena en el País de Netflix (I)



Y sucedió. Cuando ya creía estar muy vieja para nuevas experiencias y he aquí que me he aventurado en los recovecos del Netflix. Un mes gratis y un mes de prueba por $10.99 y por fin conozco este mundo del que tanto he oído hablar.

Perdida en el laberinto
Fue un regalo de cumpleaños y lo estoy aprovechando al máximo,  aunque a ratos me mareo, a ratos me pierdo. El browsing (y ya me lo habían advertido) es tan simple en el sentido de basto, tosco que llega a ser complicado. Tiene como un millón de ofertas,  pero el menú solo te da diez categorías para encontrarlas. Uno entra y se encuentra con esas divisiones, elige algo, lo ve, se va,  vuelve al día siguiente y en la misma categoría aparecen nuevos títulos que te perdiste el día anterior.

Además las divisiones son un poco amplias. “Reign”está  clasificada,  junto a “Scandal” y “the West Wing”,  como “drama político “. Después se sienten capaces de elegir por ti solo basándose en lo que has visto, y lo hacen muy mal.  Tras ver “La Catedral del Mar”,  me recomendaron ver…”¡La Familia Peluche”! Son parecidísimas, en serio.

Luego está la plataforma en sí, que tampoco es muy amistosa con los que, como yo, nos manejamos con tecnología antigua. Puedo verla en mi celular donde escasamente alcanzo a vislumbrar los textos, o en mi Tablet,  y Melisandre hace rato que pasta, la tengo solo para Wassap. Así que todo debo verlo en esta estrecha pantalla de mi Sansa, pero si la laptop aguanta, yo voy con ella. Igual yo quisiera ver todas estas bellezas en una pantalla grande.

En casa tenemos dos televisores. Uno pequeño, una antigualla, que todavía trae agregado un videoplayer. Es de mi hermano y le encanta. Por eso me dejó la LG gigante, pero la pobrecita no es “inteligente” (léase, la fabricaron antes que existiera Netflix).  Voy a tener que esperar a esa mítica nueva casa donde podremos tener un nuevo televisor donde se puedan trasladar Netflix y YouTube. Aunque el Profesor Ochoteco me recomienda un artilugio llamado Google algo que me permitirá hacer esa migración desde el notebook hasta la lG.

Las Chicas del Cable

Por otro lado, Netflix, es bastante cómoda para mi oído. Lo primero que puse fue “Las Chicas del Cable” y me sale Blanca Suarez hablando en inglés. Ay, así no bailo con el señor. Reviso, reviso y veo una opción español original”. Con el apuro de hacerle clic,  no me fijé que decía “comentado” y me sale una telenovela polaca. Por si no lo saben, las telenovelas latinas en Polonia (no sé si todavía, pero ocurría en los 90) no las traducían. Tenían un comentarista que iba describiendo lo que pasaba en pantalla. Ahora yo tenia el mismo cicerone . Mejor guardarlo por si algún día (y toco madera, D-s no lo permita. Hasvah-ha-lila, y Lagarto, Lagarto), me quede más ciega que Esmeralda.

No terminé de ver Las Chicas, porque realmente,  a pesar del vestuario, sentí que iba a ser un cruce de “Velvet” con “La Otra Mirada”, un mundo sin tecnología, pero con sensibilidades mituteras. Maás me atraía seguir esculcando y acabé viendo algo llamado “Land Girls”. Primera buena noticia, también tienen close captions para los duros de oído o para los que tengan problemas con la variedad de acentos regionales anglos . Segunda buena noticia, la serie solo tiene cinco episodios, así es más fácil tragársela.

Land Girls

Esta miniserie del 2008 trata sobre las Land Girl, un servicio obligatorio para las británicas, durante la Segunda Guerra Mundial. Involucraba a mujeres  que no estaban en el ejército, que no estaban trabajando en una ‘fabrica,  o que no tenían hijos que cuidar. Se las mandaba al campo a reemplazar en las faenas rurales a los hombres que estaban en el frente. Mi mayor sorpresa es como hicieron tres temporadas de algo tan baladí, y no dejaron ni acabar la segunda de la excelente “Home Fires” que trataba de un tema similar.

La historia sigue a  cuatro Land Girls en algún pueblo perdido de la campiña inglesa. Cual de todas más bruta que la otra, son interpretadas por actrices desconocidas y mas encima feas, hay dos que encarnan a mujeres casadas con soldados en servicio activo, una ama al marido, la otra no. Hay una hermana menor, la más idiota del grupo, que se preña de un americano (los yanquis son los malos en este cuento), y otra, de clase un poco mas alta que se lía con el Lord local. Esto es como lo mas interesante, pero al final de la primera temporada, lo matan. Fin, no la veo más.

Mad Men



Puede resultar extraño, pero lo próximo que vi fue “Mad Men”. La tienen enterita, las  siete temporadas. Es como un viaje en el tiempo para reconocer que no se ha conseguido hacer una serie igual. Yo tengo un vago recuerdo de haber visto este episodio por allá por el 2008. Recordaba lo patán que era Pete Campbell y como le hizo un hijo a Peggy, tras humillarla todo el día en la oficina, y emborracharse en su despedida de soltero.

También, obligatorio es recordar ese primer encuentro entre Don y Rachel Menken, que siempre sospeché fue el gran amor del publicista (después de Betty, por supuesto) en el que él la ofende por ser judía y por ser mujer. Genial, el pobre Roger Stirling tratando de encontrar en toda la compañía, un, uno solo,  empleado judío, para que Rachel se sienta  cómoda. Habla volúmenes de la evolución de  Stirling-Cooper  que en temporadas posteriores no solo tengan empleados judíos, además que  Roger acabe casado con una de ellas.

Hubo tantos pequeños detalles que la primera vez me perdí: la falda de Peggy que recibe criticas por ocultar sus piernas; los mensajes cruzados que bombardean a la Olsen en su primer día de trabajo y que devienen en una bochornosa escena con Don; los esfuerzos de Sal por verse “machote” mientras trata de cerrar la puerta de su closet para que no se le descubra que es gay.

Pero lo que más me impresiono es como se gastan una hora mostrándonos a Don como el Don Juan de La Gran Manzana, el cínico mas grande del universo, y al final lo vemos llegar a una casa de ensueño y a una hermosa y enamorada esposa que lo mira con ternura mientras él arropa a sus hijitos. No, no se ha vuelto a hacer una serie como esta. Un gusto poder verla de nuevo.

El segundo episodio “What do Women Want” tiene a Don y a sus publicistas buscando un modo de vender un desodorante en aerosol a mujeres que se los comprarán a sus hombres. Fue un episodio sobre competencias. Joan que sigue intentando ser la mentora de Peggy, pero que la aplasta cada vez que siente que la nueva le quita espacio. Me da morbo ser la única que sabe que Peggy está embarazada.

Competencia entre varones, a ratos cruel y violenta cuando los publicistas rocían a Ted con desodorante porque según ellos huelen mal (Don se ofende cuando su amante lo manda a ducharse. El aroma masculino es algo que no se discute).  Los hombres se olfatean como perros. Roger compite con Don y para eso quiere saber mas de su publicista estrella, pero Draper es una ostra cerrada.


La misma Betty se siente descorazonada por lo poco que sabe del marido. Eso es parte de su cuadro de ansiedad. A Don le parece extravagante que su mujer pueda ser infeliz. Lo tiene todo.  ¿Qué más quiere? El problema es lo que Betty no quiere. Sus miedos a perderlo, a pasar a ser una divorciada como la vecina, su miedo a la bomba nuclear, a hacer un mal papel  delante del jefe del marido.


Tanto estrés acaba en un accidente. A Betty se le congelan o le tiemblan las manos y es incapaz de controlar el volante. Los médicos creen que son nervios. A pesar de que a Don no le parece (solo la gente infeliz va al loquero) le permite a su mujer ir a un psiquiatra. Escena de gran glamur.  Betty en el sofá fumando y sus faldas flotando hasta el suelo (aunque no creo que se usase la mezclilla para trajes de calle). Lo poco glamoroso es como el doctor le pasa un reporte completo al marido. Ayer y hoy,  la psiquiatría se las arregla para traicionarnos.


Curioso lo bien que me caía Betty entonces y como acabé odiándola. Es como con Daenerys Targaryen. Cuando están en el suelo, las quieres; las odias cuando comienzan a quemar gente con sus dragones.

Peaky Blinders

Antes de que me estrangule la Gatita Guivi, vamos a hablar de “Peaky Blinders”. Después de cinco años de espera, no tengo quejas. Me habían dicho que era “Boardwalk Empire” a la inglesa. Eso para mi es un elogio así que no me molestan las similitudes, pero también enfatizo las diferencias. Para quien no sepa  Peaky Blinders fue una banda criminal que tuvo gran influencia en Birmingham durante La Belle Epoque. Se les llamaba Peaky Blinders porque sus miembros portaban hojas de afeitar en las viseras de sus boinas (Blinders).

Aunque la banda original perdió importancia en 1910, Steven Knight decidió usar el nombre y el espacio geográfico para una fábula del bajo mundo de la Birmingham de los 20. Sigue el modelo cronológico de “Boardwalk Empire” aunque aquí no entra en juego La Prohibición, pero si los miedos de la postguerra británica: el auge del comunismo y el terrorismo irlandés.

La acción abre en 1919, casi recién regresados de Flandes,  Los Hermanos Shelby, Tommy (Cillian Murphy) y Arthur(Paul Anderson) se han hecho cargo de la banda, que durante la guerra estuvo en manos de la Tía Pol (mi archi enemiga Narcissa Malfoy mejor conocida como Helen McCrory de Lewis) y debería seguir ahí porque es la más lista de la familia. El resto de los Shelby lo componen un par de hermanos y una hermana, cual de todos más tonto.

En Tommy y Arthur vemos los espejos de los Hermanos Thompson de “Boardwalk Empire”.  Tommy que volvió de la guerra con las barras de Sargento Mayor,  y más medallas que las que le caben en el pecho,  es inteligente, ambicioso y visionario. Ósea es Nucky, el que piensa para que su hermano no se canse haciéndolo. Pero Tommy también es un poco Jimmy Darmody. Trae un trauma oculto de las trincheras, no se le ha conocido mujer desde que se quitó el uniforme y como Jimmy que se daba toques de cocaína, a Tommy le gusta perseguir al dragón (en slang de entonces: fuma  opio).


El problema comienza cuando,  por equivocación,  los hombres de Tommy se roban un cargamento de armas destinadas a Libia (¿por qué a Libia? ).  Ese robo alerta a  las autoridades que creen que o han sido sustraídas por los Rojos siempre a la espera de instalar un Soviet,  o por los Fenianos, igualmente peligrosos. Hacen traer de Belfast al Inspector Chester Campbell (Sam Neill) que ha estado batallando la rebelión irlandesa junto con los Black&Tans.

Campbell tiene la manía de dictador latinoamericano de desaparecer gente, pero como le explica Winston Churchill (Andy Nyman), Inglaterra no es Irlanda, tiene que hacer las cosas legalmente. Campbell arresta a Arthur Shelby,  lo apalea hasta el borde de la tortura y se da cuenta que este Blinder no sabe nada. Le ofrece hacer un trato, tratando de comprarlo con el cuento de que los dos son veteranos. Pero Tommy descubre que Campbell no estuvo en el campo de batalla, Y con esa obsesión,  tan de Jimmy Darmody,  de creer que solo sirven los que pelearon y sufrieron, decide que hará algo mas interesante con las armas.

El personaje de Sam Neill con sus obsesiones moralistas, su desconfianza (bien fundada) en la policía local y su fijación en una mujer que (ne imagino) deberá compartir con su enemigo recuerda a Nelson van Alden (Michael Shannon) de “Boardwalk”. Su discurso a la policía local también suena a los que el agente del FBI les endilgaba a sus hombres.

La serie se ve buenísima. Como “Boardwalk” , tiene un muy buen asesor histórico, no carece de ambiente de época. Se nota  el grado de pobreza de calles todavía empedradas, de una vida cotidiana publica provocada por la promiscuidad de la escases y estrechez de vivienda. Se ve un mundo lóbrego y oscuro como los canales donde vaga el bote del tío Charlie (Ned Dennehy), un Caronte cockney que transporta tanto mercancía robada  como cadáveres.

Como en “Boardwalk”   hay un intento de mostrar todas las comunidades de esa clase humilde (y criminal) birminghaniana. La serie comienza con un intercambio entre Tommy y una brujita china que supuestamente hechiza su caballo para que gane carreras. Luego vemos el lado italiano, con restaurantes pintorescos y bandas de gánsteres no tan pintorescos. Aun así, como en “Boardwalk”, el énfasis no es en luchas de poder sino en el desarrollo psicológico de los personajes. Hasta ahora, Tommy es el mas importante en ese aspecto.

La serie sufre del defecto del género gansteril de que las mujeres no sobresalen. Un diez a ” Boardwalk”  donde tal cosa no ocurrió. La Tía Pol se ve interesante, pero no hasta el punto de convertirse en una Jill Darmody. Ada Shelby (Sophie Rundle) es una alelada que se va meter en problemas y va a meter en ellos  a su amante, Freddie (Iddo Goldberg), el comunista local y ex compañero de armas de Tommy.

La que debería interesarme es Grace (Annabelle Wallis, la Reina Jane Seymour de” Los Tudors”), la agente infiltrada por Campbell que se hace pasar por inmigrante irlandesa y sirve en la taberna de los Shelby (The Garrison), pero  me parece muy sosa, muy lejos de las dimensiones míticas de Margaret Schroeder-Thompson de Boardwalk Empire”.

El segundo episodio ha sido muy movido y muy llamativo. Los Shelby se alejan de Birmingham para ir a una feria de caballos en una aldea rodante de tinkers (gitanos). Es agradable ver el cielo azul y el verde de la campiña. Tommy quiere adquirir un caballo, pero termina peleando con otra tribu de gitanos mafiosos,  los Lee.

Por fin vemos un despliegue del arte de pelear con una boina como arma, pero aunque Tommy acaba de dueño de un hermoso caballo blanco, se han echado encima un tremendo enemigo. La serie parece tener un lado esotérico, porque de nuevo se habla de brujería. Los Lee han usado un hechizo de magia romaní para enfermar al caballito. Tommy no tiene más remedio que matarlo.

Los Lee no son el único problema de Tommy. Aprovechando la ausencia de los Chicos Shelby, Campbell hace una redada de la población comunista de la barriada. Ada Shelby está como siempre montada en Freddie, pero ambos consiguen huir. Freddie debe dejar la ciudad. Campbell gana el primer round. Ha dado un duro golpe a los agitadores y a su familia. De paso  hace pedazos las tabernas locales, menos el Garrison de los Shelby. Hace correr la voz, que los Peaky Blinders trabajan con él, pero Tommy es más inteligente.

Hace que traigan todos los retratos del Rey Jorge y los quema ante los atónitos ojos de un periodista. Tommy le da su nombre y le explica que no es un  acto de rechazo o desprecio. Quieren evitar que su soberano sufra la vergüenza de ver como hombres que pelearon por él, sean ahora humillados y maltratados. Tommy ha descubierto el poder de los medios.

En Inglaterra ( hoy y entonces)  no se puede escribir nada de la Familia Real sin pasar por “la firma”. Esto significa que un airado Winston Churchill llama a Campbell y le da una zurra verbal. Que encuentre las armas y se deje de molestar y de paso que no abochorne a la Corona.

 La Tía Pol capta que a la sobrina le han crecido los pechos. Como Ada no quiere decir el nombre del padre del bebé, y se niega a abortar, Pol la acusa con Tommy. Escena fantástica en que Tommy confronta a su hermana que está viendo un filme en el teatro de la familia y le exige saber el nombre del padre. “Rudolph Valentino” responde Ada.   Error, aunque Valentino si aparece en pantalla, en 1919 era un actor terciario y trabajaba bajo diversos nombres como “Di Valentina”, “De Valentino”, o  “Valentine” No sería Rudolph Valentino sino hasta 1920.

Finalmente, la cansada Ada le grita a su hermano que el padre es Freddie “ fucking” Thorne.  “Tu compañero de escuela. El hombre que salvó tu vida en Francia. ¡Anda y mátalo!” Pol le cuenta a Tommy que Ada no quiere abortar y quiere comunicarse con Freddie, para ver si quiere casarse con ella. Tommy quema la carta a pesar de que Pol lo amenaza con un atizador. Le dice que Ada nunca será con feliz con Freddie, que siempre vivirá a salto de mata,  ambos  buscados por la policía.

 Pol sigue creyendo que Ada y Freddy merecen una oportunidad. Tommy, que es genial para decir cosas crueles, se sorprende que a quien le ha ido tan mal con los hombres todavía crea en el amor. Tommy, Darling, esas somos las más románticas. Pol  tiene una conversación profundísima, tristísima, y convincente con la sobrina. Le cuenta como a los dieciséis años abortó. Finalmente, Ada acepta que Freddy no va a volver y que debe ir a Gales con la tía a deshacerse del bebé.


Me quito el sombrero ante Helen, madre de hijos pelirrojos, que buena actriz salió, y eso que no he mencionado la joya de la corona: su encuentro con Campbell. Mientras, los gorilones protestantes del Inspector rompen los sofás de comunistas, parientes y simpatizantes, y los Shelby tienen su lucha campestre con los Lee, Tía Pol , de mantilla, prende velas en la iglesia. Entra Campbell como Pedro por su casa. La tía solicita que se quite el sombrero, el rufián, como respuesta, limpia su pipa en un asiento. Realmente revienta el pobre, y ya quedé clara que los católicos han sido los judíos de Inglaterra.

Campbell le pregunta a Pol si las velas son por sus sobrinos. Muy dama, ella dice que son por sus empleados, los que no volvieron del frente, y gentilmente le recuerda a Campbell que él no sirvió. La reacción del inspector es agredirla (también rompe el altar). Con gran presencia de ánimo, Pol hace lo que toda mujer debería (si no nos paralizara el miedo) en esas circunstancia: lo besa. Luego le dice al espantado Ulsterman, fingiendo sorpresa,  que como la agarró,  malinterpretó sus intenciones. Campbell se bate en retirada, pero exige hablar con “El Patrón” ósea con Tommy.

El Patrón va a esa entrevista en exclusivo salón de té. Me encantan esos contrastes de Steven Knight entre la miseria y oscuridad de los bajos fondos y de la luz (aumentada por los tapices crema y rosa que decoran las paredes) y opulencia de este salón reservado para dos. Me recuerda su trabajo en ”Eastern Promises”.

Campbell explica,  un poco cortado,  que ha escogido este sitio porque no es territorio de ninguno de los dos. Eso es evidente, Tommy parece tiburón en tope de montaña (símil de Jaime Lannister) y se rehúsa a tomar té. Campbell se siente incómodo con el florero con calas de centro de mesa y lo retira.

La carta del Inspector es una receta de vitaminas a nombre de Ada encontrada en el cuartucho de Freddie, pero le es inservible. Tommy,  flemático,  ofrece impedir que Freddie regrese a Birmingham, eso es parte de su trato. Quiere que Campbell lo deje seguir sus negocios, legales o ilegales, a cambio le dará las armas.

 Si el inspector intenta algo en contra de los Peaky o de Tommy, las armas tienen orden de dirigirse a Belfast a manos del ERI (Ejército Republicano Irlandés). El desesperado Campbell se niega a estrechar la mano del gánster, pero Tommy despectivo le dice que él tampoco tocaría un hombre que no  estuvo en servicio activo. ¡Ayyy no le van a dejar pasar esa nunca!

Esa noche, en medio de una representación de Tosca, Campbell solicita a Grace que averigüe donde están las armas. Que use las tretas necesarias para sonsacar a Tommy. Le entrega un revolver. Está avergonzado.  “Me siento como un padre que manda a su hija a un burdel” dice. Grace sigue fría e impávida, sigue sin convencerme. Entiendo que deba verse indiferente y profesional con Campbell que ahora noto,  muere por ella, pero siempre se ve tan apática. Y no es la actriz, que se vio cálida y espontanea en “Los Tudor” y en “Fleming”

Tommy ya sabe que Grace oculta algo. Tiene amigos en Dublín que jamás han oído de ella. Nota que la camarera habla como las chicas elegantes de Belfast, pero Tommy comete un error en su arrogancia. En vez de dejar que Grace le cuente su historia, y como tiene muy presente lo de su hermana, se inventa un cuento de que Grace es hija de familia, que se embarazó y rodó pendiente abajo. Hábilmente,  ella lo deja que se crea su propia invención. Acepta acompañarlo para “un trabajo” a las carreras.

En la estación de tren, Ada y Pol tienen un encuentro con Freddie Thorne. Tommy le escribió ordenándole que buscara a Ada y ambos abandonaran Birmingham. Freddie le pide matrimonio a la Nena Shelby. Ada y su tía se abrazan, pero en vez de huir a Cardiff, Freddie exige casarse en Birmingham y vivir en Birmingham. ¡Uy que porfiado! Y ahí nos quedamos hasta la próxima semana.

La Catedral del Mar

El jueves me ha tocado tragarme “La Catedral del Mar”. Tortura total. Me gusta contar la anécdota de como perdí las amistades con el bestseller de Ildefonso Falcones. Hojeándolo en el super me cayó el mamotreto en un pie y quedé coja todo un día. Fin de lectura, sobre todo que recorrer un par de diálogos ya me indicó que  hablaban como si estuvieran en “El Hormiguero”. ¡ Zape gato.! Esos modernismos los han trasladado a la adaptación de Diagonal, que , aunque también creó” Isabel” y  “Carlos, Rey Emperador”, no supo traerse un guionista para darle un poco de sabor de época.

Lo bueno: Es coherente, aunque huele a Los Pilares de la Tierra de Ken Follet. Hay cierta atmosfera de época, a pesar de los pobres parlamentos. Interesante ver el mundo de la incipiente clase media (artesanos) de la Barcelona medieval. La movilidad social que permite a Grau Puig (Ginés García Millán) llegar de alfarero a noble, a Joan (Pablo Derqui) de gamín callejero a inquisidor. También que la iglesia, por una vez no sea villana. Joan es un fanático, pero porque acarrea traumas desde la infancia. D’Emeric (Sergio Peris Mencheta),  aunque cruel es justo,  y el Padre Albert es un amor (un cliché dé la ficción medieval es que los franciscanos siempre son buenos).

Lo Malo: Aunque sabido es que el hoi polloi de entonces eran los conejillos de indias para que los poderosos ejercitaran su maldad y que Idelfonso Torres se limita a describir atropellos e injusticias que eran pan del cada día en el Siglo XIV, uno siente que ya hay un exceso. Quizás sea porque las injusticias nunca son vengadas, porque no hay un equilibrio. No culpo a la serie que solo sigue las pautas del libro. Está bien que muestren un caso de droit de seigneur muy  típico de la España de la época, ¿pero tienen que matizarlo con el esposo obligado también a violar a la mujer? Ya parecen nazis.

Luego está lo de hacer pedazos a Habiba (Julia Carnero). Si ya sé que a los esclavos se les sometía a todo tipo de crueldades, pero Grau Puig sabe que Habiba no es culpable, ¿por qué no darle un par de azotes y despedirla? ¿Necesita matarla a palos? Eso se entendería en  personalidades sádicas como las de Llorenç de Bellera (Alain Hernández) y su hijo Jaume (Iñaki Font), pero Grau no es sádico.

Y después que ya tuvimos violación en grupo en la primera entrega, ¿tenemos también que ver como secuestran y violan a la inocente Mar (Michelle Jenner) soio porque le hace ojitos al padrino?. Y aquí me llega una queja que hace rato que las feministas debieron hacerles a Falcones. ¿Por qué sus mujeres son tan malas? Es cierto que solo las ricas lo son y eso porque esta novela sigue un esquema maniqueo de ricos villanos y pobres angelicales.

Aun así, las mujeres como Isabel (Eva Rufo), Margarida (Ana Moliner) y Elionor (Silvia Abascal) son monstruos y no se entiende. A la Alionor se le mete en la cabeza que su marido no se acuesta con ella (no por fea y fétida) por culpa de su ahijada de la que está enamorado. Vamos haciendo que la violen. Margarida provoca la muerte de su hermanito, la tortura de su esclava y en vez de arrepentirse, le toma un odio inusitado al primo que la encubre.

Isabel es el caso más curioso. Entre personajes planos y flojos, esta es como contradictoria. Grau Puig se ha casado con ella para ser noble, y ella que no es ni joven ni bonita, tuvo que aceptar porque parece que no consiguió otro novio. La mujer en vez de cargar con el marido y los hijastros  se obsesiona con el protagonista que es un niño que le sirve de caballerizo.

 Cuando Arnau(Hugo Arbues) le falta el respeto (según ella) Isabel exige que le pida disculpas. El nene no quiere y a Isabel se le mete entre ceja y ceja que ha de hacerlo. Impide que lo despidan porque lo necesita cerca para que le pida disculpas. Da como risa que esta señora haga un propósito vital el esperar una disculpa. Cuando Arnau y su padre se marchan, pero hay una hambruna, lo único que se le ocurre a Isabel es que ahora el pequeño presentará sus excusas por un plato de comida. Parece la villana de “Marimar”.

No recomiendo un cuento tan lleno de clichés, personajes estereotipados y una historia que tiene sus patinadas. Pedro era Rey de Aragón, no de Cataluña; Hasdai Crescas murió en su cama, fue su hijo el que  fue quemado por la Inquisición, etc.

Los dejo aquí. Para la próxima voy a comentar las series “continentales” que vi. Parece que en Europa se están poniendo las pilas respecto a la televisión.

3 comentarios:

  1. De FB
    Ana Estelwen En el momento en que una serie dicen que alguien era "rey de Cataluña" ya no sigo viéndola. Ya sabemos quien la paga entonces, y por qué.
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    María Elena Venant
    María Elena Venant Toda la serie, Reina Estelwen, es un himno al oprimido pueblo catal'an y a su independencia.

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  2. Guillermina Antonucci Ay, Male, tengo tanto que decirte y eso que recién vas por el segundo episodio. Ahora ando corriendo pero en cuanto pueda sentarme te escribo. Con cuidado para no hacer spoilers, jajaja!
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    María Elena Venant
    María Elena Venant Reina Guivi yo vivo de spoilers y me los conozco todos, bueno lo que me contó la Wiki. Una serie con tantas honduras sicologicas, tanto personaje interesante, no me puedo dar el lujo de perderme algo por estar preocupada de lo que puede o no puede ocurrir. Espero comentarios, aqui o en el blog.
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    Guillermina Antonucci
    Guillermina Antonucci Ah, trataré de ser medianamente ordenada, jajaja! Imposible, imposible... Pero voy a intentar atenerme a lo visto porque de lo contrario no sabría por dónde empezar. A ver... sí, la profundidad de los personajes es lo más hermoso que tiene la serie. En la primera temporada los que más se destacan son Thomas y la tía Pol (Pol es absolutamente mi personaje favorito de toda la serie y todas las temporadas, aunque no siempre va a ser tan brillante como al principio). De Thomas te diré que la temporada que más me gusta es la primera, después lo que noto es que lo han querido hacer un "ganador nato" y permanentemente bordea el Gary Stu. No es culpa de Cillian. A Cillian lo quiero como a un hermano, por irlandés, porque cumple años dos días después que Lucía y porque tenemos la misma edad, y porque en una época salía en absolutamente todas las películas con las que me cruzaba. Pero a veces el guión no acompaña su talento. Eso sí, cuando lo comparaste con Jaime pensé que te perdíamos, jajajajaja. En serio, Male, todas mis amigas que vieron la serie (salvo Lou González) mueren por él y yo me quedo con cara de... ¿eh...? Pero ya sabemos que eso es porque me puede el hermano problemático.

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  3. Desde FBGuillermina Antonucci El hermano problemático merece párrafo aparte. Pobrecito mi Arthur, es un auténtico desastre pero yo lo quiero así. La verdad es que su debut en la serie no es el más feliz que digamos, hace un papel bastante triste y al principio te deja con la duda: ¿siempre fue medio corto de entendederas, o eso también es consecuencia de las trincheras? Pero a partir de la segunda temporada gana muchísima profundidad. Bueno, en la primera ya se ve que es un personaje complejo, pero recién en la segunda se puede decir que le tomé cariño. Y fue como siempre conmigo, de repente me encontré pensando "oh, cielos, me mata el feo ese", jajajaja! Con lo cual ya llenamos el nicho de pelirrojo (en la serie me parece que le tiñen el pelo a Paul) y feo (aunque las encuestas dicen que el pobre hombre de feo tiene nada más mis ganas de llenar el nicho, jajajaja)
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    Guillermina Antonucci
    Guillermina Antonucci En lo que no concordamos es en el asunto de Ada y Freddie. Ada y Freddie son mis hijos, los niñitos de mi corazón. Ada en cierta medida es la típica adolescente que "da el mal paso" pero que tiene la fortuna de darlo con un buen hombre. Toda la primera temporada fueron lo que más me llamaba la atención (además de la tía) y viví con el Jesús en la boca pensando que en cualquier momento nos lo mataban al comunista. Igual creo que andando los episodios tal vez te caigan mejor.
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    Guillermina Antonucci
    Guillermina Antonucci Grace... ay, madre mía... yo también noto que le falta algo. Demasiado fría, demasiado distante, incluso cuando se supone que tiene que transmitir emociones. Pero tampoco me pareció que fuera culpa de la actriz. Ella lo ha trabajado muy bien. Lo que pasa es que, al lado de otros personajes femeninos con carácter, como Polly, queda bastante disminuida. Y espera que conozcas a la esposa de John... ah, esa es genial.

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