jueves, 22 de octubre de 2020

Contradicciones Feministas: La Moda de Enola Holmes

 


“Enola Holmes” ha sido una sorpresa. Mas allá de las desviaciones del libro que la inspira y del canon creado por Sir Arthur Conan Doyle, resulta ser entretenida, refrescante e incluso nos da una lección sobre la moda de la época y sus efectos en la psiquis femenina. Pero en aras del Faux Feminismo, las aventuras de la hermanita más lista de Sherlock Holmes cae en viejos mitos sobre corsés, ropa masculina y sombreros.

¿En Qué Año Estamos?

“Enola Holmes,” basada en la serie de misterios juveniles de Nancy Springer, ha dado que hablar desde que los herederos de Sir Arthur Conan Doyle han demandado a la producción por modificar el personaje de Sherlock Holmes hasta el agudo ángulo feminista que la producción le ha impreso a la obra. Un ángulo que poco tiene que ver con la trama original.



Eso no quiere decir que Lady Eudoria Holmes (no sé por qué le quitaron el título en el filme) no sea librepensadora, sufragista y partidaria de la reforma victoriana del vestuario de la mujer. La ropa es un tema importante en las novelas de Springer. Ya en el segundo capítulo, junto con Enola, revisamos el armario de Eudoria con lupa en una descripción que recuerda a la de Scarlett revisando su guardarropa en Lo que el viento se llevó.

Pero es en la serie donde la ropa adquiere importancia como parte de la personalidad e incluso la labor detectivesca de la protagonista. Al comienzo no lo noté, confundida por un problema cronológico de la serie. En el libro, Springer es muy clara, la acción tiene lugar en 1888. En la serie yo creí que había trasladado la acción a 1900. Lo que explicaría la presencia del automóvil de la odiosa Miss Harrison (¿porque siempre le dan esos roles a la Tía Petunia?) y el retrato del movimiento sufragista como un grupo de militancia violenta.



Mis razones para creer eso radican en los primeros 20 minutos del filme. Comenzamos con Enola laboriosamente avanzando en bicicleta hacia una estación de tren donde espera encontrarse con Sherlock y Mycroft, sus hermanos mayores. Usando la narrativa en segunda persona (lo que en ingles se conoce como “breaking the fourth wall) Enola nos interpela y se pregunta por dónde comenzar su historia.

Acto seguido en la pantalla vemos la ilustración de un bebé llorando precedido por la cifra “1884”. Inocente de mi yo creí que la historia comenzaba con el nacimiento de Enola en 1884. Solo al leer artículos sobre la serie y su génesis fui que caí que esta tiene lugar en 1884. Lo que explicaría la urgencia de que Lord Tewksbury votase a favor del Reform Bill de ese año.



Así es que el automóvil es un anacronismo, como lo es el retratar a las sufragistas de entonces como las guerrilleras arpías en que se convertirían a partir de 1906 bajo el liderazgo de Emmeline Pankhurst. En 1884, Mrs. Pankhurst estaba pariendo a su tercer bebé. 

A pesar de que las sufragistas (y el término se inventó a comienzos del siglo XX) existían desde que John Stuart Mills propuso el voto femenino en 1867, y para 1884 era un movimiento amplio y reconocido en Gran Bretaña, esa imagen de organización semi terrorista de incendiarias, destructoras de la propiedad pública, lanza bombas, no nacería sino hasta 1910. En el filme, Eudoria ha abandonado a su hija para proseguir con su activismo en la clandestinidad. ¡En el libro lo ha hecho para vivir con los gitanos!



Para los efectos de este blog, lo importante es que el filme tiene lugar en 1884 y los personajes siguen la moda de aquel entonces. Una moda cuyo mayor característica era el infame polizón. Una almohada de crin que las mujeres ajustaban sobre su derrier y bajo su vestido para enfatizar una figura en la cual el punto más llamativo era la cola.

En el libro, cuando Enola busca en el cuarto de su madre pistas del posible paradero de Eudoria, encuentra la almohadilla de crin. Enola necesita que le expliquen el propósito del objeto. Sin embargo, en el resto de la obra, Enola adopta vestuario de mujer adulta, elegante, a la moda y lleno de intrincadas prendas que antes repudiaba.



De Vestirse de Chico a Vestirse de Dama

¿Cómo puede andar tan cómoda con polizones y armazones de alambre si nunca los ha usado?  ¿Cómo puede decir “el corsé es un martirio para quien está obligada a usarlo” y luego no solo amarrarse como matambre con uno que no le impide luchar contra el vilano? Obvio que Enola ha recibido lecciones de autodefensa, ¿pero embutida en un corsé de ballenas?

Tanto libro como cinta nos cuentan que a Enola su madre la ha criado para vestir de acuerdo con las reglas del reforma estética del vestuario impuestas por John Ruskin. La serie nos lo muestra en la escena en que Eudoria enseña a su hija a boxear y. Enola luce una túnica sobre una blusa de algodón. Las líneas son simples inspiradas por túnicas medievales y confeccionadas con telas ligeras y naturales como el lino y el algodón.



De ese estilo es el vestido azul con el que Enola abre su narrativa y el blanco con dibujos Art Nouveau con el que la cierra. Son vestidos muy bonitos, aun para nuestros estándares del Tercer Milenio, y se ven muy cómodos, pero no son muy diferentes al despreciado uniforme que Enola Holmes es obligada a usar en el internado. La única diferencia, aparte del color, es que el uniforme lleva un inmenso cuello de pique blanco que lo hace ver como un hábito monacal.



Como esa estadía en el internado no es canon, podemos decir que ha sido una idea de Consolata Boyle, la diseñadora cargo del guardarropa de la hermana de Sherlock Holmes. De hecho, el vestido es de mezclilla, un material que en la época no se usaba para ropa de mujer. Según Boyle, la idea era crear una imagen reprimida y confinada. No me sorprende. Así es como siempre me he sentido en jeans, pero vemos esa contradicción entre como un material es constrictivo en vestido y no en pantalones.

En el libro, Enola dice que, para andar en bicicleta, usa la ropa que su hermano Sherlock dejó al irse a Londres. En la serie, solo se pone el traje de pana azul marino cuando decide huir de sus hermanos. Otra peculiaridad de la reforma del vestuario fue la creación de las faldas-pantalón conocidas como “Bloomers” usadas, primero, para montar velocípedos y luego bicicletas. Pero en el libro, Enola prefiere hacerlo en la ropa de Sherlock.

Por eso es interesante cuando Boyle comenta que vestirse de chico es parte de la personalidad de Enola que opera como maestra del disfraz. No es que le guste vestirse de chico, como en el libro, sino que necesita de ese subterfugio para hacer su trabajo. Se entiende ya que, a diferencia del libro, la serie necesita enfatizar la sensualidad adolescente de Millie Bobby Brown y su condición femenina.




Aunque en su disfraz masculino, Enola se venda el busto y Miss Harrison la acusa de tener el pecho plano, apenas conoce a Tewksbury se “feminiza”. Se quita el gorro enseñando su largo  cabello y, por muy vendados que los tenga, los pechos empujan su camisa y chaleco. Por algo les han subido la edad a ambos personajes. Ahora tienen 16 años, pero en el libro la protagonista tiene 14 años y el Marqués es un nene de doce años.

Desmitificando el Corsé

Siguiendo con el busto de la chica. ella que se negaba a ir al internado porque la obligarían a usar corsé no tiene reparos en embutirse en varillas para ponerse el atuendo más “teatral” (así lo ha descrito Consolata Boyle) de la serie, el “powder puff” de raso rojo. Este vestido con polizón y pannieres, luce además un escote hasta el ombligo y debajo Enola lleva oculto su dinero en el polizón, en la armazón de alambre y las ballenas del corsé.



Lo más extraordinario es que no tiene dificultades para caminar como una dama (en tacones) enjaulada en prendas interiores que parecen instrumentos de tortura y exhibiendo un pecho maduro para su edad. Yo nunca he usado ballenas, pero como toda hembra en la Era de Oro de Madonna, usé esos corpiños hasta la cintura con armazón de alambre. Tras cuatro años con ellos, tenía las costillas magulladas, pero nunca he caminado más derecha en mi vida, ni mi busto se ha visto más airoso.

Enola seguirá luciendo escote y corsé para el dos piezas color rosa viejo con el que se reencuentra con el Marqués y también para el vestido de luto con el que se presenta ante los parientes de este. Mas importante es que encorsetada, Enola corre por las calles de Londres, arrastra muebles, escala árboles y lucha y vence a un malhechor.



Es cierto que vemos, al comienzo, a Enola y Eudora practicando esgrima y jiujitsu en ropas normales, lo que me parece muy práctico, pero no están incomodadas con las varillas de un corsé o cinco refajos o un semi miriñaque de alambre. ¿Es posible para una mujer poder desenvolverse libremente y practicar actividades físicas y violentas a pesar de las ballenas?

La respuesta está en que el corsé era una prenda unisex. Pocos saben que los airosos húsares germanos, ingleses y del Imperio de Francisco José llevaban bajo la guerrera ajustados corsés que no se quitaban ni para sus duelos con espada. La razón era más pragmática que estética. El corsé permitía adquirir una figura erguida y gallarda, a la par de impedir (en una época en que una cena consistía en seis platillos) que se desarrollaran llantitas y panzas.



El problema del corsé es que mucha gente lo ajustaba para crearse figuras imposibles como las cinturas de avispa. Por vanidad, las mujeres se cinchaban de manera tan exagerada que impedían la respiración de quien lo usaba. Algo muy peligroso principalmente para las embarazadas. Ese es el verdadero riesgo de un corsé. Quien ha descubierto que uno de esos aditamentos, bien llevado, no dificulta las tareas cotidiana es Karolina Zebroskwa.

No sé si conocen a esta polaca divina cuyo canal en YouTube está dedicado a las modas antiguas. Además de haber comentado el vestuario de “Enola Homes” Zebrowska nos ayuda a experimentar lo que es ponerse un corsé por un día. Si no tienen tiempo les resumo sus descubrimientos. La prenda no le impidió llevar un día normal, No se le rompieron huesos ni se desgarró un pulmón, ni se desmayó como dice el mito popular. El único problema era cuando se agachaba. Eso porque incluso sentada, el corsé obliga a quien lo usa a mantenerse derecha. También, al estar ceñida, Karolina consumió menos comida que lo acostumbrado. Yo diría que una prenda que te ayuda hacer dieta y mejora tu postura es buena: ¿O no?



Antes de que se pongan a chillar sobre los horrores que el patriarcado ha impuesto sobre cómo deben vestirse las mujeres, les cuento que hace unos años vi en un programa de Megyn Kelly a una diseñadora de ropa de infantes que vendía jeans para bebes. Si, exactamente, blue jeans para criaturas de un año o menores.



Tales prendas se caracterizaban por la estrecha sección del estómago que la vendedora prometía a los padres que evitaría el crecimiento de una antiestética barriga. ¡Y eso debían usarlos bebitos cuyos órganos todavía no estaban desarrollados! Quienes los compraban eran tan desequilibrados como las/los que se encogían la cintura y abdomen con corsés mal usados.

¿Es el Sombrero un Símbolo de Estatus?

Un detalle que comparten serie y libros es el repudio de la protagonista por los sombreros. Según Enola le provocan comezón. irónicamente la cubierta de la primera edición tiene a la heroína con sombrero. Cuando se disfraza de varón, Enola usa un gorro de visera. Los gorros no le causan comezón tal como no le incomoda usar tocas de viuda.



El problema de esa referencia cultural que pasa por feminismo es que ha declarado a corsés, sombreros y guantes como instrumentos de opresión patriarcal. El corsé ya hemos visto es una prenda que sirve para mejorar postura y apariencia física de ambos sexos, los guantes entonces y hoy son medidas de protección. Evitaban daños en la piel, callosidades, y protegían del clima tal como hoy protegen de los gérmenes.

El radicalismo ve el sombrero como símbolo de estatus social. Lo asocian con el repudiado concepto de “dama”, pero fue creado para proteger a quien lo usa del sol, del frio, del polvo del camino. ¿Acaso creemos que un sombrero de cowboy refina y feminiza al que lo porta, o que un casco protector es un símbolo de estatus social?

“Enola Homes” nos demuestra la existencia de muchos bulos feministas respecto al vestuario de la mujer que incluso son aplicables hoy en día donde todavía hay quejas sobre modas sexistas, liberación del uso del sujetador y otras prendas interiores, e ideas clasistas sobre sombreros y guantes. Justamente hoy cuando los guantes ya son parte del uniforme pandémico; los sombreros nos protegen de la radiación ultravioleta y los peligros del cáncer de piel; y mucha gente con problemas lumbares haya alivio en unas especies de corsé.



El Estigma del Bordado

La Gatita Genezaret ha notado otra contradicción que obedece a otro prejuicio del falso feminismo. Al comienzo, Enola alardea que su madre le ha enseñado cosas útiles no a “pintar conchitas o bordar”. Conchitas y bordado. He ahí la manía clasista en reversa de ver esas actividades como símbolos de estatus y patriarcado.

Con mi mala vista sería incapaz de pintar algo tan pequeño como una conchita, así que me parece admirable el ejercicio tal como cualquier forma de arte miniaturista. Las Holmes no rechazan toda arte pictórico puesto que Eudoria pinta flores. ¿Cuál es la diferencia entre pintar florecitas y pintar conchitas?

En cuanto al bordado, me apena decir que una gran carencia existencial mía es mi incapacidad para coser, tejer (solo me he tejido bufandas), bordar y hacer crochet. Sobre todo, porque eran labores en las que descollaban mi madre y mi abuela.  Me siento como traidora a mi linaje, aun mas porque son tareas tan útiles, tan estéticas, un arte.



Mucho burlarse del bordado, pero una serie feminista debía tener en cuenta que en la Era Victoriana un camino a la independencia femenina lo proporcionaban estas despreciadas actividades. Fuese como costurera de clientas encopetadas o fabricando encajes y bordados que compraban fábricas y almacenes, la mujer de esa época podía traer dinero a la casa y sentirse útil y trabajadora. Con suerte luego ponía tiendas de ropa o sombrererías lo que le daba aún más independencia económica.

Muchos ven mi interés por la moda como frívolo o elitista. Por el contrario, yo la percibo como expresión femenina y como una labor que sacó a la mujer de su hogar y la hizo contribuir a su sociedad e historia. Los encargados de la serie reconocen la importancia del vestuario en el desarrollo y evolución de su personaje. También deberían saber que quienes fabricaban corsés y sombreros y bordaban vestidos como el ultimo que luce Enola, eran pioneras de otro aspecto del feminismo.

8 comentarios:

  1. Desde FB Sandhra Arredondo
    A mi me gustó la película (sé que a mucha gente no) Millie tiene la edad de mi hija y la encuentro tan adorable como mi Fran jajajaa. Yo vi la película para divertirme y disfrutar a Henry. Todo me pareció ok no me pongo a evaluar el contexto histórico ni el personaje de Sherlock. Me gustó mucho la fotografía, los colores, la estética de la película, los decorados, la producción en general. HAy gente que le molestó los acercamientos de la cámara y esas conversaciones de Enola con la cámara (que somos nosotros en contexto) a mi ese recurso me gusta (aunque hay un abuso de ello en la película? quizás, pero no me molestó) Supongo que Enola usó corses xq quería pasar inadvertida, si se hubiera vestido de acuerdo a sus ideas la habrían encontrado mas fácilmente, ella dice que se disfrazará para ocultarse y usa estos vestidos lindos pero esclavizantes. No hago analisis porque no es mi fuerte, solo decir que me gustó y la disfruté.

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    1. Sandhra Arredondo Para no hacer analisis,🥰 me has dado para comentar. Disfrutar de Henry es un deber patriotico que comparto. Me encanta MIllie y espero siga haciendo de Enola. A mi no me molestó que nos interpelase. Ese es un recurso de escritor victoriano (el " Lector, me case con 'el" de Jane Eyre). No te pido analisis de contenido sino que hablemos de ropa interior. Yo entiendo que Enola se amarre como arrollado de huaso, lo que no entiendo es como se explica que asi de contenida pueda hacer piruetas y labores extenuantes. Mi punto es ¿Era el corse tan esclavizante como nos han hecho creer? Tu eres flaquita, pero seguro que despues de las guaguitas tuviste que meterte en alguna faja o esos enaguas elasticados o a lo mejor, como yo, usaste los corpiños de Madonna. Podias moverte , agacharte, correr enfundada en esas cosas? Ahora con la pandemia, muchas hemos dejado de usar prendas que nos incomodan (comenzando con el sosten), pero son inutiles esas prendas? ¿Realmente nos libera tirarlas a la basura? ¿ o cumplen algun proposito como evitar que se caigan las pechugas?
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  2. Desde FB
    Joan Manuel Me gusto mucho tu escrito desde tres puntos de vista. Desde la perspectiva histórica (en general), las diferencias entre el libro y la película y la moda. En el último punto, me encantó todo el tema del corsé. Aparte que me reí a carcajadas cuando describes cual es su verdadera función relacionado con la postura corporal, de la manera hiciste la descripción hasta me dio curiosidad en probar uno. Jajajajaja. Dije tres, pero son cuatro, todo lo relacionado con el feminismo de finales de Siglo XIX y comienzos del XX, en constrate con el actual feminismo.

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  3. Joan Manuel Castro Sánchez Más alla de bromas, yo conozco personas que sufren de la espalda y juran que esos corses que usaban los husares los han ayudado mucho a aguantar el dolor. Las novelas son buenas, y la serie tambien, pero tal vez cargó un poquito las tintas con el feminismo violento. En una era de terrorismo foraneo y nacional, estoy viendo muchas excusas y apologia de la violencia en aras del "bien comun"(con que se comerá eso?). El sufragismo inicialmente perseguia dos fines, el ingreso de la mujer a la vida publica comenzando con el voto, y mayores derechos a esposas y madres que vivian sometidas al marido. Tambien luchaban por derechos masculinos de la clase obrera. su mayor arma eran las plumas de escribir. ESa imagen de mujeres violentas, de los atentados, de huelgas de hambre es siglo XX y provocó un cisma dentro del movimiento porque muchas (era un movimiento pacifista) no veian con buenos ojos esas manifestaciones de violencia. Curiosamente en España, el feminismo tomo otras vias, y muchas feministas no eran sufragistas.

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  4. Desde FB Ana Estelwen
    Yo he llevado corsé gótico (adjunto testimonio gráfico) y no, no me rompí ninguna costilla, pero defectivamente comí poco (porque me oprimía el estómago) el dolor de espalda era tal que al cabo de un par de horas de llevarlo habría dado cualquier cosa por arrancármelo. Cierto que marcan figura y te ayudan a tener la espalda erguida, pero son incómodos y dolorosos (al mismo nivel que llevar unos zapatos estrechos con tacón de aguja) y yo definitivamente NO puedo imaginarme llevarlos todos los días, como prenda de diario. Me daría un chungo.

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    1. Ana Estelwen yeeeh! Gracias por la foto. Te ves divina gracias por el testimonio empirico. Se parece mucho a lo que usé yo solo que los mios eran en blonda negra o blanca. Nunca me dolió la espalda, pero si las costillas. Como los use en una epoca en que segui un regimen y rebaje mucho, me ayudaban a mantener las carnes en su sitio Como tu no podia usarlos doce horas diarias. Solo para el trabajo y la universidad. Jamas intenté ninguna actividad fisica extenuante con el corpiño puesto.

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  5. Hola Gata Malena! Buenísima entrada. Yo he usado fajas desde que estoy en el colegio, y mi madre me retaba mucho por eso (aunque ella no la ha necesita nunca porque hasta hoy mantiene una muy buena figura por sí misma). Aunque toda la vida hemos comido casi las mismas cantidades de comida, soy una persona robusta y mucho más propensa a engordar, además que me cuesta mantenerme derecha. Al menos a mí las fajas me han ayudado un montón a tener un rollito menos, sentirme más segura y erguida. Por internet me compré un corsé por primera vez para poder lucir mejor mis hombros y espero que me llegue antes de navidad. Igual hay un sector del feminismo que ha tomado prendas como el corsé como símbolo de empoderamiento, pero con las cada vez más ruidosas radicales que ven en todo lo sexual (que sea hetero) algo degradante me parece mal que en lugar de responder tengamos que reaccionar en silencio como si tuviésemos culpa o fuésemos "alienadas". Pasa lo mismo con el sostén, que cada vez más junta enemigos, y yo entiendo la inutilidad e incomodidad que ser para las mujeres de pecho plano, pero para las tetonas como nosotras y tremenda bendición, incluso nos ha permitido de participar en muchas más actividades, como hacer ejercicio, correr con seguridad y sin temor que la gravedad y el impulso nos arranque los pechos. Que con el tiempo se haya transformado en cada vez en una prenda mucho más fresca y práctica es más un beneficio para nosotras que algo que simbolice opresión, mientras cumpla su utilidad, que es estar cómodas, por eso hay personas como Ana Estelwen que arriba comenta que no puede hacer nada extenuante con el corpiño puesto, mientras que yo luego de más de un mes trotando no daba más del dolor de rebotar tanto el busto.
    En fin... la verdad a mí la peli no me gustó, pero tampoco he leído los libros, eso me lo debo. Ya a modo de broma, y que no signifique ningún estigma para la actriz, pero Enola tiene un aire en su cara a Greta Thunberg jajaja.

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    1. Miau, Miau, Bienvenida como siempre. Noo, no compares. La Millie es simpática. Pobre Greta, se convirtió en una víctima periférica de la pandemia. Ya nadie se acuerda de ella. Lo último que supe es que andaba diciendo que le había dado Covid, pero que “no estaba segura”. ¡Que cabrita tan patética!
      Ay las cosas que confesamos en la intimidad del blog. Yo desde marzo que desterré el sostén de mi vestuario diario y me arrepiento. Al menos una vez por semana cuando bajo a la lavandería me pongo sostén para no verme desparramada. tú lo has dicho ¿qué sería de nosotras las tetonas sin sostén? Ni hablar de fajas (ahora uso hasta con portaligas) para las caderonas. D hecho las antiguas son mejores que ese invento moderno de las enaguas elastizadas que te hacen ver simétrica como un balón de gas, y yo soy acinturada, con figura de reloj de arena.
      Anoche revisaba la moda que impuso Madonna en los 80 con sus bustiers que se usaban hasta como prenda exterior. Y era una imagen muy empoderada. Camille Paglia la identificó con su icono feminista de la dominatrix. Una lastima que las reinvenciones de ambas hayan hecho olvidar esa imagen de poder femenino en lingerie sexy.
      Se dice que es un mito que las feministas de los 60 quemaron los sostenes. Nunca los quemaron, pero esa fue su intención. Si no lo hicieron (en 1968 en la famosa protesta contra el concurso de Miss America) fue porque cuando estaban listas para hacerlo, la policía les recordó que estaban paradas sobre el famoso muelle de Atlantic City y que esa madera era inflamable. Iban a acabar achicharradas ellas. Eso no quita que vieran la ropa interior como símbolos de la opresión del patriarcado.
      Corrección, fui yo la que dijo arriba que no podía hacer nada extenuante con un bustier. Eso de trasladar comentarios del Facebook da para confusión, mis disculpas. Ana, nos mostró, una foto (que no pude trasladar de ella con un corsé medieval con el que además de calarse un tremendo dolor de espalda, no podía hacer mucho. Mas o menos lo que la Zebrowska nos cuenta n su video. Lo que pasa es que hay que ver qué tipo de sostenes usamos, a veces somos víctimas de uno con varillas de alambre que se incrustan, o muy ajustados, o muy sueltos que no sujetan nada o con ganchitos que nos raspan la piel. Hay que invertir y elegir con cuidado en el momento de comprar ropa interior.
      Un abrazo

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