Dos defectos
graves tienen La Garçonne. El primero es que dura muy poco. Seis
episodios no bastan para satisfacer mi curiosidad por el personaje de Louise
Kerlac. El segundo era que ninguna plataforma de streaming americana la pasara.
Me agotaba verla online y la pobre Sansa-Laptop ya está viejita y cansada. Pero,
The Roku Channel vino a mi rescate y ahora puede verse en USA, Canadá y México.
En España se la puede ver vía Filmin. Seguramente habrá otros servicios en
Europa y en América Latina donde se pueda encontrar esta serie francesa del
2019. Se las recomiendo porque, como Paris Police 1900 , cambia las reglas del drama policiaco
de época y revierte el cliché de la crossdresser.
De Chofer a Policía
El final de La
Gran Guerra encuentra a Louise Kerlac con sentimientos confusos puesto que lo
ha perdido todo. Su novio, Étienne,
murió en una batalla aérea. Su mellizo Antoine ha sobrevivido, pero está tan
traumatizado que se ha vuelto alcohólico y adicto a la morfina; y su amado padre, un comisario de la policía,
ha sido asesinado por un delincuente. Para colmo, Louise ha perdido su empleo
de chofer de ambulancias porque prefieren dárselo a un veterano ya que, como le dice su jefe, ese no es trabajo para mujeres.
Louise siempre
quiso ser policía como su padre, pero por su sexo este empleo le está
prohibido. Aun así, su padre entrenó a ambos gemelos en criminología, manejo de
armas y otras cualidades necesarias en el trabajo policial. A diferencia de su hermana, Antoine
solo quiere pintar, pero recibe una oferta para unirse a una comisaría de
Paris.
La deprimida
jovencita va en busca de Berger, su padrino y colaborador de su padre, a ver si le consigue un empleo. Durante la
visita se aparece un individuo que apuñala a Berger y persigue a Louise. Ella logra
huir, pero nota, por las placas del auto, que el asesino es policía.
Louise busca
refugio con su amiga la enfermera Lydia. Está aterrorizada. Sabe que el asesino
querrá eliminarla. No puede acudir a la policía porque la versión oficial es que la asesina de Berger fue una joven de
chaqueta azul, prenda que Louise dejó en la escena del crimen.
Solo queda una
solución. Louise se corta y tiñe el cabello, se venda el busto y se viste con
la ropa de su hermano. Ahora ella es Antoine Kerlac, policía. Antoine acepta
exigiendo a cambio la mitad del sueldo del nuevo inspector en la familia. Ahora,
él solo será Vallbonne, un pintor.
Louise se va a vivir
con Lydia que fingirá ser su novia. El Inspector Kerlac se une a la comisaria
de su padre donde todos los recuerdan con cariño, pero también hacen hincapié
que el esmirriado “Antoine” deberá probar ser digno de su apellido. El crimen de
Berger es rápidamente solucionado. Se arresta a una mujer que se suicida en la
cárcel. Pardieu, jefe de Louise, le explica que tanto El Comisario Kerlac como
Berger tomaban la justicia en sus manos. Para atrapar a un criminal provocaron
la muerte de inocentes, a los que la asesina quería vengar.
Louise se rehúsa
a creer que su padre era corrupto, tal como sabe que la suicida no mató a Berger.
Decide quedarse en la comisaria para limpiar el nombre de Los Kerlac.
Entretanto a Louise le llega su primer caso. Del Sena sacan el cadáver de una
mujer ahogada. Tiene marcas de tortura y de haber estado encadenada.
El Dr. Paul, el
forense, determina que se ahogó al huir de su raptor. Durante las pesquisas iniciales,
las dotes analíticas del inspector Kerlac
impresionan tanto a su patrón, como al
forense y es invitada a presenciar la autopsia. Louise y su colega Max
descubren que la muerta es Celeste, una
modista y madre soltera. Registrando las pertenencias de Celeste encuentran una
foto de ella denuda. Para mantener a su hijo, la modista complementaba su ganancias
modelando para fotógrafos y pintores.
Nace Giselle
de Montmartre
Louise va en
busca de su hermano para interrogarlo sobre el mundo de artistas y modelos. A Vallbonne
se le ocurre otra idea, disfrazar a su hermana de mujer. Así le crea una
tercera personalidad: Giselle, aspirante a modelo. Ahora Louise puede navegar por
el mundo de la bohemia de Montmartre conociendo a sus habitantes, muchos sacados
de la vida real como la diseñadora Coco Chanel, el fotógrafo Man Ray, la modelo
Kiki de Montparnasse, y pintores como
Soutine y Modigliani que anda arrastrando a la muy preñada Jeanne en su noches de
juerga.
A pesar de que Giselle/Antoine/Louise logra
descubrir muchas pistas, también se pone en peligro ya que en su camino se
entrecruzan obstáculos que debe salvar como cuando revela su verdadera
identidad al Dr. Paul. Ahí descubre que el forense sospecha que el padre de
Louise fue asesinado porque investigaba algo peligroso.
El asesino de
Berger descubre donde vive Louise y la secuestra. En el automóvil, y en el medio del bosque, Louise provoca un accidente en el que se
incendia el vehículo y muere el secuestrador. Louise cada vez está más y más
embrollada en investigaciones que se entrecruzan y con gente que la vigila. La
belleza de Giselle atrae la atención de Roman Ketoff (Gregory Fitoussi de Mr.
Selfridge, Beecham House y Speakerine) un
periodista que a veces trabaja con ( y otras en contra de) la policía.
La Garçonne pretende ser muchas cosas a la vez: un
misterio policiaco; una denuncia social contra la situación de la mujer en esa
época; un ataque a una clase política
corrupta e hipócrita y por supuesto el toque fantástico de la mujer disfrazada
de hombre que conlleva los clichés del género que hemos visto en filmes como Yentl
y Víctor Victoria. Hay también romance. Vestida de hombre, Louise atrae
el interés de la ingenua Delphine, la hija mayor del Dr. Paul, y de Emile, el conserje gay de la comisaría , pero es Ketoff
quien despierta el amor que la policía creía había enterrado con su primer
novio.
Debido a todas
estas subtramas, la acción bifurca por
varios caminos. las múltiples investigaciones de Louise/Antoine la llevan vestida
de hombre a un trabajo cásico de policía con interrogatorio de criminales, autopsia,
exploración de archivos. Bajo la identidad de Giselle, viaja por el mundo bohemio de Montmartre, las orgias de la desinhibida millonaria Jenny
Mayer, y los estudios de pintores que la
quieren retratar desnuda.
Paralelamente, la
serie sigue las investigaciones de Ketoff que está cubriendo tanto la búsqueda
de asesino de Celeste como el asesinato de Berger. Por último, tenemos una subtrama
(la más floja) que cubre la relación de Vallbonne y la adinerada Madame Vandel
que quiere ser su mecenas y amante. No veo ninguna química en esa relación tal
vez porque Vallbonne es feíto y ya parece un Chaplin psicópata.
En cambio, me
encanta Louise, interpretada por Laura Smet. La hija del Elvis Presley galo
Johnny Halliday y de la actriz Nathalie Baye (El regreso de Martin Guerre,
Me casé con una sombra), ha
heredado el talento de la madre y los ojos felinos del padre. Con eso consigue
acercarnos a Louise y sentir su tragedia. Incluso me gustan las torpezas del
personaje ¡ y vaya que las comete! En su investigación llega a sospechar que el
asesino puede ser un ministro, su propio
hermano Antoine,¡ y hasta le ve cara de serial killer a Man Ray!
La serie logra
capturar el mundo de la posguerra con alusiones a los veteranos que vuelven de
las trincheras con horribles heridas físicas (los gueules cassees) o las
menos visibles heridas mentales que sufre gente como Antoine Kerlac. Se habla
de la Conferencia de Versalles a la que se opone Ketoff considerando que el
estrangular la economía germana solo agitará los ánimos nacionalistas alemanes
y empujará a Alemania a una nueva guerra
Mi único reparo
está en el vestuario. Aunque hermoso, corresponde a mediados de la década de Los 20.
En el 1919 se seguían las tendencias de la Gran Guerra. Una excepción es que
las faldas eran más largas, al igual que el cabello. Aunque Coco Chanel, luego
de un accidente en que se quemó parte del pelo lucia, desde 1917 una melenita
corta, no era moda todavía. Y el famoso ” Eton Crop” o “peinado “a La Garçonne” se impondría a partir de 1925. Esto
nos lleva al título de la serie.
peinados de 1919
¿Por qué
Louise no es como La Garçonne?
El término “ Garçonne” viene de garçon que significa “niño” o “muchacho”. En la década de Los 20 se usaba para definir
lo que en inglés se conocía ( con el hoy políticamente incorrecto) tomboy y en italiano maschietta.
Una chica poco femenina que le gustaba
gozar de la libertad de los muchachos y hacer cosa que les estaban vedadas a
las mujeres. La palabra viene del título de una novela de Víctor Margueritte de
1925 y se refiere a un tipo de mujer masculina y emancipada.
Esta escandalosa
novela hoy es considerada un clásico del feminismo y de la literatura LGTB. La
trama gira en torno a Monique, hija de familia, que, al descubrir la
infidelidad de su prometido, se embarca
en un desenfrenado libertinaje que incluye uso de drogas y affaires casuales
con hombres y mujeres.
Dicen que en Francia
esta serie no ha gustado porque, cómo
han dicho en Le Figaro, sufre de “falta de ambición y de audacia”. Creo
que la razón es que esperaban una transcripción de la novela de Margueritte, una
mujer transgresora que no solo abrazase un estilo de vida feminista, pero
también que trascendiese barreras que separaban a hombres y mujeres.
Irónicamente, Louise Kerlac es trasgresora y no solo por
adoptar una identidad masculina, sino
por crearse otra, pero femenina. En ambos casos, traspasa los límites que su sociedad impone a
la mujer, pero no lo hace ni por militancia ni por buscar placer. Cuando Lydia
le pregunta si le gusta andar por bares de noche como una puta, su amiga le responde
que lo hace porque le impide pensar en sus problemas. Ahí nos damos cuenta de
lo atormentada que es la policía y como en estas identidades ella encuentra una
vía para resolver lo que la apesadumbra.
Louise no se
convierte en su gemelo porque quiera ser varón o porque rechace la represión de
su género, lo hace para salvar su vida, para recuperar su buen nombre. Solo así
puede volver a ser Louise Kerlac. Si me recuerda a alguien es a Inés Clark, alias el Dr. Florencio (Claudia Di Girolamo) ,
la protagonista de Pampa ilusión (la mejor telenovela hecha en Chile) que también debe disfrazarse de varón para
acercarse a un padre y hermano que quieren verla muerta.
El modo de ser de
Louise desalentó a un público que buscaba una heroína que revalidase la teoría
de género. Por eso La Garçonne ha tenido poco apoyo del sector crítico y de la audiencia y no se le hará una
segunda temporada. A pesar de eso, la recomiendo, aunque sea por el misterio
policiaco que es enmarañado ya que hasta mí me costó descubrir quién era el
culpable de la muerte de Celeste.
Contenido
Violento y Gory: Escenas
de morgue, fotografías de cadáveres. Berger es asesinado, Louise es
secuestrada, Vallbonne es apaleado por cobradores de deudas, nada muy gory. ¿Lo
peor? el asesino torturando a una víctima
Contenido Sexual
y Desnudos: Vallbonne y
Suzanne Vandel, Louise y Ketoff. Louise es manoseada por Jenny Mayer. Vemos
películas porno. Suzanne Y Louise modelan desnudas.
Contenido
Feminista: Sin caer en boberías
mituteras, la serie es bastante feminista al mostrar como las mujeres de Francia
tienen que apelar a medios peligroso e ilegales para sobrevivir en la posguerra.
Durante la guerra, y en ausencia de los
hombres ocupados en el campo de batalla, se recurre a las mujeres para las
fuerzas laborales. Louise escoge una de
las más peligrosas, conductora de ambulancia que la expone a peligros similares
a los de los soldados. Acabado el conflicto, ella cree haber encontrado una
profesión. Se desilusiona al saber que solo se la necesitó durante un periodo
de emergencia y ahora debe devolver su empleo a un veterano.
Louise siempre ha
querido ser policía y ha recibido un buen entrenamiento de parte de su padre,
pero su sexo le impide serlo. Para salvar su vida debe vestirse de hombre y entrar
a la fuerza policiaca donde inmediatamente destaca por sus dotes detectivescas
que la colocan por encima de sus colegas masculinos.
No solo Louise
tiene problemas ganándose la vida. Celeste, cuyo asesinato es investigado por el “Inspector
Kerlac”, es un ejemplo. Modista de
profesión queda embarazada del hijo de una de sus clientas. Muerto él en la
guerra, ella no gana suficiente para mantener al niño y debe modelar desnuda,
primero para pintores, luego fotógrafos; actuar en filmes pornográficos y
posiblemente, prostituirse. Esto la
pondrá en manos de un psicópata que la llevará a la muerte.
Hay un discurso
feminista que la serie pone en boca de Kiki de Montparnasse, musa y modelo de
artistas. Al ir a declarar lo que sabe de Celeste se indigna cuando un policía
se refiere a su colega como “puta”. A esto sigue un alegato sobre la situación
de las mujeres francesas, viudas de
guerra, madres solteras y otras que no pueden mantenerse ya que la mayoría de
los empleos les están vedados y deben venderse para poder comer y dar de comer
a su familia.
Factor
Diversidad: Retratar el
mundo bohemio parisino de la época es retratar un mundo diverso. Junto con
Louise/Gisele conocemos al genio del jazz, el afro-americano Sídney Bechet y al
pintor japonés Fujita. En su retrato de Madame Vandel, Valbonne descube el
secreto de la modelo, su sangre africana. Ketoff es judío como lo eran (en la
vida real) Soutine y Modigliani. En lo que respecta a diversidad sexual tenemos
a Emil enamorado en secreto del Inspector Kerlac y a la bisexual Jenny Mayer.
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