jueves, 7 de noviembre de 2024

La Saga de Los Forsyte Conquista las Pantallas

 


La Saga de los Forsyte sigue siendo parte de la cultura británica. En el Siglo XXI se han visto adaptaciones radiales, televisivas y una puesta en escena este año. Se está filmando una nueva serie y ya la promete la PBS. ¿Será mejor o inferior a las anteriores? En vida de John Galsworthy la fama de su saga la llevó al cine en dos ocasiones, pero fue Hollywood quien le dio el tratamiento de lujo en versión hablada y a colores. Sin embargo, para Los Baby Boomers formaría parte del imaginario popular gracias a un seriado de televisión que hizo historia,  reafirmando la excelencia de la BBC.

En 1920 A Man of Property fue filmada en Inglaterra, seguida en 1922 por To Let. Hay también una película hecha en Hollywood (1925)basada en The White Monkey, la primera novela de la trilogía A Modern Comedy. No hay rastros de estos filmes, por lo que la primera versión fílmica de importancia es That Forsyte Woman en 1949.

“ Esa Fulana Forsyte”

En 1937, Ada Galsworthy vendió los derechos del mágnum opus de su difunto esposo a la Metro Goldwin Mayer que se puso en campaña para hacer una adaptación épica a lo “Gran Hotel”. Se habló de que Joan Crawford seria Irene y se puso a James Hilton (Lost Horizon,Random Harvest, Goodbye Mr. Chips), el novelista de moda, a escribir el libreto. Dos años más tarde se decidió que Myrna Loy seria Irene y nada menos que Clark Gable encarnaría al “propietario” Soames. Nunca se materializó este proyecto.



A fines de Los 40, la MGM finalmente se puso las pilas con la filmación de That Forsyte Woman. La irlandesa Greer Garson seria Irene, el canadiense Walter Pidgeon daría vida a Soames y el australiano Errol Flynn encarnaría al bohemio Jo. Los únicos estadounidenses en roles principales serian Robert Young como Philip Bosinney y una jovencísima Janet Leigh, que recién había interpretado a Meg March en Mujercitas, como June Forsyte. Antes de hacer las pruebas, Walter y Flynn comentaron que estaban hartos de interpretar siempre los mismos roles. Hicieron un cambalache y Errol Flynn tuvo así su primer papel de villano.

El libreto había pasado por tantas manos que ya no tenía ni resabios del escrito por James Hilton. El filme comienza a media res con Irene yendo a un hospital donde yace Philip Bosinney después de ser atropellado por un coche. Se presentan June y su padre. June apostrofa a la mujer que le robó el novio acusándola de la muerte del arquitecto. Su padre, Jo Forsyth, defiende a Irene y recuerda vía flashbacks la época en que ella fue cortejada por su primo Soames Forsyte. La Familia Forsyte no aprobaba que su miembro más prometedor se casase con una humilde maestra de piano.

                                      June se enfrenta a Irene

El matrimonio de Irene y Soames es muy infeliz. Todo cambia cuando ella conoce a Philip Bosinney. Debido al Código Hayes, Irene no es adultera en esta versión, se niega a abandonar a su marido, y la famosa violación marital es trocada en un bofetón de Soames. La que provoca la tragedia es la despechada June. Cuando descubre que su prometido se ha enamorado de otra, le escribe una carta al primo Soames.



Este enfrenta a su esposa. Irene no niega amar a otro y después del bofetón,  huye de la casa. Soames y Bosinney la buscan, cada uno por su lado y el arquitecto sufre un fatal accidente. Sorprendentemente, y muy rápido , (solo tiene el filme media hora para concluir) Jo e Irene descubren su amor, se casan y se van a Paris. Todos felices y comen perdices. Aunque That Forsyte Woman estuvo entre las 10 películas más vistas en el Reino Unido en 1949, fue un fracaso de taquilla en USA. Los críticos concordaron que era una visión superficial y simplificada de una gran obra. Sin embargo, otro consenso de la crítica fue que Errol Flynn estaba brillante, según yo fue el mejor trabajo de su vida.

Experimentando con Galsworthy

Desde ese estruendoso fiasco, ningún productor de cine ha querido meterse con esta obra magna de Galsworthy, pero a mediados de Los 60, en ese laboratorio de experimentos que era la BBC, se les ocurrió adaptarla para la televisión. Era un proyecto inmenso, se necesitarían mínimo 15 episodios, algo que no se había hecho antes. Al final quedó en 16 , más una decena de capítulos extras para la Comedia Moderna. Se filmó en blanco y negro con muchas tomas en exteriores. El gasto fue tremendo  (diez mil libras por episodio) pero el resultado más que optimo.

Salió al aire en enero de 1967 en la BBC2, un canal para el cual se necesitaba de un televisor especial que la mayoría de los espectadores no poseían. La producción de Donald Wilson no se amilanó y la repitieron los domingos a partir de septiembre por la más accesible BBC One. Para el final,  en invierno de 1968, más de diez mil televidentes la estaban siguiendo, un récord para esa época. Se cuenta que tanto el clero como los dueños de bares se quejaban, porque la gente ya no iba a tomarse su cerveza o a los servicios dominicales nocturnos por quedarse pegados a la tele viendo las tragedias de los Forsyte. Pronto la comprarían otros países. La PBS la pasó en 1968, y fue la primera serie inglesa que se compró en la Unión Soviética,



Viéndola ahora noto el paso del tiempo, espacios muy comprimidos, tomas exteriores un poco nubladas como grabadas con cámaras manuales y actuaciones un poco teatrales. El elenco no era muy celebre con la excepción de la diva del cine silente británico,  Fay Compton como la Tía Anne, la matriarca del clan Forsyte,  y el ídolo de matinée Sir Kenneth More como Jolyon “Jo” Forsyte. Hubo actores que no dieron la talla como Lana Morris que, en su rol de la institutriz  Helene Hilmer,  declamaba de manera melodramática lo que hacía imposible simpatizar con su personaje.

Otra que no me impresionó, aunque la serie la convertiría casi en un símbolo sexual,  fue la neozelandesa Nyree Down Porter. En su rol de Irene alternaba entre expresiones de mártir con actitudes solapadas que en vez de enternecerme me daban la impresión de una “mosca muerta”.  La serie llegó a Chile en 1969. Le pusieron Intriga de Pasiones y la ofrecían los domingos por la noche, o sea no era apta para mi horario escolar. Recuerdo haber leído sobre ella en las revistas y haber oído a mi madre comentarla con mis tías abuelas, o sea era un mini fenómeno que atraía a mujeres de todas las edades.

               Programación del Canal 4 de Valparaíso con horario de "Intriga de Pasiones"

Solo pude ver un episodio e Irene me cayó horrible,  traicionando a June, besuqueándose con un hombre que no era su marido. No sentí una perdida el no ver la serie. Las cosas cambiarían a fines de 1970 cuando cometí un pecado tan grande que cambió mi vida totalmente. A los once años, después de años de creerme la mejor alumna, y de ser la merecedora de premios escolares, me colgué en el examen final de matemáticas. Para pasar el curso debía esperar a marzo y retomar el examen.

                                    Nyree Down Porter como Irene Forsyte

Para mis padres, que se habían ufanado de tener una hija superdotada, esto fue una traición. Cambiaron su actitud hacia mí quien nunca más recibiría ni el cariño ni los privilegios a los que estaba acostumbrada. Es cierto que había otros problemas familiares, y que mi padre abandonó la casa en busca de un nuevo empleo en otra ciudad, pero entre él y mi madre, prepararon una estrategia para conseguir que pasara el examen de marzo, pero también que fuese castigo ejemplar.

Hoy día,  los padres (y maestros) al ver una hija que sobresale en todas sus clases menos en una,  investigarían a ver si hay trastornos de aprendizaje u otro tipo. Para mis padres yo solo era una perezosa frívola que quería avergonzarlos. Por eso, el plan fue el siguiente, yo no saldría de casa antes de marzo, ni de compras, ni al cine, ni a la playa. Nada de diversiones, nada de amigos, ni siquiera podía comunicarme con mis amigos por teléfono. De lunes a viernes, tendría dos horas de clases particulares de matemáticas y solo se me permitiría ver dos horas de televisión al día.

Esto último fue lo peor, pero pronto aprendí a organizar ese tiempo que era oro. Los días de semana mi horario televisivo comprendía telenovelas (en ese entonces estas duraban media hora) y La Caldera del Diablo (Peyton Place) mi serie favorita. Los sábados dedicaba mis dos horas a algún largometraje y el domingo era día de caricaturas, pero la segunda hora la dediqué a Intriga de Pasiones que había sido repuesta en horario nocturno y que traía acoplada la adaptación de una Comedia Moderna.

MI padre ya no vivía con nosotros, a mi madre no le interesaba la tele y es verano se la pasaba en la calle, a mi hermano y las nanas no les interesaban los Forsyte , así que esa hora dominical era totalmente mía. No sé en qué momento repusieron la saga en el Canal 4, pero yo la encontré bien avanzada, casi al final de la primera parte. Eso cambió mi percepción de los personajes.

Fleur y Susan Hampshire

Por ejemplo, nunca entendí que Soames había sido el villano de este cuento o cómo fue que Fleur se convirtiese en mi heroína favorita superando a la Señora Peel y a Alison Mackenzie de Peyton Place. Parte del encanto fue que Susan Hampshire interpretaba a la Niña Forsyte. Yo conocía a Susan de filmes de Disney como El Príncipe de Donegal y Las  3Vidas de Thomasina. Me impresionó ver a la Bruja del Glen ahora convertida en una flapper de cloches, cigarrillos con boquilla, y que conducía su propio Hispano Suiza.

             Susan Hampshire como La Bruja del Glen en Three Lives of Thomasina

Desde el primer instante que viví las experiencias de Fleur , quise verla feliz. En mi ingenuidad de niña no podía entender que el romance de Fleur no tenía futuro. A pesar de que la serie cambia el que Jon se entere por carta que la mujer que ama es hija del violador de su madre y que para mayor impacto escucha ese secreto de boca de su padre quien muere a consecuencia del esfuerzo, yo todavía creía que podían ser felices.



Solo hoy que me he visto la serie entera (está en YT) comprendo el calvario de Irene. De cómo fue obligada a casarse con Soames para huir de su madrastra y del acoso del futuro marido de esta. Comprendí ahora su desilusión con Soames como amante y esposo que la serie describe,  en lo que para la época puede haber sido una escena atrevida. Nyree Down-Porter en neglige, llorando desolada en su noche de bodas mientras un Soames medio desnudo la mira desde la cama con cara de circunstancias.



Aún hoy no me simpatiza Irene del todo. La neozelandesa no era buena actriz ni muy guapa, parecía gallina mojada sobre todo en sus escenas de llanto que eran constantes. Siempre me pareció hipócrita en ese comportamiento pasivo-agresivo. Me molestaba que apenas conoce a Fleur le tome fastidio y decida que es igual a Soames. Es cierto que Fleur es voluntariosa , peo no llegamos a saber si es posesiva. En la serie es muy intuitiva y en el libro es dada al autoanálisis, lo que me la hace más cercana.

                          Fleur con su Tía  Freddy

Llegó marzo, pasé el examen y comencé mi año escolar en una nueva escuela donde el bullying era tan atroz que no pude continuar. Sobreviví ese dramático otoño viendo A Modern Comedy que nunca más ha sido adaptada para ninguna pantalla. Cuando se la publicó, esta secuela de los Forsyte no tuvo éxito. La saga había gustado por su nostalgia,  por la retro visión del mundo victoriano. La Comedia era demasiado contemporánea, denunciando la corrupción en el mundo político y los negocios además de la decadencia moral de Los Locos 20.

1967 era otra historia. En la segunda mitad de la década inició una fascinación por Los 20 y Los 30 y esta serie era un escapismo exótico del presente con sus flappers, sus fiestas, modas extravagantes, y sus costumbres que a ratos parecían modernas y otras anticuadas.

Susan Hampshire se volvió toda una estrella. Ganó un BAFTA, un Emmy y un Globo de Oro por su retrato de Fleur. Fue esa actuación la que ameritaría volverse el rostro del period piece televisivo, ya que a la saga Forsyte seguirían igualmente premiados roles como el de la Duquesa de Marlborough en Los Primeros Churchill, y Becky Sharp en La Feria de las Vanidades. Para los 70, seria Agnes en David Copperfield y Lady Glencora en Los Pallissers basada en las novelas de Anthony Trollope. Tan apegada está  hoy la actual Lady Kilkunnis a La Saga de los Forsyte que se rumora habrá un rol para ella en la nueva versión.



Lo que es 1971, yo adoraba a Fleur, me encantaba su ropa, la decoración de su casa tan diferente a la de los otros Forsyte, sobre todo su sala llena de chinnoiserie donde cabe tan bien el cuadro del mono blanco que Soames hereda del Primo George. También me encantaba Michael Mont, un marido tan comprensivo, un aristócrata rico dotado de conciencia social, y un hombre siempre optimista pesar de no saberse amado como merecía.

              La bata maternal de Fleur hace juego con su decorado chino

Adoré a Soames, su amor por su hija y como su tremenda ambición choca con el anhelo paterno de no verla sufrir en un matrimonio sin amor. Me encantó su relación con su consuegro, Sir Laurence,  y los esfuerzos de ambos por proteger a la joven pareja. Aun así, comprendí que el retorno del muy casado Jon provocaría problemas que, por suerte, Galsworthy soluciona de manera realista.

Los Forsyte en el Siglo XXI

Tan impresionante fue La Saga de los Forsyte que no se volvió a intentar adaptarla en lo que llevó del siglo. Fue a comienzos del Tercer Milenio que Granada y la  ITV decidieron intentar darle un nuevo rostro para presentarla a una nueva generación. Muchos de ustedes conocen The Forsyte Saga del 2002. Es hermosa, supera a la versión del ’67 con su escenografía y su vestuario. El simple hecho de hacerla en colores cambia la estética.

                    Los Forsyte del Siglo XXI

Qué decir del bellísimo elenco encabezado con mi amado Damián Lewis recién salido de su exitosa Band of Brothers; Gina McKee, mucho mejor que Nyree Down Porter; y esa belleza galesa llamada Ioann Gruffud como Bosinney. Se cambió un poco el argumento, ahora escrito por Stephen Mallatratt , aunque conservando el comienzo con el compromiso de Winifred Forsyte. La serie enfatizaba la cercanía de las mujeres Forsyte hacia Soames, su deseo de protegerlo, su lealtad y admiración. Eso dejaba muy mal a Irene.

Pobre Gina, una excelente actriz. El problema es que siguió el modelo dejado por Nyree Down Porter de ser una estatua de hielo lo que la hacía aparecer un poco tonta. A diferencia de la otra versión, en un viaje a Bournemouth,  Soames ve a Irene en un concierto y se enamora de ella. Al comienzo,  Irene lo encuentra atractivo, pero pronto descubre que es posesivo, materialista y su vehemencia la asusta. Solo rechaza la propuesta de Soames una vez, para aceptarlo nuevamente cundo su madrastra amenaza dejarla en la calle.

Algo que no me gustó de esta Irene es que es pasiva e inútil. A diferencia de la del 67, con título de maestra de piano de un conservatorio parisino y dispuesta a ganarse la vida, esta Irene se siente incapaz de mantenerse sin el apoyo de su madrastra o de su marido. Después de años de casada, Irene confiesa a June que no quiere abandonar a Soames porque teme vivir sin dinero. Esa confesión la hace despreciable a mis ojos, pero también la hace más estimable cuando se atreve a vivir y ganarse el pan por si sola.



Desde el comienzo del matrimonio, la serie del 2002 nos indica que, aunque incapaz de separarse de su marido, Irene toma medidas para independizarse de quien es su sostén económico. Practica, a espaldas de Soames, medidas para no tener hijos (duchas vaginales) y es ella quien exige cuartos separados. A diferencia de la serie donde parece existir amor a primera vista entre el arquitecto y la esposa de su cliente, en esta versión hay un preámbulo. Bosinney solo se interesa en Irene cuando sabe que existe separación de cuerpos entre ella y el marido. Ella tampoco es tan descarada como el personaje de Nyree Down Porter. Eso hace menos indecente el adulterio y la deslealtad hacia June.

                                Bosinney y sus mujeres

Aparte de su impresionante escenografía, tanto en interiores como exteriores, existía en esta adaptación un permiso para ir más allá de lo que fue la pudorosa versión de Hollywood, e incluso la de 1967. La violación de Irene es sumamente grafica como lo es la de la muerte de Bosinney. En el libro y otras adaptaciones, el arquitecto deambula como robot en la bruma londinense hasta que lo arrolla un carruaje.

En la versión del 2002, Bosinney anda buscando a Soames para darle una paliza por el ultraje a Irene. Cuando lo ve, cruza la calle sin mirar y es tropellado por un coche y sus caballos. Me pareció un poco grotesca que en esa escena la cámara enfocase de cerca el rostro del atropellado, pero ese es uno de los defectos de la serie: el abuso de los close-up que a ratos hace que los personajes se vean grotescos.



Mallatratt en Contra del Viejo Jolyon

La otra falla que repudio es hacer del viejo Jolyon un personaje negativo. El modo en que lo retratan en los primeros episodios hubiese ofendido a John Galsworthy quien en ese personaje encarnó todas las virtudes de su propio padre.

En el libro, el joven Jo ya es un paria de la familia, puesto que lleva tiempo separado de su mujer y convive con la ex institutriz de su hija. La madre de June ya ha fallecido y la joven ha vivido años con su abuelo. Donald Wilson optó por situar la historia años antes. Jo y Helene son amantes, pero nadie lo sabe. Aunque a Frances no le simpatiza Helene, la considera una excelente institutriz y se molesta cuando ella presenta su renuncia argumentando problemas personales.

Un tiempo después, Jo confiesa a su mujer que tiene una amante y abandona el hogar.  Es ahí cuando su padre se entera del affaire y se inmiscuye de manera respetuosa en este lio doméstico. Intenta convencer a su hijo de volver con su mujer y titubea antes de desheredarlo. La serie nos muestra el dolor del Viejo Jolyon de perder a su hijo y a su nieta puesto que Frances regresa con su hija al campo a vivir con su familia. Una muy buena escena de la versión Wilson era cuando Frances es arrastrada por un caballo en una cacería lo que le provoca la muerte. Esto no ocurre en la adaptación del Siglo XXI, donde vemos a su hija poniendo flores en una tumba y hablando de la frágil salud de su madre.

                             Muerte de Frances

Todos estos detalles desaparecen en esta versión. Jolyon vive con su hijo y su familia. Cuando Frances descubre que su marido está dibujando a la institutriz,  es Jolyon quien exige a Jo que despida a Helene, a pesar de que el pintor insista que nada impropio ha ocurrido. Lo único que Jolyon consigue es que su hijo y la institutriz admitan estar enamorados, que entre ellos existe un “reconocimiento”. Jolyon se va a dormir al club, su padre lo busca y rudamente le dice que si necesita sexo que vaya un burdel.



De regreso a casa, Jolyon encuentra a Helene a punto de marcharse en el carruaje de la familia. Para humillarla, ordena que salga por la puerta de servicio y que se consiga un coche de alquiler. No sentí lastima por Helene (ni tampoco en la otra versión), pero me molestó que pusieran al Viejo Jolyon de villano. Sobre todo, por la compasión que luego demuestra por Irene aun cuando es ella quien  ha destrozado la vida de June.



Esta nueva versión de La Saga de Los Forsyte tuvo buenos ratings,  por lo que Granada y la PBS juntaron sus moneditas para adaptar To Let como una Segunda Temporada. Yo esperaba que esto invitase a una nueva versión de Modern Comedy. ¡Qué esperanza! Lo que en 1967, la BBC había dramatizado de manera efectiva y conmovedora en cuatro episodios, Granada extendió en seis excesivos capítulos que destrozaron la última entrega de la saga y , de paso, a Soames y a Fleur.

Mallatratt en Contra de Fleur

Empezamos con un innecesario encuentro entre Jon y Fleur en la infancia. Soames los sorprende y agrede, física y verbalmente, a Jon. Viendo toda esta temporada, caigo en que la interpretación de Damian deja a su personaje como un histérico, incapaz de controlar su furia. Muy diferente al frio y contenido Soames del libro y de la caracterización de Eric Porter. El verdadero Soames jamás hubiese atacado a un niño.



Pasa una década. Fleur y Jon se reencuentran en la galería de arte de June. En libro y serie del 67, aunque hay una atracción, lo más importante para ambos es descubrir el misterio detrás de su parentesco. En esta adaptación,  Fleur es una depredadora que en seguida se pone en campaña para atrapar al primo desconocido. Galsworthy nos cuenta que Fleur conoce a su prima política Holly Dartie, pero solo se entera en una visita a su granja,  que es hermana de Jon.

En cambio, la Fleur Siglo XXI consigue que inviten a los Dartie a su fiesta de cumpleaños (otro episodio que Mallatratt incluye en su adaptación) y poco menos que se invita, al saber que Jon estará allá, a pasar un fin de semana en la granja equina de Val. En versión Mallatratt, a Soames no le parece que Fleur visite a los Dartie. En libro y versión Donald Wilson, ella y sus primos son unidos y no parece extraño que vaya a visitarlos. Es una sorpresa tanto para Jon como Fleur  reencontrarse. Ambos quieren descubrir más sobre el misterio familiar. Es solo después de un paseo mañereo, filmado al aire libre en versión ’67, (hermoso y romántico aun en blanco y negro) que ambos descubren que se han enamorado.

En la versión Siglo XXI, Fleur finge no conocer a Jon, aunque tanto los Dartie como el chico saben que miente. Se levanta temprano y, sin pedir permiso de Holly,  asalta la despensa, hace una cesta de picnic y se va a pie a una granja vecina a buscar a Jon. Para cuando llega, se ha enlodado sus zapatos, se le ha caído la cesta y para todos los presentes, incluyendo a Jon,  es una ofrecida. Se supone que esto pone un toque humorístico en la historia. Totalmente innecesario y que arruina a la intensa e intuitiva Fleur creada por Galsworthy.



Emma Griffiths Malin no es tan buena actriz como lo fuera Susan Hampshire y Mallatratt no  quiere a Fleur, prefiere retratarla como una mini Femme Fatale totalmente manipuladora. En libro y versión D. Wilson, Jon trae a Fleur a Robin Hill a conocer a sus padres. Es ahí que, con solo una hora de conocerla, Irene suelta su injusta impresión de que Fleur es igual a Soames y hará infeliz a su hijo. En esta versión Siglo XXI , Fleur se entromete en Robin Hill encontrando a Jolyon solo y finge ser otra persona. Obvio que cualquier futuro suegro desconfiaría de esta nuera timadora.

Mas adelante, en un colmo de crueldad, Jo le revela a Fleur que está desahuciado y le ruega que abandone a Jon. Fleur hipócritamente, le jura que lo hará. Nada de eso ocurría en el libro ni en la otra versión. En libro y serie, Fleur dice a June que romperá con Jon al saber que su padre estuvo casado con Irene. Aunque June insiste en proteger a los tortolos, Fleur sabe que toda la familia se opondrá a su romance y decide casarse en secreto. En la versión Mallatratt, es June quien finalmente los separa (WTF?).

Ambas versiones difieren del libro en que Jon se entera del pasado de su madre por carta, prefiriendo la más impactante escena en que es Jo quien revela todos los sórdidos detalles a su hijo. En esta última versión, son Jolyon e Irene quienes torpemente tratan de revelar el pasado a Jon. El resultado es el mismo. Jo, agotado, sufre un infarto fatal. En el libro, sintiéndose culpable, Jon rompe su compromiso, se niega a ver a Fleur, rechaza la conmovedora oferta de paz de Soames, y parte al Canadá.

En la serie se alarga la situación de una manera insufrible. Jon y Fleur se dan su revolcón el mismo día en que Jon es enterrado. June los sorprende y acusa a su hermano de dejarse manipular por la hija de Soames. Es eso lo que lleva a Jon a rechazar la oferta de Soames. Aun así, se enfurece cuando sabe que Fleur va a casarse con Michael Mont y exige que no lo haga, aunque no planea casarse con ella. Un enredo que nadie entiende y donde todos actúan incoherentemente.



 Entiendo que las sensibilidades del comienzo-de-siglo exigían mucho sexo (June y Bosinney también son amantes en esta versión), pero la situación y  el momento en que hacen el amor dan la impresión de que Jon quiere cobrarse en Fleur lo que hizo Soames con Irene. Esto va completamente en contra de lo imaginado por Galsworthy quien hará que, años más tarde Fleur, se reproche no haber obligado a Jon “ a comprometerla”. Pues en la versión Mallatratt, Jon la “compromete” y le importa un bledo abandonarla.

En To Let y en su versión televisiva original, Jon y Fleur fueron totalmente star-crossed lovers, Romeo y Julieta en Los Locos 20. Aquí ambos son solapados, egoístas, no parecen amarse y esto me lleva hasta lo que criticó Damian Lewis públicamente. En libro y versión Wilson, Fleur culpa al padre por el abandono de Jon. Cree que no fue lo suficientemente firme en su apoyo a un enlace entre los primos cuando se entrevistó con Jon e Irene.

En la versión de Mallatratt, el día de la boda de su hija, Soames atormentado por el rechazo del único ser que ama realmente, confiesa haber violado a Irene y le pide a Fleur que no se case sin amor. La reacción de Fleur es extraordinaria. Ya no reprocha a su padre, no está escandalizada. “Eso es el pasado, Papito” dice al verlo llorar. ¿Si es el pasado porque le ha seguido reprochando su parte en su ruptura con Jon?


                           Boda de Fleur y Michael Mont

Damian contó que había leído (y amado) la saga en Eton, pero que nunca se le hubiese ocurrido esa escena final. Era imposible que un hombre de la era de Soames, un hombre como Soames,  se atreviese a confesar algo tan sórdido e íntimo a su adorada hija. Con ese detalle,  Mallatratt dio un broche de plomo a una suntuosa producción,  que se aleja definitivamente del espíritu de la obra de Galsworthy.

No quiero culparlo puesto que Stephen Mallatratt sufría de una leucemia fatal en la época en que escribió esta adaptación.  A ver qué excusa tendrá Debbie Horsfield (adaptadora de la última versión Poldark) para arruinarla esta vez.

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