jueves, 26 de marzo de 2020

Un Paseo por las Noches del Berlin de Weimar. Babylon Berlin 3x04






Helga recibe una visita de Nyssen. Es muy caballero, todavía se tratan formalmente de “Herr” y “Frau”. Helga confiesa que no sabe que será de su futuro. Nyssen la tranquiliza. El hotel es el sitio perfecto para una persona en transición. Puede quedarse el tiempo que quiera.


En este episodio descubrimos que Gereon no funciona bien. No sabe elegir sus prioridades. Da evidencia de desorden mental. Recordemos que abandonó el set y a Lotte. Al día siguiente, sin saber que ha ocurrido durante la filmación, se va directamente a tribunales olvidándose de su verdadero empleo.

Fiel a su promesa, Greta se retracta. Dice que no está segura de que era Fritz quien vio en la estación ni de que su uniforme fuese el de los Nacional Socialista. Los comunistas en la sala rugen. En el patio de la cárcel, Greta siente las miradas de odio de sus compañeras comunistas.


 Al final de la comida. Stalina le pasa un dinero a la guardia para que deje a Greta solas con sus secuaces. Agarran a la pobre pelirroja y la torturan exigiendo saber por qué cambio su declaración. Greta resulta resistente. Finalmente la arrojan a un rincón como si fuera una muñeca de trapo. ¡Estúpidas! si se hubiesen mostrado solidarias, si le hubiesen preguntado sin violencia, tal vez la pobre Greta hubiese conesado.

Gereon corre a la Fortaleza Roja. En vez de ponerse al día, o ir a la reunión con Gennant, va a importunar a Graf quien ya está sudando la gota gorda porque las fotos del cadáver de Tilly Brooks han salido borrosas. Gereon se entera de la muerte de su amiguita. No le interesa. Casi le exige a Graf que fotografíe los documentos sellados ya que el fotógrafo tiene acceso a ellos.

Llegan a la reunión con Gennant. Presentes están Ulrich, Bohm y los Fanboys. Lotte está haciendo la presentación con beneplácito del Buda quela distingue a pesar de los rebuznos misóginos de Bohm. Gennat está de mal humor, carga contra todo el mundo, pero principalmente contra Graf por la mala calidad de las fotos y contra Gereon por impuntual. Lo castiga, y de paso a Lotte, obligándolos a trabajar con Bohm.


Lotte acaba de relatar lo sucedido en el set (a través de flashbacks). Tristán Rot ha desaparecido, Lotte descubre a Water Weintraub y al Armenio en las inmediaciones. Pretenden interrogarlos, pero ambos la ignoran con gran altanería. Weintraub dice que quiere ser interrogado por “un verdadero policía”. El Armenio es peor.  “Lárgate!” le escupe. Al salir, Lotte se encuentra con una Vera llorosa que confiesa que encerró a Tilly. Lotte la convence de que venga rendir declaración.


Gereon alcanza a contarle a Lotte, ya a solas, sobre lo ocurrido con Greta. Al Inspector recién le cayó la chaucha que Helga lo abandonó. Se atreve a poner una llamada a su padre en Colonia. Helga no está con el suegro. Gereon cuelga sin despedirse y le encarga a uno de los fanboys que investigue si la Frau Helga Rath está hospedándose en algún hotel de Berlín.

Entretanto, la policía ha registrado el apartamento de Félix Krempin. Además de encontrar explosivos y otros objetos que indican que el electricista estaba saboteando la producción, descubren un arcón con un pentagrama en la tapa. Adentro hay parafernalia esotérica y una invitación a una ceremonia con la Fraternidad de Saturno, una asociación ocultista. La invitación viene de parte de Tristán Rot. Se decide que Gereon y Lotte asistirán a la ceremonia y arrestarán a Rot, pero Gennat insiste en que Bohm vaya con ellos.

Herr Graff va a los archivos. Lo detiene en la puerta uno de esos polizontes viejos que ya solo sirven para estar en subterráneos y llenarse de polvo como los papeles. Quiere saber qué hace el fotógrafo ahí. Graff apurado, le responde con arrogancia.

Encuentra los documentos y los está fotografiando cuando llega el vejete. Lo ha reconocido. Lo recuerda de hace años cuando no se llamaba Graf y cuando lo detenía el escuadrón del vicio. Lo llama “muñequito”, lo golpea con una barra de hierro y lo obliga a arrodillarse y a” atenderlo” (¡asqueroso!). Para que no vea lo que ha fotografiado, Graf debe aceptar.




Mas tarde vemos al fotógrafo ante un espejo de tres lunas llorando y abofeteándose. No es culpa de él. ¡Pobrecito! Llama Gereon a su apartamento para darle las fotos. Le cuenta (evitando los detalles escabrosos) lo que ocurrió. Rath dice que Graf es “un héroe”. Cierto.

Van al bar de la esquina, un lugar lleno de humo, donde no cabe ni un alfiler, donde los parroquianos bailan con mujeres u otros hombres. Gereon le pregunta su amigo como acabó siendo fotógrafo de la policía. Graf le cuenta que a los catorce años abandonó su pueblito para venir a Berlín. Que primero vendía periódicos, pero que su verdadero trabajo era la prostitución. Que le debe todo a Gennant. El Buda lo sacó de la calle, lo hizo estudiar y le dio un empleo. Por eso Graf no se molesta con los exabruptos de su patrón.

“¿Y tú otra vida?” pregunta Gereon aludiendo al travestismo del fotógrafo. “Ambas son una sola” responde cándidamente Graf. Gereon se atreve a preguntar a su amigo si tiene un amante. Graf, siempre muy honesto, confiesa estar enamorado, pero que el objeto de su amor aun no lo sabe. Spoiler para los shiperos de este par, ya conocemos al amor de Graf y no es el Inspector Rath.

Como ambos son eximios bailarines, salen a la pista y bailan juntos. Es una coreografía magnifica que más que homoerotismo se siente como camaradería. Parecen Alan Bates y Tony Quinn en” Zorba, el Griego”. O mejor Astaire y Gene Kelly.



Volvamos atrás al Cuento de Lotte, que en manos de Bohm ya parece el Cuento de la Criada. El infame la mandó a recoger unas pruebas forenses, pero se le adelantó recogiéndolas el mismo. Humillada, Lotte se retira del anfiteatro, pero la sigue (¿Rudi?) el estudiante de medicina que fue su amante intermitente la temporada pasada. Quiere volver con ella. Lotte es exquisita para despedirlo.  “Tienes cierto encanto y eres inigualable en la cama” le dice agregando que no está ni para sexo ni relaciones.

Lotte otra vez casi deja plantada a Toni quien, con razón, está molesta por la falta de atención de su hermana. Toni se ha encargado de hacerle una cita a Ilse con el oftalmólogo y quiere que Lotte la acompañe. Lotte no alcanza a explicarle porque no quiere/puede hacerlo porque aparece Vera y corre a chismear con su amiga. Quedan de irse a divertir esa noche. A Toni no le agrada.

Quiero hacer un aparte, y tal vez molesté a alguna moderna de esas que no creen que la mujer debe ser responsable, autorespetarse y darse a respetar (ahora descubrí que lo último también es anatema para las feminazis). Lotte necesita de alguien que la cuide, está muy desprotegida, transita un mundo peligroso (ya lo vimos la temporada pasada cuando cayó en las garras del Armenio). Es inteligente, discreta, educada, pero le faltan elementos de autodefensa que poseemos quienes nos criamos en un entorno “normal”, familiar (incluso con familias disfuncionales como la mía), elementos que tanto Helga como la hija de Bohm poseen.

En resumen, Lotte no debió hacerse cargo de Toni, porque si le preguntamos a la chica lo está haciendo mal. Hacerse cargo de una persona es más que pagar su almuerzo y darle cama en la noche. Toni no es una mascota, es una adolescente que necesita mucha atención. Lotte no puede dársela, no sabe lo que hace y el modo en que Toni le recalca lo que va a hacer en el día es el modo en que pretende llamar la atención de la hermana, pero Lotte prefiere irse a chismea con una desconocida. El peligro es que Toni pasa todo el día sola y ni siquiera dentro de una casa. Es normal que gravite hacia el espacio escuálido y escabroso de su otra hermana. Eso va a traer consecuencias funestas.

Lotte lleva a Ilse al oculista. Su hermana tiene glaucoma y la única manera de salvar su vida es una operación que cuesta seiscientos marcos, una fortuna. Lotte promete conseguirlos. Ya sabemos cómo, pobrecita, no hay manera de salir de esa vida.

Tras escoltar a Ilse a su departamento, Lotte pasa por casa de su vecina y recibe un paquete de viejas cartas, la herencia que le legó su madre. Las lee en el tranvía. Ahí se entera que no tiene el mismo padre que sus hermanas, que las cartas son del amante de la madre. Perturbada, alza la vista a la ventanilla y ve a Helga entrando en un hotel. .


Vuelve a casa y en vez de meditar en paz, o de platicar lo descubierto on Toni, se pone su vestido de coctel y en el espacio bajo las tablas del piso donde guarda sus ahorros esconde las cartas y saca un dinero. Bueno en vista de lo que va a ocurrir, me parece triste que Lotte que necesita plata, se la vaya a gastar en champagne y cocaína. Vera es actriz,  gana más, tiene un amante rico, debería ella invitar a Lotte. Apenas se va su hermana, Toni, que ha fingido dormir, se levanta va al escondite y lee las cartas. Me imagino el golpe que será para ella. No me sorprendería que huyera con los ahorros.


En el bar, entre pimplar champaña y meterse coca, Lotte le cuenta a Vera lo ocurrido. Esta confundida, no sabe si quiere buscar a su padre, dice que quisiera ser alguien diferente. Vera la invita a bailar. Esta escena es alternada de manera paralela al baile Grath-Graf. Son dos escenas totalmente diferentes. Vera tiene otras intenciones con Lotte. Comienza a piropearla y de pronto le exige un beso. Lotte se niega, Vera insiste, Lotte se niega mas veces que Daenerys antes de ser violada por Khal Drogo. Vera le recuerda a la detective que quería ser alguien diferente y Lotte se rinde.



Ok, muchos (muchas, muches) deben estar de plácemes, pero piensen como hubiese sido esa escena si Vera hubiese sido hombre. Estarían todas chillando “violación”. No solo Vera se aprovecha de una chica borracha y drogada, además no le hace caso a la negativa de su amiga. Por menos, Junot Díaz perdió su empleo. En fin. No lo encontré ni erótico, ni simpático, ni me cae bien Vera. Contrasten su actitud con el modo en que Gereon solicitó permiso antes de alisarle el flequillo a Lotte.

Después de andar borrachas por la calle, Lotte y Vera acaban en el piso de la detective. Meten tanta bulla que despiertan a la niña. Más encima se le meten en la cama. Toni, muy cortes, llama a Vera “Madame” y le pregunta si vendrá más a menudo. Las otras ebrias y drogadas se mueren de la risa.

Un detalle, para quienes crean que esto fue presentismo. Las diferentes orientaciones sexuales estaban bien representadas en la Alemania de Weimar y eran parte de la vida nocturna berlinesa.  La homosexualidad, aunque técnicamente era un delito, era tolerada en bares, burdeles e incluso en calles donde se podía encontrar personas de todos los sexos ejerciendo la prostitución.

 La cocaína era una droga legal (no así la heroína, morfina y el opio) aunque cara. La androginia estaba de moda sobre todo entre los adolescentes, y hasta su fallecimiento en 1928 (antes de cumplir 30 años), la Teen Idol oficial era la actriz y bailarina Anita Berber. Drogadicta, alcohólica, Anita, aunque se casó tres veces, era abiertamente bisexual.

Una última palabra sobre la música en este capítulo. En “El Holandés”,  el club que frecuentan Lotte y Vera, ambas bailan al son de “Heut'Nacht en Perú”. Noten que ni el cantante ni sus coristas visten nada típico peruano, todo es parte de una fantasía que llegaría hasta la Era Nazi de como se vivía en Latinoamérica.





A pesar de que “Perú” es usado como rima de “tabú” (un chiste siendo que Perú hoy sigue siendo uno de los países más conservadores de America Latina) es un reflejo de la influencia de la música latina en la Europa de los 20 y 30. No solo el tango era muy popular. 

A estas alturas ya se empezaban a oírse ritmos más tropicales (voy a tener que escribir algo sobre eso) como en este tema de 1931 que tiene dejos del Manisero.

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