Una sorpresa
encontrar esta serie serbia en Tubi, otra sorpresa verla. Me tomó tres días
tragarme el primer capítulo. Trae una
cantidad de datos históricos que no se acostumbra en este tipo de relatos
detectivescos. Realmente es como que el quehacer histórico tuviese más
relevancia que la resolución de crímenes, pero les aseguró, lo que sea que mueva
la trama, pocas veces he visto algo tan entretenido.
Para que no se confundan
como yo, déjenme desmadejarles alguna información histórica para que no estén
tan enredados. Estamos en Belgrado en 1928. El país todavía se llama Reino de
los Serbios, Croatas y Eslovenos (y abarca a macedonios, montenegrinos, bosnios,
herzegovinos, dálmatas y no se quien más). Es un conglomerado de naciones que
una vez fueron parte del Imperio Otomano o del Imperio Austrohúngaro y poco
tienen en común.
Existe un fuerte
sentimiento nacionalista y separatista por parte de croatas y macedonios que es
expresado por ‘terroristas” como Hadzi Damian Arsov o por su abogado el temible
Ante Pavelich. Entretanto, el reino es gobernado por Alejandro Karadordevic
cuya dinastía, desde 1903 ha reemplazado
a a de Los Obrenovic. Muchos, aunque aceptan la nueva dinastía consideran a Alexander
un usurpador ya que su hermano Jorge—que ha sido declarado mentalmente incompetente— era
el verdadero heredero.
Principe Jorge y detrás el sol negro que ha pintado.
Otro motivo de
preocupación que dan los díscolos macedonios es que manejan el tráfico de opio.
Yo ni sabía que, en el periodo de entreguerras, Yugoeslavia fue considerada “La
Colombia de Europa”. Era el centro
mundial de tráfico de opio, pero para 1928 le había salido al paso a los
mafiosos macedonios un poderoso contrincante, los cosacos rusos que traficaban
con un producto más fino: la amapola turca.
Otro dato
histórico del que me vengo a enterar gracias a la serie. Obviamente yo sabía
que no toda Rusia aceptó a los Bolcheviques, que se levantó un ejército de
elementos zaristas conocidos como Rusos Blancos que se batieron con los Rusos
Rojos en una guerra civil que duró casi tres años. Los más aguerridos en ese
ejercito fueron los cosacos liderados por el General-Conde Pedro Wrangel.
Acabada la guerra, los cosacos de Wrangel encontraron refugio en Yugoslavia
donde los amparó el rey Alejandro que les cedió tierras y propiedades bajo
jurisdicción rusa, además de permitirles ser autónomos y no obedecer ni siquiera
a la policía del país.
El resultado es
que los soberbios cosacos dieron muchos dolores de cabeza a las autoridades yugoslavas,
no sería el menor que —para aumentar sus menguados ingresos— se metieron
a narcotraficantes, provocando una violenta competencia con los narcos
macedonios. Este es el background histórico de este cuento que comienza en una
iglesia ortodoxa parte del “territorio cosaco”.
Una noche, el
pope encuentra a Alyosha un joven cosaco destrozando el altar para desenterrar
una caja fuerte llena de joyas de los Romanov que enterró el General Wrangel.
Alyosha asesina al pope y deja un mensaje para que crean que se trata de un
crimen de la mafia macedónica. Eso es también lo que creerán los cosacos y la policía.
El inspector a
cargo es Andra “Tane” Tanasijevic, hombre amagado, un veterano de la Gran
Guerra que todavía sufre por heridas recibidas y que apacigua el dolor con
morfina y alcohol. Su pareja es su ex esposa que, aunque casada, lo visita
regularmente. Su oficina, el bar de la esquina. ¿Sus amigos? Se siente mejor
entre criminales del barrio de Yatagán que entre colegas. ¿Su nuevo colega? Stanko Pletikosic, un petimetre que se viste
de payaso y parece uno de ellos (así lo perciben tanto criminales como la
policía). Recién graduado en criminología de la Universidad de Lausana, Stanko
viene lleno de conocimientos y de nuevas tecnologías que poco sirven en este
laberinto de corrupción e intriga política que rodea la investigación
policiaca.
Stanko y su vestuario suizo
Lo que descubren
el primer día, Tane y Stanko, es que los narcos no tienen nada que ver con el
crimen. Alyosha, entretanto, lleva una valiosa joya en su arcón a su amante, Violeta,
esposa del procurador general Vojin Djukic. Alyosha ama a Violeta. Esta solo
quiere vengarse de la infidelidad de su marido.
Vojin se acuesta
on Maya Davidovic, una banquera, demasiado erudita, demasiado rica, que cree
estar por encima de todo. Es desinhibida, bisexual y gusta dar fiestecitas
donde corren drogas y camas redondas. Maya encarga a su protegido el fotógrafo
gay Neven Tatic que saque fotografías comprometedoras del poderoso Genera
Zivkovicl. ¿Por qué Maya quiere chantajear a un hombre tan peligroso? ¿Quiénes
son los que apalean a Neven hasta que este confiesa que Maya tiene los
negativos?
La celosa Violeta
ordena un vestido idéntico al de su rival para una fiesta de disfraces a la que
asistirán ambas. El momento cumbre es cuando se apagan las luces y la cabeza de
Violeta rueda por la pista de baile. A Tane y Stanko se es ocurre que quien mató
a Violeta quería matar a Maya. A Maya se le ocurre que son los que quieren el
negativo. Tiene razón porque la próxima cabeza decapitada será la del
fotógrafo. Y todo esto ocurre en dos capítulos. Los dejo que disfruten de los
ocho restantes que son sobrecogedores.
Hay otra cosa que
debo explicar. Alyosha creyó robar joyas, en realidad robó un objeto sagrado
que es de extrema importancia para los cosacos y su causa. Tan importante que
la NKVD envía a uno de sus agentes más competentes a recuperar el objeto. Se
trata del hombre de las cien caras (hasta que la Gestapo le rompió la suya en
1941) el bosnio Mustafá Golobich. Y desde Viena llega el misterioso profesor
Gabriel Macht, un enviado de la mítica sociedad secreta Thulle. The Plot Thickens!
Mas que un relato
detectivesco, es un cuento de aventuras. Los autores hablan de que su modelo fue
“El Imperio del Contrabando”, pero a ratos en su énfasis en el bajo mundo más
parece “Peaky Blinders”. Aunque en su trasfondo histórico recuerda a “Babylon
Berlin”. Lo único que yo había visto de Serbia era la adaptación de la novela Aroma
de lluvia en Los Balcanes, un ofensivo retrato de la mujer sefardita.
Aparte de las protagonistas brutas, la serie— desde un punto de vista
estético— estaba por debajo de las telenovelas latinas de los 80, con exteriores mal
grabados, cuartos con cielos rasos bajísimos y un vestuario horroroso.
En “Sol Negro” se
han superado todas esas fallas amateur y la serie serbia alcanza su madurez. Se
han filmado escenas en Serbia, Bosnia y Macedonia. Se ha recreado el barrio de
maleantes de la preguerra, la Yatagán Mala, y aunque a veces parece del tamaño
de Quilpué, Belgrado se ve majestuosa. Las mansiones son palaciegas y el
mobiliario es exquisito. Los autos son una delicia. Han asaltado museos para
encontrar vehículos antiguos como el Hispano Suiza carmesí de la protagonista,
el blanco (que parece Rolls Royce) de Ante Pavelich y el soberbio auto
bronceado de los cosacos (¿me equivoco o es un Tatra?).
Las actuaciones
son decentes, pero permítanme una frivolidad. El cuento chileno de que los
europeos más atractivos eran los yugoeslavos creo que se aplica solo a los
croatas, porque aquí los serbios están bien feítos. Las actrices son guapas, aunque
flacas como perros de la calle. El vestuario es anacrónico. Parece que siempre,
aun de mañana, andan vestidas de fiesta. Ninguna sabe peinarse, y Maya
Davidovic, la protagonista, viste algo rarísimo, transparencias de principios
de siglo XXI, cabellera larga de la Era Hippie, y guantes ochenteros de Madonna.
Otra cosa, todos
se parecen. Yo he oído esa queja (y me ha parecido anatema) de “Band of Brothers”
y “Das Boot”, pero aquí es cierta. Es difícil distinguir entre los taberneros;
el bandido Alimpije Miric y el jefe de seguridad parecen gemelos; y el miope
puede confundirse con la forense Bojana, la millonaria Krista, y la prostituta
Mara, puesto que las tres son bajitas con melenas cortas, oscuras y mal
peinadas.
Krista
Boyana
La filosofía
ideológica detrás de la serie es casi refrescante, desprovista de las trampas
de la corrección política occidental, pero también diferente a la rusa y
alemana. Los ricos son todos puercos, la clase política esta podrida, en la
realeza se traicionan unos a otros. Hasta parecen admirar a los comunistas.
Algo comprensible en un espacio geográfico donde el comunismo fue más tenue ya que
Tito trató de mantenerse al margen de los excesos estalinistas.
Aquí no entran eslóganes
mituteros. A las mujeres se las trata con desprecio y desconfianza y ellas
reaccionan mereciendo el desprecio y desconfianza masculinos. Son manipuladoras,
desleales, casquivanas, etc.. etc.. Solo se salvan las hermanas (aquí son las
hermanas las que valen más que las madres) y la putita Mara que es una víctima
del sistema.
Vale decir que
los personajes masculinos tampoco campean por respeto. A lo más los taberneros
que son solidarios con Tane, y el separatista macedonio que parece honesto.
Tane es un buen hombre, pero su cerebro, que solo funciona con alcohol y drogas,
lo lleva a meter las patas y las manos. Stanko es, me temo, tonto de capirote.
Los criminales no son grandiosos como en “Boardwalk Empire”, pero tampoco
repelentes como en “Peaky Blinders”.
Alerto que la
serie es violenta, hay cabezas decapitadas volando por doquier, golpizas por
capitulo y hasta dedos amputados. La violencia es equilibrada por escenas de
sexo gratuito con muchos desnudos femeninos y donde prevalece el masculine
gaze. Aun así, la recomiendo por ser muy novedosa, muy entretenida, muy
informativa en términos históricos y muy bien narrada. Los habitantes de
America del Norte pueden verla en Tubi o Amazon. En America Latina se puede
seguir por Eurochannel. En España, por Amazon Prime.
Bueeeno, fue una nota corta, me gustó mucho. 😉 A todo esto, me vi el primer capítulo, pero no me llamó la atención. ¿Por qué? Prácticamente hay un GRAN DESFILE de PERSONAJES... ¡Muchísimos! A los cuáles se me hizo difícil seguirle la pista... ¿Quién es quién? ¿Será por lo que dices que se parecen todos? ¡MMR!!! Creo que sí. Solo pude reconocer el detective mayor y su nuevo ayudante. En cuanto a producción es de lujo, todo bien cuidado. Muy buenas actuaciones. Yo no sé de vestuario de la época, así que no puedo opinar mucho, pero ese primer capítulo es muy largo y sobre todo, fuerte. Lo fuerte NO me molesta, pero sí el montón de cosas que pasan. Me puse a ver el principio del 2do episodio, y no, no pude. El mismo comienza con un nuevo personaje, ¡pero si ya hay demasiados!!! ¡MMR!!! Pero bueno, es de excelente factura, eso sí. ¡Besotes! RAFA
ResponderEliminarEstamos de acuerdo en todo. Yo, como tronera, no voy a quejarme por exceso de personajes, pero si fue excesivo tirar toda la carne a la parrilla en el primer episodio. De las siete tramas, nos presentaron a los personajes de seis solo en el primer episodio. Como dices, al comienzo del segundo aparece el Principe Jorge en el manicomio, entiendo que hayas tirado la toalla. Son 7 tramas, mas dos triangulos romanticos, pero ya para el tercer episodio, las tramas se entrecruzan y todo es mas claro. hice la nota corta porque realmente quiero que la vean. Puede que al comienzo sea carne dura, pero el centro es blando y jugoso.
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