lunes, 27 de diciembre de 2021

Sefarditas y Turcos en la Estambul de Los 50: The Club en Netflix

 


Ya saben qué hace años que les vengo huyendo a las telenovelas turcas, pero, aunque no me crean,  lo que me atrajo de Club Estambul no fue saber que su protagonista era sefardita. Ni siquiera sabía que era judía, un detalle que obviamente no les interesa a quienes se acercan a esta serie de Netflix. Tampoco me atrajo el dramón maternal. Fue más la idea de una ‘”mujer perdida” trabajando en un night-club en la Estambul de los 50. Ahora, confieso que ver, en los primeros veinte minutos,  a la protagonista celebrando el Shabbath en una cárcel de mujeres, me enganchó. Pero The Club (Kulub en turco)tiene otras virtudes para engancharlos a ustedes.

La historia comienza en 1942. En una azotea de Estambul,  la adolescente Matilda Aseo mata a un hombre y es condenada a cadena perpetua. Pasan 17 años, vemos el interior de una cárcel, un taller de costura, las presas celebran una amnistía general. Una se acerca a Matilda (Gokce Bahadir)  y le pasa unas velas “que Allah te bendiga” le dice. Matilda le agradece,  enciende las velas y recita la bendición que marca el inicio del Shabbath.


                             Matilda joven

Matilda sale libre, pero ya no queda nadie de su familia esperándola. Dirige sus pasos al barrio judío en Galata en busca de David Pinto. En flashbacks descubrimos que Matilda alumbró una niña en la cárcel y se la encargó a este hombre. David (o Davitko como lo llama Matilda)  vive en una típica casa sefardita, llena de diversas generaciones de mujeres unidas por lazos de sangre y de matrimonio. Reconocen a Matilda y la miran con desconfianza y desprecio.

Por Davitko,  Matilda se entera que Rasel se ha criado en El Orfelinato, una casa hogar para huérfanas judías. A Matilde no le interesa su hija, quiere que Davitko le consiga documentos para inmigrar a Israel. Davitko quiere que,  antes de hacer aliyah, Matilda conozca a su hija. Le entrega una fotografía de Rasel que Matilda romperá sin mirarla.

Cuando conocemos a Rasel (Asude Kalebek) , no nos sorprende que Matilda no quiera verla. Rasel es una especie de animalito que en momentos de ira da rienda suelta a su agresividad. Lo único humano que tiene son defectos. es mentirosa, ratera y traidora. Cuando su única amiga, la bailarina Tasula, le pide que lleve recado a su amante, el taxista Ismet, . Rasel lanza la carta a la basura, se emperifolla, se  maquilla y seduce al taxista. Luego regresa y le anuncia a su amiga que Ismet se fue con una “rubia”.

                           Rasel en ánimo depredador

Tasula se desespera. Es otra mala noticia. La han despedido del Club Estambul y el manager, Celebi (Firat Tanis) , se ha quedado con sus documentos de identidad. A Rasel se le ocurre meterse al club y recuperar el carnet de Tasula, pero al encontrar que en la despensa hay cigarrillos de contrabando, se pone a robar. Llega Celebi y Rasel le da un botellazo. Acaba presa. Es ahí donde a Matilda le bajan los sentimientos maternales.

Celebi no quiere hacer olas.  Se dispone a retirar la denuncia, pero ve a Matilda y la reconoce. Eso lo lleva a chantajearla. Ella le pagará una cantidad que solo él conoce, pero para asegurarse del pago, Matilda deberá trabajar para el club. Por la libertad de su hija, Matilda sacrificará la suya. Es un trato ingrato puesto que Celebi, por misteriosas razones,  busca humillar y destruir el espíritu de su cautiva y Rasel odia a su madre que la abandonó y se niega a explicarle sus razones para hacerlo.

                      Celebi

El Dramón Maternal, la Quintaesencia del Culebrón

El drama maternal es uno de los géneros más conocidos del melodrama. Desde que Mrs. Heny Wood escribiese el superventas East Lynne (1863)  (y aun mas cuando Bisson escribiese Madame X para el teatro en 1908)  que tenemos esa imagen lastimosa de la mujer perdida, muchas veces ex presidiaria, que intenta recuperar hijos que abandonó o le fueron arrebatados.

                         Theda Bara como Lady Isabel en East Lynne

El cine de Hollywood se hizo eco de esa moda . Roger Dooley dedica toda una sección al tema en su From Scarface to Scarlett. En su etapa en el Cine de Oro Mexicano, Dolores del Rio encarnó a muchas de estas sufridas madrecitas. Lo dramas maternales son la quintaesencia del culebrón. Amparito Rivelles hizo carrera en la televisión mexicana perdiendo hijos que luego debía buscar. Muchas actrices la seguirían. En este siglo,  el cetro quedaría en manos de Vicky Ruffo que de jovencita había hecho el papel de la hija que se niega a aceptar a esta extraña del pasado que reclama su amor.

                          Dolores del Rio en Las Abandonadas

Aunque yo fui devoradora del drama maternal telenovelero, siempre tuve problemas con la torpeza (hay excepciones) con la que la madre se acerca a la hija para explicar que nunca la abandonó, o que tuvo razones de peso para esa separación tan larga. Es más difícil cuando la madre es una convicta y (¡oh horror!) cuando su víctima ese también el padre de sus hijos.

Matilda tiene ese doble problema,  que una vez enfrentó la legendaria Amalia Batista, pero no es excusa para que se niegue a dar explicaciones o que las suministre con cuentagotas. A ratos entiendo que Rasel se exaspere ante esta mujer que insiste en dominarla, pero no responde a sus preguntas y si lo hace es con medias verdades.

En suma, Matilda es torpe. La cárcel no le ha dado la sabiduría para sobrevivir en el mundo exterior como ocurriera con La Dama de Rosa,  ni tiene las estrategias que la Madrastra planificó para poder recobrar a su familia. Matilda es tonta, pretende que Rasel la acepte, quiera y obedezca cuando son un par de extrañas. Aunque tiene respuestas enmudece cuando Rasel la interroga, para luego volverse una bully y zarandear a la hija exigiéndole que no vea al novio.

                      Victoria Ruffo en La Madrastra

Ni siquiera sabe quiénes pueden ayudarla a conquistar el corazón de su hija. Se mostró sospechosa con Mordiko que es un Pan de D-s, y agresiva con Tasula que es otra víctima de las marrullerías de Rasel. Celebi,  que parece ser el único listo en este cuento,  nota el parecido entre las personalidades de Matilda y de su hija, y es que en ellas la falta de tino es frecuente.

Rasel no es como las huerfanitas de Delia Fiallo e Inés Rodena que tan bien ha interpretado Maite Perroni en este siglo. Además de parecer borderline, y ser una delincuente nata, es tonta. Se lo dice Ismet en dos ocasiones. Se mete con un hombre en el que no se puede confiar y eso lo demuestra el modo en el que el taxista ha tratado a Tasula.

                  María Desamparada se enfrenta a la madre que la abandonó. Duelo Perroni-Ruffo

Rasel se cree que se las sabe todas y acaba como todas las mujeres de Ismet. Vamos,  que ya sé que Baris Arduç es un galán en Turquía (a mí me recuerda a Pedro Infante y ni canta), pero no me parece muy romántico un hombre que te deja en descampado bajo la lluvia para correr tras una gringa millonaria,  o que te planta una bofetada apenas le dices que eres judía.



Para hacerla más antipática, Rasel señala con el dedo a la madre al descubrir que es asesina, cuando ella misma pudo matar a Celebi de un botellazo y antes de entregarse a Ismet provoca un accidente que casi acaba con ambos. La Rasel me revienta casi tanto como la madre.

Yo entiendo que el modelo que les ha cosechado un triunfo universal a los turcos sigue las pautas de las telenovelas más rancias, pero aun para los que nos disgusten esas fórmulas clichés, Club Estambul tiene mucho que ofrecer.  Por ejemplo, es casi seguro que quien se come la trama es Salim Bademci en el rol del estrafalario, pero talentoso Selim Songur.





Este cantautor,  a quien sus propios padres han desheredado por su estilo de vida “bufonesco”,  va de fracaso en fracaso, hasta que se le ocurre presentarse ante el enigmático Orhan (dueño del club) a venderle sus sueños. El hipnotizado empresario da carta blanca su nueva estrella, provocando una revolución en el negocio de espectáculos nocturnos del país que siempre se ha apoyado en bailarinas y voces femeninas.

Hay algunas otras subtramas que conciernen a personajes menores como los chicos provincianos que Celebi trae a Estambul a trabajar en las cocinas y tramoyas del club. Una lástima que no haya más espacio pata dedicarles a ellos y nos pasemos tanto rato viendo enfrentamientos entre madre e hija y revolcones de Rasel e Ismet. Ese es el mayor problema con Club Estambul, el poco equilibrado argumento que ofrece tanto potencial para un dramatizado, pero no acaba de superar esquemas telenoveleros.

Por otro lado, hay una cantidad de misterios que se toman su tiempo en revelarse añadiendo suspenso a la trama. Solo en el primer capítulo nos preguntamos quien fue el padre de Rasel y quien fue el hombre que Matilda mató. En la segunda entrega, descubrimos que son una misma persona, Mumtaz.



Los motivos para el crimen y la desaparición de la Familia Aseo nos serán revelados más adelante, tal como la relación en el pasado entre Celebi y Matilda y las razones que lo llevan a maltratarla y a protegerla. Como si no tuviéramos bastantes secretos que desvelar, para el cuarto capitulo descubrimos que Orhanun personaje totalmente desperdiciado también se trae un misterio gordísimo escondido en el bolsillo.

Los Sefarditas y la Xenofobia en la Turquía Moderna

Para entender estos misterios sería necesario un poco de explicación histórica que la serie, lamentablemente no aporta. Para Los Cincuenta, la comunidad judía turca contaba ya con cuatro siglos de existencia. En su mayoría eran sefarditas, descendientes de los expulsados de España a los que el Imperio Otomano había dado cobijo. A pesar de su gran población, y buena situación económica, los judíos habían (han) experimentado brotes de antisemitismo aun en la moderna republica de Turquía.

Las razones son diferentes. Desde la Guerra de los 6 Días ha existido un sentimiento anti-sionista en algunos sectores de la política turca. El reinado de Recep Tayyip Erdogan ha coincidido (y no accidentalmente) con un auge del islamismo fundamentalista que no permite la cohabitación con otras religiones.

                     Demostración anti-Israel en Estambul en el 2016

Sin embargo, el impuesto de 1942 que provocó el crimen y encarcelamiento de Matilda no ocurrió por ninguna de esas causas. Ni siquiera se puede acusar (como con los pogromos de 1934 en Tracia)  a la influencia del nazismo, a pesar de que agentes nazis se encargaban de sembrar cizaña en la prensa turca en contra de los judíos.

Para mí el mayor crimen turco en contra de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial fue el hundimiento del Struma del cual les hablé en este artículo. Ese incidente fue provocado por la presión inglesa al gobierno tuco y buscaba impedir la entrada de más judíos al Mandato Británico de la Palestina.

El segundo gran crimen fue ese vergonzoso impuesto.  El Varlik Vergiz (impuesto a la riqueza) nació de un nacionalismo turco que por décadas perseguiría a las minorías (armenios, griegos y judíos). Aprovechando la mayoría nacionalista en el gobierno se impuso un impuesto elevadísimo 20% más alto que el de los ciudadanos turcos islamitas a todo el que no fuese musulmán.

                                 Judíos venden sus pertenencias para pagar el impuesto

Se les dio además un brevísimo espacio de tiempo dos semanas para recaudar el dinero que debería ser entregado en efectivo. 14. 000 hombres,  que se vieron imposibilitados de conseguir tan fuerte suma,  fueron enviados a campos de trabajos forzados en las montañas . Las condiciones insalubres del campo, el clima, y el trabajo de picar piedras para las carreteras,  convirtieron a esos sitios en una especie de Valle de los Caídos. En los dos años que duró esta cruel medida,25 personas (la cifra exacta todavía no se conoce)  fallecieron en esos lugares, incluyendo el padre y hermano de Matilda.

Hoy se sabe que Ismet Inonu, el presidente de la nación turca aceptó ese injusto impuesto con la esperanza de ayudar a la clase mercantil alejando a su mayor competencia. Además, se esperaba que tanto el dinero de los impuestos, como los bienes de los encarcelados (a muchos les quitaron sus negocios como vimos sucedió con la compañía naviera del padre de Matilda),  fuesen entregados a empresarios turcos para ayudarlos en sus empresas. Por último,  se utilizó lo recaudado para el rearme del ejército, algo necesario en evento que Turquía entrase en la Segunda Guerra Mundial

                   En la nieve llegan los prisioneros al campo de trabajos forzados de Askale

Lo importante es recordar que no solo los judíos eran blanco de estas medidas arbitrarias. En 1955, once años después que se derogara el impuesto, volvió a surgir una ola nacionalista cuyo mayor objetivo eran los griegos. El excelente filme “cocinero” A Taste of Spices cubre ese periodo desde una óptica griega.

Durante el gobierno de Celal Bayar y bajo órdenes del Primer Ministro el General Adnan Menderes, tuvo un lugar un terrible pogromo en Estambul donde murieron docenas de personas y cientos de hogares y propiedades fueron destruidos incluyendo dos monasterios y 23 iglesias ortodoxas. Aunque el ataque iba dirigido en contra de griegos, también los judíos sufrieron pérdidas materiales incluyendo el incendio de una sinagoga.

Después de ese pogromo hubo una estampida. Los griegos regresaron a Grecia a pesar de que muchos no habían nacido allá. Los judíos comenzaron a emigrar a Israel, que en la serie vemos es percibido como un gran refugio sea para las víctimas del nacionalismo, una mujer sin hogar como Matilda, e incluso una pareja que quiere iniciar una nueva vida.

                      Mordo y Rasel pretenden comenzar una nueva vida en Israel

Aun así, David que ha sobrevivido esas olas antisemitas reconviene a Matilda cuando esta pretende hacer aliyah: “hemos vivido 400 años en esta tierra”. Para él , Turquía es su hogar, como lo sigue siendo para los 15.000 judíos que siguen viviendo en ese país a pesar del creciente fundamentalismo islámico y antisionismo del gobierno de Erdogan.

Una Visión Positiva de la Comunidad Judía

El diario vivir de la comunidad sefardita es un importante tema del filme. Lo que ha asombrado a los judíos turcos ya que, si se les suele mostrar en las series turcas es siempre a través de estereotipos negativos (el prestamista tacaño, el mercader tramposo, el agente de la Mossad, etc..) . Aquí tanto las protagonistas como su comunidad y cultura son vistas con buenos ojos. Aunque nos haga parecer a los sefarditas como que viviéramos en comilonas (efectivamente, somos patacheros). Tenemos en la serie cenas de Shabbath, fiestas de compromiso y mi festividad judía favorita, Purim donde se le revela a Matilda la identidad de Celebi, pero ella,  obcecada, no entiende la relevancia de lo que un antiguo socio de su padre le cuenta.

                    Rasel en la galería de las mujeres en la sinagoga

La religión judía también es vista de una manera positiva. Vemos un servicio de sábado en la sinagoga al que asisten Rasel y su madre.  La serie comienza con Matilda celebrando el Shabbath en la cárcel. Ya libre, Celebi la obliga a trabajar en sábado, pero vemos que el villano también impide a sus empleados musulmanes guardar su viernes. Su impiedad alcanza a todas las religiones.



Para el público turco es toda una sorpresa descubrir esta comunidad que sigue conviviendo junto a ellos. Para los historiadores representa una oportunidad de poder hacer públicos aspectos de la historia reciente de Turquía que han sido olvidados o silenciados. Algo que sorprenderá a muchos televidentes latinos es su encuentro con el ladino, una forma de español antiguo que los sefarditas han conservado como lengua franca en sus países de exilio junto con otras costumbres que se trajeron de la Península Ibérica hace cinco siglos.

Una arbitrariedad de esos gobiernos nacionalistas fue prohibir el uso de un idioma que no fuese el turco aun dentro del hogar. Eso ha provocado un declive en el uso del ladino que ya va camino a ser lengua muerta. En Kulub oímos a los personajes, incluyendo a Matilda y su hija, hablar en ladino (So la tua madre es como se le presenta a Rasel), pero también lo escuchamos en canciones como la de la “Ninya de Kasa Alta” que parece reflejar la tragedia de Matilda.



Junto con el vestuario y las alusiones históricas, la música es fundamental para crear atmosfera de época. Tenemos baladas sefarditas junto a los espectaculares números musicales de Selim Ongur (un coctel de jazz, rock a lo Buddy Holly y música turca) . En términos de música occidental, tampoco se queda atrás.  En su primera cita, Ismet y Rasel escuchan a Frank Sinatra en la radio;  cuando Selim descubre el nombre de Matilda inmediatamente le canta el refrán del calipso de Harry Belafonte; y cuando Rasel quiere demostrar sus celos por el músico dice despectiva “él no es Elvis”.






El Club Rompe Tabúes

Hablando de Selim, hay algo que no me puedo guardar. Su comportamiento afeminado , la ausencia de pareja, el rechazo de sus padres y la primera canción que canta em el club,  que incluye la frase “algunos de nosotros hemos nacido prohibidos”,  me ha hecho pensar…pero ¿cómo es que nadie más se ha dado cuenta? La única publicación donde se habla de su posible “queerness” es en una página judía.



Se entiende, el tema gay es totalmente Verboten en las producciones turcas. Hace un par de años, cancelaron una coproducción de Netflix ( If Only) precisamente por querer incluir una pareja homosexual. ¿Será esta una manera de la compañía de streaming de cobrarse esa cancelación?  ¿O acaso Zeynep Gunay Tan,  la directora,  ha encontrado esa rendija para eludir el tabú?

En general, Club Estambul es bastante atrevida. En SensaCine han hablado de una escena de cama (bien inocente) entre Ismet y Rasel. Vemos a la susodicha, en otra escenas, lavando sus calzones manchados de sangre después de perder su virginidad y revisando sus paños higiénicos para ver si le ha bajado la regla.

Sin embargo, lo más osado de The Club es la inclusión del tema judío, la sacada del closet del pasado antisemita turco y la revelación de esta comunidad como parte de la historia del país. La gran sorpresa es que ocurra durante este gobierno retrogrado y anti-sionista.

La primera razón es la pasión que han desatado las teleseries turcas en Israel. Una de las más populares ha sido también de Zeynep Gunay Tan. Se trata de La novia de Estambul cuyo elenco recibió una bienvenida apoteósica en su visita al país judío. Pero no creo que Zeynep,  que como productora ya sostiene una lucha en una sociedad que bordea en las ideas fundamentalistas musulmanas sobre roles femeninos, vaya a arriesgarse solo para que la vean en Israel.

Otra teoría, muchísimo más interesante, es que el gran enemigo de Erdogan y del conservatismo turco que el presidente representa,  es el partido AKP , el mismo de Kemal Ataturk. Siendo que Ataturk fue el gran promotor del nacionalismo turco, una serie que muestre las arbitrariedades y horrores que se cometieron en nombre de esas campañas de “turquificazion” les viene como anillo al dedo a sus rivales políticos.



Sea cual sea la causa que provocó la filmación de Club Estambul, esta serie tan singular ha sido un parteaguas que recomiendo. Que tiene errores, los tiene. Hay un juego cronológico que ha exasperado a los críticos pensantes. Si Rasel nació el ’43 (año de las deportaciones causadas por el impuesto) y tiene 17 años, obvio que la historia transcurre en 1960. ¿Entonces por qué venderla como si fuera de los 50?

Para mí, sin embargo, el peor error ha sido cortarla en la mitad. Originalmente la producción de Zeynep Gunay Tan abarcaba diez capítulos. No sé porque razón, Netflix solo nos dio seis.  Y tendremos que esperar hasta el 6 de enero, para ver lo que nos falta.



Netflix así entra en la inexplicable moda de HBO de dar temporadas fragmentadas. Se entiende cuando se trata de proyectos infumables como el Reboot de Gossip Girl o la vergonzosa The Nevers, pero no con una serie que en su primera semana en IMDB había superado el rating del Calamar. Si hoy a bajado e 8.2 a 7.8 es precisamente porque el público se siente defraudado ante tan abrupto final .

Contenido de Violencia y Gore: Casi ninguna. Lo más violento seria la bofetada que Ismet le propina a Rasel, quien a su vez es una criatura más violenta que un mapache hidrófobo. (Nota: en el final tendremos lo que parecen ser escenas del pogromo de 1955).

Contenido sexual: Ya he mencionado el escándalo de las escenas de cama de Rasel e Ismet, vemos a Celebi teniendo sexo con Tasula (ambos vestidos),  luego a él visitando una prostituta.

Contenido Feminista: El drama maternal coloca a la protagonista siempre en el sitial de víctima del patriarcado. Sin embargo, la serie,  desde nuestro punto de vista,  puede parecer “anticuada”. Es que tampoco vamos a acusar a la sociedad turca de entonces como muy adherente del Me Too.

Factor Diversidad: Nos enfrentamos a otro tipo de diversidad que nos recuerda que hay otras culturas que pueden pasar por “blancas”,  pero igual enfrentan racismo y conflicto. Lo vemos en El Club donde se emplean griegos, turcos musulmanes, judíos y armenios y como el gobierno está forzando a Orhan a desprenderse de ellos.







16 comentarios:

  1. Aquí Accolon. Pues nunca me ha interesado ninguna producción turca porque las encuentro lentas, se toman su tiempo y son repetitivas en escenas y situaciones, pero esta se lee interesante así es que veré qué tal. Si no fuera porque me mamé mil teleseries cuando chico que trataban asuntos "madre que llega vs hijos" seguramente no encontraría interesante ese tema, pero casi lo llevo en mis genes latinos. El hecho de que no se dijera nada por parte de las madres igual es muy de teleserie antigua, no sé si ahora seguiran haciéndolo, pero en las chilenas todo va rápido desde hace años y ya en el primer capítulo se sabe mucha información y queda como tres veces la tendalá. Muy buen artículo e interesante. No me gustan los nacionalismos extremos, siempre todo lo extremo lleva a grandes persecusiones, pero durante un tiempo eludí todas las pelis y series que trataban esos temas, el mundo ya iba demasiado mal como para entristecerse más. Ahora volví, seguramente igual la mente se fortalece cuando lo necesita, y me vi Charité in war. Muy buena

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    1. ¿Viste Charite at War? Ahh no Dr. Pandi me tienes que dar tu opinión. Aquí está el link
      http://confesionesgataseriefila.blogspot.com/2019/09/charite-at-war-un-vistazo-la-medicina.html
      ¡Qué bonito el romance de Otto y Martin! ¿No? Ahí se me ocurrió decir que los únicos romances ‘romantico”de la ficción ahora eran los gays y me salió alguien acusándome de homófoba.
      Yo le tengo terror a las series turcas por lo mismo que argumentas. Lo que pasa es que cuando los turcos decidieron probar con el mercado televisivo extranjero, se apoyaron en el modelo triunfador, la telenovela con sus arquetipos y estereotipos. Aquí han exagerado algunas cosas, han convertido a Rasel en una muchacha llamada Milagros (Mi Amada Beatriz, Cuidado con el ángel). La diferencia es que el personaje de Delia Fiallo era víctima de una violación, lo que explicaba su violencia.
      Ve la serie no como un enfrentamiento de mujeres, sino de culturas 9Y échale una mirada al personaje de Salim Songur).

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  2. DEsde FB de Rafael Ochoteco
    ¡Excelente artículo! PERO hay que ir por partes... Es la segunda serie turca que me veo en Netflix, la primera fue "Inmortals" ("Guerra de Vampiros"). Es mi tercera vez viendo algo turco, la primera fue la exitosa "Tormenta de Pasiones" la cual nunca terminé (además de larguísima) porque me la sacaron del OnDemand... Empiezo con el drama maternal: Lo positivo de este drama aquí es que mientras en Latinoamérica se la pasan sobre actuando, llorando, gritando, aquí "Matilda" con solo la mirada actúa, cosa que vemos muy poco en las novelas... Mientras la Tuffo (Ruffo) se la pasa llorando peor que una Magdalena en Viernes Santo, "Matilda" transmite su dolor muy diferente, y me gusta. Me gusta lo orgánico de las actuaciones turcas.

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    1. Sigue Rafael Ochoteco
      En general, los personajes caen bien. La historia está bien contada, es elegante, es llamativa en todo el sentido de la palabra. La música, como siempre, es uno de los elementos claves de las series turcas. Es una serie atrevida por todo lo que mencionas. Un misterio cómo lo hizo Netflix. Como ya hemos conversado, creo que la serie muy pudo pudo terminar donde misteriosamente Netflix la paró sin ninguna explicació (lógica). A mí no me desagradan los finales abiertos para nada. Es más, tengo miedo que los 4 capítulos que faltan vayan a joder lo buena que ha sido hasta ahora. Por eso, aunque me compartiste el trailer no he querido verlo, quiero que me sorprenda, pero bien... ojalá que sí. ¡BESOTES!

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    2. Para Rafael Ochoteco Por supuesto, yo queria ponerla en contexto que nos fuera familiar, pero las actuaciones son soberbias, no, no, nada de llorar con pugiditos como Vicky (que malo! La Tuffo).
      Rafael Ochoteco Tenemos una apuesta sobre el final y creo que vas a ganar, para mi la grandeza de la serie es su valor historico, ser un parteaguas.

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  3. Desde FB de Ray Badilla
    Suena interesante lo que comentas de esta serie. La veré a ver si me atrae algo. Yo no puedo con las telenovelas turcas, me parecen aburridas. Increíble que se hayan convertido en un fenómeno de masas en America Latina.

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    1. Para Ray Badilla Comendador vela por el contenido histórico, como expreso en mi nota es una primera vez y un esfuerzo muy valiente por parte de Turquia hacer una telenovela sobre un tema que no han tratado nunca. al menos desde una optica turca.
      Ray Badilla Otra cosa, lo fascinante de la serie es que solo hay dos personajes turcos, y uno es el villano. Lo que hace es mostrar el pluralismo cultural de la Estambul antigua y como eso provocó tragedias.

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  4. Aquí Accolon.
    Vi los capítulos en maratón porque me pareció muy buena, nada de lenta como las teleseries que mira mi madre.
    Me gustó el personaje de Matilda, su inexpresividad y falta de comunicación supongo que venía de los años de cárcel donde supongo, aunque no se dice nada, tuvo que sobrevivir a malos ratos típicos de las prisiones. Lo que no me gusta y a la vez me gusta, no sé cómo expresarlo, es que de primera a todos les cae bien aunque no diga ni pío ni mire a la gente, lo cual no es extraño, he visto casos, pero me pareció muy veloz, como cuando conoce a Selim y él le habla de moda. Ella calla, no dice nada, nunca la vi trabajando, es mandona, jaja hace lo que le da la gana. Me hizo recordar un poco el papel de María en El internado, que sale del manicomio para ir a buscar a su hijo Iván. Iván es un pelotudo con ella desde el primer momento y ella insiste. en realidad no se parecen las dos series en nada, pero me lo recordó. Me gustó que ella no haya ido por su hija, sino que se la encajaron, pero ya en ello, se puso las pilas. Rasel como personaje está muy bien, me gustaron sus momentos de ternura y tristeza y me impresionaron un poco sus momentos de violencia, durante los cuales hace de la repetición una especie de arma, y también la odié porque traiciona a su amiga y luego va como si nada y le dice que se enamoró y le va a pedir ayuda. Se merecía totalmente al taxista, de quien sólo puedo decir que era guapo.
    En cuanto a Selim pues sí, es como un gay encubierto, parecido a los de las antiguas teleseries chilenas, pero tiene su ambición al menos. Eso sí, no soporto el divismo así es que me cayó mal. Pienso que están coqueteando con la idea de relacionarlo con su jefe, que sí me pareció gay desde el principio, cuando Selim le cuenta su sueño. Tal vez no lleguen a nada, pero me alegra que estén allí, no se siente impositivo.
    Creo que por condensación cometieron algunas faltas. Me faltó más compromiso de Matilda con su trabajo y sus compañeros, me gustó cuando ayudó a otra niña pero lo sentí forzado, ya que jamás había mostrado interés por nadie. Me faltó más de su amistad por Selim, es como que el la agarra de la nada y la obliga a ser su amiga y no tienen muchos momentos. La música y el ladino, que no conocía, me encantaron y en general me gustó todo. Me tinca que quisieron hacer una novela acerca de distintos tipos de maternidad y por eso incluían a otras madres que tenían problemas con sus hijos, como Selim, Orhan e Ismet, pero faltó desarrollo. Pero muy buena, me agradaron casi todos los personajes, excepto las madres e Ismet. Incluso el rufián, cuyo nombre se me escapa ahora, me parecio interesante. A esperar los capítulos que faltan, creo estrenan el 3 de enero. Abrazos

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    1. Querido Gato (es un título más grande que Mago) Accolon, antes que todo gracias por postear directamente acá, me evitas la traslación de comentarios desde FB. Segundo, gracias por este contundente ensayo que cierra el 2021 en este blog. Espero indique que habrá más parecidos en el 2022. Me trae recuerdos de nuestros tiempos en el Foro de Literatura.
      1. Vamos por partes. Que rico que te gustó. Esa es la idea, poner a los Gatos Seriefilos en contacto con series que no son muy publicitadas.
      2. Debido a que es miniserie limitada, Kulub no es tan latiguda como las otras teleseries turcas. Pero me hubiera gustado que desarrollasen mas otras subtramas como la de Orhan o la del cabrito de Anatolia que al comienzo yo creía que estaba enamorado de Matilda y de pronto esta encamado con Tasula. Y uno no sabe que pasó.
      3. El mutismo de Matilda. Yo pensaba que la mujer turca a lo mejor es parca, pero Matilda es sefardita y lo ves en las mujeres de la casa de dAvitko y la misma Rasel, son parlanchinas y explosivas. Debe ser que los años de cárcel la hicieron silenciosa.
      4. Eso de que les caiga bien a todos, es un recurso muy barato de ficción, pero resalta más el que la hija no la quiera.
      5. A mí no me molesta el divismo de Selim, pero sí que sea tan egoísta. Con la única que es generoso es Matilda por eso me molestó ver que en el tráiler de la segunda parte la agrede verbalmente.
      6. Se supone que Matilde es víctima, pero como dices es mandona y hace lo que le da la gana. A Celebi lo trata con la punta del pie, y hasta Orhan la obedece. La única que la trata pésimo es Rasel.
      7. Mi problema con Rasel es que parece loca. Primero no se comporta ni como una niña turca ni una niña sefardita de entonces. Segundo, no se entiende su rabia. Es la regalona del orfelinato, se le permite todo, hasta que salga y haga amigos fiera de su comunidad. ¿Y de que se queja? ¿Qué quiere? ¿Y de donde aprendió a ser tan chancha? Pero fíjate una incoherencia, ella conoce a cElebi, le dio un botellazo, sabe que maltrata a sus empleadas, pero el viene a su casa y ella le sirve un tecito y se pone a conversar con él , super simpática.
      8. Ter gusto el Bacir? A mí no y ese bigotito tan rasca…A mi me gusta el Orhan (aunque en YT también le vieron cara de gay y lo shipean con Selim)
      9. Exacto, la serie se llama El Club y nos pasamos mas tiempo en el sucucho donde vive Matilda que dentro de la boîte . Lo bueno hubiese sido ver cómo funcionaba un night-club en esa época y en ese contexto cultural. Pero como tienen prohibición de mostrar consumo de alcohol, y no iban a poner a los clientes comiendo anticuchos…
      10. El jueves 6 llegan los otros caps. A mi me fascina Celebi, creo que también tiene una historia sin desarrollar. Me gustaría una segunda temporada, pero en serio.
      11. Y con esto finalizo el 2021. Muchísimas gracias Accolon y Gatos Seriefilos de todos los pelajes por leer y comentar. Espero sigan haciéndolo en el año que llega

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  5. Desde FB de Joan Manuel Castro Sanchez
    Rafael Ochoteco La directora de esta serie es la misma que dirigio la teleserie de época Tormenta de Pasiones: Zeynep Günay Tan.

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  6. Para Joan Manuel Castro Sánchez no sabía. Solo la conocía por La Novia de Estambul.

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  7. Desde FB de Joan Manuel Castro Sanchez
    La terminé esta mañana. Espero sus comentarios para saber que sensación tienen del descenlace de Club Estambul. Desde ahora, te comentó que fue un error divivirla en dos partes. Además, tu explicación del contexto historico, vaya que ayudó entender las historias, sobre todo en los últimos episodios.

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    1. Para Joan Manuel Castro Sánchez Yo como buena gata soy curiosa. Me vi el primer cap y no me aguanté mas, y me vi la media hora final del ultimo. Me gustó muchp. Rralmente debieron darla completa. No entiendo el corte (Ni lo que pasó con el personaje de Mordo). Habrá que decidir donde la comentamos si en FB o en el blog.

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  8. Amiga, me gustó mucho esta temporada. Sabes que a mi no me molestó el setup de la madre que sale de la cárcel y se reencuentra con su hija porque la única novela que vi así fue "Para toda la vida" con Ofelia Medina (nunca vi las otras versiones, ni "Vivir un poco" ni "La Madrastra" ni las peliculas que mencionas) así que para mí dentro de todo es una premisa novedosa :-) pero si me pareció tambien que estuvo torpe la forma en que Matilda se acercó a Rasel, sin explicarle nada y exigiendo cosas (como que se mude con ella de inmediato!) pero esto me parece que es culpa de los escritores que han querido guardar el secreto de porque mató al papá de Rasel y extender la tensión durante la serie, así que hacen que el personaje se guarde las cosas tontamente y que resulte frustrante para el televidente.

    Sabes que el primer capítulo fue un poco caótico para mí porque nos presentaron a muchos personajes a la vez (de principio lo que más me intrigó fue el reencuentro de Matilda con Rasel y resultó frustrante). Tuve que ver dos veces la sección de Rasel con Tasula y con Ismet porque todo fue muy rápido. La verdad es que la Rasel de los primeros capítulos era bastante insoportable, aunque me intrigaba ver como iban a desarrollar su relación con Ismet y Matilda. Lo único que me gustó de ella al principio fue su look con la gorrita roja! Pero espero que tanto ella como Ismet se rediman (aunque ya vi el primer capitulo de la segunda temporada y veo que vamos mal...)

    De acuerdo que Orhan es un personaje hasta cierto punto desperdiciado pero tengo la esperanza que se haya escapado de las llamas y vuelva (no me cuentes si lo sabes! ;)) Pero me pongo a pensar y que podrían haber hecho con ese personaje una vez muerta su mamá y el chantajista?

    Me gusta la relación de Selim con Matilda (me recuerda a la complicidad de Xica con el señor José María) pero si es cierto que la amistad surgió demasiado rápido. Yo creo que lo que hizo que el la vea como aliada fue que en su momento de stage fright ella lo ayudó a escapar (y eso me gustó).

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    1. No te preocupes, yo también tuve que ver las dos temporadas para entender mejor.
      Sobre la relación Matilda-Rasel, más allá de los clichés del subgénero esta la acusación de Rasel de haber sido abandonada por su madre y eso es lo que Matilda realmente no puede explicar. No es como en La Dama de Rosa que Gabriela entrega a su hijo a su familia con la condición de que no la visite en la cárcel y que crea que ha muerto. El niño sabe que tuvo una madre y que lo dejó con su abuela y sus tíos. En cambio, Matilda regala a Rasel a un Orfanato, no se preocupa por ella, cuando sale se niega a verla, etc.. Rasel crece sin saber nada de su pasado, por eso no tiene identidad.
      El problema de Rasel en ambas temporadas es el abandonment issue. En ese primer capítulo de la Segunda que viste, Rasel va a visitar (a menudo) la tumba de su padre. Se ha creado una fantasía de que tal vez él no la hubiera abandonado. Y no sé si la serie no cultiva (y ese es un resabio patriarcal) esa idea. No es spoiler, pero ya en la primera temporada (Lo menciono en mi nota sobé el final que te pasé) le amputaron dos capítulos. la Segunda temporada también ha sido editada de mala manera, incluso en Turquía se han quejado de lo acelerada de la trama. así que nuca sabremos si Matilda y Rasel se sentaron alguna vez a hablar sobre el pasado. En el séptimo cap. Rasel dice algo que indica que, si la hubo, pero no la presenciamos.
      Si, a mí también me recordó la amistad de Xica y José Maria, la de Selim y Matilda.
      A mí no me molesto que fuese un drama maternal, si lo menciono en la nota es porque me gusta situar la ficción que reseño en un marco de género literario al que pertenece. Me molesta de ese subgénero, la incapacidad de los personajes para comunicarse, pero tanto Matilda como Rasel (e Ismet) viven en culturas de silencio, una cultura propia porque rana no es así, pero que ellas han cultivado y en la segunda temporada hay escenas sin palabras en las que se comunican con miradas y gestos. Es la niña la que los saca de esa comfort zone.
      Sobre Orhan había mucho que hacer. Si la serie ha tenido éxito en Turquía, no es por ser un dramón maternal sino por su retrato de Estambul como ciudad pluralista y que de pronto se vuelve xenófoba. Orhan y Tasula son los únicos griegos en la serie y como tal simbolizan un pasado muy oscuro, por eso era un personaje importante. Tal vez hubo más de él, en los capítulos cortados.

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    2. Amiguis te respondí en la nota final de la Primera Temporada.

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