Becoming
Elizabeth no ha sido la
única contribución del 2022 a La Tudormania. La BBC ha hecho una docuseries
sobre la familia materna de Isabel I. Ya saben a quién me refiero, a esos Bolena a los que la ambición destruyó,
pero que llegaron a poner cuatro reinas en el trono inglés.
Para quienes desconozcan la diferencia entre documental y docuseries. La primera tiene la duración de un filme, aunque se limite a poner imágenes del archivo histórico como acompañantes a la narrativa. La docuseries toma un suceso histórico y lo describe en varios episodios usando esa combinación de catedra de historia e imágenes pertinentes. En ella participan actores dramatizando sucesos históricos que son interrumpidos por los comentarios de un panel de sesudos historiadores.
A mí se me
acabaron las ganas de ver docudramas después del vergonzoso The Last Czars. Ni siquiera he acabado uno francés sobre
los últimos días de Maria Antonieta. Además, ¿qué me podían contar de Los
Bolena que no supiese ya?
Yo creía que, con
mi exploración de los descendientes de Catalina Carey, hija de Maria Bolena (y quizá de Enrique VIII)
había acabado con esa fastidiosa familia. Este nuevo documental que en tres
episodios nos narra el auge y caída de Los Bolena, nos lleva en otra dirección,
a conocer los orígenes de Tomas Bolena.
Este individuo al
que siempre he despreciado (agradezcámosle a Sir Mark Rylance y a Nick Dunning que
lo interpretaron respectivamente en La Otra Bolena y Los Tudor)
por oportunista y mal padre, tuvo una vida muy interesante. Mas interesante es
su origen que la serie nos muestra a través del primer acto de esa tragedia.
Oí por primera
vez el nombre de Ana Bolena unas semanas antes de ir a ver Ana de los Mil
Días (la muda Vanessa Redgrave de A Man for All Seasons resbaló por
mi memoria). Fue en revistas del corazón que como era costumbre en Chile, servían de propaganda a las coming
attractions. Antes de ir al cine, uno ya
estaba informado de chismes sobre los actores, secretos tras bambalinas y si el
argumento giraba sobre algún suceso histórico, nos daban una narrativa de trasfondo.
Recuerdo haber conocido la tragedia de Ana y bastante sobre su pasado, su estadía en la corte francesa y su compromiso fallido con Henry Percy. Algo que llamó mi atención es que se decía que, sin ser hermosa, Ana impactaba con su look exótico, con un cabello y ojos oscuros que parecían atestiguar que los Bolena tenían su origen en España o Italia. Curiosa teoría que no ha sido repetida en este siglo. Este docudrama nos dice que el verdadero apellido era “Bullen” y era totalmente anglosajón.
De Granjeros a
Cortesanos
Los Bullen eran
clase agrícola, simples granjeros . Esto cambió cuando Geoffrey Boleyn se
marchó a Londres a mediados del siglo XIV a probar suerte en la sombrerería. La serie nos cuenta que llegó a ser alcalde
de Londres. Lo que no nos cuenta son dos factores muy importantes en la meteórica
ascensión de su nieto Thomas y de los hijos de este. El abuelo de Geoffrey (Sir
Geoffrey después su elección como alcalde) se había casado con la hija de un
caballero y su ascensión a la alcaldía había sido precedida por otros altos
puestos incluyendo miembro del parlamento. Ambos factores convencieron a Tomás,
nieto de Geoffrey, que para ascender en
la escala social de la Inglaterra Renacentista se necesitaba de perseverancia y
de un matrimonio ventajoso.
La madre de su
abuelo había sido hija de un caballero, el alcalde Bolena se había casado con
la hija de un barón y la madre de Tomas Bolena era la hija del Conde de
Ormonde. El haría un enlace que eclipsaría a todos casándose con Elizabeth,
miembro de la linajuda familia Howard e hija del Duque de Norfolk. Gracias este
matrimonio no solo pudo Tomás adquirir fortuna y varios castillos, además
emparentó con otro Tomás, su cuñado el volátil Duque de Norfolk.
La serie nos deja
claro que este parentesco a veces coloca a Bolena en aprietos, pero él es muy
inteligente y ambicioso. Pronto se encuentra bajo el patronaje de otro Tomasito,
el Cardenal Wolsey. Bolena comienza a
hacerse un nombre en el campo de la diplomacia, profesión que lo tendrá
viajando constantemente.
Las ambiciones de
Tomas alcanzan a sus hijos: Maria, Ana y Jorge . Consciente de que deberán
casarse bien para ascender, pero también ser presentables en la corte donde buscarán
colocación, Bolena ordena que sus hijas reciban la misma educación que el
hermano. A la par de aprender a llevar una casa principal, y estudiar etiqueta, música, baile y canto,
Maria y Ana reciben clases de matemáticas, historia, idiomas, equitación y hasta ajedrez.
En sus misiones diplomáticas,
Tomás cae en Flandes en la corte de Margarita de Austria. Hacen amistad y el
embajador consigue un puesto de dama para Ana. Con solo doce años, Ana debe
abandonar casa, familia y país para vivir entre extraños. La serie nos hace
conocer sus cartas a su padre en las que se nota su afán por complacerlo.
En esa corte, se
dice que Ana por primera vez tuvo contacto con intelectuales ‘disidentes” lo
que a llevaría a interesarse en la Reforma. En la serie nos hablan de otra
Margarita, la hermana de Francisco I (autora del Heptameron) que se
convertirá en mentora de Ana en lo que se refiere a la Nueva Fe.
Ana, La
Francesa
Tomás encuentra otro puesto de mayor
importancia para sus hijas. A Maria Tudor, hermana de Enrique la han casado con
el decrepito Rey de Francia. A su sequito son añadidas dos damas, Las Chicas
Bolena. La serie hace mucho hincapié en lo bien que le va a Ana en la corte francesa.
Tanto que cuando la Reina María enviuda y regresa a Inglaterra (y en el camino
se casa con Charles Brandon) , Ana permanece en la corte, ahora convertida en
dama de la nueva reina, Claudia de Valois, esposa de Francisco I.
Nos dice la serie
que Anita era fenomenal en lo que se refiere a las relaciones públicas, que conocía
a todo el mundo, que caía muy bien, etc.. Etc.. Perfecto, pero surgen dos
interrogantes. La primera referente a Maria. ¿Por qué ella si debe dejar la
corte francesa, regresar a su hogar y casarse rápidamente? Hay una escuela de historiadores que creen
(basándose en rumores cortesanos y declaraciones de Francisco I) que María se
portó muy mal en Francia y que el único camino que le quedaba era un matrimonio
rápido con un gentilhombre como William Carey que sin embargo no era el
partidazo que Tomás Bolena deseaba para yerno.
Como la serie se
va por el camino dictado por Philippa Gregory donde Maria es casi forzada por Enrique
VIII a ser su amante, no podemos apoyarnos en esas teorías. El que Maria sea
apartada de la historia familia resulta incomprensible
No me creo
tampoco la importancia que adquiere Ana em Francia. Para ser importante en una corte de entonces
se necesitaba que una mujer estuviese casada con un gran señor, fuese amante de
un gran señor (de preferencia el monarca) o tuviese la confianza de la reina.
Como Ana no cabe
en ninguno de esos casos y no posee un gran apellido no se entiende que ande revoloteando
como mariposa que nunca se quema las alas. Lo normal es que hubiese buscado un
esposo importante entre los aristócratas linajudos y no lo hizo. Cuando regresó
a Inglaterra, tenía 19 años. De acuerdo con los estándares de su tiempo era
casi una solterona y todo lo que tenía para presumir de su estadía en Francia
es que había llegado “afrancesada”.
El Conde de Ormonde
ha fallecido. Su título es disputado por un pariente irlandés y Tomás Bolena.
Al Duque de Norfolk se le ocurre zanjar el asunto, casando a su sobrina Ana con
el pariente. Este detalle que yo desconocía escandaliza a los Bolena. Irlanda
es considerada una jungla, sus habitantes son unos salvajes.
Ana se rehúsa
categóricamente y su padre la apoya, pero Tomás tiene otro problema. María,
ahora Lady Carey, está casada con un cortesano que atiende al Rey. Enrique ha
asistido a la boda de su ayuda de cámara, tal vez sea ahí que se interese en la novia.
Pronto Maria se ha convertido en dama de la reina Catalina.
El rey se interesa
en ella y la pobre María debe someterse al capricho real. La serie nos dice que
Tomás Bolena no está muy contento con el adulterio de su hija. Enrique cambia
de amante todos los años; no hace público su devaneo con Lady Carey; cuando
nacen los hijos de María el rey no los reconoce. Aunque Enrique cubre de honores
a María y a su esposo, la situación de ella es precaria y puede su mala reputación
afectar los prospectos matrimoniales de su hermana.
Sin embargo, Tomás
Bolena puede estar satisfecho. Ha sido nombrado Tesorero de la corte. Ha
perdido el título de Ormonde por ahora, pero el rey lo ha nombrado Vizconde
Rochford, un título que Tomás, cuando reciba el título de Conde de Wiltshire, le traspasará a su único hijo varón, Jorge. El
primer episodio habla poco de Jorge. Tal como con Maria, sus vidas son apéndices
de lo que haga Ana.
A Ana le ha
salido un obstáculo en su plan de convertirse en Condesa de Northumberland.
Sorprendentemente, es el Cardenal Wolsey el que se opone a la unión
considerando a la chica Bolena como muy poca cosa para esposa de un conde. Con
eso Wolsey se ha echado encima una peligrosa enemiga, pero falta un tiempo para
que Ana pueda cobrar su venganza.
Dama de La Reina,
Rival de La Reina
Maria es abandonada
por su regio amante y vuelve al campo con su marido y sus hijos. Ni menciona la
serie la posibilidad de que estos sean vástagos reales. Maria desaparece y es Ana
la que comienza su ascenso de cortesana. Para curar el despecho amoroso de su
hija, Tomás Bolena le consigue un puesto en uno de los sitios más cotizados de
la corte, el sequito de La Reina Catalina.
La otra corte, la
componen Catalina y sus damas. Algunas ya las conocemos, la famosa Maria de
Salinas, Elizabeth Darrell, amante de Thomas Wyatt, y por supuesto, Ana Bolena.
Ser dama por ese entonces era una “carrera” abierta para las hijas de la aristocracia.
Nos cuenta la
serie que es la belleza de las damas la que atrae a los petimetres de la corte
a ese círculo y que ninguna más deseada que la sofisticada y exótica Bolena.
Sin embargo (ni mención del affaire con Wyatt) Ana no consigue un buen marido .
Tiene más de veinte años, lleva una década gravitando de corte en corte y no ha
conseguido lo que su humilde hermana tiene, un esposo gentilhombre. A mis ojos
Ana es una fracasada y sin embargo nadie lo dice. ¿Que desea Ana Bolena? ¿Es
acaso la atención de Enrique? Porque pronto la consigue.
La serie nos muestra un LIbro de Horas que los enamorados, en un acto semi blasfemo, usan para intercambiatr mensajes románticos. Enrique pone sus
requiebros amoroso ante un imagen de Cristo martirizado pretendiendo que el
igualmente es un mártir de amor no correspondido. Ana le responde ante una
imagen de la Anunciación, como anunciando que será ella la que le dará el
deseado heredero. La serie especula que Ana ha dejado atrás su sueños juveniles
de casarse por amor. ¿Pero hasta donde planea llegar con su nueva ambición?
Cuando Tomás se
entera de la nueva conquista del rey, retira a su hija de la Corte y se la lleva
a su castillo de Hevers en Kent. Los catedráticos no saben decir si se trata de
una estrategia para manipular a Enrique o si Tomás teme que otra hija sea arruinada
por el regio sátiro y que ahora Ana pierda para siempre reputación y
oportunidad de contraer un buen matrimonio.
Desde Hevers Ana continúa
su devaneo con el rey que le escribe en mal francés (para demostrar su
sofisticación). El mensajero del amor es Jorge Bolena. No solo ha sido cómplice
de su hermana desde la infancia, además ahora se ha convertido en válido del
rey. De Copero Mayor ha pasado a hacerse cargo de los galgos de caza de Enrique
(al parecer ese es un gran ascenso).
Enrique, enloquecido de pasión, cubre a Jorge de privilegios, pero sus ofertas
a Ana caen en oídos sordos. Ella quiere todo o nada. El rey le hace una oferta
que no le ha hecho a ninguna mujer. Colocarla en el puesto de Maitresse du
roi, la querida oficial del rey, con los privilegios casi de esposa.
Riquezas, respeto, un estatus importante para los hijos que haya de la
relación. Ana sabe que ser amante, por muy oficial que sea, no es ser reina, que sus hijos por ser bastardos no tendrán
acceso al trono. Ana solo regresa a la corte bajo la promesa del rey de hacerla
su esposa.
Enrique encarga
al Cardenal Wolsey el asunto del divorcio. No parece difícil, con ayuda papal
muchos matrimonios de reyes se han anulado, pero surgen problemas. La Reina
Catalina se niega a aceptar que su primer matrimonio fue consumado. Con su
negativa desaparece el gran causal para anular su unión. El Papa teme incomodar
al Rey- Emperador pasando por encima de la voluntad de la tía de Carlos.
Wolsey se embarca
en una batalla fútil. Las puertas se le cierran. Ana se acuerda de que el
cardenal es su enemigo. En una jugada desperada, Wolsey convoca un juicio público.
Espera humillar y amedrentar a la reina, pero Catalina hace lo inesperado. Se
arroja a los pies del rey y le recuerda su noche de bodas donde jura haber sido
virgen. Acto seguido abandona la sala en compañía de sus damas. El pueblo al
enterarse apoya a la reina y Wolsey sabe que ha llegado su fin. Los Bolena
convencen al rey de buscarse otro fixer. Ana se ha vengado de su primer
enemigo.
El tercer
episodio es el más desilusionante. En una hora, los productores pretenden abarcar toda la vida
pública de Ana Bolena y su familia. De como ella convenció a Enrique de cortar
los lazos con Roma, su boda, el nacimiento de su hija, el hastío del rey, su
arresto y ejecución (junto a su hermano) y la caída de Los Bolena.
Aunque conozcamos
los detalles de La Tragedia Bolena, igual a Los Tudormaniacos nos ha de parecer
un episodio apresurado y poco informativo. Para los novicios en el tema, todo
lo que se cuenta aquí parecerá confuso e incompleto. No les hubiese costado
tanto hacer la docuseries en cuatro en vez de tres capítulos. En resumen, es un
docudrama interesante que aporta algunos detalles desconocidos, pero, aunque me
han gustado los actores no tengo buena opinión de los catedráticos. Todos ilustres
desconocidos, ni muy atractivos ni muy sabihondos en el tema.
Mientras veía Becoming
Elizabeth, en esos episodios tan aburridos que me distraían de lo que
ocurría en pantalla, meditaba en lo triste que era que Isabel no pudiese pensar
en su madre sin rencor y vergüenza y que Los Bolena, otrora tan poderosos,
fuesen solo un mal recuerdo que limitaba la felicidad de su última
descendiente. Por suerte, no ocurrió lo mismo con otra Elizabeth, que
recientemente nos ha dejado. A Elizabeth Windsor nunca le pesó ser descendiente
directa de Maria Bolena (¿o Bullen?). Y es que ese fue el gran logro de los
Bolenas, poner dos reinas consortes de su sangre (Ana Bolena y la Queen Mum) y
dos reinas por derecho propio (Las Isabeles)
en el trono inglés.
But I thought Boleyn was black LOL She isn't? Da scandal, da shock! Henry looks hot as hell in this one.
ResponderEliminarYou are so right. Yesterday, I heard someone whom I called once a friend using the weirdest argument for Black Anne. "Think of how sad it must be for an actor of color that he cannot play a character just because he/she is Black?"It's such a thin argument. What about overweight or old actors? Won't they be dissapointed if they are not miscast? By the way, the gorgeous Henry is in fact George Boleyn. His name is Sam Refford, let's hope we get to see more of him.
EliminarWell, how said is it that Rea Pearlman will never play Cleopatra due to her looks and that Danny DeVitto will never be Romeo... boohooohooo.... Internet is the bane of our days because it gave all kinds of idiots the right to speak their mind and voice their stupidity.
EliminarDitto, Ditto, Ditto (about the Internet)
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