jueves, 6 de octubre de 2022

Una Detective Gallega, Un Mayordomo Francés y una España que no es Franquista: Un Asunto Privado en Amazon

 


Coincidiendo con esta racha de period dramas detectivescos, Amazon y Bambú se han unido para hacer un noir situado en la Vigo de 1948. En tres palabras, Un Asunto Privado es una comedia chispeante que se las arregla para tratar con respeto un tema serio como el de un asesino serial sin dejar de lado el humor. Lo más extraordinario es que lo logra sin recordarnos ( como el cine español suele hacer)  que todo ocurre en un marco del franquismo represor.

 Este otoño, Enola Holmes y Miss Scarlet, tendrán compañera hispanoparlante. Aura Garrido ( El Ministerio del Tiempo, MalnaZidos) encarna a una investigadora amateur,  dándole un toque entre Carole Lombard y Lina Morgan,  en una serie que recuerda las comedias screwball de Los Treinta, incluso en el discurso feminista de la protagonista. Después de todocomo descubriera Simone de Beauvoir “la Lucha de los Sexos” se inventó en el Hollywood de la Depresión.



Marina Quiroga es hija de un afamado comisario de policía que desde que eran pequeños adiestró a sus hijos a ser buenos policías. Resulta que Marina es investigadora nata y su padre muere soñando con el día en que en España se admitan a las mujeres en el cuerpo policial. El que, si ha tenido las puertas abiertas para ser un representante de La Ley, es su hijo Arturo quien ha sido nombrado para reemplazar al padre.



A través del primer episodio vemos que todos están hartos de Marina y sus excentricidades, pero ella está más harta de ellos. En la comisaria se ha hecho de una reputación infame por elevar la voz de alarma sobre tragedias que solo se imagina (secuestros, la aparición de un lobo en el puerto). Doña Asunción, madre de los Quiroga,  quiere que su hija se case pronto y ya le tiene un pretendiente,  Ramon de Oporto (“paticorto cejijunto”), pero Marina no quiere casarse.

Aparte de la frustración de no poder seguir la carrera de su padre, está la conciencia de que, desde la muerte de este, se han relajado los estándares de la comisaria. A diferencia de los policías vigueses, Marina vive leyendo revistas extranjeras de criminología que la tienen al día en los adelantos de la ciencia respecto a crímenes y procedimientos policiales.



La historia comienza con una fiesta publica para celebrar el acenso de Arturo Quiroga al puesto de comisario. En medio de la fiesta, la emperifollada Marina se marcha al puerto a una cita con Tony , su proveedor de revistas de contrabando. Estando con él, Marina oye un grito. Va a ver y descubre a una mujer malherida que agoniza en sus brazos. El asesino regresa y ataca a la Señorita Quiroga quien se defiende con un punzón con el que sujeta su capa. El malhechor deja un trozo de su traje engarzado en el broche.



Perseguida por el asesino, Marina logra llegar a un teléfono y llamar a la comisaria. Mientras intenta convencer al inútil de Cabanillas que efectivamente presenció un asesinato, aparece la policía portuaria y lo hace, según Marina, todo mal. Fuman cerca del cadáver, no se ponen guantes para recoger evidencia, etc.. Llega el hermano de Marina y está más preocupado de regañarla por haberse ido de la fiesta que de oír su testimonio. Si no existiese el termino gaslighting habría que inventarlo para estas escenas. A Arturo no le interesa la tela como evidencia. Tanto él como sus subalternos se burlan de Marina, aún más cuando descubren su cargamento de revistas “prohibidas”.



Marina vuelve a su casa corrida y frustrada. El único que la apoya es Héctor,  el mayordomo francés. Interpretado por Jean Reno (acabo de descubrir que se llama Juan Moreno y es nacido en Marruecos, hijo de andaluces),  Héctor es la voz de la razón. El empleado perfecto que sabe tranquilizar a Doña Asunción (Angela Molina)  con copitas de anís , que le lleva su champagne a Marina mientras ella descansa en su baño de espuma, pero también es quien le canta las verdades.

 Le recuerda que lleva una vida privilegiada, que la humildad es cualidad de un buen policía., y que la madre alcohólica que la detective amateur tanto desprecia ha logrado lo imposible, seguir siendo un referente respetable en una ciudad provinciana aun cuando le falte un hombre que la represente.


Tres Flores de Lis

A pesar de la prohibición de su familia, Marina continua sus investigaciones. La secunda el fiel Héctor y se consigue otro cómplice. El Inspector Pablo Zarco (Gorka Otxoa) fue el mejor alumno del difunto Comisario Quiroga. Dándole coba y coqueteando con él, Marina logra unir lo que ha descubierto con los resultados de la investigación policiaca.



Lo que encuentra es aterrador. La mujer que murió en los brazos de la Señorita Quiroga fue la victima número tres. Las tres eran prostitutas, las tres fueron apuñaladas, y a las tres les tatuaron una flor de lis en el pecho. A pesar de que la policía lo oculta, Vigo está a la merced de un asesino en serie. La investigación de Marina y Héctorque realmente saben más y son más ocurrentes que todo el cuerpo policial alertan al asesino que envía mensajes a la detective amenazándola.

Entremedio se le cruza en el camino a Marina otro “cómplice”, posible asesino y un hombre que la perturba. Castaño (Alex García que hasta sale guapo) quería ser el comisario, pero su estilo de vida se lo impidió. Se cree que es auto viudo, vive con lujos que no corresponden a un inspector,  y conoció a todas las victimas puesto que fue cliente en el prostíbulo La Casa del Agua.



La serie tiene esa calidad de ser “a la antigua”. Lo que se refleja en la cortina que recuerda dramas romántico-detectivescos de Los 80. La escenografía es perfecta, aunque tenemos que agradecer también al paisaje y arquitectura gallegos. Las actuaciones son buenas,  destacando Aura Garrido en esta faceta cómica desconocida.

Para ser francos,  a mí la serie no me parece my cómica, quizás porque nunca me ha divertido el slapstick hollywoodense. Marina atolondrada, medio loca,  capaz de actos inverosímiles como andar a balazos afuera de la iglesia o atropellar gente con su carro, me resulta caricaturesca, pero hay algo que la humaniza. La discriminación de parte de los hombres que la rodean, principalmente su hermano. El que permita que le registren su cuarto, hasta su lencería y que deje que un vejete la manosee,  me hace ponerme totalmente del lado de Marina.





Descrita por su interprete como “inconsciente”,  a lo largo de ocho capítulos Marina evoluciona y me conmueve el cariño y respeto que se exhibe en su relación con Héctor y su acercamiento a la madre. Un Asunto Privado tiene de todo para agradar, pero para los amigos (y a los que nos da pavor) de la Memoria Histórica hay algo sorprendente.  Se trata de una historia que tiene lugar en 1948 y no hay alusión a la situación sociopolítica, a la represión, al Caudillo. ¿Cómo así?



La respuesta la ha dado Teresa Fernández-Valdés en esta nota. Ha sido a propósito. “Meter a Franco es tan poco sexi” ha dicho la productora.  Sonará deslenguado, pero es refrescante, y es algo que ya he notado en otras producciones gallegas situadas en 40s y 50. En Dalia, la modista también se crea un universo aparte. Basada en una novela,  Hotel Almirante nos cuenta que el protagonista peleó en el bando perdedor, pero nada más que eso. No nos hace sentir lo que vimos en Alguien tiene que morir y otras series situadas en esa época. ¿Es malo o bueno? El público no se queja, entonces nosotros tampoco.

Sin embargo,  hay pequeños detalles en Un asunto privado que nos recuerdan la época. Uno es la alusión al estraperlo, el azote social de la España de Los Años de Hierro como los ha llamado el gallego Don Pio Moa. También esta historia que combina violencia y sangre con una heroína ingenua nos lleva a un género inesperado, la novela infantil de comienzos de Los 60.

De Marisol Detective a Aura Quiroga

 Aunque sus predecesores son angloparlantes y no necesariamente incluyen detectives hembras (Los Chicos Hardy, Emilio y los Detectives),    heroínas jovencitas que debían luchar contra prejuicios adultos y hacer justicia en un mundo patriarcal poblaron las ediciones rusticas de Nancy Drew y la serie de The Dana Girls que encantaron la infancia de muchas mujeres importantes como la jueza Sandra O’Connor y Hilary Clinton.



Me gustaría saber cuándo el género llegó a España y como es que se acopló a una cultura que no quería ser contaminada con lo gringo. La literatura infantil y juvenil del franquismo es un tema que merecería tener más investigadores. En mi caso,  la detective amateur me llegó vía Rocío Dúrcal en La Torre de Babel que mi madre me regaló para mi sexto cumpleaños..



Ese fue mi primer encuentro con la serie de Roció de la Editorial Felicidad. Como he comentado en el Blog de Latinas de Ayer, esa colección poco tenía que ver con la actriz cantante. No estaba compuesta por versiones literarias de sus filmes como lo era Canción de Juventud que también llegó a mis manos en ese cumpleaños.

El cine de Rocío Dúrcal la tenia de Cenicienta o de pobre niña rica, en cambio en esta serie de libros era hija de familia en busca de empleo para no aburrirse. Solo que al paso le salían misterios que escudriñar. Esos fueron los caso de Rocío Locutora, Rocío Secretaria y Rocío Enfermera.  Esta Rocío, atolondrada, ingenua,  un poco tozuda, es como calco de Marina y más de una vez le hablaban de manera condescendiente recordándole que era ‘”sexo débil”(léase “débil mental”) .

Sin embargo, Rocío había sido precedida en estos relatos detectivescos por su competencia, la rubia Marisol. Para mi sexta navidad,  me regalaron una torre de libros entre los que se encontraban Las Navidades de Marisol. En esta novela, la protagonista y su pandilla de compañeras de escuela investigaban un robo para limpiar el nombre de un antiguo chofer de su familia.





Este prurito justiciero llevaría a la rubita y a sus amigas a evitar un ataque terrorista en un avión en Marisol azafata y a descubrir que se ocultaba tras unas apariciones fantasmales en un castillo inglés en Marisol aprende idiomas. Entre los títulos de la colección había uno que se llamaba Marisol Detective. Incluso en el cine, superada la etapa de estrella infantil, Marisol seguía resolviendo misterios. En uno de mis filmes favoritos de ese entonces,  Marisol rumbo a Rio, la diva juvenil interpretaba a gemelas que en el Brasil debían evitar que su padrino fuese estafado,  poniendo en riesgos sus vidas.



El tema estaba ya en la literatura de niñas como en Feíta: una monada de chica de Ilde Gir de la Editorial Gacela Blanca que recibí en mi séptimo cumpleaños. En esta historia,  Fe, una preadolescente de familia pudiente,  intentaba descubrir la identidad de un asesino que atentó contra la vida del abuelo. Este tipo de personaje ya existía en la serie “Maite” de Florencia de Arquer .




Sorprende el que dos escritoras conservadora usasen el arquetipo de la detective juvenil, ya que en su trama se camuflaba una denuncia contra un machismo que no reconocía el poder de la intuición femenina e irrespetaba la inteligencia de las niñas, por jóvenes y por ser mujeres. El que ese arquetipo encerrado en una veinteañeros de provincia haya resucitado en Un Asunto Privado revela más sobre el patriarcado franquista que cien discursos panfletarios de “memorias histéricas”.

New Look a la Gallega

Una lástima que no hayan sabido usar esa sutileza para explorar la moda de la época. La serie tiene lugar en un momento clave de la historia de la moda: el advenimiento del New Look de Dior, tan bien explorado en The Collection. Sin embargo, este look se demoraría en entrar en otros países. La posguerra estuvo caracterizada por racionamiento en todo incluyendo tela. Las faldas largas requerían yardas de género y para muchos (incluso en Francia) el nuevo estilo era considerado irresponsable y se rebelaban a adoptarlo. Hubiese sido interesante conocer como entro el New Look en España y que lo mostrase la serie, pero, aunque la moda es importantísima no nos lo cuentan. 

Marina es femenina a la antigua:  trapera, coqueta, que se conoce los nombres y colores de los pintalabios. Su vestuario es un poco mixto. Comenzamos con ella en un strapless de ensueño de seda rosa y lila tornasoladas con una falda bouffant inmensa,  casi de miriñaque. Cuando Marina salta por las barandas de escaleras y enrejados de balcones la falda se vuelve un paracaídas.



Cuando Marina va a la Galería Ribadeo usa un redingote negro que es típico New Look, pero luego elige dos piezas todavía en el estilo que impusieron Hollywood y Vogue al principio de Los 40. Trajes sastre ceñidos, hombros anchos,  silueta cuadrada y largo de falda Chanel. Eso es normal, ya que el Look entró de manera gradual, pero me hubiese gustado saber si hubo oposición de la gente, incluso del gobierno.




Se sabe (obviamente no entre el público llano y los productores de época que les da pereza investigar) que el gobierno franquista tocó cada hebra de la sociedad incluyendo la moda .La mujer de la Nueva España no debía usar ropa indecente ni exponer el cuerpo, usando ropa que se ajustase a sus curvas naturales. de ahí la prohibición del pantalón (excepciones a faldas-pantalones para deportes. ).

A la playa se iba con bañador discreto de una sola pieza y había obligación de ponerse el albornoz apenas se salía del agua. Aunque se permitían los pantalones y ropa más audaz en casa (para clases pudientes) los vaqueros y bikinis tendrían que esperar al tardofranquismo para lucirse. De ahí que Rocío Dúrcal, Marisol , Pili y Mili y otros ídolos juveniles de Los 60os luzcan con tanto desparpajo en su cine.




Esto no aparece en la serie, a pesar de ser Marina esclava de la moda. Otro defectillo es que a ratos la trama se vuelve un poco disparatada hasta el punto de desafiar nuestra tolerancia con lo increíble. ¿Como es que estando al lado de Arturo y e Castaño, Pablo habla por teléfono con Marina y nadie se entera de quien es su interlocutora?

Me hubiese gustado saber más de la periodista, Anaís Montero, que podría darnos otra visión de la mujer de ese entonces, pero nunca desarrollan el personaje. Como se habla ya de una segunda parte (la serie está entre las diez as vistas de Amazon en países tan dispares como Israel y Ucrania) , tal vez se ocupen más de la señorita Montero. Entretanto, les recomiendo Un asunto privado porque al menos (si se calan a la protagonista y las incoherencias del guion) los puede hacer pasar un buen rato.

Contenido Violento o Gore: Es violentísima y la mayor parte de la violencia va dirigida en contra de Marina que es la mujer de goma. Sobrevive estrangulamientos, ahogamiento en el océano, caídas de un acantilado y con costillas rotas ya está colgando de un tren. Los cadáveres de las asesinadas y sus heridas (incluido el tatuaje) son lo más gore.





Desnudos o Situaciones Sexuales: Hay una fiesta de disfraces tipo Eyes Wide Shut, pero sin desnudos. Castaño intenta seducir a Marina que lo neutraliza de manera original por no abusar del adjetivo “femenina”. Dice en el caveat de Amazon “nudity”. La única que veo es el retrato grupal de las mujeres que serán las víctimas del asesino serial.



Contenido Feminista: Aquí existe una dicotomía de parte de los críticos en la que actuaré de abogada del diablo. Es casi un consenso entre las criticas favorables que maría batalla contra un asesino (obviamente misógino puesto que sus víctimas son trabajadoras sexuales) . Sin embargo, Las Furias, un website feminista tipo MeToo, le ha caído con todo a la serie de Bambú acusándola de un falso empoderamiento de una protagonista que necesita que la salven los hombres, que vive el cliché de mezclar romance con investigación y que pretende romper el cielo de cristal en tacones.

Aunque concuerdo que hay muchos clichés (después de todo debe seguir las reglas de un género) y que a ratos Marina es inaguantable, me doy cuenta de que lo que les molesta es que La Quiroga es muy femenina y corresponde a lo que algunos círculos feministas denominan despectivamente “lipstick Feminist”.  Lo siento, pero me encanta que Marina sea coqueta, que venza su desconfianza en los hombres enamorándose de….  y que vista a la moda y conozca de maquillaje tanto como de armas..



Contenido Diverso: Muchas pistas de que Héctor es gay. Para encontrarle un disfraz adecuado a su señorita,  el mayordomo la lleva con su amiga transgénero,  Milagros. Hay una pareja lésbica entre las víctimas del asesino en serie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario