lunes, 13 de febrero de 2023

Cuando Solo se Necesita de un Episodio: Glitter y S.A.S. Rogue Heroes



Hay veces en que me he tragado enteras series malísimas siempre con la esperanza de que mejoraran. En cambio, hay otras que me basta un capítulo para cambiar de plataforma o apagar a Ruhami. Esos han sido los casos este invierno con Glitter de Netflix y S.A.S Rogue Heroes de EPIX.

Solo en Netflix podrías encontrar una serie sobre sexo que te hiciese bostezar. Eso aun cuando en el primer episodio, tuvimos varias escenas subidas de tono , y tres desnudos, uno por cada protagonista. A mí me interesó Brokat porque tiene lugar en la Polonia Comunista, 1976 para ser exactos. Me atraen las historias sobre la ex órbita soviética, y más si nos enfocamos en historias de mujeres, más con el frívolo detalle de que la moda de fines de esa década es la más bonita que he presenciado en mis sesenta y tres años de vida.

Un Brocado Sórdido

El titulo ya va asociado con la moda. “Brokat” o brocado se refiere a una tela brillante muy usada en ese tiempo para los vestidos de fiesta. Me imagino que aludirá al falso oropel que simboliza la historia de tres mujeres de diversas edades que desean convertir el oficio más antiguo del mundo en una empresa lucrativa y que les otorgue independencia.



No es la primera serie en usar esa premisa, pero aquí no lidiamos con historias como Harlots o Madame K donde,  a pesar de la belleza del vestuario y el lujo de los escenarios por donde se pasean las protagonistas,  tenemos claro que ser prostituta es un trabajo costoso y arriesgado. En realidad, Glitter (como le han puesto en inglés)  más se asemeja a la brasileña El negocio.



 No sé si vieron esa producción de HBO que tuvo tanto éxito que llegó a las cuatro temporadas   Recordarán que es la historia de Karin, una cortesana de lujo,  harta de ser dominada por clientes y por su “agente” Ariel. Karin decide independizarse y montar su propio negocio en el que la mercancía es ella. Para eso entra en sociedad con Luna y Magali, mujeres más jóvenes, pero refinadas y acostumbradas al mundo de la alta sociedad.

A pesar de su éxito, a mí nunca me atrapó El Negocio. Ya en el primer capítulo tuve problemas con el trio de prostitutas, no me creí su empoderamiento. Una era muy codiciosa, otra muy con ganas de vengarse de los hombres, y Karin muy ingenua con ese cuento de que lo único que le importaba era su empresa, sin reparar que el negocio de la prostitución está lleno de trampas y peligros. En suma, me irritaba que la serie minimizara esos peligros e hiciera hincapié solo en lo glamoroso del trabajo.



Vi varios episodios de El Negocio sin que nunca pudiera engancharme. No me caían bien los personajes con la excepción del chistoso Ariel que andaba disfrazado de judío  sin serlo. Encontraba a las chicas muy ambiciosas y un poco frívolas y me hartaba Karin con sus ínfulas de mujer dura y poderosa, pero en lo que supera a Brocado es en su argumento coherente y en típica vena brasileña, chispeante y jocosa aun cuando se trataba de un negocio sórdido.

                                            Ariel el "falso"judío

Tal como me enseñó a respetar y a no juzgar a los homosexuales, mi madre me enseñó a respetar y no juzgar a las prostitutas. “Son mujeres que se dejan la vida en ese trabajo” me decía y aunque por años admiré a las Call Girls de la alta sociedad,  finalmente tuve que aceptar que no es una vocación sino una solución muy insegura y miserable. Por eso me desagradó el letrero con el que inicia esta serie polaca que dice que una vez , Polonia vivió una era de libertad sexual y que eso hizo a las mujeres poderosas. ¿En serio? ¿El latrocinio representa el empoderamiento de la mujer y es una expresión de libertad sexual? ¿Quién se cree eso? ¿Los chulos?




Mas que Empoderadas, Desesperadas

Comenzamos el cuento en un elegante hotel playero en el Báltico, en lo que se conocía como la Riviera Polaca. Conocemos a Helena, prostituta de postín, quien está ya acercándose una edad en que sus encantos no van a venderse por un alto precio. Su solución ha sido ceder sus servicios al Estado. Ahora trabaja para un servicio secreto que busca chantajear a funcionarios fotografiándolos en situaciones comprometidas.



Se pudo explotar este aspecto de la historia mostrándonos como Helena al jugar a la política camina sobre la cuerda floja,  o describirnos a fondo la corrupción de un gobierno que usa la prostitución y el chantaje para lograr sus fines. En cambio, este escenario es tratado como algo normal y no como material de discusión. Helena seduce a un italiano, los fotografían. Entremedio conoce un chico guapo que se interesa en ella, pero ella acaba en la cama con su jefe. O sea, el estado comunista es el padrote de Helena.



Si ella me resulta muy aburrida, su colega Pola, me es irritante. La conocemos en una estética vendiendo un shampoo que ha traído de un viaje por el extranjero. Quiere dejar su trabajo de prostitución y dedicarse a los productos de belleza, pero le sale al camino un funcionario que le ofrece una licencia a cambio de sexo oral. Pola le manda un bofetón y se va a quejar con un inspector de hacienda y de nuevo descubre que para los hombres solo es una vendedora de sexo.



Aquí faltó algo que nos hiciera estas escenas más intensas, que nos hiciera sentir a una Pola humillada y acorralada, pero no sé qué falló’;  si la actuación, si la dirección, si el argumento. El caso es que Pola acaba en el mismo resort playero que Helena y en compañía del inspector. Pola busca consuelo de su colega más madura. Helena le aconseja acostarse con Vladek (el inspector),  sacárselo de encima previo intercambio de servicios, solo así obtendrá su licencia.

Lo extraño es que de nuevo no sé para donde va la trama porque Vladek no parece mala persona, nunca se siente como que esté presionando a Pola. En la alcoba es super gentil, hasta le proporciona sexo oral. Recordando las exigencias del primer funcionario,  y si esta fuese una película porno, pensaría que se trata de algún código sexual, pero llevo media hora con mucho desnudo, mucho revolcón, y estoy luchando por no bostezar. No me atrae encontrar códigos ni simbolismos en un cuento tan soso.



A la mañana siguiente Helena le proporciona a Pola fotos de ella en la cama con Vladek. Ahora la futura cosmetóloga lo tiene en el puño porque seguramente el funcionario es casado. ¡Cha-cha-cha- chan! Y yo finalmente suelto el bostezo

Por último, tenemos a Marysia, es más jovencita y ha venido con su amiga a una fiesta a la  que no las han invitado. Un chico guapo (esta serie está llena de chicos guapos, muy parecidos entre sí y todos anónimos) consigue hacerlas pasar. La veleidosa Marysia lo abandona y se va con otro chico guapo. Tras mucho bailoteo en una fiesta del hotel, la pareja parte a la playa a hacer lo que hacen las parejas, pero a Marysia cuando le bajan los calzones,  le bajan las dudas.




El chico guapo #3 no acepta negativas. Está a punto de violarla cuando entra en escena Chico Guapo #2 que lo golpea y rescata a la damisela. En agradecimiento, Marysia pasa la noche con él, pero a la mañana siguiente encuentra que él se ha marchado dejándole dinero en la mesita de noche. Y eso es todo, Amigos.

A Glitter le falta mucho, pero principalmente atmosfera, de época, atmósfera histórica y sobre todo carece de contexto. No entendemos qué sucede, no hay suspenso de lo que puede pasar,  no tenemos expectativas sobre los personajes porque no los conocemos ni nos interesa conocerlos. No hay conflicto.



En el primer episodio de Harlots, conocimos a Margaret (Samantha Morton) y sus hijas. Descubrimos su rivalidad con Mrs. Quigley (Lesley Manville.)  Vimos las diferencias entre sus negocios y anticipamos la venta de la virginidad de la ingenua Lucy.

En el inicio de Madame K, sentimos la excitación de abrir el club de Caballeros de Madame Kukk en la casona de los misteriosos Falkenerg. Descubrimos la personalidad de cada pupila y un poco del pasado de Brigitte Kukk. Sentimos el entusiasmo de la novata Linda por comenzar su carrera de prostituta de lujo,  y el miedo y nerviosismo sobre la situación política de Estonia luego de la invasión de Polonia y de la visita de los primeros clientes del alto mando soviético.

En Glitter deberíamos temer al estado policial en el que viven las tres prostitutas, pero nada indica que están en un país comunista, no vemos disidentes, ni falta de libertad y los funcionarios corruptos podrían existir en cualquier democracia. Nada nos hizo sentir que estábamos en Polonia en 1976. Esto fue más notorio en la ropa. No solo hubo una abundancia de minifaldas, sino que Marysia y su amiga parecían disfrazadas de Happenings de los 60s con microminis, pantalones aflautados y detalles como “sacabocados” en caderas y espalda. Así llamaba mi madre a unos vestidos que ella misma diseñaba para su tienda entre 1968-1969 cuya característica eran aperturas redondas en espalda, cadera o cintura.




En esta reseña ,  quien escribe y que obviamente ha visto la serie completa la describe como “oscura y distante” agregado que no se entienden las motivaciones de los personajes. Eso quiere decir que tomé la decisión correcta al no perder tiempo con otro esfuerzo de Netflix de mostrarnos a Polonia, último bastión del conservadurismo europeo, como un país donde se hacen series subiditas de tono. Lástima que mostrar carne y sexo no hagan a una serie más interesante.

Banalizando la Segunda Guerra Mundial

Si Glitter banalizó a la prostitución, S.A.S. Rogue Heroes banalizó el trabajo de los comandos británicos en la Segunda Guerra Mundial casi tanto como Steven Knight banalizó el mundo gansteril en la interminable Peaky Blinders. Como la mencionada serie fue un fenómeno, sus fans esperaban alborozados este cuento lleno de ruidos y furias, pero siguiendo con la cita shakesperiana, narrado por un idiota.

En suma, el primer intento de Steven Knight de adentrarse en el drama bélico será la serie más cara hecha en el Reino Unido pero no se puede decir que valió la pena. Esta colmada de lo que llamaríamos tecnología de punta, en lo que se refiere a efectos especiales;  ejemplos de arrojo machista;  y una banda sonora tan estridente y anacrónica como la de la saga de La Familia Shelby.

Las mayores críticas han sido sobre la musicalización, pero a mí , fanática de los sonidos del swing,  no me molesta, o es lo que me molesta menos. Me lo esperaba o no me lo esperaba porque siempre supe que la serie no me iba a gustar y me alegré de saber que en USA la pasaría EPIX, un canal premium que no poseo.



Sucede que Amazon Prime me ofreció el primer episodio gratis y no iba dejar pasar una oportunidad. Tal vez me esperaba una sorpresa. Lo que me encontré fue una hora de hubris pomposo y caótico. Una historia fascinante mal contada, diálogos imposibles, personajes a los que deseabas que los escabecharan rápido.

Mi problema no radicó ni en la música ni en detalles históricos. Después de todo ya me había leído el libro y sabía lo que iba a pasar, pero hubo momentos en que quería arrojar una bota a la pantalla. Lo curioso es que mi frustración nacía del hastío, del derroche de recursos con los que se podía fabricar un buen relato, pero que acababan en una especie de endiosamiento de un personaje, ridiculización de otro , y atenuación de un tercero.



Si nos quedamos con el primer episodio solo tenemos tres personajes importantes, y una mujer. Un detalle ficticio creado para rellenar la cuota del personaje femenino y para embutir una actriz argelina (Sofia Boutella)  que según los estándares woke pase por ser “de color”.



Héroes de Pacotilla

El supuesto protagonista es David Stirling, escoses de buena familia e hijo de un celebre general. Eso no dice mucho porque David desestima el alto mando. En realidad, es el típico héroe de Steven Knight, uno que desprecia al género humano casi tanto como a sí mismo. Es el nuevo Tommy Shelby, un hombre que se siente atrapado en un mundo absurdo y huye,  no a través de las drogas, sino del alcohol. Una vez convenientemente borracho,  que es su modo de protestar,  sale con discursetes enredados, ampulosos y absurdos que asustan hasta a los australianos que no se asustan de nada.

A mí no me molestó que David fuese un personaje tan repelente puesto que en la vida real fue un tipejo un poco chueco que siempre se adjudicó el crédito de la creación de los SAS, pero me exasperó que la mitad del primer capítulo lo tuviéramos tan presente con sus peroratas desatinadas No ayuda el que lo interprete Connor Swindells de Sex Education, un actor muy poco carismático.



Alternamos las escenas de Stirling con las de Jock que al menos está en el frente de batalla, aunque solo lo vemos entrar en acción una vez en una incursión en el campo italiano donde matan a sesenta sin incurrir en bajas. Espero que el ejército británico de hoy no vea matar italianos como una hazaña bélica de la guerra del desierto que al final la batieron sus tropas coloniales.

Jock está en manos de Alfie Allen que por alguna razón se ve más parecido a Ser Jora que a Theon Greyjoy, aunque no tiene ni la emotividad ni el honor del caballero Mormont. Este Jock es medio payasito y sus soldados no lo toman muy en serio. Algo que no corresponde a los recuentos de las actividades del verdadero Teniente Elwes.



El único personaje más o menos digerible es Paddy Mayne (Jack OÇonnell) al que encontramos en una celda en El Cairo a punto de ser ahorcado por una panda de policías militares enardecidos. Nunca supimos el motivo de su arresto ya que Paddy quecomo indica su apodo es irlandés,  actúa en típica vena celta apaleándolos a todos para ir luego a refugiarse junto a un amigo que parece ser su Pepe Grillo .

Resulta que Stirling en medio de su borrachera anda buscando a Paddy para no se sabe que proyecto, A Paddy no le interesa y anuncia a su amigo que se irá a Birmania (hoy Myanmar) a pelear contra los japoneses. Como estamos en medio de 1941, meses antes de Pearl Harbor,  no sé con qué japoneses pretende pelear. No importa, una incoherencia más.



Paddy Mayne, a pesar de que Stirling pretendió arrebatarle el crédito, fue el verdadero creador de la SAS. Nunca estuvo preso por matar a un MP, nunca la policía militar hubiese intentado matar a un oficial sin previo juicio. Es cierto que cuando Paddy, cubierto de gloria, regreso de su misión en Siria encontró que un oficial superior le había matado al perrito. Hubo un altercado físico, pero Paddy nunca fue enjuiciado.

La serie intenta hacernos ver a Paddy como un psicópata borracho al que todos temen y se insinúa que vive bajo el desprecio de los inglesessuperiores y subalternos porque es de clase baja, irlandés e ignorante.  Lo cierto es que Robert Blair Mayne nació dentro de una familia de terratenientes acomodada del Norte de Irlanda. No era católico, de hecho, era masón. Aunque acabó alcohólico y había sido boxeador amateur, era un hombre cabal que fue el gran genio detrás de la SAS. Por último, era celebre entre los británicos por ser campeón profesional de rugby y respetado por ser en la vida civil un prestigioso abogado. Como que la realidad choca con este retrato tan poco favorecedor que le hace la serie al Capitán Mayne (llegó a ser Teniente Coronel)



He dejado para el ultimo retrato,  el de Jock Elwes que en manos de Knight es otro de esos inglesitos excéntricos muerto de ganas de matar y morir, desvinculado de la realidad y de sus hombres que lo observan como si fuese un espectáculo de circo. Elwes que en la vida real pasó a ser un héroe romántico en todo el sentido de la palabra (sus cartas de amor a su prometida Miren Banford fueron publicadas póstumamente)  aquí parece un soldado Gung Ho, que sigue sus propias reglas sin método que controle su locura.

Se ha hablado mucho de que la SAS fue un producto celta puesto que Stirling era escoses, Mayne irlandés y Elwes gales. Digamos que ninguno era muy representativo de sus grupos étnicos. Elwes era hijo de australiana y se crio en Australia. Por eso es que resulta tan ridículo que haga que sus comandos se roben las raciones de los Aussies, casi tanto como su comentario de que en el Ejército Británico todo se comparte.

Como en Peaky Blinders, la sutil xenofobia se hace sentir. Vi un clip en el que Paddy (borracho para variar) entrena miembros de la Legión Extranjera y comenta que los franceses segregan en su ejército a negros y judíos. Aparte de que es una tremenda mentiraLa Legión era la sección más diversa y menos racista de las fuerzas militares galas en cambio la discriminación de estos “Héroes” de pacotilla involucra hasta a las tropas del imperio.



Un constante en este infortunado primer capítulo es lo importante que era Tobruk. Existe en la trama la impresión de que si cae este puerto libio, los ingleses pierden la guerra. Eventualmente Tobruk cayó, pero si se dilató esa rendición fue gracias a los esfuerzos de los valerosos australianos que habían cruzado medio globo terráqueo para servir y morir por un imperio que los despreciaba.

La guerra del Norte de África,  más que una extensión del conflicto europeo fue una campaña para proteger las colonias. Se trajo para ese propósito a los habitantes de la Commonwealth y de las colonias. Ahí sirvieron con distinción soldados de las Antípodas, Canadá, Sudáfrica junto a tropas Sikh y hasta judíos de lo que hoy es Israel (Moshe Dayan perdió un ojo en esa campaña del río Litani donde Paddy Mayne se cubrió de gloria).

Sin embargo, la serie no solo no reconoce ese esfuerzo, hasta se burla de los diggers como en esa primera escena en el bar de El Cairo donde el perpetuamente borracho Stirling provoca a unos soldados australianos, se burla de sus muertos,  y finalmente los ahuyenta con sus discursos de orate.



Mi problema con esta serie es que no tengo paciencia para estos personajillos de Knight que se creen dioses y en realidad son trapos. Me aburren, como me aburre el poco respeto por los verdaderos héroes y por una guerra que costó tantas vidas. Knight ha querido hacer Inglorious Basterds sin comprender ni cumplir los propósitos de Tarentino.

A cambio, le ha quedado una combinación de Hogan’s Heroes y Doce en el patíbulo. Estos dos clásicos nacieron de un zeitgeist especifico, de un momento en que los chicos de Estados Unidos morían o volvían despedazados de las junglas de Indochina. Hoy ese modelo no es tan admirado a menos que se lo sitúe en su contexto.

¿Cuál es el contexto de Rogue Heroes ?  ¿Uno en el cual psicópatas, alcohólicos y otros inadaptados pueden ser útiles a la patria desencadenando sus bajos instintos?  ¿Hacernos creer que la guerra es una gran aventura y buena cura para el aburrimiento? Al menos en Peaky Blinders todos los Shelby sufrían de alguna forma de trauma bélico,  y eso le daba cierto tono pacifista a la serie.



Aquí la guerra no se entiende, no se sabe por qué se pelea, la idea es divertirse matando al enemigo y apaleando a los aliados en sus ratos libres. Si en algo se distinguieron los miembros de las SAS fue por su inteligencia, sus estrategias, su sangre fría y don de liderazgo. Aquí son solo una panda de inmaduros llenos de necesidades infantiles como la de destruir. Steven Knight cree seguir trabajando con malandrines de tercera clase, y por eso no entiende el significado de heroísmo. Eso me irrita y me aburre así que les dejo el cuento a los fans de Peaky Blinders.

 

 

 

5 comentarios:

  1. I still have not seen SAS ROGUE HEROES but I have it downloaded, I will watch it for the hunks, because I had a huge turn on for guys with WW1 hairdos :) They got a second season order, by the way.

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    1. Of course, as I say in my entry it has a tremendous fandom but it has inherited the Peaky Blinders fans. I wish it had my sort of hunks, then I would watch it, but them three leads...leave me cold

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    2. I find all three of them hot as hell with these hairdos, even though I do not generally find Jack and Alfie hot. I also think Stuart Campbell is gorgeous in it, and we will watch him in Winter King too as one of the knights. Hot little number. But I always find guys with those tidy prewar and in between war hairstyles extremely attractive, I like clean cut boys, I fall for Abercrombie and Fitch.

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  2. A mí de momento Rogue heroes me está pareciendo entretenida,. no llega al nivel de Life after life, maravillosa serie de época británica, o de Sherwood, otra serie histórica británica, pero me entetiene

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    1. Muchas gracias por seguir leyendo. También puedes hacer clic en las imagenes para entrar en mis otros blogs Latinas de Ayer y Reinos de Fábula. No sé el motivo, pero ningun servicio de streaming en USA ha pasado Life after Life y quiero verla. Sigue con nosotros.

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