Por fin Walter
Iuzollino se puso las pilas y tradujo la Novena Temporada de la serie más
popular de la televisión danesa. Fans de todo el mundo esperábamos una
temporada muy intensa en la cual ni el omnipresente humor puede borrar las
cicatrices dejadas por guerra y Ocupación alemana.
Han Pasado
Cuatro Años…
El momento en que
me enteré de que Seaside Hotel llegaba a pantallas estadounidenses,
decidí revisar las últimas temporadas para volver a habituarme con los
personajes, pero también para situarme
en el marco histórico. La Novena Temporada tiene lugar en el verano de 1945.
Hace apenas un mes que ha acabado la guerra en Europa, y Dinamarca ha sido liberada.
La liberación ha hecho
aflorar diferentes emociones en cada personaje, pero como los productores
decidieron saltarse cuatro años del conflicto, el espectador está un poco confundido sobre
los cambios de actitudes de los huéspedes y del servicio del Hotel Andersen. Hubiese
sido imposible para un hotel de balneario continuar operando como tal bajo los
alemanes, por lo que los guionistas optaron por hacer que el invasor se hiciese
cargo del establecimiento entre 1941-1945. Eso también evitó describir los
momentos más conflictivos de la Ocupación'.
Parte del encanto de la serie era esta reunión anual en que los mismos huéspedes bajaban a la paradisiaca costa de Jutlandia cada verano. Ahora el espectador sentirá la misma nostalgia y asombro al reencontrarse con personajes que no se han visto en cuatro años.. Hay secretos que se irán revelando a través de los cinco episodios de esta temporada. Para entenderlos hay que remontarse a temporadas pasadas—en el caso del egocéntrico actor Edward Weyse a la primera— para ver cómo han enfrentado y sobrevivido estos cuatro años oscuros de la historia europea.
En las Temporadas
7 y 8 Badehotellet cubrió los primeros años de la Ocupación germana pero sus
encuentros oscuros con el nazismo venían de antes. Obligado por su madre, y para ocultar su homosexualidad, el Conde Ditmar
se casó con su prima Mitzi con la que tuvo un hijo. Alemana y admiradora de
Hitler, Mitzi descubrió la relación entre su marido y Philip Dupont. Llorando
se la contó a su hermano que había venido de visita a un encuentro de jóvenes
nazis.
El hermano y sus
amigotes apalearon a Philip. El incidente además de forzar a Ditmar a admitir
que era Philip a quien amaba, sirvió para exhibir un tema que se volvería común
en las próximas temporadas, la cantidad de daneses que se acercaban a las
políticas nazistas. Algo que contrariaba al maniaco depresivo Consejero Hjalmar
Haurland que— como Casandra—predijo que lo que ocurría
en Alemania ocurriría también en suelo danés.
Dinamarca: El
Protectorado Modelo
¿Pero ocurrió
realmente? Algo que sorprende de las últimas
temporadas es ver lo fácil que fue para los daneses continuar con sus
quehaceres cotidianos después de la invasión. Sucede que conscientes del caudal
de sangre aria en esa tierra de vikingos, los nazis quisieron crear ahí un
protectorado modelo. Se buscaba así agradecer que los daneses se hubiesen
rendido sin más oposición que un batallón en la frontera que al no recibir
noticia del armisticio recibieron al invasor con fuego . Ahí es donde murió
Anders, el marido de la camarerita Nana.
En general, la
paz reinó en Dinamarca. El Rey Cristian siguió paseándose a caballo por su
capital, el paramento siguió funcionando, la policía danesa siguió manteniendo
el orden y hasta 1943, la magra población judía vivió tranquila. Cuando a los
alemanes se les ocurrió obligarlos a usar la estrella amarilla, tanto el rey
como el Arzobispo de Copenhague anunciaron que ellos serían los primeros en
lucirla, y ahí murió el plan nazi.
Como nos muestra Badehotellet
no todo era perfecto. había racionamiento, los automóviles eran requisados,
existía la censura periodística y las llamadas telefónicas a países enemigos
estaban prohibidas. Incluso las a países neutrales como Suecia estaban circunscritas
a comunicaciones de negocios. Sin embargo, desde 1940, elementos del ejército danés
habían entrado en contacto con los servicios de inteligencia británicos con el
propósito de recaudar información sobre movimientos de tropas.
Debido a eso
vemos que Morten retorna a Skagen para montar una red que incluye la observación
y reporte de lo que hacen las tropas en el área. Morten, el pescador que hizo fortuna
con flotillas navieras y que por varias temporadas fue como el gran galán del
cuento, se había instalado en Inglaterra
con su esposa Fie—la heroína de facto de Badehotellet— y
comenzado una familia.
En la séptima
temporada, Morten retorna de incognito a atender un funeral y visitar a Molly, su
madre y ex dueña del Hotel Andersen, que ahora está casada con el molinero Peter-Andreas,
padre de Fie. Ahí les cuenta Morten, no
solo de su actividad de resistente, sino
también de otros esfuerzos bélicos que van desde haber participado en el rescate
de Dunquerque hasta recibir niños londinenses refugiados en su casa de Newcastle.
Morten está
particularmente interesado en la creación de un nuevo aeropuerto en Aalborg que
sospecha se utilizará para servicio del ejército alemán. Como el Mercader
Madsen está involucrado en ese proyecto (y otros daneses) Morten consigue que
su cuñada Ane lo espié.
Para la última
temporada, Morten ya tiene instalado un destartalado equipo de espías que
incluye al despistado “Profesor” Klaus Vilmursen que pretende ser arqueólogo,
pero no distingue entre Edad de Hierro y Era Vikinga. Rápidamente, Berta Frigh lo
descubre y es a su vez reclutada para fotografiar una antena de radar que la
Wehrmacht ha instalado en las dunas cercanas al Hotel Andersen.
El modo en que la
serie retrata esta incipiente resistencia es jocoso , no se la toma en serio.
Es que realmente el movimiento resistente danés con misiones de sabotaje y ejecuciones
de colaboradores solo surgiría dos años más tarde. Tristemente no hay muchos filmes
que loen estos actos. El más famoso fue La tierra será roja que recibió
premio en Cannes en 1946. Este es el filme que Edward Weyse rechaza en la serie
por ser producido por el nazi Henning Karmark
El tema ha sido
tratado vagamente en series modernas como Los Nuevos Enfermeros donde se
habla que la jefa de enfermeras fue arrestada, torturada por la Gestapo y
enviada a un campo de concentración, pero es algo que se menciona muy al pasar.
En cambio, se han hecho miniseries y filmes como el de Flamen y Citron
con Mads Mikelsen que muestran el lado oscuro— incluso vengativo e
injusto— de la Resistencia Danesa. Aunque todo evento histórico tiene dos caras y
los movimientos partisanos no fueron infalibles ni angelicales, es feo mostrar
el peor rostro si el público extranjero desconoce el benévolo.
Por suerte,
Dinamarca es recordada mundialmente por una inmensa proeza en esos años deshumanizantes:
el rescate del 80%de su población judíaque fue llevada a salvo hasta Suecia. De ese episodio de 1943, se han hecho
muchos filmes y se sabe y agradece el rol de la Resistencia Danesa en el operativo.
Aunque Badehotellet pega un salto sobre este rescate ocurrido en 1943,
el tema judío no está ausente de su trama y aparece muy temprano, en la Sexta Temporada.
Para entender de
que se trata ese asunto debemos remontarnos al inicio de la serie. En el verano
de 1928, Edward Weyse trajo al Hotel Andersen a su tercera esposa, la bella y
millonaria judía Sybille. Debido a que Sybille no quería tener relaciones
durante su embarazo, Weyse comenzó a cortejar a la muy casada Helene que se
convirtió en su cuarta esposa.
Sybille se
consoló con el tímido y erudito Adam Fjeldso. se divorció de Weyse y pasó a ser
la esposa de Adam, con gran alegría de la madre de este que quería ver a su
hijo casado. Lo interesante es que, por amor a su mujer, Adam se convirtió al
judaísmo y adoptó al bebé que su esposa esperaba. Sarah ha sido criada creyendo
a Adam su padre biológico. Ella hará aparición en la Temporada 9, pero antes
debemos hablar de su tío Robert, hermano de Sybilla.
Aunque nacido en Dinamarca,
Robert vivía en Viena donde se casó con una judía austriaca, periodista como él.
Como explica la atribulada Señora Fjeldso en ese verano del 39, a la esposa de
Robert la mataron en “los disturbios de noviembre’”(eufemismo para la
Kristalnacht). Robert logró llegar a Dinamarca solo para descubrir que, al
haberse casado con una extranjera, perdía la nacionalidad. Las autoridades
danesas lo entregan a los alemanes (Austria era ya parte de Alemania) ante los
horrorizados ojos de Olga quien lo había ido a esperar al aeropuerto. Es que no quieren problemas causados por judíos.
Una llamada de Sybilla
informa que Robert está en el campo de concentración de Neuegamme cerca de
Hamburgo. Robert logra escapar y llega a Jutlandia donde es rescatado por una
persona inesperada, Vera Madsen. Si la pequeña Vera, la niña huraña que hablaba
con fantasmas y parecía borderland autista, ahora se ha convertido en
una joven tímida y un poco antisocial, que estudia literatura inglesa y ha
escrito (bajo seudónimo) una novela de misterio.
Inmediatamente
Vera se hace cargo de la situación. Robert es un fugitivo de las autoridades de
su propio país. Olga Fjeldso una enamorada de la legalidad no puede ni siente
que debe ampararlo. Su hermana en cambio apoya a Robert. Viendo que ninguna de
las dos puede ocultar al fugitivo, Vera recluta a Aurland que pone en
maquinaria sus contactos para encontrar una salida.
Vera recluta también
a Molly Andersen que acepta esconder a Robert en su granja. Ahí tenemos un
atisbo de como en los próximos años, Molly y su esposo Peter-Andreas apoyarán a
la Resistencia antinazi.
Cuando todas las
puertas se cierran y Robert parece perdido, es Madsen quien resuelve el
problema. Con tal de que la presencia de Robert no arruine un lucrativo negocio
y de alejarlo de su hija, se le ocurre que para subirse al ferry a Suecia solo
se necesita de un certificado de nacimiento danés.
Un amigo judío de
Aurland consigue el certificado de Robert de una sinagoga de Copenhague, con
eso él puede viajar. Para entonces está claro que Vera se ha enamorado de su
protegido. Amanda empuja a su hermana a dejar atrás su timidez. incluso le
presta su auto para que huyan hasta el ferry. Es en ese navío donde dejamos a
Vera y a su ahora amante rumbo a la libertad. En la próxima temporada nos
enteramos de que están a salvo y casados en Estocolmo.
El Primer Año
de Ocupación
El tema judío
reaparece en la Octava Temporada, pero para hablar de él tenemos que hablar de
un nuevo e importante personaje de las últimas entregas. El Teniente Uwe con el
que Amanda protagonizará su propia versión de Romeo y Julieta en el Tercer
Reich.
La séptima
temporada inicia en junio 1940, ya la mitad de Europa es de los nazis. En el
tren se encuentran Olga Fjeldso y su hermana Lidya Plough con Alice Frigh y una
Bertha bien crecidita. Todos comentan lo maravilloso que es no ver uniformes
alemanes, y como Amanda les ha prometido
unas vacaciones sin la presencia del invasor.
Es lo que Amanda
desea ¿pero cómo hacerlo si su padre está haciendo negocios con el Coronel
Fuchs? El problema inicial no lo provoca
Madsen sino el apolítico Weyse. Sus hijos le roban los uniformes a unos
soldados de la Wehrmacht que se están bañando en la playa del hotel. Aunque los
uniformes son retornados, los niños se han quedado con la libreta de racionamiento
de uno de los soldados.
Esto provoca histeria
en Edward y Helene y una de las típicas tragicomedias de errores que son tan
comunes con esa pareja. Tras muchas mentitas y decisiones tomadas sin
consultarse, los Weyse entregan a un policía danés una libreta medio quemada y
mojada.
Lo próximo es que
el hotel recibe la visita de Uwe Kessling,
el teniente a cargo de un batallón que se ha instalado en Skagen. Uwe es el
epitome del soldado ario perfecto: rubio, guapo y dotado de una sonrisa y modales
impecables. Apenas ve a Amanda se prenda de Frau Breggener algo que la
exaspera.
Uwe, con mucha cortesía
explica como el ejército alemán está dispuesto a olvidar lo de la libreta
siempre y cuando Weyse cante para ellos. Weyse que ha estado huyéndole a los
peticiones alemanas de cantar para el invasor, debe aceptar puesto que si no lo hace la
Wehrmacht requisará el hotel.
Weyse se aprende
una canción en alemán (todo su repertorio es en inglés o danés) y tiene un gran
éxito. El problema es que los alemanes han filmado el concierto y planean
usarlo como propaganda. Por suerte, Fugelshold, el alcohólico y comunista
director de cine (Segunda Temporada) quema el galpón donde están las
grabaciones en celuloides y así Weyse no cae bajo el estigma de la colaboración.
Más peligros
corre el incorregible Weyse en la Octava Temporada. Es el verano de 1941. Tras
la invasión de Rusia, el partido comunista danés (cuyos miembros eran parte del
parlamento) queda fuera de la ley. La generosa Helene oculta a un pintor amigo
en su casa y luego lo lleva hasta el Hotel Andersen con pésimas consecuencias
para Weyse. Aunque como todo lo relacionado con el actor es presentado de
manera caóticamente cómica, no es gracioso cuando lo arrestan y ponen en un
campo de detención para disidentes. Al final todo se arregla, pero Los Weyse descubren
que ya nadie está libre de peligro en Dinamarca.
Ditmar
Anti-nazi y Madsen Cartero
Paralelo a los
problemas de Weyse están los del Conde Ditmar. Desde que su madre anuncia que
se casa con un editor con simpatías fascistas que Ditmar ve una Espada de
Damocles sobre su cabeza. Su padrastro sutilmente le hace saber que le gustaría
administrar las propiedades familiares y ser el tutor del pequeño Wilhelm para
que no vaya a salir al padre.
A Perben le sale
una aliada en Mitzi que está criando a Wilhelm a la manera alemana, hasta lo ha
enrolado en los HItlerjugend. Ditmar siente remordimientos por eso y en la Séptima
Temporada va en busca de su hijo a Frijseholm y lo trae al hotel.
Ahí con ayuda de
Helene lo despojan de su uniforme, lo visten con ropa de Leander y lo mandan a
jugar con los niños Weyse y la mandona Emma, hija de Ane. Wilhelm está tan
feliz que se niega a regresar con Perben cuando este viene a buscarlo, pero es
solo un pequeño triunfo para Ditmar.
En la Octava Temporada,
Dinamarca está mostrando los colores
nazis de su propio pueblo. Hasta se ha creado una Legión Danesa para ir a
apoyar a la Wehrmacht en el Frente Oriental. Perben decide celebrar un congreso
nazi en las propiedades de su mujer. Ditmar se lo prohíbe y cuando su padrastro
se niega a cancelar el evento, El Conde llama a la policía exigiendo que ellos
lo impidan.
La venganza de
Perben se hace sentir pronto. Alienta/obliga a los jornaleros de Frijseholm a
unirse a la Legión . Todos lo hacen y no queda nadie para recoger la cosecha.
Ditmar debe abandonar sus vacaciones para ir a su castillo donde descubre que
no puede contratar nuevos jornaleros ya que nadie quiere trabajar para una
familia nazi. La única solución es llamar a la policía, hacer expulsar a Perben
de su casa y tomar las riendas de sus propiedades.
Lo que la serie
nos muestra es que el nazismo echó raíces entre clases pudientes y educadas,
pero no en el pueblo. Los daneses traidores eran o gente rica u oportunista
como Madsen que sin embargo para la Octava Temporada ha decidido no trabajar más
con los alemanes.
El primer
problema de la temporada tiene lugar con Madsen y Therese nadando . El descubre
que están siendo observados por una pareja de soldados alemanes. El empresario
los apostrofa , por suerte no entienden nada. Uno de ellos es el joven Stefan
Berg que jugará un rol importante esta temporada
Amanda tiene sus
propios problemas, aunque de manera brusca rechazó el cortejo de Uwe, ahora se
arrepiente. Al volver en mayo descubre que el alemán ha estado haciendo (de motu
proprio) reparaciones en el Hotel Andersen. Eso la conmueve y la hace verlo
con buenos ojos. ¿Se está enamorando? Es lo que temen Therese y Philip.
Uwe hace un
pedido a Amanda, quiere que una vez por semana reciba a un grupo de jóvenes
soldados y les sirva chocolate y pastel. Le cuenta que sienten nostalgia de su
hogar y la convence. Los huéspedes están molestos con esa intrusión.
Amanda y sus
camareras reciben a los soldados en la terraza. Sus padres observan desde la
ventana de su cuarto. Al final de la velada, Stefan canta una canción, tan
triste como hermosa es la voz del soldado. En estas temporadas hemos presenciado una
dinámica interesante que surge de la barrera del idioma. Amanda y su madre son germanoparlantes,
tal como lo son Helene Weyse y Otilia. Se crea una situación en que ellas deben
ser la voz de sus hombres y dialogar con el enemigo. Esto ocurrió en muchos
sitios de la Europa ocupada.
Ahora, Therese le
cuenta a su marido que es una canción sobre amor y nostalgia del hogar. Madsen
queda muy conmovido. Aparece un sargento—el único nazi de este cuento— que
reprende a Stefan por la canción y por cartearse con una judía. Rompe la carta
en la cara del desolado soldadito.
Esto indigna a Madsen
quien se convertirá en el cartero de Berger y su novia judía. Son descubiertos.
Stefan huye, regresa a Alemania, se casa con la novia y es aprehendido cuando él
y su esposa intentan cruzar la frontera suiza. El atribulado Uwe tiene que
decirle a los Madsen que Stefan será llevado a una corte marcial y que el paredón
es el más probable veredicto.
Desesperado, Madsen
decide volver a trabajar para el Coronel Fuchs siempre y cuando este libere a Stefan.
El cínico Fuchs le confiesa a su secretaria (quien será personaje importante en
la Temporada 9) que no levantará un dedo para ayudar al desertor, pero hará
creer a su nuevo socio lo contrario porque necesita de los servicios de Madsen.
Cuando Madsen descubre la triquiñuela rompe el contrato en la cara del nazi. La
salvación de Stefan recae en las manos de Uwe.
El Teniente Kessling
se aparece en el hotel. Ha conseguido que revoquen la ejecución del desertor a
cambio de que Stefan sea enviado inmediatamente al Frente Oriental lo que ya encierra
una sentencia de muerte. A cambio, Uwe debe acompañarlo y ha venido a
despedirse. Ya Amanda no puede contenerse más y le declara su amor…Y ahí acaba
la Octava Temporada.
Por suerte ya la Novena
está con subtítulos en inglés en USA y puede verse en PBS Masterpiece en Amazon
o por un precio módico en Thirteenth Passport. En España la situación de esta magnífica
serie es más compleja.
Por alguna razón
y bajo el título de Hotel Voramar fue presentada en valenciano por un
canal local. Esto ocurrió en el 2021, pero inmediatamente la compró la
televisión catalana que doblándola al catalán comenzó a pasarla. Esto creo un
conflicto con el canal valenciano que no sé en que culminó.
La buena noticia
es que Filmin compró esta estupenda serie y la puedes ver ahí con subtítulos en
castellano bajo el nombre de El Hotel del Balneario. Una vez que ya
tiene subtítulos en español, creo será posible encontrarla en lugares donde mis
hermanos latinoamericanos encuentran series imposibles de hallar en las
sobrevaloradas y mediocres plataformas gringas.
Wow, that is a loooot of seasons!
ResponderEliminarIndeed, and that is because it's such a success in Denmark and the few countries tht had the luck to watch it. THink, no nudity, no graphic sex, not forced diversity, no presentisms, no woke agenda.. The gay storyline is so romantic, it has made me weep sometimes.
EliminarThere is nothing I love more than Scandigayness! I'm dying for a Scandinavian husband!
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