Lo mejor de la cosecha televisiva del 2013 lo pusieron
“Sleepy Hollow”; “Ray Donovan”, y “Masters of Sex”. La última ha iniciado una
segunda temporada en los Estados Unidos que debutará en HBO Latinoamérica este
mes. “Masters of Sex” es una cajita de sorpresas y virtudes insospechadas. El
que tenga lugar a fines de la década de los Cincuentas, la acerca un poco al
gran éxito de la AMC, “Mad Men”, pero las similitudes no acaban ahí. Ambas series
tienen protagonistas bastante arbitrarios
con lo que entonces se conocía como “sexo débil”.
La primera temporada de “Masters of Sex” sorprendió a más de
un espectador, incluyendo a Servidora, por presentar de manera comedida, interesante
y hasta sensible, un tema que invitaba a la chabacanería. Se trata de una adaptación muy libre del libro
de Thomas Meier sobre el célebre equipo de sexólogos Masters y Johnson. La
serie describe el encuentro entre quienes se convertirán, ya en la primera temporada,
en colaboradores y amantes.
En la St. Louis de 1959, el eminente médico William Masters (Michael
Sheen) contrata como secretaria a Ginny (Lizzy Caplan), divorciada y madre de dos
hijos. Poco a poco, la inteligente, audaz e independiente Mrs. Johnson irá
involucrándose y haciendo suyo el atrevido, e inconcebible, proyecto del ginecólogo-obstetra
que busca develar los motivos y reglas que gobiernan el comportamiento sexual humano.
El hecho de que esto ocurra a fines de los puritanos Años 50,
y que Masters utilice la observación (y filmación) de sus conejillos de Indias
en plena faena, otorga un toque picante y arriesgado a un experimento que la
comunidad científica no verá con buenos ojos El punto máximo del espíritu
aventurero de los investigadores llega cuando médico y secretaria comienzan un
affaire, a la vez que estudian y documentan sus tórridas sesiones eróticas. Eso
a pesar de que Masters es casado, y Virginia mantiene un romance con otro médico
de la misma Washington University donde trabajan
los amantes.
Las dos corrientes que
dominan la sociedad occidental del Siglo XXI son el sexo y el consumismo.
Con eso ya tenemos un puente entre “Masters of Sex” y el apasionante retrato de los inicios del
mundo publicitario llamado “Mad Men”. Ambas series comienzan en 1959, el final
de una década donde el sexo todavía era tabú, donde los géneros estaban encasillados, y donde visionarios, a veces poco
escrupulosos, parecían dispuestos a revolucionar el mundo fuera a través de la
medicina o de la publicidad.
Ambas series grafican la desigualdad entre los sexos en la
mitad del Siglo XX, pero sus personajes femeninos no se quedan en clichés de
victimas silenciosas. Peggy Olsen (Elisabeth Moss) de “Mad Men” y Virginia
Johnson son ejemplos de féminas capaces de tomar decisiones, romper esquemas y
vivir sus ambiciones aunque esto conlleve sufrir desilusiones y humillaciones.
Peggy y Ginny, hembras de cuidado |
Por otro lado, aunque vemos esposas tradicionales con Libby
Masters (Caitlin Fitzgerald) y Margaret Scully (Alisson Jenney), ninguna es una
mártir sin derecho a voz. En cuanto a Betty, ex de Draper (January Jones), de
“Mad Men, su capacidad para la manipulación la convierte en una sobreviviente
nata que ya bordea en villana.
Betty no es ninguna víctima |
El problema de ambas series, por excelentes que sean, reside
en sus protagonistas que más allá de meros anti-héroes, son semi patológicos en
su inmadurez emocional, sobre todo en su relación con el sexo opuesto. A pesar
de que Bill Masters está lejos de ser un mujeriego empedernido como lo es Don
Draper, también le es infiel a su esposa perfecta. Don y Bill provienen de hogares disfuncionales,
son hijos de padres abusadores y han tenido una relación oscura con sus figuras
maternas. Ambos son ambiciosos e implacables cuando se trata de conseguir lo
que quieren. En su capacidad de esconder lo que sienten y desean, llegan a ser
manipuladores.
Lo más siniestro de sus perfiles es la dicotomía Madonna-Prostituta
que aplican a las mujeres de su vida. Sus expectativas respecto a como deben
comportarse sus esposas son casi tan exageradas e irreales como lo que esperan
de sus amantes y empleadas. A las primeras, las mantienen en altares, siempre y
cuando cumplan con todas sus reglas. Con la segunda categoría trapean el piso.
"La Otra" y La Esposa |
Lo triste es que no se dan cuenta de lo poco satisfactorios
que son como parejas, dentro y fuera del matrimonio. Esa capacidad de engañarse
los hace proclives a mentirle a sus esposas, mentiras que van más allá de sus
infidelidades. Don Draper le ocultó su verdadera identidad a Betty por más de diez años de casados. Bill le
ocultó a Libby que el problema para engendrar hijos lo tenía él.
Jon Hamm ha convertido a Don
Draper en un símbolo sexual televisivo y el ya probado talento de Michael
Sheen salva a Masters de ser un personaje
antipático, pero ambos portan una carga de negatividad que me haría huir de ellos
como compañeros románticos, a pesar de lo buenos que sean en la cama. No es que
sean brutales. Ni siquiera son Don Juanes despiadados como otros personajes de
esas series (Roger Stirling en “Mad Men” y Austin Langham en “Masters of Sex”).
Lo triste en ellos es su desaprensión hacia a las mujeres. No pueden verlas como
compañeras, como iguales, ni siquiera como seres de carne y hueso
Don tiene alardes caballerosos como cuando rescata a Peggy del
sanatorio donde está internada o cuando se opone a vender los favores
sexuales de Joan (Christina Kendricks), su voluptuosa empleada, a un cliente.
Bill demuestra generosidad cuando le practica, a espaldas del marido, una histerectomía
a una emigrante polaca, ya agotada por sucesivas maternidades. Aun asi, las
mujeres para ello son entidades, objetos para ser salvados o utilizados.
En la primera temporada resulta aberrante el que Bill
Masters le niegue el crédito a Ginny por
todo su aporte a su investigación. Se atreve a presentar ante el plantel de su
hospital un video de Virginia masturbándose, pero únicamente en el episodio
final llega a reconocerla como su colaboradora
principal.
En la relación Draper-Olson, se puede admirar el que Don no
haya hecho de su subalterna un objeto sexual, pero el modo en que se ha
aprovechado del talento creativo de Peggy es equivalente a una violación
mental. Muy similar a lo que el Dr. Masters ha hecho con su asistente que, al
final, ha trabajado tanto o más que él en su controversial proyecto.
Lo que ambas series pretenden demostrar es que Don Draper y Bill
Masters son producto de una sociedad machista que programa su mentalidad retrograda en lo que
se refiere al sexo opuesto. La tesis es
que los hombres de entonces (como lo evidencian los personajes masculinos de “Mad
Men”, todos infieles y divorciados) eran incapaces de vivir en pareja a menos
que sus mujeres se conformaran con un rol sumiso.
En “Masters of Sex” tenemos en un mismo hospital a un
Casanova como Langham (Teddy Sears) y a un homosexual de closet como Burton
Scully (Beau Bridges) que por años le ha ocultado su verdad a su esposa
sumiéndola en inseguridades que afectan su autoestima. Hasta el buen
Ethan Haas (Nicholas D'Agosto) fue capaz de golpear a Ginny. Y estamos hablando de miembros de una profesión altruista. ¿Cómo
serían los hombres de clases menos privilegiadas?
Margaret enfrenta la homosexualidad de su marido |
Aun más triste es como estos programas retratan la
corrupción mental de las mujeres de entonces que no sabían reconocer los valores
de una pareja más comprensiva y respetuosa. Virginia Johnson se pasa toda la
primera temporada modelando a Ethan para que sea el marido y padre perfecto,
pero al final, lo deja marchar a California, prefiriendo seguir como amante
clandestina de su jefe.
De nada valió el cambio de Ethan. Virginia no lo quiso |
En “Mad Men”, Betty se divorcia de Don Draper y se casa con
el político Henry Francis, un buen padrastro para sus hijos y un marido honesto
y considerado. Aun asi, hasta hoy, Betty sigue pendiente de su ex y trata a
Megan, la nueva esposa de Don, como si fuera su rival.
Miradita de odio de Betty hacia Megan |
Nuestra mentalidad moderna las ve como predestinadas para
ser maltratadas. ¿Pero la culpa tiene que ver nada más con su época? ¿Se han superado esas actitudes
y maneras de pensar? A juzgar por comedias exitosas de los últimos tiempos como
“Two and a Half Men” y “How I Met your Mother”, entre otras, parecería
existir en la imaginación popular del Siglo 21 una nostalgia por esa mentalidad
machista de la década de los 50.
La Segunda Temporada de “Masters of Sex” inicia en HBO
Latinoamérica este viernes, 8 de agosto.
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