Este es un aviso
oficial de que estaré ausente de las redes próximamente. Puede que esa ausencia
dure unos días, unas semanas hasta un mes. Estoy en un estado de incertidumbre
desde Año Nuevo y hora es de compartir con ustedes lo que pasó/pasa/pasará. En
tres palabras, a partir del 31 de marzo no tengo casa, no sé bajo que techo dormiré
y obviamente no sé si tendré acceso a Wifi, Internet, cable, etc.
La ironía es que,
gracias a D-s, plata no falta (aunque faltó en un momento). Lo que demuestra
que hay veces en que la plata no basta. Reitero lo aprendido en casi 60 años,
lo más importante de este mundo es una red de apoyo, de amigos, de gente útil.
Los que tienen hijos incúlquenles esa verdad.
Creo que todos
saben que desde mi llegada a USA que nuestra intención era mudarnos. Que vivir
en el depto. de soltero de mi hermano ha sido muy incomodo para ambos. Por diversas
causas la mudanza se dilató y llegué a pensar que JC no quería cambiarse de
casa. Algo de eso hay, pero ahora comprendo que su mayor temor ha sido la
mudanza y el buscar casas que, realmente, ambos son una pesadilla.
A diferencia mía,
mi hermano se saltó el estilo de vida nómada de nuestra madre. Para cuando
cobró conciencia de las cosas, ya tenía cuatro años y estaba instalado en la
casa en que transcurrió su infancia. A los doce años nos vinimos a USA, y la
casa que compraron mis padres fue suya hasta que la vendieron el 2000 (ya para
entonces yo y mis padres llevábamos cuatro años en Chile y habíamos llamado
hogar a más de cuatro propiedades).
Mi hermano ha
vivido en este complejo de edificios por casi veinte años. Cuando se separó de
su mujer, se trasladó a un departamento más pequeño (este) en el mismo edificio,
desde entonces no se ha movido de aquí. A diferencia mía que en cada traslado
he perdido parte de mi vida y que lo que poseo ahora son un par de maletas y unas
pocas cajas de cartón, el tiene pertenencias de toda una vida. Hasta un cerdito
plástico que le regalaron cuando nació.
En estos días ha
visto cosas romperse (incluyendo su celular), ha tenido que botar muebles
bonitos y finos a la basura porque ya no son parte de su estilo de vida. Eso lo
deprime mucho y eso afecta la toma de decisiones en esta familia. A pesar de
que mis 20 años en Chile (ni cuento las mudanzas que viví de pequeña) me mudé
siete veces, cuatro con mis padres, las otras tres por cuenta propia, cualquier
obstáculo o incomodidad fue superado, reitero, por los magníficos amigos que
siempre nos/me ayudaron a hacer más fácil el proceso.
Ahora estamos
solos. Mis amistades son gente de mi edad, que no pueden ni levantar una caja.
Uno tuvo una operación lumbar en diciembre y todavía se esta recuperando, los
otros no están mejor. Es la edad que cobra todo. Yo soy buena para empacar
cajitas pequeñas y me he convertido en una experta en armar cajas de cartón
gigantes que han reemplazado a nuestro mobiliario, ¿pero levantarlas o alzar un
mueble? Out of the cuestión.
Ahora, debo
retroceder y explicar cómo es que finalmente decidimos mudarnos. En junio pasado,
después que mi hermano llevaba todos estos años viviendo en este sitio, los
dueños decidieron vender el departamento.
Obvio que nos ofrecieron la posibilidad de comprarlo. La pregunta era si valía la pena pagar una suma cuantiosa por un dormitorio, un baño que no funciona, con agua marrón en el baño (lavar el W.C. es una tortura porque cuando lo tienes brillante tiras la cadena y agua color ya-saben que- deja marcas en la loza) y en el lavaplatos, horno que no funciona ¿y recuerdan mis fotos de los carámbanos de hielo del invierno del 2018? Pues el 2019 también me la he pasado sin calefacción. Con eso entenderán que la compra no es ningún negocio.
Obvio que nos ofrecieron la posibilidad de comprarlo. La pregunta era si valía la pena pagar una suma cuantiosa por un dormitorio, un baño que no funciona, con agua marrón en el baño (lavar el W.C. es una tortura porque cuando lo tienes brillante tiras la cadena y agua color ya-saben que- deja marcas en la loza) y en el lavaplatos, horno que no funciona ¿y recuerdan mis fotos de los carámbanos de hielo del invierno del 2018? Pues el 2019 también me la he pasado sin calefacción. Con eso entenderán que la compra no es ningún negocio.
Nos dieron una
extensión hasta marzo y comenzamos a ahorrar con gran dificultad, porque
ahorrar se ha convertido en empresa quijotesca en el país líder del Primer Mundo.
Pero en diciembre llegó el shutdown (apagón, clausura). Hora de explicar lo que
significa esta institución netamente estadounidense porque no he oído de ningún
otro país que la posea.
Dos veces al año,
el presidente presenta al congreso su presupuesto y su lista de planes para los
que necesita platita. Si al congreso le parece una suma excesiva o no está de
acuerdo con alguno de los planes presidenciales, le niega los fondos. Entonces
al Presi le viene una pataleta y “apaga” el gobierno (shutdown). Eso significa que
los ministerios dejan de funcionar, se les da libre a los empleados y se
conservan a los mas esenciales. Durante el periodo de cierre, ningún empleado
gubernamental recibe paga.
El shutdown fue
inventado en los nefastos días de Jimmy Carter. Nunca preocupó a nadie porque
los shutdowns solían durar no mas de tres días, pero en 1995, a Bill Clinton le
hicieron un shutdown de tres semanas. Ahí me entere de la existencia de esta
institución porque para entonces ya mi hermano trabajaba para una organización
gubernamental.
En días del presidente
Obama hubo un shutdown largo de como catorce días. Los republicanos juraron que
si llegaban a la Casa Blanca no habría apagón. ¡Naranjas de la China! Por otro
lado, curioso es que cuando el presidente es demócrata se habla que el congreso
republicano es culpable del shutdown y cuando se trata de un presidente
republicano es lo contrario. Ni apruebo todas las gestiones de este gobierno,
ni el famoso muro que más problemas acarreará que soluciones, pero la retórica
política de ambos bandos obliga a desconfiar del lenguaje.
Lo histórico de
este shutdown fue su duración, más de un mes, 35 días para ser exactos. Durante
ese tiempo no hubo personal para impedir que se expulsase a gente de sus casas
porque no funcionaba el Ministerio de la Vivienda. No hubo inspectores para
aprobar los alimentos en los mercados, en un momento hubo que mandar a
recontratar a los empleados en receso porque no había personal para procesar
los retornos de los impuestos. Hubo atrasos horribles en los aeropuertos debido
al cierre del Ministerio de Transporte. Ahora se dice que el accidente del Boeing
pudo haberse prevenido si no hubiese habido un retraso en la salida de un
estudio que alertaba sobre la mala condición del avión.
El FBI tuvo que
detener sus pesquisas, los guardaespaldas del presidente estaban impagos. Ohhh,
pero el presi, sus ministros y todo el aparato político de ambos partidos si
recibía sus chequecitos regularmente. Por eso, a fines de la primera semana del
shutdown, cuando Washington estaba bajo una gran nevada, un grupo de políticos
demócratas se fue a la Isla del Encanto a broncearse en las playas y a apoyar
el debut de Hamilton en Puerto Rico.
Lo extraordinario
es como la prensa evitó por tres semanas hablar del tema del shutdown. Se lo
mencionaba de paso (y hablo de la prensa demócrata) como si fuera un incidente aislado
que solo afectaba a ocho gatos. Se decía que solo afectaba a 80.000 personas.
Falso. Esas 80 .000 personas tienen parejas, tienen hijos, tienen dependientes.
Se descubrió que negocios que viven de esos empleados tales como bombas gasolineras
o restaurantes se vieron semi paralizados. Los estudios hablan de pérdidas de seis billones.
Lo peor fue como
afectó esto al ciudadano medio. Se descubrió de pronto que en Estados Unidos la
gente no tiene ahorros. ¡Oh sorpresa! porque no se puede ahorrar. Que la
mayoría de la clase media vive de cheque en cheque, que la gente más afectada
por el shutdown no son oficinistas o ejecutivos sino los porteros, los
encargados de la limpieza, los que sirven el café, los guardias de museos y
hasta los guardabosques de parques nacionales como Yellowstone donde por un mes
se acumuló la basura invitando a roedores y otras pestes.
Enero fue un mes
infernal, hacía tres años que no me sentía tan mal. Nuestros ahorros se fueron,
se acercaba la fecha de expiración de nuestro contrato de arriendo. No podíamos
buscar casa, no podíamos planear, las ideas mas peregrinas comenzaron a parecer
soluciones desesperadas. Dormir en el auto, irnos a un refugio.
Ahí descubrí que
los refugios de desamparados le cobran a quien tiene algún ingreso, entre 80 y
$100 por noche. Parece grotesco, pero es que, en Nueva York, los refugios son
un negocio privado. Parece grotesco, cuando un hotel decente con baño privado,
wifi gratis y desayuno incluido cuesta $50 o $60 la noche (eso sin
estacionamiento), pero todo hotel exige una tarjeta de crédito y las nuestras
estaban casi al rojo.
En medio de tanta
buena noticia, colapsé. Fue algo incontrolable, dejé de comer, me deprimí y de
pronto sin explicación me venía un sueño atroz y tenía que dormir. Comencé a
invernar como los osos. No tenía energía para nada. Muchas de las cosas que
publiqué en mis blogs las había escrito o comenzado a escribir en diciembre.
Por un mes no
hablé con nadie, solo me comunicaba por correo o por FB. Sentía que si no
estaban siendo afectados por el shutdown (y gracias al Cielo no lo estaban) mis
amigos no podían entender y solo los iba preocupar. Por Whatsapp seguí con mi querido Gatito Memo
que me ha apoyado todo este tiempo y con mi gente de Chile, mi Angelita a la
que sigo importunando sin piedad y el Dr. Medalla al que le mando sus
ladrillazos al otro extremo del continente.
Para salir del
marasmo decidí que, si me había convertido en un pájaro raro, o una especie de leprosa,
debía buscar una colonia para estar con esa gente. Poco a poco, fui encontrando
prensa alternativa y canales de televisión locales que se preocupaban del
suceso y de los afectados. Así descubrí que había gente en peor estado que yo.
Madres solteras que tenían que explicarles a sus hijos que iban a volver a ser homeless. Mujeres agobiadas por
llamadas de cobradores. Nanas que perdían empleos porque sus patronas no tenían
como pagarles. Parejas que una vez se ufanaban de trabajar para el gobierno y
ahora enfrentaban incertidumbre. Un factor común es que estos afectados no eran
blancos.
Aunque me moleste
hablar de raza, los medios no se cansaban de hablar del color de piel (algo que
en mi época era de mal gusto) y usarlo para promocionar a los ídolos mediáticos
del momento: Tamika Mallory, Kamala Harris, Ilhan Omar y Alexandria Ocasio-Cortez.
Eran ellas las que aparecían en portadas de periódicos y en las noticias del
prime time. Ellas, y no mis hermanas leprosas.
Ok, es innegable
que son guapas y carismáticas y que representan, como decían los medios progres, el triunfo de “Women of Color”. ¿Pero
por qué ellas tenían la cámara pegada al morro cuando otras mujeres de piel
oscura no sabían cómo iban a poder pagar rentas, deudas y comida para sus
hijos?
Para ser justos,
AOC fue a la única persona a la que oí decir (Creo que fue su discurso inaugural) que
el shutdown no era ‘normal”, que no era normal que la elite política
secuestrara los cheques de ciudadanos que nada tienen que ver con los
enfrentamientos entre partidos. Pero luego el shutdown se convirtió para
Alexandria en un obstáculo para que tuviera su propia oficina, en atrasos para
la llegada de su computador, y en un impedimento para asistir al Festival de
Cine de Sundance.
Fue así como sufrí
la misma ola de desconfianza que me hizo ver que la elite política chilena
estaba distanciada de la realidad de sus votantes. Aquí en el Primer Mundo las
cosas eran iguales y ni a la elite política ni la mediática les importa un
carajo el mundo de los que no son sus semejantes.
Ahora lo estoy
viendo en el caso de Venezuela. Entre los demócratas hay gente que se opone al
régimen de Maduro (Bernie Sanders, Bill Clinton); otros que lo apoyan (Ilhan
Omar) y otros cautelosos como AOC que reconoce la crisis, pero teme
pronunciarse. En cuanto al americano
medio, a duras penas sabe dónde queda Venezuela.
Volviendo a mi malaise. Por suerte el shutdown acabó
(aunque se habla de otro para el otoño) a fines de enero, y dos semanas más
tarde a mi hermano le pagaron. Eso significó que teníamos dos meses para buscar
un hogar. Lo primero que se hizo fue rentar un galpón para llevar nuestras
cosas. Ósea estuvimos de mudanza, porque hay otra cosa que aprendimos este
invierno. Como dice Google cuando uno recién comienza a buscar compañías de
mudanza: “si puede mudarse por su cuenta, hágalo”.
En la última
década, las compañías de mudanza en este estado son una estafa mayúscula.
Cobran por llevar una mesita una cuadra de distancia lo mismo que si llevan el
menaje de una casa de cinco dormitorios a Rhode Island, mínimo $4,000 (dos
millones de pesos chilenos) y mas encima, al final salen conque uno les debe
por ‘Horas extras, gasolina extra, etc.”. Eso si no se accidentan y te
demandan.
El problema es
que mi hermano trabaja y tiene poco tiempo. Además, por increíble que parezca
lleva seis semanas cargando de a veintitrés cajas en el auto y todavía le
quedan libros para llenar veinte cajas más. Por fin descubrimos que su
biblioteca (y eso que vendió la mitad para costear mi viaje a America) contiene
mas o menos 5,000 volúmenes. Yo en dos años en Usa he acumulado una minibiblioteca
de veinte volúmenes, que cupieron en dos cajas, más tres cajas de ropa (sin
contar mi vestuario de verano que llenó dos bolsones y que se fue a la casa de
mi hermana).
Como si nos
sobrara el tiempo, había que buscar casa. De eso me encargué yo, pero una cosa son
las fotos del sitio web y otra la realidad. Con $5,000 libros no podemos vivir
en 800 pies cuadrados, y los deptos. son ratoneras. Los pisos grandes, los
antiguos o están en barrios peligrosos o muy lejanos y los de aquí cuestan un
ojo de la cara, y piden que se pague tres meses de renta (sin contar comisiones
y otros gastos). Ahí tienes que pagar $400 para que te investiguen y
descubran si has hecho algo que no le guste al comité que maneja los edificios.
Ohhh y se me
olvidaba, ¡A comienzos de marzo se echó a perder el ascensor! Cuatro días sin
elevador y en un sexto piso. Mi pobre hermano no dejó de trabajar ni un día,
pero le era imposible bajar cajas. Tampoco subir comida, tuvimos que recurrir a
nuestros enlatados para emergencias. No nevó ni en diciembre, ni enero. Vino a
nevar al final del invierno. De hecho, fui a ver una casa en medio de hielo y
recordé lo divertido que es andar resbalándose sobre suelo congelado.
Finalmente, el
tiempo se acabó. Pasado mañana vendrán un par de perfectos desconocidos con un camión
a llevarse los muebles más pesados y en la noche, D-s mediante, me voy a un
hotel. Mi hermano se queda hasta el domingo, limpiando y empacando las ultimas
pertenencias. Y ahí volvemos a estar en un limbo.
Aunque hay
hoteles buenos y baratos, la cosa cambia si buscas uno con garaje. Luego abril
es mes de vacaciones y las tarifas suben. Por dos semanas, un cuarto con dos
camas (baño privado, garaje y desayuno incluido) nos ha salido arriba de dos
mil dólares. Si tenemos que seguir viviendo en hoteles, estaríamos gastando
arriba de dos millones chilenos al mes, y no somos millonarios.
Así que el futuro
se ve color de hormiga. Para colmo, mis días de televisor de dos mil canales
expiraron. Con suerte tendremos cable básico, nada de televisión satelital y
solo los establecimientos muy pirulos ofrecen premium, ósea no hay manera que
vea “Juego de Tronos’ Confieso que estoy tan cansada, tan atontada, que no me
importa. Más me apena perderme “The Spanish Princess”.
No sabemos cuánto
tiempo pasaremos fuera. Yo me llevo conmigo una valija, dos bolsones de esos
para weekend y mi laptop Sansa, la Tablet Melisandre y mi celular. En el
celular puedo hablar con los amigos en la Unión Americana y llamar a Chile si
hay necesidad. Mi pobre Melisandre está como siempre en las últimas. Tengo que
reinstalar su Whatsapp en mayo. Pero entretanto todavía puedo oír la voz de la
gente en mi lista, puedo leer mi correo y revisar FB y Messenger, pero es lenta
y a veces los mensajes no llegan.
El problema de mi
lap (notebook en Chile) es que, aunque tendremos un escritorio, prefiero
cedérselo a mi hermano que también hace traducciones privadas por lo que su
equipo tiene prioridad. Si no consigo otra mesa, voy a tener que escribir en la
cama lo que resulta un poco incomodo, así que no sé cuánto me tarde en volver a
conectarme con ustedes.
Si me he
explayado en casi cinco páginas, es porque hay muchas cosas que no he
compartido ni con mi círculo más íntimo. Estaba escribiéndole una larga carta a
un hombre que veo como un hijo, y es tan sabio que no se molesta en participar
en redes sociales. A medida que escribía me di cuenta de que mucha gente a la
que le importo también merece un recuento y como a lo mejor no tenga tiempo
para responder todas sus preguntas, preferí hacer este blog gordito para que
sepan porque no me verán tan a menudo.
Como siempre pido
las mejores vibras y de parte de los creyentes, una oración para que todo nos
salga bien y pronto volvamos a estar juntos, aunque sea solo en una realidad
virtual.
Malena espero que el panorama cambie muy pronto favorablemente para uds.
ResponderEliminarEs increíble pensar en esta "oscuridad" en que has estado viviendo en el que se supone es "el mejor país del mundo" lo cual es una falacia, pero una siempre piensa que hay mas oportunidades para todo, pero veo que allá las cosas son tan caras como acá. Dicen que lo malo viene todo junto y que luego se vienen puras cosas buenas, espero que con la llegada de la primavera la situación de ambos se arregle y encuentren un lugar agradable y cómodo para ambos y que sea muy, muy pronto.
Mucha fuerza y valor para ti.Un abrazo, no pierdas la fe.
Muchas gracias, Solita, la verdad es que estoy medio colapsada, ya estoy en un hotel pero la angustia no pasa. Sigue mandandome tus buenas vibras.
EliminarI don't speak Spanish, but I hope your title does not mean you became homeless!
ResponderEliminarIn a nutshell, we had to give up our flat because the owners sold it, we are in a hotel, because of the shutdown, we don't have much saved for renting a new place, and we have credit for this month, and taxes are cming. so, I have no home, but in May I may become that iconic image opf a person who sleeps in her car. Praying that it doesn't come to that.
EliminarHola espero que la situación que tienes que sobrellevar actualmente pase rápido y sin muchos problemas, yo desde mi tranquilidad en España solo puedo desearte buena suerte y decirte que a lo mejor cuando vuelvas yo ya me animado ha escribir ese blog que dije en el anterior mensaje. Mucha suerte y animos
ResponderEliminarDigamos que encontramos algo pero en a renta y el papeleo (y el hotel donde nos estamos quedando) se fue la plata, pero al menos lo de tener un hogar se solucionó. Gracias por los buenos deseos.
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