martes, 26 de marzo de 2019

Por si me echan de menos: Malena Homeless



Este es un aviso oficial de que estaré ausente de las redes próximamente. Puede que esa ausencia dure unos días, unas semanas hasta un mes. Estoy en un estado de incertidumbre desde Año Nuevo y hora es de compartir con ustedes lo que pasó/pasa/pasará. En tres palabras, a partir del 31 de marzo no tengo casa, no sé bajo que techo dormiré y obviamente no sé si tendré acceso a Wifi, Internet, cable, etc.

La ironía es que, gracias a D-s, plata no falta (aunque faltó en un momento). Lo que demuestra que hay veces en que la plata no basta. Reitero lo aprendido en casi 60 años, lo más importante de este mundo es una red de apoyo, de amigos, de gente útil. Los que tienen hijos incúlquenles esa verdad.

Creo que todos saben que desde mi llegada a USA que nuestra intención era mudarnos. Que vivir en el depto. de soltero de mi hermano ha sido muy incomodo para ambos. Por diversas causas la mudanza se dilató y llegué a pensar que JC no quería cambiarse de casa. Algo de eso hay, pero ahora comprendo que su mayor temor ha sido la mudanza y el buscar casas que, realmente, ambos son una pesadilla.

A diferencia mía, mi hermano se saltó el estilo de vida nómada de nuestra madre. Para cuando cobró conciencia de las cosas, ya tenía cuatro años y estaba instalado en la casa en que transcurrió su infancia. A los doce años nos vinimos a USA, y la casa que compraron mis padres fue suya hasta que la vendieron el 2000 (ya para entonces yo y mis padres llevábamos cuatro años en Chile y habíamos llamado hogar a más de cuatro propiedades).

Mi hermano ha vivido en este complejo de edificios por casi veinte años. Cuando se separó de su mujer, se trasladó a un departamento más pequeño (este) en el mismo edificio, desde entonces no se ha movido de aquí. A diferencia mía que en cada traslado he perdido parte de mi vida y que lo que poseo ahora son un par de maletas y unas pocas cajas de cartón, el tiene pertenencias de toda una vida. Hasta un cerdito plástico que le regalaron cuando nació.

En estos días ha visto cosas romperse (incluyendo su celular), ha tenido que botar muebles bonitos y finos a la basura porque ya no son parte de su estilo de vida. Eso lo deprime mucho y eso afecta la toma de decisiones en esta familia. A pesar de que mis 20 años en Chile (ni cuento las mudanzas que viví de pequeña) me mudé siete veces, cuatro con mis padres, las otras tres por cuenta propia, cualquier obstáculo o incomodidad fue superado, reitero, por los magníficos amigos que siempre nos/me ayudaron a hacer más fácil el proceso.

Ahora estamos solos. Mis amistades son gente de mi edad, que no pueden ni levantar una caja. Uno tuvo una operación lumbar en diciembre y todavía se esta recuperando, los otros no están mejor. Es la edad que cobra todo. Yo soy buena para empacar cajitas pequeñas y me he convertido en una experta en armar cajas de cartón gigantes que han reemplazado a nuestro mobiliario, ¿pero levantarlas o alzar un mueble? Out of the cuestión.

Ahora, debo retroceder y explicar cómo es que finalmente decidimos mudarnos. En junio pasado, después que mi hermano llevaba todos estos años viviendo en este sitio, los dueños decidieron vender el departamento. 

Obvio que nos ofrecieron la posibilidad de comprarlo. La pregunta era si valía la pena pagar una suma cuantiosa por un dormitorio, un baño que no funciona, con agua marrón en el baño (lavar el W.C. es una tortura porque cuando lo tienes brillante tiras la cadena y agua color ya-saben que- deja marcas en la loza) y en el lavaplatos, horno que no funciona ¿y recuerdan mis fotos de los carámbanos de hielo del invierno del 2018? Pues el 2019 también me la he pasado sin calefacción. Con eso entenderán que la compra no es ningún negocio.

Nos dieron una extensión hasta marzo y comenzamos a ahorrar con gran dificultad, porque ahorrar se ha convertido en empresa quijotesca en el país líder del Primer Mundo. Pero en diciembre llegó el shutdown (apagón, clausura). Hora de explicar lo que significa esta institución netamente estadounidense porque no he oído de ningún otro país que la posea.

Dos veces al año, el presidente presenta al congreso su presupuesto y su lista de planes para los que necesita platita. Si al congreso le parece una suma excesiva o no está de acuerdo con alguno de los planes presidenciales, le niega los fondos. Entonces al Presi le viene una pataleta y “apaga” el gobierno (shutdown). Eso significa que los ministerios dejan de funcionar, se les da libre a los empleados y se conservan a los mas esenciales. Durante el periodo de cierre, ningún empleado gubernamental recibe paga.

El shutdown fue inventado en los nefastos días de Jimmy Carter. Nunca preocupó a nadie porque los shutdowns solían durar no mas de tres días, pero en 1995, a Bill Clinton le hicieron un shutdown de tres semanas. Ahí me entere de la existencia de esta institución porque para entonces ya mi hermano trabajaba para una organización gubernamental.

En días del presidente Obama hubo un shutdown largo de como catorce días. Los republicanos juraron que si llegaban a la Casa Blanca no habría apagón. ¡Naranjas de la China! Por otro lado, curioso es que cuando el presidente es demócrata se habla que el congreso republicano es culpable del shutdown y cuando se trata de un presidente republicano es lo contrario. Ni apruebo todas las gestiones de este gobierno, ni el famoso muro que más problemas acarreará que soluciones, pero la retórica política de ambos bandos obliga a desconfiar del lenguaje.

Lo histórico de este shutdown fue su duración, más de un mes, 35 días para ser exactos. Durante ese tiempo no hubo personal para impedir que se expulsase a gente de sus casas porque no funcionaba el Ministerio de la Vivienda. No hubo inspectores para aprobar los alimentos en los mercados, en un momento hubo que mandar a recontratar a los empleados en receso porque no había personal para procesar los retornos de los impuestos. Hubo atrasos horribles en los aeropuertos debido al cierre del Ministerio de Transporte. Ahora se dice que el accidente del Boeing pudo haberse prevenido si no hubiese habido un retraso en la salida de un estudio que alertaba sobre la mala condición del avión.

El FBI tuvo que detener sus pesquisas, los guardaespaldas del presidente estaban impagos. Ohhh, pero el presi, sus ministros y todo el aparato político de ambos partidos si recibía sus chequecitos regularmente. Por eso, a fines de la primera semana del shutdown, cuando Washington estaba bajo una gran nevada, un grupo de políticos demócratas se fue a la Isla del Encanto a broncearse en las playas y a apoyar el debut de Hamilton en Puerto Rico.

Lo extraordinario es como la prensa evitó por tres semanas hablar del tema del shutdown. Se lo mencionaba de paso (y hablo de la prensa demócrata) como si fuera un incidente aislado que solo afectaba a ocho gatos. Se decía que solo afectaba a 80.000 personas. Falso. Esas 80 .000 personas tienen parejas, tienen hijos, tienen dependientes. Se descubrió que negocios que viven de esos empleados tales como bombas gasolineras o restaurantes se vieron semi paralizados. Los estudios hablan de pérdidas de seis billones.

Lo peor fue como afectó esto al ciudadano medio. Se descubrió de pronto que en Estados Unidos la gente no tiene ahorros. ¡Oh sorpresa! porque no se puede ahorrar. Que la mayoría de la clase media vive de cheque en cheque, que la gente más afectada por el shutdown no son oficinistas o ejecutivos sino los porteros, los encargados de la limpieza, los que sirven el café, los guardias de museos y hasta los guardabosques de parques nacionales como Yellowstone donde por un mes se acumuló la basura invitando a roedores y otras pestes.

Enero fue un mes infernal, hacía tres años que no me sentía tan mal. Nuestros ahorros se fueron, se acercaba la fecha de expiración de nuestro contrato de arriendo. No podíamos buscar casa, no podíamos planear, las ideas mas peregrinas comenzaron a parecer soluciones desesperadas. Dormir en el auto, irnos a un refugio.

Ahí descubrí que los refugios de desamparados le cobran a quien tiene algún ingreso, entre 80 y $100 por noche. Parece grotesco, pero es que, en Nueva York, los refugios son un negocio privado. Parece grotesco, cuando un hotel decente con baño privado, wifi gratis y desayuno incluido cuesta $50 o $60 la noche (eso sin estacionamiento), pero todo hotel exige una tarjeta de crédito y las nuestras estaban casi al rojo.

En medio de tanta buena noticia, colapsé. Fue algo incontrolable, dejé de comer, me deprimí y de pronto sin explicación me venía un sueño atroz y tenía que dormir. Comencé a invernar como los osos. No tenía energía para nada. Muchas de las cosas que publiqué en mis blogs las había escrito o comenzado a escribir en diciembre.

Por un mes no hablé con nadie, solo me comunicaba por correo o por FB. Sentía que si no estaban siendo afectados por el shutdown (y gracias al Cielo no lo estaban) mis amigos no podían entender y solo los iba preocupar.  Por Whatsapp seguí con mi querido Gatito Memo que me ha apoyado todo este tiempo y con mi gente de Chile, mi Angelita a la que sigo importunando sin piedad y el Dr. Medalla al que le mando sus ladrillazos al otro extremo del continente.

Para salir del marasmo decidí que, si me había convertido en un pájaro raro, o una especie de leprosa, debía buscar una colonia para estar con esa gente. Poco a poco, fui encontrando prensa alternativa y canales de televisión locales que se preocupaban del suceso y de los afectados. Así descubrí que había gente en peor estado que yo. Madres solteras que tenían que explicarles a sus hijos que iban a volver a ser homeless. Mujeres agobiadas por llamadas de cobradores. Nanas que perdían empleos porque sus patronas no tenían como pagarles. Parejas que una vez se ufanaban de trabajar para el gobierno y ahora enfrentaban incertidumbre. Un factor común es que estos afectados no eran blancos.


Aunque me moleste hablar de raza, los medios no se cansaban de hablar del color de piel (algo que en mi época era de mal gusto) y usarlo para promocionar a los ídolos mediáticos del momento: Tamika Mallory, Kamala Harris, Ilhan Omar y Alexandria Ocasio-Cortez. Eran ellas las que aparecían en portadas de periódicos y en las noticias del prime time. Ellas, y no mis hermanas leprosas.

Ok, es innegable que son guapas y carismáticas y que representan, como decían los medios progres,  el triunfo de “Women of Color”.  ¿Pero por qué ellas tenían la cámara pegada al morro cuando otras mujeres de piel oscura no sabían cómo iban a poder pagar rentas, deudas y comida para sus hijos?  

Para ser justos, AOC fue a la única persona a la que oí decir (Creo que fue su discurso inaugural) que el shutdown no era ‘normal”, que no era normal que la elite política secuestrara los cheques de ciudadanos que nada tienen que ver con los enfrentamientos entre partidos. Pero luego el shutdown se convirtió para Alexandria en un obstáculo para que tuviera su propia oficina, en atrasos para la llegada de su computador, y en un impedimento para asistir al Festival de Cine de Sundance.

Fue así como sufrí la misma ola de desconfianza que me hizo ver que la elite política chilena estaba distanciada de la realidad de sus votantes. Aquí en el Primer Mundo las cosas eran iguales y ni a la elite política ni la mediática les importa un carajo el mundo de los que no son sus semejantes.

Ahora lo estoy viendo en el caso de Venezuela. Entre los demócratas hay gente que se opone al régimen de Maduro (Bernie Sanders, Bill Clinton); otros que lo apoyan (Ilhan Omar) y otros cautelosos como AOC que reconoce la crisis, pero teme pronunciarse.  En cuanto al americano medio, a duras penas sabe dónde queda Venezuela.

Volviendo a mi malaise. Por suerte el shutdown acabó (aunque se habla de otro para el otoño) a fines de enero, y dos semanas más tarde a mi hermano le pagaron. Eso significó que teníamos dos meses para buscar un hogar. Lo primero que se hizo fue rentar un galpón para llevar nuestras cosas. Ósea estuvimos de mudanza, porque hay otra cosa que aprendimos este invierno. Como dice Google cuando uno recién comienza a buscar compañías de mudanza: “si puede mudarse por su cuenta, hágalo”.

En la última década, las compañías de mudanza en este estado son una estafa mayúscula. Cobran por llevar una mesita una cuadra de distancia lo mismo que si llevan el menaje de una casa de cinco dormitorios a Rhode Island, mínimo $4,000 (dos millones de pesos chilenos) y mas encima, al final salen conque uno les debe por ‘Horas extras, gasolina extra, etc.”. Eso si no se accidentan y te demandan.

El problema es que mi hermano trabaja y tiene poco tiempo. Además, por increíble que parezca lleva seis semanas cargando de a veintitrés cajas en el auto y todavía le quedan libros para llenar veinte cajas más. Por fin descubrimos que su biblioteca (y eso que vendió la mitad para costear mi viaje a America) contiene mas o menos 5,000 volúmenes. Yo en dos años en Usa he acumulado una minibiblioteca de veinte volúmenes, que cupieron en dos cajas, más tres cajas de ropa (sin contar mi vestuario de verano que llenó dos bolsones y que se fue a la casa de mi hermana).


Como si nos sobrara el tiempo, había que buscar casa. De eso me encargué yo, pero una cosa son las fotos del sitio web y otra la realidad. Con $5,000 libros no podemos vivir en 800 pies cuadrados, y los deptos. son ratoneras. Los pisos grandes, los antiguos o están en barrios peligrosos o muy lejanos y los de aquí cuestan un ojo de la cara, y piden que se pague tres meses de renta (sin contar comisiones y otros gastos). Ahí  tienes que pagar $400 para que te investiguen y descubran si has hecho algo que no le guste al comité que maneja los edificios.

Ohhh y se me olvidaba, ¡A comienzos de marzo se echó a perder el ascensor! Cuatro días sin elevador y en un sexto piso. Mi pobre hermano no dejó de trabajar ni un día, pero le era imposible bajar cajas. Tampoco subir comida, tuvimos que recurrir a nuestros enlatados para emergencias. No nevó ni en diciembre, ni enero. Vino a nevar al final del invierno. De hecho, fui a ver una casa en medio de hielo y recordé lo divertido que es andar resbalándose sobre suelo congelado.

Finalmente, el tiempo se acabó. Pasado mañana vendrán un par de perfectos desconocidos con un camión a llevarse los muebles más pesados y en la noche, D-s mediante, me voy a un hotel. Mi hermano se queda hasta el domingo,  limpiando y empacando las ultimas pertenencias. Y ahí volvemos a estar en un limbo.

Aunque hay hoteles buenos y baratos, la cosa cambia si buscas uno con garaje. Luego abril es mes de vacaciones y las tarifas suben. Por dos semanas, un cuarto con dos camas (baño privado, garaje y desayuno incluido) nos ha salido arriba de dos mil dólares. Si tenemos que seguir viviendo en hoteles, estaríamos gastando arriba de dos millones chilenos al mes, y no somos millonarios.

Así que el futuro se ve color de hormiga. Para colmo, mis días de televisor de dos mil canales expiraron. Con suerte tendremos cable básico, nada de televisión satelital y solo los establecimientos muy pirulos ofrecen premium, ósea no hay manera que vea “Juego de Tronos’ Confieso que estoy tan cansada, tan atontada, que no me importa. Más me apena perderme “The Spanish Princess”.

No sabemos cuánto tiempo pasaremos fuera. Yo me llevo conmigo una valija, dos bolsones de esos para weekend y mi laptop Sansa, la Tablet Melisandre y mi celular. En el celular puedo hablar con los amigos en la Unión Americana y llamar a Chile si hay necesidad. Mi pobre Melisandre está como siempre en las últimas. Tengo que reinstalar su Whatsapp en mayo. Pero entretanto todavía puedo oír la voz de la gente en mi lista, puedo leer mi correo y revisar FB y Messenger, pero es lenta y a veces los mensajes no llegan.

El problema de mi lap (notebook en Chile) es que, aunque tendremos un escritorio, prefiero cedérselo a mi hermano que también hace traducciones privadas por lo que su equipo tiene prioridad. Si no consigo otra mesa, voy a tener que escribir en la cama lo que resulta un poco incomodo, así que no sé cuánto me tarde en volver a conectarme con ustedes.

Si me he explayado en casi cinco páginas, es porque hay muchas cosas que no he compartido ni con mi círculo más íntimo. Estaba escribiéndole una larga carta a un hombre que veo como un hijo, y es tan sabio que no se molesta en participar en redes sociales. A medida que escribía me di cuenta de que mucha gente a la que le importo también merece un recuento y como a lo mejor no tenga tiempo para responder todas sus preguntas, preferí hacer este blog gordito para que sepan porque no me verán tan a menudo.

Como siempre pido las mejores vibras y de parte de los creyentes, una oración para que todo nos salga bien y pronto volvamos a estar juntos, aunque sea solo en una realidad virtual.


6 comentarios:

  1. Malena espero que el panorama cambie muy pronto favorablemente para uds.
    Es increíble pensar en esta "oscuridad" en que has estado viviendo en el que se supone es "el mejor país del mundo" lo cual es una falacia, pero una siempre piensa que hay mas oportunidades para todo, pero veo que allá las cosas son tan caras como acá. Dicen que lo malo viene todo junto y que luego se vienen puras cosas buenas, espero que con la llegada de la primavera la situación de ambos se arregle y encuentren un lugar agradable y cómodo para ambos y que sea muy, muy pronto.
    Mucha fuerza y valor para ti.Un abrazo, no pierdas la fe.

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    1. Muchas gracias, Solita, la verdad es que estoy medio colapsada, ya estoy en un hotel pero la angustia no pasa. Sigue mandandome tus buenas vibras.

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  2. I don't speak Spanish, but I hope your title does not mean you became homeless!

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    1. In a nutshell, we had to give up our flat because the owners sold it, we are in a hotel, because of the shutdown, we don't have much saved for renting a new place, and we have credit for this month, and taxes are cming. so, I have no home, but in May I may become that iconic image opf a person who sleeps in her car. Praying that it doesn't come to that.

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  3. Hola espero que la situación que tienes que sobrellevar actualmente pase rápido y sin muchos problemas, yo desde mi tranquilidad en España solo puedo desearte buena suerte y decirte que a lo mejor cuando vuelvas yo ya me animado ha escribir ese blog que dije en el anterior mensaje. Mucha suerte y animos

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    1. Digamos que encontramos algo pero en a renta y el papeleo (y el hotel donde nos estamos quedando) se fue la plata, pero al menos lo de tener un hogar se solucionó. Gracias por los buenos deseos.

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