Más allá de
memorias históricas, España se puede enorgullecer de un rico y vetusto pasado
que pocas veces se retrata en pantalla. En medio de su experimentación con
variadas fórmulas, el period piece ibero no fue ajeno a la influencia de
la serie-fenómeno de esta década: “Juego de Tronos”. En vez de dragones, se prefirió
apostar a intrigas cortesanas de la historia española. Algunas resultaron obras
de arte, otras se quedaron en la estacada.
Moros, Hunos y
Cristianos
No fue la saga de
HBO la que impulsó por primera vez el interés de la televisión ibérica por lo más
recóndito de su historia. En mi recorrido ya he mencionado todas las series que
giran alrededor de la Guerra de la Independencia (¿por qué ninguna sobre las
Guerras Carlistas?) y a fines de los 70, satisfaciendo ese gusto por unitarios,
surgió “El juglar y la reina” una serie de dramatizados sobre la España
medieval.
En los 90 hubo
dos experimentos muy curiosos. Uno fue la coproducción con la RAI llamada “Réquiem
por Granada” que yo creí era algo sobre Federico, pero resultó ser la historia
de Boabdil. Mas interesante les quedó el cuento en “Isabel”.
El otro experimento—esta
vez una producción franco-española—fue la adaptación de Le revoltes des
nonnes (La revuelta de las monjas) de Regine Desforges que se convirtió en
la miniserie “La hija de los lobos” (1991). Yo la vi a trompicones, estando ya
en Chile y más que nada porque reconocí a mi querida Marisa Berenson.
En la Galia del
Siglo VI, una familia de hunos es diezmada por los lobos. Solo sobrevive Vanda
(Laure Marsac) que es criada por los lobos con quien establece un extraño
vinculo. Vanda es rescatada por Romulfo y su frágil hermano Albino (Edouard
Hastings) y llevada al Convento de la Santa Cruz en Poitiers. La fundadora del convento, Santa Radegunda
(Berenson) adopta a Vanda que crece entre monjas sin desear ser una de ellas.
Pasan todos los clichés de películas medievales: hay pestes, hay guerras, hay
matanzas de judíos, a Vanda la acusan de bruja, etc. Albino estudia medicina
con el judío Moisés y se enamora de Vanda.
Cuando Radegunda muere,
las monjas se rebelan negándose a aceptar una abadesa impuesta por un hombre (San
Gregorio de Tours y este fue un hecho histórico). Finalmente, Vanda y Albino se
declaran su amor y se van con Moisés a España. Ese fue el único nexo con España
de toda la serie que de todos modos tuvo la gracia de mostrarnos como se vivía
en el reino de los francos (cuatro siglos antes de Rollo y Gisela) en la Edad
de las Tinieblas.
De Viriato a
Alfonso el Sabio
Como ya les he
contado, la primera década del Tercer Milenio fue dedicada, en España, a la
memoria histórica ósea al Siglo XX. “Águila Roja” sería el primer intento (mal
hecho) de viajar al pasado y ver como se podía ser un héroe de comic en el
Siglo XVII. Seria en la Tercera Temporada que Antena 3, rival de RTVE, decidió
intrincarse por senderos históricos aun no hollados por pies de camarógrafos.
Así nació “Hispania: La Leyenda”.
En Bambú, una
productora que apenas llevaba cuatro años de fundada, se les ocurrió construir
una serie alrededor de Viriato, el mítico líder lusitano que al vencer a los
romanos creó un proto héroe español. Solo Antena 3 (que comenzó negándose)
aceptó el proyecto. La sorpresa es que tuvo un rating bastante alto. Los
motivos fueron los siguientes. Nadie sabía nada de Viriato (Roberto Enríquez) así
que el público feliz creía que aprendía historia mirando la pantalla.
Pronto los
espectadores se enteraron de que no era así cuando comenzaron a surgir críticas
por el poco rigor histórico que afectaba a la serie. La producción apuntaba a un
catedrático al que supuestamente pagaban para que asesorara a los guionistas.
El pobre hombre admitió públicamente que en un relato de ficción no había mucho
espacio para la realidad.
Otra causa de la
popularidad de la serie era que los parlamentos de los alzados, y que eran el presentismo
mismo, sonaban mitad panfleto anarquista mitad discurso del PSOE, y que Viriato
y sus compañeros parecían guerrilleros modernos. No es culpa de ellos, ya en su
día Alfonso Sastre comparó a Viriato con El Che Guevara.
A mí, aparte de
lo anacrónica y poco histórica que era—a muchos les daba risa que los lusitanos
se llamaran “Héctor” y “Darío”— me irritaba “Hispania” porque sufría de
la misma falla de “Spartacus: Blood and Sand” (a la que imitaba
desvergonzadamente). Los romanos, sin excepción de sexo ni clase, eran deleznables.
Así no se puede ver algo de manera objetiva.
Ya para la
tercera temporada el público se estaba cansando y prefirió irse a ver “The Walking
Dead” obligando a clausurar la producción. Pero en Bambú no escarmentaban. El
2012 sacaban un spinoff llamado “Imperium”. Querían usar al villano Galba de” Hispania”
y crear una nueva “Roma”. Sus ambiciones no cuajaron y esta espantosa secuela
acabó al sexto capitulo.
Ese mismo año,
Boomerang que pronto daría una sorpresa con “El tiempo entre costuras” lanza a
la pantalla (y realmente fue un impacto por lo mala) “Toledo Cruce de Destinos”.
No es una coincidencia que aparezca tras el debut de “Juego de Tronos” y el de”
Isabel”. Es momento de ver como se juega
a la intriga en una corte española. Escogieron la de Alfonso X en Toledo y
trataron de crear una corte como la de los Baratheon con un magistrado tipo Ned
Stark, Rodrigo Pérez de Ayala (Eduardo Farelo) con hija boba e hijo rebelde que
se enamoraba de quien no debía (una mora)
Había príncipes a
lo Joffrey y a lo Rhaegar ósea megas irresponsables. Mas irresponsables fueron
los guionistas que se pasaban la historia por la ingle. Alfonso (Juan Diego) parecía
Churchill, más preocupado de ocultar un infarto que de ser “Sabio”. Había
estado casado antes, sus nueve hijos se redujeron a dos que alternaban edades y
derechos de primogenitura. Y el mayor pecado de Alfonso era … ¡el adulterio!
Really? ¿En el siglo XIII? Esto ya no era Cruce de Destinos sino Cruce de
Desatinos.
Pero el mayor error
como siempre fueron los anacronismos, comenzando por falsas tolerancias y
estereotipados e irreales judíos y musulmanes. Martin (Maxi Iglesias) hijo del
Magistrado se enamora de Fátima (Paula Rego) su compañera de aula. ¿Ósea de
cuando una doncella musulmana iba a clases en una escuela cristiana en el siglo
XIII?
Espérense que Abraham (Alex
Angulo) andaba comiendo en casa de Rodrigo sin importarle los jamones que había
en la mesa y las licencias históricas llegaban al punto de decir que la Orden del
Temple ya era extinta. ¿Como y a quienes quemaría Felipe el Bello cincuenta
años más tarde?
Luego intentaron
inventarse un misterio a El nombre de la rosa. Unos insolubles asesinatos
en una Escuela de Traductores que señalaban como sospechosos a (¡oh, sorpresa!)
a los judíos. Por suerte este enredo solo duró una temporada. Lástima, más
merecía Alfonso el Sabio que este cuento que más se parecía a “Águila Roja” y a
las” Aventuras del Joven Merlín” que a” Juego de Tronos” o a “Los Tudor”.
Juego de
Tronos a la española
Las que si se
parecía a estas series iba salir a la luz pública en septiembre del 2012.
Creada por Diagonal Tv, la misma de “Amar en Tiempos Revueltos” y “La Señora”,”
Isabel” vino a llenar un espacio necesario y a cambiar la percepción de la
ficción histórica televisiva. No es que Isabel la Católica no hubiese sido un
personaje más de ese género, pero ahora ya no era un apéndice del cuento de
Colon y las Indias, ahora era la protagonista de su propia historia.
No es que antes
no hubiera historias que tratasen los problemas de la monarquía. Ya vimos el
descalabrado retrato de Alfonso El Sabio en “Toledo”, la descripción del
rufianesco Felipe IV en “Águila Roja”, y en “La Princesa de Éboli” (2010) vimos
un Felipe II bulímico, celoso de una Belén Rueda que solo estaba ahí para
quitarse la ropa.
En “Isabel” teníamos un retrato honesto y objetivo de quien
la historia santifica a la par de demonizarla. Michelle Jenner me sorprendió,
Rodolfo Sancho me quitó todos los prejuicios que tuve contra él anteriormente,
la serie me enamoró. Ya he escrito mucho sobre ella, incluso sobre lo que me
disgustó, léase lo que hicieron con La Beltraneja. Sin embargo, sigo pensando que fue un acierto
genial. Que esas tres temporadas acabaron de convencerme de que en España se
puede hacer ficción histórica de categoría.
Debo decir, y
esto no es en denuesto de “Isabel”, que esta serie le debe bastante a “Juego de
Tronos”, sobre todo en la primera temporada donde Isabel es Reina Mendiga,
mitad Sansa, mitad Daenerys, donde Enrique de Castilla pasa a ser Renly, donde
se siente la importancia del juego de ajedrez que los reyes practican con
piezas humanas. Ya en otras temporadas seguíamos viendo como el juego se
ampliaba, la relación de Isabel con sus manos de la Reina, con sus Caminantes
Blancos (los moros) y no tendría dragones, pero sus hijos causaban más
entuertos que Viserion, Drogón y Rhaegal juntos.
A Isabel la
siguió la estupenda “Carlos, Rey y Emperador”. Estupenda porque expandió el
Juego de Teonos por Europa, porque lleno el espacio dejado por “Los Tudor”
porque nos habló de diferentes reinos, hasta nos fuimos con Hernán Cortes a la Nueva
España, pero lamentablemente como ya he dicho en otros posts, en esta gran
serie la metida de pata se debió a la pobreza histriónica de algunos actores.
En los últimos años,
la serie histórica ha cundido en la televisión española, pero los intentos de
darle un rostro autóctono han fracasado. Se involucraron con la BBC para hacer
una miniserie sobre Isabel I y Maria Estuardo: “Reinas”. Doblada al inglés, mal
actuada, con errores históricos…digamos que “Reign” era mejor.
“Al Final del
Camino” quiso desligarse del esquema de “Juego de Tronos” enfocándose en el hoi
polloi que construyó la Catedral de Santiago de Compostela. Ósea, querían hacer
su propia “Catedral del Mar”. Mejor les hubiera ido si se hubieran enfocado en
los juegos de tronos de Alfonso VI y de su hija Urraca de León, un personaje
fascinante.
Al parecer el
Juego de Tronos se queda en manos de productores anglosajones o alemanes (“Maximilien”
fue un buen ejemplo). Eso si Michelle
Jenner dejó la puerta abierta para que otras actrices hiciesen de Isabel la
católica. Ahí tuvimos a Alicia Borrachero enlatada en su armadura en “The
Spanish Princesss” y Aitana Sánchez Gijón también ciñó corona en “Conquistadores”
la miniserie de Movistar que pretendía en ocho capítulos, narrar la epopeya de
la Conquista de las Indias.
Movistar es
incorregible y el año pasado ya sacó otra parodia de drama de época. Se trata
de “La Peste” un cuento de prostitutas y protestantes que batallan inquisidores
y la bubónica en la Sevilla del Siglo XVI. Por lo que he visto es un veritable
“Lecho de Pulgas” no solo porque los personajes parecen fugitivos de Flea
Bottom sino por las pulgas que portan inocentes ratas. Y esta nueva temporada se enfocan en el hampa
sevillana y su mafia “La Garduña”. Es
que el juego de tronos también se practica en las bajas esferas
Yo creo que la
televisión española ya ha quedado curada de espantos con eso de jugar a los
tronos con piezas sacadas de la verdadera historia peninsular. Por ahora
prefiere concentrarse en los period pieces más simples tipo “la Otra Mirada” o
el longevo “Secreto de Puerto Viejo”. También creo que en días de Pedro Sánchez
no habrá nada parecido a “Isabel”, pero si alguna vez se llega cambiar de gobierno, les contaría
que hay muchos recovecos de la historia española, mucha intriga cortesana que
merecen ser convertidos en programa de televisión.
Mis Juegos de
Tronos Favoritos
Mi querido Gatito
George nos preguntaba por qué no se hace nada sobre El Cid. Pues porque como
personaje histórico, Rodrigo Diaz de Vivar, es muy aburrido. En cambio, el del
romance, el legendario, ese si merece serie con todos esos mitos que han
perpetuado el arte, la literatura clásica y hasta Hollywood: el duelo con el
suegro, la Jura de Santa Gadea, los Infantes de Carrión.
Ahí tenemos
luchas fratricidas, muchos reyes, muchos juegos de tronos. De Doña Urraca de León
se decía que tenía amores con su hermano Alfonso. Ahí tenemos a Cersei. El Cid
no peleaba con dragones, pero si con leones que todavía los había en la España
del Siglo XII.
Pero si realmente
queremos corte, intriga, y reyes que se tambalean en sus tronos o se aferran a
ellos., Hace rato que Carlos Hechizado necesita de una reivindicación. Me
encantaría conocer su saga, la de sus esposas, su madre, su corte, etc.
Pero el mejor de
los juegos de tronos se dio en el Siglo XIX y duró más de cincuenta años. Imagínense
una serie que cubra desde la muerte de Fernando VII hasta la Restauración
Alfonsina. Ver los escándalos de Isabel II, las Guerras Carlistas, la Primera República
y hasta el reinado de don Amadeo que ni castellano sabía. Y si se teme que no
haya guionista capaz de dar la talla, agárrense el Ruedo Ibérico de
Valle Inclán o los Episodios Nacionales de Galdós. Con esas bases
literarias no pueden quedar mal.
¿Y ustedes, qué
periodo de la historia de España quieren ver en formato de miniserie?
Are they preparing anything new out of these epic series in Spain? The last I saw was Cathedral del Mar and it was amazing (at least until the horrible last three episodes lol) but I still haven't seen the Plague, seems to scary for me.
ResponderEliminarHi Dezmond, nice of you to drop by. I'm afraid the answer is "no". At present, Spanish production companies and Netflix are more into 20 century period pueces where costumes and old cars could be recycled. tHis sort of GOT-like lavish productions are left to HBO.
EliminarSadly, that goes for the rest of Europe too, mostly, no epic series from France, Germany, Austria either, even Russia does not make them as much as before these days :(
EliminarI think it’s lack of money and fear of failure. One problem production companies have all over the world, and that spelled all the troubles that GOT faced on its last season, is this impossible aim to please all audiences. It’s unrealistic. And dealing with the past, especially medieval past leads you to the realms of political incorrection, possibilities to offend the so-called modern sensibilities. Thank Heavens, Game of Thrones didn’t care about that, but that’s one of the reasons why the remake of Shogun was cancelled. FX lacks money for big epics and was terrified of offending Asians. I’m looking at your list of Epic Shows. How many will materialize, how many never did.
EliminarEntre los precursores, no mentaste Pedro el Cruel, de 1989.
ResponderEliminarA mi me gustó mucho, el presupuesto es irrisorio, es prácticamente teatro televisado, pero me parece una mezcla perfecta entre obra Shakespiriana, Yo Claudio, y GoT.
Pedro sin duda es la inspiración de Aerys.
Que periodo histórico me gustaría?
Pues el que va de el reinado de Abd el Rahman III a el de Isabel la catódica.
Son 5 o 6 siglos de los que hicieron nomas 2 series, y ambas me gustaron.
Pero viendo como las series se están convirtiendo en panfletos políticos...