Tres factores me atraían
de La Reina de Belleza de Jerusalén, que estrenó en Netflix en junio: el que cubriese un periodo histórico de más
de medio siglo de Israel; que sus protagonistas fuesen sefarditas; y que
la heroína fuese una mujer cuya hermosura superase las barreras de género que
su época, cultura y religión le imponían. Les aviso que la protagonista no es
ni reina ni bella, ni heroína; que los
personajes sefarditas son tan negativos que mi cultura ancestral pasa a quedar
tan estigmatizada como la de los Satmar después de Unorthodox; y en lo
que historia se refiere…Tendré que escribir un artículo aparte sobre un relato
que en vez de tener lugar en Tierra Santa parece situado en Shanu Traka-Traka
(Ladino para describir un tiempo tan lejano que no se parece a ninguno).
Lo único que
logra esta adaptación de la novela de Sarit Yishai-Levi es reducir todo el conflicto
árabe-israelí a un solo culpable: la derecha israelí. Sin su intrusión, árabes
y judíos (albeit socialistas) vivirían felices bajo el yugo inglés. ¡Ni
los palestinos creen en tamaña burrada! Lo bueno es que los espectadores (la mayoría
israelitas) no saben de historia, no quieren saber o no entienden lo que sucede
porque esta malintencionada adaptación está narrada de la manera más irracional
posible, con saltos de tiempo, con escaso manejo de emociones, incluso con mala
iluminación (es más oscura que Fauda), y pobre dirección.
Cambios sin
Ton ni Son
A lo mejor les
gustará a los ingleses. Al menos el Times de Londres dice que Dafna Prenner, culpable de
esta mazamorra, es una amante de los çustomers
británicos y quería hacer uno. Pues, que pena, porque no le ha resultado. En una
entrevista con Hadassah , Dafna dice que quiso hacer una historia diferente, ”una creación propia”, para ”las legiones
de fans” del bestseller de Sarit Yishai-Levi. ¿Entonces para qué ampararse bajo
el título de un libro cuyos fans se sentirán estafados con cambios que solo
obedecen al capricho egotista de novelistas fracasados?
Veamos cuales son
estos cambios. El mayor, que golpea la
vista a partir del segundo capítulo, son
unos saltos de tiempo que cada un cuarto de hora nos hace retroceder o avanzar
cronológicamente de una manera totalmente esquizoide. Aunque la novela también
juega con los tiempos, ni se le acerca a este desorden que no obedece a ninguna
exigencia dramática. El relato ya de por si complicado se vuelve totalmente delirante.
A pesar de que la
novela tiene dos protagonistas, Luna
Ermosa y su padre Gabriel (Michael Aloni de Shtisel) , Sarit escogió comenzar el libro—como muchas sagas
familiares— desde el punto de vista de la más joven de la familia, Gabriela, hija de
Luna. En un presente indefinido inicia la narrativa de Gabriela, en primera
persona, recordando un incidente de su adolescencia; la muerte de Luna, su
madre. A través de los recuerdos de su hija, Luna emerge como una mujer antipática,
incluso con sus hijos.
Gabriela encuentra
afecto en su abuela Rosa que es la primera narradora de la saga. Tras la muerte
de Rosa, Gabriela cae en una depresión que la enajena más de sus padres. Finalmente,
huye a Tel Aviv a casa de su tía Allegra
(que no aparece en la serie) que le cuenta más detalles de la vida de su
familia y de sus padres. En algún instante de la novela, la autora deja de lado la narrativa en primera
persona y crea un narrador omnisciente que alterna con Gabriela en un cuento
que cubre casi 80 años de historia familiar e historia de la tierra de Israel.
¿Como afectan los
cambios en la serie a los personajes originales? A Rosa la han puesto más
torturada, pero también más dura con su hija; Gabriel es más irresponsable y machista que en
la novela; y Merkada, de ser una
respetable curandera, ha pasado a ser
una fodonga manipuladora que anda consultando brujas. Para colmo, Luna, tan
narcisista que llega a ser asexual y tiene problemas para consumar su
matrimonio, en la serie se vuelve una zorra que se refriega con cualquiera y
pierde su virginidad en el décimo capitulo. ¿Como mejora ese cambio o hace más
querible al personaje? ¿Y qué pasó con Gabriela? Pues hasta ahora no ha aparecido.
¿Rosa ,
Victima o Villana?
La serie ha preferido
comenzar de manera linear en 1917 y usar la perspectiva de Rosa, la madre de Luna.
Esta elección no me parece accidental, porque Rosa es la gran víctima, tanto de sus circunstancias históricas como
del egoísmo de los Ermosa. Sin embargo, la serie intenta y logra convencer a
muchos de que es la villana del cuento. Ahí se entiende lo que provoca una historieta
mal narrada, ¿pero ¿cuál es la intención detrás de este absurdo? Todavía no la
encuentro.
Estamos en Jerusalén,
un año antes de acabar la Gran Guerra. Debido a que el Imperio Otomano está en
guerra con los Aliados, todos los súbditos de sus provincias deben servir en el
ejército. La leva viene a buscar a Rahamin Siton. Sus hermanos, Rosa y Efraín,
intentan ocultarlo, pero los turcos se llevan al desertor. Los Siton son
huérfanos, Rahamin es su único sostén.
Rosa y Efraín van
a la comisaria a suplicar al comisario turco que les deje ver al hermano. Con un lujo de sadismo, el policía permite
esa última entrevista, pero Rosa se encuentra en un patio donde Rahamin ya ha
sido ejecutado. Esta escena horrible de un niño y su hermana de catorce años ante
una horca de la que pende el cadáver del hermano ya nos explica el trauma que vivirán
tanto Rosa como Efraín, y que marcará su
psiquis, a pesar de que es solo la
primera de sus tragedias.
La próxima escena
es en 1919 y necesitamos un poco de datos históricos para poder entenderla. Las
tropas inglesas bajo el General Allenby vencieron a las otomanas en la región.
Tras la capitulación turca, los ingleses se establecieron como fuerzas de
ocupación. Se esperaba que tal ocupación fuese temporal ya que tanto la Declaración
Balfour de 1917 como la Resolución de San Remo— lograda tras una
reunión en esa localidad de la Riviera Italiana en 1920— determinaban que lo que
había sido la provincia turca de Palestina seria ahora un estado judío.
El problema es
que en la población árabe de las antiguas Judea y Galilea se había despertado
un fervor nacionalista que las hacia anhelar una Palestina árabe. Para colmo, y
como ejemplo de la duplicidad británica, mientras el Primer Ministro Balfour
hacia promesas a los judíos, las autoridades militares prometían a los árabes
que si los ayudaban a ganarles a los turcos tendrían países para ellos. En el
caso de Palestina, la población árabe apoyó al ejército británico, todo para descubrir que sus sueños habían sido
traicionados.
La serie no nos explica
esto. Todo lo simplifica en un los turcos se han ido y ahora reinan los
ingleses. La población árabe palestina no es mencionada. Rosa se ha convertido
en la protectora de su hermanito. Ha conseguido trabajo con las autoridades
británicas. No solo limpia, también cocina y aprende a hacer platillos ingleses
como el Kidney Pie. Mas importante, ha aprendido a hablar inglés.
Aunque Rosa nunca se alfabetice—hecho que su simpática hija le echará en cara en este primer capítulo— tiene un don para los idiomas. A lo largo de la serie la vemos hablar en hebreo, ladino, turco e inglés. Cabe preguntarse todo lo que Rosa hubiese podido hacer si la hubiesen apreciado. En cambio, permite que tres generaciones de la familia Ermosa la usen y abusen.
Gabriel y su
Siniestra Madre
Rosa comete el
error de ir a buscar empleo con los Ermosa el mismo día en que el prospero
comerciante Rafael Ermosa celebra el compromiso de Gabriel, su único hijo y
heredero. Gabriel está poco interesado en la fiesta o en su novia. Acaba de
divisar en la calle a una rubia que le ha hecho subir la bilirrubina.
pero se interpone La Fea
Sale tras ella, pero
se le interpone esta fea que le pide empleo. De milagro que el mozo no le aviente
un puntapié. Aparece Merkada, su madre a la que le cae en gracia Rosa, aunque
teme que ahuyente a los clientes con su fealdad. “¡Yo tomo las decisiones aquí!”
le suelta Gabriel, frustrado en su empeño de encontrar a la rubia. Merkada le
responde como respondería mi difunta madre “Tu tomas las decisiones que te
dicte tu madre”.
Rosa se convierte
en empleada de limpieza. Gabriel sigue buscando a la rubia hasta que la
encuentra en Mea Shearim, el barrio
ortodoxo y askenazi de Jerusalén. Se llama Rochel, es de familia jasídica, y atiende
una cocinería para pobres. Resulta que Rochel es tan perra en celo como su
pretendiente y pronto se están empelotando y manoseando con el almacenero en el
almacén de los Ermosa. Pero quien llega a interrumpirlos porque tiene que
fregar el piso, es la pobre Rosa.
Gabriel le lanza una mirada que indica que la quiere freír en aceite de oliva. No
sé si porque les ha aguado la fiesta o porque le ve cara de delatora.
Importa poco
porque el chismógrafo local , Mordoch, el Kurdo, ya se ha enterado de los malos
pasos de Gabriel y corre a contárselo a los Ermosa y a los padre de la
prometida que rompen el compromiso. Gabriel les anuncia a sus azorados padres
que se casa con una desconocida y más encima “una askenazia”. Los seguidores de
Shtisel recordarán que en varias ocasiones los miembros de esa familia
han reaccionado negativamente a uniones matrimoniales entre sefarditas y
askenazis. Esta serie nos dice que lo mismo ocurría en la comunidad sefardita
de Jerusalén, pero como la comunidad judía en toda la región era un 90%
askenazi, parece extraño tanto perjuicio de parte de los judíos españoles.
Eso no parece
molestar a Gabriel que es cómodo. En vez de casarse con ella, se acuesta con
Rochel, y sigue insistiendo en un
compromiso que no llega. Con tanta
rabieta, el pobre don Rafael estira la pata. A Gabriel se le ocurre irse a
America (¿a hacer qué?) con Rochel, pero al ir en su busca encuentra otra chica
sirviendo caldo a los pobres. La muchacha le exige que deje a Rochel en paz o sino
los askenazis (los señala) lo matarán. Vemos viejitos de sombrero negro sentados
en sus mesitas. Esos no matan ni una mosca, pero el primer grupo en recibir
prensa negativa en este cuento aberrante y racista, son los pobres jasídicos. ¿Quién escribió esto? ¿Deborah Feldman?
Merkada le
anuncia al hijo que ha recibido en un sueño la visita del difunto Rafael.
Gabriel ha de casarse, pero con…¡Rosa, la friega -pisos! El bobalicón acepta,
pero como Rosa es taaan fea, no puede hacerle el amor. Tienen que hacerlo “cucharita”
para no verse las caras. ¡Yaaaa! El caso es que nueve meses más tarde, nace
Luna, la mayor de las hijas de esta pareja. Ya el primer episodio lleva media
hora y de pronto pega un salto temporal que nos lleva a 1937.
Mejor dejamos a la novia con la carita tapada
Merkada parece
haber muerto. Los Ermosa tienen tres hijas. El protagonismo cae en la mayor que
es una mocosa impertinente, inútil y más encima… ¡feíta! ¿Esta es la mentada
reina de belleza? ¿Qué pasó con Rochel? ¿Qué
pasó con Efraín? ¿Y por qué lo ingleses
siguen ahí? ¿Y dónde están los
palestinos? Antes de hacer preguntas
inapropiadas pasemos al personaje de la Reina.
Luna , Reina
de las Insoportables
Además de
llevarse pésimo con la madre, Luna anda por la calle, haciendo novillos y en
compañía de su vecina, Matilda Franco, cuyo mayor atributo es ser la querida de un
oficial inglés . La ambición de Luna es ser como Matilda. Su madre se entera
que no va la escuela y anda callejeando todo el día. Exige que Gabriel le
aplique un correctivo.
Gabriel se
encierra en el cuarto de su hija y finge azotarla con su cinturón. Totalmente
ridículo. En una familia sefardita es la madre quien propina castigos corporales
(“con la chancleta” como la llaman los mexicanos) y nunca un hombre golpearía las nalgas de una
hija de dieciséis años. Estos castigos de película porno no entran en nuestra
cultura y menos con una hija adulta. A lo más, la madre la jalaría de las
orejas o le soltaría un sopapo como lo hacía la mía, pero no azotes.
Se necesita de
esta burda escena para reafirmar el que Rosa no quiere a su hija y que Gabriel sí.
En realidad, muestran que Gabriel es un débil que solo le dice a la hija que no
quiere que falte a la escuela. La cínica promete, y al rato se va de pinta y se escapa de noche
para ir a un baile en el club donde un súbdito de su Majestad casi la viola. Es
rescatada por Matilda. Luna es tan mamerta que no cree haber sobrevivido un
peligro. Ella solo quiere ser amada por un oficial como Matilda es amada por James.
Matilda intenta
explicarle a su amiga que, si ella esta con un inglés es por interés, no por
amor. En cambio, Luna tiene un padre rico. Luna no está muy convencida. Va a
entrar a su casa cuando oye alaridos del patio vecino. El Tío Efraín y sus
secuaces están tratando de quemar a Matilda con brea caliente. Luna la rescata
y Matilda le dice que el grupo de Efraín (Irgún o Etzel) quiere que las judías
solo se acuesten con judíos ( WTF?) Qué manera tan pueril de definir los
ideales del Irgún, un grupo paramilitar formado por representantes del sionismo
ultraderechista.
No nos detenemos a pensar mucho en eso porque en el próximo capitulo volvemos a Jerusalén en 1921 donde lo único que importan son los suspiros de Gabriel por su Rochel , las artimañas de Merkada para que su nuera se preñe y el modo en que Rosa es utilizada, humillada y descartada por suegra y marido. Esto toma un cuarto de hora porque de ahí saltamos a 1937. Luna anda buscando un disfraz para la fiesta de Purim que darán los ingleses. Matilda no quiere ir, pero James pide la ayuda de la Niña Ermosa porque planea pedirle matrimonio a su amante durante la fiesta. Como diría Oprah “What?”
En 1937, los
ingleses no hacían fiestas para judíos. El club era un santuario para los
británicos. Hubo escasos matrimonios entre ingleses y miembros del Yishuv. Lo más
cercano fue la relación entre Shoshana Borochov y Thomas Wilkin del CID (la policía británica). Duró
más de una década, pero nunca cristalizó en matrimonio. Aunque se conocieron en
Purim, fue en 1933, no en medio de una guerra. Shoshana recibió amenazas del Irgún,
pero nunca nadie intentó quemarla con brea.
Este intervalo de
quince minutos es interrumpido por un flashback al nacimiento y muerte de Rafaeliko
(hijo de Rosa y Gabriel) en misteriosas circunstancias.
Esto sirve para que veamos a Efraín niño que ha venido a estar con su hermana
de parto. Es triste ver como Efraín reza por su hermana. En cambio, el pecador
Gabriel reza para que nazca un varón, sin importarle la salud de la madre. De ahí saltamos
al presente. Un encuentro con el tío Efraín que demuestra la rabia y desprecio
que Luna siente por su madre y la familia de Rosa.
Quince minutos
más tarde volvemos al pasado. Mientras Rosa tiene que lidiar sola con el dolor
de perder un hijo (a Efraín lo envían a una especie de asilo. Estos Ermosa son
tan caritativos), Gabriel encuentra a Rochel, y aun sabiéndola casada, la hace
su amante. Será Merkada quien tenga que tomar cartas en el asunto, alertar al esposo de Rochel, y empacarlos a ambos a Brooklyn.
Llegamos a los
minutos finales. Fiesta de Purim en 1937. Entra un payaso al club (así de
fácil) y pone una bomba en un cesto de frutas. Luna reconoce al Tío Efraín, No alcanza
a dar la alerta porque el payaso la saca de un ala de la fiesta, salvándola la
vida. La explosión mata a Matilda y a varios más y deja tuerto y amargado a
James, pero eso lo sabremos en el próximo episodio que inicia en 1922. Estos saltos cronológicos continuarán a
través de la serie y serán una de las mayores causas de crítica del público.
Entre Saltos
de Tiempos y Ediciones Forzadas
Antes de que La
Reina de Belleza de Jerusalén llegase a Netflix yo había decidido no
comprar el libro. Quería ser Niña de Verano y disfrutar de la adaptación sin
hacer comparaciones. Lo que si hice fue una survey de comentarios de
lectores en Amazon y Goodreads. Me sorprendieron dos queja comunes: saltos de
tiempo que confunden al lector, y lo
antipático de los personajes principalmente la protagonista.
Llegué a la serie
consciente, entonces, de que los productores y guionistas tenían dos
desafíos: poner cuidado en el uso de los
flashback y humanizar y dulcificar a la protagonista. Sobre los demás personajes... Mal se puede
inyectarles cualidades o proporcionarles mayor sustancia si apenas llegamos a
conocerlos en un contexto especifico puesto que ya pegamos un brinco para
encontrarlos envejecidos quince años más tarde. Mientras luchamos por entender
como los ha cambiado la vida cuando…¡Zaz! Que nos hacen retroceder y reencontrarlos
en otro espacio que más que explicar, confunde.
Estas viñetas no
nos permiten invertir emocionalmente en los personaje, ni comprender sus
circunstancias. El trasfondo histórico y familiar se desarrolla de manera
limitada. A ratos uno se pregunta si le editaron escenas, nos sentimos
perdidos. Por ejemplo, en 1922, Gabriel le comenta a su madre que vio que
compró boletos para Nueva York para él y Rosa y no se los ha dado. ¿Acaso se
iban de viaje y no nos enteramos? ¿Si iba en busca de Rochel para qué llevar a
su mujer?
Cuando la policía
inglesa allana la casa de los Ermosa, Luna empuja a su hermanita Becky por la
ventana y le dice que se refugie en casa de los Franco. ¿Como así si hay guerra
declarada entre las dos familias? Nunca sabemos que pasó con Becky. Otra cosa
que no se entiende. ¿Si Rosa le tiene tanto terror a los crucifijos y Gabriel
asegura que todo cristiano está obligado a convertirlos, como envían a su hija
a un convento?
Mis dudas
encontraron respuesta en este artículo en que dice que Netflix tiene la mala costumbre
de recortar series extranjeras. Es el colmo. Encontré la página de Betaseries, el
servicio que pone los subtítulos en inglés. Ahí muestran que la serie original
tiene 44 episodios de media hora. Netflix los redujo a 20 episodios de una
hora. En los mini resúmenes de cada capítulo descubro cosas que han omitido
como que, al comienzo de su matrimonio, Rosa cocinaba pastelillos que se vendían muy
bien en el delicatesen de su marido. ¿O
sea, hasta en eso ha ayudado a esa ingrata familia? También leí que, en los
primeros episodios, la zorra de Luna se fuga con Billy a Jaffa y que los ingleses tienen que ir en su
busca.
Una Serie
Anti-Sefardita
El libro parece
contener más información que la producción no se molestó en incluir. Yo no creo
en la apropiación cultural y no me molesta ver actores que no son judíos o
latinos interpretándolos. No hago coro a los que se quejan de que no hay
sefarditas en La Reina de Belleza, pero no puedo dejar de notar que mi
gente es retratada de la peor manera.
La pobre Rosa es
una enferma mental, posiblemente a causa
de una vida de tragedias. Los Ermosa son una familia de malvivientes. Gabriel
es un pelele que trata mal, y hace mal a
todas las mujeres con las que copula, hasta la bailarina del vientre con la que
se acuesta en Beirut. Por un lado, es un bobo que es estafado por un kurdo, por
otro, en conjunto con su madre, se convierte en el verdugo de Rosa y hasta le
da un mal ejemplo a Luna, porque la chica ha heredado los defectos del padre.
Manipuladora,
mentirosa, irresponsable, Luna es un espejo de las fallas paternas. Incluso su
mala relación con la madre comienza inexplicablemente a los tres años a pesar
de que Rosa se desvive por ella. Tal animadversión puede atribuirse al ver como
la abuela y el padre constantemente ningunean a Rosa. La misma Luna saca
ínfulas clasistas para despreciar a su madre.
Otra cosa que me
ha sorprendido de la serie es que, aunque se hace mucho hincapié en el poder económico
de los Ermosa, estos viven como mendigos. ¿Como es que son vecinos y comparten el patio
con los Franco a los que miran como indigentes? ¿Quién limpiaba la casa de los Ermosa antes
que llegase Rosa? ¿Por qué Gabriel, en
vez de meterse en negocios absurdos o gastarse la mesada en mujeres y opio, no le puso una criada su mujer?
Todos dicen que
Luna es una Ninya de Kasa Alta, como decían en Club Estambul,
pero es muy diferente a la Matilda de esa serie a la que le traían los zapatos
de Paris. O la Oshi de Novia Que Te Vea que, aunque su padre tuviese un
puesto de ropa en la Lagunilla, vestía a la última moda y tenía mucama de cofia.
Es triste decirlo, pero el retrato que Beauty Queen of Jerusalem hace de
mi gente es como si los sefarditas fueran unos miserables tanto en su manera de
ser como en su estilo de vida.
Contenido
Violento o Gory: Maldades
de la Irgún, explosión en un club inglés, asesinatos de árabes inocentes; solo
en el capítulo diez vemos la violencia de los árabes.
Contenido
Sexual: Muchas escenas de cama y desnudos de
espalda de Michael Aloni
Contenido
Feminista: Mal se puede
llamar feminista una historia donde las mujeres, aun las de la misma sangre,
son enemigas; donde los valores del patriarcado los imponen
la madre y la suegra: donde Gabriel es un magnífico ejemplo de cómo un hombre
puede llevar la vida del oso aprovechándose de la posición importante que le
otorgan un par de testículos.
Me ha sorprendido
ver que en el libro toda la comunidad sefardita se hace lenguas de que Gabriel Ermoza
tanto ama a Luna que cuando ella era bebé hasta le cambiaba los pañales. En la
serie, Rosa es la única que siempre está trabajando como hormiga mientras su
suegra, y luego sus hijas, viven arranadas. Cuando Rosa ya no aguanta más
de tanto trabajar y cuidar a dos crías, vemos a Gabriel drogado en el patio
riéndose “si tuviera tetas, te ayudaría”. Primero creí que era una alusión al
acto de amamantar. Luego caí que el personaje consideraba que el cuidado de los
hijos solo puede hacerlo una mujer.
Rosa comienza a
perder la razón. Su soledad, su falta de descanso alargan la depresión
postparto que la aqueja. Me dio rabia que en esta reseña tan superficial se
expresara admiración por el modo en que la serie trata ese trastorno. Lo
presentan como si fuese culpa de Rosa, como si fuera una manera de manipular a Los
Ermoza y obligarlos a aceptar a su hermano Efraín. Será este personaje, que la serie hasta ahora nos ha mostrado como
villano, quien sacará a su cuñado del closet de los machistas.
Gabriel odia a Efraín
no por ser alcohólico (mal puede si él ingiere drogas), ni por ser desobligado.
Lo que no soporta es que le cante sus verdades, que demuestre que es un mal
marido, un abusador, un cómplice de la madre en el martirio de Rosa. Cuando
Gabriel juega a ser el hombre honorable que reclama la vergüenza de tener a su cuñado
follando (sonoramente) a la vecina, Efraín le recuerda la querida que tiene en
el Líbano.
Mi momento
favorito de la serie es cuando Merkada enfrenta a Gabriel que habla pestes de Victoria
y le recuerda que la vecina no es peor que la “putana” de Rochel. Cuando Gabriel
protesta, su madre le enrostra haber seducido una mujer casada y haberse
revolcado en la tienda de sus padres a unos pocos metros de donde dormían su
esposa e hija. Ahí nos damos cuenta de que Gabriel, en su hipocresía, destruyó a Rochel, su reputación y felicidad.
Recordemos que este mini atisbo de feminismo ha sido escrito para la serie. No
hay romance entre Victoria y Efraín en el libro puesto que el marido de la
vecina está vivo
Factor
Diversidad: Este es el
punto más negro de la serie. El Mandato fue un crisol de razas regido por toda
una elite de funcionarios y militares británicos secundados por sus familia. Lo
único que nos muestra la serie son cuatro oficiales comandados por James. Es
cierto que la fuerza militar no era tan grande como la de otras colonias del
imperio, ¿pero no tenía James algún otro lugarteniente para espiar a Luna, que tenía que él que andar escondiéndose por
los callejones?
La población judía
que aumentó en los Treinta con un influjo de refugiados del nazismo es
representada por un puñado de sefarditas; dos o tres jasídicos, la mayoría menesterosos; y mucha mención de sionistas askenazis, pero
solo los vemos en fotos. El Señor Zacks , patrón de Luna, se identifica como Yekke
(término despectivo para los refugiados alemanes), pero ni sabemos cuándo ni cómo
llegó a Jerusalén. Acabo de caer en que todos los miembros del Irgún son
retratados como sefarditas. ¡Muchas gracias a todos los mamzerin que escribieron
esta historia!
Por último,
hablemos de la población autóctona. Aunque libro y serie gustan despreciar a
los kurdos (no sé por qué) son los únicos de las poblaciones del Levante que
aparecen en el cuento, donde ni se mencionan a los beduinos ni a los drusos en Jerusalén.
Los árabes, que hoy se llaman palestinos,
aparecen en tres aspectos: los perezosos que se drogan con Gabriel en el Zouk: los saqueadores de la casa de Los Ermosa; y el fiel Mustafa. Este es un criado de Los
Ermosa cuya misión parece ser cargar bultos, ser sobornado por su patrón para
ocultar los encuentros de Gabriel con Rochel, y pasear
a Merkada en burro. Cuando el Irgún
decide matar a un pobre palestino inocente como retaliación por la muerte de un
judío, le disparan a uno con un burro que resulta ser…¡primo de Mustafá!
El espectador indocto
no sabe cómo estos inocentes burreros , diez años antes se volvieron bandidos,
saqueadores y violadores . No hay mención del Muftí ni de las clases altas que
dominaban a la comunidad árabe, ni de la clase media acomodada compuesta por
intelectuales y militantes nacionalistas.
Incluso la visión
del Medio Oriente se reduce a convertir a Beirut en un burdel donde los
sefarditas ricos pueden ir a drogarse y acostarse con prostitutas. Realmente
esta serie se las arregla para ofender a todos los involucrados. En mi próxima
entrada, intentare ofrecer un poco de la historia y geopolítica de la región y
de los tiempos que The Beauty Queen of Jerusalem pretende describir.
I wonder why Netflix decided to air it, but then again Netflix does not really have standards LOL
ResponderEliminarI cannot tell what the criteria is for foreign films. They buy them to fulfill a quota or to have a more varied content, but Netflix pays no attention to them or who watches them. They bought this one because it is the most expensive production made in Israel (although you can’t tell at a glance); because it was a hit there (again major WTF?) and because it is based on a bestseller. Then they leave it there unannounced, no publicity at all.
EliminarThis applies even to their own productions. Take “Jaguar,” they made it, they showed it, they left it in a cliffhanger, but apparently there will be no season 2. Now, Netflix is not the only one. Look at all the hype surrounding The Time Traveler’s Wife, and less than a month after it finished, HBO announces there won’t be a second season. What a slap on the face of those who watched and liked it.