Hago confesión pública, no me lapiden. ¡Soy una streaming whore! Por ver esta adaptación del bestseller de Annette Hess, me uní a Hulu, lo que implica entrar por la puerta trasera al Club Disney. Lo terrible es que he encontrado tantas series buenas que todavía no puedo arrepentirme.
Cuando mi hermano
me subscribió a Apple, Viaplay (una desilusión total)y a Chaiflicks, me ofreció
subscribirme al paquete de Disney (que te da acceso a todas las plataformas
Disney, ESPN, Hulu y FX). Yo me negué, argumentando principios morales en contra del
mal usado legado del Tío Walt. Mi hermano se subscribió, aunque él hace
streaming desde su computadora.
La carne es débil
y dos meses más tarde, le pedí compartir la clave. Es que el boicot siempre
opera en contra del boicoteador. Fue después que vi anunciada esta miniserie
que tomé una decisión que en un mes me ha llenado de satisfacciones.
Ver el primer
episodio me hizo entrar en la oscura Tierra del Olvido de una manera tan
diferente a como lo hacen las series americanas. Ver como en 1963, la sociedad
alema tuvo un rudo despertar de recuerdos que habían enterrado como la avestruz
entierra su cabeza, ya me enganchó
totalmente.
Estamos en
Frankfurt en diciembre de1963. Eva Bruhns es una veinteañera que vive junto a
sus padres y hermanos en los altos del restaurante de la familia llamado La
Casa Alemana. Una tarde de domingo en que Eva espera ansiosa a su novio Jürgen,
un chico millonario que viene a pedir su mano, recibe una llamada urgente de su trabajo.
Eva es una
secretaria bilingüe que traduce al alemán o polaco documentos comerciales. Esta
vez la han llamado para servir de interprete de un señor polaco de aspecto
humilde. Eva traduce llena de sonrisas “Nos
hicieron decorar las ventanas y llegaron
a la hostería unos invitados soviéticos que fueron expuestos a iluminación. Al
día siguiente estaban todos iluminados”. Eva termina muy satisfecha de su labor
y se sorprende que los presentes la miren con incredulidad. Admite no entender
la terminología del polaco.
Le traen un
diccionario y se sorprende al descubrir que “decorar” era “sellar”, los “invitados” son “prisioneros”
e “iluminación” “es “gas”. No entiende lo dicho y cuando interpela a un
americano presente este le responde con rudeza acusándola de “ignorante”.
Las malas
noticias se acumulan para Eva. Al llegar a casa, descubre que Jürgen se marchó
sin pedir su mano. Deprimida ante el silencio y ausencia del novio, Eva
comienza a investigar. Descubre que el polaco es un testigo de un juicio que se
avecina y que es conocido como el de “Los Guardias de Auschwitz”. Como casi toda su generación , Eva no ha oído hablar
el Holocausto, apenas recuerda el Tercer Reich, pero cuando interroga a su
hermana mayor y a sus padres, estos evaden responderle.
Una tarde, cuando
va de compras navideñas, Eva ve a una extraña transeúnte que luce una estrella
de David amarilla cosida en el abrigo y que pide direcciones en polaco. Su
pedido es recibido con insultos (¡Vuélvete a Israel!). Apiadada, Eva la lleva a
un hotel. Ahí la mujer se dirige a su cuarto sin siquiera despedirse. “¿No va a
darme las gracias? “pregunta la interprete. “A ti no te tengo que dar las gracias”
es la respuesta que recibe Eva.
Es este incidente
el que empuja a Eva a aceptar la oferta de ser traductora en el juicio. En esa
guisa asiste a la audiencia preliminar donde escucha horrorizada los crímenes que les imputan a los acusados.
Cuando vuelve a casa se encuentra con la sorpresa de que Jürgen está ahí y de que
están comprometidos. Por supuesto que ni al novio ni a los padres de Eva les
parece que se involucre en ese juicio. Aunque Jürgen hace las paces con Eva, hay
momentos oscuros y misterios que ella deberá vivir y desentrañar.
Cuando me interesé
en La intérprete del silencio, no sabía que se trataba de una adaptación
del bestseller de Annette Hess, la creadora de mi admirada Ku-Damm. Curiosamente Ku-damn en su segunda
temporada toca el tema del Juicio de Frankfurt. Monika, la protagonista, acompaña a testificar a Freddy, sobreviviente de
Auschwitz y padre de su hija .
La importancia de
ese juicio es que por primera vez los alemanes juzgaban a otros alemanes que
habían sido participes del Holocausto. Hay dos excelentes filmes que cubren el
Juicio de Frankfurt, The People Against Fritz Bauer y Laberinto de
Mentiras, ambas alemanas. Ahora se les puede agregar esta excelente serie
que según La Vanguardia ha sido nominada a un Critics Choice.
En la miniserie,
el juicio comienza mal. Todo los acusados se declaran inocentes y son bien
defendidos por un sarcástico abogado interpretado por el rumano Sabin Tambrea (Ku’Damm,
Babylon Berlin). Algunos testigos son rechazados por confundirse de
fechas. Todo cambia cuando llega la doctora Rachel Cohen (la extraña a la que
auxilió Eva en la calle). En alemán, ella declara conocer al acusado Victor
Kapelius.
Con fotografías
familiares demuestra que fueron amigos antes de la guerra, que se encontraron en la rampa de Auschwitz
(algo que el guardia ha negado), y que
el farmacéutico intentó llevar a la mellizas de la doctora con el Dr. Mengele
quien las rechazó por no ser idénticas. Después de que su testimonio consigue
el encarcelamiento de Víctor Kapelius, Rachel Cohen cruza descuidadamente la
calle y es atropellada por un automóvil.
Eva le pide a su
hermana mayor, que es enfermera
pediátrica, que le averigüe que pasó con la doctora polaca. AnneGrethe le dice que
Rachel Cohen fue dada de alta y ha regresado a Polonia. No es cierto, la médico
falleció a causa de heridas internas. AnneGrethe es un personaje misterioso y
siniestro, que oculta cosas como sesiones de sexo en los armarios del hospital
con su patrón, un médico casado.
Ahí no acaban los
secretos. Tras tropezarse con la mujer del acusado Robert Mulka, Eva tiene un flashback.
Recuerda haber sido niña en un jardín y haber recibido una bofetada de Frau
Mulka.
Una noche Los
Mulka llegan a La Casa Alemana, Alterada, Edith, madre de Eva se acerca a ellos y les
dice que no hay mesas disponibles. Despectivos, Los Mulka le responden: ”no queremos comer en el restaurante de una
soplona”. Poco a poco, irá Eva descubriendo el significado de estas palabras.
Como en Ku’damm
y en La Saga de Weissensee, Hess
da un rostro humano a sus villanos. Los Mulka son ricachones que llegan envueltos
en pieles a Frankfurt y se quejan de que
el Hotel Four Seasons no les ha dado habitación con vista, pero Borge (Heiner
Lauterbach de Tannbach), el SS más cruel de Auschwitz, es mostrado por
primera vez como un padre de familia que da tiernos consejos a su prole.
Otro personaje
importante es el padre de Jürgen, un ex comunista y prisionero de Buchenwald. Después
de amasar una fortuna ahora ha caído en las garras de la demencia , no recuerda
cosas importantes, no tiene control sobre sus palabras, y se orina la ropa. Él es una metáfora de la
debilidad de una nación que pierde su memoria. En estos días en que la falta de
atención y retención son una forma de demencia que afecta a generaciones más
jóvenes; y en que los medios de comunicación distorsionan las noticias, por lo
que ya no sabemos que creer, el mensaje
de esta historia es relevante y poderoso.
La Casa
Alemana es más autoflagelante
que otras obras de Annette Hess. Al final hasta los niños alemanes eran asesinos
y las esposas más oportunistas y nazis que los esposos. La heroína es un poco
tonta y los judíos tampoco son muy simpáticos.
El más irritante
es David Miller que, además de histérico y mentiroso, es un poco machista. Cuando ve a Eva alterada
dice burlón que debe ser la regla. Cuando le reprocha a Sisi, la prostituta de
la que se ha enamorado, el tener como cliente a un ex guardia de Auschwitz no parece
importarle que ella le cuente que a los 13 años fue violada dos veces por los
rusos. Es un personaje superfluo que no aporta nada a la narrativa.
Contenido
Violento o Gory: No hay
nada gráfico, pero las descripciones de los crímenes son perturbadoras.
Contenido Sexual
y Desnudos: Hay escenas
de sexo, pero sin desnudos. Solo David enseña nalgas en su primer encuentro con
Sisi.
Factor
Feminista: El que Eva utilice
la historia familiar y la de su país, para salir de su zona de confort y
enfrentarse a su familia y a un novio que la quiere en casa sin trabajar es una
declaración feminista. Sobre todo, en una sociedad que un hombre, solo por estar comprometido con una
mujer, ya tiene derechos legales sobre
ella.
Factor Diversidad: Judíos, polacos, alemanes. Vemos que los
nazis siguen aferrados a la ideología de la Raza Superior, cuando la mujer de
Borge prefiere que su hija aborte antes de verla casada con un italiano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario