Las heroínas que escogí
no serán perfectas, pero están muy por debajo de la maldad de las señoras de
esta lista. Mis villanas lo son en serie, en el hecho de que su maldad abarca más
que hacerles la vida a cuadritos a los protagonistas. Son fuerzas negativas que,
como las harpías mitológicas, persiguen a los personajes impidiéndoles vivir en
paz y ensuciándoles las vidas incluso a los que no son de su círculo.
Madame Agathe (Versalles)
Fue difícil
decidir quién era la más perversa de “Versalles” (por ende, del 2017) si la
Marquesa de Montespan o su brujil mentora, pero ganó Agathe por una gran razón.
A pesar de que nunca delató a nadie no lo hizo por bondad sino porque no convenía
a su agenda. Agathe no sabía lo que era bondad.
A diferencia de Montespan
que derramaba lágrimas de cocodrilo y esgrimía su amor como excusa de sus
crímenes, su cómplice tenía el descaro de creerse revolucionaria y de jurar que
sus horrendos actos iban encaminados a destruir la tiranía de la monarquía.
Alguien que realmente quisiese ayudar a las masas no se aprovecha del desamparo
de las prostitutas o masacra bebitos inocentes.
Agathe
supuestamente servía al Señor de las Tinieblas, pero en realidad se servía sí
misma. Era tan amoral como ambiciosa, vivía como burguesa en buena casa y usaba
vestidos caros. Su habilidad era aprovecharse de la desgracia ajena: de las
demenciales creencias del padre Guibourg; del pobre Gastón de Foix expulsado de
la corte y ansioso de vengar a su madre; de Sophie, la esposa abusada, y sobre
todo de la delirante ambición de la Marquesa de Montespan.
Agathe estaba basada
en un personaje real llamado Catalina Monvoisin, o comúnmente “La Voisin”. La
especialidad de ambas era practicar abiertamente la quiromancia, pero
clandestinamente las dos eran envenenadoras, preparadoras de filtros de amor,
afrodisiacos y pociones para provocar abortos. Aunque tan discreta como Agathe,
La Voisin nunca escudó sus malas artes bajo discursos panfletarios.
Françoise Athenais de Rochechouart de Mortemart, Marquesa
de Montespan (Versalles)
Tras la muerte de
La Voisin, su hija cómplice (encarcelada en La Bastilla) soltó la sopa y confesó
que Athenais había sido clienta favorita de su madre, que había comprado
venenos y afrodisiacos, y que había atentado contra la vida del Rey Sol. Así
que no andaba tan despistada la serie.
Pero la Marquesa
de Montespan de la serie es cien veces mas mala. Si en la vida real, Athenais envenenó
a Angelique de Fontanges por haberla reemplazado en la cama del rey, el
personaje de Anna Brewster envenena a una pobre niña solo porque en su paranoia
cree pueda gustarle a Luis XIV. Luego estrangula a su mejor amiga y no tiene
reparos en que se sacrifique una bebita inocente en una misa negra solo para
conseguir su propósito de recuperar al amante. Ohhh y no nos olvidemos que fue
la autora intelectual del falso suicidio del Padre Pascal y que pretendió matar
a toda la corte versallesca emponzoñando el vino de consagrar.
¿Qué se puede
pedir de una mujer tan estúpidamente controladora y ambiciosa que, por no
perderse una fiesta, casi da a luz delante de la Corte? ¿Y que cuando le dicen
que su hijita tiene sarampión solo se le ocurre quejarse que quedará marcada de
por vida y nadie querrá casarse con ella? No sorprende que no haya derramado
una lagrima ante la muerte de la niña. Hay muchos Montespan fans que reniegan
de como Madame de Maintenon se ha ganado el corazón del rey, pero es innegable
que es más sensible y decente que la Marquesa.
Margaret Beaufort
(The White Princess)
Margaret Beaufort
es uno de mis personajes favoritos de la historia inglesa, y aunque Philippa
Gregory la ha avillanado un poco, fue mi personaje favorito (después de
Jaquetta de Luxemburgo) en “La Reina Blanca”. Pero como en todo en la secuela
de esta espectacular serie de Starz, el personaje cayó en la mediocridad. En
vez de la deliciosa Amanda Hale tuvimos a Michelle “Catelyn” Farley dando vida
a una malévola e inferior Margaret.
Michelle es una señora actriz, pero su
Margaret derivó en una villana caricaturesca incluso en su aspecto. Estaba tan
flaca que parecía lagarto erguido y ese casco de Darth Vader y ropas de
Maleficent ayudaban a aumentar ese efecto. Era un hada perversa de esas que
asustan a los niños, capaz de mandar matar a los Hijos de Eduardo y asesinar al
bebé de Perkin Warbeck.
Lo único
redimible en Margaret era que los otros personajes femeninos de la obra (con la
excepción de Maggie Pole) la superaban, a ratos, en imbecilidad y maldad. Eso
nos hizo perdonarle que cometiera un acto más digno de una mantis, que de una
piadosa reina medieval. Me refiero al asesinato de su único amor, Jasper Tudor,
acto impensado por Doña Pippa y nacido solo de la afiebrada mente de Emma Frost,
una gran campeona de la misoginia de Starz.
Lo trágico de Mi Señora,
La Madre del Rey, era que todo lo hacía para beneficio de un hijo que la
odiaba. La relación de Margaret y Henry Tudor era tan desagradable, retorcida y
espeluznante como la de Leonor de Aquitania y sus hijos en “Un león en
invierno”.
Ivette “Maman” Sabine
(The Collection)
¡Qué gran role
este de Ivette, la peor de los Sabine que ya son una familia muy poco
recomendable! Al comienzo, la vemos como una viejita medio amargada, medio borracha,
pintada como payaso de circo, que también es medio bruja, puesto que vive
leyéndole el Tarot a gente que no quiere conocer su futuro. Pero pronto
conoceremos su lado más oscuro. Cuando su primogénito Paul le cuenta que un
inspector anda tras ellos, su madre, con gesto displicente, le aconseja “comprarlo”.
“Ya no vivimos en esos tiempos” le
recuerda Paul. Así nos enteramos de que “Maman” fue cómplice de su hijo y parte
del mundo amoral y criminal de la Ocupación.
Pero la
degradación de Ivette viene de mucho antes como Paul le relata a su hermano
menor. La historia de Ivette es la de de una mujer que tuvo hijos con
diferentes hombres, amantes que la golpeaban y que la empujaron al alcoholismo.
Ivette jura que todo lo que hace es por su familia y que ama con locura a su
benjamín, Claude. En realidad, solo la mueve la ambición. Su amor es Maison
Sabine la gran fuente de dinero de la familia.
Cuando Claude se niega a entregarles unos
bocetos, Maman contrata un marinero para que seduzca a su hijo y le robe los
dibujos. Que al marinero se le pase la mano y casi mate a Claude, es para Maman
solo un accidente de trabajo. Cuando el marinero decide chantajear a la
familia, Ivette lo asesina a sangre fría y entierra el cadáver en el jardín de
su casa de campo. Cuando la policía descubre el cadáver, la tarotista crea todo
un complot que acaba con el arresto de una inocente. Así Maman mata tres pájaros
de un tiro: libera a su familia de sospechas, rompe la relación de Paul y su
amante, y evita que la despechada mujer pueda crear un negocio rival de Maison
Sabine.
Tal como juega
con las cartas del Tarot, Ivette juega con las personas enfrentando a sus hijos
entre sí, enfrentando a Paul con su esposa, incluso haciendo malabares con las
autoridades. Todo sea por proteger el negocio familiar. Maman hubiese sido un
gran capo de mafia.
Vasilia Pirifona (The Durrells en Corfú)
A pesar de
tratarse de una comedia, el personaje de Vasilia, la nueva casera de los Durrell,
le agregó un toque siniestro en esta última temporada. Dotada de una belleza
escapada de un mosaico bizantino, un vestuario que quita el aliento, y un modo
de caminar que hace pensar en una cobra encarnada en mujer, Vasilia podría ser
la típica vampiresa del pueblo. Sin embargo, su interprete (Errika Bigdiou) y
los libretistas le otorgan una personalidad tempestuosa a lo Medea y un
implacable deseo de imponerse.
En una sociedad
patriarcal, Vasilia se atreve a ser sexualmente activa a pesar de ser soltera.
Inclusive es ella quien elige a sus parejas. Lo vemos con el desprecio con el
que trata los lugareños que la siguen babosos y embelesados: “¡vuélvanse a sus
casas con sus mujercitas!” les susurra.
Pudo ser como la
Malena de Tornatore, pero a diferencia del personaje de Mónica Bellucci,
Vasilia no tiene un pelo de víctima. Cuando se entera que Hugh, su ex amante,
muestra interés en Louisa Durrell, Vasilia descarga su ira sobre la familia de
la rival. Aprovechándose de la debilidad de Hugh y de lo poco avispados que son
los Durrell (menos Gerry por supuesto), Vasilia comete mil perrerías que van
desde embargarle los muebles a la familia hasta seducir a Larry, el hijo mayor
de Louisa.
Finalmente,
Vasilia llega al crimen cuando apuñala a Hugh. Creyéndolo muerto, Vasilia se
revela como una mediocre cobarde y huye como demonio exorcizado, cargando
maletas a medio hacer. Pero como comenta Louisa, un espíritu violento como
Vasilia nunca será totalmente vencido, por eso es tan peligrosa. A ver si
regresa en la Tercera Temporada.
¿Hubo otras
villanas peores que estas en el 2017?
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