En 1937, El
Coronel Juan Luis Beigbeder es el hombre mas poderoso del Protectorado de
Marruecos. Por ende, su querida, la inglesa Rosalinda Fox comparte su poder
desde su chalé en el paseo de las Palmeras en Tetuán. Ese es el hecho histórico
que Maria Dueñas novela en El tiempo entre costuras. Una obra de ficción que
recoge más de la cuenta de una realidad.
Un año después de
estallada la Guerra Civil, Sira Quiroga protagonista de la novela, ahora convertidas
en la modista top de Tetuán, recibe la visita de una dama inglesa, Mrs. Fox que requiere
sus servicios. Hay una simpatía mutua e inmediata entre modista y clienta. Hanna
New, que tanto me impresionara como la trágica Eleanor de "Black Sails" ,
interpreta a una Rosalinda adorable, llena de carisma y burbujeante de energía.
Rosalinda aplaude que Sira (quien pretende venir de familia principal) se
dedique a la alta costura, “Las mujeres ya nos la podemos pasárnosla metidas en casa”
afirma.
Unos días más
tarde, Rosalinda aparece desesperada en casa de Sira. Necesita un vestido ipso facto, pero no cualquier vestido.
Tiene que ser una creación única, deslumbrante. La han invitado a la fiesta más
importante de Marruecos, la que celebra la llegada del nuevo cónsul alemán.
Sira sabe por sus clientas nazis de la importancia de esta velada. Para ella
también lo es. Anda empeñada en sacar a su madre de la Zona Roja, y el único
hombre en Tetuán capaz de hacerlo, asistirá la fiesta.
Este es uno de
los momentos mágicos de la novela cuando Sira y su leal e inseparable Yamila se
convierten en los ratones, y el hada madrina, de Cenicienta-Rosalinda. A la
modista se le ocurre fabricarse un “Dolfos”, uno de esos famosos y únicos diseños
de Mariano Fortuny.
La creación del falso Dolfos me tuvo tan en ascuas como
cualquiera de las posteriores aventuras de espionaje de la costurera. Sobre todo,
porque ni el tiempo ni el clima estaban del lado de la modista. Finalmente,
todo sale bien y Cenicienta-Rosalinda parte al baile a palacio dejando a Félix,
boquiabierto. El mentor de Sira le pregunta “¿Sabes a quién le has hecho ese
vestido?”
Ahí Sira se
entera del rol que su clienta estrella juega en la política local. Es adecuado
que lo sepa en esa misma noche en que se desenmascara ante Rosalinda y le pide
como único pago que contacte a un hombre en la fiesta que tiene reputación de
poder sacar gente de Madrid. La actitud de la Rosalinda de la serie es
exactamente la que una esperaría de la legendaria espía. No se sorprende ni se
molesta ante la confesión de Sira. “Que diablos importa quien hayas sido antes
si ahora eres la mejor modista de Marruecos?”
Se sabe que Beigbeder
le dio a Rosalinda un vehículo propio (un Austin rojo) y los permisos
necesarios para moverse por donde quisiera. Por las dificultades que Sira tiene
para poder ir a Tánger a pagar su deuda, y que tiene que darle cien
explicaciones al Comisario Vásquez para que le conceda un permiso, sabemos que transitar
libremente en el Protectorado no era cosa fácil. Sin embargo, Rosalinda al
volante no tiene esas limitaciones y es ella quien llevará a Sira a Tánger.
Volviendo a la
fiesta, Rosalinda está nerviosa y ansiosa de causar buena impresión porque es
su presentación oficial como pareja del Alto Comisario. Entonces, e incluso hoy sería
un escándalo que un hombre casado presentara en público a la querida. ¿Cómo
pudo hacerlo Beigbeder?
Pues no era común que los militares de alto
rango trajeran a sus esposas al Protectorado por lo que muchos establecían
“casas chicas” con mujeres locales. Aun así, el cargo tan alto y visible del Coronel
Beigbeder lo hacía más vulnerable. Es por eso por lo que su relación con
Rosalinda era mal vista, daba que hablar, y en una ocasión se le llamó a Burgos
a dar cuentas. De España, Beigbeder regresó incluso con más poderes. Persuadió
al Caudillo de que su labor en Marruecos era más importante que acallar
habladurías.
Sin embargo,
había una preocupación real, tal como lo refleja la novela, de la influencia
que Mrs. Fox podría ejercer sobre su amante. Cuando Vásquez le advierte a Sira
que hay personas que desaprueban de Rosalinda y de su relación con Beigbeder
expresa un hecho histórico. Los españoles pro-Eje y, por supuesto los alemanes
que la novela nos presenta como tremenda influencia en África y luego en la Península
ibérica, le temían al poder que tenía Rosalinda sobre el Alto Comisario.
En sus memorias,
Rosalinda habla que su mayor empeño (y el de su amante) entonces era que el
gobierno de Su Majestad reconociese al Gobierno de Burgos. Rosalinda le dice a Sira que su intención es que Juan Luis siempre sea amigo
de Inglaterra. Sira le pregunta si realmente cree poder conseguirlo y Rosalinda
le da una respuesta ingenua. Su amante le ha prometido que “por su Rosalinda
“está dispuesto a todo. De ahí surge la inferencia de que Mrs. Fox ha sido
plantada por los servicios de inteligencia para influir sobre el Alto Comisario.
Los detractores
de la pareja niegan tal influencia. Maria Rosa Madariaga en Marruecos: Ese Gran
Desconocido lo toma a broma. “Habría estado loco el Intelligence Service de su
Graciosa Majestad si hubiese confiado misiones de espionaje a la tal señora…”
Madariaga siente un gran desprecio por Beigbeder y por ende de Rosalina a la
que cree una insensata. Y a la que tilda de ser “un ama de casa”. Pues muchas
amas de casa desearían tener los atributos y el poder de Rosalinda. Madariaga
admite que Rosalinda estaba enamorada del Alto Comisario y que este “quería a
la Sra. Fox a su manera” Bueno, algo es algo.
Madariaga cae en
el chisme cuando se trata de hablar de la vida amorosa del Coronel Beigbeder.
Ese es una tena que encuentro a menudo en escritos sobre Beigbeder y siempre de
parte de gente que no lo quiere bien. Si el macho tenía fama de mujeriego
entonces obvio que no era fiel. Hay que pensar que mientras él lo pasaba pipa
entre sus moros, su pobre y loca mujer y su hija estaban atrapadas en el Madrid
Rojo.
Ese es otro
cuento que necesito explorar. Maria
Teresa Beigbeder trabajaba abiertamente en la Cruz Roja. Eso en un Madrid donde
se fusilaron nobles, miembros de la familia Real, dos hermanos de Serrano Suñer
y donde la Duquesa de la Victoria estuvo encarcelada en una checa, y Pilar
Queipo de Llano sufrió arresto domiciliario. ¿Como es que las Beigbeder se
libraron de un paseo? Pero bueno, eso, amerita otra investigación,
Volviendo a la
vida amorosa de Beigbeder, se dice que cuando Rosalinda se reunió con él en
Washington en 1943, el coronel estaba ya metido en otros líos de faldas. Joaquín
Bardavío en El Reino de Franco chismorrea
que se le conoció a Beigbeder en sus últimos años una relación estable con una
aristócrata que vivía en un palacete en Los Jerónimos. Precisamente donde
viviera Rosalinda en su único año en Madrid antes de su exilio en Lisboa. Pero
todas estas señoras son anónimas son de rumores de revistas del corazón, no
pertenecen a la historia oficial. Rosalinda es otra historia. ¿Por qué sabemos
de su nombre, de su influencia, del poder que Beigbeder le dio? Obviamente porque significó mucho más para el
que otras mujeres.
Unica foto que he encontrado de Beigbeder y Rosalinda (la de lentes) juntos en Marruecos. |
Quiero acabar
este tema con un esfuerzi de Madariaga por identificar a otra querida del Alto
Comisario. Es tan risible que me hace desconfiar de sus fuentes. En una
página, y hablando de los intentos beigbederianos por destabilizar las relaciones
Anglo-francesas, cuenta como el Alto Comisario hizo declaraciones al periodista
francés “Jouvenal” sobre las posibilidades de una invasión al Protectorado por
parte de los franceses. Curiosamente, Madariaga no menciona a “Jouvenal” por su
nombre completo, lo que da la impresión de que era alguien muy conocido. Conclusión,
se trata de Bertrand de Jouvenel, el hijastro-amante de Colette (y pareja por
años de Martha Gellhorn), quien en los 30s fungió como corresponsal del
periódico de derechas Gringoire.
Pues unas páginas
más adelante, Madariaga nos cuenta que, en Marruecos, Beigbeder rompió definitivamente
con Rosalinda (WTF?) para reemplazarla con una “Madeimoselle de Jouvenel”
periodista de Gringoire (¡!!) A ver, no
es posible que hubiese un alcance de nombres. De Jouvenel, un apellido
aristocrático, no era común en Francia y mucha coincidencia seria que dos
personas con el mismo apellido trabajasen para un pasquín de derechas. La única
Madeimoselle de Jouvenel en ese momento era Colette-Renee, hija de la escritora
y hermanastra de Bertrand, pero ni era periodista ni estaba en Marruecos.
Yo no pongo las
manos al fuego por la fidelidad de ningún humano, pero bien sé que muchas veces
se puede ser infiel a la persona que más se ama. Tal como hay sexo sin amor, un
gran amor puede trascender a la sexualidad. La relación de Rosalinda y Beigbeder
como todo en la vida de Mrs. Fox, estaba determinada por su frágil salud. Es
posible que su enfermedad pueda haber limitado su vida íntima. En el libro y la
serie nos la muestran postrada en cama durante sus crisis.
Cuando habla de Beigbeder
con Sira, Rosalinda evidencia que su relación, aunque apasionada y romántica es casi intelectual.
Priman en ella el respeto por un hombre con edad de ser su padre, y la admiración
por la erudición y galantería del Alto Comisario.
Algo que no nos
dice la serie es que Rosalinda seguía viviendo de la mesada que le pasaba Peter,
su marido. Por eso cuando Sira se ve incapaz de pagar por el traslado de su
madre, Rosalinda no puede ayudarla. Pero si le falta dinero a Mrs. Fox, no le
faltan contactos y como es tremendamente leal con sus amigos, contacta a Sira
con varios personajes, incluyendo el periodista Marcus Logan, para traerse a Doña
Dolores a Marruecos.
Finalmente, y a pesar de que “no quería involucrar ä Juan Luis” Rosalinda también consigue que Beigbeder proporcione a Marcus facilidades para transitar
por el protectorado y entrevistar al Alto Comisario, el precio por ayudar a la madre de Sira a salir de España.Marcus se
convierte en el acompañante de Sira en los paseos que hacen con Rosalinda a
quien los médicos han aconsejado mucho sol y poco ejercicio.
En la serie se les
agrega Félix y esas escapadas sirven no solo para iniciar un acercamiento
romántico entre el periodista y Sira sino además evidencian la camaradería
entre la costurera y Rosalinda. Para mí lo más bonito del libro es esa amistad.
En la novela,
Rosalinda cae enferma cuando recibe una súbita visita de su marido que se
instala en su hogar marroquí, ahuyenta a los sirvientes con sus accesos de ira
alcohólica y separa momentáneamente a Mrs. Fox de su amante. (En la página de Antena 3 pueden ver un clip de esta situación). La serie en cambio
nos da una historia improbable, pero muy entretenida.
Peter ha
dilapidado su fortuna en la mesa de juego. Sus deudores alemanes lo chantajean:
o se lleva a su mujer del Protectorado o
le rompen las piernas. Peter lloroso se lo cuenta a Marcus. Por eso chantajea a
Rosalinda, o se va con él o le quita al hijo. Entre Sira y Marcus discurren un
plan descabellado. El periodista robará los pagarés que comprometen a Fox.
Todo eso sirve para que Sira le devuelva el favor a su amiga y para enfatizar
la molestia de los alemanes por la cercanía de Mrs. Fox con el Alto Comisario.
El fin de la
Guerra Civil trae cambios a la vida de Beigbeder a quien Franco recompensa
nombrándolo Ministro de Asuntos Exteriores. Se traslada a Madrid y Rosalinda se
prepara para seguirlo creyendo que las cosas seguirán igual. Antes, da una última fiesta para despedir a los
amigos.
En la vida real,
El Coronel Beigbeder fue hecho ministro, pero duró brevemente en su cargo. España
se inclinaba cada vez más al lado del Eje. Inglaterra, hasta la llegada de Churchill,
mantenía una política ambigua respecto al gobierno franquista. Esto provocaba
un fuerte sentimiento antibritánico en España.
Según cartas que
Rosalinda le envía a Sira, ella es despreciada por la comunidad inglesa. La
misma comunidad desconfía de Beigbeder al que ven como filonazi. La situación
cambia para peor cuando Beigbeder hace amistad con Sir Samuel Hoare, el nuevo
embajador. Los alemanes exigen el cese del ministro y Beigbeder pasa a ser
visto como dice Ignacio, ex novio de Sira como “Un traidor encoñado con una zorra
inglesa”.
Esa es la versión oficial que recibiría España, la que Franco y Serrano
Suñer harían circular. Eso indignaba a Beigbeder que sabía que Serrano tampoco
era trigo limpio. “¿Es que acaso El Cuñadísimo pretende darme lecciones de moral?”
le dice con tono amargado a Sira.
Según Joaquín Baradavio en su El Reino de Franco,
no fue la moralidad o carencia de ella lo que le costó el puesto al ministro.
Franco había hecho una tremenda excepción al nombrar a Beigbeder a un alto
cargo sabiéndolo separado de su esposa. Ni antes ni después, El Caudillo
admitiría hombres separados en su gobierno. Franco había aguantado la presencia
de Rosalinda en la vida de Beigbeder, pero su desasosiego nacía de la labor de
espionaje de ella más que en su condición de adúltera.
Curiosamente, los
alemanes preocupados por la anglofilia del Ministro de Exteriores habían
sospechado de muchas mujeres que revoloteaban alrededor del Coronel Beigbeder,
y habían conseguido que las expulsaran de España. Rosalinda fue la excepción,
hasta que ya sus actividades comenzaron a preocupar a españoles y alemanes por
igual grado.
El cese de
actividades ministeriales de Juan Luis Beigbeder fue sorpresivo. Apenas alcanzó,
y de madrugada en secreto, a enviar a su Rosalinda a Portugal. A él lo enviaron
bajo ordenes de arresto domiciliario a Ronda. Maria Dueñas le da la oportunidad
de un ultimo y emotivo encuentro con Sira a la que le hace entrega de unas
cartas para Rosalinda. Aqui pueden ver el clip.
En mi última
entrada hablaré del destino de ambos amantes y de como Rosalinda logró burlar
los pronósticos médicos y vivir hasta casi los cien años.
"Cenicienta-Rosalinda" ja ja ja!
ResponderEliminarYo tambien disfrute muchisimo todo el drama del vestido de Rosalinda. Al igual que tu me gusto mucho la amistad de Rosalinda con Sira, pero tambien adore a Felix y a Candelaria.
Estaba pensando en lo que dijiste del plan original de la autora de escribir una novela sobre Rosalinda y Jose Luis. Creo que tambien hubiera sido interesante, pero con un final demasiado triste. Me gusto mucho que fueran personajes secundarios en la historia de Sira. Le añadieron mucho a la novela, pero no se si una historia solo de ellos hubiera tenido el mismo efecto. El personaje de Sira crece y cambia mucho de la inocente esposa de un vividor a una ingeniosa espia (pero siempre manteniendo su esencia y su sencillez). Esa evolucion fue una de las cosas que mas disfrute de la historia (al igual que el romance con Marcus).
Bueno, Boris Izaguirre si escribi'o sobre ellos, pero como dices, quedaron mejor como secundarios.Oh, yo sufrí mucho que Sira no siguiera en contacto con su gente en Teuán. Todos eran tan fantásticos. Amiga, te dejé una prehunta en la entrada de DDM. Ya leiste lo de Dalia? Besos
EliminarQuise decir "Juan Luis"
ResponderEliminarCreo que estamos ante una serie donde las protagonistas son ambas mujeres y sobre todo, la amistad y fidelidad que existe entre ellas.
ResponderEliminarEn esta serie, como hemos comentado, no hicieron falta las escenas de cama (sexo), brillaron por su ausencia; y como dijimos, NO hicieron falta. La historia de "Sira" y "La Fox" son paralelas, prácticamente pasan por lo mismo. Muy bonita y entrañable amistad.
Es lo que as me atrajo de la historia, la amistad entre mujeres, sin un dejo de tensión sexual. Rosalinda y Sira, Sira y Yamila, Sira y la dueña de la pension, Sira y Doña Manuela, Sira y Paquita. Son amistades que trascienden todas las vallas que en esa epoca separaron a los humanos en Europa.
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