La Primera y La Ultima Palabra: La Otra Mirada Capítulo 8

Porque me ha gustado el capitulo no voy a reclamar mucho. Lo cierto es que en su afán de crear paralelos con el caso de La Manada, los libretistas se han pasado la historia y el código penal por la cola. Por eso es por lo que me toca, además de reseñar, señalar las inconsistencias históricas y son tantas. por empezar, hoy y ayer ningún juicio de violación tendría al acusado representándose, ni a un juez con tantos vínculos con ambas partes.

En mi último blog demostré como , en teoría, pudo bien haberse enjuiciado a Rafita y de acuerdo a las leyes de entonces haber recibido pena de cárcel, haber tenido que indemnizar económicamente a su victima y hasta haber sido condenado a cargar una cadena en el tobillo. Sin embargo, la serie ha escogido irse por una senda fantasiosa y convertir este capitulo en un amalgama de demanda civil y juicio legal.

A través de su padre, Manuelita le consigue un abogado de mucho renombre a Roberta para que la defienda (WTF?) Roberta es la víctima. Ni siquiera debería fungir como parte acusadora. eso le corresponde al fiscal que brilla por su ausencia. Han mezclado audiencia previa, juicio y demanda civil. Aun hoy, una demanda civil (que exige reparación monetaria) podría seguir a un juicio penal, pero nunca reemplazar a este en caso de un crimen como era la violación.

Ya expliqué en el anterior blog que desde el momento en que se comprobaba lo alcoholizada que andaba Roberta (para eso están los testimonios de Ramón y las maestras que recogieron a Roberta a su regreso a la Academia y mas encima los Peralta en sus declaraciones reafirman la condición de ebriedad de la víctima0 , el juicio estaba ganado. Sin embargo el abogado se incomoda con Roberta porque esta no recuerda lo ocurrido ese día por lo borracha que estaba. Ni siquiera, Don Fernando el abogado prepara a su clienta para responder preguntas capciosas. Y así  Don Pascual afirma que es una lumbrera.

Antes de entrar en el juicio veamos que ocurre en La Academia paralelo a este. Las alumnas comienzan a ser el blanco de la agresión del populacho. En un paseo, Candela recibe un escupitajo de parte de un mequetrefe. Aun así las chicas deciden callar para no provocar más problemas.

Candela es la que más apoya a Roberta y le pide a Flavia que convenza a Tomás de testificar a favor de su compañera. Flavia tiene dudas. Margarita cree que Roberta se lo buscó y no quiere pagar por un error ajeno.

Están las chicas en el cuarto de Margarita quien le ha prestado una blusa a Maria Jesús para que salga con su Arcadas. Candela hace chistes sobre como las manos de Arcadio se meterán bajo la blusa. No sé, hablábamos justamente el otro día con un amigo historiador de si es posible que en 1920 hubiese colegialas tan deslenguadas y que hablasen tan libremente del sexo. Sería posible en Alemania, incluso en los países anglos donde una guerra transformó la vida de las mujeres y donde se estaba dando un tipo de liberación sexual, ¿pero en Sevilla?

Nomas me recuerdo una escena de las “13 Rosas” Y ahí era 1939 y se trataba de militantes comunistas, pero una de las Rosas para salir con un soldado se cosía el vestido hasta el cuello para que el pretendiente no se lo desabotonara.

Bueno, Maria Jesús dice que Arcadio nunca le haría lo que Rafita porque la quiere y “nunca me deja sola” De nuevo cuestiono el cociente intelectual de estas nenas. Si el problema precisamente es que Rafita no dejó sola a Roberta. En ese miedo a “culpar a la víctima” , en la serie nunca hay una seria discusión sobre la violación ni sobre  medidas preventivas. Nunca las mujeres se cuestionan si sus parejas podrían también llegar a violentarlas. 

En mi época era ”los violadores son psicópatas, mi novio, mi amigo, mi tío, etc., es sano de mente” Hoy la agenda Mitutera dice que todos los hombres son violadores en potencia y mejor no acercárseles. ¿Entonces donde queda la victima de La Manada (y otras) que si dejo que se le acercaran?

Bueno, en medio de esa cháchara,  entra Roberta.  Hay silencio, las compañeras se ven incomodas. Roberla les dice que la ponen nerviosa y que hagan como que no existe. Vienen Los Luna a visitar a su hija. Teresa sincera les dice que no sabe si todo saldrá bien. El Señor Luna afirma que si no condenan a Rafita, el se lleva a la niña de la escuela. Roberta protesta.

La madre le dice que es lo mejor para todos. Yo entiendo que Roberta esté sentida con el padre, por lo que le contó a Macarena, pero la madre le habla con ternura, le dice “cariño” y le hace una caricia y Roberta la mira como si se tratara de la tía Petunia Dudley. Cuando se marchan los Luna, Roberta ni le da un beso a la madre. Y cuando esta le dice que intentarán ir al juicio, Roberta le dice que no le importa porque las maestras estarán con ella. Y después del juicio, Roberta esta tan sentida porque sus padres no la han llamado.¿ Por qué hay quien  cree que el cariño es gratis y no se pierde nunca?

Candela le suplica a Flavia que hable con Tomás y lo convenza de que apoye a Roberta con su testimonio. Candela, de pronto recuerda para que sirve la capilla y va a prenderle velas a …no sé quién… para ayudar a Roberta. Flavia se guarda decir que ya que hay velas encendidas pueden venir con los novios a pasear ahí de noche. En eso llega la Vieja Manuela y les chilla “¿acaso os habéis vuelto beatas?”

Vieja oportunista, seguro se cambia de chaqueta cuando venga La República. Si muy de curas y muy anti divorcio. Lo que me enfurece es que las niñas la tratan con mas deferencia que a ninguna de sus maestras. Les susurra que les avisen a los padres que si el juicio sale mal, ella se vuelve a quedar a cargo de la Academia.

Luego, vemos a Manuelita tratando de apaciguar a los padres que se han reunido en el atrio y que la regañan por no haber llevado el asunto con más discreción. Llega la vieja payasa y se une al regaño y ahora amenaza públicamente con quitarle la academia a la hija. 

Manuelita se va a su oficina. Doña Manuela la sigue. Fuera de sí,  Manuelita le señala que no por ser su madre la querrá siempre. Acto seguido le ordena que no se aparezca en la Academia, a menos que ella la llame. “¿Fuera!!”le grita. La vieja murciélago se va volando.

Teresa va a hostigar al pobre Ramón como es su costumbre. Mientras él está luchando con una puerta herrumbrosa, ella le hace el baile de la Gata Cuchi Cuchi, no sé qué intención. Ramon está harto, porque el colegio se cae a pedazos, él no se da abasto y Manuelita no tiene tiempo de escuchar sus cuitas porque está de cabeza con lo del juicio. 

Teresa se pone a la defensiva y le pregunta qué opina del juicio. Ramon dice que es justo que Roberta vaya a exigir reparación, pero que ese juicio lleva las de perder. Teresa sigue con su bailoteo. Se da tono y dice que ella convencerá a Manuelita que le consiga un ayudante. Promete ayudarlo siempre y cuando  Ramon “reme en su misma dirección”. ¿Que habrá querido decir?  Nunca lo sabremos, porque es otra escena mal hecha.

Llega Diego el nuevo ayudante de Ramón. Es un chico joven no es feo. Se encuentra en el aula con Margarita que se presenta. El le besa la mano y ella también hace el baile de la Gata Cuchi Cuchi y le llena las orejas con sus cuentos de como es la mas inteligente de la academia. Diego le cuenta que es pobre, no ha podido estudiar y que necesita el empleo. Todo esto le entra por un oído y le sale por el otro a su interlocutora que solo ruega por una audiencia cautiva que la haga sentir menos insegura.

Comienza el juicio y, y, y. Ósea esto no parece juicio. ¿ Donde esta el fiscal? ¿Por qué Roberta necesita abogado defensor? Y la guinda del pastel. Rafita representa a Rafita. A ver la mayoría de los sistemas permiten a un acusado representarse legalmente, más siendo abogado, pero en el caso de violación yo creo que no es permitido. Para el Juez Martín Arteaga todo esta en orden y comienza llamando a declarar,  y sin aviso,  a su mujer. 

Yo pensé que Rafita barrería el piso con la directora, pero nada. Manuelita solo dice que al principio quiso ocultar el hecho por el bien de la Academia, pero que prefirió apoyar a su alumna. Duh? ¿Y para eso la hicieron subir al estrado?Pero queda la impresión de que La Academia también ha denunciado a Rafita.

La sesión siguiente sí que es un relajo bochornoso, y es inconcebible que un abogado no se haya preparado  u haya preparado a su cliente para esta catástrofe. Los Peralta declaran verdades que tergiversadas resultan incomodas. Álvaro menciona que Roberta estaba tan ebria que se puso a coquetear con él. Tomás recuerda haberse encontrado con Teresa en el camino de la Academia y que ella se negó a que la llevara, que estaba borracha, pero que en ningún momento acuso a Rafita de violarla.

Rafita habla de la Hora Peralta, de lo descocadas que son las alumnas de la academia y que las maestras las apañan. Las maestras saltan como las miembros del Culto Manson  en el juicio de su líder y declaran que Roberta tenía miedo de encontrarse con Rafa, que se negó a ir al baile, Angela relata que Roberta le contó que había peleado con el novio. Nadie les hace caso. Los Luna se escapan avergonzados. Don Fernando sacude la cabeza. Esto es un circo.

Para colmo, algún chistoso cuelga un enorme cartel en la reja de La Academia que Dice “Academia Para Putas”.  Al verlo, Roberta se echa a llorar. Les pide perdón a sus compañeras por haberlas enlodado,  y se encierra en su cuarto.

Margarita va a buscar a su nuevo amigo. Me detengo para explicar que la chica no busca sexo, no busca romance. Solo le interesa tener a alguien que la admire. Diego está lijando los pupitres. Margarita pide que le enseñe. Diego le guía la mano con el cepillo y con su otra mamo le agarra una nalga. La cara de Margarita es digna de Condorito (¡Exijo una explicación!). Es una cara que reconozco, porque eso que le pasó a Margarita, me paso a mi a su edad, a los 30, a los 40. Me lo hicieron hombres de baja y alta estofa (y hasta un par de mujeres) Y siempre me cuestioné y me culpé. ¿ Que hice para que creyeran…?

Roberta decide no presentarse en el juicio, justo cuando le toca declarar. Ya todos ven la causa perdida y cada una busca una manera de ayudar a Roberta. Teresa se va donde Los Peralta hacerles el baile de Gata Cuchi Cuchi, a pedirles un cigarro y a tirarles bocanadas de humo en la cara, haciéndoles entender que ella sabe que ellos saben y si supieran que no son tan formales como parecen al ocultarlo, declararían lo que saben.

Flavia llama a Tomás y le ruega que declare a favor de su compañera. Tomas le recuerda a Flavia que ella lo ha abandonado por no dañar a su familia y ahora le pide que él destruya a la suya.

Manuelita llama a Martin , es de noche, quiere devolverle un libro que el necesita. Ya, Ya, Ya y terminan bajo las sabanas. Yo estaba totalmente pedida. ¿No que Manuela no quería sexo sin planificación familiar, y que el sexo con el juez le era tedioso? Yo creí que Manuelita andaba de Mata Hari sonsacando al marido con sus dotes de cortesana. Lo mismo piensa Martin a la mañana siguiente cuando su mujer se pone plañidera a rogar por Roberta y a pedirle que no anteponga sus negocios peralta al ejercicio de la justicia. ¿No que ahí hay un jurado? No es Martin el que decide. Igual se va enojado y razón no le falta.

Esa noche, Los Peralta celebran un juicio que ya creen ganado. Rafita agradece el apoyo de sus hermanos y dice que son lo mejor de su vida. Tomás entonces se atreve a preguntarle si realmente violó a Roberta. Aunque Rafita evade la pregunta con un ‘un novio no viola a la novia” , luego comienza a alardear de su hazaña en los peores términos posibles y  a jactarse de que Roberta no se podía tener en pie menos defenderse o negarse al ultraje.

A la mañana siguiente, en el comedor Margarita pide perdón públicamente a Roberta. Ahora que Diego “me tocó el culo” (¡ay qué fina la niña!) entiende lo que Roberta pasa. Esto es casi risible, hay un largo trecho entre un agarrón y una violación, pero la confesión de Margarita suscita una lluvia de confesiones hasta por parte de Doña Luisa. 

A Macarena la acosan a la salida del almacén: a Candela un amigo del padre la espió cuando se desvestía (y el padre tan ancho le dijo que eso ‘Era normal”. De nuevo,  algo que no ocurriría entonces). Hasta Luisa recuerda un hombre que se propasó con ella en su juventud. Si, este tipo de “mi turno en el confesionario” ayuda en esos momentos y provoca una catarsis, pero lo de Roberta siempre va a ser peor.

Roberta va al juicio y se somete al interrogatorio de su violador. Solo escribir eso suena grotesco. Rafita se le acerca socarrón y le pregunta si puede tocarla.¿ Queee?  El abogado defensor ronca y el Juez Martin mira hacia las nubes. ¿Dónde se ha visto?  Roberta se niega rotundamente.

El plan de Rafita es indicar que Roberta y el ya eran amantes de antes (eso queda ambiguo) y que Roberta fue a la fiesta con la intención de tener sexo con él. “Te pusiste el sostén de encaje” (¿no que se dice “sujetador de blonda”?)dice el ladino y ahí me masco los dientes. Primero que si Rafita violó a Roberta de más que debió verle la ropa interior. Pero ni testigo ni defensor aprovechan eso.

Luego, es tan inconsecuente y moderno ese argumento. Está basado en conceptos falsos de hoy en día, la mujer que se viste coqueta es que quiere con un hombre, la que se pone lingerie provocativa es porque va a follar.  Yo he usado liguero y medias de seda negra en periodos célibes, solo por encontrarlos bonitos.

Voy a permitirme una pequeña anécdota que me contaba mi difunta madre. Había en Santiago una familia pudiente, dueña de unos molinos de harina. Eran muy ricos, pero muy tacaños. Tanto que a las hijas les hacían la ropa interior con sacos harineros. Una vez una de ellas tuvo un accidente y la llevaron al hospital. Las enfermeras al desnudarla,  se encontraron el espectáculo de calzones con el membrete grande “Molino San Pedro”. Por supuesto que la historia se regó por todo Santiago. Mi madre terminaba con esta moraleja.” Si sales a la calle,  ponte tu mejor ropa exterior e interior. No sabes que te puede pasar”.

Me da un poco de lata que Rafita demuela a su víctima con el cuento del brasierre cuando en 1920 ni se usaba esa prenda. Todavía se usaban corsés y camisolas. Para mas remate, los primeros brasierre (y en España usaban el galicismo “soutien”)  no eran considerados sexis porque en los 20s,  las chicas buscaban figuras “planas” y masculinas, incluso fajándose el busto para verse memos curvilíneas.

Roberta testifica llorando. Recuerda que Rafita la interceptó en el camino a La Academia, que se besaron y que “comenzaste a manosearme, cada vez más fuerte… ¡y me violaste!”  le pregunta si alguna vez la quiso. Ahí, yo si hubiera sido el defensor hubiera interrumpido para preguntar a Rafa porque fue tan poco caballero de abandonar a Roberta en el medio del camino después de darse el gusto con ella.

Para rematar su devastadora actuación, Rafita acusa a Roberta de no haberse defendido, de no haber gritado, de no haberse negado, de no haberlo arañado. 

Tomás no aguanta más , se pone de pie y grita que su hermano le confesó que Roberta estaba privada de sentido cuando abusó de ella. Ante el horror de su familia, y las miradas asesinas de padre y hermanos, Tomás toma el estrado y relata lo que su hermano le confesara. El jurado declara a Rafita culpable y lo sentencia…a pagar una multa de 300 mil pesetas.

Roberta es recibida por la Academia en pleno, todas aplauden. Roberta dice que su triunfo se lo debe a todas ellas. por primera vez la veo sonreír. Roberta esta triste porque sus padres no la han llamado y también porque encuentra muy poco el castigo. Teresa le recuerda que ha hecho historia (WTF?)

Ramón le dice a Manuela que ya ha despedido a Diego. Pide disculpas y promete ser mas cuidadoso. La directora lo interrumpe y le dice que el próximo lo elegirá ella. Aunque me dio pena que Manuelita pusiera en su lugar a Ramon, el único hombre respetuoso de la serie, al que le paga mal y hace trabajar como buey, ella tiene razón. Pero es que de nuevo es como si habláramos del siglo XXI.

Mejor vestido de la Noche.

Con el que Roberta cerró el juicio Ya sé que parece atavío de bailaora flamenca, pero al fin, les dio encontrar un modelo que si se hubiera usado en 1919,. Es blanco en tela ligera, probablemente muselina, mangas abullonadas cubiertas con fichú de gasa,, falda hasta los tobillos con cuatro volantes.