Acabé de ver The
Beauty Queen of Jerusalem. Un
verdadero parto. Lo único que saqué en limpio fue que a los sefarditas nos
retratan como duchos en magia y
maldiciones (lean un artículo sobre eso en Reinos de Fabula ) y que tenía que encontrar otras historias que
presentasen a mi gente con mejor cara. Me concentré en una miniserie, un filme
y una novela que también ha sido llevada a la pantalla.
Ninyas de Kasa
Alta
He hablado
extensivamente de Club Estambul de sus pequeñas fallas y de sus muchos méritos,
pero esta vez quiero enfocarme en su descripción de los sefarditas y sus costumbres.
Esta serie intenta mostrar como en un crisol de razas, como lo era la Estambul de los 50, podría tener lugar una masacre como la Septemvriana.
Mas allá de este
fenómeno histórico, del micro-universo del club, del auge del cantante Selím,
de los secretos de su patrón y de los amores de Rasel, todo el libreto se
cifraba en un personaje: Matilda Aseo. Conocemos
a Matilda en la primera escena como una presidaria que celebra el Shabbath y
luego en flashbacks vemos su paso de NInya de Kasa Alta a los sucesos
que la llevaron a la cárcel.
Matilda, como el 80% de los judíos de Estambul, es sefardita. La vemos salir de la cárcel y
enfilar hacia el barrio judío de Gálata donde las tiendas tienen letreros en Ladino
(el español arcaico que los judíos han conservado desde su expulsión de Sefarad,
que así llamamos a la Península Ibérica). Las circunstancias hacen que Matilda
se reencuentre con la hija que abandonó al nacer. A pesar de que Rasel es
rebelde, y tiene amiga griega y cabaretera
a la que le quita el novio (un turco musulmán), ella también
es el producto del mundo sefardita.
Mas allá del
idioma y de las canciones, está la riqueza de una cultura que no solo se apoya
en el recuerdo de Sefarad sino también en el arraigo en el Imperio Otomano que le
dio refugio tras el Edicto de Expulsión de 1492. Se lo dice Davidko a Matilda
cuando ella insiste en irse a Israel: “llevamos 400 años en esta tierra”. A través
de la serie vemos el mundo de los sefardíes turcos, ricos y pobres, vemos su
vida en familia y en el orfanato donde se ha criado Rasel. Todo es positivo, no
hay judíos malos en este cuento. De hecho, la peor es Matilda.
Es la ironía del
cuento. Matilda (tal como sucederá con su hija) se entrega a un hombre que no
es de su fe, que la empuja a traicionar
a su familia y precipitar su propia tragedia. No es que sea una indirecta en
contra de los turcos (la serie está llena de personajes turcos positivos) o de uniones
mixtas, es una alerta a no confiar en
hombres que no comparten los valores de su cultura.
Por último, quería
hablar de la religión judía, algo totalmente ausente en The Beauty Queen of
Jerusalem En The Club, tanto la fiesta de Purim como el servicio
sabatino en la sinagoga son representados como momentos alegres, con mucha luz,
y coros y risas infantiles. Contrástenlos con las tinieblas tenebrosas de la
sinagoga de Krol. Esto último ni siquiera ocurre en The Beauty Queen donde no hay
religión.
Los Ermoza más
parece que practicasen magia o folk religión. Incluso los askenazi que
son jasídicos no parecen apegarse a la ética judaica. Rochel citará los textos
bíblicos antes de cometer adulterio, eso no la hace menos pecadora. La acabose
es el cabronazo de Gabriel que al enterarse que a su mujer la violaron se apoya
en una regla talmúdica de que ahora puede repudiarla. La religión solo es
recordada cuando es útil o en momentos de crisis.
En cuanto a Luna
se comporta y viste como mujerzuela, no creo que eso la haga muy piadosa. No
hay mención de fiestas aparte de bodas que, como es común entre los sefarditas, no se celebran en el templo, sino al aire
libre. No vemos rabinos, no oímos oraciones. Solo cuando los árabes irrumpen en
su casa es que Victoria recuerda decir el Shemá. Lo mismo ocurre con Rosa que
lo recita antes de intentar abortar.
Incluso cuando se
trata de asemejar a los sefarditas con los askenazi se cometen errores. Por ejemplo,
vemos camas separadas, algo que los sefarditas no hacían. Si la mujer estaba en
sus días, ella se trasladaba a un cuarto propio. Según lo contado por mi madre
y lo que escuché de las tías-hadas, ese cuarto—dependiendo del estatus
social de la esposa— podía ser o un boudoir o parte del nursery. incluso
contaban que una antepasada adinerada de Livorno solía irse de vacaciones
mensualmente. ¡Que lujo!
Tanto Club
Estambul como La Reina de Belleza…nos quieren hacer creer que sus protagonistas
son “Ninyas de Kaza Alta” como reza la canción que pone nostálgica a Matilda.
Ambas son hijas mimadas de familias pudientes, pero ahí acaba el vínculo en
común. A menos que agreguemos que ambas son tan clasistas que no saben
reconocer el verdadero valor de las personas. Hasta el final, Matilda sigue
depreciando a Celebi tal como lo despreció cuando era Aziz , el que le traía el
té a las oficinas de su padre. Luna se hace odiosa lanzándole en cara de su
madre que Rosa eran tan pobre que limpiaba baños y que es analfabeta.
¿Tom Hanks en
Amores con una Sefardita?
En mi búsqueda de
material me tropecé con varios filmes que retratan la vida sefardita dentro y
fuera de Israel, pero mi preferida ha sido una oscura película del comienzo de
la carrera de Tom Hanks. Every Time We Say Goodbye es una producción israelí
de 1986 muy menospreciada tal vez por ser considerada la película de más bajo
rating de la carrera de Hanks.
Aunque si bien es
cierto que fue hecho con muy bajo presupuesto, el filme tiene varios méritos.
Fue filmado en Israel con un reparto israelí (aparte de los principales) y es
uno de los cinco filmes de la historia del cine en incluir diálogos en Ladino.
Su gran problema, y lo dijeron los críticos, fue Tom Hanks.
Hoy cuando es un
astro legendario nos puede parecer aberrante considerar que él sea el culpable
del fracaso de una película, pero en 1986 era considerado un comediante. Faltaba
una década para éxitos como Filadelfia, Forrest Gump y Salvando
al Soldado Ryan. En su primera “película seria” Tom no encajaba, lo
asociaban con Jon Candy con quien había colaborado en un par de proyectos. Una lástima
porque viendo el filme en retrospectiva, su actuación es impecable, aunque el personaje
no sea muy simpático.
La acción tiene
lugar en Jerusalén, en 1942. David Bradley es hijo de un pastor pacifista de
Montana que ha contrariado a su padre enlistándose en la Real Fuerza Aérea
mucho antes de Pearl Harbor. Herido en combate es enviado a convalecer en Jerusalén
que en este momento es un hervidero de tropas británicas y del imperio.
Peter, el mejor amigo de David, está en amores con Victoria, una chica judía.
Victoria debe eludir la vigilancia de sus padres que no verían con buenos ojos
un romance con un gentil, por lo que le pide a Sarah, su compañera de oficina, que la acompañe a una cita donde se espera sea
la pareja de David. Ni Sarah ni David aprueban el romance de sus amigos que están
planeando casarse. Sarah es muy vocal en su rechazo y David se sorprende al
oírla hablar en español con Victoria. Mas cuando descubre que las familias de
las chicas salieron de España hace cuatro siglos y aún conservan la lengua de
sus antepasados.
Sarah se rehúsa a
seguir encubriendo los amores de Victoria, pero David ha quedado deslumbrado
con ella. Luego que la rescata a ella, y a su primo Nissim, de un australiano
borracho, el aviador pasa a ser parte del grupo social de Sarah. Primero Nissim
en agradecimiento, lo lleva a comer y le cuenta que ha amado a su infancia
desde su infancia, pero ella no le hace caso. Luego, Nissim invita a David a
una cena de Shabbath. El americano se sorprende ante lo extendida que es la
familia de Sarah ya que abuelos, tíos y sobrinos se reúnen en la misma mesa.
Aquí ocurre un
suceso interesante puesto que la acción tiene lugar en 1942, el mismo año en
que acaba la primera temporada de Beauty Queen… Los hermanos de Sarah se
burlan del uniforme británico de David. Amoscado, este pregunta qué tienen en
contra de los ingleses. Uno, el boxeador, responde, que algún día expulsarán a los ingleses
de su tierra.
Me pareció un
poco extraño que nadie en la familia vistiera el uniforme inglés, ya que más de
la mitad de la población judía con edad para hacerlo se enroló en diferentes
ramas del ejército británico como una manera de luchar contra Hitler. Lo vimos
en el caso de David Franco en The
Beauty Queen…Nissim dice que a él lo ha rechazado el comité medico por ser
muy flaco, pero no es excusa para sus primos saludables.
Para aliviar la
tensión creada por las palabras del hermano de Sarah, la abuela lee el futuro
del invitado en los pozos del café y le augura solo cosas buenas. Nuevamente tenemos
esa asociación del mundo sefardita con un espacio de supersticiones .
A pesar de lo que
ha visto y oído, David insiste en cortejar a Sarah, a pesar de las veces en que
ella lo rechaza. En su torpeza se aparece con una caja de víveres en casa de
los Perrera provocando el despectivo comentario de su suegra “creerá que somos menesterosos”.
La señora ya ha notado que “ezte manzevo” anda detrás de los huesos de su hija
y le prohíbe verlo. Mala idea, Sarah se rebela, se encapricha y acaba
desafiando a su familia para ponerse en amores con David. Debido a que este
filme puede verse gratis en muchos sitios (Tubi) no les cuento más para no
crear spoilers. Basta decirles que su final es tan abierto que no podemos
asegurar que sea feliz.
El filme ofrece
muchas viñetas de la vida familiar sefardita sobre todo la femenina, desde
mujeres cociendo ropa hasta depilándose con cera. Todo de manera grupal y abarcando
varias generaciones. Es comprensible entonces el dilema de Sarah y que no
quiera abandonar ese mundo. Otra queja del público ha sido esa. ¿Qué motiva a
Sarah a dejar atrás toda esa cultura tan rica en tradiciones que ella abraza?
David no está
interesado en conocer el mundo que ha fabricado a la mujer que ama. Ni desea
compartirlo ni lo respeta. De hecho, no cree ya ni en la religión de su padre
por lo que poco le vale la de Sarah. No se entiende como una relación que solo
se basa en lo físico puede durar. David
comienza a parecerse al Ismet de Club Estambul.
Si en la serie
turca, las protagonistas se definen por una cultura y una religión, Sarah de Every
Time We Say Goodbye se define por tradición y familia. En nuestro último
ejemplo, la unión entre hermanas, el recuerdo de los padres y el arraigo a esa
lejana Sefarad son los factores que determinan a los sefarditas.
Las Rosas de
Sarajevo
Un libro que perdí
de mi colección llevaba el nombre de La Rosa de Sarajevo y tocaba el
tema de la comunidad sefardita de Bosnia, la más importante en la Europa de
entreguerras. Curiosamente no sabía yo entonces de la existencia de la
maravillosa novela de Gordana Kuic cuya versión televisiva he tenido el
privilegio de ver en MHzChoice. Debo agradecerle a la Beauty Queen… el
hacerme ver esta historia de cinco rosas de Sarajevo, las Hermanas Salom (o
Levy como se llamaban en la vida real) desde otra perspectiva.
Fue en 1988 que Gordana
Kuic— en la todavía Yugoeslavia— publicaba El Olor de Lluvia en Los Balcanes.
El libro fue un superventas y no solo en su país. Desde entonces se le ha
traducido al inglés, al alemán, al italiano y al español. Se le convirtió en
ballet y, en el 2014, la televisión serbia la convirtió en miniserie
.
Como Kuic también
había escrito tres secuelas, se filmó en el 2011 la segunda temporada Olor a
Flor de Tilo en Los Balcanes. No sé cuando haya de verla. Ya he tenido
mucha suerte de conseguirla con subtítulos en inglés, a través de MHz Choice (
los que tienen Samsung TV prueben en ese canal que a veces la pasa aun sin
subscripción).
La primera vez
que la vi me disgustaron varias cosas: que las hermanas fuesen tan descuidadas
a la hora de casarse; que la miniserie tuviese una estética de telenovela con
muchos close-ups faciales y una iluminación poco común en esta era post HD. También
me quejé de los estrechos de los interiores. Todo eso son pelillos de la cola, puesto
que los vestuarios son llamativos, el elenco es atractivo, los exteriores son
bonitos y los personajes son muy queribles.
Para recrear a la
Familia Salom (Jacobo y Estera y sus hijos, un único varón y seis hermanas) Kuic se inspiró en su familia materna: Las
Levy. Conservó incluso algunos nombres siendo el más famoso el de Luna, luego
llamada Laura Papo Bohoreta considerada una luz en la literatura bosnia
y la escritora más reconocida del mundo sefardí.
¿Por qué nos gustan
las historias de hermanas? ¿Por que Alcott y Austen cifraron lo mejor de su
obra en familias donde amor, celos, envidia y competencia dividen y unen a tres
o cuatro mujeres de la misma sangre? No podemos decir que sea porque nos
ilusiona esta fantasía de armonía familia. Basta ver series como Ku’Damm o su emula
Nuestros Años Milagrosos (Unsere Wunderbaren Jahre), para ver que basta un
pequeño incidente para que las hermanas tomen partido unas en contra de otras. Ni
hablar de Las Crowley de Downton Abbey, capaces de darse las peores puñaladas
traperas.
Lo bueno es que Las
Salom no son así. Lo que alterará sus vidas no será por culpa de ellas sino de
la geopolítica de la región. La serie comienza en Sarajevo en 1914, en vísperas
de la visita del Archiduque Francisco Fernando a la región que entonces era
parte del imperio austrohúngaro. Un imperio sobre el que el archiduque pretendía
reinar.
Sn embargo la noticia más importante del día es que Estera envía a su hija menor Rebeka “Riki” por sal y la nena se olvida por estar admirando a las estudiantes de una escuela de ballet. Para cuando su padre y su único hermano Izak apodado “Atleta” llegan a cenar los espera un platillo soso. Riki es solo una más de las excéntricas hijas de Los Salom, las otras cuatro también son independientes de mente y cuerpo, sin ser irresponsables ni libertinas.
Mientras cocinan —la
cocina y lo que sale de ella es muy importante en la trama—Blanki, la penúltima
hija , interroga a su madre. ¿Cuál es su hija predilecta? Estera contesta en típica manera sefardita con
una anécdota familiar.
Los Salom eran
tan pobres que una vez tuvo que inmigrar toda la familia a Constantinopla en
busca de fortuna. La belleza de la pequeña Blanka atrajo el interés de un
hombre que quiso comprarla pensándola una muñeca. Aun a sabiendas que se
trataba de una niña de carne y hueso, insistió en pagar por ella. La madre recuerda
que, aunque se morían de hambre ni ella
ni el marido aceptaron la oferta. Sus hijas valen más que el oro. Por eso ella
las ama a todas por igual, pero sabemos que Blanki es su favorita y la más
hermosa.
Aunque, Jacobo y
su hijo tienen una reparadora de calzado y los Salom poseen una quinta, que
pertenece al abuelo, no son ricos. Las hijas mayores deben trabajar y eso
explica su independencia. Nina y Klara han puesto una tienda de sombreros, y Laura, la mayor y la más intelectual de la
familia, da lecciones particulares.
Laura, apodada Buka, también se la pasa en la librería de David, no tanto por
los libros como porque se ha encaprichado con un hombre que ya lleva el cabello
blanco.
Aunque David se
siente halagado, sabe que serían
infelices debido a las diferencia de edades así es que empuja a Buka a los
brazos de Daniel Papo, joven, agraciado, de buena familia. Con el corazón
destrozado, Buka acepta la oferta matrimonial de Daniel. Este episodio, que no ocurre en el libro, sirve para dar otra dimensión al personaje de Buka.
Ahora la vemos como una mujer con un secreto que acepta hacer lo sensato y
ocultar su pena de amor.
Daniel pide la
mano de Buka y rápidamente es aceptado por la familia. Hasta tiene permiso de
los padres de escoltar a su prometida a la llegada del archiduque. Las otras
hermanas, muy engalanadas irán detrás de ellos.
Antes de seguir
con la saga voy a detenerme en algunos aspectos técnicos. Aunque se ha recreado
cuidadosamente la atmosfera de la Sarajevo antigua, le falta un poco de manejo
de cámara y de ahí mi incomodidad oficial con ese look de telenovela añeja. El
vestuario es fastuoso, pero como ocurre con muchas series de televisión, cae en anacronismos y caos en lo que respecta a
la moda de diferentes épocas puesto que la serie abarca desde 1914 hasta el 44.
Compensan estas faltas,
la belleza y competencia de los actores,
la intensidad de la trama, la simpatía y emotividad de los personajes y el
placer de esta incursión a un mundo semi desconocido para muchos. Es tristísimo
ver que con muchísimo menos presupuesto y recursos Aroma de lluvia le
gana cien veces a La Reina de Belleza de Jerusalén.
De hecho, Beauty
Queen… reprueba las asignaturas donde descuella la saga serbia: creación de
personajes, descripción de la dinámica familiar, énfasis en la cultura
sefardita y, por, sobre todo, la atención al detalle histórico con inclusiones
de hechos puntuales.
Los Salom, a
diferencia de los Ermoza, no solo son una familia armónica además están muy
orgullosos de sus tradiciones que abarcan el idioma y la comida. Vemos a la
madre y a Blanka cocinando platillos típicos de la cocina sefardí y esa noche,
a solas viendo caer el crepúsculo los padres tocan la guitarra y cantan “Adyo
Kerida”. Aunque se puede decir que son más sefarditas que la familia Ermoza lo
que realmente las aparta es el recuerdo de la Spanya perdida. Spanya bella
terible dice el padre.
Cuando las Salom
reciben la visita de sus tías-abuelas—personajes de magna importancia en la
familia—ellas le recuerdan que no basta hablar Ladino. Hay que vivir lo sefardita,
nunca olvidar el modo de vida que sus ancestros llevaron en España. Cuan
diferentes a los Ermoza que, según la novela, llegaron a Jerusalén de Toledo a
fines del Siglo XV, pero cuya cultura parece única a la par de su soberbia que
no nace de linajes sino de reglas de clan.
A medida que la
familia Ermoza se adentra en el Siglo XX, va perdiendo ese eslabón al pasado
europeo que es casi un tema de fondo, un desligamiento de la historia de los
judíos exiliados. Cuando Mercada se siente expulsada por su familia se va a
casa de una prima en Toledo. Gabriel dice que las cosas “están mal en España”.
De nuevo ignorancia. 1931 es el año de la Republica y esta invita a los
sefarditas a retornar a Sefarad (Ley Primo de Rivera de 1929). Mi bisabuela
dejó Italia ese año y se instaló en Madrid a la espera de ser nacionalizada
española.
Obviamente ni los
Ermoza están pendientes de lo que pasa en Spanya, ni los creadores de la
serie saben de historia. Para mayor
injuria, Mercada retorna a Jerusalén en 1941 y en vez de hablar de la situación
en Europa o de la Guerra Civil, suelta tremenda paparrucha. ¡El gobierno de
Franco esta arrestando a los judíos españoles y entregándolos a los alemanes
para que los envíen a Polonia! Ni me molesto en comentar.
Por el contrario,
en la saga de las Hermanas Salom hay un equilibrio entre su herencia española,
su judaísmo y la historia contemporánea de la tierra que los ha acogido. En el
primer capítulo ya tenemos mención de la llegada del heredero al trono, todos
parecen entusiasmados con los festejos que acompañaran esa visita. Sin embargo,
Daniel Papó le dice a su futuro suegro que sus amigos serbios consideran ese
evento como una provocación en contra de Serbia y de las minorías bosnias. El
parece compartir esa opinión que es un foreshadowing de lo que vendrá.
Los tiros de
Gavrilo Princip provocan una estampida. En el tumulto, las hermanas se separan y cada una por su
lado, retornan a la casa, pero la traviesa Riki se ha perdido. Lo que entre los
Ermoza sería un momento de recriminaciones y señalamientos de culpas aquí es
manejado con gran presencia de ánimo y sentido práctico. Blanki se queda en
casa con el abuelo, los demás se separarán para buscar a Riki. Esta regresa y
el abuelo fallece de un infarto esa misma noche.
Vemos las
consecuencias del atentado. Saqueos y malos tratos de la población serbia
residente en Bosnia. Unos vecinos serbios ponen a recaudo sus pertenencia con
los Salom. La declaración de guerra de Austria obliga a Atleta a enlistarse en
el ejército. Incluso Skoro, amigo de Daniel y de origen serbio debe pelear por
el bando imperial. Esto, aparte del ataque de conciencia, le provoca contratiempos románticos ya que ha
iniciado una relación con Nina. Los Salom se tranquilizan con su partida al
frente, ya que no aprueban el romance de una de sus hijas con un cristiano.
Nina está enamorada y no vacila en ir en busca de Skoro a un hospital de campaña.
La muerte del
patriarca durante la guerra dejará a Estera casi imposibilitada de impedir que
tres de sus hijas se casen con cristianos o que Riki se marche a Belgrado (cuando
ya pasé a existir Yugoeslavia) a ser bailarina de ballet. Para cuando Atleta se
casa con una askenazia, nadie está para reprocharle puesto que al menos
se trata de una judía.
La serie va describiendo la evolución de la familia a medida que pasan estos sucesos. Antes que todo, deben responder a su comunidad. Cuando los otros sefarditas se enteran de la relación de Nina con un cristiano comienzan a hacerle el vacío a Jacobo en la sinagoga, nadie va al cumpleaños de Blanki y las tías se presentan en casa a exigir el fin de esos amores. Ante la sorpresa de todos, Jacobo y Estera apoyan a su hija. Las tías se marchan indignadas, pero antes lanzan una maldición sobre ellos “que todas tus hijas se casen con cristianos.”
La importancia de
las maldiciones es conocida en el folklore judío universal. Luego que un
sacerdote (“un rabino cristiano” como lo llaman las hermanas) bendice la boda
de Skoro y Nina en el jardín de los Salom, las hermanas de la novia se casarán
con cristianos. Blanki incluso se convertirá al catolicismo para escapar de la
persecución nazi. Klara será infeliz, Nina muy feliz. Blanki encontrará prejuicios
entre sus parientes políticos y Riki, embarcada en su carrera artística, se enredará con hombres que no le convienen.
La obra retrata
lo que realmente ocurrió con la madre y tías de la autora. No es un llamado a
los matrimonios mixto, a pesar de que la única que se casa con un judío sea la más
infeliz. en la vida real, Daniel Papo volvió de la Gran Guerra con un trastorno
de los nervios que acabó con él internado en un sanatorio. En la serie él le ha
ocultado a Laura un historial familiar de trastornos mentales que se manifestará
en delirios , paranoia y horribles escenas de celos. Hay que ingresarlo a un
sanatorio. Laura será el sostén de su familia y al serlo contribuirá a la
literatura de su pueblo y al mantenimiento del Ladino.
A través de la
serie vemos como las hermanas sobreviven malos matrimonios, romances fracasados
y otros problemas. La pérdida de los padres las une más. Es en su unidad donde
mantienen idioma, folclore, cocina y todo lo que significa la cultura judeoespañola.
Sin embargo, Gordana Kuic está escribiendo sobre un mundo desaparecido. No será
la asimilación ni los matrimonios mixtos los que acabarán con la civilización
sefardita, sino el Holocausto que puso
fin a la presencia sefardita en Europa.
Hoy casi no
quedan comunidades sefardíes en el Mediterráneo. Se les encuentra más en
Montreal que en Sarajevo. Lo que se llama sefardita en Israel consiste en
inmigrantes marroquíes o argelinos que apenas conservan el idioma, o descendientes tal vez de familias como los
Perrera de Everytime We Say Goodbye o los Ermoza de The Beauty Queen
of Jerusalem que, ya vemos, no son representativos de la grandeza de lo que
fue la civilización sefardita
You are very disciplined if you managed to survive all 20 bad episodes LOL I sometimes have that discipline, sometimes not. I stuck with Elizabeth till the end even though I hated every second of it. Will start House of Dragon next week and expect I will hate it too LOL
ResponderEliminarFrankly, Gattocito, it was an ordeal. Bless the fast/forward button. But you are game, going to the Dragons? I'm not getting close to it if I can help it.
EliminarI will just see the first ep to establish whether it is disgusting to watch or not, and will then decide on the further action. I am excited about Rings of Power, though.
EliminarI have a lot of respect for Tolkien, but I’m not into High Fantasy. GOT was an exception because it presented parallels with medieval history and characters were so riveting.
EliminarWhat is it that you don't like about it? I mean it is stunning sets, amazing costumes, kings and queens - pure escapism.
EliminarFor starters, I don’t like escapism LOL I like period pieces that are set in historical times peopled by real persons or those that could have existed. I’m not into dragons. I’m not impressed by House of Dragon’s settings or clothing, and I don’t find the characters interesting or mildly attractive.
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