Heads Have Rolled for Less: The Gilded Age 1x06

 

Fue un capítulo de humillaciones y traiciones para la pobre Agnes. Realmente me dio pena. Esa Mrs. Armstrong merecería ser aventada del ferry en el East River. Es peor que O’Brien. Algo que tienen en común Agnes y Bertha es que están rodeadas de gente que no es de confianza.

Bertha recibe dos buenas noticias, George recibe una pésima

El dinero Russell habla por sí solo y le compra a Bertha un sitio en el Comité de la Cruz Roja. A Ann le da una pataleta y se marcha intempestivamente del lugar de votación. Aurora se acerca a Bertha y le da otra buena noticia. Ward McCallister “se ha invitado” a almorzar donde los Russell.

El que está abrumado es el pobre George. El descarrilamiento ha dejado cinco muertos y muchos heridos. La investigación preliminar deja en claro que se trataba de materiales defectuosos. La policía investiga y George contrata unos detectives de la Agencia Pinkerton para que investiguen por su lado. Quiere descubrir quien ha causado esta tragedia.

En casa, George no recibe mucho apoyo. Todo lo que se le ocurre decir a su mujer es que este escándalo puede afectar su almuerzo con McCallister. Por primera vez vemos al Señor Russell reaccionar con ira ante un comentario de Bertha. Pide disculpas de inmediato, pero se siente que algo se está resquebrajando por ahí.

Peggy también recibe buenas noticias. Sus notas sobre Clara Barton han elevado el número de subscriptores del New York Globe. Viaja a Brooklyn a compartir la buena nueva con su madre (a la que encuentra tocando a Beethoven en el piano) , pero Dorothy le dice que al padre sigue sin convencerle la carrera de su hija. Si el Señor Scott le quitó su hijo a Peggy, no merece ni perdón ni consideración.

A Marian comienza a intranquilizarla el estado de su relación con Tom Raikes. La solución se la da Mrs. Chamberlain. Le dice a Marian que ir en contra de las reglas sociales solo debe hacerse inspirada por un gran amor. Marian reconoce que no sabe si siente un gran amor por el Licenciado Raikes, pero nunca lo sabrá si no pueden pasar más tiempo juntos. Mrs. Chamberlain le ofrece su casa (esperemos que no su alcoba) para recibir al abogado. 

Aunque Silvia Chamberlain quiere ayudar a Marian porque es su única amiga, tampoco está muy convencida de que Raikes sea el novio indicado. Mejor es entonces que Marian se encuentre con el licenciado donde haya una chaperona vigilándolos. Tía Agnes, Silvia Chamberlain y hasta Peggy tienen sus dudas sobre Raikes. Hora es de que también las tengamos nosotros.

Gladys en el País de Las Muñecas

Otra buena noticia para Bertha. Archie Baldwin ha cumplido con su promesa y escrito a Gladys. Aunque es una ofensa criminal leer correo ajeno, La Russel abre y lee una carta dirigida a su hija. Hasta George está escandalizado. Bertha cree que la carta todavía no va a ser suficiente para des-convencer a Gladys y pretende no entregársela. George se la arranca de un manotazo. Ya no solo vemos su ira también gestos violentos. Brrr! Parece que la Power Couple se tambalea.

Bertha lívida, dice algo que suena a amenaza: “no te me vuelvas blando”. ¿Querrá eso decir que si George se humaniza (emblandece) ella va a dejarlo? La respuesta de George es “nadie te puede acusar de blanda”.  ¿Querrá eso decir que a él le gustaría tener una esposa menos dura?

George va donde su hija, trata de consolarla, y se culpa de todo, contándole como chantajeó a Archie. Gladys, que no es tonta,  sabe que es su madre la que se esconde tras su infelicidad. Le dice algo que viniendo de una hija duele más. ¿Como un hombre tan poderoso como George Russell es incapaz de enfrentársele a su mujer?

Es algo que todavía martillea en la cabeza de George en su próximo confrontación con Bertha. Larry ha recibido una invitación para un té en casa de Mamie Fish. La invitación incluye a Gladys. Bertha enseguida da un rotundo “no”, pero tanto George como sus hijos insisten. Larry consigue permiso recordando a su madre que Carrie Astor vendrá al té. El nombre mágico ablanda a Bertha.

Mamie Fish era reconocida por dar fiestas extravagantes (ofreció un baile para perros una vez) así que no es de sorprender que ofreciera tes de muñecas para entretener a sus hijos pequeños. Una licencia de la serie es hacer a Mamie más vieja de lo que era. En 1889 solo tenía 29 años y su hija Marian tenía dos añitos. Aquí la ponen mayorcita. El famoso té es una variación de lo que en mi época se conocía como “bautizos de muñecas” . Hoy puede escandalizar a los gringos, ya que les tienen terror a las muñecas que según las mituteras solo obligan a las niñas a desarrollar depreciables instintos maternales.

Larry presenta a Gladys con Carrie que está llorando en silencio y las deja a solas. La chicas se simpatizan inmediatamente y las une algo que en Gossip Girl explicaron muy bien con “llega el día en que una jovencita descubrirá que su madre está más loca que ella”. Ya conocemos las cuitas de Gladys. Hora es de hablar de lo que hace llorar a Carrie.

La pobre Mrs. Astor no tuvo suerte con sus hijos. El único varón se hundió con el Titanic. De sus cuatro hijas, solo Helen (que apareció en el primer episodio) se casó con alguien que sus padres aprobaron. La mayor Emily había muerto de parto el año antes de Carrie y Gladys conocerse. A Helen solo le quedaban nueve años de vida. Su hermana Charlotte provocaría tantos escándalos que sus padres la desearían muerta.

En 1880, Carrie casi recién presentada en sociedad conoció a Marshall Orme Wilson y se enamoró de él. Los Astor no vieron con buenos ojos ese romance. Los Wilson eran Confederados de Tennessee y un poquito Robber Barons. A pesar de que , la hermana de Orme, Mary Rita se había casado con un Knickerboker (“Los Goelet”que se mencionan en la serie) , Los Wilson hubiesen sido catalogados por Mrs. Van Rhijn como “New Money”.

                                                    La verdadera Carrie Astor

Los Astor no se opusieron abiertamente en contra del romance, pero si pusieron cortapisos a la boda dilatándola constantemente. Para el té de Muñecas, Orme y Carrie llevaban dos años esperando el permiso de los padres de ella. Todavía tendrían que esperar otros dos años. Fueron los desórdenes alimenticios que casi llevaron a la tumba a Carrie los que convencieron a su madre. Orme y Carrie tuvieron un exitoso matrimonio y permanecieron juntos hasta la muerte.

A Carrie realmente le cae bien La Niña Russell y le cae de visita. Apenas Bertha se entera que su hija tiene una visitante irrumpe en el cuarto con la sutileza de un paquidermo. Le hace reverencias a Miss Astor, dice un par de tonterías que demuestran su ignorancia y al salir,  se queda fisgoneando tras la puerta. Ni Turner es tan…callampera.

Como Robarse un Mayordomo

Bertha deja en paz a su hija porque su preocupación del momento es el Almuerzo McCallister. ¿A quién invitar?  Aurora Fane le aconseja invitar a los mismos comensales a los que conoció McCallister en su casa puesto que lo pasó tan bien con ellos. Otro consejo de Aurora que pone histérica a Bertha es que a Ward le gusta que lo atiendan “a la inglesa”.

Mrs. Bruce aconseja a su ama de pedir ayuda al mayordomo de enfrente, puesto que Mr. Bannister es inglés. A Bannister le encanta esta oportunidad de dar catedra a Boudin y Church que ya lo quieren convertir en shish ke bab. Bertha se da cuenta que no se la puede sin Bannister y le ofrece $100 (como $3.000 de hoy) para que le mienta a la patrona y venga salvar su almuerzo.  Y así comienza una sarta de traiciones en contra de Mrs. Van Rhijn.

Tía Agnes traicionada

Bannister le ordena a Jack que les sirva el almuerzo a sus patronas (¿se imaginan a Carson haciendo algo parecido”) y le hace un cuento chino a Mrs. van Rhjin que tiene que ir a ver a un abogado que solo atiende a hora de almuerzo. Obvio que Agnes no le cree, pero no lo detiene.

Marian que ha ido a comer con Los Russell se encuentra con el mayordomo, pero promete guardarle su secreto. Church está que llora de ira, porque Bannister no comete ningún error. Algo que no se puede decir del pobre Jack quien derrama el vino y casi mata de hambre a Ada. Agnes amablemente le promete no contarle de sus torpezas a Bannister. “no vaya a ser que crea que lo echamos de menos”.

La comida va cada vez mejor. Bertha ha puesto “sorpresas”(Party favors) para cada comensal. Abanicos dorados para las damas y pitilleras de oro con monogramas para los caballeros. Todo perfecto hasta que…¡ se aparece Agnes van Rhijn! ¿Qué sucedió?

Pue nada, que justo a la hora del postre a Agnes le llega un anónimo contándole donde está Bannister en ese momento. Furiosa, Agnes ni sabe cómo cruza la vereda e irrumpe en la Casa Russell con toda la majestuosidad y la ira de un dragón Targaryen, pero cuando ve la grandeza de la casa se cohíbe. Aun así, prosigue hasta el comedor donde encuentro a sus sobrinos y a Ward McCallister. es ahí cuando cae en el ridículo que está haciendo.

Esto me ha recordado cuando Isobel, en “Downton Abbey”, permitió que Mrs. Patmore ayudase a la criada Ethel (a quien Mrs. Crowley había sacado de la prostitución) a preparar una cena para agasajar a todas las Ladies Crowley. Mientras Carson le plantaba su regañina a la pobre cocinera, Robert irrumpía en el comedor de su consuegra a exigir que las mujeres de su familia se marcharan puesto que no podían comer una cena “contaminada” por la presencia de una ex trabajadora sexual.

También me recordó cuando Lady Rose y los Crawley fueron a pasar un weekend con los futuros suegros, Lord y Lady Sinderby. El mayordomo encolerizado con su patrón envió recado a la querida de Sinderby para que se presentase con su hijo ilegitimo en la casa. Solo la presencia de ánimo y astucia de Rose lograron rescatar a su suegro de un brete.

Ahora también ocurre algo parecido. Tanto Marian como Aurora inventan que Tía Agnes ha venido a “saludar” a Mr. McCallister. Los Russell demostrando finísimos modales invitan a la intrusa a sentarse y compartir su mesa. La augusta dama se retira muy abochornada. Mas tarde le dirá a Armstrong que perdió los estribos y que eso la dejó en ridículo. Solo se culpa ella. Bannister está en un limbo porque la patrona no le ha dicho nada. Bueno solo el título del episodio: "Por menos han rodado cabezas". 

Por una vez, Marian siente lástima por su tía. El consejo de Peggy es que debe ayudar a Agnes a encontrar su sitio en este mundo nuevo. Primero me molestó que Peggy mostrase tan poco interés en Agnes que tan buena ha sido con ella. Tampoco entiendo el apoyo que Peggy le da a Bertha que no la hemos visto dirigirle la palabra. Por otro lado, ¿qué significa encontrarle a Agnes “un lugar en el mundo nuevo”? Todos los viejos deseamos ser relevantes en un mundo nuevo, pero eso no significa abrazar todo lo moderno, porque no todo lo ‘Nuevo” es bueno. Si lo fuera, las generaciones posteriores no lo combatirían.

La pregunta del millón: ¿Quién mandó el anónimo?  Dicen que Turner,  pero no gana nada con eso. Dicen que Bertha. ¿Pero hubiese arriesgado su almuerzo importante con un posible escándalo de su vecina? Yo le apuesto a Church.

La Ponzoña Armstrong

Ha llegado el momento de hablar de la sierpe que Agnes permite en su casa. Armstrong es más molesta que el Covid. A pesar de que la semana pasada vimos que también carga una pesada cruz, esa no es excusa para ser tan venenosa. Peggy va a salir a hacer unas encomiendas. Le ofrece a Armstrong hacer las suyas. La doncella enojada le contesta con brusquedad y luego se queja que Peggy quiere quitarle el puesto. Ay, Señora Armstrong, entérese que el cociente intelectual de Miss Scott le permite aspirar a cargos mejores.

Luego Armstrong va a sembrar cizaña en contra de la secretaria. Primero con Bannister. Le susurra que Peggy puede estar comprometiendo a la Mansión van Rhijn con sus escritos. El mayordomo no le hace caso. Armstrong entonces se va con el chisme donde la mera patrona. Ahí arde Troya y no como desea la doncella.

Agnes encolerizada acusa a su criada de estar llena de prejuicios y no poseer compasión. La alerta de que si sigue con sus dimes y diretes sobre Peggy se las tendrá que ver con ella. Armstrong no escarmienta y pronto tiene una oportunidad para vengarse.

En su día de salida, Turner va a sus citas secretas con Oscar van Rhijn en Central Park. Le aconseja escribirle a George que está de capa caída ofreciéndole su apoyo. La pareja llega la Quinta con 61 y se despiden. Ni un besito ni un achuchón, pero la mente sucia de Armstrong que los divisa ya construye todo un escenario porno y así se lo presenta a Agnes a la que casi le da un sincope. ¿Su niño tras las faldas del servicio, y de una criada de los Nuevos Ricos más encima?  

George en problemas

El episodio acaba en una pésima noticia para Los Russell. Han encontrado al maleante, pero este tiene pruebas de haber usado materiales dañados por órdenes de George. Como dijo Ann esto significaría que Russell sería responsable de cinco homicidios.

La Rebelión de La Joven Guardia

Lo que más me gustó de este episodio fue como los Chicos Russell están rebelándose al bullying controlador de su madre. Marian se convierte en custodia de otro secreto. Larry quiere ser arquitecto y a espaldas de su madre está explorando el mercado laboral bajo el ala de Stanford White.

Realmente quiero que veamos más de la amistad Carrie-Gladys. Sería como una Gossip Girl de La Gilded Age. ¿A ver quién sería Blair y quien la It Girl?  A propósito, si a alguien le interesa la combinación Anna Godbersen escribió un cuarteto de novelas juveniles que trata la vida de los jóvenes del alto Manhattan en La Edad Dorada. En inglés se llama The Luxe, en español los traductores le pusieron el extraño título de Latidos.

Es mi costumbre incluir enlaces a artículos o reseñas que hayan llamado mi atención esta semana. El primero es de Akash Sing  y alude a un problema que yo también he visto con sorpresa que dentro y fuera de la pantalla aman a Los Russell. ¿Como se explica que se admire a los representantes de taras condenadas por las huestes woke (principalmente por Millenials y Zetas) como la codicia, la ambición y el bullying?

El segundo es del Decider, donde Meghan O’Keefe hace un homenaje a Agnes van Rhijn, el mejor personaje de la serie y no solo por sus citas agudas o modos imperiosos, sino porque representa una moral tal vez anticuada pero que es la básica para que quien la siga pueda mirarse al espejo todas las mañanas

Contenido violento y Gory: Cero

Contenido Sexual: Cero

Contenido Feminista: Cero. ¡Qué capitulo tan aburrido!

Factor Diversidad: Un cochero se niega a llevar a Peggy. Cuando Marian se molesta, Peggy le dice “tu recién descubres la injusticia. Yo la he vivido toda la vida”.