miércoles, 24 de marzo de 2021

Harlots: La importancia de ser cortesana en el Londres dieciochesco

 


El final de “Ekaterina” me dejó con nostalgia del Siglo de las Luces, con ganas de ver espadachines con tricornios y damas disfrazadas de Pompadour con pelucas empolvadas. Mi búsqueda dio con dos series situadas en el Londres del Siglo XVIII. Solo que, en vez de emperatrices, sus ministros, rivales y amantes, me encontré con algo parecido al arte de William Hogarth: prostitutas, delincuentes parecidos al Mark The Knife original, y algún que otro juez honesto que busca inspirar justicia. Esta es mi impresión de “Harlots” y de “City of Vice”.

Escritores en Contra del Vicio

En el 2008, la BBC decidió apostarle a un tipo de drama de época diferente. Tras hurgar en los archivos históricos descubrió que los antecesores de la policía londinense no fueron los famosos “Bobbies” creados por Sir Robert Walpole a comienzos del Siglo XIX. Anteriormente, y en la cúspide de la delincuencia londinense, había existido un equipo llamado los Bow Street Runners (corredores de la Calle Bow) que habían operado en un Londres plagado de vicios que precedía a la urbe victoriana que sería un siglo más tarde.

Aún más fascinante, este equipo fue creado por órdenes de un juez llamado Henry Fielding, un caballero que los maestros de literatura conocemos como el padre de la picaresca inglesa y de la novela moderna. Yo no sabía que el autor de Tom Jones había sido magistrado y llevado una vida tan pintoresca. Tampoco sabía que había tenido un hermanocatólico e invidente que llegó a ser casi tan famoso como Su Señoría. En “City of Vice” el Juez Fielding es interpretado por Ian McDiarmid y su hermano por Iain “Jorah” Glen.



De los anales del Old Bailey, los guionistas extrajeron cinco casos reales que dramatizaron. Esos son los que componen la primera temporada de “City of Vice”.   Por lo cinco episodios desfilan prostitutas (y prostitutos), proxenetas, y criminales irlandeses. Para crear más atmosfera introdujeron una voz narradora y un mapa del Londres de los 1740s que ayuda a trazar la trayectoria de los precursores de la policía londinense, casi tan violentos como los criminales que persiguen.

Es una lástima que la serie solo durase una temporada. A pesar de los elogios de la crítica, “City of Vice” ofendía sensibilidades de entonces y de hoy. Para comenzar no era un show atractivo. El público amigo del period piece estaba acostumbrado a escenarios lujosos, vestuarios fastuosos, historias románticas y bellos protagonistas. No solo “City of Vice” carecía de todos esos ingredientes, era también predominantemente oscura tanto en iluminación como en trama.

El espectador se sentía perdido en esos espacios estrechos, miserables y poco iluminados, donde todo era sórdido y violento. Como, nos guste o no, el público del drama de época es principalmente femenino, los elementos que buscamos las mujeres en el género (romance, protagonistas guapos y heroínas con las que podamos identificarnos) son primordiales para que una serie nos atrape.



“City of Vice” nos presentaba mujeres desaliñadas expuestas a la brutalidad masculinael primer caso involucraba a un asesino en serie de prostitutas pero no había entre ellas ninguna luchadora por los derechos femeninos, ni siquiera alguna huerfanita que inspirase amor en los Hermanos Fielding. Estos caballeros trataban al conglomerado femenino con una mezcla de moralidad puritana y la falta de respeto que otorgaban a todo este lumpen de malhechores que combatían.



Para colmo hay cierta hipocresía en los Fielding. El autor de Tom Jones puede dar discursos de moral, pero como le recuerdan se ha casado con una criada a la que embarazó.

Lamentablemente, este factor que podría haberse trabajado en provecho de la serie queda reducido a escasas apariciones de la segunda Mrs. Fielding. Su esposo se queja de que sigue comportándose como una criada sin reparar que él mismo no le da el lugar que corresponde a la mujer de un magistrado.



En suma, “City of Vice” era aquejada y no me gusta usar de este términopor una masculine gaze. El Londres Hogarthiano necesitaba urgentemente de una mirada femenina. Tomaría casi una década que; llegase esa mirada de parte de Alison Newman y Moira Boffini, las creadoras de “Harlots”. 

NOTA: Para quienes tengan acceso a Tubi recomiendo ver “City of Vice”. Tambien esta gratis en YouTube

La Harris’ List y las Meretrices

“Harlots “es una serie de Hulu que el Canal Cosmopolitan pasó en España bajo el título de “Cortesanas” y FoxPremium dio en America Latina. La primera escena trae un letrerito que dice que, en 1763, una de cada cinco mujeres londinenses se dedicaba al oficio más viejo del mundo. Inmediatamente vemos a esas mujeres y oímos como la virginal Lucy Wells (Eloyse Smyth) les lee a las “pupilas” de su madre la descripción que de cada una de ellas hace La Lista de Harris de Covent Garden.



Esta lista o directorio existió en realidad. Lo componía un tal Samuel Derrick, inspirado por Jack Harris (quien también aparece en “City of Vice”) un proxeneta londinense. Entre 1751 y 1795, Derrick compilaría este listado de prostitutas, de algún postín (nada de callejeras). Creado para la satisfacción de los clientes (o culls como los llaman en la serie) el catálogo era como una moderna guía turística de restaurantes, puesto que indicaba direcciones, nombres, atributos y servicios prestados por cada trabajadora sexual.

Con esta moral ambigua e hipócrita que nos rige aun en el siglo 21, puede sorprendernos saber que en la Inglaterraque todavía no conocía el membrete de “Victoriana” el meretricio era considerado como otra profesión abierta la a mujer de bajos recursos. Incluso más cómoda, lucrativa y con posibilidades de movilidad social que vender pescado en la feria.

Así conocemos a Mrs. Lidya Quiqley (Lesley Manville), una madame de alta esfera, que tiene jueces en su bolsillo, se codea con la aristocracia, y regenta un establecimiento colmado de refinadas damiselas que parecen ‘muñecas de porcelana empolvadas” (así las describe Charlotte Wells). Un poco diferente al más prosaico burdel de Margaret Wells (Samantha Morton), ex pupila de Mrs. Quiqley.

                                           Guerra de Celestinas

Yo conocía un poco el mundo de la prostitución inglesa georgiana gracias a clásicos como la Moll Flanders de Daniel De Foe (la versión de Alex Kingston y Daniel Craig está gratis en Tubi) y tratados pornográficos como Fanny Hill y su secuela La Hija de Fanny Hill, pero me interesó ver una visión más “seria”.

Me refiero a que quería ver el impacto socioeconómico que las Damas del Pavimento provocaron en la Inglaterra Georgiana. ¿Se alcanzó el nivel de importancia de lo ocurrido en sociedades fronterizas, tales como la del Far West o la de Las Antípodas, donde una prostituta podía enriquecerse, volverse respetable y convertirse en una de las Madres Fundadoras de naciones emergentes?

Me fascinaba saber que las rameras londinenses operaban en todos los estratos sociales y que eran diversas.  Esto no es una inserción artificial de la serie. La población del Londres de 1763 abarcaba una amplia cantidad de lo que hoy llamamos anglo-africanos, tanto esclavos como libres. Ese es el ejemplo de William North (Danny Sapani), la pareja de Margaret Wells, o la prostituta Harriet (Pippa Bennet-Warner),

  
                             Charlotte y su "Pa" 

La serie nos relata que en ese entonces una sexoservidora podía ir de lo más bajo, la que atendía clientes en callejones, hasta ser la dueña de un elegante establecimiento y proveer servicios a lo más granado de la sociedad británica. “Harlots” también nos describe una opción más apetecida, que es la que Margaret aspira para sus hijas Charlotte (Jessica Findlay-Brown) y la inocente Lucy: ser la querida de un noble millonario que la instale en lo que los latinoamericanos conocemos como “la casa chica”, donde pueda sentirse y ser tratada como señora casada.

El Matriarcado de la Prostitución

El problema con “Harlots” es que, en vez de mostrar ambos lados del negocio, se concentra solo en la parte más oscura y degradante. Termina siendo una fábula moralista mitutera donde todas las mujeres son víctimas y todo los hombres (a menos que sean pobres y negros) son monstruos pervertidos y pervertidores. Incluso las mujeres de la aristocracia como Lady Caroline o Lady Isabella (Liv Tyler) son víctimas de sistemas patriarcales.



Esto ‘ultimo no es totalmente cierto a juzgar por las anécdotas escandalosas que nos ha traído la historia social de ese entonces. Ahí tenemos los casos de la bígama Duquesa de Kingston o la infamosa Lady Seymour Fleming que interpretara Natalie Dormer en “The Scandalous Lady W” hace un par de años. De hecho, mujeres como Lady W que no podían ser presentadas en la sociedad respetable, se reunían en el burdel de Sarah Pendergast en lo que se conocía como The New Female Coterie.



Tras ser rechazada por el exclusivo club Female Coteriedebido a sus adulterios y conducta bisexual la Condesa de Hartington fundó este club alternativo para albergue de damas de sociedad que quisiesen discutir lo que hoy llamamos liberación sexual y de paso, aceptar clientes y ganarse unas moneditas. Uno de sus miembros, Lady Penelope Ligonier atendió en una ocasión (enmascarada) a su propio marido.  

El patriarcado no podía dominar a toda una sociedad femenina, alta o baja. La ironía es que “Harlots” nos describe que es un sistema “matriarcal” el que domina la prostitución. Hasta la Tercera Temporada, vemos el mundo de la trata de blancas manejado por dueñas de lupanares que fungen como figuras maternas de sus empleadas.

 A Margaret la vendió su madre (por un par de zapatos) a Lydia Quigley, cuando tenía solo 10 años. Margaret también vende la virginidad de sus hijas al mejor postor.  La serie intenta convencernos de que Margaret es mejor que Lidya, pero sus acciones muchas veces lo desmienten. En la demente rivalidad entre las dos madames, Lidya clava la puñalada más profunda al atraer a Charlotte a su burdel. Cuando la convence de trabajar para ella, La Quigley usa lenguaje maternal. Margaret, siente esa traición como el peor castigo. Lidya Quigley no le ha quitado a la mejor prostituta, le ha robado el amor de su hija.

                        Charlotte calma a su hermana cuya virginidad ha sido vendida

Sin embargo, los peores monstruos en esta historia no son ni las madames ni fanáticas religiosas como las cuáqueras Cromwell que casi incendian el establecimiento de Margaret, ni la justicia que a ratos es ciega, otras veces le hace guiños a la moral, y otras se vuelve turnia y mira por el bienestar de las prostitutas.

El peor monstruo es la sociedad secreta de Los Espartanos, un club de aristócratas que se encarga de crear orgias, a lo Jeffrey Epstein, en las cuales se viola y tortura jovencitas vírgenes. Aunque vagamente basado en el blasfemo Hellffire Club, la Sociedad de los Espartanos lleva a su ultimo limite sus fantasías de dominación y sadismo liderada por el atractivo Lord Fallon (Ben Lambert). Este individuo, tan fascinante y letal como una cobra, se obsesiona con Lucy Wells.

Los Peligros del Oficio

No he podido encontrar un equivalente histórico de un club tan peligroso como Los Espartanos, pero existe un equivalente literario.  Cuando la protagonista anónima de La Hija de Fanny Hill es llevada a una orgia donde supuestamente solo asisten vírgenes, es desenmascarada por un ex cliente. En castigo, la azotan públicamente. Durante el castigo, ella es testigo de la violación de otras jovencitas.



La obsesión con vírgenes en ese entonces se debía al temor de contraer enfermedades venéreas de parte de una prostituta infectada. Existía (en toda Europa) un mito de que, para quienes ya habían recibido una patada de Venus, la cura estaba en tener sexo con vírgenes muy jóvenes, casi niñas. Lo que la serie no nos muestra es que la sífilis y la gonorrea eran los flagelos de la profesión.  La pandemia de enfermedades venéreas representaba mayor peligro para las rameras que cualquier Espartano.

La fijación de la historia con Los Espartanos evita mostrar las posibilidades que una sexoservidora tenía en aquel entonces.  Aunque veamos a Margaret en la ópera aceptando ofertas por la virginidad de su hija menor, “Harlots” no nos cuenta que muchas cortesanas alternaban su oficio con el de actrices o cantantes lo que les permitía acceder a estratos sociales más altos y clientes más adinerados.

Un caso interesante fue el de las Hermanas Guinan. A pesar de ser nietas legitimas de Lord Mayo, la pérdida de fortuna de su familia las empujó a dedicarse a las tablas. Ambas acabaron casadas con aristócratas. Aunque se desconoce si alguna vez, Las Guinan, tuvieron que vender su virtud, hubo muchos casos de prostitutas célebres que adquirieron fortuna y respetabilidad como queridas de hombres importantes y con renombrados apellidos.  No todos los keepers de una cortesana eran ineptos como Sir George (Hugh Skinner) o sádicos depravados como Lord Fallón.



El caso más triste fue el de Martha Ray que desacredita la teoría de “Harlots” de que el único hombre bueno para una prostituta es uno de baja calaña. Martha había ascendido en la escala social gracias a su hermosa voz, así conquistó al Conde de Sándwich (el inventor del emparedado). Lady Sándwich había perdido la razón, por la cual su esposo formó otro hogar con Martha con la que tuvo cinco hijos.

Todo iba muy bien, hasta que, en una velada, Martha conoció a un soldado llamado Janes Hackham. Este individuo se obsesionó con ella, llegando a proponerle matrimonio en varias ocasiones, y a pesar de los muchos rechazos de Martha. Creyendo que lo despreciaba por baja estofa, Hackham abandonó el ejército y tomó las órdenes religiosas, convirtiéndose en pastor anglicano. Este cambio no alteró su obsesión y al verse nuevamente rechazado, esperó a Martha una noche que salía de una representación teatral, y la mató.

                                           Martha Ray

No es que la profesión en si no estuviese exenta de peligros. La Lista de Harris menciona que muchas de las ingresadas en ella entraron al meretricio “a la fuerza” (léase: fueron violadas).  Había conciencia de que muchas prostitutas habían sido seducidas con falsas promesas y engaños por parte de sus explotadoras. Hogarth, en una serie de grabados, ilustra las trampas que una alcahueta utiliza para atrapar a una joven campesina y obligarla a vender su cuerpo.



El público no toleraba este tipo de abuso. Cuando Elisabeth “Mother”: Needham fue arrestada y acusada de raptar jovencitas para prostituirlas, el populacho la apedreó hasta matarla.

Cuando la Prostitución era Respetable y Lucrativa

 La incipiente clase media, compuesta por comerciantes, no despreciaba más bien ayudaba al desarrollo de este negocio tan antiguo. Los tenderos no tenían reparos en rentar cuartos arriba de sus tiendas para que las prostitutas recibieran clientes. Carpinteros, verduleras y sombrereros no veían con malos ojos que un burdel discreto abriese las puertas al lado de sus establecimientos.

Según el historiador Dan Cruickschanks en su The Secret History of Georgian London, la prostitución ayudó a construir el Londres moderno. De acuerdo con sus cálculos, hubo casi 70.000 sexo servidoras en el Londres dieciochesco que generaban anualmente 1.5 billones de libras de hoy en día. Una trabajadora de un burdel bien establecido ganaba 400 libras esterlinas anuales. Comparémoslas con las 5 libras que ganaría una criada y se entiende porque Emma Lyons dejó de fregar pisos de taberna y se dedicó a un empleo más lucrativo que acabo convirtiéndola en la célebre Lady Hamilton. Emma Hamilton no es la única historia con final feliz en esta fábula de cortesanas.


                              Vivian Leigh como Emma Hamilton

Tres de las inspiraciones detrás de Charlotte Wells, protagonista de “Harlots”, tuvieron buenos matrimonios. Fanny Murray se casó con el actor David Ross; Kitty Fisher con el miembro del Parlamento John Norris; y Emily Warren, que, como Kitty, había sido modelo de Sir Joshua Reynolds, se casó con un funcionario de la East India Company. Lamentablemente, la hermosa Emily pereció de fiebres cuando, junto a su esposo, viajaba rumbo a la India.

                      Paulette Goddard como Kitty Fischer

No todas las meretrices acaban ajusticiadas, exiliadas a otros continentes, asesinadas o en la cárcel de deudores como nos muestra “Harlots”. Muchas podían retirarse a vivir de sus ahorros, casarse respetablemente incluso algunas entraron en el sitio más privilegiado del Reino Unido, la nobleza.

“Harlots” se empeña en mostrarnos a los culls como degenerados que solo buscan dañar a las pobres rameras y no era as. í Lord Sándwich lloró amargamente la pérdida de su Martha a quien veía como su esposa. Más emotiva fue la historia de Charles James Fox, uno de los más grandes políticos de la Inglaterra del Siglo de las Luces.

Enamorado de la cortesana Elisabeth Armistead, se casó con ella en secreto temeroso de que el escándalo destruyese su carrera política. A comienzos del Siglo XIX, decidió presentar a su esposa a la sociedad británica. Sorprendentemente Elisabeth fue recibida cálidamente tanto por la clase de su esposo como por la Familia Fox.

                                   Elisabeth Armistead

Tal vez porque su suegra, Lady Carioline, no era muy cerrada de mente al ser una de las famosas Hermanas Lennox. Estas cinco jóvenes, hijas del Duque de Richmond y bisnietas de Carlos II, escandalizaron a su sociedad comportándose como Las Crawley de “Downton Abbey” teniendo hijos fiera del matrimonio, casándose con criados y en el caso de Lady Caroline, fugándose del hogar paterno con el viejo, feo, gordo y pobretón Henry Fox de quien se había enamorado. Como ven no solo en la prostitución, la mujer inglesa encontraba vías para ser independiente.

                                           Las Hermanas Lennox en Aristocrats

Charlotte Armisted no fue el único caso de una Harlot convertida en aristócrata. El noble escoses Lord Seaforth se casó con la prostituta Harriet Powell.  Otra historia recuerda la de Martha Ray, pero con un final feliz.

Lavinia Fenton se crió en el burdel de su padrastro, cometió el error de entregarse a un noble portugués que ni pagó por el privilegio de desflorar a una virgen. Lavinia entonces combinó su trabajo de sexoservidora con el de actriz, llegando a ser la primera Polly Peechum en el debut de The Beggar's Opera de John Gay. Esta fabula del hampa londinense nos es más conocida por lo que Bertolt Brecht y Kurt Weill crearon en Los Locos 20 bajo el nombre de The Three Penny Opera..

En 1729, Lavinia dejó los escenarios para convertirse en la amante del Duque de Bolton. Como él era casado, la pareja se fue a vivir a Paris. El contrato estipulaba que Lavinia recibiría 400 libras anuales (Cien menos que lo que Lord Fallón le daba a Lucy Wells en “Harlots”) y 200 libras en caso de separación. Vivieron 23 años juntos y tuvieron tres hijos, entre ellos el Reverendo Charles Powlett, gran patrón del cricket inglés. A la muerte de la esposa del Duque, él se casó con Lavinia que murió convertida en Duquesa de Bolton.

                                         Lavinia en sus días de actriz

Sin solicitar un aluvión de finales felices, ¿es mucho pedir que hubiese un par de historias como esta en este enjambre de tragedias donde todas las mujeres acababan mal? ¿Fue la falta de equilibrio argumental la que acabó con “Harlots”, obligando antes a su estrella retirarse?

Tal como hiciera en “Downton Abbey” Jessica Findlay Brown empujó a su personaje a una muerte prematura. Sin ella y con Samantha Morton cada vez menos visible, el relato perdió vigor y auditorio. La excusa de la intérprete de Charlotte Wells fue que deseaba avanzar su carrera. No hemos visto mucho avance, lo que lleva a pensar que la verdadera razón es que su personaje no estaba avanzando mucho. “Harlots” fue cancelada oficialmente el 2020.



En este Mes de la Mujer, debemos recordar no solo a las santas, las mártires, las abnegadas, también debemos aplaudir que, en el peor escaño de la sociedad, las mujeres convirtieron hasta el malinterpretado trabajo de meretriz en una exitosa carrera y una vía para la independencia y la felicidad. El mostrarnos ese lado oculto de la emancipación femenina es el mérito de series como “City of Vice” y “Harlots”.

En inglés, el primer episodio aquí

 

jueves, 18 de marzo de 2021

Segunda Primavera de Pandemia: ¿Y dónde están los period pieces?

 


Es marzo de un año de cuarentenas, de máscaras, de distancia social y de quedarse en casa. Los afortunados de esta crisis son los servicios de streaming sin los cuales muchos enloqueceríamos. Sin embargo, la televisión useña (je, ese gentilicio me hace gracia) aunque no deja de traer nuevas ofertasincluso de otros continentes está muy tacaña con los dramas de época que siguen filmándose a pesar del coronavirus.

Nos Niegan las Españolas

Veamos las propuestas españolas. “Dime quien soy” se demoró en cruzar el Rio Grande, a pesar de que HBO Latino tuvo para sus clientes latinoamericanos la adaptación del superventas de Julia Navarro. Ahora en USA, solo puede verse por el servicio de streaming Peacock, pero Telemundo, a lo Chapulin Colorado, sale con “Si la traemos”, probablemente cuando Ser George R.R. Martin publique Vientos de Invierno.



El 21 de febrero estrenó en Atresmedia “La Cocinera de Castamar” que marca el retorno de Michelle Jenner y Roberto Enríquez al period piece que es lo que mejor les queda. Basada en la novela de Fernando Muñez, tiene lugar en la España dieciochesca donde un duque viudo se enamora de su criada. Desde febrero que la presenta Antena 3 al público ibero, pero no sabemos si nos llegará acá al otro lado del Atlántico, por la señal de Atres internacional.



Amazon Prime ya nos ha mostrado el tráiler de “La Templanza”, basada en el superventas de Maria Dueñas. Elenco internacional encabezado por el siempre apreciado Rafael Novoa. Junto al galán colombiano está la cantante y actriz española Leonor Watling.  Se ve la serie muy lujosa y a la altura de “El Tiempo entre Costuras”, pero estando en Amazon no creo que pueda verla.



En cambio, la que, si podré ver, D-s mediante, es “Jaguar”, el proyecto de Netflix que ya comenzó a filmarse en octubre. Le tengo un poco de miedo a Netflix. ¿Que irá a hacer con esta historia de sobrevivientes de Mauthausen (encabezados por Blanca Suarez) que andan tras la pista del S.S. Otto Skorzeny, refugiado en España?

Otra vez Los Mosqueteros

Pasamos a Francia donde “Paris Police, 1900” ya tiene preparada segunda temporada, pero ningún servicio de streaming de estos lares se interesa en comprar este retrato de la sociedad gala apenas emergiendo del affaire Dreyfuss, que combina los crímenes y escándalos políticos que afectan a una comisaría de policía.  Se ve más histórica e interesante que “Le Bazar de la Charite”.



En el 2021, la nación gala anda muy ocupada con sus recuerdos del pasado, sea una adaptacion de la novela de Zola Germinal, o biopias como "Las aventuras del joven Voltaire" .



En una demostración de total falta de imaginación, en Francia se siguen haciendo nuevas versiones de Los Tres Mosqueteros y del Conde de Montecristo. Señores, Alexandre Dumas fue un autor prolífico y tiene novelas fantásticas que esperan se las adapte a la pantalla. ¡Que afán de repetir lo archiconocido! Por lo pronto ya tienen apalabrada a Eva Green para Milady de Winter y Vincent Cassel será Athos.

La que si tengo interés en ver es “Diane de Poitiers” con la exquisita Isabelle Adjani. Este es un proyecto corto sobre la célebre amante del Rey Enrique II de Francia. Tanto interés ha suscitado que Starz ha querido añadir otra reina a su galería de futuros proyectos históricos. Con “The Serpent Queen”, Catalina de Medici se une a Isabel I y a Leonor de Aquitania. A ver si es más histórica que “Reign” aunque siempre recordaré con cariño a Megan Fellowes.

Hablando de Leonor de Aquitania, todavía no acaban de filmar “Glow and Darkness”, esa épica medieval que cubre los quehaceres históricos del siglo XIII, desde las Cruzadas hasta el auge de la Orden Franciscana. Lo último que supe de esa serie, que se rueda en España, es que Jane Seymour anda encolerizada porque no le permitirán interpretar a Leonor desde su juventud hasta su senectud. Es que Señora, por bella que seáis…Es imposible que una sesentona de vida una veinteañera de manera creíble.



Ofertas de Showtime y HBO

Showtime tiene una impresionante caudal de proyectos de época. Comenzamos con “First Lady” una dramatización de las vidas de las Primeras Damas de Estados Unidos. Ya sabemos que Viola Davis interpretará a Michelle Obama y Michelle Pfeiffer a Betty Ford.

También se habla de que por fin tendremos la esperadísima adaptación de Las Aventuras de Kavalier and Clay de Michael Chabón. Y no nos olvidemos que la filmación de “Ripley”, con Andrew Scott como el Talentoso protagonista de las novelas de Patricia Highsmith sigue en marcha.



En cuanto a HBO, lo único de época que asoma por sobre el horizonte es “The Gilded Age”. Ya se ha comenzado a filmar en Newport, Rhode Island. A cada rato le meten nuevos actores cuyos personajes (sobre todo los de color) se ven muy interesantes. Por ejemplo, ahora tendremos a Sullivan Jones interpretando al famoso periodista afroamericano T. Thomas Fortune.

                              Set de filmación de "The Gilded Age

Y en Rusia…

Me sorprende que haya tan poco interés en period pieces en sobre todo después del éxito de “Bridgerton”en el mundo angloparlante, cuando en Rusia todo lo que preparan son historias que transcurren en épocas pretéritas.

Ya les hablé de “La Catedral” que tiene lugar durante el reinado de Pedro el Grande; el relato detectivesco “Vozkrezenskyi” que tiene lugar en la San Petersburgo prerrevolucionaria y “Los Romanov” que cubre la trayectoria de esta dinastía que reinó sobre Rusia por tres siglos.  Ahora se les ha agregado “El Prisionero” la historia de un joven cosaco prisionero de los turcos otomanos que debe servir en el cuerpo de jenízaros del temible Sultán Mehmet II, el Conquistador."




Y con dos noticias de ultima hora cerramos los posibles proyectos de época que nos esperan. Seguimos sin tener noticias  “Shadowplay” que, tras su estreno en Alemania, tendrá subtítulos en inglés para su debut en la televisión australiana este mes de marzo.



 En cuanto a "Leonardo" esto es lo que sabemos. Estrenará en la RAI el 23 de marzo. Amazón Prime lo traerá las pantallas británicas el 23 de abril. Se creía que Starz lo distribuiría en USA, pero ahora se sabe que la compró Netflix. A ver cuando vemos al Capitán Poldark convertido en el gran artista del Renacimiento.



¿Entonces qué sabemos por seguro que podremos ver esta primavera?

MARZO

En Netflix han puesto un par de period pieces que no acaban de convencerme.

Marzo 15 “The Lost Pirate Kingdom”. Docudrama en tres episodios sobre la historia pirata. Ya saben que es tema que me fascina y tengo curiosidad morbosa de ver que chambonada cometerá Netflix con mis bucaneros (que si eran muy diversos y liberales).



Marzo 25 “Shtisel”. Aunque no es de época, ocurre en un mundo tan distinto al nuestro que parece otro siglo. Han pasado cuatro años desde que dejamos a Akiva a punto de romper (o no) con la prima Libby. Ahora se casa con una desconocida y lo vemos empujando un carrito de bebé. Su sobrina Ruhami no ha podido embarazarse en todos estos años de matrimonio y su hermanito es ya un hombrecito que anuncia que se ha enamorado. Ese es el problema con estos Shtisel, tan ultraortodoxos y viven enamorándose. Me muero de ganas de verla.



Marzo 26 “The Irregulars”. Nuevo vistazo revisionista que tiene a los custodios del legado de Sir Arthur Conan Doyle más frenéticos que cuando Netflix se inventó a Enola Holmes. Voy a dejarles la reseña que el Gato Dezmond le hizo en su sitio de Hollywood Spy porque es breve, pero muy clara.

Los Baker Street Irregulars son ahora una pandilla de adolescentes diversos que más que ayudar a Sherlock son los que realmente solucionan los casos, aunque el que se lleva las palmas es el drogadicto y paliducho detective. Mi énfasis en el color de la piel del detective es porque el Dr. Watson ahora será negro…y villano.





 Ahh y hay una fuerza sobrenatural contra la que Los Irregulares deberán luchar para salvar el mundo. Eso de salvar el mundo está tan trillado y me parece de mal gusto que para salvar a la humanidad haya que derrotara gente de color. Como que todavía no entienden los del reparto lo que significa hacer algo diverso.

ABRIL

Abril 4 “Atlantic Crossing”: Esta es la golondrina que hará primavera, mi serie más esperada esta temporada.  Ya vista en Europa el otoño pasado, esta coproducción noruega-estadounidense nos narra un episodio de la vida de un personaje poco conocido de la historia del Siglo XX; la Princesa Martha de Noruega.

Martha, miembro de la familia real sueca, estaba casada con Olaf, Príncipe Heredero de Noruega y le tocó vivir las duras horas de la invasión nazi. Refugiada en Suecia, junto a sus hijos, Martha vivió en zozobra. Por su marido que, desde Inglaterra, y junto a su padre el rey Haakon, lideraba las Fuerzas Noruegas Libres, pero también por temor a que su tío, el Rey de Suecia, la entregase a los nazis para que estos la usasen como rehén.



La salvación de Martha llegó en una invitación de Franklin Delano Roosevelt para visitar Estados Unidos. Esa fue la travesía por el Atlántico de Martha y sus hijos. La Princesa se instaló en la Casa Blanca y en los próximos tres años se dedicó a trabajar arduamente en la Cruz Roja y en organizaciones que pudiesen auxiliar a su país ocupado por los alemanes, pero lo que ha causado controversia con la serie es que se enfoca en una amistad que Marta sostuvo con el presidente de los Estados Unidos.



Tan intensa fue esa relación que muchos la han calificado de “romántica” (y algo más). El hecho es que Martha fue importantísima en la vida de FDR. Estoy gozando nuevamente de “Vientos de Guerra” y ahí la muestran en la Casa Blanca sentada al lado del mandatario en las cenas oficiales. FDR la llevó consigo al encuentro con Winston Churchill que históricamente se conoce como la Carta del Atlántico.

Otro punto de controversia es que hay quienes opinan que Martha fue fundamental en convencer a Roosevelt de abandonar el aislacionismo que deseaba la mitad del pueblo estadounidense. Con todo esto, la serie me resulta muy interesante. Además, ya quiero ver a Kyle Machlachlan como FDR y a la actriz sueca Sofia Halen (El Puente) como Martha.

Abril 11,” The Nevers”: Después de tanto esperar, el tráiler de la nueva serie de HBO me ha dejado con sentimientos encontrados. La mezcla de X-Men con steampunk no me parece muy atractiva, muchas damas victorianas violentas, ningún personaje simpático y poca profundidad (Léase poca originalidad) me hacen pensar que esta será como “Miss Scarlett and the Duke” o como dijo el Gato Rafael “Los Ángeles de Charlie” series que en su momento mucho me aburrieron.



Abril 23: Shadow and Bone. Acabo de ver el tráiler oficial. Siempre me ha atraído esta saga puesto que Leigh Berdugo decidió crear su mundo fantástico sobre un trasfondo que recuerda la Rusia decimonónica. No concuerdo con el gato Dezmond en que es inexpresiva. Es muy bonita y espero que sea también buena actriz. Mi problema es que no sé qué tipo de heroína sea. Preferiría que fuera más Sansa que Arya y que pena que el Príncipe Caspian sea el villano, tan guapetón que es.




¿Cuál de estas series les interesan?

 

 

jueves, 11 de marzo de 2021

Lo Que Escondían sus Ojos: Humanizando al Cuñadísimo

 

 


La tesis que he derivado de estos blanqueos de villanos históricos es que se cree humanizarlos mostrándolos enamorados. Pero ni mostrándonos al Fuhrer en amores con su sobrina o contrayendo matrimonio se lo ha vuelto “el bueno” de la película. Tampoco ha ocurrido con un villano menor como lo fue Ramon Serrano Suñer. Hora es de ver porque “Lo que escondían sus ojos” fracasa en ese intento, aparte que en muchos aspectos se han cometido chapucerías que la alejan de ser la obra de arte que fue “El tiempo entre costuras”.  Sin embargo, no carece de méritos y también es hora es de señalarlos. Vamos a ver lo Bueno y Lo Malo de esta serie

Lo Bueno: La Pareja protagónica.  Blanca Suarezya lo he dicho es el rostro más bello de la televisión española y el cubano está como para remojar el pan. Hacen una pareja espectacular

 Lo Malo:  Los dos son pésimos actores. Rubén Cortona a ratos parece, como dijo alguien, estar “cabreado” con el papel y Blanca… ¡ayayay. Es la actriz más impávida que he visto en mi vida. Lo que esconden sus ojos es que están muertos. Es de las que creen que el talento histriónico se demuestra con movimientos de quijada.



Me enfoco tanto en su mandíbula que casi me hipnotiza, pero es que a ratos parece una muñeca articulada.  Le faltará el garbo de Sonsoles de Icaza, la verdadera, pero esa frialdad actoral le otorga su toque de arrogancia y distanciamiento que ayuda a que seamos indiferentes a su tragedia. Porque aquí hay muchas víctimas, pero no este par de protagonistas trásfugas, por muy lindos que sean.

Lo Bueno: Él elenco    No es aventurado decir que han filmado “Lo que escondían sus ojos” como una imitación de “El Tiempo”. Ambas ocurren en el misma época, ambas nos muestran el Madrid de comienzos de los 40. Ambas se cifran en la alta sociedad y las intrigas y espionaje que se cocinaban por allí. Incluso Ramon Serrano Suñer aparece en ambas.

No es entonces de sorprender que se hayan traído a varios actores de la producción de Antena 3. Es un gusto ver a Félix (Carlos Moreno) ahora como el ex republicano Emilio que acaba de espía de la Falange; a Paquita (Pepa Rus) ahora convertida en Matilde, mucama de Sonsoles. Ben Temple ha subido de estatus. De Alan Hllgarth, jefe del espionaje británico en Madrid ahora lo tenemos como Sir Samuel Hoare, Embajador de su Majestad Británica. Y por supuesto Rubén Cortona interpretó a Ramiro el seductor de la protagonista de la novela de María Dueñas. Todos están haciendo un buen trabajo, pero hay también otras actuaciones superlativas.



Como siempre es un placer ver a Víctor Clavijo, que en cualquier rol se luce, dando vida al historiador/filólogo Antonio Tovar. No conocía a Antonio Pagudo quien hace del gran poeta Dionisio Ridruejo, pero que agradable sorpresa nos da a serie al mostrarnos que La Falange tenía cerebro y no solo estaba compuesta por una turba de bullies analfabetos.

                              Los Tres Mosqueteros de La Falange

Los que como dicen los españoles la bordan ahí son Emilio Gutiérrez Caba y Charlotte Vega. Don Emilio, aunque lo pongan como un viejito pachucho, logra brindar un retrato digno y emotivo del Marqués de Llanzol, todo un caballero, muy lejos de la imagen de un esposo cornudo. Mas de un lagrimón me ha sacado. Quien me ha hecho llorar a mares es Charlotte Vega. Aunque Carmen sale poco, lo poco que sale nos presenta un personaje tan intenso e ingenuo a la vez, que su destrucción emocional nos cala muy hondo.




Pero mi favorita es Loreto Mauleon (“El Secreto de Puente Viejo”, “Patria”) que cada vez que la veo me asombra más por su versatilidad, y también por hacernos queribles sus roles. Todo lo que he leído de ZIta Polo lo encarna Loreto. Me encanta cuando le responde a la escandalizada hermana que no le molesta “coleccionar” hijos porque “Ramon es tan apasionado”. Me recordó a Melanie Hamilton en su afán de defender la reputación de Sonsoles y su incapacidad de aceptar que su marido la engaña. Pero también me ha encantado al final que se rebela, no por orgullo o por sentirse humillada, sino porque el affaire de su Ramon está haciéndole daño a sus hijos.



Por último, quería mencionar la excelente interpretación de Javier Rey (“Hache”) como Cristóbal Balenciaga. Efectivamente, el modisto vasco estableció estrecha amistad con Sonsoles y fue su confidente, pero también su coutourier exclusivo. Hasta la muerte de Balenciaga en 1972, le diseñó a la Marquesa de Llanzol 400 piezas que incluyen vestidos, trajes sastres y espectaculares modelos para ocasiones especiales. Muchos de esos vestidos fueron donados por la familia de Sonsoles al Museo Balenciaga en Getaria.



No solo Sonsoles era clienta de Balenciaga. El confeccionó el vestido de Primera Comunión de Carmen y su traje de puesta de largo. Debido a la proximidad de Balenciaga con la familia Llanzol, la serie lo tiene incluso siendo el primero en enterarse que Carmen planea casarse con su medio-hermano. Todo eso hace muy destacable el papel de Javier Rey quien tiene más química con Blanca Suarez que la que ella tiene con Cortona. Lo que explica el intenso romance que ha sostenido la pareja de actores hasta hace poco.

               Carmen en Balenciaga en su puesta de largo, junto a tía-tocaya y sus padres.

Pensaríamos que, desde El Cielo de los Modistos, El Maestro Balenciaga estaría feliz de cómo lo retrata la serie. El problema está en lo que han hecho con el vestuario de Sonsoles supuestamente diseñado por Balenciaga. En tres palabras, es una mamarrachada, casi tan criticada como el blanqueamiento del Cuñadísimo y así pasamos a…

Lo Feo de la Serie: El Vestuario de La Marquesa.

Aunque en la primera media hora, Sonsoles luce distinguida en vestidos que podrían haber sido diseñados por Balenciaga, pronto comienza a aparecer como ataviada por su peor enemiga.

                    Sonsoles en Calvin Klein, 

Es en la misa por los caídos en la guerra donde aparece disfrazada de “Miss Lagertha 1940” con esas pieles de guerrera vikinga en diversos tonos, como si el marido hubiese cazado muchos animales para vestir a la troglodita. En lo colorinches ya parecen mi cabello cuando me lo tiñó mi madre por primera vez.



¿Y ese largo de faldas, que parece que se la comieron las ratas?  Mucho se ha criticado que en la serie pongan un largo de falda que no corresponde a la época. Sobre todo, porque cuando nuestra Marquesa se sienta enseña los muslos, algo que Sonsoles de Icaza, por audaz que fuese, no hubiese hecho. Pero ese es un problema muy común en las producciones de época hoy en día. El acabose, como ya comenté, fue en “Rubirosa” con lo de poner a Evita Perón en minifalda. Pues aquí también lo han hecho. La Marquesa busca a su Ramon, dizque que, para hablar de su hija, y va enseñando las rodillas… ¡En 1959!

                          ¿ Minifalda el 59?

Para asegurarme que esos largos de falda no correspondían a la época, busqué revistas de moda de la España de 1940 y esto es lo que encontré. No se parece a lo que muestra la serie.




Otra cosa. La Marquesa de Llanzol era alta y espigada (media 1.75 altura poco común en la mujer ibera de entonces). Tenía un garbo impresionante. A decir del modisto sefardita Elio Berhanyer, las mujeres se volteaban a verla en la calle porque entre la figura y el vestuario era todo un espectáculo. Las hijas de Sonsoles han dicho de su madre que tenía cuerpo de “percha”, que se le podía colgar cualquier prenda y la llevaba bien. A pesar de sus cuatro hijos, tenía curvas discretas de esas que no incomodan al diseñador que solo quiere un maniquí para exponer su creación.

Blanquita Suarez es… bueno, un símbolo sexual, por lo tanto, sus curvas son más rotundas. Es más bajita, por lo que la han encaramado en zancos y cada paso es como Mae, West en sus tacones chinos.  Se la ve pesada, incomoda, poco airosa. En suma, no tiene porte de marquesa.

Un buen modisto sabe cómo conseguir disimular tanta curva y hacer ver refinada a la más voluptuosas. Aquí, en cambio, no sé si es cuestión de hechura, pero siempre parece que a Sonsoles le prestaron la ropa de alguien más delgada. A pesar de ser una mujer esbelta se ve como que van a saltar sus botones o como que han intentado aplanarle el busto.




Peor aún en traje de noche donde la lechería está siempre a punto de escapar del escote. Para muestra, dos diseños hermosos que si son de Balenciaga. Me refiero al traje, mal llamado, de Infanta porque se parece a al diseño icónico que el maestro creara a fines de los 30 inspirado en los cuadros de Velázquez. Las diseñadoras han tenido el descaro de adjudicarse la “variación”.  ¡Señoras, Humildad! Aquí esta lo que hizo Don Cristóbal a fines de los 40 inspirándose en el verdadero traje Infanta.


                                 El verdadero vestido Infanta (1939)
                               Modelo de Balenciaga de fines de los 40. La serie combinó ambas hechuras

El otro es este diseño de 1949, que aquí han escogido para la noche del primer encuentro de los amantes. El original es una túnica griega blanca acompañada de una estola carmesí, que en la serie se ha vuelto capa. La Marquesa dispensa de la capa y se contonea en un hermoso vestido de baile, pero ella parece estar envuelta en una toalla gigante como si acabara de salir del sauna.





Aun así, ninguno de estos modelitos alcanza la estridencia de lo que la adúltera luce para su primer rende vous. A ver, tenemos una dama distinguida, en una sociedad católica conservadora, que va a su primer encuentro con el que espera será su amante. Nos imaginamos que vestirá ropa sencilla y discreta, que cubrirá su cabello con una pañoleta, que usará gafas oscuras para que no la reconozcan.

¿Pero qué hace nuestra Sonsoles?  Se viste de rojo como si fuese un capote de torero. Vestido rojo, zapatos rojos, sombrerote más grande que un platillo volador también de un profundo carmesí. ¿Y ese abrigo plumífero? ¿Qué especie animal fue sacrificada para confeccionarlo?



Es cierto que La Marquesa vestía trajes rojos y elegia looks vanguardistas. De ahí su afición por Balenciaga. A pesar de su estatura, usaba tacones de cuatro pulgadas, pero lo hacía para atraer miradas. Precisamente lo que querría evitar en un encuentro clandestino.



¡Y que han dicho las encargadas del vestuario de esta serie?  pues muy anchas con sus metidas de pata. Aunque la historia, libro y serie nos habla de la conexión Sonsoles-Balenciaga se desligan del homenaje al modisto diciendo que este no es un documental sobre Balenciaga.

            Abrigo plumifero de piel sintética imitando lince. Sonsoles jamás lo hubiera usado.

Por eso no se ruborizan para admitir que no hay mucha creación original, y que los accesorios y hasta los vestidos, los han sacado de Zara y Mango. Incluso de tiendas de menor renombre como este asalta-vistas en azul eléctrico (y minifaldero) que más parece digno de Christina Hendricks en “Mad Men” que de una aristócrata elegante que vacacionar en San Sebastián.



Si me he detenido tanto en criticar el vestuario de La Marquesa es porque si se va a retratar a quien fue célebre por su finura y buen vestir y se la va a disfrazar de mamarracho. bueno, …Es como poner a Hitler sin bigote, una traición total de la figura histórica. También quise mostrar que no todas las quejas de la serie se deben a motivos políticos.

Lo Bonito

Lo bueno es que haciendo a un lado lo que le han puesto a Blanca Suarez, el resto del elenco (hombres y mujeres) van bien vestidos. Aunque se ha hecho mucha befa de las joyas de “plástico” y de los tacones exagerados. Es cierto que es un presentismo poner a las mujeres en esas plataformas. Entonces se usaba el tacón ancho y mediano, y las wedges quedaban para excursiones, la casa, la playa y los deportes.


                           Zapatos de 1940 ni taconazos ni plataformas.

A pesar de estos errores, es un placer ver el vestuario femenino. Sobre todo, el de Loreto quien se bien aun estando en estado interesante. El buen vestir la acompaña a través de las décadas y lo vemos ya fines de los 50 con nuevo peinado y guardarropa.




También Charlotte Vega se ve lindísima en el vestuario juvenil que usaría una adolescente de clase alta de ese entonces. Me ha dado tristeza saber que parte del trauma de Carmen, que la llevó a alejarse de la imagen materna, fue un desinterés total por la moda.



Lo Bueno: Una Mirada al Interior del Franquismo

Para todo el que crea que, durante los días del Generalísimo, España estaba dividida en dos bandos: ganadores y perdedores y que el primero era totalmente monolítico, la serie le presenta otra visión. Oímos hablar de que la Falange está dividida y que el “Ala tradicional” está sentida tanto con El Caudillo como con “Jamón Serrano” porque no quieren ir, como Mambrú, a la guerra.

La ironía es que ‘tradicional’ encubre a los más revolucionarios, los que están orientados hacia una especie de nacional socialismo que los hace cercanos a Alemania. Su afán de ir a batalla es porque quieren ser parte de las fuerzas que dominarán a Europa y que acabarán con el comunismo. Por eso están molestos.



Otra causa de molestia es que esa Falange esperaba que, acabada la guerra, hubiese una revolución que trasformase la sociedad española para siempre. No querían volver a ver que monarquía, iglesia y ejercito llevasen de nuevo las riendas del poder. Se sentían traicionados y de ahí que nos muestren esas rencillas interiores entre serranistas y Camisa Viejas (Aunque Dionisio Ridruejo era Camisa Vieja).

Por otro lado, nos presenta a los monarquistas que quieren que Franco se vaya y que vuelva el Rey Alfonso y al ejercito que tampoco está contento con Los Falangistas. De pronto nos tiene que dar pena este Serrano Suñer al que le aserruchan el piso ingleses, militares, ¡hasta la cuñada! Al que le ponen bombas los Falangistas y al que los alemanes sacan de una fiesta para exigirle que España abandone su neutralidad. Con razón se echaba amantes. Alguna entretención necesitaría el pobre para combatir tanto estrés.

Lo Malo la falta de trasfondo histórico

El problema es que todo este enredo que le provoca úlceras al Cuñadísimo está explicado de manera muy atropellada. No se entiende ni porque hay división en la Falange, si son malos solo por ponerle una bomba al Cuñadísimo, que justo venia de revolcarse con su Marquesa, o por algo más. Lo de los monarquistas es más patético todavía, porque ponen al General Valera como apoyando al bando monarquista donde militan los Llanzol.



El caso es que Varela, por influencia de su mujer, Casilda Ampuero, era Carlista. O sea, apoyaba a otro rey (reyes porque los Carlistas también estaban divididos). Por otro lado, se entiende que la Falange tradicional quiere guerra y Serrano Suñer y sus secuaces también, pero lo cierto es que tanto Camisas Viejas como los nazis lo acusaban de dilatar la entrada de España al conflicto. De ahí la bomba que nunca existió.. Efectivamente, el general Rodríguez Tarduchy y sus Camisa Viejas planearon atentados contra el Caudillo y su cuñado. atentados que nunca se llevaron a cabo, por lo que lo de la bomba es un invento de la serie.



En sus memorias y entrevistas Serrano Suñer quiso siempre desligarse de esa acusación de que él había apoyado la idea de que España se uniera al Eje en el campo de batalla. La serie no le hace caso y lo representa como lo contrario (que probablemente es la verdad). Sin embargo, no se hace mucho énfasis en su creación de la División Azul o sus famosos y furibundos discursos en contra de la Unión Soviética. Es como si la serie quisiera hacernos olvidar al Serrano Suñer político y solo lo mostrasen como el amante, víctima de intrigas políticas.

Luego quieren hacernos creer que le importaba el hambre del pueblo y por eso no puede gastar tiempo en frivolidades. ¿Y cómo pretendía acabar con el hambruna de España? ¿Con loterías de ciego?  Lo más ridículo es mostrarlo como arrepentido y amigo de la democracia al final de los 50. Eso aplica a Ridruejo que estuvo encarcelado y debió exiliarse en USA junto con Tovar. Hasta su muerte, Serrano Suñer se mostró reacia a la democracia. A lo más, en algún momento comenzó a añorar la monarquía

El caso de la Marquesa es más incómodo. En el primer episodio se la muestra como monarquista convencida, como amiga de intelectuales censurados por Serrano Suñer, incluso se menciona que no es mujer de ir a misa. Todo esto es reemplazado por una tipa que se la pasa de baile en baile, o en la playa o probándose vestidos cuando no está en la cama con el amante. Este epitome de frivolidad y lujuria no nos cae simpática. Aparte de un saludo matinal casi ni esta con los hijos y su monarquismo se va a las pailas apenas Serrano la sobajea un poco.



Yo entiendo que los hijos sobrevivientes de Sonsoles estén alterados con este espectáculo y se nieguen a verlo. “Esto no está pasando” han dicho. Es que ningún hijo quiere ver a su madre de rogona, facilona, y más encima boquifloja contándole al amante los secretos de las conspiraciones monárquicas.

Lo Bueno: El Elemento Downton Abbey

 A pesar de la torpeza cometida con el vestuario de la protagonista, la producción de Telecinco se ha preocupado de mirar otros period pieces exitosos y de calidad para modelar su cuento. Aparte de “El tiempo entre costuras” también ha echado un vistazo a “Downton Abbey” y copiado ese formato de “arriba y debajo de las escaleras”. En suma, los criados de Los Marqueses de Llanzol juegan papel importante en la trama.

Parte del retrato simpático de Los Marqueses es lo bien que tratan al servicio (no se parecen a la Duquesa de Sussex). Las únicas veces que Sonsoles se ve como gran dama es en su preocupación por su doncella Matilde, por sus padres, por su noviazgo, hasta le da días libres para que se vaya de romance. Si alguna vez es altiva o dura es porque Matilde anda rozando su secreto,. Al final la doncella tiene que servirle de tapadera.



El Marqués también tiene una relación campechana con Juan (Ricardo de Barreiro), su ayuda de cámara al que hasta le hace pequeñas confidencias. Mayor mérito de la serie es que a estos criados se les ha dado historias que no están en el libro. Juan fue una vez maestro, pero por haber servido en el ejército republicano ha sido despedido de su puesto. Matilde perdió a un marido en ese mismo ejército y ahora está en amores con Emilio, un ex contador que, como Juan, está inhabilitado de encontrar trabajo por pertenecer al bando perdedor.



Vale recordar la espeluznante serie de Netflix “Alguien tiene que morir” donde vemos como se trataba a los perdedores quince años después del acabado el conflicto y la indignación de Carmen Maura al descubrir que su nuera ha contratado a “una roja” de cocinera. Por el contrario, Los Marqueses quedan como personas que más creen en la unidad española que en segregaciones que no ayudan a nadie.

Completan el servicio doméstico de la casa, las institutrices de los niños.  Una obsesión de la Sonsoles real era que sus hijos aprendiesen idiomas desde pequeños. Para eso les tenían una institutriz inglesa y una alemana para que les hablara a diario en sus lenguas nativas. En la serie Hilde (Aida Ballmann) y Olivia (Carolina Meijer) comparten cuarto y son tan amigas como Rose y Sarah en “Upstairs Downstairs” y Anna y Gwenn en “Downton Abbey”.

Lo que las separa es cuando la honesta y noble Hilde descubre que su amiga del alma es espía de los británicos. Peor aún que hasta ha traído un revolver a un hogar donde hay niños y lo tiene a alcance de ellos. ¡ChaCha Cha Channn!



Lo Feo: La Pérfida Albión

Sir Samuel Hoare es un personaje importante de la trama. Yo diría que es el gran villano. Es quien amenaza a Serrano Suñer con imponer un bloqueo naval y es quien medio soborna/medio amenaza a Olivia para que espíe a sus amos con la promesa de que evitará que el padre de la institutriz vaya al frente.



Debido a que la serie hace más hincapié en el romance de los protagonistas no entendemos (sobre todo quien sepa poco de la situación de España) lo mal que estaba el país económicamente. Vemos gente haciendo filas para conseguir alimentos que no hay. Y creemos que eso se debe al bloqueo aliado.

Un poco de historia. No hubo tal bloqueo, aunque si una amenaza de no venderle más productos necesarios hasta que España no se definiese públicamente como neutral. Roosevelt había convertido a Estados Unidos n el “Arsenal de la democracia”. Si España no era una democracia, y más encima era amiga de regímenes fascistas, mal podían venderle nada. Si Alemania estaba siempre al borde de aliarse con los países en guerra con el Reino Unido, mall podían los ingleses abastecerla. Eso es sentido común, pero la gran pregunta es por qué un país agrícola como España no tenía pan.

La respuesta es simple, cuatro años de guerra dejaron los campos abandonados y maltrechos. No hubo quien plantara ni quien cosechara. En 1940, con un millón de muertos, muchos lisiados, muchos exiliados, muchos presos y muchos viviendo en la clandestinidad, era difícil esperar que hubiese una clase laboral de agricultores. Era necesario mercar trigo de America o del imperio Británico.

              El verdadero Sir Samuel Hoare

Es cierto que los gobiernos aliados veían con terror una entrada de España a la guerra al lado de Alemania y que consideraban que Ramon Serrano Suñer seria instrumental para ese paso. Lo querían fuera, pero toda esa faramalla inventada por la serie de hacer que Olivia espíe a la Marquesa y derroqué al ministro solo con chismes de alcoba, es infantil. El affaire Sonsoles fue solo uno más de los pecados que destruyeron la carrera política del Cuñadísimo.

Es cierto que Hoare recibió dinero de Churchill para sobornar generales y que estaba al tanto de los planes falangistas de asesinar al ministro, pero no andaba preocupado de sus líos de falda ni de meter espías en casa de Los Marqueses de Llanzol. Que tenía un problema personal con Serrano Suñer es cierto. No soportaba la altanería legendaria del Cuñadísimo. A lo que se agregaba que a los ingleses residentes en España de ese entonces se les estaba hostigando mucho.

El día en que se crea oficialmente la División Azul,, Ramon Serrano Suñer hace un furibundo discurso anti soviético que motiva (no muy espontáneamente) a una manifestación de estudiantes ante la Embajada Británica y que acaba en rotura de vidrios y otras agresiones. A sabiendas que es el serranismo el que promueve esta protesta, el embajador llama al ministro. “¿Quiere que le mande policías?” pregunta sin ganas Serrano.  “No,” responde Sir Samuel “quiero que no me mande más estudiantes”.

No estaba solo Hoare en su fastidio y lucha contra Serrano. Otro enemigo del Cuñadísimo era Alexander Weddel, el embajador de Roosevelt quien tenía órdenes expresas de neutralizar al susodicho. De hecho, en el libro, la institutriz es estadounidense, estrenada por el FBI e infiltrada en casa de Los Llanzol (nunca sabemos por qué razón).

Me da curiosidad que en la serie la hayan hecho inglesa, como también que sea la institutriz alemana la más simpática de ambas. Olivia es vista como una torpe y descastada espía que delata una buena patrona, que pone en peligro a los niños a su cargo trayendo un arma que ni sabe disparar a la casa, y engatusando al enamorado Juan (que en el libro es gay).





Lo peor es cuando Olivia chantajea a Matilde que ha descubierto el revolver con acusarla de estar robándose comida. Tal absurdo (Matilde si quisiera comida se la pide a su señora que en la serie es un turrón con los criados) pone en entredicho el carácter de Olivia que misteriosamente huye. En el libro no existe esta situación. Al que vemos llevándose puñados de arroz en los bolsillos es un empleado del Caudillo. Nieves Herrero se ha hecho eco del rumor de que, durante esos años de hambre y miedo, las despensas de El Pardo rebozaban de vituallas.



Yo lo creo porque mientras el pueblo moría de hambre, las otras clases sociales vivían del estraperlo, el gran deporte español del Franquismo.  Estraperlo es una combinación de mercado negro, redes de contactos y nepotismo que permitían sobrevivir no solo llenando las tripas sino también consiguiendo empleo, sacando gente de la cárcel, etc..

En la serie, Matilde roba para alimentar a su novio Emilio, el espía constante. Este Rojo es enviado primero por los serranistas a espiar al Marques de Llanzol, luego a infiltrarse en las filas de Rodríguez Tarduchy y de ahí se involucra en el atentado de La Begoña. Matilde suplica a su señora que salve al novio. Sonsoles aboga ante su amante. El Cuñadísimo lo solicita como ultimo favor a Franco. Y sin embargo Emilio nunca más vuelve a aparecer. Tal como Olivia, nunca sabemos que fue de ellos. Son cabos sueltos de la trama.

En la vida real, El atentado de La Begoña (filmado, me dice el Gato Rafael, en una iglesia madrileña y no en Bilbao donde ocurrió) fue un altercado entre Falangistas y Carlistas y le costó el puesto a Serrano Suñer que fue acusado por el General Valera de estar involucrado en el atentado. Uno de los arrestados fue fusilado por orden del Caudillo, pero hoy se sabe que era un chivo expiatorio.



Lo Bueno: La Serie Supera al Libro

Con sus cuentos de espionaje, bombas y romances de criados, la serie es mucho más entretenida que el libro.  En cambio, este agota con su mixtura de documento histórico y los vahídos y bufidos de La Marquesa que parece marrana en celo en lo que se refiere al” Jamón Serrano”. Cuando no, Nieves Herrero nos la retrata como una narcisista, frívola, egoísta, mala esposa, mala madre, arrogante con los criados. No me sorprendería que hubiese sido así, pero es triste que cuando ya no pueda defenderse les caiga este recuerdito a los hijos. Por eso, la serie se anota un punto al hacernos a Sonsoles más gente, más humana.

En cuanto a Ramon Serrano Suñer, el libro quiere hacernos creer en un hombre atrapado en una tela de araña urdida por sus enemigos, pero se guarda de decir por que tenía tantos enemigos. En la serie hasta han escondido algunas verdades de los libros que resultarían incomodas para las sensibilidades modernas, como que regañe y castigue a diplomáticos que están ayudando a los judíos. Nieves Guerrero incluye casos puntuales: Don Julio Palencia en Bulgaria y Eduardo Popper de Castejón (el abuelo de Helena Bonham Carter) en Burdeos.

Me queda poco espacio y tiempo para señalar las virtudes visuales de “lo que esconden sus ojos”. A la belleza de los actores, se agrega la de los muebles y decorados interiores y también del buen uso de exteriores, desde la belleza natural de la playas de San Sebastián hasta el aridez del paisaje que rodea el Convento de las Carmelitas de Ávila con el que da comienzo. Ni hablar de la preciosidad de los edificios que vemos tanto el casino de Madrid como las casas particulares y públicas tales como el Museo Lázaro Galdiano que, a ratos, funge como la casa de Los Marqueses de Llanzol. Ni hablar de sitios típicos de Madrid como el Bar Chicote y Lhardy’s donde Sonsoles se ve con su Ministro..  

                    Cita en Lhardy's

Por último, quiero felicitar a la serie que, con su chapucería y bemoles ha tenido los cojones para atreverse a intentar darnos una visión más fidedigna y menos compacta que la que dan las series de todos los países sobre el bando ganador en La Guerra Civil. Obvio que solo pudo hacerse (tal como “El Tiempo Entre Costuras”) en días de Mariano Rajoy. No podemos esperar algo parecido en días de Pedro y Pablo ¿Cuánto más habrá que esperar para contar historias sobre españoles de mérito que no militaron en el bando republicano?

Con eso no quiero decir que me haya creído el blanqueamiento de Ramon Serrano Suñer. El que me lo muestren mujeriego y metiéndose en la cama como un marquesa, siendo ambos casados, no me convence ni de que fuese buena persona ni que España hubiese estado mejor con él al timón.

Recuerden que pueden ver esta serie, completa y gratis aquí