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lunes, 18 de agosto de 2025

Las Jaulas que Nos Creamos: Dept. Q (Netflix)

 


Al final del primer episodio de Dept. Q, encontré una especie de leitmotiv: los espacios cerrados como jaulas que sirven para ocultar víctimas de secuestro por años, pero también son sitios para que se cree un equipo de rescate para la víctima. Eso hace que esta serie de Netflix se asemeje más a Las Azules que a Slow Horses con la cual se la ha comparado. Por otro lado, hay jaulas invisibles en las que se encierran los personajes para defenderse del mundo y que acaban siendo su prisión.

Fieras Enjauladas

Si no me creen, aun antes de comenzar, puedo indicar que si a Carl Morck (Matthew Goode) su jefa enjaula en un sótano para mantenerlo alejado de los demás policías, él se ha creado una coraza para protegerse del mundo exterior y que al final le impide comunicarse con este. En ese sentido se parece a Merritt Lingard, la victima de secuestro que lleva cuatro años enjaulada en una cámara descompresora. No me ha sorprendido que el titulo original en danés se traduzca como La mujer en la jaula. En español también el titulo La mujer que arañaba las paredes crea una impresión de encierro.



Sin embargo, antes de su secuestro, Merritt se había confeccionado una celda interior que encerraba sus secretos del pasado, su angustia del presente y sus constantes remordimientos. Mas encima, vivía en una casa en un páramo donde tenía escondido a su hermano que era la encarnación de su culpa. Eventualmente su pasado vino a enjaularla en una prisión real como castigo, ya que sus secuestradores la veían como una alimaña dañina.

Los Q encontraron a William enjaulado en un elegante manicomio, pero el pobre chico ya vivía en una prisión, privado del habla y de la facultad para escribir. En su lecho de hospital, Hardy, está enjaulado por su paraplejia. Carl lo saca de esa jaula demostrándole que mentalmente puede ser libre y útil.

Jasper se queja que su padrastro se aísla de él, pero el chico también se construye una mazmorra en su cuarto, incluso ocultando su rostro con una máscara. Otros personajes están enjaulados por sus complejos, sus prejuicios y sus miedos. Quizás por eso, la gran queja que he oído de una serie  es lo odioso de los personajes.



Departamento Q vs Slow Horses

Me aburre y hasta fastidia la comparación constante entre estas dos series. Es cierto que ambas se basan en exitosas series de novelas, que están pobladas por personajes desubicados, con problemas mentales y que son despreciados por su gremio. Ahí paran las similitudes.

La serie de Jussi Adler-Olssen pertenece al género policial, en cambio las novelas de Mick Herron se mueven en el mundo del espionaje. Físicamente, Carl Morck es mucho más atractivo que Jackson Lamb, pero el personaje de Sir Gary Oldman no tiene trabas mentales y es, a pesar de su lengua sarcástica, devoto del bienestar de sus “protegidos”. Tampoco podemos comparar a Morck con el idealista e ingenuo River Cartwright que es el héroe (Lamb es el antihéroe) de Slow Horses.

                        Jackson Lamb vs Carl Morck

Mas importante  es que al final de la Temporada 1 de los Caballos Lentos  yo ya tenía mis personajes favoritos: la dulce y devota Catherine, el romántico dúo compuesto por Min y Louisa, y por supuesto, River. Los demás me hacían reír y me caían bien. Tenía claro que los Buenos eran los de Slough House, no los siniestros burócratas de MI5.

En cambio, llevaba veinte o más minutos de ver el primer episodio de Dept. Q y estaba llegando a una conclusión: no había personaje querible ni con quien me identificase y solo la estaba viendo por Matthew Goode. Pensaba si podría aguantar siete capítulos más (después de todo no me interesan los misterios policiales a menos que sean históricos) cuando ocurrió el milagro.  Apareció un personaje que me interesó (y no por que posea la galanura de MG) y en los últimos diez minutos la trama dio una voltereta que me la hizo super interesante.

La Tragedia de Ser Carl Morck

La acción tiene lugar en Edimburgo, y el primer episodio consiste en viñetas semi corales que nos presentan a los personajes. Comenzamos con el detective Morck y su compañeroy tal vez su único amigo Hardy (Jamie Sives, mi queridísimo Ser Jory Cassel), paseando por las calles de Edimburgo cuando se encuentran con una patrulla policial ante la puerta abierta de una casa.

                              El ultimo paseo de Carl y Hardy

Contraviniendo el manual que indica como deben comportarse en una escena de crimen, los policías se entrometen y encuentran un cadáver con un cuchillo incrustado en el cráneo y un patrullero novato llamado Anderson custodiándolo. Morck se complace en humillar a Anderson, señalándole todos los errores que ha cometido. En medio de eso, emerge de la cocina un sospechoso cubierto con un pasamontaña que les dispara al trio.

Corte a los créditos y para cuando regresamos han pasado cuatro meses. El pobre Anderson murió en la balacera, Hardy está paralizado en un lecho de hospital. Morck recibió una herida en la cara que cubre con barba más espesa (lo que hace a MG triple slurp), pero lo que no salta a la vista es que está triple traumatizado.

Aun así la policía le ordena que se someta a una terapia a manos de una psicóloga que…errrr…es el único personaje que me complica en Departamento Q y eso que lo interpreta mi querida Kelly McDonald. Hablaré más de ella cuando me toque repasar el feminismo en la serie.



Morck intenta reincorporarse a la fuerza policiaca donde nadie está contento de verlo. Da la impresión que la tragediade la que lo culpanes la última gota de un vaso que él ha llenado con su sarcasmo y soberbia. Visitar a Hardy en el hospital es poca ayuda. El único amigo de Morck es presa de pensamientos suicidas y no está para escuchar cuitas ajenas.

Morck quisiera ocuparse de la investigación de su caso y descubrir la identidad de su atacante, pero esto ha quedado en manos de un trio de ineptos que comparten el mismo mal gusto en peinado y  no son muy ocurrentes. Para colmo, el detective tiene problemas personales.



Divorciado, ha quedado con la custodia de un hijastro adolescente, un arreglo que disgusta a ambos. El chico es típico Z inútil que se la pasa escuchando música estridente con audífonos y una máscara, tipo Darth Vadar, tras la cual se oculta del mundo. Cuando ya Jasper no sabe cómo irritar a su padrastro y a Martín (a quien Morck renta un cuarto en su casa) aporta un nuevo cambio, saltarse días de escuela y pasárselos en casa encamado con una compañerita.

                      Jasper en la puerta de su jaula

Un Baño-Oficina: Ni que fuera Betty La Fea

Morck no sabe qué hacer con Jasper y su jefa (Karen “Lisa Arryn” Dickie) no sabe qué hacer con Morck. La solución la traen sus superiores. Se ha descubierto que su comisaria tiene un récord de casos no resueltos. Quieren instalar un departamentoellos pondrán el dineropara que trabajen en esos cold cases y así satisfacer a la quejosa prensa.

Moira se pasa de lista, crea el Departamento Q, y pone a Carl Morck a cargo. El solito con su propia oficina en el subterráneo donde una vez estuvieron los baños compartidos. Todavía hay orinales adosados a la pared. Ni a Betty, La Fea le dieron una covacha tan hedionda.



Esto me ha recordado a Las Azules cuando les instalaron su oficina en el sótano. De nuevo tenemos una comisaría que no sabe qué hacer con un/unas indeseables, pero que no puede quitarse el bulto de encima. Para eso sirven estas jaulas para escondrijos de los elementos incomodos.

                  La guarida del Departamento Q

Como ocurriera con Las Azules, Morck y su equipo (del que hablaré en un segundo) limpian, arreglan, humanizan el subterráneo, y emprenden desde ahí una campaña para resolver su primer cold case. Eso, sin ayuda, de los de arriba donde Moira ha revertido los fondos que la ciudad le ha dado para el Departamento Q a sus Caballeros del Valle que ahora gozan de computadores nuevos.

No todo el mundo es oportunista y ratero en la superficie. Ahí tenemos a Rose (Leah Byrne), la recepcionista, quien una vez fuera policía, pero ha sido degradada ya que, como Carl, también está un poco cucú. Aunque a ratos es exasperante, y su peinado es mitad Bozo, el Payaso y Larry, el de los Tres Chiflados, me cae bien. Es gordita, le gustan los pastelillos y tiene buen corazón e intuición.

Intuye que Akram (Alexei Manvelov), un tímido refugiado sirio que ha venido en busca de empleo,  puede ser útil en el precinto y lo envía donde Moira. Justo ese día Carl anda berreando porque necesita alguien que archive y organice el centenar de cajas de casos no resueltos. Moira le manda a Akram Salim.



Resulta que el refugiado fue detective en su país antes que la situación política lo empujase a huir con su familia. Morck nota que es avispado, organizado y muy intuitivo, así que lo convierte en su asistente en la investigación. Akram es cortes, compasivo y quiere hacer las cosas según el manual, algo difícil con Morck, Sin embargo, Akram es bueno para saltarse las reglas y literalmente se salta vallas. El mejor momento es cuando visita una casa abandonada y se enfrenta a una banda de delincuentes-ocupa a los que reduce solo con las manos.

Será Akram quien, satisfaga a Moira consiguiendo un caso cerrado: la desaparición hace cuatro años de la fiscal Merritt Lingard. Con eso Moira convoca a una conferencia de prensa y coloca a un Carl ,sin ninguna preparación, a cargo de esta. Todo va bien hasta que un periodista se le ocurre cambiar el tema e interrogar a Carl sobre su caso que ha dejado un muerto, un invalido y un traumatizado policía.

                       Ni una corbata puede esconder el trauma de Carl Morck

Morck se descompone, sufre un ataque de pánico y huye de la conferencia. Nuevamente es Akram quien acude en su ayuda. A pesar de que para todos los presentes y hasta quienes lo vieron por televisión, es obvio que el detective no está bien, Morck sigue con la investigación y logra componer un equipo confiable compuesto por Akram, Rose y Hardy que, desde su cama de hospital y vía laptop, contribuye a resolver el misterio de Merritt Lingard.

                          Hardy desde su jaula-cama de hospital

¿Dónde está Merritt?

Después de haber leído el libro de Jussi Adler Olsen (en ingles se llama The Keeper of Lost Causes; en castellano es La mujer que arañaba las paredes) en la que han basado la serie, es evidente  que Scott Frank ha cambiado bastante el argumento.  Es interesante como ha navegado/conservado los saltos cronológicos del original. El primer episodio es una presentación de los dramatis personae, pero hay un personaje con el que Morck y su equipo nunca se entrecruzan.

Nos pasamos el tiempo esperando que este personaje y su historia paralela se unan a la línea argumental. Esto solo ocurre al final cuando descubrimos que la mujer que hemos visto es la misma del caso que Akram ha escogido para que debute el flamante Departamento Q. Todo lo que hemos visto de Merritt son flashbacks que llevan a su misteriosa desaparición de un ferry camino a la isla de Mohr que la fiscal, y su hermano, William, tomaron de regreso al hogar paterno.

Gracias a los flashbacks descubrimos que Merritt era una planta espinosa, brillante pero arrogante, audaz pero imprudente. Acababa de arruinar un caso importante y conseguido la indeseada libertad de un millonario que había asesinado a su esposa. Sin embargo, no fue el presente lo que precipitó el secuestro de la mujer. Eso es lo que descubrirá el Departamento Q.

                      Merrit amonestada por su superior

A pesar de los esfuerzos de Frank por mejorar, agilizar y hacer más interesante la trama, Departamento Q ofrece muy poco para atraparme y confieso haberla visto solo por Matthew G. Quizás sea porque no soy connoisseur del género, tal vez porque su énfasis en lo wokesobre todo el aura semi feminista me cohíben, pero la serie no me es atractiva.

Recalco  que los personajes, con la excepción de Akram y Rose (y tal vez Clare ),son detestables, llegando al punto que le tengo lastima a Morck por estar rodeado de tarados insensibles. Las actuaciones son desiguales. Solo Matthew está magnifico. Deja atrás esa aura de niño bonito que cultivó desde sus días de Brideshead Revisited y ofrece la mejor actuación de su vida (aparte de su Bob Evans en The Offer)




Matthew como Bob Evans

  Mathew en Dept. Q y en Discovery of Witches. Noten el cambio

Estéticamente la serie no brinda mucho. Es difícil recordar que está situada en la Edimburgo de María Estuardo y de Robert Louis Stevenson, a pesar de que hay escenas en zonas antiguas. Como todo lo de Netflix, es deprimentemente oscura y los personajes además de antipáticos están empeñados en verse feos y desaliñados. Sobrevive Mathew G. por qué ...aceptémoslo, es Matthew Goode.



Contenido Violento o Gory: Se supondría que un Noir debe tener su buena cuota de violencia, pero por primera vez veo como el wokismo trata el tema. La violencia es casi toda verbal, se describen hechos violentos (El asalto que dejó a William impedido de sus facultades; el ataque que mató a Anderson y dejó malheridos a Hardy y Morck, etc.). La tortura que sufre Merritt en su bóveda es física, pero más afecta su psiquis que su cuerpo.



Por supuesto que eso va cambiando al final. Tenemos gore galore cuando a la mujer enjaulada se le infecta un molar y sus captores le proporcionan un alicate para que se lo extirpe por si sola. El episodio final ve asesinatos, balaceras, etc. Antes, Akram tortura a un maleante en una escena casi cómica y Carl golpea a un gánster que amenazó a Jasper.

Sin embargo, hay en toda la serie un terror a la violencia. Las reacciones bruscas de Morck, que pueden catalogarse de impulsivas o inusitadas, alteran a quienes lo rodean, tal como ciertas palabras son vistas con tanto miedo como si quien las usa apuntara con un arma.

El caso más patético y desagradable es cuando Akram se encuentra con la pandilla de ocupas que inmediatamente se le enfrentan, sin haber agresión por parte del policía. Una incluso grita que el sirio no está armado. Ella lo sabe porque su padre era patrullero. Akram rápidamente demuestra que no necesita de armas para dominar a bullies cobardes.



¿Qué consigue con eso? Que él ocupa al que controló lo demande y Jacobson le endilgue un sermón a la persona más serena de la serie. Dos factores emergen de este encuentro. El primero es el casi racista recordatorio de Moira de que en Europa no se hacen las cosas como en el Medio Oriente. El otro, la evidencia de la nulidad de un departamento de detectives que no portan armas, ni siquiera un taser.

Ya bastante ridículo es que, en Londres,  los Bobbies ,deban defenderse de manifestantes y terroristas con un misero bastoncito, pero ¿dónde se ha visto que detectives en un espacio peligroso no tengan con que defenderse?  Más encima reciben regaños de sus superiores por usar ciertas palabras o darle un empujoncito a un periodista que invade su espacio. ¿Qué es esto? ¿Un internado de señoritas?



Contenido Sexual y Desnudos: Casi 0, lo normal en una serie donde amor y ternura son los grandes ausentes. Martin y Carl se impresionan ante la actividad sexual de Jasper. En un flashback vemos que Merritt tuvo una relación pasajera con un periodista y el actor que lo interpreta muestra nalgas. Luego los vemos desnudos de perfil, pero no son escenas eróticas. Como tampoco lo es la de Moira secuestrada, masturbándose ante la mirada de su secuestradora.

Factor Diversidad: Para ser una serie británica, no hay mucha diversidad. La ex asistente de Merritt es de origen africano; Martin y el personal médico que atiende a Hardy parecen venir del subcontinente indio.

El mayor exponente de un mundo “exótico” es Akram Selim que irónicamente es interpretado por un actor ruso de origen kurdo. Como saben, Akram es un personaje canon aunque en el libro se llama Assad. En la serie es mayor que en el libro y más misterioso, pero conserva tres características, su humanidad que a ratos choca con el cinismo de Morck; los enigmas de su pasado; y una cualidad que me recuerda a un arquetipo dieciochesco.



A ratos pareciera que viésemos la vileza y absurdísimo de nuestro Occidente a través de los sorprendidos ojos de Akram quién representa un sentido común y una compasión perdida por nuestro mundo. En ese sentido nos lo acerca a los protagonistas de Les Lettres Persiennes de Montesquieu y Las Cartas Marruecas de Jose Cadalso

Un poco extraño que en una serie de Netflix haya poca diversidad sexual. Apenas un policía gay que Rose conoce en la Isla Mohr. Por otro lado tenemos minusválidos y gente en el Espectro por doquier. Como también tenemos un pésimo retrato de las psiquiatras modernas, pero de eso que es parte del pésimo retrato que Scott Frank ha confeccionado de la “mujer empoderada”  hablaré, D-s mediante, en mi próxima entrada

martes, 18 de febrero de 2025

El Albergue de los Espías Fracasados: Slow Horses en Apple+

 


Descubrí esta serie de Apple + cuando revisaba la lista de lo mejor de la televisión del 2024. Como coincidía con mi nueva afición con el género del espionaje, decidí probarla. No se asusten por el hecho de que tenga cuatro temporadas. Cada una consiste en solo seis episodios llenos de acción, de drama, de humor y muy originales.

La Casa de la Ciénaga

En 2010, Mick Herron publicaba la primera de una serie de novelas que giraban en torno a un sitio imposible e increíble, pero fascinante. Llamado Slough House (La Casa de la Ciénaga en español) este edificio, casi tan fabuloso como Hogwarts, queda en algún lugar de Londres y es una especie de asilo  y  reformatorio para agentes fracasados del MI5,que son enviados ahí sea por chambones o por haber cometido actos bochornosos o criminales.

No existe ni Slough House ni nada parecido en el mundo real.  El espía fracasado o es despedido, encarcelado o ajusticiado, así que toda la serie está sujeta a una premisa que sin ser improbable,  no es real. Ha sido fabricada, y muy brillantemente, por el autor. Se la ha comparado a la serie de misterios Departamento Q del danés Jussi Adler-Olsen. La diferencia es que Q es una sección de la policía de Copenhague para detectives conflictivos o inútiles. A propósito, Departamento Q está siendo filmada para Netflix.



Liderados por Jackson Lamb, una reliquia de la Guerra Fría, los agentes de la Slough House incluyen a la alcohólica Katherine, al experto hacker Ho al que no aguantaban en su antiguo trabajo, y a Min Harper, tan despistado que perdió un archivo confidencial en el metro.  Estos losers viven dedicados a tareas administrativas y a sufrir la lengua viperina de Lamb al que le encanta recordarles las humillantes razones que los han llevado a caer ahí y los apoda “caballos lentos” (Slow Horses).

                             Ho, Catherine, Louisa y Min: Caballos Lentos en acción 

El ultimo agente es el joven River Cartwright quien fracasó estruendosamente en un ejercicio-examen para ingresar a MI5. A pesar que todo se debió a datos falsos que le proporcionó un colega mentiroso, River ha caído en Slough House en vez de ser despedido, debido a que su abuelo fue una gloria de la institución. Eso le amerita el convertirse en el chico de los mandados de Lamb y el encargado de tareas míniales y desagradables.

Aunque para la publicación de Slow Horses, Herron era un reconocido y premiado autor de novelas de misterio, el libro tuvo poca venta. La casa editorial se negó a publicar Dead Lions, la segunda de la serie y solo en el 2015, retomó a Herron como cliente.  A pesar de ese inexplicable percance, estamos hablando de una saga que ha recibido premios y homenajes de periodistas desde el  Telegraph hasta El País. En suma, la serie es super exitosa. Normal fue  que, en el 2019, Apple tv+ comprase los derechos para filmar los libros. Son ocho volúmenes (hasta ahora) y cuatro ya han sido vistos en la plataforma.



Se comenzó la filmación en el 2019, pero por razones de pandemia, solo debutó en pantalla en el 2022. La segunda temporada llegó a fines del mismo año. Real Tigers vio la luz en el 2023, y Spook Street en el septiembre del 2024. Se sabe que se están filmando la quinta y la sexta temporada.

En el 2023 tanto Gary Oldman (Lamb) como Jack Lowden (River) fueron nominados a los grandes premios que Gran Bretaña da a la televisión, al igual que Sir Mick Jagger que se ha encargado de la musicalización, incluyendo el pegajoso tema principal. En el 2024, Gary nuevamente recibió nominaciones, pero esta vez se agregaron Mejor Actor para el Emmy y para un Globo de Oro. Aunque no ganó en esas ternas, amerito un Satélite como Mejor Actor.



En el 2025 aparecieron Gary Oldman, Jack Lowden y la serie entre los nominados al Golden Globe lástima que en el año de Shogun ninguna oportunidad tenía. Aun así, su fama me llegó en este momento en que ando navegando por series de espionaje en marcos contemporáneos y me ha entretenido mucho.

El Fétido Encanto de Jackson Lamb

Gran parte del éxito de los libros es el personaje de Jackson Lamb. De hecho, la saga se vende en español como la Serie de Jackson Lamb. Pues en la serie, el favorito del público es el personaje de Gary Oldman. Yo vengo viéndolo desde Sid and Nancy, y no para de asombrarme. Ahora puede incluir en la lista de sus grandes  interpretaciones a este espía gruñón y grosero.

Solo Gary Oldman puede ser capaz de hacerte interesante un hombre que anda exponiendo sus calcetines agujereados a sus sufridos empleados o los somete a oír y oler sus fétidos gases. Lamb, como en el libro,  gusta humillar a sus esclavos recordándoles el pasado, obligándolos a cumplir tareas humillantes y hasta tentando con vasitos de whisky a la pobre Katherine Standish que es alcohólica. Lamb no inclina la cerviz ni ante Diana Taverner (Dame Kristin Scott-Thomas) su jefa en “El Parque” (léase los cuarteles de MI5).



Un detalle que me hizo el primer episodio interesante es que comenzamos con River Cartwright (Jack Lowden) rastreando un posible terrorista en Heathrow. Un error en el color de la camisa, hace que River pierda tiempo siguiendo al sospechoso equivocado y no pueda evitar que el verdadero terrorista haga estallar una bomba. Lo fascinante es que, solo después del atentado, los espectadores descubrimos que todo era un simulacro, un examen que River no ha pasado convirtiéndolo en uno de los “Slow Horses” de Slough House.


Cartwright es escogido para ser el puerquito de Jackson Lamb, quien aparte de recordarle que es un chambón, lo tiene revisando sacos de basura de un periodista de poca monta llamado Robert Hambden. Entre los deplorables colegas de River, hay una que destaca. Sidonie “Sid”  Brown (Olivia Cooke de House of the Dragon), una jovencita tan hábil que hasta Lamb la trata con respeto. Nadie sabe qué hace ahí, pero Lamb también la tiene acechando a Hambden. En un café, Sid se las arregla para copiar la información del laptop del periodista y traspasarla a su notebook.



River es enviado a llevar la computadora hasta “El Parque”. Antes,  la abre a la fuerza, y casi se electrocuta, ya que Sid le ha puesto una trampa anti-intrusos. Pasado ese peligro, River también se apodera del contenido y descubre que Hambden ha encontrado un vínculo entre MI5 y el crimen del momento.



Todo Londres está pendiente de una noticia. Un grupo de supremacistas blancos, que se llaman “los Hijos de Albión” han secuestrado a un joven universitario de origen pakistaní y amenazan con decapitarlo al amanecer. Lo extraño es que no exigen nada, es un acto de pura xenofobia.

                               El pobre Hassan

En una sola noche, River descubre que Sid ha sido puesta por Taverner en Slough House para vigilarlo a él; intenta defender a Hambden de un asaltante que deja a Sid malherida; y es contratado por Lamb para ir a rescatar al joven Hassan. Para la madrugada, River ha pasado por todas las vivencias de un James Bond (sin martinis) y se ve convertido en un forajido, junto a los demás “ Caballos lentos” , perseguido como autor del secuestro,  y en la mira de MI5.

No quiero detenerme más, puesto que esto es lo que ocurre en un par de capítulos y en menos de una semana, pero es lo que cubren los seis capítulos de la primera temporada y no hay minuto en que uno no esté al borde del asiento royéndose las uñas. Fantástico el modo en que Will Smith (un escritor inglés,  no el esposo de Jada Pinkerton) ha logrado lo que The Agency no pudo:  tener diferentes personajes en diferentes puntos de Londres, cada uno viviendo una experiencia entre dramática y grotesca.



Smith ha compaginado la actividad de los Caballos lentos con los quehaceres de MI5 manejada por la implacable e inescrupulosa “Lady Di” y con el road trip del pobre Hassan y sus secuestradores. Solo supera al buen desarrollo de un libreto (y no me huelo a IA por ahí)  unos diálogos sublimes, aunque a ratos nos repugnen tanto como las ventosidades de Jackson Lamb. 

Gary Oldman tiene un buen trio de actrices que serán sus némesis más un hada protectora (Dame Kristin, Sophie Okonedo y Saskia Reeves como Catherine Standish). Otro que le hace buen peso a Oldman  es Jack Lowden. Adoro a River Cartwright porque es un héroe que ya no se ve, capaz de romper leyes y reglas sin dejar de ser idealista. Romántico, devoto de su abuelo, pero ambicioso e impaciente, es el héroe clásico en una búsqueda heroica donde su propia falla trágicas le impiden alcanzar su meta. Y hasta esta guapo el chico. No se le puede pedir más a una serie, y hablo solo de la Primera Temporada.

Todos los actores parecen estar encantados con sus papeles ya que los desempeñan con tanta pericia desde la Reina Allicent que solo está en la Primera Temporada hasta el omnipresente Samuel West (el Siegfried de All Creatures Great ad Small ) como el corrupto y malévolo político derechista, Peter Judd.



 En las próximas temporadas (todas de seis capítulos) se tratarán temas más comunes en las series de espías. En la 2 basada en Dead Lions, los Caballos lentos luchan contra espías rusos del pasado y del presente. La 3 basada en Real Tigers está relacionada con un incidente en Estambul. Un año más tarde, uno de los involucrados está acechando a Catherine lo que culmina en el secuestro de la secretaria de Lamb. Solo la libra si los secuestradores pueden tener acceso a los misteriosos “Libros Grises” donde se ocultan todo tipo de teorías de conspiración.

La Cuarta Temporada es la más triste. River debe enfrentar el hecho que su abuelo y mentor, David Cartwright (Jonathan Pryce) está cayendo víctima del Alzheimer. Aún más peligroso será protegerlo de MI5 que teme que el anciano demente revele secretos de la organización.



Hasta ahora, Mick Herron ha publicado nueve novelas, así que hay para rato en una serie a que le ha ido muy bien en el mundo hispano parlante, donde se conocen también los libros.  Herron es un gran admirador de Le Carré, pero no teme parodiarlo.  La serie tiene un estilo narrativo muy Noir que también afecta la estética. Estoy totalmente enganchada, amo los personajes, espero que sigan mi recomendación y quienes tengan Apple+ vean Slow Horses.

Contenido Violento y Gory: Pues ya en la Primera Temporada tenemos mucha sangre, una cabeza decapitada y una agente caída con un balazo en la cabeza. Sin embargo, lo más Gory son los pedos de Lamb,



Contenido Sexual y Desnudos: Min y Louisa (Rosalind Eleazar)son amantes y se los ve en paños menores.

                           Louisa, Min, enmedio el despreciable Webb

Factor Feminista: Me encantan los personajes femeninos, son fuertes sin dejar de ser nobles. Aparte de ser fan de Le Carre,  Herron es un devoto de la literatura victoriana,  principalmente la escrita por Charlotte Bronte y George Elliot. Saskia Reeves nunca ha estado mejor que esta interpretación de la adorable Catherine Standish, quien todavía confía en teléfonos, pero sabe usar un revolver, y cuyas cualidades, mayormente su lealtad, recuerdan a las de Jane Eyre y Maggie Tolliver de El molino sobre el Floss. Esa misma generosidad , paciencia y capacidad de perdón la hallamos en Louisa, eso si cuando no tocan a Min. Ahí se vuelve un fiera.. Digamos que es tan leal como Jane Eyre.



En cuanto a ” Lady Di “ Taverner y su mefistofélica jefa Ingrid Tierney, son totalmente dickensianas. Un coctel de Miss Havisham de Grandes Esperanzas con Lady Honoria Deadlock de Casa Desolada, si es que esas damas hubiesen querido ser mandamases de MI5.

Factor Diversidad: La comunidad anglo-africana está bien representada por Sophie Okonedo y Rosalind Eleazar. El habilidoso Roddy Ho es de origen chino tal como lo es su interprete Christopher Chung. La comunidad pakistaní y musulmana aparece en el personaje del desdichado Ahmed Hassan.

Factor Vestuario: En mi exploración  del genero de esoionaje contemporaneo no he encontrado mejor guardarropa que el de dAme Kristin en su rol de Diana Taverner. Supera al de Keira en Black Doves y al de Ursula Corbero en El Chacal. Demuestra que se puede ser jefa de machos con pelo en pecho y verse bien (y pasada la barra de Los 50):



 


Este es mi vestido favorito, pero no he podido encontrar una fotografia que le haga justicia



jueves, 6 de febrero de 2025

Policías irlandeses y La Guerra de Secesión en Nueva York: ¿Por qué fue “Copper” cancelada?

 


Hace tres años comencé a seguir la excelente serie policial-histórica Copper (AMC+), pero la dejé porque carecía de historias de amor. Hoy más madura o más pragmática, le volví a echar un ojo y me encantó. ¿Por qué no encantó a las audiencias? Tiene sexo, corrupción, asesinatos,  es un buen drama histórico y hasta tiene un toque de drama médico. Aun así, no duró más de dos temporadas. Vamos a ver el motivo. ¿Será el argumento?

Tres Soldados

La trama circula alrededor de las experiencias de tres hombres en la Nueva York de 1864. El país está enfrascado en una lucha fratricida en la que el trio ha participado. Kevin Corcoran (Tom Weston-Jones de Warrior y Sanditon) es un inmigrante irlandés, huérfano, criado por las monjas y que, antes de ser policía, fue pugilista. Entremedio fue soldado. Partió a la guerra, dejando atrás a Ellen, su esposa, y su hijita Maggie.



Durante la Batalla de Chancellorville, el Cabo Corcoran salva la vida de su comandante, el Mayor Robert Morehouse (Kyle Schmid a quien no veía desde Blood Ties), un knickerbocker neoyorquino. Aun así, la pierna del oficial debe ser amputada y eso lo hace Matthew Freeman (Ato Essandoh), un ex esclavo que funge como valet de Morehouse. Al seguir a su amo al campo de batalla, Freeman ha tenido la oportunidad de aprender medicina quirúrgica de los médicos militares.



Para que no se sepa que Freeman amputó la pierna del Mayor (y cause un bochorno a su millonario padre), Robert le proporciona suficiente dinero para que establezca una práctica médica en Five Points, en el Sur de Manhattan. Freeman es de inteligencia aguda e inquisitiva, lee cuanto tratado medico puede conseguir, incluyendo los que cubren adelantos en su profesión. Eso lo vuelve un pionero en la medicina forense, lo que hace útil para el trabajo de Corky quien se ha incorporado nuevamente a la policía metropolitana y es asignado al peligroso barrio de Five Points.

Sin llegar a ser amigos, este trio establece una relación de confianza mutua y de asistencia para solucionar los problemas que afligen a su comunidad tanto del Alto como del Bajo Manhattan. Es que la vida civil no les ha traído calma. Robert descubre que mientras arriesgaba su vida por una causa, su padrecomo muchos millonarios neoyorquinos rogaba por el triunfo de un Sur cuya sociedad esclavista mantenía a flote sus negocios.

Freeman llega a reunirse con su traumatizada esposa, Sarah. Durante su ausencia, la población irlandesa encabezó una revuelta en Nueva York que estuvo dirigida en contra de la población negra (Los Draft Riots). Los hermanos de Sarah fueron linchados en su presencia. Desde entonces, la desdichada mujer carga revolver y desconfía de todos los blancos. En un esfuerzo por tranquilizarla, Matthew compra una casa en un sector que más tarde será parte de Brooklyn y establece una práctica médica ente la gente de color. Todo pagado por el agradecido Morehouse.


                             

El caso de Corky es el más complejo, Los Morehouse lo ayudan a ingresar a la policía metropolitana, pero el ex boxeador sostiene paralelamente su propia investigación. Quiere descubrir quien asesinó a su hijita y que sucedió con su esposa quien ha desaparecido. Esta subtrama necesitará de toda una temporada para esclarecerse y digamos que descubrir la verdad no ayuda a nadie y menos a Corky.



Copper fue la primera producción original de BBC America. Producida por el legendario cineasta Barry Levinson (Rain Man, Avalon, Bugsy),  debutó en el 2012 con muchas expectativas y acabó su primera temporada con un alto rating. Algo sorprendente ya que no se trataba de un canal muy frecuentado (en Europa la pasó HBO y en Australia fue vista vía FX). Sin embargo, en la segunda temporada, los ratings bajaron y se la canceló. En el 2016, Netflix la recogió, pero no la continuó como lo hizo con Ripper Street. Mi duda está en que provocó una baja de sintonía y consecuente cancelación de una serie a la que le iba tan bien. Para eso debemos revisar las subtramas.

¿Era Nueva York una Ciudad Confederada?

Antes que todo me gustaría revisar el fuerte de la serie que para mí es el milieu histórico que solo ha sido retratado y muy de pasadita en Gangs of New York y recientemente en Manhunt. Cuando se combina una serie detectives con drama histórico se fabrica un coctel explosivo. Aquí se intentó  retratar una realidad que nos presenta una Nueva York muy alejada de la imagen del Norte abolicionista que nos enseñaron en la escuela.

La realidad es que Gotham siempre ha funcionado con una dinámica diferente a la del resto del país. A mediados del siglo XIX, la economía neoyorquina se apoyaba en el algodón del Sur. Con ese material funcionaban las grandes hilanderías y las tiendas de ropa. Una guerra civil era mala para los negocios. Muchos dueños de telares y fábricas no eran contrarios a una esclavitud en la que se sostenían sus fortunas. Algo que nos mostró Manhunt fue que Nueva York era un hervidero de agentes secretos de la Confederación. En Copper vemos al asesino de Lincoln, John Wilkes Booth, dando una representación para la elite la noche en la que espías confederados planeaban incendiar la ciudad.

                               Un Morehouse pro-Norte y su padre pro-Sur

En mi sección de libros sobre la Guerra de Secesión, que se perdió con mi biblioteca, desapareció un diccionario enciclopédico, Who Was Who in the Confederacy de Stuart Sifakis. Fue ahí que encontré una breve entrada sobre Robert Kennedy que una vez intentó incendiar Nueva York. Solo ahora en Copper vengo a conocer los detalles. Robert Cobb Kennedy (interpretado por Aaron Staple de Strange Empire) llega a Nueva York fingiendo ser un irlandés de Montreal (con acento francés y todo) que en realidad es un agente confederado que pretende incendiar varios puntos clave de Manhattan como El Circo Barnum &Bailey.

                                     El verdadero Robert Cobb Kennedy

La serie describe cada paso de la operación y es muy fidedigna en su descripción de la gente (de todas las clases sociales) que colaboraron en lo que podría haber sido una hecatombe, pero por suerte fue detenida antes de llegar a mayores. Interesante es que Kennedy y sus secuaces pretendían incendiar Nueva York con una especie de bombas molotov que llamaban “Fuego griego” y que los troneros sabemos fue lo que ganó la Batalla de Aguas Negras.



Tristemente, la trama se desvió de esos temas históricos y finalizada la búsqueda de Corky por su mujer, la segunda temporada se centró en una aburrida guerra contra Tamanny Hall y un corrupto héroe de guerra. Los personajes perdieron potencia, los personajes femeninos pasaron a ser más débiles, pero menos buenos, y algunas soluciones fueron risibles.

El modo en que Corky acaba con el General Donovan nos brindó el más malgastado cuarto de hora de la serie. Casi tan absurdo fue ese final como la rehabilitación express de la drogadicción de Elisabeth a la que su suegro apartó del opio solo con una zambullida en agua helada y un sermón. Bueno, Corky dejó la morfina con la misma facilidad y rapidez. Se entiende que la audiencia haya preferido cambiar de programa.

Contenido Violento y Gory

Pues siendo una serie policial va a tener muchas escenas de violencia. Sin embargo, los crímenes que se persiguen son débiles, por llamarlos de alguna manera. Tal vez fáciles de solucionar, puesto que lo más importante de la primera temporada es la búsqueda de la esposa de Corky y los esfuerzos por impedir la infiltración de los Confederados en los quehaceres neoyorquinos.

Algunos crímenes son divertidos como cuando una coalición de pandillas intenta robar a ricachones que han organizado un evento de caridad, o un celoso dentista que, para acabar con el amante de su esposa, confecciona un pastel envenenado que rueda de mano en mano hasta acabar matando al asesino y a un polizonte goloso.

El mejor crimen ocurre en el primer cuarto de hora. Corky es parte de un operativo que interrumpe un asalto de banco justo cuando los bandidos huyen con el botín. El trio de policías compuesto por Corky, Maguire y el bonachón Boyle matan a los asaltantes y recogen billetes de los sacos que van a parar a sus bolsillos. Aparece el sargento al que acallan con un reloj de oro, parte de lo robado. Finalmente aparece en escena el  Capitán Sullivan, jefe del precinto,  que se marcha con los sacos. A saber a qué destino irán a parar.

Este episodio, más que mostrar la corrupción de las fuerzas de la ley (corrupción inocente comparada a maquinarias políticas o empresariales que veremos a lo largo de la serie) nos enseña las técnicas de sobrevivencia empleadas por una fuerza mal pagada, despreciada y expuesta a todo tipo de peligros. Al final, lo que importa es que los bandidos han sido neutralizados, aunque el procedimiento sea cuestionable.



Un problema de Copper y que quizás le haya costado ratings, es que la mayoría de los crímenes eran cometidos por mujeres. Eso incluía asesinatos. Puede haber sido incomodo ver en pantalla personajes que deberían ser positivos matando sin piedad. Una Madame de burdel , en un ataque de celos, degüella a su mejor empleada y una niñita acuchilla a sus dos violadores. íBrrr!

                             Annie y su primer asesinato.

Contenido Sexual y Desnudos: A pesar de ser pre-MeToo, hay un esfuerzo por no mostrar la mirada masculina. Casi no vemos físico femenino au naturelle, pero si muchas tomas de nalgas masculinas. 

Factor Feminista Después del dato de que los asesinatos más escabrosos son cometidos por mujeres, paso a decir que no hay un personaje femenino bueno, peor aún, ninguna de ellas es muy inteligente. En esta serie las mujeres son víctimas de sus propias pasiones, son adúlteras, putas, mentirosas, traidoras hasta con su país, drogadictas y desequilibradas. La que no mata, se mata o ahorcándose o ingiriendo láudano.  

                   No será la más inteligente, pero Elizabeth es la mejor vestida

Una mujer se gana la vida haciendo abortos, la matan por eso. Su hermana, una insignificante maestra solterona, roba el libro de registros de la muerta y se pone a chantajear a los clientes de su hermana…hasta que la matan a ella. Incluso las mujeres con cierto de nivel de poder como la Madame Eva Heissen (Franka Potente) y Elizabeth Haverford (Anastasia Griffith) pecan de ilusas, de impulsivas, de tontas y eso las hace exasperante cuando deberían ser empoderadas o servir de apoyo del protagonista.



Ningún personaje femenino es tan espeluznante como Annie Reilly, una asesina desequilibrada, una manipuladora que usa trucos propios de su sexo aprendidos en un burdel para provocar problemas y desgracias. Todo eso encerrado en el cuerpo de una nena de doce años que lleva dos  casada con su padrastro. ¿Realmente se podía casar en el Nueva York de ese entonces una niña tan pequeña?


El error de Corky y Elizabteh fue creer que Annie seguía siendo una niña  


Factor Diversidad: No creo que sea el énfasis en lo histórico lo que haya obligado a cancelar la serie. Tampoco el hincapié en los irlandeses y su rol en la historia de USA y principalmente de Nueva York. Vale recordar que Copper nació en una especie de zeitgeist, en el 2012, enmarcada entre Hell on Wheels y The Knick. La primera era un western crudo con un héroe , un ex coronel confederado (de origen irlandés) que en pos de los asesinos de su esposa e hijo se involucra en la construcción del ferrocarril transcontinental. Ahí también vimos grupos de irlandeses racistas y su pugna con ex esclavos.



The Knick tenía lugar en Nueva York a comienzos del Siglo XX, pero todavía teníamos racismo e irlandeses avispados que sacaban provecho de lo que podían. El personaje del doctor negro entrenado en París es una versión glorificada, y con más fallas trágicas, que Matthew Feeman. Aunque Hell on Wheels duraría cinco temporadas, The Knick no pasó de dos. En eso se asemeja a Copper y  al excelente drama médico-histórico Mercy Street donde también vemos el rol positivo y negativo de los irlandeses en la Guerra de Secesión.



Ninguna de esas series retrata con tanto detalle la diáspora irlandesa en USA como Copper. No lo hará Warrior con su descripción de la corrupción policiaca de Los Hijos de Erie , donde Tom Weston-Hughes interpreta a un joven sureño que se une al departamento de policía de San Francisco quince años después de acabada la Guerra de Secesión, pero donde los irlandeses todavía rumian sus servicios en el ejercito yanqui mientras arrastran vidas miserables al servicio de una organización corrupta y racista.



Mas o menos lo que vimos en The Alienist que tiene lugar en Nueva York a fines del Siglo XX. La diferencia es que, si bien Warrior y The Alienist hacen hincapié en la corrupción y racismo de los irlandeses, Copperhecha antes de que el wokismo demonizase a las etnias blancasenfatiza la lucha de los irlandeses por sobrevivir la discriminación en contra de ellos . Cuando Morehouse lo contrata al final de la serie para que vayan en pos del asesino de Lincoln, le recuerda que el sueño de Corky,  desde que pisó las costas neoyorquinas, ha sido ser un americano, demostrar que tiene algo que aportar a su nuevo país.



Además de Corky hay otros irlandese, todos fugados de una hambruna, de la opresión protestante y británica. Uno de ellos, el amigo de la infancia de Corky,  es el también policía Francis Maguire. Este personaje es el que salpica su léxico con palabras del gaélico,  el que se admira al saber que el mayordomo de Los Morehouse, es un ex Feniano que participó en el alzamiento de 1848. Es Maguire el más religioso, el que agobiado por sus pecados busca refugio en una iglesia.

                   

Copper es un recordatorio que no solo las razas de color han tenido que enfrentar discriminación para forjarse un espacio en el crisol de razas estadounidense. A ratos me recuerda clásicos del pasado como las miniseries Captains and Kings y The Manions of América. Es franca al exponer el racismo de los irlandeses, pero también su contribución a ciudades como Nueva York.



Triste que series como The Gilded Age, donde Lord Fellowes ha embutido a una mucama irlandesa que ha superado el racismo, no se haya atrevido a enseñar más de ese grupo y que espacio social ocupaban  veinte años después de los sucesos de Copper. En cambio, tienen una protagonista, tan avergonzada de sus raíces celtas, que llega a ser psicópata en sus intentos de ocultarlas.

Los irlandeses y los afro-americanos no son los únicos personajes étnicos de Copper. Elizabeth Haveford es inglesa, Robert Cobb Kennedy finge ser franco-canadiense y Eva es alemana. Tenemos chinos que ya han instalado fumaderos de opio en Five Points y un judío, Herr Schwartz,  que regenta una casa de empeños donde aparece el relicario de Ellen Corcoran.

 Me gusta que la serie sea franca en el antisemitismo de los irlandeses. Maguire le paga a Schwarz para que no le diga a Corky de dónde sacó el relicario. “Tu gente es buena para mentir” le dice después que el prestamista obedece.  Me conmovió la escena en que Corky, al saber la verdad,  amenaza con matar al judío, pero cuando este musita el Inefable Nombre de D-s, el policía recuerda que también cree en un Ser Superior que le impide matar.