En los primeros
episodios del docudrama de Netflix vimos el prontuario de Víctor Manuel de
Saboya, una trayectoria de crímenes y delitos insólitos en un príncipe
heredero. Lo más extraordinario es como el Príncipe de Nápoles consiguió evadir
la justicia. ¿Corrupción? ¿ Poder
monetario? ¿O la protección de la masonería? En esta entrada finalizo con el documental y
ofrezco más información sobre un criminal que debería estar entre rejas, y
también sobre su estrambótica familia.
El Príncipe de
los Realities
Tengo un vago
recuerdo de haber seguido el juicio de 1990 en el que Víctor Manuel solo fue
condenado por portar un arma sin licencia. Para ese entonces estaba yo
interesada en Los Saboya gracias a Manuel Filiberto, que ayer— y hoy— ha
sido un guapérrimo de la realeza. Me interesaba saber con quién se casaría y
mentalmente le planeaba grandes uniones dinásticas. Demasiado joven para Las Infantas,
sus primas Aosta y las Borbón-Sicilia, yo lo emparejaba con alguna de Las
Orleans, Kalina de Bulgaria o Theodora
de Grecia.
Qué chasco me
llevé cuando se casó en el 2003 con una actricita de cuarta (y
anarco-comunista) llamada Clotilde Coureau a la que ni el maestro Valentino pudo
ayudar a ocultar el embarazo que la convirtió en Princesa de Venecia. Mas de
alguno dirá que no ha sido suerte puesto que el Príncipe no es un gran partido.
Yo diría que es más trabajador y menos delincuente que su padre.
No terminó la
universidad y recientemente me enteré de que confesó haber tenido problemas con
las drogas en su juventud. No me sorprende, debe haber sido difícil crecer dentro de las circunstancias
que rodearon a Los Saboya. El dilema de Manuel
Filiberto está entre apoyar a un padre que según propias palabras del Príncipe
de Venecia siempre ha sido ‘fabuloso” con su único retoño, y el crecer con
gente que lo señala como “hijo de un asesino “o enterarse por la prensa de los
pecados paternos.
Beatrice Borromeo
lo acusa de ser un perezoso que vive de lo que puede. Lo cierto es que Manuel Filiberto
no le teme al trabajo. Lo que pasa es que es diverso y le gusta probar
diferentes empleos. En el mundo mediático ha hecho desde un comercial de
aceitunas hasta ganar la versión italiana de Bailando con las estrella.
Es muy amigo de participar en realities y de animar eventos como Miss Italia. También
ha puesto su propio negocio. Cuando descubrió que entre los camiones de comida
de Los Ángeles no había ninguno que sirviese spaghetti, creó el propio de comida italiana.
Desde fines del
siglo XX que el Príncipe de Venecia secundaba las solicitudes de su padre para
permitirles el retorno a Italia. Finalmente, el gobierno italiano escuchó sus suplicas.
En el 2002, Víctor Manuel y su familia desembarcaban en Nápoles. Antes de
hacerlo, debieron firmar dos promesas.
La primera, adherirse a la Constitución en su prohibición de un retorno de la
monarquía. La segunda abandonar todo reclamo de restitución de joyas y
propiedades que una vez pertenecieron a la corona.
Saboya vs
Aosta
Típicamente,
desde su llegada a la península, Los Saboya han estado abriendo causas para que
les devuelvan propiedades y objetos de valor, tal como han iniciado o se han
adherido a campañas que exigen la restauración de la monarquía. Solo que ahí se
han llevado una sorpresa. A su llegada a Italia los recibió un grupo de
manifestantes que apoyaba una restauración ¡pero de la Casa de Borbón-Sicilia!
Por otro lado,
aunque las últimas encuestas indican que un 15% de la población italiana es
monarquista, no necesariamente quieren a Víctor Manuel o a su hijo en el trono.
Los escándalos de Víctor Manuel, su soberbia al declararse rey y su matrimonio
que contraviene el protocolo de la monarquía italiana lo hacen persona non
grata. Los amigos de la restauración se inclinaron a favor del más centrado
Amadeo de Saboya.
En el 2002,
Amadeo se había divorciado de Claudia de Orleans y tras conseguir una anulación
eclesiástica, se había casado con Doña Silvia Paterno di Spedalotto, hija del
Marqués de Reggiovanni. A diferencia de la nobleza y realeza europea, las hijas
del Duque se habían casado con aristócratas italianos y su hijo con una
princesa griega. Amadeo se había dedicado a la agricultura, al estudio de la
botánica publicando libros sobre plantas autóctonas, y, junto a su hijo Aimon, había explorado el Polo Norte. No se podía
pensar en alguien más diferente a Víctor Manuel.
Se estableció una
rivalidad entre ambos que estalló en el lugar menos sospechado, en la boda del entonces
Príncipe de Asturias. Durante el banquete de esponsales, Víctor Manuel, que no sabe manejar su ira, se abalanzó sobre su primo Aosta. Si no es por
La Reina Ana Maria de Grecia el pobre Amadeo hubiese dado con la cabeza contra
el suelo y el Príncipe de Nápoles pudo haber agregado otro homicidio a su
lista. El Rey Juan Carlos, indignado,
expulsó a Víctor Manuel de su casa.
Podríamos pensar
que con este bochornoso incidente quedaba claro cuál de los dos pretendientes
era el mejor, pero… como dice el dicho “a la vejez, viruelas”, y el virtuoso Amadeo iba a caerse del pedestal
donde lo habían colocado los monarquistas.
En el 2006, el Duque de Aosta anunciaba al mundo, que había procreado una hija fuera del
matrimonio. A pesar de que Amadeo reconoció legalmente a la pequeña Ginebra
(que sufre del Síndrome de Down) y la apoyó económicamente, sus seguidores
conservadores y puritanos quedaron muy descontentos.
Un Nuevo
Arresto y una Significativa Grabación
Por suerte para
la Causa Aosta siempre quedaba la posibilidad de que Víctor Manuel cometiese
una cochinada peor. Ocurre ese mismo año. Víctor Manuel es nuevamente arrestado
y mantenido tras las rejas. Los cargos son innumerables: corrupción, tráfico
ilegal de divisas, conspiración, hasta explotación de prostitutas.
Ocurren tres
cosas extraordinarias a raíz de este arresto. Primero el Príncipe de Nápoles es
encarcelado en Potenza. Luego es sometido a arresto domiciliario. Finalmente,
se le deja libre con prohibición de abandonar el país. Víctor Manuel hace befa
de esta orden judicial, recordando como una vez no se le dejaba pisar el suelo
italiano, ahora no puede irse.
Es lo que más
irrita del mal llamado “príncipe” que más se parece al de Maquiavelo. Esa burla
de la ley y de sus delitos. A ratos se quiere hacer la víctima. Cuando habla en
presente de su encarcelamiento pasado se refiere a ese periodo como “secuestro”
y se compara con Luis XVI de Francia.
Estando preso y a
sabiendas que escuchan sus conversaciones telefónicas, se refiere a los jueces
con un lenguaje soez y casi obsceno que demuestra el poco respeto que siente
por las autoridades y por la gente en general. En el estrado al describir su
trato con prostitutas dice— con un machismo digno de camorrista— que,
aunque casado, no titubea en pagar por
favores sexuales porque “Soy sexomaníaco estoy casado hace 45 años y estoy contento, pero
soy cazador y de vez en cuando, me gusta disparar”. ¡Ni el Trompo es tan
cínico!
La cínica parecen
ser la ley italiana que después de años de litigio, retira los cargos en contra
el peor representante de La Casa de Saboya “por falta de pruebas”. Pero como a
D-s no se le puede engañar, la estadía en la cárcel sirve para esclarecer el
caso de Dirk Hamer.
Curiosamente,
aunque consciente de que sus conversaciones telefónicas estaban intervenidas, Victor
Anuel sostuvo una con uno de sus abogados en la que con lujo de cinismo hablo
de la muerte de Dirk Hamer y del juicio. Se mofó de los jueces a los que había
hecho pasar por tontos “li ho fregati”. Habló de cómo había convencido a
veinte personas para que testificaran sobre su buena conducta y puso un punto
final reconociendo , lo que tanto él como sus abogados , declaraban ser una
falsedad. La herida fatal que recibió Dirk Hamer cuando dormía, salió del rifle
de Víctor Manuel.
Tal grabación ha
causado mucho revuelo. No puede ser usada en la corte y el equipo de leguleyos
pagado con dinero mal habido aúlla que se trata de una distorsión de una
conversación real. Lo importante es que Birgit logró hacerse del casete en el
2011 . De alguna manera el arrogante descaro del asesino de su hermano
reivindica su causa. Crucial en la publicidad de la grabación ha sido Beatrice
Borromeo.
La periodista se
sentía parte involucrada en el turbio caso Saboya. Su madre había sido íntima amiga
de la Dra. Hamer y Beatrice creció viendo los esfuerzos de Birgit por hacer
justicia por lo que decidió ayudarla tomándose por asalto las reyes sociales.
Fue en Twitter donde la nuera de Carolina de Mónaco se enfrentó con Manuel
Filiberto, se dijeron cosas feas, se
amenazaron con demandas. Lo importante es que el pueblo italiano, o al menos el
sector monarquista tuvo claro que si querían rey estos Saboya no eran la mejor
elección.
Antes de morir el
Rey Humberto nombró un Consejo de Senadores del Reino para que vigilen el comportamiento
de sus herederos. En el 2007, el Consejo declaró a Victor Manuel incompetente
para el cargo, reemplazándolo con el Duque de Aosta. El desvergonzado Príncipe
de Nápoles contratacó disolviendo el consejo (no le hicieron mucho caso). Hasta
demandó a su primo por andar usando títulos falsos. Como siempre, los tribunales le dieron la razón, solo que le
negaron el derecho a una retribución monetaria por parte de Los Aosta.
Victoria Entra
al Ring
Hoy estas
escaramuzas solo provocan asombro y risa. Víctor Manuel es un vejete grotesco y
malévolo. Es su hijo quien está demostrando una humildad de la que carece el
padre. Hace casi una década que Manuel Filiberto ha batallado contra el cáncer, eso lo habrá hecho recapacitar en el
factor que ni él ni su padre están hechos para reinar nada. La solución— de
común acuerdo entre ambos— fue nombrar heredera del trono a Victoria, hija mayor del Príncipe de Venecia.
Este nombramiento
dejó más perplejos e incomodos a los miembros del Consejo del Reino. Primero,
Victoria de 16 años, anda más preocupada de sus redes sociales que de parecer
reina. Segundo, hija de un príncipe a
quien solo su padre nombró heredero, y
de una actriz plebeya, la nueva Reina Vicky no parece ser de mucho pedigrí. Mas
importante aún, Los Saboya volvían a pasarse las reglas por la cola. Desde
tiempos milenarios, la Casa de Saboya se ha adherido a la Ley Sálica que
prohíbe que su trono sea heredado por féminas.
A pesar de las
promesas de la que la prensa ya llama
“la Princesa Influencer ”, de que se preparará para el augusto puesto, el
Consejo sigue prefiriendo a Los Saboya-Aosta. El Duque Amadeo falleció de un
ataque cardiaco en el 2020, pero dejó en su lugar a un heredero bastante presentable.
Llamado Aimón, como su abuelo, el nuevo Duque de Aosta, tal como su padre, es oficial de la marina italiana, participó en
la Guerra del Golfo y en comandos de fuerzas especiales. Tras sacar un título
en Ciencias Políticas trabajó para el banco JP Morgan y desde hace un par de años
es el vicepresidente de la firma de neumáticos Pirelli para las operaciones
comerciales con Rusia y Europa del Este.
Está casado con
la princesa Olga de Grecia y tiene tres hijos. Obviamente parece un mejor
proyecto que la princesa de Instagram o su padre, el ganador de realities. En cuanto al abuelo
Nápoles, ya nadie lo tomaría en serio si no fuera por su habilidad de escapar a
la justicia tras un sinnúmero de actos criminales.
No es por ser
esotérica, pero existe una predicción que pone a Los Aosta en el
trono de Italia. Borromeo
Casiraghi ha escogido comenzar su docuseries con una declaración burlesca de Víctor
Manuel refiriéndose a las dotes de tarotista de su madre y como estas afirmaron
que él sería un rey algún día. Elijo, como él, mofarme de una lectura de cartas, pero
entonces incluyo una profecía más seria.
Una Predicción
del Padre Pio
Aunque no soy
católica, siempre he respetado a la figura del Padre Pio. Entre sus vaticinios,
hay uno sobre la restauración de la monarquía. Fue en 1938 que Maria José,
Princesa del Piamonte, se entrevistó por
vez primera con el Padre Pio, ya reconocido por sus muestras de santidad. El
sacerdote le hizo dos profecías, pronto se desataría una guerra tremenda y luego
sería “el fin de todo”. Cuando era Reina de Italia, la madre de Víctor Manuel
se dio cuenta que el santo se refería al fin de la monarquía.
En sus años de
exilio, Maria José mantuvo correspondencia con el santo capuchino. En una carta,
él le revelaba que la monarquía volvería
a Italia, pero que el rey no sería un Saboya-Carignano sino un Saboya Aosta. En
el 2003, a raíz de la canonización del Padre Pio, el actual Duque de Aosta fue invitado a las
celebraciones de Petrolcina. Ahí vio un bajo relieve en la tumba del santo en
que el Padre Pio catequiza a un grupo de jóvenes, uno de los cuales ha sido
identificado como Aimón, el actual heredero de la Casa de Aosta. Lo
extraordinario es que el bajo relieve fue esculpido cuando el Duque solo tenía
un año de vida. Son especulaciones, tal vez leyendas urbanas, pero apoyan la
causa Saboya-Aosta entre los monarquistas italianos.
Aimón hoy en día
Es que Víctor
Manuel no tiene excusa ni remedio. Lo que nos muestra el documental es un viejo
impenitente, desvergonzado, bufonesco y malicioso que, aun cercano a la muerte, sigue en guerra contra el mundo. Basta ver el
polémico final del documental.
Una
característica de la obra de Borromeo es que, aunque sigue una narrativa
cronológica, las entrevistas personales con los actores de los hechos son
sacadas de contexto de una manera anárquica. Se entiende por la juventud de los
personajes cuando una entrevista tuvo lugar en el siglo pasado. Pero no se
entiende por qué las hijas de Manuel Filiberto solo aparezcan en fotografías de
niñas.
No hay fotos
actuales de Victoria ni mención de su elevación al rango de heredera. Eso nos
hace pensar que el documental es antiguo.
En cuanto a una entrevista reciente de Víctor Manuel, por la ropa da la
impresión de que la han dividido en fragmentos y que intencionalmente se ha
utilizado uno para acabar el programa.
¿Y Qué Tiene
que Ver “Juanito”?
De la nada, el
viejo malulo se acuerda de ‘Juanito” o sea Su Majestad, el Rey Emérito Don Juan
Carlos I de España y de cómo fue amigo en la infancia y juventud cuando ambos
vacacionaban en Portugal. Y así, como
quien no quiere la cosa, deja caer su
bomba. “Sabían que..” y saca a relucir el viejo cuento de que Juanito mató a suhermano. Si, Víctor Manuel dice, al
pasar, que se trató de un accidente,
pero remacha que “Alfonsito” era el heredero y que, a partir del incidente, Franco
comenzó a ver a Don Juan Carlos como el Rey de España.
Con gran hipocresia,
el Príncipe acaba su chisme, con cara
compungida, diciendo que El Rey Emérito ya no es su amigo. “No sé por qué”. ¿No
será, viejo cerdo, porque arruinaste el banquete de bodas de su
hijo y que por venganza mezquina ahora lo pones al nivel de fratricida?
Sin embargo, es
este final el que me aclara la intención de Beatrice Borromeo y de Netflix. Se
ha dicho que Beatrice se ha unido a su concuñado (el esposo de Charlotte Casiraghi)
para filmar un documental sobre Los Grimaldi de Mónaco. Aunque me alegro de que
el marido de Charlotte quiera trabajar en algo útil, debe ser triste para una
familia que un par de intrusos—por muy parientes políticos que sean—vengan
a sacarles los trapitos al sol .
Beatrice Borromeo
Casiraghi pertenece a una familia lombarda antiquísima, pero ella es una radical
chic total, de izquierdas, atea, republicana. Se ve que no va a hacer un
documental que ensalce ni a una familia real ni a la monarquía. Ese insólito
final de Il Principe (como se llama la docuserie en italiano), se rumora, es un indicio que, en su próximo documental,
Beatrice planea lanzarse contra la Casa Real Española. Ahora se entiende porque
está en la nómina de Netflix. Efectivamente, el Rey Emérito tiene tela para
cortar, y Los Grimaldi en las últimas décadas han sido escandalosos, pero nadie
se compara en desvergüenza y criminalidad con Víctor Manuel de Saboya