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lunes, 13 de febrero de 2023

Cuando Solo se Necesita de un Episodio: Glitter y S.A.S. Rogue Heroes



Hay veces en que me he tragado enteras series malísimas siempre con la esperanza de que mejoraran. En cambio, hay otras que me basta un capítulo para cambiar de plataforma o apagar a Ruhami. Esos han sido los casos este invierno con Glitter de Netflix y S.A.S Rogue Heroes de EPIX.

Solo en Netflix podrías encontrar una serie sobre sexo que te hiciese bostezar. Eso aun cuando en el primer episodio, tuvimos varias escenas subidas de tono , y tres desnudos, uno por cada protagonista. A mí me interesó Brokat porque tiene lugar en la Polonia Comunista, 1976 para ser exactos. Me atraen las historias sobre la ex órbita soviética, y más si nos enfocamos en historias de mujeres, más con el frívolo detalle de que la moda de fines de esa década es la más bonita que he presenciado en mis sesenta y tres años de vida.

Un Brocado Sórdido

El titulo ya va asociado con la moda. “Brokat” o brocado se refiere a una tela brillante muy usada en ese tiempo para los vestidos de fiesta. Me imagino que aludirá al falso oropel que simboliza la historia de tres mujeres de diversas edades que desean convertir el oficio más antiguo del mundo en una empresa lucrativa y que les otorgue independencia.



No es la primera serie en usar esa premisa, pero aquí no lidiamos con historias como Harlots o Madame K donde,  a pesar de la belleza del vestuario y el lujo de los escenarios por donde se pasean las protagonistas,  tenemos claro que ser prostituta es un trabajo costoso y arriesgado. En realidad, Glitter (como le han puesto en inglés)  más se asemeja a la brasileña El negocio.



 No sé si vieron esa producción de HBO que tuvo tanto éxito que llegó a las cuatro temporadas   Recordarán que es la historia de Karin, una cortesana de lujo,  harta de ser dominada por clientes y por su “agente” Ariel. Karin decide independizarse y montar su propio negocio en el que la mercancía es ella. Para eso entra en sociedad con Luna y Magali, mujeres más jóvenes, pero refinadas y acostumbradas al mundo de la alta sociedad.

A pesar de su éxito, a mí nunca me atrapó El Negocio. Ya en el primer capítulo tuve problemas con el trio de prostitutas, no me creí su empoderamiento. Una era muy codiciosa, otra muy con ganas de vengarse de los hombres, y Karin muy ingenua con ese cuento de que lo único que le importaba era su empresa, sin reparar que el negocio de la prostitución está lleno de trampas y peligros. En suma, me irritaba que la serie minimizara esos peligros e hiciera hincapié solo en lo glamoroso del trabajo.



Vi varios episodios de El Negocio sin que nunca pudiera engancharme. No me caían bien los personajes con la excepción del chistoso Ariel que andaba disfrazado de judío  sin serlo. Encontraba a las chicas muy ambiciosas y un poco frívolas y me hartaba Karin con sus ínfulas de mujer dura y poderosa, pero en lo que supera a Brocado es en su argumento coherente y en típica vena brasileña, chispeante y jocosa aun cuando se trataba de un negocio sórdido.

                                            Ariel el "falso"judío

Tal como me enseñó a respetar y a no juzgar a los homosexuales, mi madre me enseñó a respetar y no juzgar a las prostitutas. “Son mujeres que se dejan la vida en ese trabajo” me decía y aunque por años admiré a las Call Girls de la alta sociedad,  finalmente tuve que aceptar que no es una vocación sino una solución muy insegura y miserable. Por eso me desagradó el letrero con el que inicia esta serie polaca que dice que una vez , Polonia vivió una era de libertad sexual y que eso hizo a las mujeres poderosas. ¿En serio? ¿El latrocinio representa el empoderamiento de la mujer y es una expresión de libertad sexual? ¿Quién se cree eso? ¿Los chulos?




Mas que Empoderadas, Desesperadas

Comenzamos el cuento en un elegante hotel playero en el Báltico, en lo que se conocía como la Riviera Polaca. Conocemos a Helena, prostituta de postín, quien está ya acercándose una edad en que sus encantos no van a venderse por un alto precio. Su solución ha sido ceder sus servicios al Estado. Ahora trabaja para un servicio secreto que busca chantajear a funcionarios fotografiándolos en situaciones comprometidas.



Se pudo explotar este aspecto de la historia mostrándonos como Helena al jugar a la política camina sobre la cuerda floja,  o describirnos a fondo la corrupción de un gobierno que usa la prostitución y el chantaje para lograr sus fines. En cambio, este escenario es tratado como algo normal y no como material de discusión. Helena seduce a un italiano, los fotografían. Entremedio conoce un chico guapo que se interesa en ella, pero ella acaba en la cama con su jefe. O sea, el estado comunista es el padrote de Helena.



Si ella me resulta muy aburrida, su colega Pola, me es irritante. La conocemos en una estética vendiendo un shampoo que ha traído de un viaje por el extranjero. Quiere dejar su trabajo de prostitución y dedicarse a los productos de belleza, pero le sale al camino un funcionario que le ofrece una licencia a cambio de sexo oral. Pola le manda un bofetón y se va a quejar con un inspector de hacienda y de nuevo descubre que para los hombres solo es una vendedora de sexo.



Aquí faltó algo que nos hiciera estas escenas más intensas, que nos hiciera sentir a una Pola humillada y acorralada, pero no sé qué falló’;  si la actuación, si la dirección, si el argumento. El caso es que Pola acaba en el mismo resort playero que Helena y en compañía del inspector. Pola busca consuelo de su colega más madura. Helena le aconseja acostarse con Vladek (el inspector),  sacárselo de encima previo intercambio de servicios, solo así obtendrá su licencia.

Lo extraño es que de nuevo no sé para donde va la trama porque Vladek no parece mala persona, nunca se siente como que esté presionando a Pola. En la alcoba es super gentil, hasta le proporciona sexo oral. Recordando las exigencias del primer funcionario,  y si esta fuese una película porno, pensaría que se trata de algún código sexual, pero llevo media hora con mucho desnudo, mucho revolcón, y estoy luchando por no bostezar. No me atrae encontrar códigos ni simbolismos en un cuento tan soso.



A la mañana siguiente Helena le proporciona a Pola fotos de ella en la cama con Vladek. Ahora la futura cosmetóloga lo tiene en el puño porque seguramente el funcionario es casado. ¡Cha-cha-cha- chan! Y yo finalmente suelto el bostezo

Por último, tenemos a Marysia, es más jovencita y ha venido con su amiga a una fiesta a la  que no las han invitado. Un chico guapo (esta serie está llena de chicos guapos, muy parecidos entre sí y todos anónimos) consigue hacerlas pasar. La veleidosa Marysia lo abandona y se va con otro chico guapo. Tras mucho bailoteo en una fiesta del hotel, la pareja parte a la playa a hacer lo que hacen las parejas, pero a Marysia cuando le bajan los calzones,  le bajan las dudas.




El chico guapo #3 no acepta negativas. Está a punto de violarla cuando entra en escena Chico Guapo #2 que lo golpea y rescata a la damisela. En agradecimiento, Marysia pasa la noche con él, pero a la mañana siguiente encuentra que él se ha marchado dejándole dinero en la mesita de noche. Y eso es todo, Amigos.

A Glitter le falta mucho, pero principalmente atmosfera, de época, atmósfera histórica y sobre todo carece de contexto. No entendemos qué sucede, no hay suspenso de lo que puede pasar,  no tenemos expectativas sobre los personajes porque no los conocemos ni nos interesa conocerlos. No hay conflicto.



En el primer episodio de Harlots, conocimos a Margaret (Samantha Morton) y sus hijas. Descubrimos su rivalidad con Mrs. Quigley (Lesley Manville.)  Vimos las diferencias entre sus negocios y anticipamos la venta de la virginidad de la ingenua Lucy.

En el inicio de Madame K, sentimos la excitación de abrir el club de Caballeros de Madame Kukk en la casona de los misteriosos Falkenerg. Descubrimos la personalidad de cada pupila y un poco del pasado de Brigitte Kukk. Sentimos el entusiasmo de la novata Linda por comenzar su carrera de prostituta de lujo,  y el miedo y nerviosismo sobre la situación política de Estonia luego de la invasión de Polonia y de la visita de los primeros clientes del alto mando soviético.

En Glitter deberíamos temer al estado policial en el que viven las tres prostitutas, pero nada indica que están en un país comunista, no vemos disidentes, ni falta de libertad y los funcionarios corruptos podrían existir en cualquier democracia. Nada nos hizo sentir que estábamos en Polonia en 1976. Esto fue más notorio en la ropa. No solo hubo una abundancia de minifaldas, sino que Marysia y su amiga parecían disfrazadas de Happenings de los 60s con microminis, pantalones aflautados y detalles como “sacabocados” en caderas y espalda. Así llamaba mi madre a unos vestidos que ella misma diseñaba para su tienda entre 1968-1969 cuya característica eran aperturas redondas en espalda, cadera o cintura.




En esta reseña ,  quien escribe y que obviamente ha visto la serie completa la describe como “oscura y distante” agregado que no se entienden las motivaciones de los personajes. Eso quiere decir que tomé la decisión correcta al no perder tiempo con otro esfuerzo de Netflix de mostrarnos a Polonia, último bastión del conservadurismo europeo, como un país donde se hacen series subiditas de tono. Lástima que mostrar carne y sexo no hagan a una serie más interesante.

Banalizando la Segunda Guerra Mundial

Si Glitter banalizó a la prostitución, S.A.S. Rogue Heroes banalizó el trabajo de los comandos británicos en la Segunda Guerra Mundial casi tanto como Steven Knight banalizó el mundo gansteril en la interminable Peaky Blinders. Como la mencionada serie fue un fenómeno, sus fans esperaban alborozados este cuento lleno de ruidos y furias, pero siguiendo con la cita shakesperiana, narrado por un idiota.

En suma, el primer intento de Steven Knight de adentrarse en el drama bélico será la serie más cara hecha en el Reino Unido pero no se puede decir que valió la pena. Esta colmada de lo que llamaríamos tecnología de punta, en lo que se refiere a efectos especiales;  ejemplos de arrojo machista;  y una banda sonora tan estridente y anacrónica como la de la saga de La Familia Shelby.

Las mayores críticas han sido sobre la musicalización, pero a mí , fanática de los sonidos del swing,  no me molesta, o es lo que me molesta menos. Me lo esperaba o no me lo esperaba porque siempre supe que la serie no me iba a gustar y me alegré de saber que en USA la pasaría EPIX, un canal premium que no poseo.



Sucede que Amazon Prime me ofreció el primer episodio gratis y no iba dejar pasar una oportunidad. Tal vez me esperaba una sorpresa. Lo que me encontré fue una hora de hubris pomposo y caótico. Una historia fascinante mal contada, diálogos imposibles, personajes a los que deseabas que los escabecharan rápido.

Mi problema no radicó ni en la música ni en detalles históricos. Después de todo ya me había leído el libro y sabía lo que iba a pasar, pero hubo momentos en que quería arrojar una bota a la pantalla. Lo curioso es que mi frustración nacía del hastío, del derroche de recursos con los que se podía fabricar un buen relato, pero que acababan en una especie de endiosamiento de un personaje, ridiculización de otro , y atenuación de un tercero.



Si nos quedamos con el primer episodio solo tenemos tres personajes importantes, y una mujer. Un detalle ficticio creado para rellenar la cuota del personaje femenino y para embutir una actriz argelina (Sofia Boutella)  que según los estándares woke pase por ser “de color”.



Héroes de Pacotilla

El supuesto protagonista es David Stirling, escoses de buena familia e hijo de un celebre general. Eso no dice mucho porque David desestima el alto mando. En realidad, es el típico héroe de Steven Knight, uno que desprecia al género humano casi tanto como a sí mismo. Es el nuevo Tommy Shelby, un hombre que se siente atrapado en un mundo absurdo y huye,  no a través de las drogas, sino del alcohol. Una vez convenientemente borracho,  que es su modo de protestar,  sale con discursetes enredados, ampulosos y absurdos que asustan hasta a los australianos que no se asustan de nada.

A mí no me molestó que David fuese un personaje tan repelente puesto que en la vida real fue un tipejo un poco chueco que siempre se adjudicó el crédito de la creación de los SAS, pero me exasperó que la mitad del primer capítulo lo tuviéramos tan presente con sus peroratas desatinadas No ayuda el que lo interprete Connor Swindells de Sex Education, un actor muy poco carismático.



Alternamos las escenas de Stirling con las de Jock que al menos está en el frente de batalla, aunque solo lo vemos entrar en acción una vez en una incursión en el campo italiano donde matan a sesenta sin incurrir en bajas. Espero que el ejército británico de hoy no vea matar italianos como una hazaña bélica de la guerra del desierto que al final la batieron sus tropas coloniales.

Jock está en manos de Alfie Allen que por alguna razón se ve más parecido a Ser Jora que a Theon Greyjoy, aunque no tiene ni la emotividad ni el honor del caballero Mormont. Este Jock es medio payasito y sus soldados no lo toman muy en serio. Algo que no corresponde a los recuentos de las actividades del verdadero Teniente Elwes.



El único personaje más o menos digerible es Paddy Mayne (Jack OÇonnell) al que encontramos en una celda en El Cairo a punto de ser ahorcado por una panda de policías militares enardecidos. Nunca supimos el motivo de su arresto ya que Paddy quecomo indica su apodo es irlandés,  actúa en típica vena celta apaleándolos a todos para ir luego a refugiarse junto a un amigo que parece ser su Pepe Grillo .

Resulta que Stirling en medio de su borrachera anda buscando a Paddy para no se sabe que proyecto, A Paddy no le interesa y anuncia a su amigo que se irá a Birmania (hoy Myanmar) a pelear contra los japoneses. Como estamos en medio de 1941, meses antes de Pearl Harbor,  no sé con qué japoneses pretende pelear. No importa, una incoherencia más.



Paddy Mayne, a pesar de que Stirling pretendió arrebatarle el crédito, fue el verdadero creador de la SAS. Nunca estuvo preso por matar a un MP, nunca la policía militar hubiese intentado matar a un oficial sin previo juicio. Es cierto que cuando Paddy, cubierto de gloria, regreso de su misión en Siria encontró que un oficial superior le había matado al perrito. Hubo un altercado físico, pero Paddy nunca fue enjuiciado.

La serie intenta hacernos ver a Paddy como un psicópata borracho al que todos temen y se insinúa que vive bajo el desprecio de los inglesessuperiores y subalternos porque es de clase baja, irlandés e ignorante.  Lo cierto es que Robert Blair Mayne nació dentro de una familia de terratenientes acomodada del Norte de Irlanda. No era católico, de hecho, era masón. Aunque acabó alcohólico y había sido boxeador amateur, era un hombre cabal que fue el gran genio detrás de la SAS. Por último, era celebre entre los británicos por ser campeón profesional de rugby y respetado por ser en la vida civil un prestigioso abogado. Como que la realidad choca con este retrato tan poco favorecedor que le hace la serie al Capitán Mayne (llegó a ser Teniente Coronel)



He dejado para el ultimo retrato,  el de Jock Elwes que en manos de Knight es otro de esos inglesitos excéntricos muerto de ganas de matar y morir, desvinculado de la realidad y de sus hombres que lo observan como si fuese un espectáculo de circo. Elwes que en la vida real pasó a ser un héroe romántico en todo el sentido de la palabra (sus cartas de amor a su prometida Miren Banford fueron publicadas póstumamente)  aquí parece un soldado Gung Ho, que sigue sus propias reglas sin método que controle su locura.

Se ha hablado mucho de que la SAS fue un producto celta puesto que Stirling era escoses, Mayne irlandés y Elwes gales. Digamos que ninguno era muy representativo de sus grupos étnicos. Elwes era hijo de australiana y se crio en Australia. Por eso es que resulta tan ridículo que haga que sus comandos se roben las raciones de los Aussies, casi tanto como su comentario de que en el Ejército Británico todo se comparte.

Como en Peaky Blinders, la sutil xenofobia se hace sentir. Vi un clip en el que Paddy (borracho para variar) entrena miembros de la Legión Extranjera y comenta que los franceses segregan en su ejército a negros y judíos. Aparte de que es una tremenda mentiraLa Legión era la sección más diversa y menos racista de las fuerzas militares galas en cambio la discriminación de estos “Héroes” de pacotilla involucra hasta a las tropas del imperio.



Un constante en este infortunado primer capítulo es lo importante que era Tobruk. Existe en la trama la impresión de que si cae este puerto libio, los ingleses pierden la guerra. Eventualmente Tobruk cayó, pero si se dilató esa rendición fue gracias a los esfuerzos de los valerosos australianos que habían cruzado medio globo terráqueo para servir y morir por un imperio que los despreciaba.

La guerra del Norte de África,  más que una extensión del conflicto europeo fue una campaña para proteger las colonias. Se trajo para ese propósito a los habitantes de la Commonwealth y de las colonias. Ahí sirvieron con distinción soldados de las Antípodas, Canadá, Sudáfrica junto a tropas Sikh y hasta judíos de lo que hoy es Israel (Moshe Dayan perdió un ojo en esa campaña del río Litani donde Paddy Mayne se cubrió de gloria).

Sin embargo, la serie no solo no reconoce ese esfuerzo, hasta se burla de los diggers como en esa primera escena en el bar de El Cairo donde el perpetuamente borracho Stirling provoca a unos soldados australianos, se burla de sus muertos,  y finalmente los ahuyenta con sus discursos de orate.



Mi problema con esta serie es que no tengo paciencia para estos personajillos de Knight que se creen dioses y en realidad son trapos. Me aburren, como me aburre el poco respeto por los verdaderos héroes y por una guerra que costó tantas vidas. Knight ha querido hacer Inglorious Basterds sin comprender ni cumplir los propósitos de Tarentino.

A cambio, le ha quedado una combinación de Hogan’s Heroes y Doce en el patíbulo. Estos dos clásicos nacieron de un zeitgeist especifico, de un momento en que los chicos de Estados Unidos morían o volvían despedazados de las junglas de Indochina. Hoy ese modelo no es tan admirado a menos que se lo sitúe en su contexto.

¿Cuál es el contexto de Rogue Heroes ?  ¿Uno en el cual psicópatas, alcohólicos y otros inadaptados pueden ser útiles a la patria desencadenando sus bajos instintos?  ¿Hacernos creer que la guerra es una gran aventura y buena cura para el aburrimiento? Al menos en Peaky Blinders todos los Shelby sufrían de alguna forma de trauma bélico,  y eso le daba cierto tono pacifista a la serie.



Aquí la guerra no se entiende, no se sabe por qué se pelea, la idea es divertirse matando al enemigo y apaleando a los aliados en sus ratos libres. Si en algo se distinguieron los miembros de las SAS fue por su inteligencia, sus estrategias, su sangre fría y don de liderazgo. Aquí son solo una panda de inmaduros llenos de necesidades infantiles como la de destruir. Steven Knight cree seguir trabajando con malandrines de tercera clase, y por eso no entiende el significado de heroísmo. Eso me irrita y me aburre así que les dejo el cuento a los fans de Peaky Blinders.

 

 

 

lunes, 4 de octubre de 2021

Gánsteres y Policías desde la Boardwalk hasta Belgrado: Las fórmulas del drama de época contemporáneo (II)

 


Viendo Shadowplay noto similitudes con Babylon Berlin, una serie alemana que no existiría sin el éxito obtenido por Peaky Blinders que, aunque no le guste admitirlo a Steven Knight,  es hija ilegitima de Boardwalk Empire. Como he mencionado antes, los gánsteres han ejercido una fascinación en cine y TV desde los Años 30, Sin embargo, la cercanía del centenario de La Prohibición y la Gran Guerra creó un nuevo esquema que se cifraba en actividades de criminales de Los Locos 20. El esquema alcanzó a cruzar el Atlántico, por lo que tenemos series que siguen ese modelo desde Birmingham hasta Belgrado.

Los Soprano había sido la gran exponente de la fiction gansteril en la televisión de comienzos del Siglo XXI y había dejado una vara muy alta cuando llegó a su fin en el 2007 después de seis exitosas temporadas. Dos años más tarde ,  Terence Winter quien habían sido  libretista (y uno de los productores ) de la saga de Tony Soprano se le ocurrió presentar a la HBO un ambicioso proyecto. Recrear la Atlantic City de la Era de la Prohibición para un relato gansteril vagamente basado en el libro de Nelson Johnson Boardwalk Empire.

El Imperio de Atlantic City

Fue una empresa titánica que implicó la reconstrucción del balneario novojersiano (la Atlantic City de hoy es demasiado moderna) en las playas neoyorquinas. El piloto fue dirigido por nada menos que Martin Scorsese quien permanecería al timón como uno de los productores, pero también como consultante de edición, estética y la elección del elenco.



Steve Buscemi sería el protagonista,  el respetable Enoch Thompson, tesorero de la ciudad que en sus ratos libres manejaba casinos, alternaba con gánsteres y contrabandeaba licor. A pesar de que  “Nucky”fue el protagonista por cinco temporadas, compartió las primeras dos con su protegido James “Jimmy” Darmody (Michael Pitt).



Jimmy había abandonado Princeton y una espeluznante vida familiar para huir a los campos de Flandes a pelear una guerra que no era la suya, aunque más tarde, recordaría ese tiempo como el mejor de su vida. Al regresar, con una pierna coja,  y encontrarse sin posibilidades de trabajo, Jimmy se dedicaba al contrabando de licor y a intentar crear una familia con la madre de su hijo. Pero a Angela Darmody (Aleksa Palladino) no le gustaban los gánsteres y si las mujeres, así que Jimmy nunca tuvo una oportunidad de ser feliz. Su mayor consuelo fue su bromance con otro veterano desfigurado, Richard Harrow (Jack Huston).



Boardwalk Empire era un espejo amplio de la historia gansteril de la época e incluso del futuro,  haciéndonos conocer a versiones juveniles de grandes nombres del crimen organizado como Lucky Luciano, Al Capone, Meyer Lanski y Bugsy Siegel. A la vez,  nos mostraba un círculo de horribles villanos que manejaban los destinos de la nación como si fueran piezas de ajedrez. Me refiero a lo que hoy conocemos como “hombres bancos privilegiados”, políticos, pilares de la sociedad,  empeñados en lucrar con la necesidades del prójimo.

La historia de Estados Unidos siempre será el trasfondo de la serie, desde el nacimiento de la Prohibición en 1920,  hasta su fin en 1933. Vemos como la capital del gansterismo deja de ser Nueva York para pasar a Chicago y vemos cambios sociales incluyendo el auge del Ku Klux Klan gracias a la inclusión de Chalky White, un contrabandista de color interpretado por el recientemente fallecido Michael K. Williams.

Además de la reconstrucción de la marina de Atlantic City, ayudó a la ambientación una banda sonora soberbia. “Boardwalk” duraría cinco temporadas. Al final de los protagonistas solo sobrevivía Nucky,  ya muy empequeñecido por el fin de la Ley Seca y el auge de nuevos mandamases,  y que comenzaba a pagar sus errores del pasado que por fin encaraba.



El Imperio del Contrabando fue un exitazo en su primera temporada, mereciendo premios y una distribución mundial. Sus protagonistas se convirtieron en estrellas y hasta los personajes secundarios se ganaron elogios del público. Uno de estos favoritos era el carnicero/gánster/sicario Munya. Horvitz (William Forsythe). No sé si sería coincidencia, pero las historias de Munya sobre su infancia en Odessa y con los gánsteres (mahers) judíos de ese entonces estaban conectadas con una serie rusa que había sido hecha ese mismo año.



Érase una vez en Odessa narraba la historia de un Robin Hood judíos MIshka Yaponschick y su auge en el bajo mundo de Odessa en los años que precedieron a la Revolución Rusa, su liderazgo de bandas de criminales y anarquistas y su arresto tras el asesinato de un jefe de policía como venganza por los pogromos de 1907. La serie detalla como la revolución libera a Mischa antes de cumplir su sentencia de 11 años y como él combina su vida de hampón con su simpatía por los bolcheviques. Acaba con él ganster, ahora convertido en comandante del ejército soviético, fusilado por las fuerzas nacionalistas ucranianas.


De Birnmingham a Berlin

Aunque no puede considerarse en el mismo nivel de “Boardwalk” o decir que una serie es derivada de la otra, el show ruso demostraba que había en el aire un interés por estos cuentos de hampones en contextos históricos. Esto llevaría a que Steven Knight crease su hoy icónica Peaky Blinders que vio la luz en el 2013.

Aunque Knight niegue y reniegue, Los Peaky Blinders son hijos bastardos de Boardwalk Empire. Las similitudes (también con Ray Donovan) son demasiadas para ser accidentales. La relación de Tom Shelby (Ciaran Phillips) y su hermano Arthur (Paul Anderson) es muy similar a la de Nucky y Eli Thompson (Shea Whigam); el obsesivo policía tras la banda de los shelby, interpretado por Sam Neill,  recuerda al obsesivo agente del FBI Nelson Alden (Michael Shannon) , hasta el carnicero Munya resucita en el personaje de Alfie Solomons (Tom Hardy).



Un detalle decidor es que la verdadera banda de los “Peaky Blinders” ( llamados así por las afiladas hojas de afeitar que portaban en las vísceras de sus gorras) operó en la Birmingham de fines del siglo XIX. La serie situó las aventuras de los Shelby en los Años 20 para poder tener a Tommy,  como un Jimmy Darmody,  marcado por sus experiencias en las trincheras que combate (como Jimmy)  con drogas.

El próximo intento de explorar como la Gran Guerra creo criminales se alejaría del mundo angloparlante. La primera variación fue que la historia fuese narrada desde la óptica de un representante de la ley, El Inspector Gereon Rath, joven ingenuo, llega de Colonia a la Sodoma y Gomorra de  Berlin. Aunque viene en una misión especial, pronto se ve involucrado en crímenes e intrigas políticas que solo podían darse en la Alemania de Weimar. Por eso, tal como El Imperio del Contrabando Babylon Berlin es un documento histórico.

Aunque basada en las novelas policiales de Volker Kutscher, la adaptación tiene cambios que la acercan al modelo “Boardwalk” tales como la inclusión del gánster Edgard “El Armenio” Kasabian y sus negocios criminales que en la tercera temporada devienen en guerras gansteriles. Mas importante fue convertir al protagonista en un veterano de guerra que cura sus traumas bélicos con morfina. Eso acerca a Gereon a Jimmy Darmody y a Tommy Shelby.


Babylon Berlin provocó una fanfarria de elogios cuando debutó en el 2018. Rápidamente fue comprada por Netflix y otras sistemas de streaming que la esparcirían por el mundo de televidentes. Solo la pandemia ha dilatado la filmación de la cuarta temporada, lo que demuestra lo exitosa que ha sido la serie. Otra muestra de su éxito ha sido la cantidad de series que han buscado imitarla.

Mafiosos Castizos

En el 2018, la televisión española hizo una especie de Peaky Blinders castiza que acabó en parodia con el protagonista luciendo un corte de cabello a lo Tommy Shelby. Supuestamente la acción tenía lugar en el Madrid de los 20, pero ni la atmósfera ni los sucesos descritos en El Continental correspondían ni a la época ni a la historia española.



Una desgracia que Michelle Jenner desperdiciase su talento en obra tan zafia. Su personaje parecía una copia de Grace,  la camarera-espía infiltrada en la banda de los Peaky Blinders, que acaba como la primera esposa de Tommy Shelby. Una escena en la que Jenner irrumpe en un bar dando tiros, está idéntica una de Grace en la primera temporada.



Mejor les quedó Hache del mismo año. En una variación del tema, esta serie española de Netflix describe otro tema no tratado en la ficción; el inicio del tráfico de drogas en España a comienzos de los 60. Ahí oímos los nombres archiconocidos de Lucky Luciano y otros mafiosos useños junto al de ‘Hache”, Helena, una víctima del franquismo que se ve obligada a prostituirse para mantener a su hija y que, gracias a su astucia y a amores con el líder del incipiente narcotráfico,  comienza a surgir en el mundo del hampa catalana.



Adriana Ugarte en su rol de Helena (con H) demuestra ser siempre una actriz ejemplar, aquí apuntalada por dos actores solidos como lo son Javier Rey y Eduardo Noriega. Esto llevó a Hache a dos temporadas que fueron detenidas en esa obsesión del Netflix de hoy de cancelar series para dar paso a otras más mediocres.  Lo importante de Hache fue demostrar que el modelo “Boardwalk” funciona si se le vincula a un momento histórico especial y a esa teoría de que el hampa florece en tiempos de crisis.

Pero eso no funcionó en la desastrosa Magic City que tenía lugar en la Miami en vísperas de la invasión de Bahía de Cochinos. Ni la salvó el combinar los modelos del “Gran Hotel” de “Mad Men” y de “Boardwalk” quedando al final un salpicón fatal. Otro horror como lo fue Mob City que era “Boardwalk”(hasta aparecía Meyer Lanski) a fines de los 40, pero sin humor y sin coherencia.


Policías y Hampones en la Vieja Yugoslavia

Muy diferente fue la estupenda serie serbia Sombras sobre Los Balcanes conocida en castellano como Sol Negro.  Este fascinante relato policial que deviene en aventuras esotéricas de la Sociedad Thule guarda parecidos con Babylon Berlin: policía joven y novato se une a veterano para resolver crímenes que van   más allá del mundo del hampa ya que tienen raíces políticas.



La Primera Guerra mundial es el vínculo en común que une al inspector alcoholizado por un conflicto que lo separó de su mujer y humanidad, con gánsteres de Belgrado y con el famoso espía bosnio Mustafá Golubich. De nuevo tenemos esos enfrentamientos ideológicos entre comunistas y nacionalistas,  tanto rusos como representantes de las diferentes etnias que componían la antigua Yugoeslavia. Los personajes históricos se confunden en un cuento donde todos,  desde los soviéticos hasta los proto-nazis,  quieren hallar la mítica Lanza de Longinos.

Sol Negro fue tan popular que ha tenido una segunda parte y solo la pandemia ha dilatado la ya planeada y aprobada tercera. Steven Knight ha anunciado que la sexta será la última temporada de Peaky Blinders lo que dejará a todo un fandom con apetito para el modelo inspirado en Boardwalk. Entretanto el filme Los Nuevos Santos de Newark que relata la juventud de Tony Soprano mantiene el modelo en la pantalla grande y en HBO.

Incluso la nueva versión de “Perry Mason”, cuyo protagonista siempre ha sido un distinguido abogado de fines de los 40 (60 en la serie de televisión),  se ha trasladado a Los Angeles de 1932.  Mason, ahora interpretado por Matthew Rhys, es un desastrado detective privado, medio alcohólico y marcado por sus experiencias en la Gran Guerra. El modelo Boardwalk/Babylon Berlin continua sea el protagonista policía o malandrín.













jueves, 7 de mayo de 2020

Judíos de Sombrero Negro: Unorthodox, Shtisel y otras descripciones de ultraortodoxos en la cultura popular.



En esta cuarentena, la lluvia de series sobre judíos ha provocado curiosidad sobre el judaísmo y las diferentes maneras de vivirlo. Una forma de identificación/división de judíos coincide con lo que se ponen en la cabeza. ¿Cuál es la diferencia entre los que usan shtreimel de piel en “Unorthodox” y los tocados con borsalinos de “Shtisel”? ¿Por qué el Rabino Bengelsdorff solo cubre su cabeza con un kipá en “The Plot Against America? ¿Y por qué en "Freud" y en “Vienna Blood” los protagonistas solo usan kipá en la cena del Sabbath?

Black Hat Circles
Aunque parezca una manera frívola de diferenciar hay cierta importancia en la vestimenta de un judío religioso. En Nueva York si uno quiere hablar de jasídicos y haredis (ultraortodoxos que no son jasídicos) se refiere a sus enclaves como “black hat circles” y normalmente uno los llama ‘blackhatters” (los que usan sombrero negro).

Los rabinos conservatistas y reformistas, al igual que su congregación, únicamente usan kipá para rezar y dentro del templo. Por eso, el Rabino Bengelsdorff en “Plot Against America” solo cubre su cabeza cuando está en la sinagoga.
Bengelsdorf en el templo

 Lo mismo ocurre con lo que hoy se conoce como “ortodoxos modernos”. O se cubren solo con un kipa o yarmulka o solo lo utilizan para servicios religiosos. En la foto vemos la quintaesencia de la familia ortodoxa moderna camino de la sinagoga (jasidica Jabad) para el servicio de Succoth.  Jared carga el lulav y aunque no se le ve  lleva kippa (tal como Ivanka va con sombrero).
Por estar mirando a la camara no podemos ver el yarmulka en la cabeza de Jared

Debido a que la cena de Shabbath comienza y acaba con oraciones/bendiciones vemos a Sigmund Freud en la serie de Netflix y a Max Liebermann en “Vienna Blood” usar kippot en esa ocasión. En serie y vida real, Freud era antirreligioso, y Max Liebermann es un judío moderno (en su época) que busca la asimilación.

Freud en la cena del Shabbath

A muchos de ustedes les serán desconocidos los términos reformista y conservatistas. Tales como las razones que llevaron a fines del siglo XIX a muchos judíos a alejarse de su religión como lo hicieron Freud en la vida real y Max Liebermann en la ficción.  ¿Pero quiénes son los judíos ortodoxos?  ¿En qué se diferencian de los jasídicos? ¿Y son todos los adherentes del Jasidismo tan estrictos como los Satmar de “Unorthodox”? 
Shabbath chez Liebermanns

El mundo ortodoxo se divide entre ortodoxos modernos, ortodoxos tradicionales y jasídicos. En Israel para estos dos últimos grupos se ha inventado el término haredi. En muchos aspectos, los jasídicos representan el tope de la ultra ortodoxia. Los hay peores, sectas como los Neture Karta y los Lev Tahor, tan locos estos últimos que hasta los expulsaron de Israel y luego de Guatemala (¿cuán bajo puedes caer?). Pero, para mí, esos son ya herejes.

El Baal Shem Tov y el Origen del Hasidismo
Vamos a comenzar nuestra investigación con los jasidicos, que a pesar de lo que diga Deborah Feldman no nacieron a raíz del Holocausto ni vienen de Hungría. Para saber de sus orígenes tenemos que ir hasta comienzos del Siglo XVIII a un área que hoy es parte de Ucrania, de Lituania y de Polonia.

La historia de Polonia en el Siglo XVII fue desastrosa. Guerras con Rusia, invasiones suecas y la masacres cometidas por los cosacos dejaron a los habitantes de la zona inquietos y desconcertados. Los judíos de la región manifestaron su desorientación de diversas maneras desde cultos a falsos Mesías hasta un interés por lo oculto, ó sea la Cábala. Sería precisamente un cabalista, un joven rabino llamado Israel, y a quien la historia conocería como el Baal Shem Tov (el Portador de un Buen Nombre), el fundador del jasidismo. 
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A los 18 años, el futuro Baal Shem Tov, tenía una misión, ir de pueblo en pueblo administrando ayuda a grupos judíos aislados. También se la pasaba mucho en los bosques. Sus servicios incluían ser maestro de párvulos, arbitrar problemas legales y hasta curar males con medicina herbolaria que había aprendido en su contacto con la naturaleza.

Es difícil relatar la trayectoria del BESHT (así se le llama como una contracción de su título) sin caer en su leyenda que es más digna del Reino de Fábulas (no que no crea yo en ella, Hasvah ha lilah!). Hay cientos de cuentos que lo tienen exorcizando gente endemoniada en un pueblo, descubriendo la identidad de un licántropo que se está zampando niñitos en otro, o batiéndose en un duelo mágico con un brujo que vive en un castillo.

El legado más importante del BESHT fue su manera de ver el judaísmo. Una percepción que gira en torno del concepto de Devekut:  la idea de que uno debe estar constantemente en contacto con lo divino que se manifiesta en todo acto, aun el más mundano, y en todo lugar. Los seguidores del BESHT creían que a D-s se le encontraba más fácilmente en un mundo natural.  La presencia divina no estaba circunscrita a la sinagoga ni a la yeshivá (escuela talmúdica).

Este panteísmo no caía bien en los círculos religiosos judíos donde se creía que el único modo de acercarse al Creador era través del estudio de textos sagrados. El BESHT ironizaba sobre esa gente tan ocupada estudiando “que no tienen tiempo de pensar en D-s”.  Los Jasidim (del hebreo Jasid=Piadoso) preferían andar paseando por el bosque rezando en vez de adherirse a horarios. Promovían una religión alegre y para eso agregaban a sus oraciones música y canciones. Esto tampoco era bien recibido por los más ortodoxos, sobre todo porque los sábados los jasídicos bailaban, cantaban y batían palmas lo que era considerado contrario a las leyes del Shabbath.


Tanto fue el cántaro al río y tanto el cisma entre Jasidim y Mitnagdim (los que no eran jasídicos) que la mayor autoridad religiosa de entonces, Elías, El Gaón de Vilna, les lanzó un herem (excomunión). Los jasídicos ni se arrugaron y eso que no fue la última vez en que fueron excomulgados. Su movimiento atraía a mucha gente que encontraba paz en ese modo de vida tan rebelde Esa es la mayor ironía, los Jasidim fueron nuestros revoltosos y revolucionarios. Contrasta eso con la visión de los Satmar—intransigentes y mohínos que nos muestra “Unorthodox”.

El BESHT creó entonces su primer círculo de discípulos, o su primera “Corte”. Estos discípulos a su vez crearon cortes separadas, también llamadas “dinastías” ’puesto que el título de rabino líder era heredado por un hijo o sobrino o yerno. Uno de los más famosos discípulos del Baal Shem Tov fue Dov Baer y uno de sus discípulos fue Shneur Zalman de Liadi fundador del movimiento Jabad y de la Dinastía Lubavitch (llamada así por el pueblo de Bielorrusia de donde eran originarios los miembros de su corte). Jabad-Lubavitch es hoy la rama jasídica más conocida, precisamente por ser los más abiertos dentro de su ultra ortodoxia.
Shneur Zalman de Liadi

Algo interesante sobre Schneur Zalman y que sentaría un precedente entre los líderes de la comunidad Lubavitch es que en el Siglo XVIII no solo era un excelente talmudista y un experto en la Cábala, pero además se interesaba por estudios seglares como matemáticas, geometría y filosofía. Tal vez eso lo ayudaría en su misión existencial y a soportar muchas desdichas. Intentó infructuosamente convencer al Gaón de Vilna de aceptar el jasidismo, sus seguidores lo abandonaron y formaron otras variantes, y hasta uno de sus hijos se hizo cristiano.

Aun así, el Rebbe amplió su corte y expandió su filosofía por Rusia y Lituania a la par de parlamentar con el Sultán de Turquía para permitir la creación de pequeñas comunidades en Tierra Santa. Fueron estas labores las que atrajeron la atención de la policía zarista que lo arrestó y mantuvo casi dos meses prisionero en la fortaleza de Pedro y Pablo en San Petersburgo. Fue finalmente liberado por órdenes del Zar Pablo I. Es extraordinario como la vida del primer Rabino Lubavitch se parece mucho a la de sus dos últimos descendientes del Siglo XX, pero ya hablaré de ellos.

Reformistas, Conservatistas y Ortodoxos Modernos
Entretanto, Europa gracias a la Ilustración, la Revolución Francesa y las Guerras Napoleónicas, se había modernizado y parte de su avance hacia el progreso era una tolerancia universal que abarcaba a los judíos. Ya no se les quería segregados en ghettos, se les brindaba la oportunidad de unirse a la sociedad cristiana, de trabajar, de estudiar y de participar en la vida política. El precio era la asimilación, el dejar de ser “diferentes”.

Esto llevó, en Alemania, a la aparición del Movimiento Reformista. Según los reformistas los judíos debían abandonar cosas que los hicieran parecer retrógrados:  ropajes, costumbres, prácticas religiosas obsoletas. Los servicios religiosos debían ser más cortos y en lengua vernácula, no en hebreo, los hombres y mujeres debían sentarse juntos en la sinagoga. Lo curioso es que entonces no ser “diferentes” significaba ser como los cristianos. En Hamburgo, el Rabino Isaac Bernays (abuelo de la esposa de Freud) andaba con una sotana parecida a la que usaban los clérigos protestantes.

 Hubo hasta radicales que querían trasladar el Shabbath al domingo y abolir la circuncisión. Por suerte el reformismo nunca llegó a ese punto. Los judíos reformistas expandieron su nuevo modo de enfocar la religión por toda Europa y hacia los Estados Unidos. Los Jasídicos, atrapados en una Rusia que nunca abrazó la tolerancia europea, no fueron afectados por esta corriente. Muchos judíos progresistas sintieron repugnancia por como el reformismo acababa con los rituales de su religión y a mediados del Siglo XIX, en Alemania formaban el Movimiento Conservatista o Masorti.
Mujer rabina reformista

Voy a ser totalmente honesta y pido disculpas a mis amigos conservatistas, pero nunca he entendido realmente la diferencia entre Reformismo y Conservatismo. He conocido conservatistas que son iguales a los reformistas, y otros que se acercan a la ortodoxia moderna. Ambas corrientes reconocen la importancia de las mujeres en rituales que para los ortodoxas están vedados, ambas corrientes permiten la ordenación de mujeres rabinas y los matrimonios gays. Una diferencia, los reformistas celebran matrimonios de judíos con gente de otra religión (Natalie Portman por ejemplo se casó con un no judío en una boda reformista). En cambio, los conservatistas no los permiten.
Boda de Natalie Portman

No todos los judíos alemanes se sintieron cómodos con estas corrientes y hubo un intento por parte de los rabinos ortodoxos, capitaneados por el Rabino Rafael Sansón Hirsch, de “modernizar” el judaísmo. Una de esas alteraciones fue decir que ya no era necesario vestirse chistoso, ni dejarse barbas ni peyot (el bucle largo en las sienes) ni que las mujeres usasen pelucas o se cubriesen la cabeza dentro de casa.

Lo que más revuelo causó en el mundo ultraortodoxo fue su aprobación de estudios seglares. Hirsh creía que un judío ortodoxo podía tener una profesión, participar en la vida comunal de su país de origen y equilibrar su modernismo con el cumplimiento de las leyes del judaícas.

Esas son las pautas que hoy marcan a un ortodoxo moderno. En esa corriente, se conservan las reglas básicas de la dieta kosher y del Shabbath y las oraciones y servicios religiosos son en hebreo. La diferencia está en la integración de los fieles al mundo moderno y seglar, como estudiantes, como profesionales, como fuerza política, ect.

Las mujeres usan pantalones y practican deportes públicamente, todos ven televisión y tienen acceso a tecnología de punta. Se visten a la moda, usan jeans, no andan con sombrero y se cortan las patillas. Es un estilo de vida que atrae a jóvenes matrimonios y a solteros, pero también da posada a ultraortodoxos que han abandonado sus comunidades, y a divorciados que no pueden encontrar espacio en sectores jasídicos o Haredi.
Mayim Bialik ejemplo de mujer ortodoxa moderna que puede ser actriz

A propósito, esos tirabuzones siempre han sido característica jasídica, pero al parecer también los usaban los Litvak (judíos lituanos) que fueron los primeros en asentarse en Jerusalén. Como los Shtisel son de estos últimos los usan a pesar de no ser jasídicos. En general los judíos ortodoxos siguen la orden bíblica de no cortarse el cabello en las sienes, pero no se los rizan, ni se los dejan extremadamente largos. En “Shtisel” un ejemplo de peyot normales son como los usa Hanina, el esposo de Ruchami. Así los usaba mi hermano en sus días de ultraortodoxo.
Hanina y sus peyot
Mi hermano y los suyos (1978)
Akiva Shtisel

Joel Teitelbaum y el Nacimiento de los Satmar
Volvamos al Siglo XIX y al origen de los Satmar. Hungría era un caso similar al ruso. A pesar de ser parte del Imperio Austrohúngaro, las medidas progresistas imperiales eran repelidas por la aristocracia magyar que dominaba el país. Eso propició que el mundo ultraortodoxo siguiera incólume bajo los dictados de grandes rabinos como Hillel Lichtenstein, muy admirador del estilo de vida jasídico y tan anti-progreso que rechazaba hasta que los judíos jugasen ajedrez.

Fue en Hungría donde entró el jasidismo en los 1800, primero con el Rabino Moshé Teitelbaum y luego con su hijo Zalman quien organizaría una corte jasídica en la ciudad de Sighet (hoy Rumania). Sighet llegaría a tener una población judía mayor que la magyar y estaría colmada de yeshivot y otras organizaciones judías. Ahí nació y se crió Sir Elie Wiesel.

En 1904, tras la muerte del Rabino Chananya, hijo de Zalman, su puesto fue heredado por su hijo Chaim, el mayor. Algo que no sentó bien al Rabino Joel Teitelbaum, el hijo menor que ya tenía fama de “niño prodigio”. Teitelbaum se marchó a la ciudad de Satu Maru (Satmar) donde comenzó a atraer seguidores. Una figura muy controversial, Joel se hacía llamar “Rabino de Satmar” a pesar de que no fue nombrado oficialmente hasta 1928.

 Los Jasidim de Satmar se caracterizaban por su línea inflexible que había sido establecida durante el Congreso Judío en Budapest en 1869. En ese congreso hubo un quiebre total entre ultraortodoxos y todo movimiento reformista. ¡Hasta al pobre Rabino Hirsch lo tildaron de hereje!

En la época en que Joel Teitelbaum se trasladó a Satu Maru, el judaísmo ortodoxo enfrentaba nuevas crisis. Si a comienzos del Siglo XIX, Jakob Freud abandonó su comunidad jasídica para hacer fortuna en Viena y donde el más famoso de sus hijos, Sigmund, seria anti religioso, ahora eran otras fuerzas las que servían de imán para que los judíos abandonasen su fe.
Rabino Joel Teitelbaum

Los “ismos”:  comunismo, socialismo, anarquismo y más tarde el sionismo, eran el magneto mayor. Lo vemos en la ficción con el revolucionario Pershik en “El violinista sobre el tejado” y en la vida real con Trotsky. Muchos huían a Occidente en busca de libertad intelectual y política. Otros huían de los pogromos que oscurecieron las últimas décadas de la Rusia Zarista. Algunas comunidades jasídicas se mudaron an Israel y a Estados Unido En Massachusetts, en 1915, se creó la primera dinastía jasídica netamente estadounidense, la Boston.

Los Prodigiosos Schneersons
A través de los tiempos oscuros de la Rusia zarista y luego la soviética, el movimiento jasídico más militante para mantener la fe en Rusia fue Jabad gracias a su rabino líder Yosef Ytzchak Schneerson.  Durante la Guerra Rusojaponesa, el Rabino Schneerson distribuyó millones de paquetes de comida kosher para los soldados judíos y viajó por Europa Occidental alertando a los gobiernos de las masacres que ocurrían en Rusia. En dos ocasiones fue arrestado por la policía zarista.

La Revolución Rusa no cambió las cosas para mejor. Parte del plan soviético era la erradicación de toda religión. El Lubavitcher Rebbe logró constituir una red clandestina de organizaciones Jabad para mantener viva la fe.  Finalmente, los soviets lo arrestaron y condenaron a muerte en 1927. Solo un clamor mundial impidió su ejecución En 1928 se trasladó a la recién creada republica de Letonia donde vivió un año. A pesar de que el gobierno le concedió la ciudadanía, él prefirió vivir en Varsovia.
Yozef Yitzchak escoltado por policia soviética

En los próximos años, el rabino viajó por Israel y Estados Unidos. A pesar de que en USA fue recibido con gran fanfarria por judíos de todas las denominaciones y el Presidente Hoover lo invitó a la Casa Blanca, el Lubavitcher Rebbe no consideró dejar Polonia sino hasta la invasión nazi. Su rescate es uno de los muchos milagros que rodean al mundo jasídico.

Tras la caída de Varsovia en 1939, los líderes judíos estadounidenses comenzaron a hacer presión para que se le concediese al rabino una visa, pero en la administración  Roosevelt, que ya he demostrado no era muy filosemita, eso era difícil. Además, lo primero era sacarlo de la Polonia ocupada y llevarlo a Letonia todavía un país neutral. Bryan Mark Rigg en su Rescued From the Reich narra esta epopeya.

Las organizaciones judías de USA atrajeron la atención de figuras políticas como el Secretario de Estado Cordell Hull quienes a su vez contactaron a diplomáticos alemanes. Se cree que el mismo Göring tuvo una mano (secreta) en este asunto, pero todo fue planeado por el Almirante Canaris director de la Abwehr, la central de inteligencia más grande de la Alemania Nazi. El brazo ejecutor de Canaris fue el muy condecorado Mayor Bloch, cuyo padre era judío.

Canaris era antinazi (fue ejecutado en 1944 por complotar contra Hitler) y dio empleo en su organización a muchos mischlinge (es como los nazis nos llamaban a los hijos de matrimonio mixto). Bloch, en uniforme de la Wehrmach, y con un pequeño destacamento compuesto casi todo por mischlinge, partió a Varsovia donde tras mil contratiempos encontró al rabino que le salió con que no se iba sin su mamá, su nieto, su secretario etc..

Así Bloch quedó a cargo de una docena de judíos vestidos de jasídicos, con sombreros negros, y de sus señoras de peluca. Haciéndolos pasar por prisioneros, Bloch los llevó a Berlín donde se los entregó al embajador letón. El grupo fue llevado a Riga, y un año más tarde vía Suecia llegaban a USA. Ahí, el Rabino Lubavitch, que sufría de problemas cardiacos y avanzada múltiple esclerosis, se dedicó a reconstruir la comunidad Jabad y a batallar para sacar de Europa a su hija y yerno-sobrino y futuro sucesor,  Menachem Mendel Schneerson, el ultimo líder de la secta Lubavitch.

Menachem Mendel es todo un personaje, uno de los grandes sabios de su generación. A los 18 años ya se sabía de memoria todos los volúmenes del Talmud, pero sus conocimientos excedieron los de un Talmud Jajam (un experto talmudista). En vida dominó siete idiomas, adquirió un título en ingeniería electrónica con una especialidad en mecánica de La Ecole Speciale des Travaux Publics, estudió matemáticas en la Sorbona y física en la Universidad de Berlín.
Menachem Mendel Schneerson en su juventud.

 Cuando gracias a los esfuerzos de su tio-suegro, Menachem Mendel salió de la Francia ocupada se vino al barrio de Crown Heights en Brooklyn que desde los 40 es el cuartel de los Lubavitch. Apenas consiguió la ciudadanía estadounidense, Menachem Mendel se enlistó en la marina y se pasó la guerra diseñando navíos. Aunque se sabía que el sería el sucesor de Yosef-Yitzchak, no se parecía a los típicos rabinos jasídicos.

El final de la guerra trajo la certeza de que el mundo judío europeo, y principalmente las comunidades jasídicas habían perecido. Yoel Teitelbaum era uno de los pocos rabinos jefes que habían sobrevivido y eso porque los sionistas, a los que tanto despreciaba, lo habían rescatado de Hungría. El Rabino Teitelbaum también vino a Brooklyn y en Williamsburg logró reconstruir la secta Satmar, pero haciéndola como nos muestra “Unorthodox”, un submundo insular, hermético, anti sionista y opuesto a toda modernización.

En cambio, Jabad bajo el liderazgo del Rabino Menachem Mendel, quien se hizo cargo de su secta cuando su tío-suegro falleció en 1959, fue más abierta, sin excluir rituales ni modernizando la religión como lo hacían reformistas y conservatistas, pero si estirando la mano a judíos necesitados y no solo de auxilio religioso.Menachem Mendel estableció un sistema de acercamiento (Outreach) que se basaba en la creación de “casas” en cada país y ciudad importantes.

 En esas oficinas los rabinos Jabad llamados “mensajeros” socorrían a judíos alejados de la religión, sobre todo jóvenes desorientados y desilusionados que buscaban respuestas y un camino a través de vías espirituales. Para eso Menachem Mendel puso oficinas de Jabad en campos universitarios, fundó casas para minusválidos y centros de rehabilitación para drogadictos y alcohólicos. Jabad fue instrumental en el movimiento Baal Teshuva que nos atrajo a muchos judíos al mundo ortodoxo, incluso el  jasídico.
" Mensajeros" Rabino Gavriel Holtzberg y su Rebbetzin Rivka, torturados y asesinados durante un ataque terrorista a la Casa Jabad de Mumbai (2008)
                                       Sir Elie Wiesel habla del impacto del Lubavitcher Rebbe

También Jabad jugó un rol importante en la asistencia a los refusenik (refugiados judíos de la Unión Soviética). Los Mensajeros de Menachem Mendel trajeron por primera vez a la Unión Soviética textos religiosos y objetos rituales para llevar auxilio espiritual y preparar a los refusenik, que estaban a la espera de visas de salida, a integrarse al mundo religioso que los esperaba en Israel o USA. Tan buena impresión dejó Jabad en Rusia que Berel Lazar, el Rabino Jefe hoy en día es un Lubavitcher y tiene muy buena relación con el Zar Vlad que hasta le ha otorgado unas melladitas.

Las fotografías del Lubavitcher Rebbe no logran capturar su humanidad y carisma, así que he preferido dejar un video. También difícil de escoger puesto que YouTube tiene una gran cantidad y algunos buenísimos de las largas filas de fieles que buscan diariamente una bendición para ellos o para parientes afligidos. La costumbre del rabino era entregar un billete de un dólar a cada fiel, solicitar que lo gastasen en alguna obra caritativa y bendecir a cada persona, sin importar si era Lubavitcher, si era religioso o siquiera si fuera judío. Hay uno en el que bendice a una señora negra que fue criada de su esposa, en otra envía con el embajador marroquí  una bendición al Rey Hassan II de Marruecos.

En otro video bendice a una Miss Israel y aprovecha de hacer un comentario sobre la belleza judía, que si la mujer la lleva también por dentro entonces puede utilizar la exterior para hacer el bien, pero he preferido presentar el conmovedor testimonio de un padre de un niño autista que ha debido ser institucionalizado. No solo el Rebe le da la bendición, además agrega que el aislarse del mundo no significa que el autista no este en contacto con lo divino. Está ocupado comunicándose con D-s”. Esto es consolador pero también revolucionario si creemos en lo que dice Deborah Feldman  que entre los ultraortodoxos la enfermedad mental es una vergüenza y se oculta y niega ayuda médica al enfermo.

Un único manchón negro en la brillante misión de los Lubavitcher ocurrió en 1994. Era tal el culto de personalidad del ultimo Rebbe, que, a la muerte de Menachem Mendel, muchos de sus seguidores lo declararon públicamente como el Mesías. Eso provocó un mini cisma entre los Lubavitcher y los “mesiánicos” que se trasladaron a Israel. En “Shtisel” la causa por la que el rabino Shulem lleva años sin hablar con una de sus hijas es porque está casada con un” judío mesiánico de Jabad”.


Aunque los Satmar también tienen organizaciones de caridad y ayuda de su comunidad, su estrechez de criterio no les ha permitido desarrollarse como la comunidad Lubavitch a la que por décadas han visto como sus rivales. En los 80 hubo una especie de guerra entre ambas facciones con judíos Satmar atacando físicamente a los Lubavitcher en la calle. Esa es una razón por la cual yo siempre los he mirado con desprecio. Tuvo que venir “Unorthodox” para hacerme tratar de comprender que los Satmar pueden ser un poco brutos, pero no son monstruos.

Shtreimel, Sombreros de Copa y Borsalino
Aquí acaba mi exposición de las diversas formas de practicar el judaísmo. Hora es entonces de asociar lo dicho con el famoso sombrero negro. El más impresionante de esa familia es el shtreimel, esos conos de piel que vemos usar a los parientes de Esty en “Unorthodox”. Están hechos de pellejitos de visón y son carísimos. Valen como dos mil dólares, por eso solo se usan para grandes festividades que pueden se religiosas o particulares como una boda.

Los Shtreimel son una particularidad de los jasídicos, aunque los “Litvak (literalmente “lituanos”) miembros de la primera comunidad ortodoxa moderna de Jerusalén también los usan. Por eso creo que los Shtisel son Litvak. Eso explicaría que Reb Shulem use un shtreimel en grandes ocasiones.

El shtreimel es un diseño antiguo. Se cree que originalmente lo trajeron los tártaros a Rusia. En días del Baal Shem Tov lo usaban todos, tanto Jasídicos como Mitnagdim, tanto judíos como gentiles. Hay variedades desde esas especies de torres de piel de castor que ven en “Unorthodox” hasta una versión más antigua de un sombrero alado orlado de piel. Así como el que usa Barbra Streisand en “Yentl”.

En el filme mexicano “Morirse está en hebreo”, pusieron orondos shtreimels sobre las cabezas de los ángeles encargados de asistir a la Shiva (luto) de Moishe (Sergio Kleiner) y decidir si merece ser salvado. En cambio, el nieto de Moishe, al que el abuelo envió a Israel a curarse una drogadicción y vuelve convertido en un rabino Haredi, usa un Borsalino de ala muy ancha.

Ya para el siglo XIX, cuando los judíos fueron emancipados y dejaron el ghetto atrás, la sombrerería adquirió nuevas características, incluso para los jasídicos. En Occidente, todo caballero respetable usaba sombrero para la calle y los judíos se aprovechaban de esa moda. Los judíos reformistas alemanes para distinguirse usaban sombreros de copa para ir al templo y para bodas. Esta tendencia de usar chistera de mago se expandió por la Europa Occidental y muchas caricaturas antisemitas describen a los judíos en top hats.

Para el Siglo XX tenemos a los judíos en Occidente luciendo para sus salidas a la calle todo tipo de sombrero. Desde hongos hasta fedoras que es el que usan hoy, y por supuesto el más elegante de los fedora, el Borsalino. Gatos Seriefilos Mexicanos si recuerdan, Enrique Cuenca, el Polivoz, tenía un personaje judío, Don Max, el usaba un sombrero hongo.


Los fedora y el borsalino se usan de diferente manera. Muchos judíos Haredi,  los Satmar y la mayoría de los jasídicos curvan los bordes hacia arriba. Así los usan los varones de la familia Shtisel, así lo usa Alfie Solomons, el gánster judío de “Peaky Blinders”. Descubrí que en Inglaterra ese tipo de sombrero se conocía como Pork Pie Hat (sombrero de pastel de cerdo).



Los Lubavitcher en cambio lo usan con el ala baja, porque el último Rebbe decidió que, si querían atraer gente a sus filas y ayudar a judíos menesterosos o nuevos al judaísmo, era mejor lucir el sombrero como lo usaba todo el mundo. Por eso en la cúspide del Movimiento Baal Teshuva que en los 70 atrajo a muchos judíos que no sabíamos ni el alfabeto hebreo al mundo ortodoxo, los nuevos prosélitos se vestían de acuerdo con el código Lubavitch, ya que fue esa secta la más fundamental en reclutar gente.
Mi hermano a los 16 años (1977)

Por último, hay un tipo de sombrero de ala ancha, como el del Zorro que es mi favorito. En Shtisel lo usa Hanina, el joven marido de Ruchami. Alfie Solomons tambien tiene uno.



Una Palabra Final sobre los Jasidim
Es fácil decir que los Satmar incluso los jasídicos son un puñado de fanáticos, pero en honor al culto de la diversidad imperante, me parecería discriminatorio deslegitimarlos.  No se puede abogar por el cierre de un mundo que ha tenido tanta influencia positiva en la religión judía, y en la cultura mundial desde la música (tanto en el jazz como en la música clásica) hasta la literatura. Lo acreditan el caso de dos premios nobeles S.Y. Agnon e Isaac Bashevis Singer, y podemos agregarles a Sir Elie Wiesel, quienes basaron su literatura en leyendas de las cortes jasídicas de las cuales sus familias eran miembros.  


Por otro lado, hay dinastías más abiertas que incluso usan el Internet. Jabad tiene su sitio online dirigido a los miembros de su corte y ahí pueden encontrar artículos sobre todos los temas más diversos.  Últimamente ha aparecido en Nueva York una tendencia conocida como Jabad Hípsters que abarca empresarios (muchas mujeres entre ellos) que buscan modernizar el estilo de vida jasídico sea con diseños de modas más audaces, pelucas más sexys y restaurantes más trendy.

Esto no quita que como todos los ortodoxos aun los más modernos todavía vayan a servicios religiosos segregados, o que existan aun entre los Lubavitch encubrimientos de abusos sexuales o batallas por custodias legales de los hijos. Sin embargo, hay un trecho desde casos aislados hasta la demonización de los judíos de sombrero negro tal como la promueven entelequias como “Unorthodox”.