Las segundas
temporadas suelen ser más flojas que las primeras, esto le ocurrió incluso a la
deslumbrante Warrior. ¿Sería que no me gustó el auge de Zing, un
personaje que nunca me atrapó, o el cambio de interés romántico del
protagonista? ¿O nos cansamos de presenciar siempre lo mismo, Leary vs Chinos; Hop Wei vs Lon Zhi, Ah Sahm
vs Mai Ling? El caso es que puedo
entender que se haya pensado en cancelarla.
Comenzamos con Ah
Sahm que ha retornado al rebaño de Padre Jun, aunque sigue vinculado al burdel
de Ah Toy. Ah Sahm, conoce el secreto de la Madame. Ambos participan en
sesiones nocturnas, a las que se agrega la pequeña Leí, para castigar a blancos
que maltratan a chinos.
Ah Sahm no ha
perdonado a su hermana por su traición. En un encuentro en un templo donde
ambos honran la memoria de sus padres,le comunica a Mai Ling que planea vengarse. “Desearás que haya muerto”
le dice.
Aunque su cuerpo
se ha recuperado, mentalmente Ah Sahm no ha superado su derrota a manos de Li Yong
y vive preparándose para su revancha, eso lo lleva a la Barbary Coast, el bajo
mundo de San Francisco, a unos clubes de
peleas que utiliza como un peligroso centro de entrenamiento. El club pugilístico
es manejado por una mexicana simplemente conocida como Vega. La relación
profesional entre estos dos parias se vuelve amistad romántica y ahí está mi
primer descontento. ¿Qué pasó con Penny?
Aaaah, ya les
dije en mi reseña de la Primera Temporada, que nuestro héroe sufría de un
exceso de orgullo. Esta falla trágica , que costó la vida de héroes clásicos, en Ah Sahm se combina con rencor. El mismo que
siente por su hermana define su relación con Penny. No le perdona que haya sido
ella la que cortó su relación, no le perdona (y se lo lanzará a la cara) que lo
haya llamado “criminal”. ¿Y qué eres
nene? ¿Monje franciscano?
Penny tiene
muchos problemas. Su padre falleció de un infarto el día en que Leary asaltó a
sus obreros. Ella se ha hecho cargo de sus hermanas y de la fábrica Mercer. Eso
le da una independencia del yugo de su
deplorable marido, pero eso la coloca ante los ojos de Ah Sahm en la categoría
de Mai Ling: Una mujer que no necesita hombres sino para utilizarlos. Ay este
chico nos ha salido bien machista.
Penny, desoyendo las
protestas de su marido y de Buckley, ha contratado coolies para su fábrica. El
problema es que no alcanzan a llegar al trabajo. Los interceptan los irlandeses
y los apalean. Desesperada, Mrs. Blake solicita de Jacob que busque a su ex amante.
Un Ah Sahm
sobradísimo se presenta bruscamente en la oficina de Penny y la trata con frialdad,
sin siquiera darle el pésame. Se burla
de la oferta de su ex amante de contratar Tongs del Hop Wei para proteger a los
coolies. Le recuerda que, si lo hace, ella será tan criminal como él.
Hay algo que
supera los rencores infantiles de nuestro héroe, su ambición vengativa. En su
intercambio con su hermana en el templo, Ah Sahm deja ver que le gustaríaliderar el Hop Wei. ¿Y qué mejor modo que el estimular
las rebeldías del joven Jun? Aunque comprendo que nuestro héroe ande resentido
con Padre Jun por pegarle, ponerlo en peligro en el ring, y abandonarlo como calcetín sin par cada vez
que Ah Sahm toca fondo, me duele que utilice a su mejor amigo para su venganza.
Aprovechándose de
lo que perciben como la debilidad del Hop Wei, otros Tongs menores se han metido
al negocio de la melaza (léase tráfico de opio) . Joven Jun, aconsejado por Ah
Sahm hace lo mismo, pero a espaldas de su padre. Será Vega quien ponga a los jóvenes
chinos en contacto con Happy Jacques, un haitiano que importa opio. Jacques
exige que los nuevos socios encuentren su propia bodega ¿y qué mejor sitio para
esconder la droga que la Fábrica Mercer? Ah Sahm acepta la oferta de su ex, y Penny queda feliz con la protección de
guaruras Tong. ¿La hará feliz saber que hay drogas en su negocio?
En otros frentes
descubrimos que Wao Chao tiene una hijita eurasiana. El detective Pinkerton que
contrató Mai Ling para descubrir los secretos más recónditos de Buckley consigue
un dato importante. ¿Será suficiente para detener a quien sigue escalando las
escalas de poder usando a Samuel Blake como tapete? Zing es otro que tiene
mucho poder únicamente porque es un psicópata que desconoce reglas. Sus locuras
lo convierten en un pelo en la sopa de muchos.
El que anda bien
económicamente es Bill que ha sido contratado por Zing para ser su recaudador
de deudas. El policía ahora tiene para que sus hijos coman filete semanalmente
y hasta para comprarle joyas a su sufrida mujer.
En el área de romances
aparecen nuevas relaciones, cual más
sosa. Ah Toy encuentra media naranja en la adinerada Viuda Davenport. Ambas
comparten un objetivo, proteger a las
chinitas de los tratantes de blancas . A muchos les molesta esta incursión de
la madame al campo LGTB, pero desde el comienzo supimos que Ah Toy era
bisexual.
En cambio, la
incursión de Ah Sahm hacia el sexo latino me ha dejado irritada. Ah Sahm es de
Peggy y Vega no puede reemplazar a la esposa del alcalde. No que Joanna Vanderham sea más guapa que la latina
María Elena Laas, pero su personaje y su historia de amor me convencen más.
Aun así, el peor
nuevo romance es el que le encajaron al pobre Leary. La tal Sophie es un
personaje irritante con sus rebeldías Millenials. Presentista total en look,
comportamiento y nivel de discurso, solo
le ha traído más problemas a su pobre hermana.
Algo bueno de
esta temporada es que Bill O’Hara ha ido adquiriendo poder positivo como
personaje. Sea defendiendo a los deudores de Zing, a su propia familia o complotando con Chao, el
policía demuestra astucia y un sentido de común que no encontramos en Leary que
sigue pensando con los puños.
El caso del oficial
Lee es más penoso. Después de la conmoción cerebral causada por la paliza que
le dio Zing, el sureño ha quedado con unos dolores de cabeza que solo el
láudano puede calmar. Su adicción lo lleva a caer en las manos y en la cama de
una camarera-ratera afroamericana que le recuerda a Nora, su gran amor. La degradación de Lee me lo hace
aburrido, tal como las locuras de Zing o las peleas organizadas por Vega.
Todo ese nuevo
arco romántico que le han inventado a Ah Sahm es soso e increíble. Sobre todo,
cuando en los brevísimos encuentros de Ah Sahm y Penny, la química agujerea la
pantalla. Solo espero que la nueva temporada haga uso de esa química y no sigan
llevando el cuento por senderos que no logran engancharme.
Contenido Violento y Gory: Es Warrior y ahora
con Zing suelto, la sangre riega las
calles del Barrio Chino. ¿Peores momentos? El ataque del Fung Hei a la familia
de Bill y la explosión de la Fabrica Mercer provocada por los caprichitos de
Sophie.
Contenido Sexual
y Desnudos: Poco de lo último,
aunque Sophie se encama sin ropita con Leary. Escenas lésbicas entre Nellie y
Ah Toy.
Contenido
Feminista: Tenemos muchas
mujeres que se salen del sitial donde las relegan sus hombres. Mai Ling comete
el error de aliarse con Zing; Ah Toy recibe una golpiza, pero el peor destino
queda para Las Hermanas Mercer, aunque no trágico como el de Rosalita Vega. La
única mujer independiente que sobrevive incólume es Nellie Davenport.
Factor
Diversidad: Ah Sahm
consigue novia latina, Lee novia afroamericana y Ah Toy novia gringa. Tenemos a Hong, leal “cebolla” que se une al dúo
Ah-Sahm y Joven Yun. Hong es un poco loco, muy simpático, divertido y gay. Joven
Jun se escandaliza cuando descubre que Hong no se sienta atraído por él. “¿Follarías a tu hermana? “pregunta el Tong
gay. Interesante, ya que según la agenda
LGTB no hay límites en gustos sexuales.
Si con Hong y Nellie Davenport han
sabido integrar personajes positivos que sirven como dignos representantes de
la diversidad sexual, no les ha ido tan bien con Vega que aparte de una
combinación de clichés sobre la mujer latina, acaba usando a Ah Sahm tal como él
ha usado a Penny.
Cada día me
encuentro con nuevas visiones del Viejo Oeste en plataformas de streaming. Recobrada
mi HBOMax entro en el mundo de las sociedades secretas chinas de California.
Mas violenta y étnica que Kung Fu, Warrior(ya en su Tercera Temporada) ha venido a
ilustrarnos sobre aspectos no muy tratados, Hablo de Los habitantes del Celeste
Imperio y su rol en el Far West, el desarrollo de la mayor urbe en la región,las luchas de poder entre facciones
orientales, y el racismo de las autoridades que marcaría la existencia de la
comunidad asiática en USA.
El Sueño de
Bruce Lee
Comencé diciendo
que Warrior, es mucho más étnica que Kung Fu, en el sentido que el
rol protagónico lo lleva, Andrew Koji, un actor del Lejano Oriente, pero la mayor diferencia
con la serie de David Carradine, es que el protagonista carece de la serenidad
y filosofía taoísta de Caine. Esto convierte a Ah Sahm en un héroe con
defectos, el principal el hubris. Por suerte siempre hay otros personajes (sobre
todo mujeres) que le dan lecciones de humildad que lo centran.
Warrior está inspirada en un proyecto de Bruce
Lee que nunca vio luz en vida de la estrella de la artes marciales. Su hija
Shannon lo rescató y funge como productora de esta serie que ha alcanzado un
alto nivel de popularidad. 8,4 en IMDB;
(9, 4 de audiencia y 8.9 de crítica especializada en Rotten Tomatoes). Aun
cuando la pandemia retrasó la Tercera
Temporada por casi tres años.
Como corresponde
también provoca quejas, que si los chinos no hablan chino, que si es muy
violenta, mucho sexo gráfico, descuidos históricos como que Ah Toy no era
lesbiana en la vida real o que el protagonista, no sea chino sino
anglo-japones, etc. Lo del sexo y violencia (y el ángulo lésbico) son marcas
registradas del producto HBOMax. Sin contar que la mayoría de las series de
cable siguen ese ritmo. Hasta Taylor Sheridan se ha desaforado en términos de violencia
innecesaria y sexo kinky en 1923.
Cuando los
Chinos Cruzaron “La Sal”
Respecto de la
historicidad de esta fábula, exploremos un poco el contexto histórico. La
cúspide de la inmigración china a Estados Unidos tuvo lugar a mediados del
Siglo XIX y se dio más que nada en California. Las razones para cruzar “La Sal”
como llamaban al Pacifico, eran varias:
hambruna, catástrofes naturales y desorden político (La Rebelión Taiping). Agreguémosle
que California era un sueño dorado para quien buscaba empleo ya que había
amplias oportunidades en la minería y en la construcción del ferrocarril. Como
vimos los fans de Kung Fu y de Hell on Wheels, los coolies chinos
fueron instrumentales en la construcción del ferrocarril que uniría las dos
costas del país.
No solo en las
minas y poniendo rieles trabajaban los industriosos hijos del Celeste Imperio.
En las ciudades también hallaban empleo fuese de criados, en lavanderías, o en negocios de Chinatown, el Barrio Chino de
San Francisco, donde transcurre gran
parte de esta historia. Como cobraban poco, eran resistentes, y muy trabajadores, no había espacio laboral
que no los solicitase. Pronto, hubo empresarios chinos como el Wang Chao de Warrior,
que servían de intermediarios entre patronos y mano de obra traída de Asia.
El problema es
que la cotización del coolie por parte del patrón blanco lo colocaba en abierta
rivalidad con la otra gran fuerza laboral: los irlandeses que también emigraron
en masa a la Costa Oeste después de la Guerra de Secesión. Esto iba a causar
disturbios muy bien ilustrados por la serie que tiene como el principal
antagonista a Dylan Leary, un veterano de la Guerra de Secesión que ya en el
primer episodio habla de su servicio a su nueva patria, de los sacrificios de
los hijos de Erin a ambos bandos y de la ingratitud de un país que hoy les
quita oportunidades laborales trayendo chinos para que los reemplacen. Dylan
Leary está basado en el líder sindical y político, Dennis Kearney.
A mí me da
tristeza que en los western siempre los más racistas son los irlandeses. Lo
vimos en Hell on Wheels, pero al menos allá tenían a los Hermanos McGinnes
como equilibrio. Aquí, aunque Leary adquiere dimensiones heroicas sigue siendo
el malo del cuento, y un representante de la supremacía blanca.
Por otro lado, la
serie nos trae la presencia de Los Tongs, una sociedad secreta que apareció en
los Barrios Chinos del país, primero con la intención de proteger a los recién
llegado, pero luego devino en organizaciones criminales que oprimían a los
mismos que debían defender. Los Tongs se dedicaron a la venta de opio y a mantener
burdeles que alimentaban con muchachitas que traían de la China y que incluso secuestraban.
Pronto estás bandas comenzaron a dividirse en grupos que luchaban entre sí.
Mientras esto
ocurría dentro de Chinatown, en extramuros se libraba otra batalla motivada por
odio racial. Se creó una imagen de los chinos como entes sanguinarios que
buscaban corromper a la puritana sociedad blanca. Apareció el mito del “peligro
amarillo” que llegó hasta la legislación, culminando en la Ley de Exclusión de
1882 que prohibía el arribo de nuevos inmigrantes del Celeste Imperio. Incluso si
un chino visitaba su país natal, se le
impedía el regreso a Estados Unidos.
Aun así, ya había
en suelo americano una amplia población china que seguiría creciendo a pesar de
las restricciones. Hasta la Segunda Guerra Mundial hubo toda clase de
impedimentos para que los chinos fuesen asimilados por la cultura imperante,
comenzando por la prohibición de casarse con blancos. Lo chistoso es que, según
las estadísticas, en estados como Nueva
York, donde nunca se impusieron esas reglas ridículas, hubo muchos chinos que se casaron con
chicas…¡irlandesas! Después
de todo era bueno casarse con personas tan trabajadoras y que no eran
maleantes. Pronto se hicieron cargo de algunos negocios como las lavanderías y
de restaurantes, por algo en Bonanza los Cartwright empleaban a un
cocinero chino.
En Busca de
Xiaojing
Warrior se concentra en la era pre-Ley de Exclusión;
y en un espacio geográfico especifico, (San Francisco) y un grupo en particular
(Los Tongs). La serie inicia en 1873 con un barco que ha llegado de la China
cargado de coolies, entre ellos el enigmático Ah Sahm. A diferencia de sus
compañeros de viaje, Ah Sahm no viene en
busca de empleo o fortuna. Como Kwang Chang Caine viene buscando un pariente, su hermana Xiaojing.
Ah Sahm y su
hermana fueron criados en la China por su abuelo, un capitán de barco
estadounidense que les enseñó a hablar inglés. Aparte, Ah Sahm tuvo un
entrenamiento en las artes marciales. En su arrogancia se enfrentó al hijo del señor
feudal del lugar y lo mató. El warlord exigió, para respetar la vida del asesino de su hijo, la
mano de Xiaojing. Se la dieron, pero cansada de los abusos de marido, Xiaojing
huyó al otro lado de La Sal. Su marido mató al padre de los muchachos , pero
eventualmente estiró la pata. Eso ha motivado a Ah Sahm a ir en busca de Xiaojing
para regresarla a su hogar.
La llegada de los
chinos al puerto es recibida por protestantes portando pancartas y exigiendo que
se acabe la inmigración oriental. Descubrimos que son blancos y chinos ricos de
California quienes están haciendo venir trabajadores a America. Eso se los
explica a los recién llegado, Wang Chao,
un intermediario que les lanza un discurso. Quienes han pagado por su pasaje de
barco esperan remuneración. Los coolies deberán trabajarles hasta que hayan cubierto
el precio del viaje.
Acto seguido, viene un rito no escrito de iniciación, los
aduaneros—todos-irlandeses—se complacen en humillar y maltratar a los chinos. Eso hasta
que se meten con Ah Sahm y descubren que sabe inglés y que sabe dar patadas.
Tras verlo vencer a tres hombres, Wan Chao lo recluta y vende al Hop Wei, un
poderoso Tong.
Así Ah Sahm pasa a ser propiedad de Padre Jun, , héroe de La
Guerra del Opio y líder del Hop Wei. Quien da la bienvenida al recién llegado
es el Joven Jun, hijo del líder y que, aunque parezca un junior millenial es un
experto tirador de cuchillos. Las aventuras de este par, que comparten una sinergia muy especial,
componen una subtrama de la serie.
El Joven Jun que
es parrandero nato lleva a su nuevo amigo al exclusivo burdel de Ah Toy. Ah Sahm
se va de boca preguntando si alguna de las pupilas conoce a una tal Xiaojing.
Esa noche aparecen en el burdel los pandilleros del Tong rival de Long Zhii y
se llevan a Ah Sahm a otra mansión de Chinatown. Allá Ah Sahm se enfrenta con Lin
Yong, el sicario de Long Zhii y ante su sorpresa el joven eurasiático es
derrotado. La pelea es interrumpida por la aparición de Mai Ling, esposa de Long
Zii y la mujer más poderosa del Barrio Chino. El sorprendido Ah Sahm la
reconoce, es Xiaojing.
A solas , Mai
Ling reprocha a su hermano por haberla obligado a casarse con un abusador y se
ríe de su intención de retornar a China juntos. Ahora ella tiene poder, “no soy
la puta de nadie” y no piensa abandonar los privilegios adquiridos. El desolado
Ah Sahm retorna al burdel y comparte su secreto con Ah Toy. A pesar de que su
hermana le consigue un pasaje de regreso, decide quedarse en este nuevo país,
en esta ciudad peligrosa, pero prodigiosa y servir los intereses del Hop Wei a
pesar de que esto lo enfrente al turf deMai Ling.
Ah Sahm Entre
“Los Patos”
Los problemas de
Ah Sahm aumentan cuando conoce en una tienda de un apotecario chino a una bella
mujer blanca. Por seguirla, el joven guerrero traspasa el límite obligado del Barrio
Chino y se encuentra en La Laguna (the Pond), el mundo de los blancos rodeado, de patos (ducks) el apodo a caucásicos
poco amistosos. Por defender a la rubia, Ah Sahm es golpeado y encarcelado a pesar de
las protestas de la mujer que resulta ser Mrs. Penélope Blake, esposa del
alcalde.
Ah Sahm ya ha
aprendidocómo funciona el mundo de los
“patos “y finge ser un coolie bobo que no habla inglés, pero su situación va de
mal en peor. Se aprovechan de su presencia para colgarle cuanto crimen hay en
la ciudad. Padre Jun se lava las manos. Aunque Penny logra visitarlo en la carcel
y descubre que su defensor es angloparlante y nieto de un estadounidense, puede
hacer poco por él. Como toda mujer blanca (y china) de entonces, es silenciada, suprimida por fuerzas
patriarcales.
Buckley, un
hombrecillo siniestro que funge de eminencia gris del alcalde amenaza al defensor
de oficio. Dylan Leary exige del jefe de policía, Bill que meta unos matones en
la celda del chino. Ni decir que salen apaleados. Bill descubre que Ah Sahm, no
solo es una máquina de dar patadas, además
es bilingüe y muy coherente.
Será Mai Ling
quien deba rescatar, con amenazas e
intimidaciones, a un hermano que se rehúsa
a marcharse e insiste en ponerse en peligro y en el bando de los enemigos de Xiaojing.
Ah Sahm retorna al Hop Wei y, tras
dejarse apalear por Padre Jun, es
aceptado como parte del rebaño. Sin embargo, la duda persiste. ¿Qué harán los
Jun cuando sepan que Ah Sahm es hermano de su peor enemiga? ¿O cuando descubran
que es amante de la esposa del alcalde?
Lo fascinante de Warrior
es que, aunque se entra en el desconocido bajo mundo oriental de la época, también
nos ofrece el auge de la corrupción en la respetable clase política comenzando
por el alcalde que ha comprado a su esposa aprovechándose de la necesidad
económica de la familia de Penny, pero en vez de atenderla, se la pasa en el
burdel de Ah Toy gozando de parejas de ambos sexos.Mas siniestro es Buckley,
aparentemente un individuo insignificante, pero que tiene sus tentáculos en todos lados incluyendo
una ambigua sociedad con Mai Ling que espera destruya el poder de los Tongs.
La mayor corrupción
reside en el cuerpo de policía. Todos
irlandeses, todos veteranos del ejército de la Unión, todos en el bolsillo de
Leary. El principal entre ello es Bill O’Hara, un hombre honesto que ha caído
preso de la mesa de juego. Su debilidad es explotada por Leary. Bill es puesto
a cargo de un escuadrón especial que debe patrullar Chinatown. En ese batallón
entra Lee a quien todos miran con desconfianza por ser nuevo, sureño y no ser
irlandés. Sin embargo, a diferencia de ellos, Lee ni es racista ni es
deshonesto, pero como todos en esta serie arrastra un oscuro y trágico secreto.
Para retratar
este mundo de odios raciales, guerras de pandilla y corrupción policía, Shannon
Lee y Jonathan Tropper han creado un mundo exótico e irreal en Chinatown
incluyendo los extravagantes vestuarios de las mujeres sobre todo el de Ah Toy.
Inspirada en una Madame real, el personaje de Olivia Chen es totalmente
fantástico desde su lesbianismo hasta su capacidad de usar katanas con las que hace justicia.
Otro detalle muy
apreciado es sacar a veces a Ah Sahm de ese espacio claustrofóbico del Barrio
Chino y llevarlo a otros lugares. El quinto capitulo es una mini gema con
toques de John Ford y Tarentino entre otros. Enviados por Padre Jun a buscar el
cadáver de un pariente lejano, Joven Jun y Ah Sahm deben viajar en una diligencia
llena de “patos” racistas, más un whiskie
priest (por una vez ponen un cura católico bueno, aunque se trate de un cliché
del género). Abandonados por el cochero en un desierto de Nevada donde solo hay
una taberna, los jóvenes chinos deben enfrentar desde pullas raciales a un
ataque de bandidos que hace al milieu una versión del Oeste de El Boque
Petrificado de Robert E. Sherwood.
El buen trabajo
de Jonathan Tropper (graduado de Yeshivá University y NYU) ha sabido sacar lo
mejor de la obra de Bruce Lee y ponerla al día de una manera que supera al
Western exótico que fue Kung Fu. En manos de Tropper, Shannon Lee , y un
buen elenco, Warrior se ha
convertido en una combinación de wuxia y genero de gánsteres, que a ratos se
acerca a Boardwalk Empire.
Contenido
Violento y Gory: Es una
neo-wuxia mezclada con guerras de pandillas. No pasa mucho rato sin que corra
la sangre.
Contenido Sexual
y Desnudos: Mas mujeres
desnudas que varones, lo que garantiza
el triunfo del Masculine Gaze. Sexo lésbico y hetero. Sin embargo, hay
un par de escenas refinadas. La primera vez de Ah Sahm y Penny es, aunque
apresurada, casi romántica y eso se nota en que no hay desnudos. Romanticismo,
y ternura casi anticuada juegan un papel en el breve, pero intenso romance que
sostiene el Joven Jun con la prostituta India Wanikea en Nevada. Por algo Jun
dice a su amigo al despedirse, en el penúltimo
episodio, “debimos quedarnos allá”.
Contenido
Feminista: Hay solo tres
mujeres reconocibles, las tres fueron/son víctimas. Ninguna acepta ese rol.
Vemos a Penny rebelarse en varias maneras. Incluso su adulterio es un gesto en
contra del racismo. Aunque ella y Xiaojing han sido obligadas a casarse para
salvar a sus familias, Penny todavía no puede reinventarse como lo ha hecho su
cuñada. Mai Ling se convertirá en cabeza del Long Zhi, pero su reinado es
frágil y tambalea si sus hombres no la apoyan.
Diferente es el
caso de Ah Toy quien ha hecho del latrocinio una carrera con la que puede darse
el lujo de comprar tierras, comprar policías y comprar huerfanitas vírgenes
para protegerlas. Ah Toy es un personaje multifacético. Lo vemos cuando llega a
la pelea pugilística de los Campeones Tong y toda Chinatown, incluso los policías, le abren paso a ella y su sequito de “damas”.
Ah Toy sabe
complacer a sus clientes, proteger a sus pupilas, hacer negocios y soñar, como
le dice a Ah, Sahm, en un mundo en el
que los chinos sean ciudadanos estadounidenses con derechos al sueño americano.
Sin embargo, la audiencia conoce otro aspecto de la Madame. La vemos salir de
noche, encapuchada y armada de su espada,
para convertirse en guerrera vengadora.
En esa guisa, Ah Toy establece un vínculo cultural con su
tierra oriental. Es una figura legendaria, una diosa, pero también un hada
protectora ya que vela por Ah Sahm con más poder que Penny y con más afecto que
Mai Ling. Por todo eso, es Ah Toy la verdadera reina badass de Warrior y
su mejor icono feminista.
Factor
Diversidad:
Estadounidenses WASP, chinos e irlandeses. Vemos racismo de los WASPS contra
los del Lejano Oriente y los Hijos de Erin. Vemos desconfianza de parte de los
últimos por el Oficial Lee que no es irlandés y, para colmo, es sureño. Resulta que Lee es el menos racista
ya que tuvo amores con una joven negra que fue asesinada por sus primos.
En el último
episodio, un par de afroamericanos entra
a La Banshee, la taberna de Leary, y
piden un trago. Un irlandés en la barra se indigna y azuza a la clientela en
contra de los humildes negros. La situación se está poniendo fea cuando entra Leary
que ordena que les sirvan a sus parroquianos de color.
Les recuerda a
sus compatriotas que los negros vinieron arrastrados a la fuerza y encadenados
a America. Merecen respeto. Les dice a los parroquianos de color que se beban
su trago y se marchen, dándoles una amonestación por su temeridad. Lo que
implican sus palabras es que no todos los bares de blancos les van a servir y él
no va a estar siempre en La Banshee para defenderlos.
Sorprende la
tolerancia emanada por las palabras del irlandés, cuando escenas más adelante
ordena a sus hombres que les rompan las manos a unos pobres coolies. Sin embargo,
sabemos que Leary no odia a los negros, aunque los vea también como competencia
laboral.
En el primer episodio
, Leary hace un discurso evocando La Guerra de Secesión donde sirvió en el ejército
de la Unión. Recién llegado a Estados Unidos se encontró matando hombres y viendo
morir a sus amigos. No se arrepiente porque entendió que era una causa justa,
que acabaría con la esclavitud. Sin embargo, la postguerra no trajo el
resultado que esperaba, que los Libertos
se marchasen de regreso a África. En cambio, se quedaron en USA para quitarles
lo empleos a los nuevos inmigrantes.
Encontré esta
explicación fascinante y me pregunto si era esa la intención de los
abolicionistas: propiciar un retorno de los exesclavos a su país de origen. Por
algo James Monroe fundó , en 1822 la Republica de Liberia para que fuese un
hogar de los manumitidos, pero pocos de ellos viajaron a la nueva nación. Es
posible que ya no tuviesen vinculación con el continente africano, que tras
generaciones de vivir en USA quisiesen, como entes libres, encontrar una patria
en suelo americano. Más o menos lo que desea Ah Toy para los chinos.
Mientras
Bonanza, Big Valley y High Chaparral nos ofrecían diversidad y
feminismo estilo Far West, otras series de vaqueros experimentaban con el género.
Así a fines de los 60 y comienzos de los 70, tuvimos cowboys más modernos, o tecnológicamente más adelantados, y los protagonistas ya no fueron tan blancos.
La Tecnología
del Viejo Oeste
El primer y mayor
experimento fue combinar el género con elementos fantásticos que oscilaban
entre la ciencia ficción y el terror. La Guerra Fría y James Bond habían creado
un apetito por los agentes secretos y en la CBS se les ocurrió crear su Bond
del Oeste, un miembro del gabinete del presidente Ulysses Grant que viaja por
el Far West batallando contra villanos que pretenden atentar contra el
mandatario o contra los intereses estadounidenses.
En el rol de Jim
West, Robert Conrad ponía su físico de galán al servicio de la causa, pero el cerebro de la operación era el del
Capitán Artemio Gordon (Ross Martin), ex oficial del ejército, maestro del
disfraz y creador de todo tipo de máquinas y artilugios que ayudasen a sus
objetivos. Son estos artefactos, aunados
a los que los villanos usaban para sus siniestros planes, lo que le ha dado al show el aura de pionera del
steampunk. El dúo protagónico viajaba en su propio tren que contenía un
vagón-establo y otro que era el laboratorio de Gordon
Por cinco
temporadas, Jim West y Artemio Gordon en
The Wild, Wild West lucharon contra todo tipo de nefastos villanos,
algunos interpretados por glorias del viejo Hollywood como Ida Lupino, el rey
del terror Boris Karloff y el galán del cine silente, Ramon Novarro. El mayor
peligro lo imponía el Dr. Miguelito, un enano interpretado por el actor Janes
Duhn, que fue el Némesis de los agentes secretos
por diez episodios hasta que la frustración lo mató. Si, Jim West (como
se le conocía en Chile) era tongue in
cheek y no se tomaba mucho en serio.
Curiosamente, en 1975, William Shatner entre dos series
icónicas Star Trek y T.J. Hooker, interpretó a un personaje
parecido a Artemio Gordon en la breve Barbary Coast. Un agente del
servicio secreto,ex oficial de la
caballería,maestro del disfraz y
enviado por el Presidente Grant a vigilar conspiraciones criminales en California.
Sin embargo, la ausencia del humor, o
tal vez porque el género del Oeste estaba en decadencia, Barbary Coast no pasó de una temporada.
The Wild Wild West no fue el único experimento del género en
los finales de Los 60. La desmitificación del Western alcanzaba a la televisión
en lo que respecta los protagonistas, que ya no eran vigorosos, industriosos y empeñados
en mantener la ley y crear una civilización donde no la había. 1965 vio en
canales diferente a un nuevo tipo de héroe.
Héroes Sin Honor ni Memoria
Chuck Connors
tendría su tercer protagónico en su segunda serie de vaqueros. Marcado (Branded)
de la NBC narra la historia de Jason McCord, un oficial de Caballería acusado
injustamente de deserción . Tras una vergonzosa degradación, es expulsado del ejército. Convertido en un
paria, McCord debe vagar como Caín por un Oeste inclemente buscando pruebas que
puedan rehabilitarlo.
Otro vagabundo de
las praderas apareció en A Man Called Shenandoah que abrió sus puertas
en la ABC en 1965. Robert Horton era Shenandoah, un hombre sin memoria. Herido y dejado por
muerto, sobrevive, pero amnésico, y se la pasa una veintena de capítulos vagando
de pueblo en pueblo tratando de averiguar su identidad. Yo vi ambas, Marcado
y Shenandoah, y me gustaron
por novedosas, pero no pasó lo mismo con la teleaudiencia estadounidense y
fueron canceladas tras solo una temporada.
Westerns
Infantiles
Más suerte tuvo la
ABC con otro Western ligero. F Troop (o Tropas de Asalto en
castellano) era una sátira de las películas
del Oeste. Se burlaba del mito de La Caballería , pero también de los
indígenas. En Chile, el canal 8 de Valparaíso la presentaba, auspiciada por las Galletas McKay , a las 6 de
la tarde todos los viernes. Pronto se convirtió en una de nuestras series
favoritas. En USA también le fue bien puesto que alcanzó una segunda temporada.
Otra serie que
iba dirigida a los más jóvenes de la familia fue Los Monroe, que la ABC— que
no se cansaba de las de cowboys— produjo en 1966. Viendo 1883, he recordado
mucho a Los Monroe que también trataba de una familia de pioneros que llegaba a
Montana en los 1880s. La diferencia es que en ese trayecto tan peligroso que
nos ha mostrado Taylor Sheridan, morían los adultos y quedaban los hijos
mayores (interpretados por Michael Anderson y una jovencísima Barbara Hersey) encargados
de los más pequeños y de cumplir el sueño de los padres de construir una nueva
vida.
Todavía recuerdo
el eslogan: “Los Monroe, a la conquista de un territorio indómito”. A
mi hermano y a mi nos encantaba porque nos ilustraba la conquista del Far West
desde la perspectiva de niños como nosotros. Aparentemente, los niños estadounidenses no pensaban lo mismo
y Los Monroe cerraron su puertas tras una única temporada.
Un Dúo Bicolor
ABC , no se
inmutaba y en 1968 volvió a la carga con un programa controversial. The
Outcasts (Los Rebeldes) nos traía a Don Murray y a Otis Young como
un dúo de cazadores de recompensa en el Oeste post Guerra de Secesión. A primera
vista parecían Christopher Waltz y Jamie Foxx en Django Unchained, pero
aparte de su trabajo y de ser una pareja bicolor, no había más similitudes.
Jemal Davis es un
ex esclavo lleno de amargura, pero también confuso con su nueva libertad. Don Murray
es el Capitán Earl Corey, ex oficial Confederado
y ex dueño de plantación de Virginia que lo ha perdido todo, por lo que vaga
por el Oeste buscando un nuevo espacio. A ambos se les ocurre dedicarse a la
caza de recompensas y que juntos tal vez puedan evitar peligros y hacer su tarea
más exitosa. Es una dinámica tensa, que a cada rato cae en peleas y rivalidades,
muy parecida la que existe en 1883 entre el ex Confederado James Dutton
y el ex oficial Yanqui Shea Brennan.
He hablado un
poco de esta serie en mi nota sobre Julia y los primeros protagónicos de afroamericanos. A mí
me encantó, pero el público tuvo problemas con Los Rebeldes. La consideraron
muy violenta. En comparación con antiguas series de vaqueros, lo era. En cambio, el auditorio de color veía
otro problema, no les gustaba el retrato de Jamal que les parecía muy sumiso.
The Outcasts
estrenó el año del asesinato del Dr. Martin Luther King. El país estaba en
medio de una crisis social en la que el racismo era la mecha de un polvorín. No
necesitaban de un programa que les recordase un pasado de conflictos raciales y
preferían en ese horario ver Rowan Laugh-In, un show cómico que se convirtió
en el más visto en la nación.
Aunque The
Outcasts no pasó de su primera temporada, la ABC tuvo más éxito con otro Western.
Yo que fui adicta a Las Novias (Here comes the Brides en inglés)
recién vengo a notar que estaba tremendamente inspirada en el Western musical 7
Novias para 7 Hermanos. Incluso hay escenas en que Jason Bolt marcha por
las calles del pueblecito (eso era entonces) de Seattle con toda la población siguiéndolo
como una turba de Bollywood. Ya solo falta que canten y bailen.
Las Novias de
Seattle
La trama también
gira en torno a tema parecido. Los Hermanos Bolt van en busca de pareja,para ellos y para sus leñadores. El modo en
que las consiguen y como se acostumbran ellas a su nuevo hogar adquiere ribetes
de comedia que recuerdan al mencionado musical.
El setting es el hoy estado de Washington postguerra,
de Secesión. En una zona boscosa, Los
Hermanos Bolt explotan el bosque que les dejó su padre en un monte llamado el
Velo de la Novia. Al pie del monte se ha establecido un asentamiento maderero
donde las únicas mujeres solteras son la tabernera Lottie (Joan Blondell, otra refugiada del viejo Hollywood) y la poco
agraciada Miss Essie, la maestra de escuela.
Miss Essie
Cuando,
El Sueco, uno de los leñadores, besa a la maestra a la fuerza, todos se dan
cuenta que tienen un problema entre manos. Únicamente la falta de mujeres puede
llevar a un hombre a acosar a una solterona feúcha. Hoy nos parecerá un
argumento sexista y ofensivo, a pesar de que finalmente el leñador y la maestra
se casan. En su época todos lo aceptamos y nos condolimos por estos hombres sin
mujeres.
Miss Essie pidiéndole perdón al Sueco
Boda del Sueco y la maestra
Temiendo un
abandono de parte de sus empleados, Jasón solicita de Lottie que ponga un
burdel. Ella se niega y le dice que lo único que anclará a los leñadores será
conocer mujeres decentes con las que puedan establecer sus propias familias. Le recuerda que La Guerra de Secesión ha diezmado
a la población masculina de La Nueva Inglaterra. Alla hay mujeres respetables
que no tienen marido. y le aconseja ir a buscarlas.
Esta premisa se
basaba en un incidente histórico. En esa época, Asa Mercer, un habitante del
territorio de Washington organizó un viaje a la Costa Este del país y retornó
con cincuenta mujeres a una zona casi despoblada. Estas “madres del estado” o
“chicas Mercer” se casaron con leñadores o se establecieron en la región como
maestra o dueñas de sus propios negocios.
La serie añade un
toque dramático. Los Bolt no tienen los medios para emprender tamaño viaje. El
hombre más rico del pueblo, Aaron Stemple, les ofrece un préstamo con una condición: deberán
traer mujeres decentes e irreprochables, y ellas deberán permanecer en Seattle
por un año. Si una sola de esas “Novias” se marcha antes de esa fecha, Los Bolt
perderán su aserradero de Velo de Novia. Esa sería la multa exigida por el
codicioso Stemple.
Tras debatirlo
con sus hermanos, Jason acepta. Embarcados en la carcomida nave del borrachín capitán
Clancy, los hermanos parten en un viaje largo y peligroso (antes de la
construcción del Canal de Panamá, había que bajar por el Pacifico hasta el Cabo
de Hornos y de ahí subir por el Atlántico hasta la Costa Este). En New Bedford,
una isla de la costa de Massachusetts, Los Bolt encuentran una mini comunidad
totalmente compuesta por mujeres que cumplen con las labores que les dejaron sus
hombres, muertos en la guerra.
Jason que tiene
una labia muy ladina, les vende la idea de una tierra paradisiaca donde las
esperan caballeros ansiosos de una buena esposa. Así consigue embarcar a 50 jóvenes,
capitaneadas por la avispada ex bombera, Candy Pruitt. Ya en el barco, Candy inicia un
romance con Jeremy Bolt, el benjamín de la familia, pero también se percata de
que Jasón es un gran mentiroso.
La serie girara
en torno de como las novias se acoplan a una tierra extraña e inhóspita, como
civilizan a los leñadores y como luchan contra el deseo de marcharse. Jason es
quien siempre salva la situación con sus mentiras, con mucho gasliting,
incluso con agresividad verbal. Viéndola ahora, me doy cuenta de que en plena
era de la liberación femenina, la actitud de Jason era un atropello a los
derechos de la mujer. Sin embargo, al público le encantaba.
Here Comes the
Brides se convirtió en un
éxito gracias a la combinación de drama, humor y lucha de los sexos que recordaba
a las screwballcomedies, siempre tan admiradas en el cine
americano. También resultaban fascinante, los esfuerzos de los Bolt por proteger su
patrimonio ante las inesperadas razones de Las Novias para querer marcharse.
Por ejemplo, en
el segundo episodio muere de parto una perrita mascota de Las Novias. A Candy
se le ocurre que lo mismo sucederá con ellas puesto que no hay médico en Seattle.
Jason pone en un aviso y la única que lo responde es una doctora. Esta
precursora de la Dra. Quinn tiene que enfrentar los mismos recelos y prejuicios
que el personaje de Jane Seymour.
A pesar de ser
ofensiva para las feminazis de entonces y de hoy, La Novias traía
mensajes sociales importantes sobre todo en el terreno racial. En “Un judío
llamado Sullivan”, Rachel Miller una Novia con conocimientos de enfermería
revela que es judía. Esto provoca una ola de racismo de parte de…¡Las Novias!
Rachel quiere marcharse porque no cree encontrar un esposo judío en Seattle.
Los Bolt se lo encuentran. Entonces otras “novias” quieren marcharse porque no
soportan compartir espacio con una pareja judía. En un discurso humillante y
ofensivo (pero efectivo) Jason convence a la cabecilla de las racistas de
quedarse.
Para mí fue un
episodio trascendental. Había pasado poco tiempo desde que mi madre nos había
dejado caer una bomba a mi hermano y a mi anunciándonos que éramos judíos. Andábamos
buscando información(en un Chile
entonces homogéneamente católico) que nos ayudará a construir una identidad. Las
Novias nos ofreció un curso acelerado en religión y cultura judía: desde el
vino kosher hasta rituales matrimoniales como el Mikvah.
Otro episodio
importante en la contribución social de Here Comes the Brides fue “Marriage
Chinese Style”. En Tacoma, Jeremy Bolt rescata a una chinita a la que quieren
vender a un burdel. La jovencita entonces dice que le pertenece al menor de los
Bolt y lo sigue hasta Seattle, lo que
causa conflicto con Candy, novia de Jeremy.
Es el menor de los problemas. Toy Quand ha venido a America a casarse. Su novio
es miembro de la infame y letal sociedad de los Tongs, adema lo interpreta nada menos que la leyenda
de la artes marciales, Bruce Lee.
En su primera
temporada, Las Novias tuvo un buen rating, y muchas fans entre el
auditorio adolescente. La razón eran los guapos actores que la protagonizaban.
A las jovencitas les gustaban los enredos románticos de Las Novias ( y su vestuario),
pero babeaban por Robert Brown y David Soul (años antes de Starsky y Hutch)
que daban vida a Jason y Joshua Bolt respectivamente.
Sin embargo, la
gran estrella que emergíó de la serie fue Bobby Sherman. Antes de iniciar las
filmaciones, ya se estaba abriendo camino en el mundo de la música. Here
Comes the Brides no solo ayudó a catapultar su carrera de cantante, lo convirtió
en todo un Teen Idol. Su personaje, bajito, tímido, pero dotado de un compás
moral más grande que el de sus hermanos, lo hacían identificable para muchos en
su audiencia. Además, tenía una
característica que hoy lo haría diverso. Sufría de un trastorno de lenguaje. En
lenguaje llano, era tartamudo. La serie, en vez de burlarse, intentaba explicar las causas de esa
tartamudez, lo que la hace una precursora en lo de la inclusividad de
minusválidos.
Con todo este
atractivo bagaje, Here Comes the Brides no tardó en anunciar una segunda
temporada, pero en esta se cometieron varios errores. Se le bajó el tono jocoso
y comenzó a ser más seria y más dramática. Le metieron subtramas que se
alejaban de las Novias volviéndose una serie de vaqueros cualquiera, en un
momento en que el género estaba en decadencia. Más encima, la cambiaron de
horario poniéndola en el fatídico espacio del viernes por la noche. La serie no
fue renovada.
Experimentos
Fracasados
Conscientes de su
error, los de la ABC iniciaron la siguiente década con una comedia del Oeste.
Inspirada en el éxito de Butch Cassidy and the Sundance Kid, Alias Smith and
Jones trataba sobre una famosa pareja de asaltantes de banco, Hannibal Hayes y Kid Curry, que deseaban regenerarse. Para eso adoptaban
una nueva identidad, pero el no alejarse de su milieu hacia que muchos reconociesen
a quienes intentaban ocultarse bajo los humiles apellidos “Smith” y “Jones”.
El argumento alternaba
entre el dúo esquivando a cazadores de recompensas, y el intentar hacer el bien protegiendo
inocentes de bandidos irredimibles. Para darle el toque femenino ingresaron a
una antigua socia de la pareja. Esta bandolera era interpretada por Sally Field.
todavía no una estrella de Hollywood, pero conocida por comedias como Gidget
y La Novicia Voladora.
El público compró
ese coctel, la serie tuvo buenos ratings y se encargó una segunda temporada.
Ahí ocurrió el desastre. Peter Duel, quien interpretaba a Hannibal Hayes, falleció. Aunque se intentó poner otro actor como
Smith, no consiguió convencer a la teleaudiencia y Alias Smith and Jones
fue cancelada.
No todas las
comedias del Oeste funcionaban. En 1971, James Garner protagonizó Nichols. Descendiente
de los fundadores de un pueblito homónimo, el Sherif Nichols estaba ahora a
cargo de protegerlo. A pesar de los esfuerzos cómicos de Garner, apoyado por Margot
Kidder y Stuart Margolin, Nichols tuvo una vida corta.
James Garner ha
dicho que ha sido su serie favorita, pero
el escaso éxito de Nichols puede adjudicarse a que tenía lugar en 1912
en un Oeste sin indios ni grandes forajidos. Debieron aprender de Bearcats,
protagonizada por Rod Taylor y Dennis Cole. El situarla en los años de la
Revolución Mexicana y poner a los agentes secretos en los lomos de un automóvil
no ayudó a que esa serie de la NBC durase más allá del piloto.
Los productores
de televisión y las cadenas se enfrentaban a una dura realidad: el Western ya
no enganchaba al público. lo IN eran las series policiales. Uno de los
programas más vistos en la televisión estadounidense (y el favorito de mi padre)
era la NBC Mystery Movie en la cual rotaban series hoy legendarias como Columbo
y MacMillan y Esposa.
Aprovechando el
éxito de la antología, en 1974 le embutieron un huésped . Aunque Hec Ramsey
estuviese protagonizada por Richard Boone, quien se había hecho famoso por su Western
psicológico Have Gun, Will Travel, el Sheriff Ramsey colgó sus pistolas después
de la segunda temporada.
Que el gusto por
los Westerns había cambiado lo refleja la más longeva de las series de la NBC
Mystery Movie, un primer conato de lo que hoy conocemos como neo-Western. Inspirada
en el filme de Clint Eastwood, Coogan’s
Bluff, McLeod describía como un sheriff de un pueblo de Nuevo México encontraba
su nuevo hogar entre los rascacielos neoyorquinos de Los 70. Se volvió una
imagen icónica la de Dennis Weaver cabalgando por las calles de Manhattan, lo
que haría entre 1970 hasta 1977.
Eso no quiere
decir que el neo-Western estuviese triunfando en la televisión. Lo atestigua el
fracaso de Cade’s County que aun teniendo una figura famosa de Hollywood
como Glenn Ford en el papel principal cerró sus puertas tras solo una
temporada. A nadie le interesaron las aventuras de un sheriff moderno de Arizona
y el neo-Western tendría que esperar a los 80 donde se fusionaría con la soap-opera
para crear el mega éxito de Dallas.
Cuando el Kung
Fu se Puso de Moda
El ultimo experimento
del Western— y el más memorable— llegaría en 1972. Aunque en Las 7 Caras del
Dr. Lao, Disney había tenido un protagonista chino en el Oeste, a nadie se
le hubiera ocurrido que una serie cuyo héroe era un monje Shaolin, experto en artes marciales , se convirtiese en
la más vista de los Estados Unidos.
Kwang Chang Caine
era un niño eurasiático criado en un milenario monasterio de la China.
Fallecidos sus padres, el pequeño es entrenado en el secreto arte del Kung Fu ,
un tipo de arte marcial, pero también en filosofías taoístas que le enseñan a
usar ese don solo como último recurso, como una forma de autodefensa y para
defender a los más vulnerables.
La infancia y
adolescencia de Caine nos eran presentadas vía flashbacks que interrumpían cada
episodio para explicarnos los motivos de acción del protagonista. Estos diálogos
filosóficos del joven con sus tutores, el invidente Maestro Po (Keye Luke), y
el severo, pero humano, Maestro Kan
(Philip Ahn) eran parte del encanto de la serie. Sobre todo, en una época en
que las religiones orientales habían sido adoptadas por los hippies y otros
grupos psicodélicos.
La serie comienza
con Caine cruzando el Pacifico con un precio en su cabeza. Tras haber matado a
un pariente del emperador que a su vez había matado al Maestro Po, el “pequeño saltamontes” como lo apodaban sus
maestros no tenía más remedio que huir de la China. Se embarcaba a California
en busca de su familia blanca. Esta búsqueda por el Far West comprendía el
argumento de Kung Fu.
La serie gustó
tanto que ya para la segunda temporada se había convertido en el programa más
visto de la Unión Americana. Se habían matado dos pájaros de un tiro: la serie mantenía
vigente el Lejano Oeste y provocaba un interés masivo en las artes marciales
del Lejano Oriente. Se abrieron academias de Kung Fu y ese estilo de lucha
libre llegó hasta la música. Y no nos olvidemos de los sketch comicos de Los Polivoces.
Ese fue un gran
logro de la serie, integrar un aspecto de la cultura china al pop culture
estadounidense. Otra virtud de Kung Fu fue darle empleo a cuanto actor
asiático anduviera cerca. Mucho se ha criticado que un caucásico como David
Carradine interpretase al monje nómada. Lo cierto es que por tres temporadas
Kung Fu fungió de agencia de empleos para actores asiáticos del viejo
Hollywood comoBenson Fong, Richard Loo,
Victor Sen Young, , James Shigeta, Mako, France Nuyen y Pat Morita.
También fue un
espacio para cameos de grandes luminarias como Patricia Neal y Rhonda Fleming,
y un trampolín para futuras estrellas como Harrison Ford y Jodie Foster. Sin
mencionar que fue un show para talento latino como el de Bárbara Luna, Roxanna
de Soto, Gilbert Roland, y Alejandro Rey. Si hasta José Feliciano y El Indio Fernández
aparecieron en algunos episodios.
Una anécdota es
que en un episodio veíamos a una niña euroasiática que postulaba al monasterio
del Maestro Po. Era interpretada por Barbara Hershey que, en la vida real, era madre de un hijo de David Carradine. El
romance Carradine-Hershey acabó durante la serie cuando el Pequeño Saltamontes
se involucró con Season Hubley a la que también conoció en el set.
Hoy Kung Fu
es una serie de culto,, pero lo que muchos no saben es porque solo duró tres
temporadas. En su día, corrieron muchos rumores todos centrados en un hecho: el
protagonista no quería seguir. Se dijo entonces que había recibido amenazas de
las fuentes de su conocimiento del Kung Fu que lo acusaban de revelar secretos relacionados
con el arte marcial.
La verdadera
razón es un poco más triste y sórdida. Los productores de Kung Fu
intentaron crearle una imagen a David Carradine desde su sitial de “nene de
Hollywood”, hijo del famoso actor de carácter, John Carradine. El que David hubiese crecido
en una familia totalmente disfuncional no era importante, puesto que no impidió que los Carradine en
masa participasen en Kung Fu.
Por otro lado, se habló del intérprete de Caine como alguien
que despreciaba el estilo de vida hollywoodense, que llevaba una vida apartada
cercana a la naturaleza en una casita en la playa, de acorde a la máximas taoístas. Aunque es
cierto que Carradine había llevado una vida interesante, tanto en el ejército y
como un seguidor del movimiento beatnik, antes de llegar a la serie ya traía un
prontuario policial.
En 1972 se publicitó
mucho un incidente chocante que destruyo la imagen “sana “del protagonista de Kung
Fu. Bajo efecto del peyote, David había salido desnudo de su casa en Laurel
Canyon Después de haber saltado la barda del vecino, había roto un vidrio y
entrado en casa ajena. Tras tumbar varios muebles y dejar una poza de sangre
(se había cortado el brazo con los cristales) había regresado por donde venido.
La policía siguió
el rastro de sangre y arrestó al actor, pero el juez, luego de determinar que no habían ocurrido ni
robo ni grandes daños, dejó a Carradine
en libertad, exigiendo solamente una
gran multa. El público no fue tan comprensivo. Aun en épocas pre-Internet, hubo
un proceso de reproche y semi cancelación que afectó emocionalmente a David
Carradine y lo llevó a no querer seguir con la serie.
David Carradine
se recuperó e hizo luego una buena carrera en el cine. Su imagen de Kung Fu
ayudó a su ascenso a estatus de estrella y se le aceptaron futuros escándalos y
excentricidades hasta su trágica y bochornosa muerte en Bangkok en el 2009.
Para muchos, David Carradine será siempre el lacónico y
justiciero Caine que emite aforismos filosóficos seguidos por patadas cuando no
se le comprende. En 1992, David Carradine volvió a vagar por el Oeste en un
breve revival de la saga de Caine en Kung Fu: The Legend Continues. No
duró mucho ya que no poseía esa magia ingenua de la primera serie. Durante la
pandemia se ha hecho un Reboot . Situada en tiempos modernos, y a pesar de ser su protagonista una actriz
china bona fide, la historia de una descendiente de Caine que intenta
curar su angst adolescente con artes marciales no me ha gustado y me
alegra saber que la han cancelado. Mucho más cercana al concepto es la fabulosa
Warrior de la que hablaré más adelante.
En su época, Kung Fu demostró que se podía enseñar
la historia del Far West alejándose de violencia de machos y enfocándose más en
aspectos domésticos y perspectivas de minorías. Eso llevaría a expandir el rol
femenino en la conquista de La Frontera, enfocándose en el punto de vista de
una niña. De eso hablaré en mi próxima entrega,si D-s me da vida.