lunes, 27 de junio de 2022

El Retorno de Harry Palmer: The Ipcress File

 


A lo mejor viste el filme original de Sir Michael Caine, a lo mejor leíste la novela de Len Deighton o simplemente te gustan los cuentos de espionaje en La Guerra Fría. Por todo eso te recomiendo la nueva versión de The Ipcress File que está exhibiendo desde mayo el servicio de streaming de AMC (AMC+ ) y que también puede verse por Sundance.

La Antitesis de James Bond

Confieso no haber leído el libro.  Deighton fue reconocido como maestro del género del espionaje. Un autor que se tambaleaba entre el estilo místico cínico de Graham Greene y el amargado marxismo de John Le Carré, pero lo que leído y oído suena aburrido. Respecto del filme original, hoy de culto y que impulsó al autor a crear toda una saga de su espía-a-la-fuerza, tampoco me acuerdo mucho. En resumen, llego virgen a esta nueva entrega y quedo encantada.

No muchos saben que la novela de Len Deighton , escrita en forma de un reporte oficial , no da el nombre del protagonista. Creo que solo una vez le llaman ‘Harry”. Eso presentó un problema para los adaptadores del bestseller quienes no solo se quedaron con el nombre de Harry,  le añadieron el apellido “Palmer”. El autor entonces se apropió del nombre para crearle más aventuras a un personaje que Sir Michael Caine inmortalizaría en el cine.



Otro problema que solucionaron los escritores,  W. H. Canaway y James Donan,  fue la poca información que tenían sobre este espía sin causa. Lo que construyeron fue tan fascinante que en 1966 la asociación de Autores de Misterio de América (Mystery Writers Guild) les otorgó un premio por el mejor guion del año.

Lo que Canaway y Donan hicieron fue conservar lo mejor de Deighton, un protagonista que era la antítesis del sofisticado James Bond. Un hombre de clase trabajadora, ex cabo del ejército, convicto por contrabando. En suma, un antihéroe. Pocos saben que el fastidio de Deighton por la Franquicia Bond nacía de haber sido expulsado del equipo del Dr. No donde laboraba como guionista.

En base de magníficos diálogos entre Harry y su handler, el Mayor Dalby (el siempre insuperable Tom Hollander), nos tragamos toda la biografía del protagonista, a quien conocemos,  no ya camino a su aventura, ni siendo reclutado. Lo encontramos antes,  en Berlín, como integrante del ejército de una ocupación que ya va por los veinte años. Algo que le viene bien a Harry que ha hecho amistad con la fauna local, tanteado el terreno,  y abierto un negocio.



Para entender como Harry de alumno brillante pasó a ser contrabandista,  hay que conocer sus orígenes, totalmente proletarios. Dalby examina verbalmente el sorpresivo ascenso de la progenie de un estibador. Alumno aventajado, Harry Palmer recibe una beca para estudiar en el Royal College de donde se licencia con honores en matemáticas, ¿pero ¿qué puede hacer un chico sin recursos con ese título? Es la época de La Guerra de Corea. A Harry lo atrapa el ejército y lo envían, recién casado,  al Lejano Oriente.

Harry destaca en el campo de batalla. Su heroico desempeño le amerita condecoraciones, tal vez un ingreso en la clase de oficiales, pero los orígenes humildes del Cabo Palmer lo dejan en eso,  nada más que cabo. Harry retorna a Inglaterra para descubrir que ha perdido un hijo y el amor de su Deborah. Decide quedarse en el mundo militar, pero no a hacer carrera. Mas bien para joder a un sistema que ya arruinó su vida, pero un día la policía militar descubre su negocio...

Se le condena a ocho años, una condena excesiva que Palmer explica como “no le caí bien al juez”. Lo encierran en la prisión de Colchester donde los trabajos forzados alcanzan el nivel de tortura. Un vuelco de suerte hace que Dalby visite al Cabo Palmer con una propuesta interesante que puede volverlo un hombre libre.



Estamos en 1962, plena Guerra Fría. En Berlín, un importante matemático, el Profesor Dawson,  experto en la creación de bombas de neutrones,  ha sido secuestrado, se cree que por agentes soviéticos. Se cree que fueron ayudados por un peligroso criminal conocido por el nombre de “Hausmartin”. Este maleante, en el pasado trabajó en sociedad con Harry.

Los Chicos de Dalby

La idea es enviar a Palmer a contactar a Hausmartin, convencerlo con el soborno apropiado de rescatar al científico y llevar a este de regreso a su patria. La pregunta es quién es el Mayor Dalby , para quién trabaja y en nombre de quién hace sus ofertas. La respuesta la tenemos al comienzo del capítulo, antes de presentarse en la prisión a brindarle té y simpatía a Harry Palmer.

Dalby trabaja para una diminuta y muy misteriosa asociación que responde directa y nada más que al Primer Ministro. Como les explica a un comité investigadorcuya obsesión es la burocracia burlada la creación de esta agencia fantasma obedece a una necesidad de superar los canales burocráticos que entorpecen la comunicación de MI5 y MI6 con Downing Street.



Un detalle de la visión satírica de Deighton son todos estos enredos de oficina que manipulan a los servicios de inteligencia y que nacen de la obsesión de los investigadores con las pensiones. Antes de Harry partir a su excursión en Berlín, lo hacen firmar un contrato de varias páginas que estipula la pensión que recibirá si sobrevive. Los investigadores insisten en saber cuántos agentes maneja Dalby para poder constatar cuantas pensiones van a tramitar.

Lo cierto es que el Mayor no tiene agentes solo oficinistas como Chico,  el taquígrafo, Alice una ex agente de la S.O.E y Jean Courtney que parece ser una multiusos. Este personaje que fue inventado para el filme aquí se ha expandido hasta adquirir características de coprotagonista. Yo había oído hablar de Lucy Boynton en Bohemian Rhapsody y otras películas y no me ha defraudado en este rol de “rubia de hielo “tan de moda en la época.



Hija de familia, refinada y distante, Jean guarda secretos. Sus padres la creen trabajando para la BBC, su prometido cree que la hará feliz llevándola a Nueva York para enjaularla en un piso del Upper East Side, pero los mayores secretos los guarda en su empleo bajo esa coraza congelada que Harry pretende penetrar.



Una razón para contratar al convicto es que es dispensable y desconocido. Nadie le ha de echar de menos. Como le explica el Primer Ministro al Mayor Dalby, lo imperativo es que los americanos no se enteren de lo que puede haber sido secuestro o defección de parte del Profesor Dawson. No pueden contar con ayuda estadounidense porque el Pentágono está harto de los servicios de inteligencia británicos que tienen espías soviéticos en cada oficina.

Aun así, Dalby envía a su rubia-trofeo a entrevistarse con un agente de la CIA que proveerá protección a la operación en Berlín. El agente resulta ser Paul Maddox que sorprendentemente es un hombre de color. “Sí, soy negro” es su respuesta/disculpa al rostro de sorpresa de Jane. La inclusión de Foxtal como el expandir al personaje de Jane ha sido una estrategia excelente porque se trata de un personaje misteriosos y a ratos, villano. Tal vez lo de Jane y Maddox sea parte de la cuota woke exigida, pero demuestra que se puede hacer con eficacia y sutileza.



Entretanto, Harry Palmer ha conseguido lo que deseaba, ir a Berlín, recobrar la llave que ocultó en su antiguo piso,  y abrir el locker donde ocultó un maletín con sus ahorros, pero no puede huir. Dalby, desconfiado, lo vigila,  detiene e incauta la maleta. “Eres bueno Harry, pero no tanto como yo. Todavía no…”

Harry se ve obligado a ir al “Otro Berlín”, entrevistarse con Hausmartin para ir en busca del científico, pero un escuadrón paramilitar irrumpe en el encuentro y ejecuta a todos los presentes incluyendo a Dawson. Al menos eso creen Dalby y Jean que esperan a Palmer al otro lado del muro. En realidad, Harry ha sobrevivido y lo vemos en un autobús cargando los restos de una taza que el supuesto profesor tuvo en sus manos y que puede atestiguar que las huellas digitales del muerto no corresponden a las del vivo.

Sir Palmer y Lady Jane

Tres páginas para contar lo que pasó en un episodio de una hora confirma que se trata de una serie de mucha acción .  Harry pasa cien peligros y muchas veces salva el día y,  de paso, a la humanidad. Es un héroe total disfrazado de antihéroe. Dalby se da cuenta de que, si Palmer ha regresado a traerles la prueba de que Dawson vive,  no es solo para acortar su sentencia sino porque existe en el convicto un sentido del deber que supera sus intereses personales.



En Harry Palmer, entre guionista y Joe, han creado un héroe digno del milenio. Está lleno de recursos y conocimientos que exceden al genio matemático que se supone es. Su labor delictiva es vista por muchos como un triunfo logístico que ha hecho de Palmer un ente legendario. Hasta los rusos conocen su nombre como alguien que era capaz de conseguir lo imposible para ellos: caviar Beluga.

Palmer es además caballeroso hasta para darle el divorcio a su mujer. ¡Si hasta el nuevo marido lo trata con respeto! Cuando Harry menciona la muerte de su hijo a Jean se le nota triste y sabemos que le gustan los niños y es cariñoso con ellos, como con el hijo de su cómplice.

La sinergia Harry-Jean se desarrolla con gran sensibilidad y sutileza. La rubia,  que confiesa hacer sido odiada en la escuela por altanera, deja atrás su desprecio clasista al descubrir que su compañero es capaz de salvarle la vida, prepararle Huevos Benedictine para el desayuno y que posee una rara cualidad,  sabe guardar silencio cuando debe. Compararlo con el noviecito de Jean que al descubrir que ella no trabaja para la BBC se pone un poquito violento, magnifica las virtudes proletarias de Sir Harry Palmer.



Jean y Harry emprenderán aventuras juntos desde interrogar a misteriosos personajes vinculados con el secuestro (o no tan secuestro) de Dawson hasta viajes que los llevarán del Oriente Medio a la Polinesia. En el camino irán encontrando bandidos, policías corruptos, ex agentes de la CIA y muchos peligros como los que encierra el archivo del título.

Tenemos ejemplos de sensibilidades modernas que no fastidian y convencen. Harry odia las armas, ha jurado no volver a matar a nadie desde su experiencia bélica. Cuando se ve obligado a hacerlo se echa a llorar al ver en el bolsillo del muerto la fotografía de las hijas. Siendo prisionero de guerra de los japoneses, Dalby fue testigo del ataque nuclear a Nagasaki. Ha jurado luchar en contra de las bombas. Hasta Maddox tiene sus razones para hacer lo que hará, culpa a Kennedy por el fracaso de Bahía de Cochinos, en la cual participó el afroamericano.

Contenido Violento y Gory: Tiroteos, una ejecución paramilitar, atentados de bombas, pero nada muy sangriento. Lo más Gory, el lavado de cerebro que le hacen los chinos a Harry Palmer.



Contenido sexual: Parejas en la cama, pero no hay desnudos.

Contenido Feminista: El personaje de Jean es un ejemplo de la mujer de la época que no quiere conformarse con un rol establecido. Aunque se manda un par de quejas Me Too, no nos olvidamos de que es una blanquita privilegiada. Mas me impresiona que tenga direcciones de abortistas en el bolso, que sepa montar una Vespa,  y que se sienta más cómoda manejando armas que el Cabo Palmer, héroe de guerra.




Factor Diversidad: Maddox es afroamericano. En sus viajes,  Harry y Jean encontraran árabes, chinos y polinésicos. Un testigo que sabe dónde está Dawson es arrestado por conductas homosexuales.

 

 

 

martes, 21 de junio de 2022

El Culto al Delator en la Órbita Comunista: A Besugo (El Informante) de HBO

 


En abril, HBO trajo un núcleo de series de la Europa Oriental. Entre ellas mi primera serie húngara. No es de época, pero situar la trama en Budapest en 1985, un par de años antes que la caída del Muro de Berlín ya la traslada a la Edad de las Tinieblas de un estado policía, con represiones de libertad y delatores en cada esquina, muchos de ellos extorsionados por el régimen. Aunque no muy apegada a la historia real, es una fábula sobre la degradación humana bajo un gobierno totalitario,  y bien pudo pasar.

Lo que más me impresionó de El Informante (la voy a llamar Besugo para no confundirla con la serie checa del mimo nombre) es un lugar común en historias que tienen lugar en la órbita comunista durante la Guerra Fría. Como justamente estoy viendo otras series que tocan el tema, aprovecho de explorar y comparar los leitmotivs que reaparecen en Besugo.

La delación no es única del mundo comunista, pero cuando es acompañada de chantajes,  se vuelve una actividad idónea en estados policía y regímenes totalitarios. Hay gente que delata para salvar su vida, a su familia o parejas; hay otros que lo hacen por creerlo su deber patriótico; y los hay que lo hacen por dinero o maldad gratuita.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Henri-George Clouzot comenzó su carrera en el cine francés con la perturbadora El cuervo, una crónica de un pueblecito done el hobby común era espiar y delatar a sus vecinos. Los alemanes estaban encantados, veían el filme como una muestra de la corrupción gala que sin siquiera un poquito de presión, ayudaba al invasor acusando a su propia gente.



Aunque todo cuerpo de policía tiene sus soplones e informantes, no entran en esa dinámica dos elementos que caracterizan a la delación bajo gobiernos totalitarios: la corrupción de los funcionarios que obligan a alguien a espiar a sus amigos y conocidos,  y la cruel coacción que ejercen sobre un chivato al que amenazan, pero no protegen,  tal como ocurre en Besugo.

Así se Construye un Delator

Geri Demeter es un joven provinciano que va a estudiar en la gran ciudad. Aunque la trama tiene lugar en 1985, Geri se ve más cercano en look y vestuario a los chicos de Happy Days que a los que conocerá en Budapest. Esto ayuda a crear una imagen de un protagonista tímido y poco mundano.

Para cuando Geri sube al tren ya sabemos algo de él, que es introvertido, teme a los conflictos, es hijo de un mecánico, viene de una familia bien avenida, y tiene un hermano menor asmático al que quiere mucho. Agreguémosle que la gran contribución de Geri al mundo ha sido ser campeón de ajedrez, pero las autoridades comunistas destruyeron su carrera.

                                            Geri se despide de su familia

El viaje de Geri es interrumpido por dos agentes de la policía que lo arrastran hasta un vagón donde conocerá al Coronel Imre Kiss. Este repelente individuo le comenta a Geri que compartirá programa de estudios (economía) y hospedaje con Stolz Szava. Resulta que Szava,  que fue compañero de Geri en la primaria,  ahora es el líder de un grupo disidente que tiene mucho arraigo entre el estudiantado.

                                         Geri se despide de su libertad

La idea es que Geri se haga amigo de Stolz e informe a Kuss de los planes del díscolo líder. Si no lo hace, Kiss impedirá que su hermanito reciba una indispensable medicina para el asma. Apenas se apea del tren, Geri llama a su padre. El aterrorizado mecánico aconseja a su hijo obedecer en todo a sus superiores y no volver a hablar del tema en un teléfono público. Al salir de la cabina telefónica, Geri se tropieza con una guapa jovencita. Se trata de Kata, hija del famoso escritor Josta Szabo , y pareja de Stolzl.



Josta y Kiss fueron en su juventud grandes amigos. Mientras que Kiss ascendía en el Partido, a Josta lo expulsaban por haber escrito algo que disgustó al régimen. Tenemos un flashback a cuando las hijas de ambos eran pequeñas. Josta se queja de que, debido a su caída en desgracia, solo se le permite publicar libros infantiles. Kiss le aconseja escribir algo que guste al Partido. Aparentemente Josta le hizo caso, puesto que cuando lo vemos en 1985 es un escritor reconocido, ha ganado el premio nacional de literatura, vive en un holgado departamento,  y tiene a su hija en la universidad.

En cambio, Kiss está comprimido en un pisito miserable donde se la pasa peleando con su mujer y una hija que de día está a punto de ser expulsada de la escuela pública por andarse besando con muchachos,  y en la noche canta en un barucho. Kiss cree que con un apartamento más grande su vida cambiará. Toda esta desubicada faramalla es para volver a caerle en gracia a las autoridades y conseguir un mejor sitio para vivir. Kiss comete varios errores, el primero es trabajar al margen de sus superiores, el segundo reclutar a alguien tan ingenuo y poco ocurrente como lo es Geri.

                   Kiss se enfrenta al desprecio de su hija

Geri, El Improvisador

El chico no sabe ni dónde empezar la misión que le han encomendado, pero corre con suerte. Su compañero de cuarto es Matte, el gran proveedor de la universidad. Hijo del capitán de una barcaza del Danubio,  tiene a su alcance productos de Occidente imposibles de conseguir en Hungría. Matte está a cargo de traer cervezas para una de las fiestas de Stolzl y lleva a su compañero de cuarto a ella.

En la fiesta, Geri reconoce a Kata y se acerca a sonsacarla. A la chica no le gustan los preguntones y menos los desconocidos. Alerta a Barnabas, un ex astro de futbol amateur que ahora se ha convertido en mano derecha y guardaespaldas de Szava. Barna expulsa violentamente a Geri de la reunión.

Desesperado por salvar a su hermanito, Geri toma medidas extremas.  Comienza a seguir a Stolzl y descubre que ha mandado imprimir cientos de panfletos anti-gobierno que él y sus secuaces planean lanzar por las ventanas desde diferentes puntos de la universidad. Geri alerta a Kiss quien se frota las manos ya viéndose dueño de un gran piso.

                            Kiss atrapado en su miseria

Solo que Geri sufre un súbito ataque de conciencia y cuando ve llegar las patrullas de policía avisa a Stolzl y a Kata. Los tres son arrestados. No solo Kiss pierde la oportunidad de un nuevo domicilio, se convierte en el hazmerreír de sus colegas. Va a la cárcel y golpea a Geri. Este se defiende diciendo que ahora ha conseguido la confianza del grupo, pero se equivoca. La intuitiva Kata cree que hay un espía dentro de su organización y Barna desconfía del “nuevo”.

Kiss proporciona a su “topo” una grabadora propia. Una Supraphon imposible de conseguir en Hungría. A pesar de que la torpe instalación de Geri provoca una caída del implemento, logra grabar conversaciones peligrosa del grupo en un bar. Para convencer a Stolzl de su adhesión, les cuenta que su sueño fue competir en el extranjero, pero el gobierno se lo impidió. Stolzl le cree, y Kata,  que está enojada con el líder, también se le acerca a Geri. Solo Barna sigue sospechando.



Geri todavía es descuidado e inexperto. Se pone a escuchar la grabación en su dormitorio, entra Matte con su pareja de turno. Se extasía ante la grabadora que ni su padre tiene. Geri dice que se la ganó en una competencia internacional de ajedrez y ofrece vendérsela a su compañero de cuarto a cambio de medicamentos para su hermano.

Matte se lleva a su compañera y a su grabadora al cuarto de Barna. Este llega y los encuentra teniendo sexo en su cama. Enfurecido,  golpea a Matte y descubre la grabadora. Matte le cuenta donde la consiguió y Barna cae en que el nuevo es un mentiroso. Avisado, Stolz se lleva al sospechoso a un descampado donde,  tras expulsarlo del grupo,  lo abandona. Cuando Geri repara el auto de su líder (el taxi del hermano de Barna) y le confiesa la historia de su hermano, Szava lo vuelve a admitir en su organización.



Stolz confía su máximo proyecto a Geri. Planea hacer un gran festival campestre donde vendrán a dar charlas poetas disidentes, sobrevivientes de la Revolución del 56,  y otros que experimentaron tortura. La idea es exponer a la gente a otra visión y descubrir entre ellos a elementos útiles. Se ha dado cuenta de las dotes de observación de Geri y lo quiere para que detecte esos elementos.

Budapest 1985

Me sorprendió saber que Besugo ha sido comisionada especialmente por HBO. Lo que tal vez explique su calidad estética, su escenografía de interiores, su buen uso de cámara.  La visión de  la universidad nos encandila tal como le ocurre a Geri. Es como entrar en otro mundo.

Contrasta el aspecto provinciano del joven delator con la larga melena de Stolz o el look semi punk de Matte. Vemos esta aura cosmopolita en el vestuario de la chicas, combinación de modas teenagers de filme de John Hughes con toques de Cyndi Lauper y Madonna. También en la música que escuchan y los filmes (todo contrabandeado por Matte)  que ven.



Matte es el mejor ejemplo del nene ochentero trasladado a una sociedad represiva. No sabemos qué es lo que prima en él, ganar dinero, consumir lo Occidental o satisfacer su libido. Ya parece escapado de la saga Porky’s. Y, sin embargo, sabemos que no vive en una sociedad normal, que los ojos del Gran Hermano Comunista rondan por todos lados. (noten el cuarto-bodega de Matte en este video)



En Besugo vemos un comité comunista de estudiantes liderado por Andal, cuyo vestuario y corte de cabello son diametralmente opuestos a los de quienes persiguen. Me ha recordado el Konmosol que dominaba la vida universitaria en la USSR postestalinista de La Reina Roja y que determinaba hasta como debían vestirse las “camaradas”. Lo interesante de Besugo,  que tiene lugar tres décadas más tarde,  es que ya no se les hace caso, incluso se intenta aislarlos. Cuando Andal invita a bailar a Judith, rápidamente una amiga le hace saber a la chica quien es su compañero y ella lo planta en medio de la pista.

         Jovenes comunistas cantan a coro en una excursión campestre

El Deporte como Escalera Social

Otro detalle que reaparece en series parecidas es la hipocresía de un régimen que asegura ser igualitario, pero siempre alberga una elite sea de funcionarios privilegiados o artistas y sobre todo deportistas. Geri,  sencillo,  apocado y sin grandes ambiciones,  nunca pensó que podría haber llegado alto como ajedrecista, pero si lo supo Barna quien casi llegó a ser parte de esa elite al ser la estrella de la selección de futbol nacional. Un jugador contrario lo acusó de faul. La acusación era falsa, pero el acusador, hijo de alguien prominente en el partido, consiguió destruir la carrera futbolística de Barna empujándolo hacia las huestes de Stolz Szava.

Esta obsesión de destacar en el deporte como una forma de movilidad social adquiere toques siniestros en dos series alemanas. Weissensee fue todo un éxito en Alemania llegando hasta cuatro temporadas y cubriendo la última década del comunismo germano del Este. Apodada “la telenovela de la Stasi”, la serie sigue las pautas del culebrón más añejo con malentendidos, secretos, interferencia familiar y hasta el robo de una bebé.

La variedad es que el típico romance joven rico-niña pobre aquí se reinventa con los amores entre Martin, hijo de Hans Kupfer, alto funcionario de la policía secreta y Julia Hausmann, hija de una cantante disidente. El gran villano de esta saga es Falk Kupfer que, como Imre Kiss, se mueve no por ideologías sino por ambición y oportunismo. Así Falk llega a desplazar a su padre en la Stasi, atrayendo la atención positiva de sus superiores con su motivación implacable y total falta de escrúpulos.

                     Martin y Julia
                         Falk Kupfer, el intocable

En la Segunda Temporada, le llega el escarmiento a Falk cuando su único hijo, un campeón olímpico de gimnasia , colapsa con una extraña enfermedad que está acabando con sus órganos vitales. La diálisis casi lo mata. Hans Kupfer cree que se trata de una droga que se rumora les administran a los atletas. Tan secreto es el experimento que el cobarde Falk no se atreve a investigar temeroso de las consecuencias que pueda tener sobre su carrera. Es su padre quien descubre que la droga y la diálisis son incompatibles.

Mas sórdida es la historia de la pequeña Clara en El Mismo Cielo. Esta historia que tiene lugar en la Alemania del Este en 1974 se centra en Lars, un “agente Romeo” entrenado por el estado para seducir mujeres para sonsacarles información. Lars es enviado a Berlín Occidental en su primera misión, pero la trama se enfoca también en la familia que dejó atrás, entre ellos su primita Clara.

Una excelente nadadora, Clara puede integrar el equipo olímpico, una posibilidad que entusiasma a su ambiciosa madre que ya se ve gozando de insospechados privilegios. Algo sospechoso es que el entrenador convoca a los padres de las nadadoras y los hace recitar,  como si fuesen nenes de primaria,  que no interferirán en su trabajo.

                            Clara quiere ser campeona olimpica de natación

Lo próximo que vemos es a este individuo haciendo que sus alumnas se traguen unas pildoritas azules que no serán Viagra, pero ciertamente contienen hormonas. En unas semanas,  el vello corporal comienza a crecerle a Clara que pronto tiene una espalda y una pancita peluditas como las de un osito de peluche.

                      Su horrorizada madre ve la metamórfosis de su hija

Al lado de este horror de filme de licántropos, hasta parece más sana la agonía de Klavda de Los Optimistas, la serie rusa que nos mostró que para ser deportista elite en la Unión Soviética había que acostarse con el coach. Al menos en la vida real, la famosa Nadia Comaneci tuvo que acostarse con el hijo del dictador de Rumania.

El Alto Precio de Huir

Si vemos que el ingreso a las elites rojas tiene un precio tan alto, se entiende que haya tanta disidencia entre los jóvenes y tanta añoranza por el mundo del otro lado de la Cortina de Hierro. Su revolución comienza con un sueño de huida. En Besugo, Stolz confiesa a Geri que su sueño es ir a Austria a reunirse con el hermano que logró cruzar la frontera.

 Tan conscientes de lo peligrosa que era esa rebeldía,  que las autoridades comunistas castigaban duramente la defección al Occidente. Recordemos que, en Bohema, Milos Havel es condenado a ocho años de cárcel por haber intentado huir a Alemania. En cambio, el hombre que lo ayudó recibió cadena perpetua.

En Weissensee, Julia Hausmann atrae la atención de la Stasi cuando planea huir al otro lado de Berlín. Los túneles y redes secretas de excavadores que ayudan a ese peligroso cruce del muro es un tema que hemos visto en series de otros países desde la española Dime quien soy hasta la comedia negra de Netflix Muñeca Rusa.

               Julia es detenida por la policia. Lo próximo será la Stasi

En The Same Sky, la red que cava un túnel con la tenacidad de osos hormigueros,  está compuesta por gente vulnerable, miembros de la comunidad LGBTQ. Como explica Axel,  maestro de biología y tío de Clara, a su nuevo amante, el inglés Duncan, la supuesta tolerancia del socialismo germano es un mito. No se persigue a los homosexuales,  ni se les encarcela, pero son vistos con sospecha y vigilados constantemente. Un paso en falso explica Axel,  “ý acabamos en el manicomio”.

                    Axel se prepara para ayudar a cavar el tunel de la libertad.

Duncan ha venido al  “otro Berlín” a ofrecer tours para los turistas libres. Como si los alemanes del Este fueran animales dignos de ser exhibidos. Solo que Duncan también ha notado el apetito de los ciudadanos socialistas por los productos occidentales. Algo que el Matte de Besugo explotará en Budapest once años más tarde mercadeando lo occidental sean videos, tangas o música.

La música juega un rol en el listado de actividades subversivas de las autoridades soviética. Por algo en Besugo, Judith encuentra respiro a la estrechez y aislamiento de ser hija de policía,  cantando música rock en un tugurio. En Weissensee la música es vista como enemiga del estado. En la primera temporada,  el tena principal es “silenciar” a la famosa Dunja Hausmann que insiste en cantar temas prohibidos sea en tours por Occidente o en el funeral de su hija. Al final de la temporada,  la policía hace una redada en una fiesta punk clandestina y arresta a los festejantes acusándolos de ser reaccionarios por escuchar esa música anárquica.



Pero el mayor ejemplo de la guerra soviética en contra de la música lo vemos en el triste pero bello filme checo Rytmus v Patach o Notas de Libertad o The Sound of Freedom  (está en Eurochannel y en IMDB).  Inspirado en un relato de Josef Skovercky , cuenta la historia semiautobiográfica de Danny, un joven musico integrante de una orquesta de swing en la Praga de 1950. Esta orquesta atrae la atención de los funcionarios de la recién comunista Checoeslovaquia quienes los califican de capitalistas y occidentalistas. La razón es que muchos de los integrantes vienen de familias burguesas.

La policía secreta ataca al miembro más débil. La cantante Marcela Razumovska, hija de un conde, ha quedado atrapada junto a su hermano en un país comunista mientras que sus padres han logrado llegar a Viena. Por intentar seguirlos, el hermano ha cometido el imperdonable crimen de querer huir del paraíso comunista y acaba en trabajos forzados en una mina de carbón. Marcela es manipulada con la amenaza de aumentar el tormento del hermano y la promesa de liberarlo si colabora. Así se la convierte en una informante.







Chantajeando a los más Débiles

Ese es un patrón que vemos repetirse en estas fábulas: personas vulnerables que son torturadas mentalmente por funcionarios corruptos, ambiciosos e implacables que explotan sus puntos débiles. ”¿Acaso no sois humanos? ”gime Marcela a sus verdugos. “Somos comunistas, Condesa” es la simple respuesta.



En Besugo vemos como Kiss, por conseguir un mejor apartamento, crea un plan lateral, fuera de sus deberes normales, para atrapar a Szava y a su organización. Para eso utiliza a un amateur sin entrenamiento. Demuestra eso la desesperación y estupidez del policía puesto que todo lo que le importa de Geri es que tiene un hermanito asmático, un punto débil que explotar.

Si he usado el nombre de “Besugo” es para no confundirla con El Informante (Herec) , serie checa (está en Eurochannel y en Freevie/IMDB) que nos muestra las razones que convierten a Standa Lanik en informante de la policía secreta en la Praga de 1953. Standa y su hermana Anezka son parias sociales, no tienen derecho a estudiar y para ellos solo existen los trabajos más bajos. La causa de su desdicha es casi absurda. Hijos de un alemán de las Sudeten que murió peleando en el Africa Korps,  su madre fue violada por un SS. Vecinas envidiosas esparcieron el rumor de que su atacante era en realidad su amante. La mujer fue arrestada,  acusada de colaboracionismo. murió en la cárcel y sus hijos serán, por eso, estigmatizados para siempre en una sociedad que no perdona.



Standa cree encontrar una liberación en el trabajo de delator que lo convierte en cebo sexual para atrapar a un catedrático gay, pero se lleva una sorpresa cuando acude a sus jefes en busca de ayuda. Anezka ha sido violada por su casero que tiene buen puesto en el Partido. Los policías lo consideran intocable y le dicen a Standa que no se crea que por trabajar para ellos es uno de ellos, y que puede compartir sus privilegios.

La oda al culto de la delación la pone Weissensee donde Falk Hupfner hace carrera en la Stasi produciendo lo más necesario en un estado policial: denunciantes. La obsesión de Falk es Dunja Hausmann cuya vozmuy admirada en Occidente es considerada un arma en contra de la Alemania “democrática”.  En la primera temporada,  vemos una lucha del policía para doblegar a la cantante. Alcoholizada y suicida, Dunja sucumbe cuando su hija es arrestada. Tras la muerte de Julia, la Hausmann es un guiñapo humano al que ni la Stasi quiere tocar.



Falk no tiene escrúpulos. En tres temporadas lo vemos secuestrar una bebé, provocar la muerte de Julia, hacer golpear a un niño invalido y empujar a su propia esposa a convertirse en espía. Ya solo falta que patee un perro.  Su hipocresía y cinismo alcanzan su máximo nivel en su labor de extorsionar y torturar a todos los cómplices y posibles informantes. Consigue que la jefa de Julia la delate amenazándola con quitarle a sus hijos. ¿Qué crimen ha cometido la pobre mujer por el cual arriesga ir presa? Asistir a una fiesta punk.





Sin embargo, Falk no es único en su familia. A pesar de que Hans Kupfner está desilusionado con su país y la Stasi, él también recurre al chantaje o se convierte en delator cuando le conviene. Para evitar que su hijo menor, el idealista Martin, sea castigado,  Hans amenaza al superior de Martin con hacer público que tiene una “casa chica”. 

Cuando Hans , que ha sido degradado y reducido a dar clases, va en busca de información sobre las drogas que le suministraron a su nieto, su descarado superior le pregunta “¿Y qué tienes para mí? “ Ahí Hans debe entregarle al mejor de sus alumnos. Para saber el paradero de su nieta, Hans no titubeará en chantajear a Falk quien, acercándose el fin de la Era Comunista se ve extorsionado por colegas envidiosos, superiores cobardes,  y hasta por la CIA.

                              La Familia Kupfner: el rostro humano de la Stasi

Una curiosidad de algunas de estas series es que no llegamos realmente a sentir mucha lástima por las víctimas del chantaje. Dunja Hausmann es arrogante, cobarde y siempre culpa a los demás (principalmente a su hija) de sus desdichas. La pobre Julia es torpe e impulsiva, y tanto Martin como Vera pecan de ingenuos, Aunque vienen de una familia de Stasis,  nunca se esperan las trampas, la injusticia y la represión que experimentarán ellos y la gente que aman.

Al inicio de Besugo, Geri es demasiado timorato, demasiando introvertido para caer bien, pero es un encanto comparado con el controlador, prepotente y muy machista Szava Stolz. El descubrir que no es idealismo lo que lo motiva sino la búsqueda de inmortalidad no lo hace buena persona. Pero Geri también descubrirá que el hermano por el que se ha sacrificado se ha vuelto un adolescente indolente e insolente.

Lo más extraordinario de A Besugo y que la hace diferente a otras series parecidas es que no es un himno de libertad, no es una promesa de que la caída del comunismo traerá felicidad para todos. No sabemos quiénes tomarán las riendas. No vemos nada preparado para ese momento. La organización juvenil que Szava lidera es inmadura e ingenua. Sus miembros tienen una visión bucólica del campo y su gente que creen es mejor que la corrupción urbana y saben más de cantar viejas canciones folclóricas que invocan un rancio nacionalismoque de crear leyes para cambiar la sociedad. Al final huelen un poco a Blut und Boden y al gobierno de Orban.





Aunque A Besugo es la primera de sus producciones húngaras, HBO ha dejado todo en manos magyares y eso le da un sello distintivo, menos occidental y libre de prejuicios woke.  Visualmente,  en términos de exteriores, lo único que impresiona son las vistas de la llanura húngara. Todo lo demás es un reflejo de una sociedad que gustaría ser más rica y más occidental y más consumista, pero se queda en mediocre, inacabada y estropeada con edificios feos y mal tenidos. Las actuaciones son buenas, pero los actores se ven muy viejos para representar universitarios y tampoco corresponden a estándares de belleza de Hollywood con la excepción de Julia Szasz  (Kata).



No voy a dar spoilers, pero el final es interesantísimo. Los revolucionarios se dividirán entre los que sigan corrientes medioambientalistas (como ocurre en Weissensee ) que parece que fue la mejor avenida para derrocar al comunismo; otros juran lealtad a USA y Occidente;  y otros simplemente sobreviven balanceándose como surfistas en una ola esperando llegar a la orilla sin ahogarse.

¿En ese caso qué hacemos con el tema del informante?  ¿Debemos admirar al Besugo puesto que Geri ha madurado, desarrollado mecanismos de defensa y adquirido autorrespeto gracias a su sórdido empleo? ¿Debemos desearle un castigo a él y a otros que vemos en otras series,  obligados a arriesgar vida y convicciones para proteger a terceros?  Creo que la respuesta se la da Geri a Kata:  “La libertad es magnífica, pero no a costa de los que amas”. En un mundo totalitario todo pasa a ser cuestión de prioridades.

Me ha sido fácil amar a los personajes de la serie porque sé poco de la historia reciente de Hungría. Aun después de leer las quejas de personas que vivieron esa era y militaron en la oposición, yo puedo verla como una fábula. Dicen que la recreación de la atmosfera es casi impecable. Yo recuerdo esa ropa Ochentera como esa falda de mezclilla  de Kata que usé por casi tres años, muy útil para combinarla con todo tipo de prendas y ocasión.

                              Yo usé mucha de la ropa que se ve en la serie
                                 Malena y una falda como la de Kata, verano 1984

Por otro lado, aunque visualizo la historia como ocurriendo en un país inventado, con conciencia que la oposición húngara comenzó a fines de los 80 y que no tuvo realmente lideres, la sigo por el tema del delator y de su dilema moral y como este personaje surge bajo determinado regímenes políticos. Los expertos se han quejado de que es inconcebible ese reclutamiento de Geri puesto que no sigue el protocolo oficial del gobierno de Kadar en lo que se refiere a los informantes.

Lo que olvidan es que Imre Kiss es un fracasado que opera movido por la desesperación para no ser aplastado por su propia mediocridad. Eso lo lleva a una maniobra personal que no sigue reglas formales y que como todo en el Coronel Kiss devendrá en un fiasco. Cree que acosando y aterrorizando a Geri (tal como él funciona en medio de su propio terror de ser acosado por sus superiores) logrará su empeño. No actúa de manera racional. Es un bruto.



Los críticos han dicho que Geri pudo rehusarse. No lo creo, la personalidad retraída del campesinito, su desorientación en un mundo desconocido y el haberse ya tenido ya que doblegar ante el régimen al renunciar a un premio seguro de ajedrez,  lo predestinaban a trabajar para Kiss. La guinda del pastel fue el consejo del padre de obedecer en todo a la autoridad. Que Geri sobreviva, aprenda y eventualmente maneje la operación es en crédito a su inteligencia y conocimiento de estrategias de ajedrez que lo llevan a saltar al tablero político. Como le dice Kata al final,  todos los buenos consejos que le dio a Szava funcionaron a favor del movimiento.

Contenido Violento o Gory: Palizas de la policía y en una pelea, Geri cierra la boca de un bravucón incrustándole un anzuelo en la mejilla. Hay una escena de torturas en el capítulo final

Contenido Sexual: Muchas escenas de cama, pero no hay desnudos, con la excepción de Geri en la ducha y es de espaldas.

Contenido Feminista: Szava es un machista total. Trata con igual desdén a sus enemigos, subalternos y a Kata. Dice públicamente que no cree que las mujeres deban gobernar. En el debate público sobre las fallas del capitalismo vs las fallas del comunismo, Stolz vence a la comunista Adele Horvath para luego meterse en su cama. Sin embargo, al final vemos como Adele, Kata y hasta Judith,  demuestran ser más patriotas y buscar maneras más viables que la violencia para crear una Hungría mejor.

                                          Adele y Szava, rivales en el estrado
                             Pronto serán compañeros de cama

Factor Diversidad: En un flashback, vemos a Imre chantajeando y reclutando un sacerdote homosexual. Aparte de eso no hay otras expresiones de diversidad en este relato.

martes, 14 de junio de 2022

Ridley Road: Suásticas en Trafalgar Square

 


Tres factores sobre esta serie parecen interesar a los críticos: la sorpresa de descubrir que hubo nazis marchando a la luz del día en Londres en los Sesenta; las similitudes que parecen encontrarle con la escena política estadounidense (?) y lo fidedigna de la atmosfera de la Inglaterra del 1962. Como esto último es totalmente falso, habría que ver cuánto hay en Ridley Road que corresponda a realidades históricas .

Hace unos años, Jo Bloom oyó por vez primera hablar del “62”, un grupo de autodefensa judío (parecido al JDL de mi época) que había combatido el brote del fascismo británico de los 60. Este descubrimiento cristalizó en Ridley Road, su novela del 2014.  La historia de una peluquera, hija de un periodista de Manchester,  que decide infiltrarse en un grupo neonazi de la época capturó la imaginación de la productora Sarah Solemeini que por siete años intentó convencer a la BBC de adaptar la novela de Bloom.



Se entiende la negativa,  la BBC llevaba más de una década proponiendo historias en la que los judíos sobre todo los sionistas eran representados negativamente como en la infame McMafia. Pero hace dos años, en medio de la crisis del Brexit,  se les ocurrió que tal vez (y comparándola con el auge de la derecha en USA) se podía utilizar la novela como un reflejo de lo que estaba pasando al otro lado del Atlántico.

La Peluquera de Manchester

Sarah Solomeini adapta la novela haciéndole cambios. Viviane Epstein ya no es la sofisticada peluquera que abandona Manchester para buscar fortuna en Londres. Solomeini, cuyo padre era un judío ortodoxo, convierte a la protagonista en la hija de una familia tradicional judía, le rebaja la edad y la hace más virginal e ingenua. El padre ya no es periodista sino sastre. La madre es un ama de casa típica, de esas que no aguantan una manchita en los muebles. Con los Epstein vive ahora la prima Roza, sobreviviente de Auschwitz.

                             La Prima Rosa trauatizada por lo que vivió en Auschwitz

Mientras espera a casarse, Viviane se enamora de Jack Morris, ayudante de su padre. Cuando Jack desaparece, la desilusionada Viviane acepta comprometerse con Jeremy Klein cuyo padre es dueño del edificio donde el padre de la peluquera tiene su sastrería.



Jack regresa y vuelve a marcharse. Viviane, animada por la prima Roza, huye de su casa y se marcha a Londres en busca del hombre que ama. Su única pista es una dirección en Ridley Road. Ahí la recibe un joven sarcástico que le dice que Jack ya se ha conseguido otra chica. La desolada muchacha ignora que ha hablado con su primo, hijo de Sol Malinowski, hermano de su madre.

Sol fue expulsado de su familia debido a su mala vida y estadía en la cárcel, pero ahora lidera un grupo de judíos que intenta defenderse de los ataques de grupos fascistas que pululan por Londres, sobre todo en el East End. Jack es parte de ese grupo y ha conseguido infiltrarse en el movimiento neonazi liderado por Colin Jordan.

Todo esto lo sabrá más adelante Viviane. Entretanto encuentra un cuarto en la casa de la conservadora Mrs. Jones , una viuda que,  por reveses económicos,  debe dar alojamiento a una extraña.  Viviane también consigue empleo en la peluquería de Barbara donde hace amistad con Stevie, el hijo de su patrona. Stevie es un estudiante universitario muy consciente (su padre no era blanco) de que el racismo y el miedo a los inmigrantes están haciendo virar a la política del Reino Unido hacia el fascismo.

                                        Stevie y Viviane

Viviane, que oculta sus orígenes judíos y que (siguiendo el consejo de la prima Rosa) dice apellidarse “Evans”,  se niega a ingresar en las uniones de estudiantes a las que pertenece Stevie y que intentan obstaculizar las maniobras de los nazistas. Un día, en la calle,  ella asiste a una de las manifestaciones del grupo de Jordan y reconoce a Jack como uno de los que enarbola la bandera británica y grita “¡Qué perezca Judea!” Alrededor de Viviane se ha arremolinado gente contraria a los fascistas. Hay un enfrentamiento,  llega la policía que golpe a los protestantes sin tocar a los nazis. Se nota de qué lado están.

Poco después, Viviane es “secuestrada” por su tío que la lleva con Jack quien le explica su situación . Le pide que lo olvide. Su trabajo es muy importante para la protección de la comunidad judía. Viviane lo entiende. Se prepara a retornar a Manchester, pero ocurre una desgracia.



En compañía de unos nazis que incendian una yeshivá llena de pequeños talmudistas, Jack es herido y desaparece. A Viviane se le ocurre que ella puede infiltrarse en el grupo y descubrir el paradero de Jack. Bajo el alias de “Jane Carpenter” y enarbolando un “Perish Judah!”como tarjeta de presentación, Viviane/Jane llega hasta el mismísimo “Fuhrer ”Colin Jordan.

No solo encuentra a Jack , que está convaleciente, en una de esas famosas casas de campo de los nobles (y muy fascistas)  ingleses, Viviane descubre que ese sitio es usado para estrenar grupos paramilitares. Decide quedarse , bajo su identidad encubierta, y a la par de cuidar a Jack descubrir información que pasará a su tío. Es un trabajo arriesgado y lleno de inadvertidos peligros que la llevarán hasta la cama de Jordán.

Una Serie Desigual

La adaptación tiene cuatro episodios, muy descentrados. A ratos la trama aburre, en otras ofende nuestra inteligencia porque o los nazis son unos simplones o Viviane es una consumada Mata Hari, algo que está lejos de ser. Su poder de convencimiento es frágil y el modo en que sale librada de encontronazos con la verdad es inconcebible.





Las actuaciones también son desiguales. Tenemos a un Rory Kinnear que le quedó gustando el rol de nazi que hizo en la desafortunada City of Angels, y ahora es Colin Jordán. Aunque es un magnífico actor, su personaje no le exige mucho. Caso diferente es Eddie Marsan, todo un agasajo, como el Tío Sol. Aunque en rol menor, un placer ver a Rita Tushinghamuna de las glorias del cine británico como la casera de Viviane, una señora venida menos que cae en el juego nazi/nacionalista de culpar sus reveses económicos en judíos ricos (Jack Cohen de Tesco) e inmigrantes de color.

                       El Tío Sol y la Tía Nancy
                                 Mrs. Jones

El rol de Viviane ha caído en los brazos de la semi debutante Agnes O Casey. La irlandesita (bisnieta del gran dramaturgo Sean O’ Casey) tiene experiencia en las tablas, pero no lo ha hecho mal en su debut en televisión. En cambio, el resto del elenco deja bastante que desear.



La filmación y la escenografía son muy bastos, casi toscos. Me imagino que por la pandemia. El rally en que Viviane reconoce a Jack/Peter Fox está compuesto por cuatro gatos, un par portando banderas,  subidos en una fuente. Ya parecen el monumento a Iwo Jima. Con la excepción de la magnífica country house, los interiores son estrechos, oscuros, lóbregos. La casa de Mrs. Jones que van a derrumbar se ve tan maltrecha e insalubre que yo ya la hubiese arrasado hace ratito.

Las Faldas YaYa y una Moda Anacrónica

Para rellenar la pobre escenografía, han echado mano a video clips y newsreels del Londres  “de la época”. Gran problema, todas corresponden a la segunda mitad de la década. Lo mismo ocurre con la moda. En 1963, a nadie se le hubiese ocurrido salir con dobladillos arriba de la rodilla, por la sencilla razón que Mary Quant no inventaría la minifalda sino hasta 1964.

Un mito es que la miniskirt se impuso inmediatamente. Como nos muestran los desfiles de la semana de la Moda Londinense de 1963 a 1966, es solo en este último año que la mini se impone sobre faldas de largo Chanel. A mí me hicieron mi primer minivestido el 67 y mi Mama solo subió la basta de sus faldas el 68.

                Largo de faldas de 1963
                         Largo de faldas en 1964
                      Largo de faldas de 1965

                                     ¡Y a mostrar rodillas! 1966

El problema es que series como Ridley Road se creyeron el cuento de “Las Ya Ya Girls”(Chicas Yeyé), una especie de tribu urbana que el 61 aplicó a sus faldas un corte sobre la rodilla, pero estaban muy lejos de los modelos que usa Viviane en la serie y otros personajes en series sobre la época. Las faldas Ya Ya no pasaron de ser una moda veraniega y nunca llegaron al nivel de microminis que usó Trixie en la novena temporada de Call the Midwife.

         Las Chicas YaYa
                      Anacrónicas minifaldas de Trixie en 1962


Mas allá de la historia de la moda está la historia inglesa de ese periodo. Realmente si existió Colin Jordán (aunque no tenía un hijo pequeño), si existió un grupo de defensa judío, y los personajes de Sol y del Rabino Lehrer están basados en personajes reales. El personaje se Eddie Marsan se inspiró en Wally Levy el dueño de la firma más grande de taxis de Londres y Harry Bidney, un veterano de guerra que lideró el ‘62. El Rabino Leslie Hardman,  quien fue parte del batallón ingles que liberó Bergen Belsen,  fue la inspiración para el Rabino Lehrer.

El error está en dos aspectos. El primero ha sido poner a Jordán como único baluarte del fascismo británico. Otro es hacer creer que el antisemitismo fascista nació en Los Sesenta y que no estaba vinculado a los Camisas Negras de Sir Oswald Mosley que vimos en Peaky Blinders.

Breve Historia del Antisemitismo Inglés

Un triste hecho es que Inglaterra siempre ha sido uno de los países más antisemitas de Europa.  Los judíos entraron en la isla en la era normanda. Desde el comienzo, tuvieron problemas con la población cristiana. Libelos de sangre devinieron en masacres,  los reyes Plantagenet exprimieron a los judíos con impuestos y multas (recordemos la situación de Rebeca y su padre en Ivanhoe). Todo culminó en una expulsión general a fines del siglo XIII, una de las primeras de su tipo.

                                Matanza de los judíos de York

Fue Oliver Cromwell, a mediados del Siglo XVVII, quien permitió el retorno de los judíos al Reino Unido. La comunidad que judíos holandeses que se estableció en Londres estaba compuesta por sefarditas de origen portugués y era pequeña. La comunidad creció y comenzó a esparcirse por Gran Bretaña. A mediados de la Era Victoriana, comenzaron a emanciparse y a adquirir derechos.

Empujados por los pogromos zaristas, judíos de lo que hoy son Rusia, Ucrania y Polonia llegaron como refugiados a Londres, a fines del Siglo XIX,  donde se establecieron en la zona más pobre el East End. Esta ola de inmigrantes askenazis provocaría un resurgimiento de antisemitismo entre sus vecinos más pobres. Por ejemplo, cuando comenzaron a aparecer prostitutas destripadas en Whitechapel, se creyó que el asesino serial era un judío y muchos fueron atacados provocando que Jack El Destripador escribiese en su famosa carta a Scotland Yard diciendo “I’m not a Yid”.

El sentimiento antijudío seguiría creciendo en las primeras décadas hasta cristalizar en la Unión de Fascistas Ingleses dirigida por Sir Oswald “Tom” Mosley y que vimos en Peaky Blinders.  Aunque esta organización fue un espejo de las muchas organizaciones fascistas y antisemitas del continente, la diferencia con ellas es que los judíos no se quedaron quietos y atacaron en todos los frentes a los Camisas Negras de Mosley culminando en la famosa Batalla de Cable Street (1936) en que lo judíos del East End les atizaron una paliza los fascistas.



Durante la Segunda Guerra Mundial, Mosley su esposa Diana y otros cabecillas del movimiento fueron puestos a buen recaudo. Eso no significó que el sentimiento fascistoide desapareciese, puesto que había alcanzado los niveles más altos ( tanto el Rey Eduardo VIII como su hermano el Duque de Kent eran simpatizantes).

Acabada la guerra, los vaivenes económicos y el sentimiento antijudío provocado por la muerte de soldados británicos en los años finales del Mandato de Palestina mantuvieron viva la judeofobia. Tan fuerte fue el antisemitismo que ya en los 50,  veteranos judíos del ejercito formaron el ‘43, que precedió al ’62.

Lo que nos muestra la serie no es un estallido inesperado nacido de la nada sino la continuación de una antigua guerra en contra de los de origen hebreo. Hubo vario grupos de extrema derecha que creían en supremacías blancas en Inglaterra en esta etapa:   Colin Jordán era el personaje más pintoresco de esa fauna, por eso libro y serie han escogido darle un puesto más importante de lo que mereció nunca.

                                   Colin Jordan y Francoise Dior

Aunque ninguno de estos grupos se acercó al gobierno vía las urnas, si provocaban miedo y desasosiego en la población judía por su hábito de incendiar propiedades privadas y edificios como sinagogas y escuelas, a la par de atacar individuos en la vía pública. Hasta donde yo sé solo provocaron una muerte, lo del pequeño estudiante de yeshivá, que muestra la serie. La policía lo consideró muerte accidental y no se preocupó de investigar las causas del incendio, tal vez por pereza, negligencia o por estar confabulados con los nazis.

Mucha gente,  y de todas las clases, simpatizaban con los nuevos nazis. Vimos a Viviane infiltrarse en la propiedad de un duque. En realidad, fue el Marqués de Tavistock quien prestó su casa ancestral para el entrenamiento de grupos paramilitares fascistas. Por otro lado, vemos a viudas de clase media ser adoctrinadas en contra de los ricos judíos que le han quitado su vivienda para construir una tienda de departamentos que dejará sin empleo a los almaceneros de barrio.

Otra particularidad de este brote fue que a la judeofobia se unió a la xenofobia. La era post-colonialista había llenado al Reino Unido de refugiados de sus posesiones de ultramar. Como ocurre siempre,  había un miedo de que se apoderasen del mercado laboral. La situación se volvió más fuerte a fines de la década como lo mostró el episodio “Colores” de Endeavour donde vimos a neonazis lanzándole ladrillos a niñitos hindúes.



Para ese entonces Colin Jordan ya estaba preso (nuevamente) por lanzar mensajes conducentes al odio racial. Lo que consiguieron los activistas contrarios a este resurgir del nazismo fue la creación del Acta de Relaciones Raciales de 1965 que impedía el lenguaje de odio. Aunque es cierto que Jordan tuvo su reunión con George Lincoln Rockwell el fundador del Partido Nazi estadounidense y que llegó a ser nombrado “Gran Fuhrer”, su poder para los 70 había menguado. Se había convertido en un objeto de ridículo, decía que Adolf Hitler y no Jesús era el verdadero Mesías. Ya con eso…El colmo fue cuando se le arrestó por robar ropa interior femenina (no se sabe si para ponérsela él). Después de tan grotesco escándalo, se le expulsó del movimiento

Curiosamente, la serie no menciona a John Tyndall quien fuera el verdadero líder del Partido Nacional Británico, y más tarde del Frente Nacional (en los 70). Tyndall también fue la verdadera pareja de la Condesa de Caumont La Force. Jordan se casó con Françoise solo para evitar que la expulsasen del país por ser una extranjera indeseable. Tanto el libro como la serie se han tomado una licencia legitima de magnificar su relación para añadir más poder a la historia.

                             John Tyndal

El fascismo de los 60 nunca fue realmente una amenaza política Nunca tuvo siquiera el asomo de poder ganar en las urnas como ocurriría en Austria. A fines de los 70, esta fea corriente se integró a la cultura popular con el Movimiento Punk y devino en lo que siempre debió ser , el Hooliganismo, que en el Cono Sur llamamos “barras bravas”.

Todavía hay nazis en Inglaterralos hay en todas partes pero el auge del antisemitismo británico que en el 2021 alcanzó su punto máximo, proviene más de los Laboristas y de la población islámica que de la extrema derecha.  Incluso hay casos en que grupos neofascista se han unido al radicalismo islámico.

A pesar de todo,  estoy contenta de que hayan hecho Ridley Road porque es refrescante ver que en suelo británico se pueden hacer historia que den un rostro positivo a los judíos. Ya resultaba agotadora la insistencia de la BBC de mostrar a los judíos o como asesinos israelíes o criminales corruptos (McMafia, Peaky Blinders). Peor aún, borrarlos de la historia como ocurre en Operación MIncemeat donde el origen judío del Comandante Montagu, conocido por todos y reconocido orgullosamente por él, no juega parte en nada de lo que hace el personaje de Colin Firth.



Sin embargo, como en The Crown, Julia u otras historias basadas en relatos reales y cercanos a nosotros en el tiempo, el inventarse arcos en los que se basa una trama provoca problemas de credibilidad que a la larga pueden resultar contraproducentes. Por ejemplo, cuando Jordan le dice a Viviane “Uds. Son las eternas victimas ”repite un canard que hoy escuchamos desde las tribunas de derecha e izquierda, pero principalmente de parte de otros grupos étnicos. El que ella no lo refute, da poder a esa aseveración

Nota: Un detalle anacrónico que me molestó fue el poner a Polonia como uno de los países cuya gente subvencionaba el movimiento de Jordan. Es imposible que hubiese simpatizantes nazis enviando dinero a Inglaterra desde un estado policía comunista. Esa afirmación es parte de esa visión negativa que la Europa Occidental tiene del estado polaco, donde califican patriotismo y catolicismo como “fascismo”. Ahora que hemos visto la valentía y diligencia con la que los polacos están respondiendo a una guerra que los toca de cerca , tal vez Occidente comience a comprender la cultura y geopolítica que han hecho de esa nación una víctima y una heroína en más de un momento histórico

Contenido Violento: Pelea callejeras, un incendio intencional que cobra la vida de un niño, Peter le da una paliza a un nazi,  algo que nos pone contentos porque sabemos que la ‘víctima” ha puesto un ojo en compota a la esposa embarazada. Un angustioso ataque a una sinagoga por parte de la avanzada nazi. El episodio final tiene a Viviane recibiendo cachetadas, pescozones y patadas de parte de nazis.

Contenido Sexual: Una muy discreta escena de sexo entre Jordan y Viviane. Mención especial a ser la serie que por fin destruye el grotesco mito de que los judíos tenemos sexo a través de una sábana agujereada.

Contenido Feminista: No lo hay realmente, a pesar de tener una heroína un poco torpe, pero valerosa. También la serie muestra el despertar de la mamá de Viviane que deja su crisálida de ama de casa obsesionada con la limpieza,  y comienza a ver más allá de su horizonte tanto los problemas políticos que amenazan a su gente como las medidas que miembros de su familia están tomando para defenderse



Factor Diversidad: Para no convertir todo esto en un asunto entre nazis y judíos se ha creado un personaje de color, Stevie,  para mostrar no solo el miedo y repugnancia que provocan los nuevos inmigrantes entre los fascistas, sino la repugnancia que sienten los nazis por los productos de uniones hibridas como lo es el hijo de Barbara.

Encontré genuino en que, en el intercambio entre Sol y Stevie en la cárcel, el primero lo llamó “half-caste”(mulato) y el otro le dijo “Yid”(termino despectivo para los judíos). También me gustó cuando Stevie le dijo a la Tía Nancy “No somos iguales (negros y judíos), pero estamos peleando la misma batalla”. Por algo se empieza.

Esta serie puede verse en USA en Amazon Prime y en Thirteenth Passport y en America Latina (y creo Epaña) por Diney Plus.