Tres factores
sobre esta serie parecen interesar a los críticos: la sorpresa de descubrir que
hubo nazis marchando a la luz del día en Londres en los Sesenta; las
similitudes que parecen encontrarle con la escena política estadounidense (?) y
lo fidedigna de la atmosfera de la Inglaterra del 1962. Como esto último es
totalmente falso, habría que ver cuánto hay en Ridley Road que
corresponda a realidades históricas .
Hace unos años,
Jo Bloom oyó por vez primera hablar del “62”, un grupo de autodefensa judío (parecido
al JDL de mi época) que había combatido el brote del fascismo británico de los
60. Este descubrimiento cristalizó en Ridley Road, su novela del 2014. La historia de una peluquera, hija de un
periodista de Manchester, que decide
infiltrarse en un grupo neonazi de la época capturó la imaginación de la
productora Sarah Solemeini que por siete años intentó convencer a la BBC de
adaptar la novela de Bloom.
Se entiende la
negativa, la BBC llevaba más de una
década proponiendo historias en la que los judíos— sobre todo los sionistas— eran
representados negativamente como en la infame McMafia. Pero hace dos años,
en medio de la crisis del Brexit, se les
ocurrió que tal vez (y comparándola con el auge de la derecha en USA) se podía
utilizar la novela como un reflejo de lo que estaba pasando al otro lado del Atlántico.
La Peluquera
de Manchester
Sarah Solomeini
adapta la novela haciéndole cambios. Viviane Epstein ya no es la sofisticada
peluquera que abandona Manchester para buscar fortuna en Londres. Solomeini,
cuyo padre era un judío ortodoxo, convierte a la protagonista en la hija de una
familia tradicional judía, le rebaja la edad y la hace más virginal e ingenua.
El padre ya no es periodista sino sastre. La madre es un ama de casa típica, de
esas que no aguantan una manchita en los muebles. Con los Epstein vive ahora la
prima Roza, sobreviviente de Auschwitz.
Mientras espera a
casarse, Viviane se enamora de Jack Morris, ayudante de su padre. Cuando Jack
desaparece, la desilusionada Viviane acepta comprometerse con Jeremy Klein cuyo
padre es dueño del edificio donde el padre de la peluquera tiene su sastrería.
Jack regresa y
vuelve a marcharse. Viviane, animada por la prima Roza, huye de su casa y se
marcha a Londres en busca del hombre que ama. Su única pista es una dirección
en Ridley Road. Ahí la recibe un joven sarcástico que le dice que Jack ya se ha
conseguido otra chica. La desolada muchacha ignora que ha hablado con su primo,
hijo de Sol Malinowski, hermano de su madre.
Sol fue expulsado
de su familia debido a su mala vida y estadía en la cárcel, pero ahora lidera
un grupo de judíos que intenta defenderse de los ataques de grupos fascistas
que pululan por Londres, sobre todo en el East End. Jack es parte de ese grupo
y ha conseguido infiltrarse en el movimiento neonazi liderado por Colin Jordan.
Todo esto lo
sabrá más adelante Viviane. Entretanto encuentra un cuarto en la casa de la conservadora
Mrs. Jones , una viuda que, por reveses
económicos, debe dar alojamiento a una
extraña. Viviane también consigue empleo
en la peluquería de Barbara donde hace amistad con Stevie, el hijo de su patrona.
Stevie es un estudiante universitario muy consciente (su padre no era blanco)
de que el racismo y el miedo a los inmigrantes están haciendo virar a la
política del Reino Unido hacia el fascismo.
Viviane, que
oculta sus orígenes judíos y que (siguiendo el consejo de la prima Rosa) dice
apellidarse “Evans”, se niega a ingresar
en las uniones de estudiantes a las que pertenece Stevie y que intentan obstaculizar
las maniobras de los nazistas. Un día, en la calle, ella asiste a una de las manifestaciones del
grupo de Jordan y reconoce a Jack como uno de los que enarbola la bandera británica
y grita “¡Qué perezca Judea!” Alrededor de Viviane se ha arremolinado gente
contraria a los fascistas. Hay un enfrentamiento, llega la policía que golpe a los protestantes
sin tocar a los nazis. Se nota de qué lado están.
Poco después, Viviane
es “secuestrada” por su tío que la lleva con Jack quien le explica su situación
. Le pide que lo olvide. Su trabajo es muy importante para la protección de la
comunidad judía. Viviane lo entiende. Se prepara a retornar a Manchester, pero
ocurre una desgracia.
En compañía de
unos nazis que incendian una yeshivá llena de pequeños talmudistas, Jack es
herido y desaparece. A Viviane se le ocurre que ella puede infiltrarse en el
grupo y descubrir el paradero de Jack. Bajo el alias de “Jane Carpenter” y
enarbolando un “Perish Judah!”como tarjeta de presentación, Viviane/Jane llega
hasta el mismísimo “Fuhrer ”Colin Jordan.
No solo encuentra
a Jack , que está convaleciente, en una de esas famosas casas de campo de los
nobles (y muy fascistas) ingleses, Viviane
descubre que ese sitio es usado para estrenar grupos paramilitares. Decide
quedarse , bajo su identidad encubierta, y a la par de cuidar a Jack descubrir
información que pasará a su tío. Es un trabajo arriesgado y lleno de inadvertidos
peligros que la llevarán hasta la cama de Jordán.
Una Serie
Desigual
La adaptación
tiene cuatro episodios, muy descentrados. A ratos la trama aburre, en otras
ofende nuestra inteligencia porque o los nazis son unos simplones o Viviane es
una consumada Mata Hari, algo que está lejos de ser. Su poder de convencimiento
es frágil y el modo en que sale librada de encontronazos con la verdad es
inconcebible.
Las actuaciones también
son desiguales. Tenemos a un Rory Kinnear que le quedó gustando el rol de nazi
que hizo en la desafortunada City of Angels, y ahora es Colin Jordán. Aunque es un magnífico
actor, su personaje no le exige mucho. Caso diferente es Eddie Marsan, todo un
agasajo, como el Tío Sol. Aunque en rol menor, un placer ver a Rita Tushingham—una de
las glorias del cine británico— como la casera de Viviane, una señora
venida menos que cae en el juego nazi/nacionalista de culpar sus reveses
económicos en judíos ricos (Jack Cohen de Tesco) e inmigrantes de color.
Mrs. Jones
El rol de Viviane
ha caído en los brazos de la semi debutante Agnes O Casey. La irlandesita (bisnieta
del gran dramaturgo Sean O’ Casey) tiene experiencia en las tablas, pero no lo
ha hecho mal en su debut en televisión. En cambio, el resto del elenco deja
bastante que desear.
La filmación y la
escenografía son muy bastos, casi toscos. Me imagino que por la pandemia. El
rally en que Viviane reconoce a Jack/Peter Fox está compuesto por cuatro gatos,
un par portando banderas, subidos en una
fuente. Ya parecen el monumento a Iwo Jima. Con la excepción de la magnífica country
house, los interiores son estrechos, oscuros, lóbregos. La casa de Mrs.
Jones que van a derrumbar se ve tan maltrecha e insalubre que yo ya la hubiese
arrasado hace ratito.
Las Faldas
YaYa y una Moda Anacrónica
Para rellenar la
pobre escenografía, han echado mano a video clips y newsreels del Londres “de la época”. Gran problema, todas corresponden
a la segunda mitad de la década. Lo mismo ocurre con la moda. En 1963, a nadie
se le hubiese ocurrido salir con dobladillos arriba de la rodilla, por la
sencilla razón que Mary Quant no inventaría la minifalda sino hasta 1964.
Un mito es que la
miniskirt se impuso inmediatamente. Como nos muestran los desfiles de la
semana de la Moda Londinense de 1963 a 1966, es solo en este último año que la
mini se impone sobre faldas de largo Chanel. A mí me hicieron mi primer
minivestido el 67 y mi Mama solo subió la basta de sus faldas el 68.
Largo de faldas en 1964
Largo de faldas de 1965
¡Y a mostrar rodillas! 1966
El problema es
que series como Ridley Road se creyeron el cuento de “Las Ya Ya Girls”(Chicas
Yeyé), una especie de tribu urbana que el 61 aplicó a sus faldas un corte sobre
la rodilla, pero estaban muy lejos de los modelos que usa Viviane en la serie y
otros personajes en series sobre la época. Las faldas Ya Ya no pasaron de ser
una moda veraniega y nunca llegaron al nivel de microminis que usó Trixie en la
novena temporada de Call the Midwife.
Anacrónicas minifaldas de Trixie en 1962
Mas allá de la
historia de la moda está la historia inglesa de ese periodo. Realmente si
existió Colin Jordán (aunque no tenía un hijo pequeño), si existió un grupo de
defensa judío, y los personajes de Sol y del Rabino Lehrer están basados en
personajes reales. El personaje se Eddie Marsan se inspiró en Wally Levy el
dueño de la firma más grande de taxis de Londres y Harry Bidney, un veterano de
guerra que lideró el ‘62. El Rabino Leslie Hardman, quien fue parte del batallón ingles que liberó
Bergen Belsen, fue la inspiración para
el Rabino Lehrer.
El error está en
dos aspectos. El primero ha sido poner a Jordán como único baluarte del
fascismo británico. Otro es hacer creer que el antisemitismo fascista nació en Los
Sesenta y que no estaba vinculado a los Camisas Negras de Sir Oswald Mosley que
vimos en Peaky Blinders.
Breve Historia
del Antisemitismo Inglés
Un triste hecho
es que Inglaterra siempre ha sido uno de los países más antisemitas de Europa. Los judíos entraron en la isla en la era
normanda. Desde el comienzo, tuvieron problemas con la población cristiana. Libelos
de sangre devinieron en masacres, los
reyes Plantagenet exprimieron a los judíos con impuestos y multas (recordemos
la situación de Rebeca y su padre en Ivanhoe). Todo culminó en una expulsión
general a fines del siglo XIII, una de las primeras de su tipo.
Fue Oliver Cromwell,
a mediados del Siglo XVVII, quien permitió el retorno de los judíos al Reino Unido.
La comunidad que judíos holandeses que se estableció en Londres estaba
compuesta por sefarditas de origen portugués y era pequeña. La comunidad creció
y comenzó a esparcirse por Gran Bretaña. A mediados de la Era Victoriana,
comenzaron a emanciparse y a adquirir derechos.
Empujados por los
pogromos zaristas, judíos de lo que hoy son Rusia, Ucrania y Polonia llegaron
como refugiados a Londres, a fines del Siglo XIX, donde se establecieron en la zona más pobre el
East End. Esta ola de inmigrantes askenazis provocaría un resurgimiento de antisemitismo
entre sus vecinos más pobres. Por ejemplo, cuando comenzaron a aparecer
prostitutas destripadas en Whitechapel, se creyó que el asesino serial era un
judío y muchos fueron atacados provocando que Jack El Destripador escribiese en
su famosa carta a Scotland Yard diciendo “I’m not a Yid”.
El sentimiento
antijudío seguiría creciendo en las primeras décadas hasta cristalizar en la Unión
de Fascistas Ingleses dirigida por Sir Oswald “Tom” Mosley y que vimos en Peaky
Blinders. Aunque esta organización
fue un espejo de las muchas organizaciones fascistas y antisemitas del continente,
la diferencia con ellas es que los judíos no se quedaron quietos y atacaron en
todos los frentes a los Camisas Negras de Mosley culminando en la famosa Batalla
de Cable Street (1936) en que lo judíos del East End les atizaron una paliza
los fascistas.
Durante la Segunda
Guerra Mundial, Mosley su esposa Diana y otros cabecillas del movimiento fueron
puestos a buen recaudo. Eso no significó que el sentimiento fascistoide desapareciese,
puesto que había alcanzado los niveles más altos ( tanto el Rey Eduardo VIII
como su hermano el Duque de Kent eran simpatizantes).
Acabada la
guerra, los vaivenes económicos y el sentimiento antijudío provocado por la
muerte de soldados británicos en los años finales del Mandato de Palestina
mantuvieron viva la judeofobia. Tan fuerte fue el antisemitismo que ya en los
50, veteranos judíos del ejercito
formaron el ‘43, que precedió al ’62.
Lo que nos
muestra la serie no es un estallido inesperado nacido de la nada sino la
continuación de una antigua guerra en contra de los de origen hebreo. Hubo vario
grupos de extrema derecha que creían en supremacías blancas en Inglaterra en esta
etapa: Colin Jordán era el personaje más
pintoresco de esa fauna, por eso libro y serie han escogido darle un puesto más
importante de lo que mereció nunca.
Mucha gente, y de todas las clases, simpatizaban con los
nuevos nazis. Vimos a Viviane infiltrarse en la propiedad de un duque. En realidad,
fue el Marqués de Tavistock quien prestó su casa ancestral para el
entrenamiento de grupos paramilitares fascistas. Por otro lado, vemos a viudas
de clase media ser adoctrinadas en contra de los ricos judíos que le han
quitado su vivienda para construir una tienda de departamentos que dejará sin empleo
a los almaceneros de barrio.
Otra
particularidad de este brote fue que a la judeofobia se unió a la xenofobia. La
era post-colonialista había llenado al Reino Unido de refugiados de sus
posesiones de ultramar. Como ocurre siempre, había un miedo de que se apoderasen del mercado
laboral. La situación se volvió más fuerte a fines de la década como lo mostró
el episodio “Colores” de Endeavour donde vimos a neonazis lanzándole
ladrillos a niñitos hindúes.
Para ese entonces
Colin Jordan ya estaba preso (nuevamente) por lanzar mensajes conducentes al
odio racial. Lo que consiguieron los activistas contrarios a este resurgir del
nazismo fue la creación del Acta de Relaciones Raciales de 1965 que impedía el lenguaje
de odio. Aunque es cierto que Jordan tuvo su reunión con George Lincoln
Rockwell— el fundador del Partido Nazi estadounidense— y que llegó a ser nombrado
“Gran Fuhrer”, su poder para los 70 había menguado. Se había convertido en un
objeto de ridículo, decía que Adolf Hitler y no Jesús era el verdadero Mesías.
Ya con eso…El colmo fue cuando se le arrestó por robar ropa interior femenina
(no se sabe si para ponérsela él). Después de tan grotesco escándalo, se le
expulsó del movimiento
Curiosamente, la
serie no menciona a John Tyndall quien fuera el verdadero líder del Partido
Nacional Británico, y más tarde del Frente Nacional (en los 70). Tyndall también
fue la verdadera pareja de la Condesa de Caumont La Force. Jordan se casó con Françoise
solo para evitar que la expulsasen del país por ser una extranjera indeseable.
Tanto el libro como la serie se han tomado una licencia legitima de magnificar su
relación para añadir más poder a la historia.
El fascismo de
los 60 nunca fue realmente una amenaza política Nunca tuvo siquiera el asomo de
poder ganar en las urnas como ocurriría en Austria. A fines de los 70, esta fea
corriente se integró a la cultura popular con el Movimiento Punk y devino en lo
que siempre debió ser , el Hooliganismo, que en el Cono Sur llamamos “barras
bravas”.
Todavía hay nazis
en Inglaterra—los hay en todas partes— pero el auge del antisemitismo
británico que en el 2021 alcanzó su punto máximo, proviene más de los Laboristas
y de la población islámica que de la extrema derecha. Incluso hay casos en que grupos neofascista se
han unido al radicalismo islámico.
A pesar de todo, estoy contenta de que hayan hecho Ridley
Road porque es refrescante ver que en suelo británico se pueden hacer
historia que den un rostro positivo a los judíos. Ya resultaba agotadora la
insistencia de la BBC de mostrar a los judíos o como asesinos israelíes o
criminales corruptos (McMafia, Peaky Blinders). Peor aún,
borrarlos de la historia como ocurre en Operación MIncemeat donde el
origen judío del Comandante Montagu, conocido por todos y reconocido
orgullosamente por él, no juega parte en nada de lo que hace el personaje de
Colin Firth.
Sin embargo, como
en The Crown, Julia u otras historias basadas en relatos reales y
cercanos a nosotros en el tiempo, el inventarse arcos en los que se basa una
trama provoca problemas de credibilidad que a la larga pueden resultar contraproducentes.
Por ejemplo, cuando Jordan le dice a Viviane “Uds. Son las eternas victimas
”repite un canard que hoy escuchamos desde las tribunas de derecha e izquierda,
pero principalmente de parte de otros grupos étnicos. El que ella no lo refute,
da poder a esa aseveración
Nota: Un detalle anacrónico
que me molestó fue el poner a Polonia como uno de los países cuya gente
subvencionaba el movimiento de Jordan. Es imposible que hubiese simpatizantes
nazis enviando dinero a Inglaterra desde un estado policía comunista. Esa afirmación
es parte de esa visión negativa que la Europa Occidental tiene del estado
polaco, donde califican patriotismo y catolicismo como “fascismo”. Ahora que
hemos visto la valentía y diligencia con la que los polacos están respondiendo
a una guerra que los toca de cerca , tal vez Occidente comience a comprender la
cultura y geopolítica que han hecho de esa nación una víctima y una heroína en más
de un momento histórico
Contenido
Violento: Pelea
callejeras, un incendio intencional que cobra la vida de un niño, Peter le da
una paliza a un nazi, algo que nos pone
contentos porque sabemos que la ‘víctima” ha puesto un ojo en compota a la esposa
embarazada. Un angustioso ataque a una sinagoga por parte de la avanzada nazi.
El episodio final tiene a Viviane recibiendo cachetadas, pescozones y patadas
de parte de nazis.
Contenido
Sexual: Una muy discreta
escena de sexo entre Jordan y Viviane. Mención especial a ser la serie que por
fin destruye el grotesco mito de que los judíos tenemos sexo a través de una sábana
agujereada.
Contenido Feminista: No lo hay realmente, a pesar de tener
una heroína un poco torpe, pero valerosa. También la serie muestra el despertar
de la mamá de Viviane que deja su crisálida de ama de casa obsesionada con la limpieza,
y comienza a ver más allá de su
horizonte tanto los problemas políticos que amenazan a su gente como las
medidas que miembros de su familia están tomando para defenderse
Factor
Diversidad: Para no
convertir todo esto en un asunto entre nazis y judíos se ha creado un personaje
de color, Stevie, para mostrar no solo
el miedo y repugnancia que provocan los nuevos inmigrantes entre los fascistas,
sino la repugnancia que sienten los nazis por los productos de uniones hibridas
como lo es el hijo de Barbara.
Encontré genuino
en que, en el intercambio entre Sol y Stevie en la cárcel, el primero lo llamó
“half-caste”(mulato) y el otro le dijo “Yid”(termino despectivo para los judíos).
También me gustó cuando Stevie le dijo a la Tía Nancy “No somos iguales (negros
y judíos), pero estamos peleando la misma batalla”. Por algo se empieza.
Esta serie puede verse en USA en Amazon Prime y en Thirteenth Passport y en America Latina (y creo Epaña) por Diney Plus.
I still haven't made my mind whether to watch it or not as it really isn't my type of show, but if I do decide someday it will be for my boo Tom Varey, who used to read me back in the days when he tickled my fancy with his role in BBC's Village drama. He was so gorgeous in it. He is now dating that awful Daisy Edgar Jones.
ResponderEliminarI don't think your boo looks particuarly attracive in this one, but then, that's me. Knowing you, and what a keen eye you have for plot holes, poor racting and lack of technical excellence, and this is certainly not your kind of show (or mine) it could have been better
EliminarYeah, he looks horrid here, they gave him such a nasty hairdo, ebil dastards. But he was the cutest thing ever in Village, he and Nico Marry Me Miralegro who played his older brother in the first season. If you remember, Village also had lovely Matt Stokoe in the cast as the pacifist teacher. None of them three hunks made a career that I wanted for them, alas. But then again, nobody from Jamestown became a star except the only one I couldn't stand = Sophie Rundle and maybe my dear friend Stuart Martin who loves his spy dearly. My boo Ben Star and Naomi Battrick have pretty much gone missing. Oh, woe is me.
EliminarYes, poor soul, they tried giving him a horrid Teddy Boy hairdo. I read that although he was not Jewish, he got some nasty anti Semitic letters while shooting the show.
EliminarI have The Village in Tubi, but I cannot bring myself to watch it.
I hate Sophie Rundle, she was one of the infuriating characters that made me give up Peaky Blinders. She was the one person I disliked in Bodyguard, and now she is the romantic lead in Gentleman Jack, not a reason to watch it.
Oh, you should totally watch THE VILLAGE, it is one of my absolute faves, the most amazing cast, great story, great episodes, both seasons very emotional and strong. I consider it one of BBC's biggest gems ever.
EliminarSophie is such a terrible actress and yet she keeps getting roles, why did not Niamh Walsh from Jamestown score her success, she is ten times better? She is kinda like Typence Middleton to me, Sophie, but about million times worse. And yet, great actresses like Laura Haddock for example, don't get big roles in UK.
Tuppence, another one who you cannot fathom how is that she gets good roles. Some think her sexy.
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