martes, 14 de junio de 2022

Ridley Road: Suásticas en Trafalgar Square

 


Tres factores sobre esta serie parecen interesar a los críticos: la sorpresa de descubrir que hubo nazis marchando a la luz del día en Londres en los Sesenta; las similitudes que parecen encontrarle con la escena política estadounidense (?) y lo fidedigna de la atmosfera de la Inglaterra del 1962. Como esto último es totalmente falso, habría que ver cuánto hay en Ridley Road que corresponda a realidades históricas .

Hace unos años, Jo Bloom oyó por vez primera hablar del “62”, un grupo de autodefensa judío (parecido al JDL de mi época) que había combatido el brote del fascismo británico de los 60. Este descubrimiento cristalizó en Ridley Road, su novela del 2014.  La historia de una peluquera, hija de un periodista de Manchester,  que decide infiltrarse en un grupo neonazi de la época capturó la imaginación de la productora Sarah Solemeini que por siete años intentó convencer a la BBC de adaptar la novela de Bloom.



Se entiende la negativa,  la BBC llevaba más de una década proponiendo historias en la que los judíos sobre todo los sionistas eran representados negativamente como en la infame McMafia. Pero hace dos años, en medio de la crisis del Brexit,  se les ocurrió que tal vez (y comparándola con el auge de la derecha en USA) se podía utilizar la novela como un reflejo de lo que estaba pasando al otro lado del Atlántico.

La Peluquera de Manchester

Sarah Solomeini adapta la novela haciéndole cambios. Viviane Epstein ya no es la sofisticada peluquera que abandona Manchester para buscar fortuna en Londres. Solomeini, cuyo padre era un judío ortodoxo, convierte a la protagonista en la hija de una familia tradicional judía, le rebaja la edad y la hace más virginal e ingenua. El padre ya no es periodista sino sastre. La madre es un ama de casa típica, de esas que no aguantan una manchita en los muebles. Con los Epstein vive ahora la prima Roza, sobreviviente de Auschwitz.

                             La Prima Rosa trauatizada por lo que vivió en Auschwitz

Mientras espera a casarse, Viviane se enamora de Jack Morris, ayudante de su padre. Cuando Jack desaparece, la desilusionada Viviane acepta comprometerse con Jeremy Klein cuyo padre es dueño del edificio donde el padre de la peluquera tiene su sastrería.



Jack regresa y vuelve a marcharse. Viviane, animada por la prima Roza, huye de su casa y se marcha a Londres en busca del hombre que ama. Su única pista es una dirección en Ridley Road. Ahí la recibe un joven sarcástico que le dice que Jack ya se ha conseguido otra chica. La desolada muchacha ignora que ha hablado con su primo, hijo de Sol Malinowski, hermano de su madre.

Sol fue expulsado de su familia debido a su mala vida y estadía en la cárcel, pero ahora lidera un grupo de judíos que intenta defenderse de los ataques de grupos fascistas que pululan por Londres, sobre todo en el East End. Jack es parte de ese grupo y ha conseguido infiltrarse en el movimiento neonazi liderado por Colin Jordan.

Todo esto lo sabrá más adelante Viviane. Entretanto encuentra un cuarto en la casa de la conservadora Mrs. Jones , una viuda que,  por reveses económicos,  debe dar alojamiento a una extraña.  Viviane también consigue empleo en la peluquería de Barbara donde hace amistad con Stevie, el hijo de su patrona. Stevie es un estudiante universitario muy consciente (su padre no era blanco) de que el racismo y el miedo a los inmigrantes están haciendo virar a la política del Reino Unido hacia el fascismo.

                                        Stevie y Viviane

Viviane, que oculta sus orígenes judíos y que (siguiendo el consejo de la prima Rosa) dice apellidarse “Evans”,  se niega a ingresar en las uniones de estudiantes a las que pertenece Stevie y que intentan obstaculizar las maniobras de los nazistas. Un día, en la calle,  ella asiste a una de las manifestaciones del grupo de Jordan y reconoce a Jack como uno de los que enarbola la bandera británica y grita “¡Qué perezca Judea!” Alrededor de Viviane se ha arremolinado gente contraria a los fascistas. Hay un enfrentamiento,  llega la policía que golpe a los protestantes sin tocar a los nazis. Se nota de qué lado están.

Poco después, Viviane es “secuestrada” por su tío que la lleva con Jack quien le explica su situación . Le pide que lo olvide. Su trabajo es muy importante para la protección de la comunidad judía. Viviane lo entiende. Se prepara a retornar a Manchester, pero ocurre una desgracia.



En compañía de unos nazis que incendian una yeshivá llena de pequeños talmudistas, Jack es herido y desaparece. A Viviane se le ocurre que ella puede infiltrarse en el grupo y descubrir el paradero de Jack. Bajo el alias de “Jane Carpenter” y enarbolando un “Perish Judah!”como tarjeta de presentación, Viviane/Jane llega hasta el mismísimo “Fuhrer ”Colin Jordan.

No solo encuentra a Jack , que está convaleciente, en una de esas famosas casas de campo de los nobles (y muy fascistas)  ingleses, Viviane descubre que ese sitio es usado para estrenar grupos paramilitares. Decide quedarse , bajo su identidad encubierta, y a la par de cuidar a Jack descubrir información que pasará a su tío. Es un trabajo arriesgado y lleno de inadvertidos peligros que la llevarán hasta la cama de Jordán.

Una Serie Desigual

La adaptación tiene cuatro episodios, muy descentrados. A ratos la trama aburre, en otras ofende nuestra inteligencia porque o los nazis son unos simplones o Viviane es una consumada Mata Hari, algo que está lejos de ser. Su poder de convencimiento es frágil y el modo en que sale librada de encontronazos con la verdad es inconcebible.





Las actuaciones también son desiguales. Tenemos a un Rory Kinnear que le quedó gustando el rol de nazi que hizo en la desafortunada City of Angels, y ahora es Colin Jordán. Aunque es un magnífico actor, su personaje no le exige mucho. Caso diferente es Eddie Marsan, todo un agasajo, como el Tío Sol. Aunque en rol menor, un placer ver a Rita Tushinghamuna de las glorias del cine británico como la casera de Viviane, una señora venida menos que cae en el juego nazi/nacionalista de culpar sus reveses económicos en judíos ricos (Jack Cohen de Tesco) e inmigrantes de color.

                       El Tío Sol y la Tía Nancy
                                 Mrs. Jones

El rol de Viviane ha caído en los brazos de la semi debutante Agnes O Casey. La irlandesita (bisnieta del gran dramaturgo Sean O’ Casey) tiene experiencia en las tablas, pero no lo ha hecho mal en su debut en televisión. En cambio, el resto del elenco deja bastante que desear.



La filmación y la escenografía son muy bastos, casi toscos. Me imagino que por la pandemia. El rally en que Viviane reconoce a Jack/Peter Fox está compuesto por cuatro gatos, un par portando banderas,  subidos en una fuente. Ya parecen el monumento a Iwo Jima. Con la excepción de la magnífica country house, los interiores son estrechos, oscuros, lóbregos. La casa de Mrs. Jones que van a derrumbar se ve tan maltrecha e insalubre que yo ya la hubiese arrasado hace ratito.

Las Faldas YaYa y una Moda Anacrónica

Para rellenar la pobre escenografía, han echado mano a video clips y newsreels del Londres  “de la época”. Gran problema, todas corresponden a la segunda mitad de la década. Lo mismo ocurre con la moda. En 1963, a nadie se le hubiese ocurrido salir con dobladillos arriba de la rodilla, por la sencilla razón que Mary Quant no inventaría la minifalda sino hasta 1964.

Un mito es que la miniskirt se impuso inmediatamente. Como nos muestran los desfiles de la semana de la Moda Londinense de 1963 a 1966, es solo en este último año que la mini se impone sobre faldas de largo Chanel. A mí me hicieron mi primer minivestido el 67 y mi Mama solo subió la basta de sus faldas el 68.

                Largo de faldas de 1963
                         Largo de faldas en 1964
                      Largo de faldas de 1965

                                     ¡Y a mostrar rodillas! 1966

El problema es que series como Ridley Road se creyeron el cuento de “Las Ya Ya Girls”(Chicas Yeyé), una especie de tribu urbana que el 61 aplicó a sus faldas un corte sobre la rodilla, pero estaban muy lejos de los modelos que usa Viviane en la serie y otros personajes en series sobre la época. Las faldas Ya Ya no pasaron de ser una moda veraniega y nunca llegaron al nivel de microminis que usó Trixie en la novena temporada de Call the Midwife.

         Las Chicas YaYa
                      Anacrónicas minifaldas de Trixie en 1962


Mas allá de la historia de la moda está la historia inglesa de ese periodo. Realmente si existió Colin Jordán (aunque no tenía un hijo pequeño), si existió un grupo de defensa judío, y los personajes de Sol y del Rabino Lehrer están basados en personajes reales. El personaje se Eddie Marsan se inspiró en Wally Levy el dueño de la firma más grande de taxis de Londres y Harry Bidney, un veterano de guerra que lideró el ‘62. El Rabino Leslie Hardman,  quien fue parte del batallón ingles que liberó Bergen Belsen,  fue la inspiración para el Rabino Lehrer.

El error está en dos aspectos. El primero ha sido poner a Jordán como único baluarte del fascismo británico. Otro es hacer creer que el antisemitismo fascista nació en Los Sesenta y que no estaba vinculado a los Camisas Negras de Sir Oswald Mosley que vimos en Peaky Blinders.

Breve Historia del Antisemitismo Inglés

Un triste hecho es que Inglaterra siempre ha sido uno de los países más antisemitas de Europa.  Los judíos entraron en la isla en la era normanda. Desde el comienzo, tuvieron problemas con la población cristiana. Libelos de sangre devinieron en masacres,  los reyes Plantagenet exprimieron a los judíos con impuestos y multas (recordemos la situación de Rebeca y su padre en Ivanhoe). Todo culminó en una expulsión general a fines del siglo XIII, una de las primeras de su tipo.

                                Matanza de los judíos de York

Fue Oliver Cromwell, a mediados del Siglo XVVII, quien permitió el retorno de los judíos al Reino Unido. La comunidad que judíos holandeses que se estableció en Londres estaba compuesta por sefarditas de origen portugués y era pequeña. La comunidad creció y comenzó a esparcirse por Gran Bretaña. A mediados de la Era Victoriana, comenzaron a emanciparse y a adquirir derechos.

Empujados por los pogromos zaristas, judíos de lo que hoy son Rusia, Ucrania y Polonia llegaron como refugiados a Londres, a fines del Siglo XIX,  donde se establecieron en la zona más pobre el East End. Esta ola de inmigrantes askenazis provocaría un resurgimiento de antisemitismo entre sus vecinos más pobres. Por ejemplo, cuando comenzaron a aparecer prostitutas destripadas en Whitechapel, se creyó que el asesino serial era un judío y muchos fueron atacados provocando que Jack El Destripador escribiese en su famosa carta a Scotland Yard diciendo “I’m not a Yid”.

El sentimiento antijudío seguiría creciendo en las primeras décadas hasta cristalizar en la Unión de Fascistas Ingleses dirigida por Sir Oswald “Tom” Mosley y que vimos en Peaky Blinders.  Aunque esta organización fue un espejo de las muchas organizaciones fascistas y antisemitas del continente, la diferencia con ellas es que los judíos no se quedaron quietos y atacaron en todos los frentes a los Camisas Negras de Mosley culminando en la famosa Batalla de Cable Street (1936) en que lo judíos del East End les atizaron una paliza los fascistas.



Durante la Segunda Guerra Mundial, Mosley su esposa Diana y otros cabecillas del movimiento fueron puestos a buen recaudo. Eso no significó que el sentimiento fascistoide desapareciese, puesto que había alcanzado los niveles más altos ( tanto el Rey Eduardo VIII como su hermano el Duque de Kent eran simpatizantes).

Acabada la guerra, los vaivenes económicos y el sentimiento antijudío provocado por la muerte de soldados británicos en los años finales del Mandato de Palestina mantuvieron viva la judeofobia. Tan fuerte fue el antisemitismo que ya en los 50,  veteranos judíos del ejercito formaron el ‘43, que precedió al ’62.

Lo que nos muestra la serie no es un estallido inesperado nacido de la nada sino la continuación de una antigua guerra en contra de los de origen hebreo. Hubo vario grupos de extrema derecha que creían en supremacías blancas en Inglaterra en esta etapa:   Colin Jordán era el personaje más pintoresco de esa fauna, por eso libro y serie han escogido darle un puesto más importante de lo que mereció nunca.

                                   Colin Jordan y Francoise Dior

Aunque ninguno de estos grupos se acercó al gobierno vía las urnas, si provocaban miedo y desasosiego en la población judía por su hábito de incendiar propiedades privadas y edificios como sinagogas y escuelas, a la par de atacar individuos en la vía pública. Hasta donde yo sé solo provocaron una muerte, lo del pequeño estudiante de yeshivá, que muestra la serie. La policía lo consideró muerte accidental y no se preocupó de investigar las causas del incendio, tal vez por pereza, negligencia o por estar confabulados con los nazis.

Mucha gente,  y de todas las clases, simpatizaban con los nuevos nazis. Vimos a Viviane infiltrarse en la propiedad de un duque. En realidad, fue el Marqués de Tavistock quien prestó su casa ancestral para el entrenamiento de grupos paramilitares fascistas. Por otro lado, vemos a viudas de clase media ser adoctrinadas en contra de los ricos judíos que le han quitado su vivienda para construir una tienda de departamentos que dejará sin empleo a los almaceneros de barrio.

Otra particularidad de este brote fue que a la judeofobia se unió a la xenofobia. La era post-colonialista había llenado al Reino Unido de refugiados de sus posesiones de ultramar. Como ocurre siempre,  había un miedo de que se apoderasen del mercado laboral. La situación se volvió más fuerte a fines de la década como lo mostró el episodio “Colores” de Endeavour donde vimos a neonazis lanzándole ladrillos a niñitos hindúes.



Para ese entonces Colin Jordan ya estaba preso (nuevamente) por lanzar mensajes conducentes al odio racial. Lo que consiguieron los activistas contrarios a este resurgir del nazismo fue la creación del Acta de Relaciones Raciales de 1965 que impedía el lenguaje de odio. Aunque es cierto que Jordan tuvo su reunión con George Lincoln Rockwell el fundador del Partido Nazi estadounidense y que llegó a ser nombrado “Gran Fuhrer”, su poder para los 70 había menguado. Se había convertido en un objeto de ridículo, decía que Adolf Hitler y no Jesús era el verdadero Mesías. Ya con eso…El colmo fue cuando se le arrestó por robar ropa interior femenina (no se sabe si para ponérsela él). Después de tan grotesco escándalo, se le expulsó del movimiento

Curiosamente, la serie no menciona a John Tyndall quien fuera el verdadero líder del Partido Nacional Británico, y más tarde del Frente Nacional (en los 70). Tyndall también fue la verdadera pareja de la Condesa de Caumont La Force. Jordan se casó con Françoise solo para evitar que la expulsasen del país por ser una extranjera indeseable. Tanto el libro como la serie se han tomado una licencia legitima de magnificar su relación para añadir más poder a la historia.

                             John Tyndal

El fascismo de los 60 nunca fue realmente una amenaza política Nunca tuvo siquiera el asomo de poder ganar en las urnas como ocurriría en Austria. A fines de los 70, esta fea corriente se integró a la cultura popular con el Movimiento Punk y devino en lo que siempre debió ser , el Hooliganismo, que en el Cono Sur llamamos “barras bravas”.

Todavía hay nazis en Inglaterralos hay en todas partes pero el auge del antisemitismo británico que en el 2021 alcanzó su punto máximo, proviene más de los Laboristas y de la población islámica que de la extrema derecha.  Incluso hay casos en que grupos neofascista se han unido al radicalismo islámico.

A pesar de todo,  estoy contenta de que hayan hecho Ridley Road porque es refrescante ver que en suelo británico se pueden hacer historia que den un rostro positivo a los judíos. Ya resultaba agotadora la insistencia de la BBC de mostrar a los judíos o como asesinos israelíes o criminales corruptos (McMafia, Peaky Blinders). Peor aún, borrarlos de la historia como ocurre en Operación MIncemeat donde el origen judío del Comandante Montagu, conocido por todos y reconocido orgullosamente por él, no juega parte en nada de lo que hace el personaje de Colin Firth.



Sin embargo, como en The Crown, Julia u otras historias basadas en relatos reales y cercanos a nosotros en el tiempo, el inventarse arcos en los que se basa una trama provoca problemas de credibilidad que a la larga pueden resultar contraproducentes. Por ejemplo, cuando Jordan le dice a Viviane “Uds. Son las eternas victimas ”repite un canard que hoy escuchamos desde las tribunas de derecha e izquierda, pero principalmente de parte de otros grupos étnicos. El que ella no lo refute, da poder a esa aseveración

Nota: Un detalle anacrónico que me molestó fue el poner a Polonia como uno de los países cuya gente subvencionaba el movimiento de Jordan. Es imposible que hubiese simpatizantes nazis enviando dinero a Inglaterra desde un estado policía comunista. Esa afirmación es parte de esa visión negativa que la Europa Occidental tiene del estado polaco, donde califican patriotismo y catolicismo como “fascismo”. Ahora que hemos visto la valentía y diligencia con la que los polacos están respondiendo a una guerra que los toca de cerca , tal vez Occidente comience a comprender la cultura y geopolítica que han hecho de esa nación una víctima y una heroína en más de un momento histórico

Contenido Violento: Pelea callejeras, un incendio intencional que cobra la vida de un niño, Peter le da una paliza a un nazi,  algo que nos pone contentos porque sabemos que la ‘víctima” ha puesto un ojo en compota a la esposa embarazada. Un angustioso ataque a una sinagoga por parte de la avanzada nazi. El episodio final tiene a Viviane recibiendo cachetadas, pescozones y patadas de parte de nazis.

Contenido Sexual: Una muy discreta escena de sexo entre Jordan y Viviane. Mención especial a ser la serie que por fin destruye el grotesco mito de que los judíos tenemos sexo a través de una sábana agujereada.

Contenido Feminista: No lo hay realmente, a pesar de tener una heroína un poco torpe, pero valerosa. También la serie muestra el despertar de la mamá de Viviane que deja su crisálida de ama de casa obsesionada con la limpieza,  y comienza a ver más allá de su horizonte tanto los problemas políticos que amenazan a su gente como las medidas que miembros de su familia están tomando para defenderse



Factor Diversidad: Para no convertir todo esto en un asunto entre nazis y judíos se ha creado un personaje de color, Stevie,  para mostrar no solo el miedo y repugnancia que provocan los nuevos inmigrantes entre los fascistas, sino la repugnancia que sienten los nazis por los productos de uniones hibridas como lo es el hijo de Barbara.

Encontré genuino en que, en el intercambio entre Sol y Stevie en la cárcel, el primero lo llamó “half-caste”(mulato) y el otro le dijo “Yid”(termino despectivo para los judíos). También me gustó cuando Stevie le dijo a la Tía Nancy “No somos iguales (negros y judíos), pero estamos peleando la misma batalla”. Por algo se empieza.

Esta serie puede verse en USA en Amazon Prime y en Thirteenth Passport y en America Latina (y creo Epaña) por Diney Plus.

6 comentarios:

  1. I still haven't made my mind whether to watch it or not as it really isn't my type of show, but if I do decide someday it will be for my boo Tom Varey, who used to read me back in the days when he tickled my fancy with his role in BBC's Village drama. He was so gorgeous in it. He is now dating that awful Daisy Edgar Jones.

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    1. I don't think your boo looks particuarly attracive in this one, but then, that's me. Knowing you, and what a keen eye you have for plot holes, poor racting and lack of technical excellence, and this is certainly not your kind of show (or mine) it could have been better

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    2. Yeah, he looks horrid here, they gave him such a nasty hairdo, ebil dastards. But he was the cutest thing ever in Village, he and Nico Marry Me Miralegro who played his older brother in the first season. If you remember, Village also had lovely Matt Stokoe in the cast as the pacifist teacher. None of them three hunks made a career that I wanted for them, alas. But then again, nobody from Jamestown became a star except the only one I couldn't stand = Sophie Rundle and maybe my dear friend Stuart Martin who loves his spy dearly. My boo Ben Star and Naomi Battrick have pretty much gone missing. Oh, woe is me.

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    3. Yes, poor soul, they tried giving him a horrid Teddy Boy hairdo. I read that although he was not Jewish, he got some nasty anti Semitic letters while shooting the show.
      I have The Village in Tubi, but I cannot bring myself to watch it.
      I hate Sophie Rundle, she was one of the infuriating characters that made me give up Peaky Blinders. She was the one person I disliked in Bodyguard, and now she is the romantic lead in Gentleman Jack, not a reason to watch it.

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    4. Oh, you should totally watch THE VILLAGE, it is one of my absolute faves, the most amazing cast, great story, great episodes, both seasons very emotional and strong. I consider it one of BBC's biggest gems ever.
      Sophie is such a terrible actress and yet she keeps getting roles, why did not Niamh Walsh from Jamestown score her success, she is ten times better? She is kinda like Typence Middleton to me, Sophie, but about million times worse. And yet, great actresses like Laura Haddock for example, don't get big roles in UK.

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    5. Tuppence, another one who you cannot fathom how is that she gets good roles. Some think her sexy.

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