martes, 14 de enero de 2025

El Silencio de las Hermanas Price: Say Nothing en Hulu

 


“ The Troubles”  solía ser el apodo de la Guerra de Independencia de Irlanda. Hoy también se usa para describir la guerrilla urbana que asoló el Norte de Irlanda en la segunda mitad del Siglo XX. Basándose en el libro de Patrick Radden Keefe , Hulu y FX han construido una visión a ratos trágica y a ratos cómica de la lucha armada en contra del ocupante inglés. A diferencia de otras obras sobre el tema nos muestra los daños colaterales que provoca el terrorismo y el modo en que lentamente va destruyendo al mismo guerrillero.

Los Infortunios de Irlanda

Si vamos a hablar de historias sangrientas, de reinos robados, de ocupaciones ilegales, y de pueblos oprimidos,  basta ver el ultimo milenio de la historia de Irlanda. En la Antigüedad, la isla estaba lo suficientemente lejana para que no la afectaran invasiones de griegos y romanos y para crear una sólida civilización de reinos o clanes tribales unidos por la herencia celta.

La cosa cambió en el medievo cuando Irlanda fue presa de invasiones vikingas y normandas. Para el siglo XV era vasalla de Los Tudor. Mas o menos se estableció un modus vivendis en el que los reinos seguían siendo semi autónomos, pero el cisma de Enrique VIII al imponer el anglicanismo destrozó toda oportunidad de armonía entre Inglaterra y la Isla Esmeralda.



Irlanda había sido una vez fervientemente pagana para convertirse en ferviente católica y no iba a cambiar. A los ojos de la corona británica, esto era rebeldía y sedición y a la isla le esperaban siglos de represión. Una de las mayores ocurrió en días de la dictadura de Oliver Cromwell quien implantaría el sistema de plantaciones, la importación de ingleses protestantes a Irlanda donde se convertirían en la nueva clase de terratenientes que subyugarían a la población católica.

Para La Hambruna de 1848, los irlandeses (y no solo católicos) se habían levantado en armas en contra del invasor en muchas ocasiones. Todas las revueltas habían fracasado. Entonces se constituyó el primer grupo de guerrilleros urbanos, Los Fenianos. The Fenian Brotherhood se dedicó a la lucha clandestina llegando a expandirse hasta Estados Unidos desde donde realizarían ataques al Canadá. Su especialidad, a fines de siglo, eran los asesinatos y bombas que hicieron estallar en ciudades inglesas como Manchester y Londres.

A comienzos del Siglo XX, la lucha irlandesa por la autonomía se batía en dos frentes: el político en el Parlamento de Londres y el frente del terrorismo ahora continuado por la Fraternidad Revolucionaria Irlandesa que tomaría parte en el Alzamiento de Pascua en plena Gran Guerra. La última gran batalla, que tendría lugar entre 1920 y 1922,  se conocería por el nombre coloquial de “Troubles” (problemas).  En ese entonces la Fraternidad cambió de nombre pasando a ser el Ejército Republicano Irlandés (Irish Republican Army o IRA. ERI en español).



Esta guerra de guerrillas, cruel y colmada de atrocidades por parte de ambos bandos, obtendría la ansiada autonomía. En 1923 nacía el Estado Libre de Irlanda, pero con un precio: seguirían en manos británicas un par de provincias del Norte que incluían las ciudades de Belfast y Londonderry (Derry). Esto se debía a que eran habitadas por una mayoría protestante. El ERI no aceptó esos términos llevando a Eamon De Valera (el primer presidente de Irlanda) a proscribirlo.

El ERI trasladó sus cuarteles y guerra a Irlanda del Norte. Aunque estuvieron activos antes de la Segunda Guerra Mundial, su periodo más agresivo fue durante los segundos “Troubles” que cubrirían casi tres décadas de lucha y que son el trasfondo de No digas nada. Esta guerra clandestina se amparó en los tres principios que han gobernado la lucha armada en contra de Inglaterra por siglos: el apoyo masivo de la población civil; la ejecución de traidores y delatores (los “tout”) y la obligación de los miembros de no revelar nunca información sobre la organización, aun bajo tortura. De eso se trata Say Nothing.



Las Price: ¿Heroínas o Terroristas?

Comenzamos en Belfast en 1972. Una madre de familia es secuestrada delante de sus hijos por un grupo que incluye una mujer. De ahí saltamos a fines del Siglo XX. Otra mujer (Maxime Peake) cuenta su historia a un entrevistador que graba lo narrado. Es un proyecto de la Universidad de Boston y solo saldrá a la luz, cuando la mujer, cuyo nombre es Dolours Price, haya muerto.





De ahí pasamos a un flashback de Dolours en 1969. Es hija de un matrimonio Republicano que ha participado en la guerra perpetua contra el invasor inglés. La tía de Dolours perdió las manos y la vista por estar manejando bombas. Dolours desprecia esa violencia, cree en la resistencia pacífica tipo Gandhi,  y se la inculca a Marian, su hermana menor.

Antes de partir a estudiar en una academia de arte, Dolours y su hermana participan en una marcha multitudinaria de protesta (La Marcha del Puente de Burntollet). Camino a Derry,  son interceptadas por bandas de rufianes protestantes que las agreden. Fieles a su credo, los marchantes no responden a la violencia, pero entran en pánico cuando ven que la policía no detiene a sus agresores. Las Price intentan huir, pero son atrapadas por los protestantes que las golpean salvajemente. Es ahí que Dolours toma conciencia de que la lucha armada es el único camino para una Irlanda Unida.


                   Las Price son atacadas en una marcha pacifica

Para eso, y siempre con su hermana a la zaga, Dolours busca al líder de la lucha armada en Belfast y a su lugarteniente “Dark” apodo de Brendan Hughes (quien también participa en el proyecto de entrevistas). Se sorprende al descubrir que el líder es Gerry Adams a quien conoce como un chico tranquilo y de bajo perfil. la ironía es que cada episodio de Say Nothing acaba con un disclaimer sobre Gerry Adamsex presidente del Sinn Feinnque siempre ha negado haber sido parte del ERI.




Después de una entrevista con Adams, Dolours lo convence de reclutarlas a ella y a Marian. Hasta entonces el ERI usaba a las mujeres como enfermeras, protectoras, mensajeras, y recolectoras de información, pero no como guerrilleras. Las Hermanas Price se hacen famosas por su capacidad de disfrazarse y por un cómico, pero efectivo, asalto a un banco en el que ambas van vestidas de monjas.



Luego que participa en el rescate de un camarada, Dolours pierde el miedo a las armas, pero su promoción no la complace. Debe “escoltar” a gente que está condenada a ser ejecutada. Como Caronte, Dolours los lleva en su barca (en este caso un automóvil) al sitio de ejecución. A veces tendrá que hacerlo con amigos o se verá involucrada en el secuestro de algún Tout como fue el caso de Jean McConville. Aunque no la vemos cometer crímenes de sangre, Dolours se siente culpable. “íNo estoy en esto para matar católicos!” le dice a su hermana que sigue secundándola en todo.

Entretanto, ha llegado a Belfast un nuevo comandante, Frank Kitson (Rory Kinnear) que trae experiencia de combatir a los Mau Mau de Kenia. Esa experiencia consigue hacer mella en la sociedad clandestina del ERI, tanto en sus miembros como en la población que los asiste. A Dolours se le ocurre una idea un poco loca, trasladar las operaciones a Londres, darles a los ingleses donde más les duela.

A Adams le gusta la idea y pone a las Hermanas Price a cargo de la operación. El error consiste en proporcionarles un equipo de chicos casi adolescentes y sin entrenamiento, entre ellos una joven asustadiza y llena de escrúpulos. Aun así Las Price consiguen sobrellevar todos los obstáculos y situar bombas en sitios como Scotland Yard y el tribunal de Old Bailey. El error es dar aviso a la policía, para evacuar los edificios, con mucho adelanto.



La policía tiene tiempo de desmontar varias bombas, solo dos estallan y el grupo de terroristas novatos es arrestado en el aeropuerto. Me detengo ahí. Esto ocurre en el quinto episodio, pero hay mucho que no he contado y los siguientes cinco están llenos de sorpresas y vivencias trágicas y no tanto de Las Hermanas Price.

Familia, Religión y el Espíritu Celta

Aunque se han hecho filmes sobre estos “Troubles” de Irlanda del Norte, ninguno cubre con tato detalle la estructura, acciones y experiencia del ERI y de sus miembros. En esta serie quedan claros los vínculos que han mantenido unidas estas organizaciones o “hermandades”. El ERI es una gran familia, pero el sentido de familia que siempre ha marcado al irlandés, sea en su terruño o en la diáspora, también es evidente.

Gerry Adams arriesga su pellejo, y es arrestado, cuando visita a su esposa ( Megan Cusack de Call the Midwife). El mayor sufrimiento de sus víctimas, los McConville es perder a su madre y ser separados . Donde más patente es el sentido de clan es con Las Price. Ellas vienen de una familia que por cien años ha luchado por la libertad de Irlanda. Son una familia unida por ese vínculo, aunque cada miembro lo viva de manera diferente,  como la madre que no deseaba que sus hijas siguiesen el camino de su hermana horriblemente mutilada por una bomba.



Sin embargo, cuando Dolours y Marian son arrestadas, y aun sufriendo de cáncer, la madre lucha como leona yendo a los medios a exigir que sus hijas sean llevadas a una prisión de mujeres y en Irlanda (“donde han estado todas las mujeres de nuestra familia”). Con ese sentido de tradición se entiende lo unidas que son las Price. La Tía Bidie le inculca a Dolours desde pequeña que siempre debe tratar bien a su hermanita “porque nunca sabes cuando la vas a necesitar”. Y a través de la serie vemos a Las Price apoyarse mutuamente, aun en los peores momentos.

                    Las Price son arrestadas

Curioso es que otros elementos que solemos asociar con la lucha de los irlandeses por su libertad no están tan presentes. Solo vemos dos circunstancias en que se habla el gaélico. Durante el asalto al banco, Dolours nota que la cajera oculta unos billetes. La chica le explica en gaélico que son billetes marcados que pondrían a la asaltante en peligro. En el quinto episodio, Marian sintiéndose al borde de la muerte debido a una huelga de hambre, reza el rosario “in the Irish”.

He leído que los Price no eran muy religiosos y, en general, el catolicismo no forma parte de esta historia. Al parecer esta ola de terrorismo se basó más en nacionalismo que en su fe, pero hay detalles de que la iglesia sigue siendo parte de su ethos. Vemos que las ejecuciones de los touts son acompañadas de un sacerdote que les da la extremaunción. Vemos a Dolours, antes del bombardeo de Londres, diciendo un “ Salve Regina” en la ducha,  y cuando Marian es interrogada por la policía londinense se pone su crucecita en la boca como sacralizando su silencio.

        Dolours reza antes de ir a lanzar bombas

Los irlandeses, que  han contribuido tanto a las letras británicas como a su teatro y cine, son histriones natos, pero este ensemble es magnífico.  Yo no conocía ni a Lola Petticrew y ni a Hazel Doupe,  pero su interpretación de Las Price es “priceless” , no me imagino a las verdaderas sino con sus rostros. Anthony Boyle me venció y convenció. En esta, su tercera actuación este año después de Masters of the Air, Manhunt y Shardlake, ha demostrado tremenda versatilidad.Su retrato de “Dark” Donovan combina humor, un sex appeal pedestre, y mucha humanidad. 




Hasta Rory Kinnear (Penny Dreadful, Ridley Road), como siempre, esta excelente en su rol de Sir Frank Kitson que se revela no como un sádico fanático sino un hombre competente y sensato. Por algo eventualmente se convirtió en el comandante de las fuerzas terrestres del Reino Unido y luego, ayudante de campo de Su Majestad Isabel II. (NOTA: Me acabo de enterar que Sir Frank tenía mamá judía y sefardita lo que puede explicar su creatividad pragmática y sagacidad).



Digna de mencionar la maravillosa dirección de Michael Lennox (Derry Girls) en incluso en dos capítulos más emotivos de Mary Nighy, a la que siempre recordarė como la Princesa de Lamballe de María Antonieta de Coppola. Para el final he dejado a Joshua Zetumer, el creador y escritor de No digas nada. Extraordinario trabajo de alguien que no es ni católico ni irlandés (es judío) y que demuestra el puntilloso trabajo de investigación que Josh  hizo para recrear este mundo donde la violencia se comía con el desayuno.

No es una Apología del Terrorismo

A pesar de lo cautivante de la historia y de los personajes, los críticos temen que Say Nothing pueda acabar siendo un elogió al terrorismo. “¿Sabe Disney lo horribles que eran estas personas (los miembros del ERI)?” pregunta Camilla Long en el Times británico.

En general, la perspectiva es crítica para ambos bandos. El enfocarse en Las Price podría glamurizar el terrorismo, pero Zetumer ha incluido en su argumento periódicas interrupciones a las vidas de las protagonistas con lo que ocurre con la familia de Jean McConville dejó atrás. Si la serie inicia con el secuestro de la madre de familia,  también hay flashbacks a los actos que la convirtieron en sospechosa para el ERI.




Primero, se niega a ocultar armas pertenecientes a los terroristas, no por razones ideológicas sino para no poner en peligro a su familia. Con esa negativa se distancia de sus vecinos. Luego socorre a un soldado ingles herido.  Tras el secuestro y ejecución de la señora McConvilel, el ERI hizo circular el rumor (nunca probado) de que ella era una Tout.

Angustiosas son las escenas de Los McConville después de la desaparición de su madre, como intentan buscar ayuda en su comunidad que los rechaza por ser hijos de una delatora. Llegan los trabajadores sociales que separan a los hermanitos y los envían a orfanatos. Sabemos que esos sitios,  en Irlanda, eran antros de horror. Uno de los chicos McConville declararía años más tarde que fue sistemáticamente abusado física y sexualmente en el orfanato.

Helen, la hija mayor, al llegar a edad adulta,  inició una investigación que es el centro del libro de Patrick Radden Keefe. Tenemos amplia cobertura de las desventuras de Helen (Laura Donnelly de Outlander y The Nevers)en la serie y que junto con el encarcelamiento de Las Price sirve para ilustrar los daños colaterales del terrorismo que ya no es una causa justa cuando afecta a inocentes y a los mismos terroristas.

                 Helen McConville, una vida buscando a su madre

Esta serie me ha encantado porque muestra el lado humano del ERI a la vez que señala la intransigencia británica que nunca ha sabido manejar el problema irlandés. Sin embargo, hoy en día en que el terrorismo sigue causando miedo y dolor en todo el mundo, es bueno observar como este tipo de violencia daña a inocentes y como no se debe idealizar una causa que, más que luchar por la libertad, acaba criminalizando a sus miembros.

La crítica se ha enamorado de la serie,  hasta en Espinoff se la ha alabado. Tiene altos ratings de audiencias (en los 90s) en Rotten Tomatoes e IMDB. La incógnita es porque se la ha despreciado en las nominaciones a premios televisivos. ¿Será porque el wokismo imperante en los medios idolatra el terrorismo y esta serie muestra un rostro poco heroico y muy destructivo de esa lacra?



Lo certifica, como siempre, la crítica de un reino del woke como lo es Salon, donde una Melanie  McFarland, un poco desviada de la realidad,  identifica a Say Nothing como una antítesis de odas al imperialismo tales como Bridgerton y The Crown. Acaba con un mega WTF? al preguntarse si los estadounidenses tendrán el valor de ver esta serie después de haber re-elegido a Donald Trump. ¿Qué tendrá que ver Trump con los Troubles de Belfast?

Contenido violento y Gory: Tenemos tantas y tan tristes imágenes de violencia, desde las pobres Price apaleadas por fuerzas que no respetan su pacifismo hasta la imagen de un hombre que agita un muñón donde antes hubo un brazo cercenado durante los bombardeos de Londres. Sin embargo, lo más sobrecogedor para mi es el episodio en el que Las Price inician una huelga de hambre y son alimentadas a la fuerza. Las huelgas de hambre han sido utilizadas como un arma por los revolucionarios irlandeses a través del siglo XX y muchos mártires de su causa murieron de inanición, pero Las Price fueron las primeras irlandesas en negarse a comer.

                      Ya se había usado esta tortura contra las sufragistas

Mas allá de mi repudio por el terrorismo y por los actos del ERI, el forzar a una persona a comer utilizando la fuerza y la violencia es tortura. En 1975, el Convenio de Tokio la declaró como tal. El equipo médico que por semanas forzó tubos dentro del aparato gástrico de las prisioneras, finalmente se negó a seguir con una práctica que iba en contra de su ética profesional. Vale recordar que Las Price eran jovencitas, Marian solo tenía 19 años. No estaban exigiendo nada imposible de conceder. Únicamente que las sacasen de una prisión de hombres en suelo inglés para llevarlas a una cárcel de mujeres en Irlanda, un derecho que se le concede a cualquier criminal.

                   Dolours rechaza todo alimento

Habían alcanzado a ayunar tres semanas cuando las sometieron a la alimentación forzada por 165 días, Aun después que los médicos se negaron a seguir con el proceso, continuaron su ayuno por casi tres semanas más,  antes de ser trasladada a Belfast. La ordalía no solo las volvió mártires, pero les dejó secuelas físicas y emocionales que las marcarían de por vida. Fueron esas secuelas las que consiguieron, después de siete años de encarcelamiento, que Las Price fueran puestas en libertad en 1980.

                  Dolours y Marian cercanas a la muerte debido a su ayuno.

Ambas sufrían de anorexia nerviosa, lesiones bucales e intestinales más supresión de sus reglas. Fue un milagro que pudiesen tener hijos más tarde. Dolours se casó con el actor Stephen Rea que se hizo famoso como el guerrillero del ERI afligido por remordimientos en la galardonada The Crying Game.

Además, Dolours sufrió de problemas psicológicos, depresión constante, y remordimientos. La rabia que sentía por el curso que habían tomado los arreglos entre el ERI y los ingleses la empujaron al alcoholismo. Acabó su vida con una sobredosis de medicamentos, todos recetados por los médicos. ¿Suicidio o muerte accidental? Nunca se sabrá.



NOTA:  Lo que he contado no califica como Spoiler. Es lo que se puede encontrar en la biografía de Dolours Price en la Wikipedia. La serie incluye datos que no están ahí, algunos cambios basados en interpretaciones del equipo y del libro, entre ellas, la mayor sorpresa de la serie y que está relacionada con el asesinato de Jean McConville.

Contenido Sexual y Desnudos: Un mínimo. A Gerry Adams lo arrestan cuando está en cama con su esposa, y le vemos las nalgas. Lola Petticrew protagoniza una sola escena desnuda, y es necesaria, cuando Dolours se niega a ponerse el uniforme de presidiaria argumentando que es una presa política.



Factor Feminista. Es innegable que la serie es un homenaje a la fortaleza de la mujer irlandesa, sea la que se involucra en la lucha armada (aunque no comparte todos sus métodos) como Las Price hasta la que quiere resguardar,  en vano, a su familia de este clima de violencia como Jean McConville. Existe en todas estas mujeres un sentido de deber, una obligación matriarcal que impresiona. Tal como impresiona la valentía, la determinación y el patriotismo de Dolours y Marian. Solo que nos gustaría que hubiesen utilizado esas admirables virtudes para un esfuerzo más constructivo que andar matando gente.



Factor Diversidad:  El mundo de los primeros episodios de No digas nada está dividido entre irlandeses e ingleses blancos. Se pone más diverso al trasladarse a Londres con un policía negro y el Dr. Mansir, de origen árabe, a cargo de la alimentación forzada de Las Price.



lunes, 6 de enero de 2025

El Fin del Paraíso Africano: Kenia en la cultura popular del siglo XXI

 


Para fines del Siglo XX, Kenia había perdido el sitial exótico-romántico que antes ocupase en la cultura popular occidental. Había conciencia de que las celebridades de Protectorado eran meros canallas, que los ingleses se habían aprovechado del lugar y sus habitantes, y que aun ahora, como país independiente, seguía siendo un sitio peligroso para los blancos.

En 1983, cuando Barry Schlachter encontró a Beryl Markham en Nairobi, la anciana aviadora acababa de sobrevivir un asalto. Tres años antes Joy Adamson, la autora de Born Free había sido asesinada. Una de las ultimas refugiadas en Kenia era Martha Gellhorn, famosa periodista y tercera Mrs. Ernest Hemingway. Pues en 1984, a sus 74 bien conservados años, fue violada en una playa de Mombasa. No solo las mujeres blancas eran víctimas de violencia, en 1989, George Adamson, el marido de Joy y rescatista de la leona Elsa, perecía a manos de cazadores furtivos.

Seria por esta violencia que emergía de los medios de comunicación, o por el repudio del culto del Imperio, pero la “Keniamanía”  no prosperaría en la última década del siglo. En 1994, se llevó a la pantalla grande el recuento de Felice Benuzzi sobre su ascenso al Monte Kenia.  Ahora llamado The Ascent (en Tubi) tuvo casi cero éxito , quizás por obviar el tema del alpinismo e inventarse un triángulo amoroso entre personajes que nunca existieron.



Prisioneros de Guerra, Cazadores y un Policía

Ben Cross es el comandante del campo de prisioneros en Nanyuki. Es un hombre amargado y alcohólico desde que su esposa e hijo perecieron en un bombardeo durante el Blitz. Retirado de combate por su incompetencia, cuando no está rumiando su autocompasión , intenta escalar infructuosamente el Monte Kenia. Sus esfuerzos son observados por otro lobo solitario, el ingeniero Franco Stassi (Vincent Spano), un prisionero arrogante que vive inventando planes de escape y mirando con desprecio a sus compañeros de cautiverio. En la vida civil, Stassi también practicaba el alpinismo.



El comandante encuentra serenidad en la compañía de la viuda Patricia(Rachel Ward), pero cuando ella conoce a Stassi , en uno de los intentos de fuga del ingeniero, es amor(o lujuria) a primera vista. El comandante se entera, y Stassi se da cuenta de que es hombre muerto lo que lo empuja aceptar unirse al patriótico grupo de escaladores que planean ascender el Monte Kenia. El problema es que Stassi no planea regresar al campo.



Para los amigos del libro todo este retorcido triángulo amoroso empañó un estupendo relato de alpinismo. El resto del publico encontró el filme aburrido y tuvo casi tan mala reseñas como The Ghost and the Darkness que en 1996 intentó relatar la historia de Los Leones de Tsavo. Val Kilmer interpretó al Mayor Patterson el ingeniero a cargo de la construcción del Ferrocarril de Uganda. Michael Douglas es un personaje ficticio, Remington, un afamado cazador estadounidense,  que se ofrece a acabar con la amenaza felina. Ni lo consigue ni consigue hacer la película más apetitosa para el público.



Lamentablemente, el fracaso de estos filmes impediría que la “Keniamanía”  perdurara, lo que afectaría a la mejor serie sobre el protectorado. En 1999 debutaba en las pantallas inglesas Heat of the Sun (en Tubi), un drama detectivesco que tiene lugar en Nairobi y las afueras, entre 1925 y 1932. Trevor Eve, quien había interpretado a Denys Finch Hatton en Shadow of the Sun, ahora era Albert Tyburn, un héroe de guerra e inspector de Scotland Yard. Tyburn enlodaba su brillante hoja de servicio al arrestar a un sospechoso de estar asesinando niños en el East End. El hombre es demasiado importante y dejado en libertad. El exasperado Tyburn lo sigue, encuentra en el acto del crimen y lo mata.

Scotland Yard hace lo que hacían en el Imperio, exilia a Tyburn a Kenia. Allá se encuentra bajo las órdenes del estirado y esnob Comandante Burkitt que es muy servil con los mandamases de la comunidad británica, muy racista con los nativos, y no soporta las infracciones del reglamento que su nuevo subalterno cometerá a cada rato.


                                        Valentine y Burkitt

Tyburn tiene como ayudantes a Valentine, un policía de buena familia que sirve de puente entre Burkitt y el nuevo inspector; El Cabo Kerime que sirve de liaison entre la policía y las tribus nativas y el Subinspector Singh , un hindú. Además, está el Dr. Miller, despreciado por la arrogante comunidad de Happy Valley por ser judío. La serie es tremendamente diversa, incluyendo a Chico Deville, un miembro de la comunidad británica que solo en Kenia puede ser abiertamente gay.

                         Chico Deville

Chico es otro ejemplo del Protectorado como refugio de parias. Tenemos a una pareja de lesbianas interpretadas por Diana Quick (Brideshead Revisited) y Sandy McDade (Lark Rise to Candleford) que fingen ser hermanas y tenemos a Hugh Bonneville (Downton Abbey), un desertor de la Gran Guerra que finge ser misionero. Tyburn es el exiliado más importante, uno que busca establecer una semblanza de justicia que abarque a todas las etnias que habitan en el Protectorado.



Agreguémosle a este estupendo coctel, levantamientos nativos, un médico brujo, una aviadora, tipo Beryl Markham, que se enamora de Tyburn y hasta que el primer crimen se lo adjudiquen a un inocente león, Con todo eso se combina en estos tres episodios (de hora y media cada uno)  la esencia de la Keniamanía. No fue suficiente y Heat of the Sun quedó cancelada y olvidada.

               Tyburn y Emma, la Aviadora

La Reina Busca Refugio en Kenia

El cuarto de siglo que llevamos habitando este Tercer Milenio ha tenido algún que otro resurgimiento de Kenia en la cultura popular. En Mean Girls (la original e inigualable) Lindsay Lohan es una inocente que debe sobrevivir en la jungla de una secundaria estadounidense después de haberse criado en Kenia por unos padres antropólogos que son como los Adamson de Born Free.

En The Crown, se utilizó Kenia como un último refugio para Elizabeth Mountbatten. Un lugar para vivir libremente antes de ceñir la pesada corona. Estupendas las escenas en que la futura monarca aprovecha un viaje oficial al Protectorado para una segunda luna de miel.

                       El Duque fotografia a su mujer.



A pesar del ataque de un elefante, que evidencia la devoción de Felipe por su esposa, vemos a la pareja liberarse, comer con los dedos, hacer el amor en una casa en un árbol, y el Duque le enseña a un pequeño africano a conducir. Todo acaba bruscamente con la muerte del Rey Jorge y el advenimiento de una nueva reina.



Entre Hitler y Kenia

Una década antes de The Crown, dos filmes galardonados ayudaron a dar una imagen menos placentera de Kenia. En el 2001, el cine alemán adaptó las memorias de Stefanie Zweig. Nowhere in Africacomo se la llamó en inglés es vista desde la perspectiva de la protagonista, pero se enfoca en sus padres principalmente en Jettel, la madre, interpretada por Juliane Kohler qué pronto se haría famosa como Eva Braun en La caída (Der Untertang).

                              Jettel y Regina

Su esposo es encarnado por mi querido Merab Ninidze que me ha hecho llorar en McMafia y en The Courier. Ahora veo que era guapetón de joven. Su Walter Redlich es un ejemplo de lo que sufren los refugiados políticos de clases altas al tener que cumplir con trabajos míniales en los países que les dan refugio. El abogado descubre que no sabe nada de trabajo de campo, es humillado por su patrón inglés, y enferma. Sus únicos apoyos son Owor, el generoso cocinero kikuyu, y Susskind, otro refugiado judío alemán.

                    Susskind y Walter

Entretanto, en Silesia, Jettel titubea ante ese viaje a lo desconocido. A pesar de que su marido perdió su permiso para practicar su profesión y que el hotel de sus suegros ha sido requisado por los Nazis, Jettel sigue creyendo que Hitler es un fenómeno pasajero y que los alemanes no permitirán que destruya a los judíos. Mas adelante, el jefe de la comunidad judía de Kenia les reprochará esa actitud complaciente e ingenua, compartida por muchos judíos germanos.



Finalmente, Regina y su madre emprenden el viaje. Walter ha suplicado a su mujer que gaste sus últimos ahorros en un refrigerador, un lujo en la zona donde vivirán. La frívola mujer se gasta el dinero en loza de Sajonia y vestidos de baile, que más tarde solo podrá lucir en fiestas tribales. El choque cultural es atroz para Jettel, incluso el tener que aceptar su condición de judía. Regina nos cuenta que es Susskind quien les enseña a celebrar el Sabbath.

Para Regina esta nueva tierra está llena de sorpresas prodigiosas, hace amistad con los niños nativos, tiene un perro y, como Elspeth Huxley medio siglo antes, descubre un mentor entre los kIkuyu. Para su madre nada de eso es posible, vive de pataleta en pataleta, su matrimonio le importa poco y finalmente exige retornar a Alemania. Es ahí cuando, su esposo debe decirle que desde Kristalnacht no ha tenido comunicación con su familia. Regresar a Silesia ya no es una opción.

Las cosas empeoran cuando estalla la guerra, Los Zweig como otros alemanes, judíos y arios, son arrestados y encarcelados. Los hombres son llevados a un campo de detención parecido al de los prisioneros de guerra. En cambio, las mujeres y los niños son llevados al mejor hotel de Nairobi. A pesar del tratamiento VIP, para los judíos el contacto con alemanes que pueden ser nazis, la incertidumbre del encierro y separación de los hombres, amargan su día a día.



Cuando la comunidad judía de Nairobi se niega a ayudarlos, Jettel toma una decisión desesperada., Seduce a un oficial ingles que procura la liberación de toda su familia y le consigue a Walter  un empleo a cargo de una granja donde las condiciones son mejores que en la anterior. Hasta allá los sigue el fiel Owor y el perro de Regina. Jettel comienza a aclimatarse, aunque pronto queda sola.

                                     Regina y Owor


Su marido se enlista en el Ejército Británico y Regina parte a un internado en Nairobi. Allá pronto atrae el interés positivo de su director que la ve inteligente y aplicada en sus estudios. En la granja, Jettel encuentra consuelo en un trabajo que le da otra identidad y oportunidad de probar sus méritos. Nuevamente, Kenia sirve de refugio para los perseguidos, los sin hogar, los que nadie quiere en Europa.

El Jardinero Fiel

En un lugar de África tuvo mucho éxito y ganó el Oscar como Mejor Filme Extranjero del 2001. Ese año John Le Carre describiría un grisáceo retrato de la sociedad africana que aun en el Siglo XXI sigue siendo explotada y dañada por el poder blanco. The Constant Gardener fue un superventas y rápidamente se lo llevó a la pantalla grande.



Justin Quayle (Ralph Fiennes) tiene un cargo diplomático menor en Kenia. Es un hombre tranquilo, sin ambiciones, cuyo mayor placer es atender sus plantas. Su tranquilidad se ve interrumpida con la noticia de que Tessa, su esposa, ha sido asesinada en circunstancias brutales. El matrimonio ha estado pasando problemas desde la muerte de su hijo recién nacido y debido a las militancias de Tessa. Periodista y representante de Amnistía Internacional, Tessa despreciaba el trabajo de Justin considerándolo como una extensión del imperialismo británico.



La policía dictamina que Tessa fue violada y quemada viva por maleantes cuando estaba en el proceso de huir del país en compañía de su amante, un médico belga. A pesar de que esa era la historia oficial, los amigos de Tessa cuentan otra historia. El medico belga era gay, él y Tessa estaban involucrados en una investigación que vinculaba una enfermedad mortal de niños nativos con una compañía farmacéutica suiza.



A pesar de las advertencias de sus superiores, Justine se mete de lleno en una investigación que demuestra que Tessa fue asesinada por órdenes de esa farmacéutica que ha estado usando a los pequeños keniatas de conejillos de India. Este excelente filme que ameritó muchos galardones incluyendo, un Oscar y un Globo de Oro para Rachel Weisz, debe ser visto para ser apreciado. Para los efectos de esta nota es un ejemplo de la desmitificación de Kenia como un paraíso exótico donde los blancos podían vivir sus excentricidades.



Taylor Sheridan Resucita la Keniamanía

Pensábamos que ese sería el fin de la Keniamanía, pero muy recientemente y en un género bastante alejado de las aventuras escapistas, Kenia resurgió con todos esos clichés que creíamos sepultados. En 1923, Taylor Sheridan inserta una subtrama que más se asemeja a un bodice-ripper que al rudo western al que nos tiene acostumbrado.

Spencer,  el hijo menor de James y Margaret Dutton, ha ido a pelear a la Gran Guerra. El trauma bélico lo imposibilita de retornar a Montana y al medio ambiente que conoce. Como muchos,  busca refugio en África poniendo sus dotes de tirador al servicio del Protectorado. Es que los leones siguen dando guerra en Kenia y vemos a uno zampándose a una turista que cometió el error de orinar en un descampado.



Spencer mata a los leones, pero en el proceso muere su guía masái y él es herido. Recuperándose en Nairobi, la vida de Spencer cambia en el bar de posiblemente el Hotel Norfolk. Es ahí que el cazador conoce a Alexandra “Alex”, Condesa de Sussex. Es amor a primera vista. Alex abandona a su familia, sus amigos, su prometido y su mundo privilegiado para seguir al cazador por selvas llenas de animales feroces.



En este romance, tenemos todos los elementos que forman parte de la realidad y de la ficción escrita sobre Kenia en Los Locos 20: el soldado traumatizado que busca refugio y redención en un punto remoto de África; el cazador blanco convertido en ídolo pop; la aristócrata desinhibida en busca de aventuras románticas y hasta la realeza británica, puesto que, en la última entrega de 1923, descubrimos que el novio que Alex dejara atrás era un príncipe, hijo de Jorge V.



¿Fue esta una excentricidad de Taylor Sheridan o una puerta abierta para seguir evadiendo la realidad con un escape a un paraíso perdido llamado Kenia? El tiempo lo dirá.

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

Adamson, Joy. Born Free (traducida como Nacida libre)

Barnes, Juliet. Ghosts of Happy Valley (traducida como Los fantasmas de Happy Valley)

Benuzzi, Felice. No Picnic at Mount Kenya. (traducida como Evasión en el Monte Kenia)

Best, Nicholas. Happy Valley: The Life of the British in Kenya

Blixen, Karen Out of Africa (traducida como Memorias de África)

Dinesen, Isak. Letters from Africa 1914-1931 (traducida como Cartas de África)

Fox, James. White Mischief.

Hemingway, Ernest. The Snows of Kilimanjaro and other Stories (traducida como Las nieves del Kilimanjaro)

Huxley, Elspeth. The Flame Tress of Thika (traducida como Los flamboyanes de Thika)

Kessel, Joseph. The Lion

Lovell, Mary S. Straight on till Morning: The Briography of Beryl Markham

Markham, Beryl. West with the Night (traducida como Al oeste con la noche).

Patterson, John Henry. The Man-Eaters of Tsavo (traducida como Los devoradores de hombres de Tsavo)

Spicer, Paul The Temptress: The Scandalous Life of Alice, Countess of Janze.

Zweig, Stephanie. Nowhere in Africa (Traducida como En un lugar de África)

 

 

jueves, 2 de enero de 2025

La Guerra, Fin del Protectorado y la “Keniamania” de Los 80

 


Para Los 30, el perfil de la población blanca de Kenia iba a cambiar. Llegarían Hemingway, refugiados de Hitler y hasta prisioneros de guerra. Todos escribirían sobre sus experiencias al pie (y en la cima) del Kilimanjaro. Happy Valley cerraría sus puertas con un misterioso asesinato y Kenia dejaría de ser inglesa. Pero Hollywood, en los 80, volvió sus ojos a su ex colonia y convirtió al Protectorado en un espacio mítico poblado de excéntricos personajes que capturarían la imaginación popular.

Los Años de la Langosta

En muchos sentidos, 1931 fue un año clave para la comunidad inglesa del Protectorado.  En junio fallecía en Nairobi su fundador, Hugh Delamere, dejando atrás un sueño semi inconcluso, una familia que hasta hoy reside en África, y Gwladys Markham,  su segunda esposa. Lady Delamere seria elegida alcaldesa de Nairobi en dos ocasiones en los años siguientes. Gwladys, nieta del Marques de Anglesey,  reafirmando los lazos casi “incestuosos” de la comunidad,  había sido concuñada de Beryl Markham.

                                Susan Fleetwood como Gwladys en White Mischief

Para Beryl, 1931 sería un año doloroso. No solo perdería a su figura paterna. En abril, Denys Finch Hatton perdería la vida cuando su avión se estrelló en la jungla. A pesar de que Finch Hatton dejaría atrás toda una leyenda, más dos “viudas”, no dejaría descendencia. Durante su relación, Karen Blixen sufriría dos abortos espontáneos posiblemente debido al tratamiento de mercurio al que fue sometida para curar su sífilis. Al menos uno de sus biógrafos cree que al morir Denys, Beryl Markham estaba embarazada.



No se sabe qué pasó con ese embarazo, si sabemos que, a diferencia de La Baronesa Blixen, Beryl se consoló rápido. Había cerrado su granja equina y obtenido una licencia de piloto comercial. En su vida sentimental también hubo cambios, al iniciar un affaire con su instructor y mentor Tom Campbell Black. Esta relación duró un par de años. Eventualmente Campbell Black se casó con la actriz Florence Desmond . Para su temprana muerte en un accidente de aviación en 1936, Beryl estaba con otro amante, Hubert Ouder, hijo de Lord Manton. Le gustaban los aristócratas a la chica.

El amor no le quitaba tiempo a Beryl para hacer otras cosas. En 1936 realizó un hito en la historia de la aviación, al cruzar en vuelo solitario el Atlántico desde Southampton hasta Nueva Escocia.  Beryl estaba en su mejor época. Fue poco después de ese famoso vuelo que Beryl se divorció. Mansfield Markham estaba harto de que le pusieran los cuernos y solicitó el divorcio por infidelidad aportando el nombre de Hubert Ouder como causal de la ruptura matrimonial. No que fuese Oudertambien aviadorimportante en la vida de Beryl. Es que era el último en una larga lista de amores en la que las malas lenguas incluyen a Bror Blixen y hasta el mismísimo Príncipe de Gales.



Quien no fue amante de Beryl, pero si su gran admirador fue Ernest Hemingway. Papa vino a Kenia a cazar leones en 1933 y regresó al año siguiente. Obvio que la cacería mayor estaba en la lista de cosas que un Mr. Macho debía hacer antes de morir. Hem llegó arrastrando a Pauline su pobre segunda esposa,  y alternó con muchas de las personalidades que conocimos en mi anterior recorrido por la excéntrica colonia de Kenia.

                                    La verdadera Pauline




Stacey Keach como Papa y Marisa Berenson como Pauline en Hemingway

De ese viaje, Hemingway sacaría material para Green Hills of Africa, y una serie de cuentos como “ The Short and Happy Life of Francis Macomber” y “The Snows of the Kilimanjaro”. Aunque “Las nieves…” es la que contiene más detalles autobiográficos se dice que el personaje de Robert Wilson, el guía de Macomber, está basado en el Barón Bror Blixen que participó en el safari del escritor.  En ese mismo safari, Hemingway conocería a Beryl. Años más tarde después de la publicación de West with the Night, Papa describiría a la aviadora como alguien tan diestra que “nos avergüenza a otros escritores”. 

                           Gregory Peck como Wilson en The Macomber Affair

Una lástima que Hemingway no hubiese alcanzado a conocer a las otras trovadoras de Kenia quienes ya estaban vendiendo libros. En 1935, Elspeth Huxley había publicado en Londres una biografía de Lord Delamere A Dreamer of Empires. Lo seguirían varios relatos policiales, a lo M.M. Kayes, todos situados en Kenia y en 1939 publicaría una novela , Red Strangers, que hoy se consideraría políticamente incorrecta sobre cuatro generaciones de una familia de Kikuyos. A sus obras más conocidas, sus memorias del Protectorado, todavía les faltaban un par de décadas antes de salir a la luz.

Desde la muerte de Denys Finch-Hatton que Karen Blixen había estado batallando varios demonios, como su soledad y plagas de langostas que arruinaron las cosechas de café. La Baronesa mantenía a flote la plantación a punta de dinero de su familia, pero el golpe mortífero lo recibirían todos los agricultores del Protectorado cuando en 1931, a causa de la Depresión, el precio del café se fue al suelo. Hora era de partir. La Baronesa Blixen abandonó Kenia con una despedida gigante que los miembros más importantes de la región le hicieron en la estación de tren de Mombasa. Ninguno sabía que isak Dinesen estaba a punto de nacer.



De soltera y en su natal Dinamarca, Karen había publicado relatos bajo el seudónimo de “Osceola”. Su talento natural de narradora de cuentos la llevaría en 1934 a publicar. Seven Gothic Tales (Siete Relatos Góticos) que seguiría en 1937 con su obra más famosa : Out of Africa (Memorias de África), todas bajo el nombre de pluma de Isak Dinesen y escritas en inglés. El entrar a través del mercado anglo dio más difusión al trabajo de Karen Blixen. Pronto seria conocida en todo el mundo hasta el punto que en la posguerra, y tras mas libros publicados, se barajó su nombre para un Premio Nobel.




La Guerra Llega a Kenia

En 1937, otra niñita llegaría al Protectorado. Aunque sus orígenes e historia eran muy diferentes a los de Beryl Markham y Elspeth Huxley,  como ellas, Stefanie Zweig se enamoraría de esa tierra y habitantes. Hija de un joven abogado judío de Silesia cuya carrera había sido interrumpida por Hitler, Stefanie y su madre viajaron al Protectorado en pos del padre que había conseguido empleo en una granja cuidando ganado. Para Los Zweig, ese alejamiento de la vida acomodada de Europa, fue más que un shock cultural. En cambio,  la pequeña Stefanie se adaptó gracias a su amistad con los niños masái de quienes aprendió el swahili.

Lord Delamere se había negado a convertir su terruño en refugio de judíos. El ascenso de Hitler y la Segunda Guerra Mundial vería un influjo de refugiados de origen hebreo que, como los Zweig, dejarían el mundo civilizado para trabajar en granjas haciendo tareas que en Europa cumplían sus sirvientes. En 1939, Los Zweig fueron internados como enemigos por haber nacido en Alemania.

Para probar su lealtad, muchos, entre ellos el padre de Regina, se unieron al Ejército Británico lo que permitió a sus familias salir en libertad. Acabada la guerra, muchos de estos inmigrantes decidieron quedarse en Kenia. Los Zweig retornaron a Alemania donde Stefanie se haría conocida por escribir libros para niños. En 1990,  publicaría sus recuerdos del Protectorado bajo el título de  En algun lugar de Africa (Nowhere in Africa).



Mientras europeos trasplantados vivían experiencias que cristalizarán en futuros libros, las escritoras que asociamos con Kenia pasarían la guerra fuera de África. Elspeth Huxley pondría en receso su carrera literaria, convirtiéndose en locutora de la BBC. Karen Blixen quedó atrapada en una Dinamarca ocupada por los nazis y Beryl Markham se marchó a América, a ver si en Hollywood se interesaban en filmar su vuelo épico. En 1942, publicaría su elogiada West by the Night. Para entonces ya habría encontrado un tercer marido, Roul Shumacher, un libretista alcohólico que muchos creen fue el verdadero autor del libro que combina proezas de aviación con recuerdos de Kenia.

Mientras Beryl pasaba por nuevas experiencias en Estados Unidos, Happy Valley pasaba por una menos agradable: un asesinato. En la década anterior a la guerra, el Conde de Errol se había divorciado de su condesa Idina y retornado a Inglaterra. Alla se había unido a la Unión de Fascistas Ingleses de Sir Oswald Mosley. A pesar de sus simpatías nazis, Errol ingresó al ejército al comienzo de las hostilidades y consiguió un puesto en la retaguardia, precisamente en Nairobi donde lo esperaban sus amigos, especialmente una mujer que nunca había dejado de amarlo. A pesar de que el Protectorado había expulsado a la Condesa, la guerra había permitido el retorno de Alice de Janze.

       Raymond de Trafford, Alice y Errol

En Nairobi, Errol conoció a Lady Diana Boughton, esposa de Sir Jock Boughton quien había regresado a Kenia a tratar de cubrir sus deudas con los productos de sus granjas. Diana era hermosa, mucho más joven que su marido,  y “ carne fresca” para el león Errol. Pronto eran amantes. Nada sorpresivo sobre eso, pero hubo una variación en la fórmula a la que Happy Valley estaba acostumbrada. Errol y Diana anunciaron que se amaban y querían casarse.



Boughton, aparentemente, tuvo la cortesía de aceptar un divorcio, pero antes de llevarse a cabo, el Conde fue asesinado una noche cuando conducía de regreso a Nairobi.  Se sospechó de Alice quien acalló las dudas suicidándose,  incapaz de vivir en un mundo sin Errol.

Todas las pruebas señalaban a Sir Jock. El protectorado fue sacudido por el oprobio de ver que uno de los miembros de su aristocracia era puesto en el banquillo de los acusados. Los periódicos de Kenia y del Reino Unido gozaron exponiendo el background de orgias y excesos de Happy Valley. Sir Jock fue exonerado, pero su reputación había quedado manchada para siempre. Retornó a Inglaterra donde se suicidó.

                Sir Jock en el banquillo

Refugiados a la Fuerza

Entretanto, el Protectorado se había convertido en destino forzado de prisioneros de guerraalemanes e italianos que eran encerrados en campos de detenciones en Nanyuki. Uno de esos prisioneros era un burócrata de la administración civil de Abisinia llamado Felice Benuzzi. En la vida real, este abogado triestino había sido alpinista y representado a Italia en competencias de natación. Para combatir el tedio y la humillación de su condición de derrotado, Felice comenzó a maquinar un plan: organizar una fuga que lo llevaría a escalar el Monte Kenia y retornar al campo.

 La idea no era huir sino demostrar que el espíritu nacional no estaba aplastado y que los italianos eran capaces de hacer cosas positivas. Felice convenció a Giovanni Balletto, un médico militar, y al marino Enzo Barzotti de seguirlo en su descabellada idea. En su libro Fuga al Kenia, publicado en 1946, narra los preparativos de la expedición , la creatividad para hacerse de un equipo de alpinismo y la huida. La parte más peligrosa para estos hombres desarmados fue cruzar la sabana donde los esperaban animales salvajes.

Al comienzo de la escalada, Enzo presentó problemas cardiacos y debió ser abandonado. Felice y su compañero no alcanzaron la cima del Kenia, pero si la de un pico cercano donde plantaron la bandera italiana. Su regreso al campo fue recibido con asombro por sus carcelarios. El castigo que les esperaba era un mes en solitaria, pero el espíritu deportista británico prevaleció y se les redujo a una semana de confinamiento. Después de la guerra, Felice ingresó al cuerpo diplomático italiano. Su libro fue traducido al inglés bajo el título de No Picnic at Mt. Kenya en 1952.



Hoy considerado un clásico sobre el alpinismo y la literatura de aventuras, el libro representa la actitud de Occidente hacia Kenia como un espacio exótico, bueno para safaris y otros deportes. El cine de Hollywood continuó esa imagen escapista, incluso situando o filmando en Kenia títulos como Beyond Mombasa, West of Zanzíbar, Las Minas del Rey Salomón y la famosa Mogambo

Una ironía es que en Los 50 estallaría en el Protectorado una terrible revuelta entre nativos. Lo que se conoce como La Revuelta de los Mau Mau adquirió carices tan brutales que fue aplastada con métodos igualmente sanguinarios por las autoridades inglesas. Que yo sepa solo se ha hecho un filme sobre esa rebelión, Simba con Dame Virginia Mackenna y Sir Dirk Bogarde.



En 1959,  Elspeth Huxley escribiría la primera parte de sus memorias Los Flamboyanes de Thika, a la que la seguiría una secuela, The Mottled Lizard, en 1962. Para entonces la “leomania” se había apoderado de la imaginación popular de Occidente y todos preferíamos pensar en Kenia como el hogar de simpáticos felinos como el bizco Clarence y la dulce Elsa. Kenia era un santuario de animales, donde los humanos debían velar por ellos. El cazador blanco había sido reemplazado como héroe por los guardabosques, veterinarios y protectores de la vida salvaje.

Uno de ellos sería el actor William Holden. Envejecido, alcohólico y un poco deprimido, encontró como otros un refugio en el Protectorado y una causa en el medioambiente y protección de la fauna africana. Para cuando, en 1964, Kenia pasó a ser un país independiente, Bill Holden ya había establecido santuarios, un club de safari donde se hacía turismo sin cacerías, y una propiedad donde como león viejo podía ir a lamerse las heridas que le dejaba Hollywood.  Ahí se le uniría su última pareja, la actriz Stefanie Powers, pero de ellos he de hablar cuando comente el renacimiento de Kenia en la imaginación popular

                 El rifle es solo de protección. William Holden y una gacela.

La Keniamania de Los 80.

No sé exactamente cuándo comenzó. Tal vez fuese, como ocurriese con la india, una nostalgia del Imperio. A diferencia de la Indomanía, la fascinación con Kenia no era una denuncia sino un espectáculo único de un mundo magnifico que ya no existía.

Fue en 1980 que Elspeth Huxley publicaría la correspondencia de su madre. Letters From Africa no solo tuvo buenas ventas. Lo próximo es que Elspeth firmaba un contrato con la ITV para que filmasen The Flame Trees of Thika que debutaría en Inglaterra y en la PBS en 1981 (está en Acorn). Inmediatamente comenzó a aparecer la palabra “Kenia” en todas las formas de entretenimiento. En 1982, después de tres años de investigación, James Fox publicaba White Mischief, una historia completísima de Happy Valley y de las circunstancias que llevaron al asesinato de Lord Errol en 1941.



Mientras veíamos la infancia de Elspeth Huxley en la pantalla, y leíamos sobre las escapadas del Club Muthaiga, en Los Ángeles un dueño de restauran llamado George Gutekunst descubría un puñado de cartas de Ernest Hemingway concernientes a sus viajes por África. La publicación de esas cartas traería a la luz el nombre de Beryl Markham. Gutekunst financió el viaje de Barry Schlachter a Nairobi a entrevistar a la octogenaria. Schlachter la encontró vieja y pobre, pero todavía criando caballos de raza y enojándose ante la calumnia de que su tercer (y ya descartado) esposo había escrito su libro.

Esta visita obtendría varios resultados como el que West with the Night fuese republicada; y que Beryl volviese a tener dinero para llevar una vida digna en los tres años que le quedaban en este mundo. Durante ese tiempo, la anciana estaría en la luz pública. El material de Schlachter comenzó a ser expandido para trocarse en un documental World Without Walls y la escritora Mary. S. Lovell viajó a Nairobi a entrevistar a la aviadora para una biografía.

Entretanto, Hollywood viendo la fascinación que la industria del entretenimiento había cogido con las trovadoras del protectorado se enfocó en la tercera del trio. Sídney Pollack se embarcó en un proyecto para llevar las memorias de Karen Blixen a la pantalla. Así nacía Out of Africa (ahora gratis en Tubi) que, en 1985,  recibiría nominaciones y galardones, acoplados a los elogios por el nuevo acento que añadiría Meryl Street a su colección, gracias a su impecable interpretación de Karen Blixen. Tal vez Robert Redford no era el mejor actor para dar vida Denys Finch Hutton, pero se vio guapísimo.



El filme sigue mucho de las memorias de la Baronesa, su interés en los Kikuyu, su amor por Kenia, el fracaso de su matrimonio y la sífilis. Es en su descripción del romance con Finch Hatton que se peca de color rosa. No hay mención de Beryl Markham (ni de otros habitantes de la comunidad británica), ni de los abortos espontáneos que sufrió Isak Dinesen durante su relación con el cazador ni del poco interés que Finch Hatton tenia en ser padre. Lo importante fue que la escritora resucitó en la imaginación popular hasta el punto que se llevó al cine, en 1987, una adaptación de su cuento “El festín de Babette” que obtendría el Oscar por Mejor Película Extranjera.

Beryl y Stefanie: Dos enamoradas de Kenia

En 1986, Beryl Markham murió en la tierra que sentiría como suya. Un año más tarde saldría la venta Straight till Morning, la biografía de Lovell. En ella, la autora desmiente la teoría de que Schumacher fue el verdadero autor de West with the Night. En cambio, esboza otra teoría, que quien asesoró a Beryl en la edición de su obra fue otro de sus amantes, el escritor-aviador Antoine de St. Exupery. ¡Esta mujer no dejaba títere con cabeza!

Otro que no dejó títere con cabeza, hasta que perdió la suya de un tiro en la noche, era Jocelyn Errol. En 1987, llegaba a los cines la versión novelada de White Mischief. Un filme visualmente precioso, comenzando con un elenco exquisito encabezado por Greta Scacchi y Charles Dance como Diana y Errol. Con desnudos integrales (y  una de las escenas más sensuales que yo haya visto en el cine), una estupenda banda sonora de John Fenton, vestuario esplendoroso casi tanto como el paisaje de Kenia, era un agasajo para los sentidos.



Donde falló fue en verosimilitud. Greta retrata a Diana como una esposa aburrida que encuentra el verdadero amor, tal como el Errol del filme es un Casanova que se redime al encontrar la mujer de su vida. Ni una mención de las ambiciones que llevaron a Diana a contraer varios matrimonios, ni del oscuro pasado del Conde de Errol. En cuanto a Happy Valley, no pasa de ser descrita como una coterie de ociosos swingers que gustan del chisme y de fiestas cross-dressing.



1988 fue el año en que el documental “World Without Walls” sobre Beryl Markham salió al aire. Poco después, la NBC presentaba la miniserie Shadow on the Sun: The Beryl Markham Story. Fue un éxito gracias a su popular estrella Stefanie Powers que, con una melena platinada y un extraño acento (de ninguna manera británico), logró transmitir la esencia de la aviadora-escritora.



Powers tenía un vínculo interesante con Kenia. Había hecho carrera en la televisión gracias a dos exitosas series: La Chica de CIPOL (Girl From UNCLE) en Los 60, y Hart to Hart en Los 80. Antes de ser celebridad, cuando era una adolescente, Stephanie   (como cientos de adolescentes americanas)  estaba enamorada platónicamente del actor William Holden . Lo vino a conocer cuando ya ella tenía fama en 1979. A pesar de las diferencias en edades y la ingesta de alcohol diaria de Bill, se convirtieron en pareja.

                              Bill y Stefanie

Holden la llevó a su reino de Kenia y Stefanie abrazó el proyecto de su amante de proteger la fauna local. Tras el fallecimiento de William Holden, Stefanie Powers y otros amigos del actor crearon La Fundación William Holden Para la Protección de la Vida Salvaje de la cual fue directora, además de seguir a cargo de las reservas que dejase el actor.   Con eso, la actriz certificaba sus vínculos con Kenia.



Shadow on the Sun comenzaba con Barry Schlachter (John Rubinstein) llegando a Nairobi a entrevistar a la anciana Beryl Markham. Astutamente,  la escritora se da cuenta que lo que quiere saber el periodista es si ella es la verdadera autora de West by Night. De esa premisa surge un relato narrado a punta de flashbacks que se concentra más en la vida amorosa de la protagonista que en su literatura y hazañas aéreas. Brian Cox (cien años antes de Succession) encarna a Jock Purves, primer marido de Beryl; James Fox es Mansfield Markham; Trevor Eve (de Discovery of Wilches) es Denys Finch Hatton, Jack Thompson es Tom Campbell Black, Rupert Frazier interpreta al Duque de Gloucester y Frederic Forrest da vida a Raoul Schumacher. Puede verse esa serie completa en Tubi.



El éxito de la “kenyomania” convenció a Stefanie Zweig quien se había convertido en autora de libros para niños de publicar sus recuerdos de refugiada en el Protectorado durante la Segunda Guerra Mundial. Bajo el título de Ingwendo mit Afrika se convirtió en un superventas que pronto seria traducido a varios idiomas, pero el libro de 1990 sería el final de la fascinación que Kenia ejercía en la cultura popular.

Tal como ocurrió con la Indomanía, su fenecimiento se debió a que, para fines del siglo XX, las visiones del imperio habían cambiado, y ver a ingleses decadentes matando leones o celebrando orgias a costa de una población nativa ignorada y sometida, ya no eran atractivas. Esto afectaría las obras sobre Kenia de esa última década, aunque tendrían un breve resurgimiento a comienzos del Tercer Milenio.

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

Adamson, Joy. Born Free (traducida como Nacida libre)

Barnes, Juliet. Ghosts of Happy Valley (traducida como Los fantasmas de Happy Valley)

Benuzzi, Felice. No Picnic at Mount Kenya. (traducida como Evasión en el Monte Kenia)

Best, Nicholas. Happy Valley: The Life of the British in Kenya

Blixen, Karen Out of Africa (traducida como Memorias de Africa)

Dinsen, Isak. Letters from Africa 1914-1931 (traducida como Cartas de África)

Fox, James. White Mischief.

Hemingway, Ernest. The Snows of Kilimanjaro and other Stories (traducida como Las nieves del Kilimanjaro)

Huxley, Elspeth. The Flame Tress of Thika (traducida como Los flamboyanes de Thika)

Kessel, Joseph. The Lion

Lovell, Mary S. Straight on till Morning: The Briography of Beryl Markham

Markham, Beryl. West with the Night (traducida como Al oeste con la noche).

Patterson, John Henry. The Man-Eaters of Tsavo (traducida como Los devoradores de hombres de Tsavo)

Spicer, Paul The Temptress: The Scandalous Life of Alice, Countess of Janze.

Zweig, Stephanie. Nowhere in Africa (Traducida como En algún lugar de África)

 

 

 

 

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