lunes, 30 de diciembre de 2024

Leones, Cazadores Blancos y una Baronesa: Kenia en la realidad y en la imaginación popular

 


La India no fue la única colonia británica en inspirar nostalgias del imperio en Los 80. Cine y televisión pintaron a Kenia como un espacio donde blancos, de todas partes del mundo, hallaban una nueva oportunidad cuando la civilización los rechazaba. Desde aristócratas empobrecidos hasta refugiados de Hitler han sido descritos en el cine,  llegando a opacar a los nativos y dando la impresión de que el colonialismo era un antídoto para los prejuicios y convencionalismos del mundo civilizado. Sin embargo, los leones , autóctonos de Kenia, también han tenido espacio en la cultura popular.

A pesar de ser ambas colonias del Reino Unido, Kenia y la India tienen historias diferentes. La colonización del país africano comenzó en 1880 y aunque estuvo a cargo de una compañía , similar a la East India Company,  esta duró hasta 1895. Lo amistoso de las tribus locales (Masái y Kikuyus),  la belleza y fertilidad del terreno, la hicieron una joya codiciada, por lo que a fines del Siglo XIX se la convirtió en protectorado del imperio británico (oficialmente en 1920).

Eso atraería a colonos ingleses. Anteriormente los únicos europeos en la zona eran administradores, misioneros, exploradores y cazadores, como el ficticio Allan Quatermain cuyas aventuras creadas por H. R. Haggard, encantarían a niños de todo el mundo, incluyendo a Servidora. Quatermain era un “cazador blanco”, término acuñado por Lord Delamere,  uno de los primeros refugiados en Kenia.



El Sueño de Lord Delamere

Hugh Cholmondley era un producto de la aristocracia inglesa, pero el tipo de noble que no encuentra su espacio en su sociedad. Abandonó Eton para ingresar a Sandhurst, pero tampoco se hallaba en el ejército. Habiendo heredado fortuna, titulo y tierras,  tras la muerte de su padre, el flamante nuevo Lord Delamere comenzó a pasar temporadas en África, en la Somalia Británica, cazando leones. Uno de ellos casi le comió una pierna dejándole una cojera de por vida. A pesar de su herida, en 1896, Hugh Delamere, acompañado de algunos valientes, emprendió un trayecto a pie hasta lo que hoy conocemos como Kenia.

Alla encontraría un paraje exquisito, un valle rodeado de montes coronados con nieve que le recordó a Inglaterra. Ahí nacería lo que parecía una idea peregrina: crear un paraíso, similar a la campiña inglesa, pero lo suficientemente lejano como para ser exótico. El Protectorado estaba rentando grandes hectáreas de terreno para desarrollar granjas y ranchos. A pesar de su título, a Delamere le fue negado el permiso de arriendo en dos ocasiones. Finalmente, en 1904,  consiguió rentar por un siglo (99 años) una propiedad de hectáreas en la que intentaría criar ganado vacuno y lanar y cultivar trigo.



Entretanto,  su esposa Florence Anne, hija del Conde de Ellinkinen, atendía la casa, el servicio, algunos animales domésticos como cerdos y pollos , y plantaba hermosas rosas en su jardín. Entretanto su esposo adquiría prestigio y voz de mando en el Protectorado lo que le permitió ser rey sin corona de esa sociedad de británicos en exilio. Otros nobles lo seguirían, como sus cuñados, Los Hermanos Cole. Otro fue el empobrecido Denys Finch Hatton, hijo segundón del Conde de Winchilsea.


                                Denys Finch Hatton

Delamere se llevaba estupendamente con los masáis, incluso aprendió a hablar swahili, pero su mente de supremacista no concebía que Kenia fuese dominada por gente que no fuese blanca. A comienzos del Siglo XX y a raíz de los terribles pogromos en Rusia, se le ocurrió al gobierno británico construir, en Kenia, un refugio para los judíos. Delamere se opuso tenazmente. Kenia seria solo un refugio para los blancos.

Tres Escritoras

Así muchas familias de Gran Bretaña emigrarían a esa tierra salvaje a probar fortuna.  Los Grant eran una de esas familias. Robin,  Nellie y la pequeña Elspeth dejarían su nativa Escocia para manejar una granja en Thika, algo que harían hasta la Gran Guerra. De regreso en Inglaterra, Elspeth, bajo su nombre de casada Huxley, publicaría sus memorias The Flame Trees of Thika.  En ese libro relataría una historia que sería eco de los recuerdos de muchas niñitas inglesas que aprenderían a amar la llanura de Kenia y sus habitantes, tanto los estrambóticos emigrados blancos como los nativos, puesto que para los niños no hay prejuicios de color. Menos con gente que conoce más de su medio ambiente que estos blancos desorientados.

Holly Bird como Elspeh y Hailey Mills como su madre en Los Flamboyanes de Thika

Otra niñita que tendría experiencias parecidas seria Beryl Clutterbuck quien emigraría a Kenia con padres y un hermano menor en 1906. Rose Clutterbuck no poseía el vigor escoses de Nellie Grant y no resistiría la vida primitiva en el Protectorado. Escudándose con la enfermedad pulmonar de su hijo, regresaría a Inglaterra dejando atrás marido e hija. Beryl se criaría entre los masáis con un interludio en el que tuvo una institutriz inglesa que eventualmente se convirtió en la compañera del padre de su discípula.

 Niamh Cusack como Clara y Alix Dayken como Beryl en A Shadow on the Sun

Emma no fue la única influencia femenina en la vida de Beryl. Lady Florence Delamere pasó a ser una figura materna influyente en la vida de la niña, asegurándose que no se volviese una salvaje, o lo que los ingleses llamarían “going native”. Años más tarde, y ya en su segundo matrimonio, Beryl se convertiría en una celebre aviadora y escritora, alabada aun por Hemingway. En sus memorias West with the Night, Beryl recuerda que otra influencia en su educacióny quien le dio una apreciación de Shakespeare fue Denys Finch Hatton al que conoció de adolescente.

                  Claire Bloom como Lady Delamere en A Shadow on the Sun

Finch Hatton ha quedado vinculado, en la imaginación popular, a la tercera y más importante de las cronistas de esa primera etapa de la Kenia británica. Lord Delamere tendría reparos en traer judíos a su paraíso inglés, pero no a otros extranjeros y menos a quienes traían dinero. En 1914, el noble danés Bror Blixen compró (con la dote de su esposa) suficientes hectáreas al pie de las Colinas Ngong para iniciar una plantación de café. Seria ahí donde su esposa Karen llegaría unos meses más tarde. A diferencia de Clara Clutterbuck, la Baronesa se enamoraría de ese paisaje y de ese país, pero como ella y como Nellie Grant, venia buscando una nueva oportunidad que Europa no le había concedido.



Hoy Karen Blixen goza de una merecida fama como cuentista. Bajo el seudónimo de Isak Dinesen publicó varias colecciones de cuentos, más unas memorias sobre su estadía en Kenia. Sus biógrafos han agregado detalles sobre las razones que llevaron a una joven escandinava a trasladarse a un espacio primitivo y salvaje. Karen Dinesen había nacido en una familia de terratenientes de Jutlandia. Había recibido una esmerada educación, aunque como todas las jóvenes de la burguesía danesa, su destino esperado era el matrimonio.



Karen se enamoró del Barón Hans Blixen-Finecken, un noble sueco que además era su primo. Hans la rechazó y Karen, casi por despecho, se casó con el mellizo de Hans, el Barón Bror Blixen y se preparó para iniciar una nueva vida en el Protectorado de Kenia. Por años, Karen luchó por sacar adelante una plantación de café y de conocer el territorio y su gente, blancos y negros. Entretanto,  su marido gastaba a manos llenas el dinero y se la pasaba en Nairobi emborrachándose y frecuentando prostitutas de las cuales contrajo sífilis que le contagió a su mujer.

Tras un tratamiento con mercurio que casi la envenena, la Baronesa Blixen regresó a Europa donde fue tratada con nuevas drogas que medio la curaron, pero para su regreso a África en 1921, su matrimonio había acabado. Keren viviría otra década en Kenia, pero junto al amor de su vida, Denys Finch Hatton. Fue entonces que comenzó a escribir más en serio, tanto cuentos como sus memorias que publicaría en inglés como Out of África. Mas allá de su visión personal, otras escritoras hablarían de la Baronesa en sus memorias.

                                                             Karen y Denys

Beryl, a pesar de la diferencia en edades, estuvo muy unida a Karen. En la dramatización de Out of Africa, es interpretada por Suzanna Hamilton y por alguna razón se la llama “Felicity”. En cambio, Elspeth Huxley tenía un mal recuerdo de Isak Dinesen a quien consideraba una histérica que una noche tuvo en pie a toda la comunidad de Nairobi (de todos los colores) buscando su perrito.

 "Felicity" que en realidad era Beryl Markham

Hoy Isak Dinesen es considerada una gran escritora que en vida mereció (pero nunca recibió)  el Nobel. Sin embargo, la imaginación popular se centra más en su romance con Finch Hatton. En la vida real,  Los Blixen conocerían al famoso cazador en una fiesta del infamoso Club Muthaiga en 1918. En el filme Out of Africa, Finch Hatton (Robert Redford) salva a la Baronesa (Meryl Streep) de una leona en el Bush. Mas romántico, cierto, pero también asociado a que tanto el amante y el marido de Karen Blixen fueron epitomes del cazador blanco. Convirtieron ese hobby en profesión y el resto de sus vidas (la de Finch-Hatton fue más breve)  se dedicaron a organizar safaris para turista ricos.



Leones y Cazadores Blancos

En esos safaris se cazaban cebras, antílopes, búfalos, pero la mayor presa eran leones. Los leones de Kenia han tenido más presencia en la imaginación popular que sus habitantes autóctonos. En mi infancia decir “Kenia”  era oír rugidos felinos. El cine y la televisión traían imágenes de una Kenia independiente gobernada por su gente, pero donde los blancos todavía iban a cazar, proteger o incluso a buscar leones para sus zoológicos.

Inolvidable la leona Elsa de Born Free, o Zamba el león y espíritu tutelar de Amanda (Pamela Franklin) en El León. Basada en la novela del francés Joseph Kessel (Belle de Jour), The Lion describía el despertar de una niña criada en la sabana de Kenia por su padre, un cazador blanco. Amanda no solo se siente parte del país y sigue costumbres nativas, además percibe un vínculo sobrenatural con su león que es más que una mascota. Esa existencia idílica es destruida por la llegada de su padre biológico (William Holden)que quiere llevarla a la civilización. Una ironía es que Bill Holden encontraría refugio para su depresión alcohólica en Kenia, pero hablaré de eso más adelante.

                              Amanda y Samba

En filmes posindependencia, los leones eran una metáfora para las víctimas de la colonización, criaturas que debían ser protegidas por científicos blancos como una manera de pagar la deuda con Kenia y sus nativos. Born Free está basada en las experiencias de George Adamson , otro hijo del Raj británico que llegó en 1924 a trabajar en la granja de café del padre, se volvió cazador blanco y en 1938 ingresó al Servicio de Guardabosques del Protectorado de Kenia. Ahí tenemos un ejemplo de los tres puestos del emigrante inglés: granjero, cazador y empleado del servicio colonial.

Sin embargo, la posguerra en Kenia vio evolucionar a Adamson, ahora casado con Joy Stressner. A fines de Los 50,  la pareja rescató una cachorra de león a la que llamaron Elsa. La criaron e intentaron devolverla a su hábitat. La vida de Elsa cambió, la de los Adamson también puesto que nació en ellos un respeto por la fauna local y una militancia en el área de derechos de los animales.

                          George Adamson y Elsa

Ya en Inglaterra, Joy escribiría Born Free la crónica de sus experiencias con Elsa.  Cinco años más tarde, cuando Kenia ya era una nación independiente, el libro,  se convertiría en filme y series de televisión. Se crearía otra imagen del país africano además de acabar con la demonización del león. Joseph Kessel se unió a esa nueva imagen en su novela The Lion que sería llevada al cine en 1966.



Ahí vemos a la esposa e hija (Capucine y Pamela Franklin) de un empresario yanqui (William Holden) caer bajo el embrujo de Kenia como había ocurrido con Karen Blixen y otras mujeres “civilizadas” gracias a un cazador blanco (Sir Trevor Howard) ,ahora convertido en guardabosques de una reservación del Protectorado. Aunque la aparición del empresario que viene a reclamar su familia enfrenta a ambos hombres en la dicotomía Civilization vs Naturaleza, también muestra que los blancos no solo servían para explotar a sus colonias. Aunque la civilización gana la batalla, el filme demuestra que personas de cierto calibre podían ayudar a proteger tanto a la fauna como el modo de vida nativo.

Mejor trabajo hizo Clarence: The Two-Eyed Lion que traía la novedad de ser narrada desde la perspectiva de un león bizco. La cámara utilizaba doble imagen para mostrar como percibía el mundo un animal que sufría de estrabismo. Clarence era el león mascota de Paula,  la hija de un veterinario que trabajaba en El Centro de Estudios Animales de Wameru, cerca de Nairobi. Tanto éxito tuvo este filme de Ivan Tors que el empresario lo convertiría en una exitosa serie de televisión que alcanzó tres temporadas.

              Nosotros vemos una Paula. Clarence ve dos

La diferencia es que, aunque todavía se conservaba la presencia bizca de Clarence y de su amiga, la chimpancé Judy, las tramas se volvían más adultas enfocándose en los quehaceres del “Daktari” (“doctor” en swahili), un veterinario americano interpretado por Marshal Thompson. No solo debía Lee Tracy (su verdadero nombre) conservar la fauna local sino también defenderla de peligros, muchas veces provocados por humanos como cazadores furtivos y traficantes de diamantes.



Los niños de todo el mundo aprendimos, gracias a Clarence y a Elsa,  que los leones eran dignos de admiración y protección y no debíamos temerles. Muy diferente de la imagen que otros niños en otra época tenían de esos felinos, principalmente los de Kenia.

 En 1923 ,Spencer Dutton (Brendon Sklenar) es reconocido por un grupo de arrobadas y aristocráticas flappers en Nairobi que saben que se trata de un héroe de guerra y de un cazador blanco especializado en acabar con leones asesinos. Una de ellas cita todos los animales (apodados man-eaters o devora-hombres) que han caído bajo las balas de Dutton, e incluye a los “Man-eaters de Tsavo”. El aburrido americano de Montana masculla que los Leones de Tsavo fueron destruidos cuando él tenía cinco años.



Sin embargo, a veinte años de acabada con esa amenaza, la cultura popular seguía recordándolos como monstruos. Para hablar de estos leones tenemos que hablar del Ferrocarril de Uganda. El máximo proyecto de la administración británica, aun antes de declararse el Protectorado, era tender rieles desde la isla-puerto de Mombasa hasta el interior del continente africano. Había dinero, pero no había obreros. Las tribus africanas no tenían ningún interés en dejar su jungla para ir a trabajar en un proyecto de los blancos. Traer obreros europeos seria costoso y tomaría tiempo.

La solución fue traer a los pobres de la Joya de la Corona. Así las castas menores e indeseables de la India se convirtieron en los segundos inmigrantes de Kenia y ahí están hasta hoy día, a pesar de que han sido sometidos a racismo y discriminación. En la primera entrega de Heat of the Sun (1997)  que tiene lugar a mediados de Los 20,  vemos como el barrio hindú es quemado , tal vez por los mismos africanos.

Antes de eso, los primeros coolies de la India estaban contentos de tener trabajo, espacio y creían haber dejado la miseria atrás, pero al llegar la construcción de los rieles a la altura del Rio Tsavo, las cosas cambiaron. Los leones asesinos hicieron su aparición. El Mayor John Henry Patterson,  que estaba a cargo de la construcción,  traía experiencia de cazador de tigres de la India, pero estos leones (sin melena) parecían estar dotados de inteligencia y astucia sobrenaturales.  Evadían todas las trampas, atacaban de noche con mucho sigilo, secuestrando a sus víctimas de sus tiendas de campaña y dejando restos humanos sin devorar como señal de su presencia.

 Recreación  de los Leones de Tsavo

Como saben quiénes han visto el filme Ghost and the Darkness (Los demonios de la noche en español), los leones sembraron terror por casi un año, llegando a comerse a 35 personas y a atacar aun de día, hiriendo a un centenar más. Finalmente, en diciembre de 1898, Patterson consiguió matarlos.





En la imaginación popular, estos peligrosos animales debían ser erradicados y por eso la profesión de cazador se volvió tan popular y lucrativa en el Protectorado. Antes de ser guardabosques, George Adamson  fue cazador. Denys Finch Hatton y Bror Blixen organizaban cacerías para los ricos y famosos. Kenia había cambado su perfil después de la Primera Guerra Mundial. Ahora sus nuevos inmigrantes eran parias aristocráticos y turistas que venían por la caza mayor. También porque Kenia, especialmente un espacio conocido como Happy Valley,  era celebre ya que sus habitantes llevaban vidas disipadas irrespetando los convencionalismos de la burguesía inglesa.

“¿Eres casado o vives en Kenia?”

Esa era una pregunta chistosa que circulaba en Londres en los años que precedieron a la Segunda Guerra Mundial. Kenia era sinónimo de relaciones ilícitas y de vidas desinhibidas en sitios cuyos nombres sobrevivirían en la infamia cultural como El Club Muthaiga y Happy Valley. A diferencia de la India donde gobernaban valores imperialistas y la moral puritana de las memsahibs, en Kenia se vivía como en el imperio romano con un olvido completo de códigos éticos ahí asociados solo con clases medias y mediocres.

Esto había ocurrido desde el comienzo del protectorado. El padre de Beryl Clutterbach había convertido a Emma, la institutriz de su hija,  en su concubina y la comunidad lo aceptaba aun sabiendo que la esposa legitima seguía viva en Inglaterra. En sus memorias, Elspeth Huxley narra de una pareja que son vecinos y amigos de sus padres hasta que un día el verdadero marido de la mujer se aparece en Thika exigiendo valer sus derechos. Para el fin de la Gran Guerra, era sabido que en Kenia se vivía o amoral o inmoralmente y que las relaciones indebidas eran lo común.

                 Nicola Paget como Emma en Shadow on the Sun

En el periodo de entreguerras, el Protectorado ofrecía un refugio a todos los parias de clase alta británico. Si los primeros colonos eran ingleses que buscaban fortuna en la crianza de ganado y el cultivo del café, ahora las grandes familias británicas enviaban a sus hijos más problemáticos a vivir su desorden lejos de ellos.

¿Por qué no se va a Kenia?” pregunta Lady Julia en Brideshead Revisited. Se refiere a los bochornos que provoca su hermano,  Lord Sebastian con su alcoholismo. “¿Por qué habría de ser diferente en Kenia?” es la respuesta de Charles Ryder, protagonista de la novela de Waugh, pero es cierto en Kenia, los nuevos inmigrantes eran libres y no se debían a sus nombres ni a códigos de conducta reconocidos.



Hugh Delamere seguía con su sueño de reconstruir un modo de vida inglés en África, a pesar de que había voces de color amenazando ese sueño . Los nativos que habían servido en el ejército británico ya no sentían miedo/respeto por sus colonizadores,  tampoco los hindúes cuya esfera de influencia había aumentado hasta el punto en que se prohibió su inmigración en 1923.

Sin embargo, la comunidad inglesa aumentaba, aunque no lo mejor del imperio llegaba a las costas de Mombasa.  Los granjeros estaban construyendo casonas estilo ingles en Nairobi y sus alrededores con docenas de nativos en uniformes a su servicio. El estilo de vida de las clases altas se calcaba en Kenia con cacerías, carreras de caballos y  juegos de polo.

El Valle Feliz

Por esos años, los aristócratas exiliados crearon su propia imitación de la High Life londinense, un poco más liberada, en el valle de Wanhoji que sería apodado “Happy Valley”. Ahí llegarían personajes pintorescos como Alice de Janze. Esta princesa del dólar de Chicago había abandonado a su esposoun conde francés y a sus hijas para trasladarse a Kenia con su amante, Raymond de Trafford a quien en una ocasión balease en una estación de metro parisina.




Otra adúltera fue Lady Idina Erksine quien llegaría con su próximo esposo, el Conde de Errol, más joven, más pobre y más corrupto que ella. Menos pintoresco era John Carberry, un individuo alcohólico, pendenciero y maltratador de mujeres, que, para no pelear en la Gran Guerra, se había hecho ciudadano americano. Este grupo de desechados del imperio vivían en eterna francachela sino en el club Muthaiga en sus bungalós donde, en temporadas de lluvia, celebraban orgias que incluían consumo de drogas y promiscuidad sexual.



No todos los ingleses aprobaban o frecuentaban a este círculo de parias. El Club Nairobi era donde se reunían administradores y burócratas. Aunque Karen Blixen era amiga de Alice de Janze y Lord Errol que ya habían iniciado sus amoressu granja era espacio de reunión para gente más burguesa e intelectual. Sin embargo, la Baronesa iba a aprovechar la permisiva atmosfera de la región para su propio pecadillo.

El infame Club Muthaiga había sido el lugar donde ella conocería al cazador (a ratos aviador) Denys Finch Hatton en 1918. En 1924, la futura escritora inició una abierta relación romántica con Finch-Hatton, y Kenia siendo Kenia, le dio un sello de aprobación.


                          Karen y Denys en Africa Mia


La Kenia que Karen había conocido había cambiado. Incluso los nativos peleaban entre ellos. La Baronesa se puso de parte de los Kikuyo cuya cultura es descrita en sus libros. Hoy su interés y la protección que brindó a la etnia son vistos como “ paternalistas”, pero en el mundo lleno de prejuicios del Protectorado, su actitud fue considerada como revolucionaria. Lord Delamere seguía ejerciendo autoridad en Kenia. Su esposa Florence había fallecido. Su cuñado Cole moriría antes de que terminase la década y hasta Beryl Clutterbuck había cambiado de estilo de vida.

           Claire Bloom y Frederick Treves como Los Delamere en Shadow on the Sun

En 1919, Beryl contrajo matrimonio con Jock Purvis, un hombre mayor, parte de la comunidad británica.  Beryl tenía 19 años y se casó para poder quedarse en el Protectorado y no seguir a su padre que se marchó a buscar fortuna en el Perú. Purvis era posesivo e intentó controlar a Beryl que era un manojo de pasión. Pronto lo abandonaba.  Con financiamiento de Hugh Delamere, Beryl inició su propia granja equina.

En 1924 se casó con Mansfield Markham, otro hombre mayor,  de buena familia y adinerado. El nuevo marido le cumplía todos los caprichos, pero pronto se aburrió de la restringida sociedad del Protectorado y decidió regresar a Londres, sobre todo cuando supo que Beryl estaba embarazada. Antes de ese viaje ocurrió uno de los sucesos trascendentales de la vida de la futura aviadora.

              Los Delamere presentan a Beryl con su segundo marido

El Príncipe de Gales llegó en visita oficial al Protectorado en compañía de su hermano, Henry, Duque de Gloucester. Este es el famoso viaje en que el futuro Duque de Windsor se la pasó más con los chicos de Happy Valley (donde hasta probó drogas), y persiguiendo mujeres, que en actos oficiales. Su secretario, mi adorado Tommy Lascelles,  renunció después de ese viaje,  harto de la mala vida del Príncipe al que hubo de llevar a la rastra a Londres donde su padre había enfermado.

El segundo episodio de Heat of the Sun muestra como  Nairobi está preparando un gran safari para entretener a su Alteza Real, pero no llega a ocurrir ya que Eduardito debe volver a Inglaterra. En Shadow on The Sun en cambio hay un safari-organizado por Finch Hatton y Bror Blixen, que es donde la embarazada Beryl conoce al Duque de Gloucester que se enamora de ella y le pide que lo busque si llega a ir a Londres.

Peter Sands como el Príncipe de Gales y Rupert Frazer como el Duque de Gloucester en Shadow on the Sun

Lo cierto es que Beryl pasó el resto de su embarazo en Inglaterra. Nacido su hijo Gervase, ya estaba harta de su existencia restringida y burguesa, en la casona de los Markham, vigilada por la suegra. Buscó al Príncipe Henry y se hicieron amantes, pero el Harry de ese entonces sufría del mal de Los Windsor. Se enamoró y quiso casarse con la desinhibida Beryl. Obvio que nadie estaba contento con este plan. La misma Beryl no estaba segura de querer un tercer matrimonio. Su esposo amenazaba hacer un escándalo. La solución la encontraron los fixers de la Corona.



Beryl recibió una pensión de por vida. A cambio prometió no ver más a Su Alteza y volverse a Kenia, dejando atrás a su marido y a su hijo. Allá se reinventaría con otra aventura. Bajo la guía de Denys Finch Hatton y Tom Campbell Black, se convertiría en una estupenda aviadora y eventual escritora.

Tanto Campbell Black como Finch Hatton pasaron por la cama de la aviadora . Por ahí algún biógrafo ha puesto en duda que Beryl tuviese amores con Finch Hatton,  debido a su estrecha amistad con Karen Blixen. Se olvidan de cómo era Kenia. A la Baronesa no le incomodó compartir a su amante con su joven protegida.

La llegada de los Años 30 cambiaria el estilo de vida hedonista de Happy Valley y de sus alrededores. La Depresión y plagas de langosta arruinarían a muchos granjeros. Varios de nuestros dramatis personae volverían al Viejo Mundo, pero para la Segunda Guerra Mundial, habría otro tipo de refugiados  que, a veces a la fuerza, se establecía en este exótico y mágico reino.

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

Adamson, Joy. Born Free (traducida como Nacida libre)

Barnes, Juliet. Ghosts of Happy Valley (traducida como Los fantasmas de Happy Valley)

Benuzzi, Felice. No Picnic at Mount Kenya. (traducida como Evasión en el Monte Kenia)

Best, Nicholas. Happy Valley: The Life of the British in Kenya

Blixen, Karen Out of Africa (traducida como Memorias de Africa)

Dinsen, Isak. Letters from Africa 1914-1931 (traducida como Cartas de África)

Fox, James. White Mischief.

Hemingway, Ernest. The Snows of Kilimanjaro and other Stories (traducida como Las nieves del Kilimanjaro)

Huxley, Elspeth. The Flame Tress of Thika (traducida como Los flamboyanes de Thika)

Kessel, Joseph. The Lion

Lovell, Mary S. Straight on till Morning: The Briography of Beryl Markham

Markham, Beryl. West with the Night (traducida como Al oeste con la noche).

Patterson, John Henry. The Man-Eaters of Tsavo (traducida como Los devoradores de hombres de Tsavo)

Spicer, Paul The Temptress: The Scandalous Life of Alice, Countess of Janze.

Zweig, Stephanie. Nowhere in Africa (Traducida como En algún lugar de África)

 

 Con esta nota doy punto final al 2024. Los espero en el 2025 y que sea un muy buen año para todos.

jueves, 26 de diciembre de 2024

Cada Minuto Cuenta o Diez Capítulos Malgastados

 


Cuando Álvaro Cuevas, en la revista Milenio, recomendó esta serie como “la mejor del año” me embargó el escepticismo. Después de todo, ya se ha hecho tanta ficción y documentales sobre el Terremoto de México de 1985. ¿Sin pasarme de cínica, pero qué puede ofrecerme a mí que he sobrevivido cinco sismos de más de siete grados incluyendo el más grande del mundo? Por curiosidad,  le hinqué diente esperando encontrar datos nuevos. Algo que trascendiese el esquema que Hollywood le ha impuesto a las disaster movies. Nada de eso, ni siquiera los cacareados efectos especiales pueden opacar malas actuaciones y un argumento que se asemeja más a un episodio de La Rosa de Guadalupe que a una seria visión de una catástrofe que cambió la sociedad mexicana.

Recuerdos del Terremoto

Tengo presente ese terremoto porque fue una de las varias tragedias que cayeron sobre América Latina ese 1985. Estuvo enmarcado entre el Terremoto de Santiago en marzo y la Tragedia de Armero ocurrida en Colombia en noviembre.  Parecía que los hados se habían enemistado con nuestro continente. Recuerdo particularmente la mañana del 19 de septiembre cuando bajaba la escalera para irme al trabajo y mi mamá estaba viendo Hoy Mismo.

De pronto que me grita: “Está temblando fuerte en México. ¡Mira a la pobre Lourdes Guerrero!” Y no me olvido del “İAy, Chihuahua!”  de la periodista que fue super valiente porque Televisa Chapultepec sustentó grandes daños. Cada Minuto… nos muestra una imagen de la torre de comunicaciones de Televisa yaciendo en el suelo. Esa es una imagen que recuerdo, edificios nuevos arrancados de cuajo, como arboles después de un tornado, para quedar tendidos en el suelo.



Recuerdo a Don Jacobo Zabludovsky pasando por sectores afectados transmitiendo desde su auto. Recuerdo, una imagen nocturna en que Zabludovsky, en el área del Complejo de Edificios Tlatelolco , reconoció un rostro entre los socorristas. Era Placido Domingo, entonces el mejor tenor del mundo, ayudando en las maniobras. Aun tras saber que sus parientes habían perecido en el derrumbe del Edificio Nuevo León, el cantante continuó en las labores de búsqueda.



Inolvidable Marcos Efrén Zariñana “ La Pulga” , un hombre humilde que, debido a su contextura física, podía deslizarse entre rendijas de escombros y encontrar sobrevivientes. Como la Perrita Frida del 2017, ellos fueron el rostro del terremoto en el extranjero. Imágenes de esperanza. No es que todo fuese color de rosa. Teníamos conciencia al otro lado de la frontera de que no se podía pedir peor presidente que Miguel de La Madrid para enfrentar un desastre natural. Más o menos como vivimos en Chile el 2010 con nuestra Gorda Bella.



Se dice del Terremoto del 85 que México descubrió una cultura de terremoto, pero también su alma. Nacería del desastre un tipo de defensa civil más organizado y útil que los militares y policías que solo obstaculizaron las maniobras. México, al menos el DF,  aprendió que hay que ser solidario y crear redes de ayuda civil como los famosos “Topos de Tlatelolco”.



Ese tema ha sido tratado tanto en documentales como en filmes tales como Trágico Terremoto en México (1987) y la aportación de Kuno Becker, El día de la unión (2018). Pues ahora Jorge Michel Grau nos trae otra vez la misma fórmula y Álvaro Cuevas babea con ella. ¿Se entiende? Yo esperaba que apareciesen los verdaderos héroes anónimos u oficiales, pero seguimos con marionetas estereotipadas.

¿Para qué poner a periodistas como Zabludovsky (hoy cancelado por considerársele un lacayo del PRI) cuando podemos tener a Camila  (Maya Zapata) la feminista independiente que ha dejado a familia y novio plantados al pie del altar para venir a México a ser una gran reportera? Solo que el terremoto le despierta a Camila la conciencia de que un verdadero periodista es quien da voz a los que no la tienen. Ayy! Un solo de violín por favor.



¿Quién necesita de La Pulga cuando tenemos a Osvaldo Benavides como el multitasking Dr. Ángel Zambrano, jefe de obstetricia del Hospital Nacional? El médico que tanto salva a una parturienta, despide internos,  como que se pone a cavar entre los escombros para salvar a sus enfermeras y sus pequeños pacientes atrapados en el NICU.



No vamos a recordar a Placido Domingo, hoy cancelado porque varias señoras lo acusaron de seducirlas con falsas promesas de llevarlas a la fama. Mejor pongamos a Gabriela (Damayanti Quintanar), la esposa gruñona a la que agarró el sismo dentro de un colectivo y emergió con apenas un tacón roto. La serie se la pasa tres capítulos en lo que le toma a Gabriela llegar al edificio Nuevo León donde toda su familia ha quedado sepultada.



¿Aporta algo Nuevo Esta Miniserie?

Francamente, Milenio se atragantó con tanto elogio innecesario. Si le vamos a la narrativa coral de personajes ficticios, me quedo con Trágico Terremoto en México. Nunca olvidaré a Diana Goldenen uno de sus primeros rolescomo la joven madre soltera que el terremoto agarra en la sala de partos. Mientras cae cascote a su alrededor, Patricia salta de la camilla y se refugia bajo ella con su bebé que todavía está unido a su placenta. Escena fuerte que me impactó más que todas las sagas de los personajes de esta historia de Jorge Michel Grau.



No es que pida yo que nos den una cursilería como El niño y el Papa, donde la Vero Castro andaba buscando a su hijo en medio del desastre natural. Tampoco necesitamos de una tragedia truculenta como 7:19 que Michel Grau filmó en el 2016, pero si más intensidad emocional, más identificación con las víctimas de un terremoto.



No debemos pasárnosla en flashbacks del pasado de la periodista , del doctor y de los atrapados que nos alejan de la realidad presente. El mismo terremoto toma menos de tres minutos en pantalla y sus efectos especiales son menos impresionantes que los que Kuno Becker incluyó en su fracasado recuento del sismo.



Mucho se han llenado la boca con el uso de una tecnología de punta para filmar esta miniserie. Aparentemente, no se utilizó tanto la pantalla verde. En cambio, ponen de fondo imágenes magnificadas del verdadero terremoto y dicen que han usado el hiperrealismo que emplean en  El Mandalorian y La Casa del Dragon. Son tecnologías de videojuegos. ¡O sea, esta visión de tragedia urbana y denuncia social la ponen al nivel de un videojuego! Qué insulto a la memoria de las víctimas, de sus deudos y de los rescatistas.

Alvaro Cuevas  socarronamente dijo que no podíamos quedarnos con la versión de Televisa y que esta serie revelaría secretos. ¡Chacha Chan! Pues no hay nada de nuevo. Sabido es que La Madrid, temeroso que les cancelasen el permiso para ser sede del Mundial de Futbol, trató de bajarle el tono al cataclismo e incluso negó la necesidad de la ayuda extranjera, tal como lo hizo la Dra. Bachelet en el terremoto del 2010.



Pues en Grupo Formula, Michel Grau reafirma que la ayuda internacional llegaría más tarde debido a esta decisión presidencial. ¿Como así, si en su serie, a las siete horas del terremoto ya están aterrizando aviones de otros países cargados de insumos y no se les permite desembarcarlos? Esto ante la cámara de la omnipresente Camila, que da ordenes en inglés ya que es bilingüe (toda una MarySue esta chica) hasta que se la lleva la policía.

                   Como que la ayuda internacional llegó muy rápido 

¿En qué quedamos? He oído de aviones que no hicieron caso y se aparecieron en México con grupos de rescatistas, perros e insumos y que sobrevolaban la ciudad sin permiso de aterrizar, pero nunca a unas horas del sismo. Y así el risueño director le dice a Joaquín López Dóriga que Cada minuto cuenta mostrará la demora de la ayuda humanitaria internacional, demora causada por el capricho del presidente.

Para que Michel Grau no sea el único mentiroso, el Teacher, que entonces trabajaba para Imavision, cuenta que el gobierno, tras decir que todo estaba controlado y se las podían solos, ordenó a la población civil que retornase a sus casas y dejasen el rescate en manos del ejército. López Dóriga dice que él se negó a transmitir esa orden. Pues hay videos que dicen lo contrario

La historia no-oficial declara que De La Madrid fue parte de una trilogía satánica compuesta por el alcalde de México, Ramon Aguirre Velásquez, y por el Secretario de Gobernación,  Manuel Bartlett. Pero aparte de querer evitar que la FIFA les quitara la sede y de proteger intereses ajenos, no hubo otro motivo para impedir la ayuda extranjera. Pues la serie se pasa de lista e inventan que el gran villano es Ignacio Zambrano (hermano del Dr. Ángel) que trabaja para el Secretario de Turismo, que aquí se llama Guillermo cuando en realidad era Antonio Enríquez Savignac, porque quieren sacar tajada de los dineros que generará el Mundial del 86.



¡Que cuento más improbable, tremebundo y forzado! En la historia política mexicana siempre hay alguien que quiere quedarse con el dinero ajeno, pero este no fue el caso, simplemente porque Ignacio Obregón nunca existió. Inventarse un personaje e inventarse una estafa es otra manera de encubrir los verdaderos hechos y a los verdaderos culpables.

En la serie, Ignacio y el siniestro Guillermo que pasa a ser Secretario de Gobernación, se van al Universal a amenazar a la prensa si no les dicen donde anda Camila. Es cierto que se habló de una mordaza que impuso el gobierno a los medios. Tampoco es como que era posible transmitir mucho,   menos a ocho horas del siniestro, pero también como Camila no existió, ni Guillermo, ni Ignacio, todo este episodio pierde credibilidad. En realidad, toda la serie es inaudita. Para ser justos concentrémonos en lo que si fue cierto.

                Camila hace un llamado al mundo desde la azotea de El Universal

Un tema que circula mucho en la decena de episodios es la mala construcción, los manejos corruptos que han provocado el despido de Alberto, el marido de Gabriela, y el derrumbe del edificio que lo deja atrapado bajo los escombros. Hago memoria y como tenía en esos días muchos amigos y condiscípulos mexicanos, el terremoto entraba en todas nuestras charlas en la cafetería de la uni.

La explicación para los daños arquitectónicos que se llevaron por delante no solo al Complejo Tlatelolco, sino también a varios hospitales y construcciones elegantes como los Hoteles Regis, Continental y Del Prado, es que el DF estaba construido sobre la laguna seca de Texcoco. Eso era equivalente a vivir en arenas movedizas. No obstante, antiguas construcciones coloniales y templos aztecas sobrevivieron incólumes. Entonces circuló el rumor de corrupción en la construcción del Nuevo León y de otras obras modernas y caras. Solo que no todas se cayeron. Sobrevivieron la Torre Latinoamericana y varios edificios  en el Paseo de la Reforma.





Las Costureras de San Antonio Abad

Una novedad de la miniserie ha sido la revelación de talleres clandestinos donde las operarias estaban bajo llave incapaces de escapar durante el sismo. Aunque se han hecho documentales como el conmovedor No les Pedimos un Viaje a la Luna, que está en YouTube, esta sería la primera vez que se trata el tema en una serie.

 En su exploración post-terremoto, Camila encuentra un taller de costura, graba lo que ve, escucha los testimonios de las costureras y consigue que algunos hombres rompan los candados y liberen a las sobrevivientes. Entre los rescatistas hay un par que” libera”  la caja fuerte. Llegan los dueños del taller y exigen el regreso de la caja fuerte, pero Camila los acusa de la muerte de operarias que no alcanzaron a salir del edificio que ya experimentó serios derrumbes y está a punto de colapsar. La reportera los amenaza con su poderosa arma: su cámara. Primer round lo gana Camila, que sigue su camino puesto que ya ha hecho su buena acción del día. Ojalá la realidad fuera tan simple.

                  

Los talleres clandestinos de modistas ha sido una lacra en muchos países. En el Dia de la Mujer homenajeamos a las casi 200 víctimas de un siniestro en uno de esos talleres,  The Triangle Shirtwaist Factory en Manhattan . Ahí perecerían 146 operarios (123 mujeres), la mayoría inmigrantes. Cien eran judíos. Los culpables de las malas condiciones que provocaron el incendio, eran también inmigrantes judíos. Si me detengo en estos detalles es porque la historia se repitió en México en 1985.



Los dueños de los talleres de San Antonio Abad eran inmigrantes,  en su mayoría árabes y judíos. Las víctimas eran mexicanas, tan pobres que debían aceptar las condiciones laborales infrahumanas que les ofrecían. No tenían contrato, se las despedía por cualquier infracción, no recibían beneficios y la paga era miserable. El espacio de trabajo era insalubre y peligroso, tal como se descubriría esa mañana del 19 de septiembre.

Los talleres estaban localizados en construcciones de no muchos pisos en la calle de San Antonio Abad. El problema es que habían sido construidos para albergar oficinas, no para soportar el peso de bodegas de rollos de géneros, de maquinarias y de tantas obreras que fungían como costureras y planchadoras. Fue ese peso el que provocó el derrumbe. Cuentan los rescatistas que era un espectáculo macabro con telas y vestidos ondeando al viento, mientras la sangre fluía de entre los escombros. La serie  nos hace creer que todas ya salieron, cuando grupos socorristas extranjeros llegaron a sacar mujeres de debajo del edificio desplomado hasta diez días después del sismo.

Los socorristas fueron, como muestra la serie, ciudadanos comunes y efectivamente muchas mujeres estaban bajo llave. Los dueños se apersonaron, pero para salvar sus telas, sus máquinas, sus cajas fuertes. Al ver tanta mujer aglomerada exigieron la presencia del ejército para que con sus armas las desalojaran y para proteger sus pertenencias, puesto que efectivamente se había perdido una caja fuerte.



El hoy diseñador de modas Daniel Ramírez Enríquez ,entonces un simple operario,  confiesa que, si se sustrajo una caja fuerte, pero como no pudieron abrirla, la vendieron como chatarra. En la serie en cambio, al no poder abrirla, defraudados y enojados, los individuos asaltan a Gabriela y le roban el bolso. ¿Adónde quedó el mensaje de solidaridad del terremoto y que debió ser el fondo de la serie? Qué feo modo de ensuciar a los que realmente ayudaron a salvar a las modistas.

Hubo otros descubrimientos que salieron a la luz, irónicamente, al quedar bajo escombros. Comisarías donde se hallaron cuerpos con señales de tortura, el hallazgo del cadáver de un abogado defensor que había sido dado por desaparecido, etc.  El mismo caso de las costureras de San Antonio Abad es presentado de manera tan paupérrima que se reduce a una bravata de Camila y es parte del peor error de la serie: la exageración de personajes y diálogos que no corresponden a una realidad plausible. El haber puesto el peso de la historia en tres personajes y no hacerlos ni cercanos, ni simpáticos, ni reales arruina el efecto deseado de crear una obra informativa y conmovedora a la vez.

Lo Inadmisible y Lo Risible

Uno de los peores defectos de las recientes series mexicanas de plataforma (ocurre tanto en Las Azules de Apple tv+ como en Como Agua para Chocolate de la HBO) son esto diálogos inconcebibles,  salpicados de errores léxicos, modernismos y denotada influencia del inglés. En Cada minuto…los personajes se mandan discursos absurdos que suenan (según los guionistas) épicos; Camila en San Antonio Abad parece la Libertad de Delacroix guiando al pueblo; Ángel comienza su trayectoria excavadora encaramándose sobre las ruinas y lanzando una especie de Grito de Dolores.  Como dijo en Mundiario, Pablo Silva Durán. “así que los diálogos forzados para denotar cierto heroísmo, estaban de más”.



Y lo que llega a un nivel risible son las peleas personales que Ángel sostiene en los túneles con su hermano y con el esposo de su enfermera. Hoy sabemos que en eso túneles solo cabían perros y La Pulga, que no circulaba casi el aire. ¿Me van a decir entonces que se iba a gastar oxígeno y energías con discusiones sobre pendejadas? ¡Por favorrr!

Las fallas principales de una serie, que debió ser grandiosa y emocionante recaen en malos diálogos,  y un hincapié en tres personajes que son interpretados por actores de poco rango. A Damayanti Quintanar yo solo la vi haciendo de Yolanda Zaldívar en La Historia de Selena. No es la peor del trio, pero el personaje de Gabriela es tan antipático que nos impide conectarnos con su tragedia de madre cuya familia ha quedado sepultada bajo su edificio.

 Curiosamente, Maya Zapata hizo de Selena en esa miniserie. A mi Maya me cayó simpática en Casi Divas, y sé que ha hecho cosas importantes desde entonces. El rol de Camila no es el mejor de sus logros. Hasta su aspecto, su modo de hablar, tieso y artificial, la hacen parecer heroína de comic. En cuanto a Osvaldo Benavides….İ Ayy! Este Dr. Ángel no caería tan pesado si lo interpretase otro más capaz. Como que seguimos viendo al hijo de María, La del Barrio, ahora con bata blanca.




La últimay no la menor falla es que toda la acción , o sea diez episodios, se centra en las primeras diez horas del cataclismo. Estamos hablando de un suceso que tendría tantas ramificaciones y variaciones que todavía siguieron las labores de rescate hasta octubre. Piensen que, aunque en el edificio Nuevo León se comenzaron las labores de rescate la noche del 19,  fueron interrumpidas al día siguiente por una réplica tan fuerte (7.1 Richter)que tumbó 20 edificios todavía en pie y provocó un cese de maniobras.

Aunque de La Madrid sobrevoló la ciudad en un helicóptero en el primer día, su primer y ultra tardío mensaje a la nación ocurrió 36 horas después del sismo. Hubo gente que fue rescatada entre cinco y diez días después del terremoto. Los Niños del Milagro, nombre que se les dio a un trio de neonatos que sobrevivió bajo las ruinas de hospitales, sin auxilio humano ni alimento, estuvieron una semana sepultados antes que se llegase a ellos.



Entonces es absurdo dimensionar el desastre a solo diez horas de ocurrido. Es absurdo imaginarnos que Camila alcanzó a recoger material tan peligroso en un par de horas y que los del gobierno intentaron detener su difusión,  si a esas alturas apenas se tenían noticias de la magnitud de daños ni motivos para ellos.

Se va a hacer una segunda temporada, pero con los mismos personajes insulsos. No veo que pueda mejorarse la cobertura de un mega suceso. Al final Cada minuto cuenta se queda en minutos perdidos, colgando entre la formula hollywoodense del disaster movie y la cursilería de El Niño y el Papa. En ningún instante logra capturar el miedo, la irrealidad que se vive bajo el impacto de las fuerzas telúricas tal como no sabe retratar el drama político que se desarrolló una vez que estas se desencadenaron.

Contenido Violento y Gory. No hay nada más violento que cuando la tierra nos ataca, pero no hay escenas graficas de cuerpos destrozados o muertes macabras que suelen ocurrir en los filmes de desastres. Gabriela es asaltada por unos rescatistas, pero sin violencia. Camila es asaltada por las Fuerzas del Mal, pero se les escabulle como la Wonder Woman que es.

                        Ignacio el Darth Vader mexicano

Contenido Sexual y Desnudos: Ninguno. Algo que se aprecia. Hasta la escena en que Ángel pone a un recién nacido rescatado en el pecho de la madre muerta para alimentarlo (un hecho factual) está hecha con buen gusto. En un flashback,  Gabriela recuerda ser seducida por su jefe, pero tampoco es nada gráfico.

Factor Feminista: Se supone que Camila Toledo es un ejemplo de fémina independiente y ambiciosa que no deja que nada se interponga en su camino de hacerse un nombre en el periodismo, pero la tragedia del terremoto la hace ver que debe luchar por la verdad y la justicia antes que por sus derechos personales. Gabriela es una mujer que trabaja, pero vaya que se queja de ser el único sostén económico de la familia y eso que se está dando un gusto con el jefe.



Chave es una enfermera devota que es jaloneada por un lado por un marido que quiere llevársela al otro lado de la frontera, por otro por su jefe, el arbitrario Dr. Zambrano. Al final de la primera temporada, el marido le da la libertad para que siga al servicio de Ángel. ¿Es esa la mejor elección? Ninguna de estas mujeres es un ejemplo de empoderamiento femenino. Yo prefiero quedarme con el sindicato de costureras, el primero en México, formado a raíz del terremoto por Evangelina Corona, algo que no aparece en esta temporada.

Factor Diversidad; Al elegir contar la historia de la redención de tres personajes y de crear un marco de tiempo de un par de horas, la serie perdió la oportunidad de mostrarnos la riqueza de diversidad étnica, sexual y de otro tipo que existía en el DF.  

Apenas, casi al pasar, descubrimos que el médico despedido es gay enclosetado. No se atreve a donar sangre, porque ese año, allá y aquí se creía que ser homosexual era ser portador del SIDA. Pero como todo, esta es solo una viñeta que pasa casi desapercibida entre tanta arenga y tantos brincos de un arco a otro sin que al final tengamos una idea de cómo era la sociedad entonces.

                            El Dr. Moreno confiesa ser gay 

En otra simplificación, los libretistas dividieron la sociedad mexicana entre los ricos y poderosos, grupo que abarca políticos corruptos y patronos abusivos, y el resto de la población . También las clases pudientes fueron afectadas, basta pensar en los huéspedes de los hoteles de lujo que se desplomaron en el Centro Histórico.

Solo en el Regis, fallecieron Rafael Hernández Piedra, ex Gobernador de Durango,  y la escritora y dramaturga, Margarita Mendoza López García. O si querían basar un personaje en alguna embarazada de “la alta” y contrastarla con las que murieron en el Hospital Nacional, se pudieron basar en lo vivido por la vedette Olga Breeskin que, en su octavo mes de gestación, apenas logró escapar del derrumbe del Hotel Continental. Y si querían leyendas de cajas fuertes, ahí está la de Rigo Tovar enterrada,  junto con el hermano del cantante y conteniendo toda su fortuna,  tras el derrumbe de su pent-house.



La Primera Temporada está disponible en Amazon Prime. Y no, no la recomiendo.