Mi escritor
favorito en lengua inglesa es Charles Dickens y de entre sus personajes, mi favorito es el Artful Dodger de Oliver
Twist. Aun así, tengo que confesar con mucha vergüenza que solo he venido a
leer Oliver Twist en mi vejez, a pesar de que fue el primer texto de Dickens
que cayó en mis manos.
Para mi cuarto cumpleaños
me regalaron la traducción hecha por la Editorial Corinto. Quienes tienen tanta
memoria recordarán que Corinto se especializaba en la publicación de muy editados
clásicos para el público infantil en los que el breve texto iba acompañado de
un formato de tebeos para ilustrarlo y guiar a los pequeños lectores.
A mí no me interesó.
Quizás la siniestra tapa me cohibió. No así a mi abuela―entonces en la primera
etapa de Alzheimer’s― que me lo leía en la galería de nuestra casa en Quilpué,
ese verano de 1965. Recuerdo que interrumpía la lectura para mostrarme las
ilustraciones. Algo que me sorprendería por mucho tiempo es que Corinto había
insertado dos niñitas en el texto, Anita y Belita. Me tomaría años descubrir
que la censura había infantilizado a las prostitutas Nancy y Belle.
Importa poco, puesto
que el libro quedó bajo escombros después del terremoto de marzo de 1965. No volví
a pensar en el sino hasta 1968 cuando presencié la majestuosa producción
musical de Sir Carol Reed. Fue ahí que capturó mi imaginación la tremenda
caracterización de Jack Wild como The Artful Dodger, a quien los subtítulos
llamaban “Ardilla”.
Con ese sombrero
de chimenea y levita tres tallas más grandes que la que le correspondía, lo que
debía ser un esperpento, deslumbraba. Así ocurría con Oliver quien, recién
llegado a Londres, lo observaba maravillado. “ ¿Nunca has visto un
elegante?” le espetaba Ardilla antes de
tomarlo bajo su protección llevándolo a vivir a casa de su maestro Fagin. Ardilla,
Fagin y Nancy se volvieron mis favoritos. El pobre Oliver pasó a perdida, ya
que solo servía para entonar lastimeras baladas.
Aunque para entonces
el genio de Dickens me había atrapado con relatos como David Copperfield
y La pequeña Dorrit, no se me
ocurrió que el texto real de Oliver Twist fuese diferente al musical.
Seria en Estados Unidos, cuando en la escuela nos hicieron ver la excelente
pero desagradable, adaptación de Sir David Lean que descubrí que se trataba de
una obra controversial, incluso en días de su publicación.
¿Novela de
Newgate o Panfleto Antisemita?
Oliver Twist es
una denuncia social, escrita en 1838, un año después de la ascensión de Victoria al trono. También
es lo que se conocía por entonces como “novela de Newgate”, una
narrativa sensacionalista de famosos delincuentes y sus crímenes. Dickens diría
que Fagin estaba basado en Ikey Solomon, un fencer (perito) judío, comprador y vendedor
de objetos robados que se cree también regentaba una escuela de carteristas.
Cuando se le reprochó
a Dickens que cargase tanto las tintas, el escritor compungido dijo que ese
tipo de criminales eran todos judíos. Sin embargo, Howard Manning en The
Cervantes Encyclopedia ha descubierto muchas similitudes entre Fagin y el
cristiano viejo Monopodio del Rinconete y Cortadillo de Cervantes que
también es mentor e instructor de una gavilla de pequeños delincuentes.
Leyendo el texto
ahora comprendo lo que he sabido por años, Charles Dickens era antisemita y Fagin
es el mayor ejemplo de ese sentimiento juedofobo. No solo es el villano, sino
que cada vez que el autor alude al personaje, se refiere a él como “Jew” y le
adjudica características negativas raciales. Fagin es malo porque ya viene
predestinado a serlo debido a su raza.
Como tal, se
dedica no solo a traficar con objetos robados, también corrompe y explota a
niños como Ardilla para que también sean criminales. Fagin es codicioso,
tacaño, lo vemos golpeando al Dodger, intenta golpear a Oliver, provoca el
asesinato de Nancy y está en contubernio con el siniestro Monks, para matar a
Oliver. Es así que acaba en la horca.
Dickens se pasó
treinta años gimiendo que él no era antisemita, pero en 1860 cuando vendió su
mansión, Tavistock House, a un banquero llamado Foster, diría despectivo a sus
amistades “Se la vendí a un prestamista judío” Aun a pesar de su evidente
desprecio por los de origen hebreo, Dickens hizo amistad con Eliza Foster, la
esposa “del prestamista”. En sus cartas, Mrs. Foster le reprochó el daño que hacía
a su gente perpetuando estereotipos negativos.
Bajo su consejo,
Dickens comenzó a editar Oliver Twist, le amputó más de cien menciones
al origen étnico de Fagin. Es por eso que hoy solo quedan casi doscientas
instancias, pero ya la presentación de Fagin, en los primeros cuarenta
capítulos, es suficiente para que nos demos cuenta de que se trata de un
villano despreciable, y a diferencia de Bill Sikes o Monks, es la raza de Fagin la que lo hace
ser malo.
De Lon Chaney
a Oliver!
Con esas características entraría en la
pantalla. Se hicieron varias versiones de Oliver Twist en el cine silente,
siendo la más conocida la de Jackie Coogen en 1922 con el gran Lon Chaney como Fagin.
En una era en que Hollywood perpetuaba estereotipos racistas, no se puede
culpar a Chaney el representar al fencer tal como lo había descrito
Dickens.
Lo inexcusable ocurriría en 1948 cuando en la soberbia versión de Sir David Lean, Sir Alec Guinness se relame los bigotes creando un arquetipo de judío que oscila entre Shylock y un personaje de propaganda nazi. A fines de los 40, cuando el mundo todavía estaba digiriendo los horrores del Holocausto, tal interpretación era inadmisible.
Sir Alec Guinnes como FaginAparte de la
lluvia de críticas, en Estados Unidos La Liga Antidifamación y el Consejo de
Rabinos Americanos impidieron por casi tres años que se presentase el filme en
suelo americano. Cuando al fin debutó en la pantalla grande americana, se trataba
de una obra muy editada.Después de eso, pocos se atrevían a adaptar Oliver
Twist La gran redención llegaría con el musical Oliver! que abriría en
el West End en 1960
Lionel Bart era judío
y cuando se le ocurrió musicalizar la novela decidió enfrentar al personaje
judío desde otra perspectiva. Para eso tuvo el apoyo de Ron Moody que crearía
un Fagin inmortal. Moody, el primer actor judío en encarnar al bandido, estaba
asustado ante la responsabilidad que recaía sobre él. Decidió crear un personaje
payasesco, pero simpático. El resultado fue que Fagin se comió la obra y se
convirtió en el personaje favorito de la exitosísima Oliver!
Cuando la pieza
fue llevada al cine en 1968, ocurrió un caso poco común en que un filme supera
a la obra en la que se basa el libreto. Un detalle fue que Moody trasladó su
caracterización del escenario al plató llegando a ser nominado a un Oscar y
ganando un Globo de Oro.Bart decidió que en ningún momento se mencionaría que Fagin
era judío, pero caracterizó a Moody con ropas y nariz ganchuda
asociados al personaje y a los semitas de la época.
Esto va más allá del vestuario. Como notó mi
hermano, el lenguaje de Fagin está salpicado de los “oys” típicos del habla yiddish y la música de
sus canciones adquiere entonaciones de cantor de sinagoga (“lololoy”) Lo más
importante es que Fagin, tal como el Dodger, son personajes benévolos que amparan
a Oliver. Fagin es representado como protector de niños de la calle y aunque
los hace delinquir, sus vidas son menos miserables que la que llevaba Oliver en
el orfanato.
Esta nueva faceta
de Fagin fue adoptada por George C. Scott en la versión televisiva que se hizo
de Oliver Twist (1982). No recuerdo si se alude al judaísmo de Fagin.
Con esa imagen benévola del maestro de ladrones y su relación especial con su
pupilo estrella me quedé por décadas. En cambio la siempre antisemita BBC
siguió caracterizando a Fagin como en el libro en su adaptación de 1952 y la de
1985 con Eric Porter como el judío.
Disney siempre ha
tenido una debilidad por Fagin y el Dodger. Hizo una versión animada Sabani’s
Adventures of Oliver Twist (1996) en la que Oliver es un perrito, Nancy una
gata, Dodger un conejo y Fagin un zorro; , otra (Oliver &Company,
1988)en la que Oliver y Ardilla son perros vagabundos protegidos por Fagin, un
caritativo mendigo. En la adaptación fílmica de 1997, Richard Dreyfuss es un
Fagin tan amable, incluso con Dodger, interpretado por Elijah “Frodo” Woods, que el libreto lo salva del cadalso.
Artful Dodger en versiones de dibujos animados
Oliver Twist
en el Siglo XXI
Incluso la BBC blanqueó un poco a Fagin en su adaptación
del 2007, donde Timothy Spall crea un Fagin
gordito, cobarde, pero no despreciable. Aún más importante, se alude
abiertamente a que es judío, y el narrador nos dice que antes de subir al
cadalso , Fagin es obligado a comer carne de cerdo, al parecer una tortura
refinada. Se agradece esta versión puesto que, en 2005, Roman Polanski había
filmado una olvidable adaptación de Oliver Twist donde Sir Ben Kingsley
había recreado casi por completo la infame interpretación de Sir Alec Guinness
para su Fagin.
Es cierto que, en
los últimos treinta años, Oliver Twist ha sido parodiado y degradado en innumerables
filmes tales como Twisted (1997) que sitúa la trama en los bajos mundos
modernos donde Ardilla es un prostituto que guía a Oliver por el mundo de los gigolos
gays, los vendedores de droga y Drag Queens. Obviamente, Fagin ahí es un
proxeneta. Ni Dickens llegó a tanto.
Prefiero Twist
del 2021 en la cual Fagin (cuyo verdadero nombre es Isaac Solomon como el
famoso perito), interpretado por Sir Michael Caine, vive para vengarse del
hombre que lo estafó y le robó su fortuna. Oliver llega ahí huyendo de
la policía y guiado por Dodger (¡¡Rita Ora!!). Todos colaboran en un plan para
recuperar la fortuna de Fagin ayudados por la criminal Sikes (Lena “Cersei” Heady).
Al final Fagin, mata a Sikes que lo ha traicionado y recupera su fortuna.
Mi interpretación
favorita es mi querido Anton “Qyburn” Lesser en Dickensian (2015). Si no
han visto esta maravilla, búsquenla.
Para los habitantes de América del Norte está gratis en Tubi. Es un misterio policial
situado en el Londres de Dickens y poblado por sus personajes. Ahí Fagin es un
delincuente gentil, que da sabios consejos y salchichas a niños hambrientos, y es dulce y amable con Nancy a quien le
arregla citas con Jacob Marley, el
libidinoso socio de Scrooge.
Aunque es un
archi criminal que trafica con lo robado, y contrata a Bill Sikes para que
evite el matrimonio de Miss Havisham, perdona el robo de Sikes, la estafa de
Dodger y teme por la seguridad de Nancy desde que ella se ha arrimado al
bandido. Como dice Nancy, Fagin “tiene
corazón”.
Con estos precedentes, había cierta expectativa de cómo se manejaría la sinergia entre Dodger y su mentor Fagin en este último esfuerzo de mostrarnos lo que ocurrió con ellos quince años después que Dickens pusiese la palabra “Fin” a Oliver Twist. Me refiero a la serie de Disney, The Artful Dodger (El maestro de la evasión en español) que debutó en el 2023 en Disney+.
En el caso de Thomas
Brodie-Sangster ha sido una elección perfecta y su Ardilla /Dr. Jack Dawkins es
otra gran interpretación de una larga lista que viene desde sus días de actor
infantil. El personaje es exactamente lo que uno esperaba de un Dodger adulto y
regenerado. Desde su compasión por sus pacientes y por los convictos, hasta
cierta arrogancia tanto por su estatus de condecorado oficial de la marina de Su
Majestad, como por haber dejado su pasado atrás.
Ese es el centro
de sus intercambios con Fagin al volver a encontrarse. “Ya no soy ese”, “ese no es mi camino”, “ya no hago esas cosas”, caen a cada rato de su boca con el implicado “soy
mejor que tu”. Y, sin embargo, Los hechos lo desmentirán. Como le hace ver su
mentor, la agilad con el escalpelo ha nacido de la destreza del raterillo para
escamotear objetos ajenos.
Aunque para todos
los hogwartianos siga siendo el buen licántropo Remus Lupin, David Thwlies es un magnífico actor y aquí se
convierte en el mejor del reparto. Es el personaje más ingenioso, el que tiene
los mejores diálogos, y ciertamente es el más inteligente y ocurrente. Además,
hay un punto enigmático en él y nunca sabemos cuándo habla en serio o cuando
realmente expresa cariño por Dodger.
En un momento en
que el Dr. Dwakins le reprocha ser tan poco sensible al sufrimiento ajeno, Fagin,
enojado, recuerda su terrible infancia y agrega haberse esmerado para que a su
protegido nunca le faltase techo, comida y abrigo, para evitarle una
experiencia parecida. El silencio del médico confirma que Fagin si lo protegió.
Aunque Fagin
sigue siendo un archi criminal (hasta sigue en negocios con el siniestro Monks)
no es mala persona y es muy divertido. En cuanto al espinoso tema de su
religión, no se hace mención alguna de su judaísmo, a pesar de que el libreto
nos lo muestra como creyente. Pero para hablar de
Fagin y otros personajes, tenemos que hablar de toda la serie y eso
amerita una entrada separada, que primero D-s, estará lista este jueves.
I have not watched it, but they did renew it for a second season and the cast has already been revealed with some new faces.
ResponderEliminarI know. It's what made me watch it now, and I love it, but as an English lIt major, what are your feelings towards Dickens and Oliver Twist in particular?
EliminarHonestly, I have never overly liked English lit, especially the American one. It always seemed a bit superficial and gaudy compared to the Russian, French, German or Serbian one. Dickens is OK, he certainly did his best to criticize the society but none of his characters ever stuck in my heart. I did thesis on Moll Flanders and Tess of the d'Urbervilles at college and I graduated high school with work on Dostoevsky.
EliminarOhh I see, you majored in Comparative LIterature, like I did. I thought your specialty was English Lit, becuse you speak/write English so well, you even know idioms.
EliminarNo, not comparative, I just read books from all over the world in my spare time, this is what we do in my country, we do not read just our literature like Americans. I graduated English lg and literature at the University of Novi Sad some twenty or more years ago. Maybe I confused you with Dostevsky, here, you see, we do a graduate thesis in high school as well, we pick a subject and work on the thesis in our last, fourth year of high school, and then we graduate high school with that work, not just the general marks that we got in all four years. I had about 16 or 17 pages long thesis on Brothers Karamazov.
EliminarThen at college, at least at the English studies, we do a thesis at each of four years of college. It can be from linguistics or literature, that is our choice. I did Moll one year and Tess the other one, and Anglicism words in modern press in the final year. So you basically do three or four thesis works throughout college LOL and that is not counting essays and works you can do for student congresses and symposiums.
Now, Gattocito, don’t generalize. Most Americans are not that monolithic. The first problem, is that most people, all over the world, read very little. Americans who are readers, read a lot but mostly genre and they would read any author, even foreigners, as long as the book has been translated. That is true all over the world. I began reading before I was four, and I go to know authors from all over the world, but in translation. I read Ivo Andric’s The Bridge on the Drina in Spanish.
EliminarIn college and graduate studies, we had to write essays and research papers for almost every class, unless you majored in gym or math. Aside from those essays, I had to write (and defend) thesis and long monographies (colloquially know as ‘Papers) in order to get my three and a half university degrees. Each one longer than the other. The one from Library School was about 80 pages. but I didn’t have to write anything to graduate from High School. In New York you had to take the SAT to go to college and the Regents (state examination) to get a high school diploma. Both had English sections that included writing compositions and multiple choices questions on grammar and literature.