Un excelente
especial de Call the Midwife me quitó el mal sabor de boca que me dejó
el final de la serie de misterio Vienna Blood. Por culpa de VIX no pude
ver el final de María Felix, pero me formé una opinión y, por fin, ver The
Night Manager me hizo añorar los días en que se hacían seres visualmente
espectaculares.
Call the Midwife
El especial de
Navidad, como siempre, estuvo mejor, que toda la temporada que lo precedió.
Curiosamente no fueron los tres partos asistidos por las matronas de San Ramon Nonato
los que hicieron el especial emotivo y memorable.
Llegan
visitantes, Trixie, sin Sir Matthew, que promete a la Hermana Julien que
volverá a su puesto entre las comadronas . Su hermano Geoffrey, que parece que
no encuentra su sitio, también se instala en la casona de la orden que, para
variar, sigue amenazada con desalojo y destrucción. Miss Bridges recibe la
visita de su nieto que viene a pasar su primera navidad con una abuela que
todavía no puede reconocerlo oficialmente.
El suceso más
importante es que Reggie, de regreso de su escuela, se pierde. Cuando Fred,
atrapado en su multitasking navideño, se demora en ir a buscarlo a la parada de
autobús, el joven paciente de Dawns, comienza a caminar rumbo a Poplar. Pasa
varias aventuras en una noche de ventisca hasta ser reconocido y llevado con su
familia. Es que se ha montado toda una campaña publicitaria que incluye a la
policía y a los vecinos para encontrar a Reggie.
La campaña
adquiere vigor solo cuando Trixie atrapa a un policía y le recuerda que ella es
Lady Aylward y que Reggie es el hijo adoptivo de la alcaldesa de Poplar. Me
encanta que Trixie utilice su rango para hacer el bien. Si hay poder en un título
debe aprovecharlo.
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En el área
romántica, que siempre es importante en esta historia, les veo cara de pareja a
Cyril y a la pelirroja Rosalind Ya es
hora de que el ingeniero acepte que su esposa se va a quedar en Jamaica y ya no
se siente casada. Cyril debe iniciar los trámites de divorcio y prepararse para
una nueva vida.
Un caso especial
es el de Geoffrey y la hermana Verónica. Creo que está claro, sin que lo digan,
que el hermano de Trixie es gay y que ha regresado a Londres luego que su
pareja, al casarse, optó por la vida heterosexual. El quiropráctico gravita
hacia la casa de San Ramon Nonatus y establece una dinámica con la traviesa y
mentirosilla monjita. Dinámica que incluye confidencias que hacen pensar en una
amistad romántica. A ver cómo se desarrollan estas relaciones en la nueva
temporada.
Vienna Blood
Mi despedida de Vienna Blood ha sido agridulce. Muy interesante el ver que un poderoso traficante de
armas, apodado Mefisto, mueve los hilos de la política imperial ya en 1909,
presagiando una guerra con Serbia. El Inspector Ozkar Reinhard solicita la
ayuda de su amigo, el psiquiatra Max Liebermann que ha regresado de una gira
triunfal por Estados Unidos donde ha dado varias exitosas charlas.
La investigación
los lleva a un celebre casino en Viena, regentado por Helena (Leonie Benesh)
que tiene una particularidad, un juego clandestino en el que solo se pueden
participar los muy poderosos. El juego consiste en apostar lo más valioso que
posean, sean títulos, personas incluso secretos de estado. Por meterse en este
juego, Max es puesto al borde de la muerte y Ozkar deberá continuar su investigación
solo, agregándose a sus problemas que es sospechoso de varios asesinatos.
He encontrado
esta temporada un poco chapucera y simplona. Me pareció rebuscado el recurso de
que Ozkar sostenga conversaciones imaginarias con Lieberman (en coma) que lo
ayuden a aclarar el caso. Ozkar se muestra particularmente torpe y eso lo
vuelve un fugitivo de la justicia. Aun así, se pasea por lugares públicos de
Viena sin ni siquiera afeitarse la barba.
Lo que me arruina
la serie son lo insignificantes e irritantes que son los personajes femeninos.
Se entiende que Clara esté harta del veleta de Max que un día la hace romper
compromisos para abandonarla al siguiente, pero quien me exaspera es su cuñada.
Leah Liebermann sufre transformaciones en cada
temporada. Comenzó como una viuda
preocupada por su hijo en una academia militar donde ocurrían extraños asesinatos.
De ahí pasó a la feminista furiosa de que su padre no la pusiese a cargo del
negocio únicamente por ser mujer. Al final de la tercera temporada era una
cabeza hueca que andaba coqueteando con hombres peligrosos. Ahora es una frívola, sofocada por la envidia
que siente por su hermano y sus logros, que solo desea divertirse y gozar de la vida
de la alta sociedad vienesa.
Otro personaje
femenino irritante es Teresa que aparece para arruinarle la vida a Ozkar. El
marido es un delincuente golpeador. Teresa huye de su hogar y se refugia con
Reinhard que ya tiene bastantes problemas. Cuando Ozkar amenaza al marido y el
hombre aparece muerto, es el inspector el inculpado. Todo es parte de una faramalla
en la que la incauta ha caído y arrastrado a su ex amante. A mí nunca me ha
gustado Teresa, demasiado rustica y vulgar para un hombre como Ozkar.
En suma, Vienna Blood fue una serie interesante, pero su
final no tuvo el mismo impacto que previas temporadas si tuvieron.
María Félix
No es una mala
biopia y la recomiendo con una recomendación. Sáltense el primer episodio.
Tiene bemoles que a más de uno lo habrán hecho apagar el aparato que estén
usando. El resto de la serie es pasable, con buen vestuario y un par de buenas
actuaciones.
María de Los Ángeles
Félix Nereña de Álvarez, de Lara, de Negrete y Madame Berger, fue la más rutilante
estrella del Cine de Oro. Dolores del Rio fue una diosa del cine universal y un
icono de belleza, pero histriónicamente no superaba a La Doña. La serie nos muestra a María desde su infancia
en Sonora como hija de una familia tradicional norteña; su primer matrimonio a los quince años; su
abandono del marido; la pérdida de su hijo y los inicios en el cine.
Sigue con sus
amores, sus filmes tanto en México como en Europa; y sus matrimonios con ídolos
como el célebre cantautor Agustín Lara y el charro cantor Jorge Negrete. En
general no cuenta mucho nuevo o que yo no sabía. Por ejemplo yo no sabía que
durante su matrimonio con Enrique Álvarez, María tuvo un amante o que
tartamudease cuando estaba nerviosa.
En general me ha
encantado la miniserie por la belleza del vestuario que cubre medio siglo, por
la excelente escenografía, y algunas actuaciones me han parecido dignas de
mencionar. Las tres actrices que interpretan a la diva en diferentes etapas de
su vida (Abril Vergara, Ximena Romo y Sandra Echeverria) están muy bien, pero
me ha gustado más La Romo debido a como ha conseguido la inflexión exacta del
famosísimo tono de María Félix. Me ha gustado ese detalle tal como que aun
antes de identificarse yo reconociese a Don Ernesto Alonso (Iker Martínez) nada
más que por la voz que el actor ha imitado perfectamente.
Otro ejemplo de
buena actuación es Guillermo García Cantú como Bernardo Félix, padre de La Doña.
Es bueno recordar que Memo comenzó como un excelente actor antes que quisiesen
hacerlo galán, para luego encasillarlo en el papel de villano acartonado. Me
encanta Úrsula Pruneda como la madre de María Félix y qué gusto ver a Helena
Rojo rellenita. De joven, cuando era uno de los rostros más bellos de la
pantalla azteca, tenía un cuerpo tan delgadito que parecía anoréxica.
Recomiendo la
serie, reiterando mi inicial advertencia: sáltense el primer capítulo. Es el más
exagerado y más falso. Sabido es que la
experiencia más importante de la vida de María Félix―antes de su primer
matrimonio―fue su estrecha unión con su hermano Pablo, el preferido de entre su docena
de hermanos.
Tan intensa era
la relación que la madre llegó a preocuparse y convenció a Don Bernardo de
enviar a Pablo a una academia militar en Ciudad de México. Así que esa escena
en que María adolescente se roba un caballo y visita al hermano en la academia
hubiese sido imposible en la realidad debido a la inmensa distancia entre Sonora
y la capital. Lo cierto es que Pablo enfermó y murió lejos de su familia.
En la serie nos
muestran a María vestida con el uniforme de Pablo asistiendo al entierro.
Falso. Si décadas más tarde, la Doña provocaría escándalo y repudio, por ir
de pantalones al sepelio de su esposo, Jorge Negrete, ¿iban los Félix a tolerar
una payasada de su hija adolescente en el funeral del hermano? Pero eso no es
lo peor ni el mayor disparate del episodio.
Se culpa al
confesor de la Familia Félix de la separación de los hermanos. En la vida real,
nunca se ha sabido a ciencia cierta cuan profunda fue esa relación o cuán lejos
llegó. Años más tarde , la diva hablaría del “dulce aroma del incesto”. Según
la serie, el curita le mete mano a María. Pablo la defiende y el sacerdote
envenena a los padres en contra del muchacho. Aparte de que es imposible que un
sacerdote viole un secreto de confesión (inventada) es absurdo y grotesco poner
un clérigo dentro de la casa de los Félix, en Sonora, en 1928.
Ese año, México estaba envuelto en la Guerra Cristera. Se había prohibido el culto católico, se habían cerrado las iglesias, a los sacerdotes ,cuando se les encontraba, se les mataba, a veces con torturas incluidas. ¿Nos van a contar que un militar como Bernardo Félix, cercano a Plutarco Elías Calles, parte de la gavilla de oficiales norteños anticlericales (y posiblemente masón), iba a dejar que un curita se pasease por su casa y entrometiese en su vida? ¿Iba a dejar a su hija en las sus manos y que permitiese que sembrase cizaña en su familia?
Al parecer se
confundieron con el filme Miércoles de Cenizas que la Doña protagonizara
en 1956, donde su personaje, la prostituta Andrea, recuerda haber perdido la fe
cuando un cura abusó de ella en un Miércoles de Cenizas. Es el mayor embuste y
absurdo de la serie o por lo menos lo que me dejó ver VIX.
Cuando mi Beta Lorena me avisó que VIX tenía contenido gratis, yo, la adicta al streaming, galopé hacia allá. Un gusto encontrar la serie completa y le hinqué el diente, pero cuando llegué al sexto episodio (todavía en Los 40 con la Doña casada con Agustín Lara y pre carrera en Europa) me la cortaron. Mejor dicho, me dijeron que si quería terminar de ver los tres episodios que me faltaban debía subscribirme y pagar casi nueve dólares mensuales. ¿habrase visto?
The Night
Manager
En esta onda de
filmes de espías que me tocó experimentar este invierno tan helado, me entró la curiosidad por ver la aclamada El
Portero de Noche que en su día recibiese varios galardones. Basada en la
novela de John Le Carre, The Night
Manager es la saga de Jonathan Pine (Tom Hiddleston), un ex oficial del ejército
británico que, después de dos tours en Afganistán, termina como el conserje nocturno de un hotel
de lujo en El Cairo.
Coincidiendo con
la Primavera Árabe, Jonathan hace amistad con Samira, la hermosa querida de Freddy
Hamid, hijo mimado de una familia egipcia millonaria. La amistad deviene en
amor, Samira le da pruebas a Jonathan de que Hamid planea una gran compra de
armas para impedir el progreso de la revolución. Jonathan contacta un amigo en
la embajada británica. Comienza una investigación en Whitehall, y colocan a la
inspectora Angela Burr (Olivia Colman) a cargo de ella. Hay un leak, la investigación
se detiene, Hamid descubre la traición de Samira y la mata.
Jonathan logra
huir, pero se entera que el culpable de todo es el billonario Richard Roper
(Hugh Laurie), que, bajo la apariencia de un generoso filántropo, esconde al mayor
traficante de armas del mundo. Pasan cinco años, Jonathan ahora es el conserje
de un exclusivo y retirado hotel en los Alpes suizos. Una noche llega una
partida de clientes, se trata de Roper y su entourage que incluye a su amante Jed
(Elizabeth Debecki) y a su mano derecha el Mayor “Corky” Corcoran(Tom
Hollander).
A Roper le agrada Jonathan y lo interroga sobre su vida. Para el conserje es difícil hablar con quien provocó la muerte de su amante. Apenas puede se comunica con Angela quien sigue rumiando su rabia ante el modo en que acabó la operación anterior en Egipto. Angela y Jonathan deciden unir fuerzas. El para vengar a Samira, ella para descubrir al informante en el gobierno. Como Burr está embarazada y con las hormonas alborotadas, se le ocurre un plan descabellado. Darle al conserje una nueva identidad, la de un peligroso delincuente con prontuario más largo que su brazo.
Lo manda a
trabajar de sous-chef en un restaurante mallorquín. Estando Roper y su
gente de vacaciones en Las Baleares, unos maleantes secuestran a su hijito
(Noah Jupe de Franklin). Peter lo salva y es herido. Roper se lo lleva a
recuperase a su villa. Aunque Corky encuentra todo muy sospechoso, a Roper le agrada
saber que Jonathan (a quien ha
reconocido) estafó y robó al hotel suizo donde se conocieron. Lo contrata y
ahora viene lo peligroso. ¿Cómo Jonathan podrá investigar a Roper sin
que lo descubran?
¡Cómo se nota que se trata de una serie de
hace casi una década! La iluminación, el manejo de cámaras, el aprovechamiento
de paisajes en dos continentes, la actuación y los diálogos, contrastan con la
oscuridad, las escenografías reducidas, y los diálogos falsos y poco coherentes
de los filmes de hoy. Es un ejemplo de esas ultimas series lujosas donde la
trama va de la mano con efectos visuales que dan gusto y se extrañan. Se anunció
que por fin le harían una segunda parte este año. A ver como la enfocan porque
un gran problema de la televisión contemporánea―aparte de la
inclusividad forzada―es la falta de dinero para filmar en escenarios
reales.
¿Han visto algunas de estas series? ¿Cuál les
gustaría ver?
I see Murathan Muslu in Vienna Blood. That Turkish hunkster is in everything these days, he has a very good agent. But he is Austrian, so no surprise he is in this one as well.
ResponderEliminarI like Murathan better with a beard. He was bon of Turkish parents in the Turkish neighborhood of Vienna. He plays an arm dealer that is supposed to lead the police to Mephisto, a master criminal that is cooking a war between Servia and the Empire (in 1909)
EliminarGracias por la reseñas. Te mando un beso.
ResponderEliminarDe nada, JP, gracias por pasar. Un beso.
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