Un capítulo en el
que Larry se fue de boca y Los Russell se portaron tan prepotentes como Lady
Sarah. Marian se comprometió, pero Oscar y Peggy tienen problemas con su
pasado. En Inglaterra, Gladys se siente atrapada. ¿Quién podrá socorrerla?
La Chapulina Bertha, por supuesto. Revisemos que aconteció en “A Different World”.
Fortune, El
Prepotente
Comenzamos por
Peggy. El Dr. Kirkland la lleva a presenciar su primer juego de béisbol. La
están pasando muy bien cuando les cae T. Thomas Fortune, dueño de The Globe,
y ex de Peggy. La pobre mujer está muy incómoda, a pesar de que el Dr. Kirkland
está encantado de conocer al periodista, ya que se lee su periódico.
Fortune ignora a Kirkland
y le habla a Peggy con tono propietario olvidándose que es un hombre casado.
Todo acaba con una invitación del periodista para que Peggy vaya a hacer una
entrevista en Filadelfia. Se trata de entrevistar a Frances Ellen Watkins
Harper. Peggy quiere hacerlo. El ingenuo William la anima a aceptar y para cuando
llega la hija de Fortune a buscarlo, Peggy está en un dilema.
Fortune no es
ocioso y envía a la Mansión van Rhijn los detalles de la entrevista. Todos,
hasta Agnes, aconsejan a Miss Scott aceptar. Watkins Harper es muy conocida.
Todos menos Marian que sabe la verdad.
Peggy llega a la
estación escoltada por William, pero cuando se dispone a abordar el tren,
aparece Fortune. Anuncia, a pesar de las protestas de Miss Scott, que la acompañará
ya que hay preguntas que solo puede hacer él. Intenta cargar el equipaje de Peggy,
pero el Dr. Kirkland se entromete y le quita la valija. La prepotencia del
dueño de The Globe va en crescendo y pretende golpear al médico. Muy incómoda,
Peggy dice que o va sola o no viaja.
Fortune se macha
y William comprende por qué Peggy le ha dicho que su ex patrón era complicado.
Peggy dice que hay algo más y promete contárselo a su regreso.
Nota Historica:Frances Ellen Watkins Harper fue una
activista, ensayista y poeta. La primera mujer de color en publicar una novela
en los Estados Unidos. La serie nos dice que fue sufragista, pero se sabe poco
de esa etapa. Se cree que las feministas blancas (léase Susan B. Anthony y
Elizabeth Cady Stanton) opacaron su contribución a la causa.
George ya no Quiere
Ser Mandilón
Antes de comenzar,
quisiera dar una coordinadas. La última vez que vimos a los Duques de
Buckingham, iban zarpando de la Bahía de Nueva York. En los 1880, un viaje en
barco hasta Southampton duraba unos ocho días. Agreguémosle un par más para
llegar a Sidmouth, y otros para que Gladys se aclimate a su nueva vida, podemos
aventurar que este episodio tuvo lugar unas dos semanas después de la boda. De
ahí la insistencia de George por recibir noticias de su hija.
George está
sufriendo de una crisis de remordimiento. Recién cae que su mujer lo manipuló a
él, un duro e implacable Robber Barón. En un momento, le grita a Bertha que lo
ha dejado como un débil ante los demás. Ya no quiere ser mandilón y para
demostrarlo se desquita con Clay.
Lo acusa de no haber podido convencer a los
mineros de venderle las tierras que codicia ni de haber convencido a los
Merrick de Chicago de venderle sus acciones del ferrocarril de Illinois. Cuando
Clay usa el mismo argumento de JP Morgan, no es bueno hacer negocios en épocas
de crisis financiera, George lo despide groseramente.
Larry, El
Lenguaraz
El Señor Russell
contrata para la compra de las minas a su propio hijo, pero Larry no es tan
flexible como Gladys. Pregunta, con mucho desparpajo, qué gana él ayudando al
padre. Cuando George se sorprende, su hijo se vuelve locuaz y le cuenta no solo
que ahora es millonario sino también que va a pedirle matrimonio a Marian.
A George le
parecen estupendas ambas noticias. Le dice que ha escogido bien a su futura
esposa, que no se preocupe de lo que Bertha pueda opinar. Larry dice que tal
vez pueda invertir en el negocio del padre, pero para eso debe conocer los
detalles de las minas, de las tierras y por qué Clay no pudo comprarlas. A
George lo conmueve ver que su vástago ha salido tan astuto como el. Le recuerda
que es su mayor heredero.
Larry lleva a
Marian a un claro del bosque de Central Park y le presenta su anillo. También aprovecha
de contarle de la buena fortuna que les ha caído a Jack y a él. Juntos van a
darle la noticia a las tías de Marian. Ada está feliz. Agnes rezonga, no solo
emparentarán con “esa mujer”. Además resiente que su sobrina no le haya confiado su
romance, mintiéndole cuando la interrogó sobre Larry.
Las cosas
empeoran cuando Larry, que sigue parlanchín, les cuenta de la riqueza que ha caído
sobre el lacayo. Agnes quiere saber cuánto ha recibido Jack. En la cocina
también se han enterado y andan muy curiosos. Cuando descubren que quien todo
lo sabe es Mrs. Bauer, le aprietan las tuercas y…300.000 dólares ni hoy es una
suma menor, aunque hoy serian como nueve millones de dólares.
George contrata a
un tal Brinkley para que se haga cargo de su dinero. Entretanto decide buscar
ayuda de los Merrick que poseen una vasta cantidad de acciones del ferrocarril
de Illinois. Cuando descubre que Alfred Merrick está en el comité del Metropolitana
y conoce a Bertha, lo invita a cenar y le pide a su mujer que “lo hechice”.
Esa noche, Bertha
baja y se encuentra con Alfred que le fue presentado por Mamie Fish., pero se lleva
otra sorpresa. En el salón, y brindando con champaña, están su esposo, Larry y
Marian. Bertha presenta a Miss Brook como “nuestra vecina”. George la corrige
diciendo que es más que una vecina. Marian le da la estocada mostrando su
sortija de compromiso. Larry intenta explicar que todo ha sido muy rápido
porque debe partir a Arizona. Su madre no da crédito. ¿Cómo pueden pasar tantas
cosas sin ella enterarse?
Los Secretos
del Haymarket
Larry le dice a
Marian que no puede celebrar más con ella. Ha prometido encontrarse con su
compañero de cuarto en Harvard que va a casarse y van a despedirlo con una cena
de puros varones. Aunque Larry dijo que la despedida seria en Delmonico’s, esta
tiene lugar, como corresponde, en un club-burdel. Larry trae a Jack que pone
ojos de tamaño de un OVNI al ver tanta mujer despechugada, tanto licor, tantas
ruletas. Larry le dice que ahí puede solicitar lo que quiera, hasta hombres si
le gustan (¿??)
Como buen hombre recién
comprometido, Larry rehúsa los favores de varias pupilas del establecimiento
que se acercan, pero ve una que le interesa. Se le aproxima cuando ella está a
punto de salir del brazo de un cliente. Aunque dice llamarse Dolly y se ha teñido el
cabello, la reconoce: es Maud Blane, la estafadora.
A la mañana
siguiente, Larry se encuentra con Oscar y le cuenta de su encuentro. Promete
discreción. Oscar está visiblemente agitado con la noticia. Almuerza con John y
le cuenta. John es cauteloso. Le dice que no busque a Maud, que no busque
venganza. Le dice que ella ya ha sido castigada, obligada a prostituirse. Luego
se pone sermoneador, le recuerda que si Maud lo estafó, Oscar también ya que la
iba a forzar a vivir una mentira.
A ver, Johnny,
hay una diferencia. Oscar planeaba consumar su matrimonio. Él se casaba para
tener un heredero. Maud parecía saber el secreto de su novio. Y su estafa fue
un poco peor ya que afectó a toda una familia despojándola de su fortuna. No es
que Oscar busque venganza quiere clausura, quiere respuestas y yo, en su lugar,
querría lo mismo. Hay una conjetura a la que no me adhiero de que John ayudó,
por celos, a Maud a estafar a Oscar y que el dinero que le ha prestado es parte
de la fortuna van Rhijn.
Nota Histórica: Haymarket era el club que alcanzó más
notoriedad en el “Tenderloin” (filete) localizado en Five Points que vimos en Copper que ya durante la Guerra de Secesión era albergue
de todo tipo de delincuentes. Para la Gilded Age, el Tenderloin era un espacio
para establecimientos un poco escabrosos.
La Fama del
Haymarket se debía a su fachada elegante y respetable con su orquesta y una
troupe de bailarinas de can-can. Su nombre venia de un teatro londinense y el
edificio había sido un teatro en su día. Pero como sabían los clientes, en el
Haymarket se podían solicitar los servicios más sórdidos. Además de ser un
garito de juegos de azar era un sitio de trabajo para prostitutas (de ambos
sexos), con un burdel en el tercer piso y hasta fumaderos de opio.
Una Cena
Desastrosa
Chez Russell el dueño de casa lo está pasando
mal. En su afán de “hechizar” al invitado, Bertha se pasa de la raya (según su
marido) y coquetea abiertamente con Merrick. Mucha química entre ambos.
Incomodo, George hace una oferta torpe a Merrick durante un juego de billar.
Quiere comprar las acciones de su familia. En su brusquedad, hace que Alfred
pierda su concentración en el juego.
Merrick piropea a Bertha delante de George
Merrick le dice
que no quiere vender las acciones de un negocio que inició su abuela. George
promete dejar un espacio en su compañía para Los Merrick. Alfred le responde
cortes, pero honesto. “No lo conozco Señor Russel. Conozco a su esposa y ella
me simpatiza”, agrega que si George es millonario no es por cumplir promesas
sentimentales. Se marcha y George tiene una pataleta. “¡Me ha desilusionado!” chillay golpea la mesa de billar.
Esa noche, los
Russell se agarran de las greñas. Bertha está furiosa porque su marido
permitirá que Larry se case con Marian. Cortante, su esposo le recuerda que
Larry es mayor de edad y no necesita del permiso de Mami. George hace una
escena de celos y Bertha, aburrida, le dice que si le salió mal un negocio no
se desquite con ella. George se marcha bufando.
Nota Histórica: Hay muchas conjeturas sobre Merrick y
Bertha. Obvio que será su nuevo marido, pero no se parece en nada a Oliver
Belmont, el segundo esposo de Alva Vanderbilt que era un playboy, jugador,
bebedor de ajenjo y, más encima, con un padre abiertamente judío.
Alfred Merrick es
totalmente inventado. Los Merrick nada tenían que ver con el ferrocarril de Illinois.
De hecho, el presidente de esa compañía era Stuyvesant Fish, esposo de Mamie
Fish. Otra cosa que me preocupa es que Morenci nunca ha dejado de ser el centro
de la minería del cobre de USA. Nunca pasó el ferrocarril trasatlántico por
ahí. Una conjetura de los Dorados es que Larry verá el valor de las tierras e
invertirá en la minería, por lo que habrá un quiebre con su padre.
Lady Sarah, la
Prepotente
Y nos vamos a la campiña
inglesa. Gladys se sorprende al ver que el Castillo de Sidmouth está rodeado de
vastas tierras que, aun en carruaje, les toma casi una hora recorrer. Al llegar
al Castillo, son recibidos por una muchedumbre, son los granjeros e inquilinos
de las tierras de los Buckingham.
Nota Histórica: Esta sería la única gente que recibiría
y trataría con cariño a Consuelo en el Palacio de Bernheim. Cuenta en sus memorias,
The Glitter and the Gold, que a su llegada, esa muchedumbre desenganchó
el carruaje de los caballos y ellos mismos los acarrearon a los recién casados
hasta la puerta principal.
La Reina Any
preguntaba si habían ido a filmar a Inglaterra. En realidad, los interiores
fueron filmados en palacetes de Newport y Long Island. La vista de Sidmouth y
su parque fue creada con CGI, pero escenas como el cruce del puente fueron
filmadas anteriormente en Inglaterra con el carruaje superpuesto sobre el
paisaje.
Este cálido
recibimiento es opacado por la frialdad y tirantez de Lady Sarah. Es obvio que
no le gusta su cuñada y no pierde ocasión para zaherirla. Hector no
entiende. Fue su hermana quien lo obligó a casarse con “una heredera yanqui”. “Pero
no esperaba que la trajeras aquí” responde Lady Sarah. Tiene razón. Con todo el
dinero que recibió, Hector pudo comprar una casa en Park Avenue y vivir ahí sin
separar a su mujer de su familia y entorno.
Gladys se siente
apabullada por toda la etiqueta que debe aprender. Su único consuelo es la
compañía de Adelheid. El Duque ha invitado a algunos amigos a una cena intima
para presentar a la nueva duquesa. No alcanza a presentarla y ya Sarah la está
arrastrando de un brazo para regañarla como si fuera una niñita.
La molestia de Lady
Sarah es con el peinado de su cuñada. Adelheid lo ha adornado con broches
de brillantes. Sarah, que porta una diadema, dice que Gladys también debió
lucir una tiara. Hector trata de calmar los ánimos diciéndole que le gusta el
peinado de su mujer. Su hermana se empluma y lo arrastra a la mesa dejando a
Gladys solitaria hasta que un invitado se apiada de ella y la escolta al
comedor.
Nota Histórica: Esta escena me pareció un poco
rebuscada. ¿De dónde iba a sacar Gladys una tiara? En la aristocracia del Reino Unido,
las tiaras eran parte de las joyas familiares y pasaban de parte de la suegra a
la nuera por ser esta la portadora del título. Nunca a las hijas, aun cuando se
casaban. Las chicas solteras cuando las presentaban en la Corte pedían
prestadas las coronas de sus madres o abuelas. El deber de Sarah era entregarle
esa diadema que porta a la nueva Duquesa de Buckingham.
Otra cosa que
hemos visto en Upstairs Downstairs y en Downton Abbey es que la
aristocracia evitaba hacer escándalos o hablar de temas delicados delante del
servicio y de las visitas. El comportamiento de Sarah fue muy vulgar y seguro
que sería la comidilla de muchos.
Algo en que Sarah
tiene razón es que Gladys no podía organizar el orden de la mesa. No solo por
no conocer a los invitados, sino también porque las reglas de quienes se
sentaban a una mesa de un noble eran complejísimas. ¿Recuerdan cuando Robert
Crowley no quería que Dame Nellie Melba comiese en la mesa principal porque era
una cantante?
Un baronet tendría
precedencia sobre Sir Gary Oldman, a pesar de ser ambos “sir”. La diferencia es que Gary tiene un título
de por vida y el baronet lo ha heredado de su padre y lo pasará a su
hijo. Si en una cena estaban el Príncipe de Gales y un duque, el futuro
soberano ameritaba el sitio principal. Lo mismo si había un marqués entre
plebeyos. ¿Pero quién tenía precedencia ,un vizconde o el arzobispo de Canterbury? Esto era un dolor de cabeza para toda
anfitriona.
La Prepotencia
de Lina Astor
Marian hace un
viaje rápido a Newport para mostrarle su anillo a la prima Aurora. Mrs. Fane se
conmueve mucho por la alegría de Marian y por su visita. Lleva una vida
solitaria. A pesar de que hay familias locales que la han recibido bien,
extraña a su pandilla neoyorquina. Dice que los tribunales le han concedido quedarse
con las propiedades que ha compartido con Charles. Pero él se ha quedado con
los amigos y el modo de vida al que estaba acostumbrada Aurora.
Sin embargo, Aurora
está contenta. Ella y su prima han sido invitadas a un té en casa de Mamie
Fish. La razón es que Mrs. Astor (que sigue de capa caída debido a su
escandalosa hija) no vendrá a Newport.
Aurora y Marian
llegan a la Casa Fish y Mamie las recibe muy alborotada. Lina Astor está ahí. ”¿Tal
vez quiere retirarse, Mrs. Fane?” pregunta ansiosa la gordita. Aurora no es
cobarde y se queda, pero la tarde se ha vuelto humillante. Mamie se lleva a
Marian y deja a Aurora sola. Cuando la pobre divorciada va a sentarse con otras
damas estas, mu descortésmente, se levantan y se van como si Aurora tuviese
piojos.
La única que no
teme a La Astor es Bertha que, por una vez, se porta decente. Se acerca a
Aurora la saluda y le dice que la férrea moral de Mrs. Astor es una cortina de
humo para ocultar lo que ocurre en su casa. Lina quiere que Aurora se marche.
Mamie quiere que Aurora se marche. Mrs. Russell dice que si echan a Aurora ella
también se va. Para que su suegra no
deba arriesgar su reputación, Marian se lleva a su prima.
A solas, Mamie le
canta sus verdades a Mrs. Astor. ¿Estará dispuesta a castigar a su propia
hija de acuerdo a sus inflexibles reglas? Mrs. Astor responde que Charlotte no
se divorciará.
Nota Histórica: Charlotte se divorció en 1894 y su madre
la perdonó y exigió que se la recibiera, lo que provocó una campaña
mediática en contra de Lina por su hipocresía y su doble estándar.
Gladys Pide Auxilio
Gladys está harta
de vivir en un catillo lleno de trampas para ratones y un solo gato como le informa
su sonriente marido. Para colmo, Lady Sarah despide a Adelaida. Gladys la
enfrenta, pero se da cuenta que de nuevo tiene que lidiar con una mujer déspota
y un hombre débil. Toma cartas en el asunto y escribe una carta a su padre.
Cuando Bertha
retorna de Newport se encuentra a su marido encolerizado culpándola de la
desdicha de su hija. Bertha se asusta, promete partir a Inglaterra y
solucionarlo todo. “¡Ya no te creo!” le grita George. Añade que haga lo
que quiera, pero no espere encontrarlo a su regreso. Este matrimonio se ve muy
mal.
Ada de los Espíritus
Tal como anunció,
Ada visita a Madame Dashkova en su casa. La médium la sienta en una mesa (¿será
de tres patas?) al lado de una viejita que parece momificada. Enseguida
Dashkova hace aspavientos sobre algo que parece un pimiento asado. Sus gestos
recuerdan a los que hacemos las judías sobre las velas del Sabbath. Nada de lo
que hace sigue el protocolo de una seance (¡vieja chanta!).
Le pide a su
clienta alguna prenda del difunto. La
Viuda Forte le pasa el reloj del Reverendo. Tras otros aspavientos, Dashkova
anuncia la presencia de Luke y le dice a Ada que hable con él. Conmueve hasta
las lágrimas como Ada cree hablar con su esposo, como le cuenta de su soledad.
La médium la interrumpe, le dice que el Reverendo Forte la sigue amando que la
quiere tranquila, que no sufra. Ada parte de la sesión muy contenta (¿pero qué
pasó con el reloj?). Al llegar a su casa, le anuncia a su hermana que se quitará
el luto.
Factor Modas:
Un capítulo
histórico por lo feo de los atuendos. A Bertha se le ocurrió seducir a Alfred
Merrick y llegó disfrazada de sirena con unos calados que parecían red de
pescador. En Newport, La Russel andaba disfrazada de galleta oreo, blanco y
negro.
La Duquesa dejó el buen vestir en Nueva York. Este traje parece que tuviera esas guirnaldas con las que se adornan los árboles navideños alrededor del cuello.
Y este adefesio.
No sé si es disfraz de payasito, está envuelta en papel de regalo o es un
petardo de Año Nuevo.
Gattocito se
quejaba la semana pasada de que Peggy parecía tener mucho dinero para gastarlo
en ropa, pero viendo lo que usa, ha repetido muchas tenidas. El vestido rosado
que lució durante su charla es el mismo que vestía en la temporada pasada
cuando rompió su relación con Thomas T. Fortune.
En el caso de
Marian la vemos combinar trajes, faldas con chaquetas. En algunos casos el
resultado es desastroso como en su pedida de mano donde usa una ceñida levita
en tono verde almendra encima de una repolluda falda en estampados color
sandia.
De escoger el
peor atuendo, me quedo con el de Madame Dashkova que para invocar a los espíritus
luce un peto hecho de patitas de conejo (para la suerte será) donde
probablemente ocultó el reloj del Reverendo Forte.
Como siempre, es mi obligación escoger lo mejor para ser justos. Me voy a Newport donde Lina Astor ejerce su código hipócrita en brocado de seda blanco con jardinera haciendo juego.
También me gusta cómo va ataviada su víctima en tonos lavanda con un bonito
sombrero de paja de Italia adornado de no-me-olvides.
Bibliografia
Consultada Esta Temporada
Balsan, Consuelo: The
Glitter and the Gold.
Cannadine, David. The
Decline and Fall of British Aristocracy
Courcy, de Anne. The
Husband Hunters: Social Climbing in London and New York.
King, Greg. A Season
of Splendor: The Court of Mrs. Astor in Gilded Age New York.
Leslie, Anita: The
Marlborough House Set: An Intimate Account of the Scandalous, Romantic, Escapades
of Victorian England.
Peel, Daniel: What
Jane Austen Ate and Charles Dickens Knew: From Fox-hunting to Whist―The Facts of Life
in 19th Century Victorian England.
Sebba, Anne: American
Jennie: The Remarkable Life of Lady Randolph Churchill.
I am defo not liking esta temporada so far, there is entirely too much of boring Peggy and Gladys and Laryane thing. The only storyline I enjoy is ... well, none in this season. Hope it gets better, but if half of each pelicula will be about Gladys in Britain I might as well ditch the series next season. Even Ada is becoming boring with her non drinking crusade.
ResponderEliminarI understand you Gattocito because the script changed course and changed its demographics. It finally attracted a new audiences (early 30s and late twenties) by focusing on younger characters. In doing so it moved closer to Downton Abbey and a generation left behind, the teens that once were hooked on the doings of the Crawley sisters. I’m re-watching Downton and Upstairs Downstairs parallel to TGA, and I realize a) how much I love the genre and b) and for the first time I’m hooked in the characters in the American series. Not Marian or Peggy, but Larry and his sister and their misadventures, and of course Oscar. And as a historical drama, tGA is the best on screen right now. It has also been (this month) the #7 on-line series. (# is Untamed GRRRRR) and the most popular in HBO.
EliminarAside from Bertha’s shenanigans, what attracted you from the series originally?
Yes, this season has great numbers, but that is because it airs in summer when there is nothing else on, if it was in September or October the story would have been differente, methinks.
EliminarI loved the plotting and battles in previous temporadas and also sets and costumes were better in first temporada, and then all went to merde in secunda and terca temporada with darkness and kitsch. There were also more hot hunks in previous temporadas, none on screen so far. Where are all the actors they cast last summer for this season?
I understand that it was the Russell-Astor War that interested you, and it’s gone. They stretched it as far as it could go. I understand you miss Marian’s former suitors? Refresh my tired memory. Which actors were cast and did not appear? I have joined several FB Gilded groups and hovered about YT reviews and those involved belong to the group I mentioned. And are people that have watched Succession and House of Dragon so it’s not like they would watch it only because it was a summer program. But then perhaps those who watched it because there was nothing else to see, get hooked and will become a devoted audience regardless of what season TGA will be shown next. Sorry, but I do want a fourth season.
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