The Road to Calvary
Después de dos capítulos
donde no pasa casi nada, el cuarto es el más movido. Por fin Ivan Ilich Telegin
consigue huir del campo de prisioneros, ayuda a una refugiada a enterrar a su
hijo, la salva de una violación y antes de volver a las líneas rusas, ¡se
encuentra con Bessonov! El muy bandido sobrevivió, y vive como ermitaño,
rodeado de botellas de vodka. No quiere acompañar a Telegin (que no lo
reconoce) ya que se sabe desertor.
Telegin herido
cae en manos de Liza, tal como ella yo lo ha soñado. Es humillante como ella
vuelve a declararle su amor, pero también es conmovedora. Contrasta con la
actitud de Dasha y como lo va a tratar cuando vuelvan a encontrarse.
No puedo creerlo, después de casi dos años de
ausencia, el encuentro entre los novios es un fiasco. Llena de celos al saber
que Iván Ilich estuvo con Liza, Dasha finge indiferencia. Por suerte, Katia le
puede explicar al atónito ingeniero lo que ocurre.
Dasha no puede
ser tan inmadura. No aporta a su vida sentimental ni un cuarto de la compasión y valentía que muestra en el hospital.
Sobre todo cuando cachetea al bolchevique Roskov que amenaza que cuando llegue
la revolución, él y sus tovarich la
violarán en manada. ¿Se han fijado que todos los comunistas son retratados de
manera negativa? Como los revolucionarios
de pacotilla que Liza dejó instalarse en el piso de Telegin.
El romance de
Vadim y Katya es conmovedor, sobre todo porque ella ha decidido que no volverá a
ser una adultera. Se divorciará de Nikolái.
Y tuvimos boda.
Liza, en un acto impulsivo e irreflexivo, se casa con Arkady que ha perdido un brazo,
pero no su sarcasmo ni irreverencia. Veo esta relación de color de hormiga y
como el pope que los casó, hay que
pedirle al Cielo que los salve.
Rusia se está yendo
a las pailas. Telegin se mete a trabajar a una fabrica llena de pacifistas y rojos
furibundos que rompen todo. En el hospital hay huelga de enfermeras, los
enfermos se alborotan, Matyusha y Dasha no se dan abasto.
El Zar abdica y él
y su familia son arrestados. La única que lo llora es la criada Marfusha. En el
frente Vadim se encuentra ante un caos. Los soldados fraternizan con el
enemigo, los otros se mueren de hambre o de enfermedad. El oficial en comando
dice que no sabe ya por qué ideales pelea. Llega Nikolái, es el comisario del Gobierno Provisional. Les
viene a decir a los soldados que ya no tienen que tratar con respeto a sus
superiores, todos son iguales, pero cuando les niega permisos, los soldados lo
linchan.
En medio de toda
este anarquía, Dasha y Telegin se casan. No sé si será porque me he enamorado
de Ivan Ilich, pero siento que Dasha no sabe quererlo. Mas lo quería la loca de
Liza.
Hablando de esa
pobre mujer, ahora vive en un cuartucho. El marido tendrá un solo brazo, pero
le sirve para empinar el codo, tirar cenizas al suelo y (algo útil) asaltar y
robar a un borracho a la salida de una taberna. Al menos ahora tienen para
comer.
A otra a la que
asaltan es a Katia, le roban 45 rublos que consiguió por unos aretes que valían
más. Katia vende el departamento y se va a vivir con los Telegin. Dasha está
embarazada. Vadim renuncia a su comisión, vuelve a San Petersburgo y le pide matrimonio
a Katia.
Me gusta
muchísimo esta serie, a pesar de que las protagonistas son más inmaduras que Servidora
a su edad.
El Ministerio del Tiempo.
El episodio de Lope
de Vega me encantó. Siempre es un gusto ver a Víctor Clavijo y el humor le quedó
bien. Sobre todo en su intercambio con Julián seguido de un cabezazo de
enfermero. Esta vez, Julián salvó la virginidad de Amelia, y Alonso salvó al
hijo que no conocía. Como siempre, buen
equilibrio de humor y emotividad.
El episodio de
Hendaya que era el que había yo visto, no acabó de gustarme. Siento que les va a ser más
fácil visitar épocas donde no necesiten de corrección política.
El episodio
cuatro es interesante aunque un poco disparatado. Ben Temple, quien hiciera de Alan Hillgarth en “el Tiempo
entre Costuras”, da vida a Aaron Stein, tinterillo judío y gringo que viene
representando los intereses de los descendientes de Abraham Levy el primero en
encontrar las Puertas del Tiempo.
Resulta que se
enteraron (me huelo a Lola por ahí) que Isabel la Católica no cumplió su
palabra, por lo tanto exigen una suma millonaria si no desean que expongan las
traiciones que forman las bases del Ministerio del Tiempo. Ok, tenemos una
panda de judíos codiciosos, pero también la revelación de la existencia del
Ministerio es un peligro que Marty no desea
correr.
Se hará lo
imposible, hay que rescatar al Rabino Levy de las manos de Torquemada. Para mayor
inconveniente, ese portal solo les permite 24 horas para hacerlo. Si se pasan,
quedarán atrapados en el pasado. Tal eventualidad es evitada a punta de todos
los días inventarse un plan diferente. Todos fallan. Martí se rehúsa a seguir
el plan de Alonso que quiere hacer un rescate a lo Entebbe. El director le sale
con sensibilidades modernas, se puede morir algún campesino inocente que
resulte ser el tatarabuelo de Ramón Cajal, etc.
Terminan en una
especie de “Día de la Marmota” donde los planes fracasan y todos los días
repiten las mismas acciones, hasta el punto de que Julián se sabe de memoria
los insultos que el populacho le endilga al pobre Abraham cuando lo pasean con sambenito.
¡Entremedio descubren que Ernesto es Torquemada!
Este es el episodio en que
Michelle Jenner repitió su interpretación de Isabel la Católica Sin Fernando
obviamente y Julián sale con que la reina le parece cara conocida.
Finalmente
Ernesto debe viajar y ocupar el lugar del Gran Inquisidor. Por supuesto el
verdadero Torquemada aparece, todos deben huir menos Ernesto. En su celda
Ernesto confiesa a Fray Tomas que es su padre, pero eso no lo salva de la hoguera.
¡El que lo salva, y en motocicleta, es Alonso!
Queda el problema
de haber cambiado la historia, pero el Rabino Levy los tranquiliza. Sufre de
cáncer terminal, igual morirá. Marti se da el gusto de refregarle al rabino en
la cara al abogado chantajista. Abraham Levy además, y en hebreo, le mete en cabeza al leguleyo el miedo a D-s y
a los fantasmas. Stein sale huyendo, no vaya ser que se le instale un dybbuk en
el cuerpo.
El relleno cómico
estuvo a cargo de un teatro en el que Amelia, para librarse de su casamentera
madre, trae “un pretendiente” a casa. El pretendiente es Julián. Lo serio es
que Amelia ha descubierto que en algún momento se casó y tuvo una hija. También
ve su tumba que le indica que murió joven puesto que la lápida la pusieron su esposo e hija junto con los
padres de ella.
El capítulo sexto
fue un poco aburrido aunque movido. El MOMA (Museum of Modern Art) de Nueva York
anda diciendo que la venta del “Guernica” no fue de trigos limpios y quieren
que se lo devuelvan. Los viajeros del tiempo necesitan recobrar el recibo de venta
de Picasso. Para eso deben ir primero a la Barcelona de La Guerra Civil. Cuando
esa misión falla, deben llegar al Madrid
del 81 y recoger el recibo en el aeropuerto.
En las dos
ocasiones un viajero del tiempo llamado Paul Wescott se les adelanta. Sera
Velásquez quien rescate la situación yendo al 1899 a conocer a su ídolo Picasso
y a conseguir un autógrafo. Con eso y una máquina de escribir de los 30, Amelia
falsifica el recibo.
En el Madrid de
su infancia, Julián va a un concierto,
compra discos, conoce a una Mayte de tres años (ya esto parece The Time Traveler’s Wife) y aleja a su
padre de la mujer de la vida de éste. Hay padres egoístas e hijos egoístas.
Alonso se escandaliza
ante el matrimonio entre el mismo sexo y el voto femenino. Comienza a hablar de
brujería y (a pedido mío parece) se pregunta si estará trabajando para El
Diablo. Eso no se sabe en vida, amigo mío.
Berlín Babilón
Es una tortura
tener que verla una vez por semana, pero como con el chocolate, tengo que
racionármela. Cada vez mejor. Entiendo que Sorokina quiera recobrar el dinero
de su familia y que no le importe cuantos estalinista y troscos tenga que llevarse
por delante, pero Kardakov me da penita. Eso si es duro de matar. Sobrevivió a
la bala de Sorokina y a una caída de cuarto piso. Ahora el cuento del oro
Sorokin ha quedado en manos del Armenio.
El espectáculo de
la policía confrontando a los comunistas el Primero de Mayo fue monumental y esas muchedumbres se ven
mucho mas peligrosas que el mísero grupo de Freddie Thorne de “Peaky Blinders”.
Cuando Gereon y Wolter corrían, buscando refugio de las balas y de las bombas
Molotov , me recordó el año en que trabajé en la Católica de Valparaíso y para
llegar a la parada de bus, tenia que
refugiarme, del gas lacrimógeno, los
ladrillazos y los chorros del guanaco, en portales parecidos.
Seguimos viendo a
la doctora “stalina”ahora atendiendo a la pobre señora baleada por una ventana.
Que escena tan bonita de la moribunda mirando a Gereon y diciendo “eres tan
lindo”. Ohhh y el “tú también eres muy linda”. Me gustaría morir en los brazos
del Inspector Rath. Pero la pobre señora fallece en brazos de Wolter (Gereon
fue a buscar a Stalina que tanto atiende heridos de bala, señoras sifilíticas, como hace discursos callejeros).
También Wolter se
portó muy romántico, pero lo arruinó todo con eso de presentarse en el Mocha
Efti a chantajear a Lotte con denunciarla por practicar la prostitución sin
estar inscrita. Ayyy no solo la ha convertido en su espía ¿también tuvo que
obligarla tener sexo con él? El
espectáculo de Wolter encuerado me dio agruras.
Tal vez no me
había dado cuenta de que el trabajo de Lotte no solo era darle latigazos a
clientes masoquistas, pero me dio mucha pena. Una niña tan brillante. Nada de esto
ocurre en los libros donde ella es estudiante de leyes, pero la serie la hace más
conmovedora.
Aunque nunca tan patética
como Greta, pobrecita parece una niñita y ahí muerta de hambre en la calle casi
como pordiosera arrastrando su maleta que otros le quieren robar. En todo Greta
esta peor que Lotte. Ni siquiera puede prostituirse porque tiene esa cicatriz
(¿es de cesárea?) en el bajo vientre. ¡Ya sé quién es Greta! Es Leonie Benesh, la
que interpretó a Cecilia, la hermana del duque de Edimburgo en “The Crown:”
Bueno ese primer
almuerzo de las amigas con Lotte dándose tono de cuán importante es su trabajo
en el cuerpo de la policía, pero cuando aparece Wolter casi se esconde bajo la
mesa. La pobre Greta casi lamiendo su plato y quedándose con la propina. Pero
Lotte también pasa hambre. Casi le arrebató el plato de puré a Gereon.
Me encantó esa
primera cita en un nuevo bar, ahora vimos la cultura travesti. ¿Herr Graff es
el fotógrafo de la policía? Y Tcherkoff el artista trans disfrazado de Robert
Preston en Victor/Victoria que, a
propósito, fue un filme alemán de esa
época.
Hablando de cine.
Gereon y Lotte, paralelamente, se entrometen donde no deben. Ella se mete al
departamento de Sorokina, descubre la bala que Svetlana disparó a su amante y acaba presa. Gereon en su
búsqueda del filme porn, irrumpe en la sala donde Sternberg revisa un corto de
“El Ángel Azul” que debutaría un año más tarde. Gereon pregunta quien es la
actriz. “¡Marlene Dietrich, cretino!” le
responde Joseph von.
Curioso que Lotte
y Stefan (el hijo de la pareja sordomuda) estén involucrados ambos en espiar,
uno a Wolter , la otra a Gereon. Por suerte Lotte no le ha dado a Wolter la
ampolla de morfina del inspector Rath. Lo único que Wolter ha averiguado es que
Rath dejo un amor en Baviera. A ver si la tal Helga viene a Berlín. Pero yo quiero a Gereon con
Lotte.
En su investigación
sobre el filme, Gereon encuentra una desagradable sorpresa. En el trasfondo de
la foto está el retrato de Yucatán, el
caballo de su hermano.
Llegamos al
episodio 6, la mitad de la primera temporada. Es un domingo soleado y nos toca ver
como lo celebran cada personaje, cada facción. Gereon despierta con su casera
en la cama. ¡Pero este muchacho no deja títere con cabeza! Como es un buen católico
va a misa, a la misma iglesia donde el Comisario Benda toca el órgano.
Benda presenta al
bávaro con su esposa Irmgard, ferviente católica, pero cuando Rath ofrece su turno al confesionario, el comisario lo
rechaza. “No es mi club” dice. Le toca a Irmgard explicar que su esposo es
judío y se niega a bautizarse. Gereon tampoco tiene ganas de confesarse,
finalmente le suelta al curita que hace diez años que se acuesta con su cuñada
y que es posible que su hermano esté vivo.
Lotte ha ido al
Wannsee a nadar con Greta y Stefan. Parece que el sitio es un club privado, el
Akademischer Ruderclub. Unas chicas presumidas se burlan de la ropa de Greta y
la llaman a ella y a Lotte “proletarias”.
Llega Rudi, que se cree muy chulo.
Decide demostrarlo bañándose desnudo. Como es serie alemana enseña lo que le
cuelga, pero las esnobs encuentran a Stefan mas interesante porque sabe leer
los labios.
Vemos a dos
jóvenes discutiendo política. Uno menciona a Hitler, por primera vez es la
serie. El otro es Fritz, al que vimos unirse al Partido Comunista en el
episodio pasado. Ambos deciden robarse el bote de las esnobs. De paso
secuestran a Greta que está encantada con Fritz.
Lotte le da entender a Rudi,
después de un beso, que pasarán la noche juntos. En realidad más le interesa
que su pretendiente, como estudiante de
medicina que es, sepa de anatomía.
Me encanta la
música de fondo. Pensar que "Dance Away” era una cancioncita más y Bryan Ferry
la ha transformado con ritmo de jazz. Me gusta más lo que han hecho aquí con la
banda sonora que la de “Peaky Blinders” Aquí es como en “Boardwalk Empire”, hay
un intento de recrear la música de entonces aunque suena más moderna.
Volvemos a ver al
General Seeger que ahora ha ido a pasar un domingo de cacería en las extensas
propiedades de Nyssen (quítenle la “n” cámbienla por una ‘t” y ya saben quién
es). Nyssen y su madre permiten que Seeger y el Oberts Wend (seco para matar
venados) usen sus tierras como campo de entrenamiento para su ejército de 4,000
hombres. Aunque no lo explican, me imagino que esta organización busca el
regreso del Kaiser y para eso deben derrocar a la República de Weimar.
El oro de
Sorokina, no nos olvidemos de eso. El Armenio lleva a Kardakov a que el Dr. Schmidt
(que es psiquiatra, hipnotista y ahora traumatólogo) le arregle el pie luxado.
El violinista ofrece pagarle opíparamente al gánster si lo ayuda a recobrar el
oro. Kardakov y
El Armenio acompañado de sus
propios Peaky Blinders parten para la estación a asaltar el tren.
Someten a los
guardias, solo uno consigue ocultarse y ser testigo. Kardakov se sube al vagón
que tiene el numero que le dio su amante, abre la válvula y ssssssssss. El gas
se escapa. Recordemos que Sorokina cambió los rótulos. El Amenio y sus hombres huyen cargando al
violinista. Llegan guardias con mascaras de gases, pero el único testigo ha
muerto.
Gereon abandona
la casa del Comisario Benda donde todos lo pellizcan para que escriba un
informe sobre como los Rojos mataron a la señora del balcón. El Inspector Rath asiste al velorio de la víctima. Hay una
fila de deudos en la escalera, Fritz entre ellos. Gereon nota por las marcas de
las balas que tuvo que ser la policía la que mató a Frau Novak. Debe salir huyendo
porque lo identifican como policía y casi lo linchan.
Lotte y Rudi
están en la morgue. Rudi abre al pobre ruso torturado y examina sus pulmones.
Cree que o es minero o maquinista de tren. Lotte revisa las manos del muerto y
decide que, a pesar de las torturas, son demasiado suaves para un minero. Debe ser
maquinista. La autopsia es interrumpida cuando llegan a hacerle la autopsia al
pobre guardia gaseado. Lotte escucha que hubo una fuga de gas en la estación.
No sé cómo vincula ambos casos.
Gereon recibe una
llamada extraña donde solo escucha a alguien silbando una melodía. Vuelve a la pensión
y se encuentra a Bruno y a la casera cogiditos de las manos. Hoy es el
aniversario de la muerte del marido de ella. A solas, Gereon pide ayuda a Wolter. Necesita encontrar
a Franz Krajewski.
Wolter lo lleva a
un tugurio donde están apilados veteranos mutilados y drogadictos. Franz está
raspando la pintura de la pared, la mezcla con raspadura de fosforo, y agua que calienta sobre una vela, pero aparecen los
polizontes a interrumpirlo. Otro drogo le roba la jeringa y Krajewski acaba
encerrado en una celda.
Como si le ofreciera
una zanahoria al burro, Bruno le mete una ampolla bajo la nariz. Cuando quiera
confesar que hizo con el film, entonces recibirá un regalo. El prisionero
escupe que necesita algo más fuerte. Bruno se conduele “y yo que creí que esto les bastaba a los pollos
tiritones”. Le mete la ampolla en el bolsillo a Gereon. Este se da cuenta que
su secreto ya no lo es.
Los inspectores
se encuentran en el callejón, intercambian golpes e insultos. Al final terminan
más o menos amigos. Yo decidí hacer trampa, me leí un spoiler y ahora estoy más
tranquila. Wolter me descoloca, pero efectivamente es el villano del cuento. Ya
no tengo que hacer esfuerzos para entenderlo o quererlo.
En mi nueva onda
de “Bruno es una cucaracha” no me sorprende verlo aceptar un sobresueldo de la
madame del Mocha Efti. Ahora sabemos que es coimero. ¿Están tratando de decirnos
que la policía de Weimar era más corrupta que las anteriores y qué eso acabó
con la República?
Vemos a Lotte y a
Bruno consumir ajenjo. Al menos el gordo está vestido. Le cuenta a Lotte que
Gereon ya sabe que él sabe que es drogadicto. Lotte le recuerda que a cambio de
su delación, le prometió un certificado de buena conducta. Bruno cree que
Gereon fue el que registró su gaveta. Le exige a Lotte averiguar si fue él. De otro modo no tendrá su certificado y no
podrá postularse a inspectora. Lotte
tiene la decencia de no delatar a Stefan.
El Armenio lleva a
Kardakov donde el Dr. Schmidt que como buen curalotodo que es, le salva la
vida. Ya les dije este trosco es duro de matar. Edgard y el médico van al atrio
que está lleno de pacientes, veteranos, mutilados (a algunos les falta media cara como a Richard Harrow). Al sonido
de un gong, todos entonan la canción que Gereon escucho silbada en el teléfono.
Se trata de la conocida “Yo tenía un
camarada”(Ich hatt einen kameraden)
que era usada como marcha fúnebre del ejercito prusiano (y hoy de otros
ejecitos, incluido el chileno).
Quiero dar una
breve explicación política. Breve, porque estoy aprendiendo con la serie (lo
mismo con la de Tolstoi). Weimar, el primer gobierno demócrata de Alemania,
tras la caída del Kaiser era Social Demócrata, un partido de
centro-izquierda. Benda es Social Demócrata.
Los Freikorps como el que están manteniendo los Nyssen son extrema derecha.
Como sabemos, la extrema derecha termina
cayendo en brazos del fascismo. así que estos son malos. Ya sabemos quienes son
los comunistas alemanes, Fritz, la Doctora, etc. Los estalinistas (el
embajador, el torturador, los sicarios que vinieron al departamento de
Sorokina) y los trotskistas de los cuales solo Kardakov ha sobrevivido.
Segunda lección:
En 1929, al gobierno de Weimar, prohibió las manifestaciones del Primero de Mayo.
Como resultado, socialistas y comunistas marcharon igual. El gobierno les lanzó
la policía encima. 200 personas resultaron lesionadas, 33 murieron. La más grave consecuencia: un quiebre total entre
extrema izquierda y gobierno.
Sigo opinando que
en Netflix es la oferta continental la que lleva las de ganar. El Ministerio es
muy entretenida, pero todavía no me puedo enganchar con los personajes. “The
Road to Calvary” tiene la sorpresa de que la historia sea el personaje
principal. Generalmente el marco histórico sirve de trasfondo, aquí los personajes
son movidos por los sucesos del día a día.
En cuanto a BB, ya no puedo ser objetiva. Amo a esa serie casi tanto como a
Gereon, a Lotte y ahora a Fraulein Greta.