martes, 5 de septiembre de 2023

El Tercer Reich y la Comunidad LGTB: ElDorado en Netflix (II)

 


En su primera parte,  Eldorado What the Nazis Hate  ha intentado darnos una visión del Berlín de Los 20 y de su permisiva cultura en lo referente a las costumbres sexuales. Se enfoca en tres personajes tan diferentes que su único vínculo en común es su orientación sexual y su afición al cabaret  ElDorado. En los últimos cuarenta minutos, el docudrama repasa muy brevemente como el nazismo destruyó la Cultura de Weimar y a estos personajes.

Parte de la propaganda nazi era un repudio a la cultura de Weimar , su falta de censura y de límites en lo que respecta a conductas sexuales. Ese fue un motivo para que los votantes conservadores llevasen al Partido Nazi a una victoria total en enero de 1933. Asentados en el Reichstag, y tras haber obligado al Mariscal von Hindenburg, jefe de gobierno,  a compartir el poder con Adolf Hitler, los nazis emprendieron la tarea de “limpiar “a Alemania de una homosexualidad que asociaban con la corrupción judía.

Bares como ElDorado fueron clausurados, revistas y otras publicaciones pornográficas fueron quemadas públicamente dejando de existir. Ya no se filmaron cintas con explicaciones científicas sobre el drama de no ser heterosexual y no se hablaría por cuarenta años más sobre la posibilidad de eliminar el Párrafo 175 del código penal germano.

                                      Nazis clausurando ElDorado

El final de Magnus Hirschfeld y su Instituto

La primera víctima fue el Instituto para el Estudio de la Sexualidad. Unos días en el poder y ya los nazis habían caído sobre el edificio rompiéndolo todo, quemando la cuantiosa biblioteca y golpeando a los que encontraron ahí dentro. Por mucho tiempo se creyó que habían matado a Dorothea Rich, una de las pacientes transgénero de Magnus Hirschfeld. Por suerte el director no se encontraba en Alemania. Tras visitar Rusia y descubrir que el estalinismo no veía con ninguna simpatía a la Gente Queer, Hirschfeld se dedicó a dar conferencias por el mundo.

La llegada de los nazis al poder lo encontró en Suiza. Hirschfeld decidió sabiamente no regresar. En realidad, no me da mucha lástima. El docudrama no se explaya sobre la vida personal del gran sexólogo, pero consiguió sacar parte de su fortuna de Alemania lo que le permitió instalarse en un lujoso apartamento en Niza, mientras en Berlín su fiel amante y su hermana Richa luchaban por proteger lo que quedaba del Instituto.

Para cuando Karl Gries, cargando los pocos libros que lograron rescatar de la biblioteca, llegó a Francia Hirschfeld se había conseguido un amante más joven, un estudiante de medicina chino . El Profesor esperaba que formasen un menage a trois. A Gries no le quedó más remedio que aceptar, pero parece que buscó otro consuelo puesto que el Escuadrón del Vicio parisino lo sorprendió en un baño público con otro homosexual. Karl fue expulsado de Francia.



Karl Gries se instaló en Praga. Magnus Hirschfeld no vivió mucho tiempo en el exilio, ya que falleció en 1935. Tuvo más suerte que muchos en su entorno. En Praga, Karl; inició una relación con un abogado judío llamado Karl Fein. Cuando los alemanes ocuparon Checoslovaquia, Gries se suicidó. El licenciado Fein murió en Auschwitz. Richa, la fiel hermana de Magnus Hirschfeld,  fue deportada al “Ghetto Modelo” de Theresienstad donde murió.  

Las cosas no fueron fáciles para Charlotte Sharlaque y Toni Ebel tampoco. Siendo ambas judías ahora, su único camino era la inmigración. Partieron hacia Checoeslovaquia. Unos años más tardes, Brno donde vivían se convirtió en parte de Eslovaquia, nación títere del Reich. Charlotte, judía de raza y extranjera,  era la que corría mayor peligro. Fue arrestada y la amenazaba un viaje a un campo de los que no se vuelve. Toni solicitó ayuda del cónsul estadounidense que consiguió la liberación de Charlotte y una visa para Suiza.

                                        Toni y Charlotte

Toni Ebel permanecería en Brno. Aunque fue arrestada varias veces por la Gestapo,  sobrevivió la guerra. Se trasladó a la Alemania del Este donde solicitó y recibió una pensión como Victima del Nazismo. Vivó de eso y su pintura hasta el fin de sus días. En San Francisco, su pareja se dedicó al teatro , nadie nunca cuestionó su género. Toni y Charlotte tuvieron un final feliz, no así los otros protagonistas de esta historia.

La Caída de Ernst Rohm

El inicio del Tercer Reich tiene a un Ernst Rohm en la cúspide del poder, se pavonea sintiéndose intocable. No se percata que cercano a él hay fuertes enemigos. Rohm ha creado en sus S.A. un paraíso para las amistades masculinas lo que puede o no llevar a relaciones entre el mismo sexo. Predica que el superhombre nazi trasciende las ataduras heterosexuales, estimula una camaradería que tiene a sus subalternos encerrados en un paraíso de machos donde todo lo hacen en conjunto.



Para Heinrich Himmler, líder de las SS, las connotaciones homoeróticas del estilo de vida de los S.A. son alarmantes . Van en contra de su propósito,  aumentar la raza de superhombres, algo que solo puede hacerse vía matrimonio y relaciones heterosexuales. Himmler comienza a intrigar en contra de su rival. Convence al Fuhrer de que Rohm no solo es un bochorno para el régimen, sino que además las S. A. están planeando un golpe de estado para sacar a Hitler del poder.

Será en lo que la historia conoce como La Noche de los Cuchillos Largos que perecerán Rohm y sus S. A. Fue ejecutado junto con muchos de sus hombres durante esa purga. Otros se unieron a las victoriosas SS. Los con récord gay tuvieron dos alternativas: casarse y procrear hijos o acabar en campos de concentración. Lo que había sido una masacre para acabar con elementos disidentes cercanos al gobierno, es explotado por los nazis como una cruzada moralista que pretende acabar con depravados que quieren pervertir a la juventud aria. De ahí se desatará una caza de brujas en contra de los gay.



Una falla del documental es que apenas se detiene en la persecución de la población homosexual. Habla un poco de que algunos acabaron en campos de concentración, donde fueron elegidos para las peores faenas y el peor trato. Aunque se alude a la castración como una vía para que los gays pudiesen purgar sus “malos hábitos”,  no hablan de los experimentos barbaros a los que fueron sometidos. De alguna forma, Eldorado perpetua el silencio y desinformación sobre el trato de la comunidad LGTB alemana bajo el nazismo.

La Ordalía de von Cramm

He dejado para el final el caso de Gottfried von Cramm, una historia trágica, con un final semi feliz. En 1932, el Barón von Cramm se convierte en el campeón de tenis de Alemania. En 1933, gana los dobles mixtos en Wimbledon y en 1934 el Abierto francés (Roland Garros). Pronto será reconocido en el mundo entero por su atractivo, por su pasión por su fair play y su caballerosidad en la cancha.

Los nazis babean por él. El Barón es un digno representante de la belleza aria y un orgullo para el deporte del Tercer Reich. Como con Rohm,  están dispuestos a olvidar los pecadillos del atleta puesto que solo los conocen sus íntimos.  Gottfried von Cramm se niega a unirse al Partido o ser un instrumento de propaganda de un régimen que desprecia. Por el contrario, vocaliza su repudio en entrevistas en el extranjero sobre el error de los nazis de obligar a jóvenes a hacer el servicio militar en años que deberían ser dedicados al deporte. También habla en contra de impedir que ciertos deportistas alemanes representen a su país cuando su único “pecado” es ser judíos.



No solo es el mundo del deporte el que segrega a los judíos. Manasse está desempleado, las puertas del teatro y el cine se le han cerrado. En 1935,  decide macharse a Portugal Como a los judíos se les prohíbe salir del país con mucho dinero encima,  el actor le entrega su fortuna a su amante con la condición de que, en cada viaje al extranjero,  Gottfried le haga llegar parte de ese dinero. Von Cramm lo hace ignorante de que está bajo a vigilancia de la Gestapo.

1937 será un año decisivo en la vida del tenista. En El Cairo ha conocido a Bárbara Hutton, “la mujer más rica del mundo”. La heredera del Imperio Woolworth es también la más desgraciada . Está casada con un golpeador, el Conde von Reventlow. Conocer a alguien tan guapo y caballeroso como el Barón von Cramm la deslumbra. Gottfried no tiene tiempo para otras mujeres. La suya ha solicitado el divorcio. En la serie nos dicen algo muy tonto que Lisa se ha cansado de que su esposo prefiera el deporte antes que a ella. En realidad, se ha enamorado de un jugador de hockey llamado Gustav Jaenecke que será su segundo marido.



Manasse se ha instalado en Paris. El plan es que Gottfried y él se reúnan, pero los nazis tienen otros planes. En abril 1937, el Barón cena con su familia en su castillo ancestral cuando llegan agentes de la Gestapo a buscarlo. Lo interrogan acusándolo de haber tenido tratos con un prostituto que lo ha delatado. Indignado, Gottfried exige un careo con su acusador. Como todo es una faramalla de la Gestapo,  se le deja en libertad.

                                 Una de las escasas fotos de Mannase Herbst

Von Cramm no correrá con tanta suerte en 1938 cuando vuelve a ser arrestado. esta vez la acusación es más grave e involucra a Manasse. No solo el tenista ha tenido relaciones sexuales con un judío además lo acusan de haberle suministrado ayuda económica, lo que es un delito en la Alemania nazi. Aconsejado por sus abogados, el Barón reconoce haber tenido un fling con el judío. Sitúa ese encuentro en la época después de su luna de miel cuando descubrió que Lisa le era infiel. En estado vulnerable se dejó seducir por el actor. El dinero es parte de pago por una extorción “de un judío solapado”. Lo más importante, Gottfried admite haber tenido un relación física, pero que no pasó de masturbación mutua que no es considerado crimen en el tercer Reich

Aun así,  el Barón von Cramm es condenado a un año de prisión que debe servir en el campo de concentración de Rollwald. La noticia se filtra al extranjero y causa consternación en la comunidad deportiva internacional. Llegan rumores pavorosos. Von Cramm ha sufrido un colapso nervioso y está internado en una clínica, incluso se rumora que ha muerto. En Estados Unidos, varios deportistas,  incluyendo al famoso pelotero Joe DiMaggio,  firman una petición solicitando la excarcelación del tenista. Barbara Hutton, ahora divorciada, intenta conseguir a través de Edda Ciano, la libertad de Gottfried.

        Farrah Fawcett en Poor Little Rich Girl: The Barbara Hutton Story con Sascha Hehn (de espaldas) interpretando a Gottfried 

Quien tiene más suerte, es la madre del prisionero. La Baronesa von Cramm se entrevista con Göring que,  preocupado por las repercusiones internacionales del caso, ordena la libertad del Barón. Gottfried es invitado por el rey Gustavo de Suecia a ir a recuperarse en Estocolmo. Después el tenista parte a Londres dispuesto a participar en el torneo de Wimbledon, pero una claque de fascistas que regula el deporte inglés le impide participar argumentando que es un criminal convicto. Gottfried von Cramm no volverá a competir ni siquiera en Alemania sino hasta la posguerra.

Es reclutado por la Wehrmacht al inicio de la Segunda Guerra Mundial. Su condición de ex reo le impide ser oficial. Es la caótica situación en el Frente Oriental la que lo coloca al frente de un batallón que sustenta cuantiosas bajas. Casi congelado,  Gottfried es enviado a la retaguardia y luego expulsado del ejército, durante la purga hitleriana de militares de la nobleza. Esto salvará su vida.

Es en la época que Gottfried von Cramm se acerca a grupos militares que buscan derrocar a Hitler. Por invitación del Rey de Suecia viaja a Estocolmo en varias ocasiones llevando mensajes de la resistencia alemana. Según la Princesa Marie Wassiltchikoff en sus famosos Diarios de Berlín, tras el fallido atentado de von Stauffenberg, el tenista se ofreció para matar a Hitler.



Von Cramm Redux

El final de la guerra encontró a Gottfried von Cramm vivo y dispuesto a rehacer su vida. En un país criminalizado en la imaginación universal, era uno de los pocos hombres respetables y limpios del estigma del nazismo. Se dedicó a restaurar el tenis en Alemania, volvió a ganar y volvió a competir en el extranjero. Al mismo tiempo inició un próspero negocio de importación de algodón desde Egipto.

En 1955,  le cumplió el sueño a Barbara Hutton convirtiéndola en Baronesa von Cramm. Un matrimonio que,  como todos los de la millonaria, duró poco. Gottfried sobrevivió encolumne un segundo divorcio y continuó su vida hasta que un accidente automovilístico en Egipto la cortó en 1976. Hoy es recordado con respeto y admiración en los anales deportivos mundiales.




Hay algo que el documental cuenta sobre el Barón von Cramm que no me cuadra, no sé si será por problemas de traducción o falta de datos, pero no he podido corroborarlo en ningún otro sitio. Supuestamente, en 1951, von Cramm solicitó de las cortes de la Alemania Federal una limpieza de nombre que implicaría tanto borrar su prontuario como recibir una compensación por la calumnia.

La docuserie nos dice que tanto Lisa como Manasse estaban dispuestos a testificar a favor de su antigua pareja. Lisa y su ex marido habían seguido en contacto. Durante la guerra cuando la residencia de ella había sido bombardeada, fue Gottfried quien la ayudó a trasladarse a otro lugar. Los periódicos alemanes comentaron en 1951 el retorno al país de Mannase Herbst. De acuerdo con varias fuentes, había estado viviendo en Israel (murió en Florida) y se había casado. En declaraciones a la prensa, el ex actor habría dicho que volvía a agradecer al Barón por su ayuda a salir del país durante el gobierno de Hitler.

Reitero, busco información sobre esa causa legal y no la encuentro. La docuserie dice que von Cramm fracasó en su intento de hacer desaparecer su prontuario. Algo comprensible. En la Alemania Federal hasta 1967, la homosexualidad era un crimen que ameritaba cárcel. A menos que Lisa y Mannase cometiesen perjurio, no había modo de anular la sentencia y periodo de encarcelamiento de Gottfried von Cramm.



Las Lesbianas en Weimar y el Tercer Reich

Una carencia que el espectador puede percibir en Eldorado es la ausencia de lesbianas como tema, algo que ilustra la actitud confusa contemporánea hacia el convertir a ese grupo en víctimas del nazismo. Aunque desde el Siglo XIX se intentó normalizar el amor sáfico y promover su aceptación en la sociedad germana, nunca fue criminalizado ni hubo sanciones legales en contra de las relaciones entre mujeres.

Debido a eso las militantes no percibían su lucha como parecida a la de varones homosexuales o transgéneros. Eso no quitaba que publicaciones dirigidas a lesbianas solicitasen la abolición del Párrafo 175, pero existía cierta segregación. Locales como Eldorado abrían sus puertas a todos los géneros, pero varios clubes de lesbianas solo admitían mujeres.

                                       Uno de los clubes "Violetta"dedicados a atender lesbianas

El Tercer Reich acabó con revistas, clubes y organizaciones de lesbianas, pero ni se las arrestó ni torturó. Para los nazis, las lesbianas eran mujeres “ extraviadas” que perfectamente podían poner sus cuerpos al servicio del nazismo pariendo niños arios.

Muchas lesbianas se ‘reinventaron’ usando esa excusa, casándose e incluso abrazando el nazismo. Otras como la cantante Claire Waldoff se retiraron al campo donde vivieron sin ser molestadas. Otras, en cambio, siguieron militando y colaborando en grupos de resistencia antinazi. Ese fue el caso de la pionera de los derechos lésbicos, Charlotte Hahm, quien fue arrestada por distribuir propaganda comunista y en 1943 fue enviada a Ravensbruck de donde milagrosamente regresó. .



La inclusión de mujeres gays entre las víctimas del nazismo es motivo de disputa entre historiadores del Holocausto y sus colegas LGTB. Los primeros dicen que las lesbianas ejecutadas o enviadas a campos de concentración, eran judías, o Roma, o disidentes. Su arresto no se debió a su orientación sexual. Es por lo que hay monumentos a víctimas del Holocausto en Alemania (y en Isael) que incluyen a los homosexuales, pero no a las mujeres gay. A pesar de este descuido, el documental es un principio de conversación más que adecuado sobre el trato de los nazis a minorías y sirve para ilustrar a heterosexuales sobre como el conglomerado gay fue también blanco de la brutalidad nazista.

Queda una pregunta en el aire. ¿Qué motivó este backlash social? ¿Como la gente aceptó cambios tan drásticos que afectarían a gran parte de la población? En la primera media hora, el documental medio responde esa duda. La cultura gay fue un fenómeno urbano que no se esparció ni por pueblos ni zonas rurales donde la población era más religiosa y conservadora.  

                                  Nazis destruyendo publicaciones consideradas pornográficas

Estos cambios vertiginosos alarmaron a esa población, tal como a sectores conservadores urbanos, El ver atacadas todas sus instituciones más sagradas (familia, religión, moral)  hizo que la población se volcase a movimientos de derechas que ofreciesen proteger esas instituciones.  Lamentablemente, entonces el movimiento más activo en combatir cambios sociales era también el más totalitario. La ironía es que el movimiento nazi no salvaguardó ni familia, ni religión ni moral.

Weimar Ayer y… ¿Hoy?

No voy a ponerme a buscar paralelos entre Weimar y nuestra sociedad actual. Todo ser pensante los ve. Tampoco voy a jugar a Casandra y pronosticar una hecatombe como la iniciada en Alemania en 1933. Basta leer el periódico, intercambiar opiniones con gente que observa lo que ocurre, incluso lo que a ustedes les parecerá ocioso, examinar nuestras fuentes de esparcimiento y encontrar en ellas agendas que provocan diferentes reacciones en diferentes grupos.

En mi acera veo un auge del antisemitismo, una reacción antinmigrante latino, hasta medidas que afectan los derechos que tanto nos costaron conseguir a las mujeres. Todo eso me afecta directamente. Otros grupos ven otras amenazas. Entre el panel de historiadores que componen El Dorado, esta Morgan M. Page , la escritora trans, quien alude a esta situación y hace una pregunta estremecedora “si esto volviese a ocurrir, ¿dónde podría yo huir?”. Es una pregunta que me hago yo. Si miramos más allá de nuestras fronteras, la situación no se ve más halagüeña.

                                        Morgan M. Page

Morgan dice que la comunidad gay alemana gozaba de los mismos derechos que ella goza hoy en día. Se equivoca. No ha habido sociedad moderna que alcanzara el nivel de derechos LGTB que ha alcanzado la nuestra. Aun así, lo más cercano fue la Alemania de Weimar, por lo que un retroceso hoy en día sería más preocupante en términos de envergadura y porque su miembros estarían más expuestos.

Otro detalle que descubrí gracias a Eldorado fue que en Alemania estaba prohibido el crossdressing fuera de espacios privados o públicos como determinados cabarets. Quien andaba en drag por la calle era arrestado. Magnum Hirschfeld le encontró una solución legal. Procuró para los transgénero un carnet que estipulaba que el portador estaba en proceso de recibir cirugía de cambio de sexo. Gracias a ese carnet, se normalizó ver en Berlín hombres vestidos de mujer.

Sin embargo, los portadores del carnet estaban inscritos en las comisarías berlinesas. Cuando comenzó la caza de homosexuales, estas listas cayeron en manos de los nazis tal como otros documentos que identificaban a la población LGTB oficialmente. Es como para desear haber tenido un perfil más bajo. La libertad de expresión va más allá de la palabra, por lo tanto, debe usarse con discreción y responsabilidad, porque las libertades no son eternas. Al menos esa es una de las moralejas de El Dorado: Everything the Nazis Hate.

 

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