lunes, 25 de noviembre de 2024

Nostalgia y Denuncia del Raj: La Indomanía en cine y televisión

 



En 1982, Lord Richard Attenborough nos traía otra de sus largas épicas. Gandhi desataría una obsesión con el Raj Británico,  tantoen  la pantalla grande como en la chica. Esta fascinación muchas veces tuvo dejos de nostalgia a la par de denuncia del colonialismo.  Aun así, no se deja de admirar a hombres, y sobre todo mujeres, que dedicaron su vida, a crear y mantener un imperio.

El Breve Auge de la Indomanía

Hace un tiempo que hay conciencia entre historiadores del cine de que en Los 80 hubo un ciclo de filmes enfocados en el Raj británico, lo que yo llamo “ Indomanía”. Aunque solo duró un par de años suscitó memorias y artículos sobre la India. Ahí entró a Occidente la onda Bollywood.

Aunque reconozco que el racismo y estrechez de mente de la administración británica (ni hablar de la absurda Partición en dos países) tuvo efectos muy negativos en la vida de la población nativa, también reconozco el esfuerzo titánico de miles de súbditos de su majestad que perdieron salud y hasta sus vidas en sus esfuerzos de convertir a la India en una nación moderna. Sobre todo, recuerdo a las mujeres que, siguiendo a sus maridos, buscando esposo, o como maestras y misioneras,  vinieron a un universo alejado de Europa y de su tierra natal. El tema de la inglesa atrapada por prejuicios, o por carencia de ellos, es el núcleo de la trama de los productos de la Indomanía. Es por eso que enfoco esta nota en ellas.

La belleza turística de la India comenzó a ser explotada en dramas escapistas del Hollywood Ochentero tales como Octopussy de la franquicia de James Bond,  e Indiana Jones and the Temple of Doom, pero lo que caracterizaría a esta fascinación sería una especie de revisionismo histórico que borrara la imagen heroica de la colonización de la India. El primer ejemplo fue Gandhi en 1982, pero esta alabada obra pecó en varios frentes. Fue extremadamente larga, aburrida,  confusa y superficial en su retrato del gran líder,  de su patria y tiempos.



Calor y Polvo

La Indomanía reaparecería al año siguiente en un filme menor llamado Heat and Dust. Ruth Prawer Jhabvala era una refugiada judía cuya familia huyó de Hitler y se instaló en el Reino Unido.  Ruth se casaría con un arquitecto parsi y se trasladaría a vivir en India . Ahí fue donde Ruth comenzó a escribir novelas y guiones para el cine británico.

Su octava novela, Heat and Dust había ganado el Premio Booker en 1975 y la adaptó a la pantalla grande como parte de su sociedad con el dúo de productores Merchant y Ivory. El filme inició la era dorada del dúo, fue nominada a una Palma de Oro en Cannes y recibió dos BAFTAS, uno para Prawer Jhabvala.



Heat and Dust explora el conflicto de la mujer occidental en el Raj Británico. La historia es narrada en primera persona por Anne (Julie Christie) que ha venido a la India a descubrir por qué su tía abuela, Olivia Rivers (Greta Scacchi) abandonó a su esposo para huir con el Nabab de Satipur (Sashi Kapoor). Se trata de la historia de dos inglesas que, en épocas diferentes,  se embarazan de nativos sin llegar a entender nunca lo que es la India.



A diferencia de Anne, que viene a una India independiente en busca de un secreto y acaba un poco como turista, Olivia llegó en Los 20, a un principado musulmán donde la administración inglesa intentaba sacar del medio al Nabab . En Olivia  tenemos el ejemplo de la mujer inglesa, ingenua y llena de ilusiones preconcebidas sobre la India y el Raj, que al desilusionarse cae fácilmente bajo el embrujo de un conocido casanova.

                                      Olivia y su Nabab

Los críticos encontraron ciertas similitudes entre esa novela y A Pasage to India de E.M. Foster. El personaje de Nicholas Grace en Heat and Dust  se supone que fue inspirado por el escritor ya que Foster, también gay,  había encontrado empleo como secretario de un príncipe hindú. Ambas novelas giraban en torno a una joven inglesa que se ve atrapada por los prejuicios de una  sociedad racista que solo ve en los indios a salvajes paganos que quieren mancillar la virtud de la mujer blanca.

Un Pasaje a la India

En la novela de Foster nos encontramos en Chandrapore, una ciudad bajo el control británico. Hasta allá llega Mrs. Moore en compañía de Adela Quested, su futura nuera. Ambas van en busca de Ronnie Heaslop que ha encontrado una provechosa carrera como magistrado en el sistema legal del Raj. En esta novela,  Foster por primera vez presentaba el tropo de la inglesa moderna y un poco liberal que choca con los prejuicios del Raj Británico que muchos creen fue el gran error de la administración colonial.

Tanto Mrs. Moore como Adela ven con desagrado como Ronnie se ha vuelto parte de ese ambiente:  “ a proper sahib”. Adela y su suegra hacen amistad con el Dr. Aziz, un joven e ingenuo doctor indio que desea establecer nexos con los ingleses quienes, con una sola excepción, lo miran con desprecio. El clímax es en un paseo organizado por Aziz que los lleva a él y a Miss Quested a las misteriosas Cavernas de Marabar. En ellas, Adela, cuyos nervios están alterados, sufre de una crisis que la empuja a huir de Aziz y buscar refugio entre sus congéneres blancos. Como está semi catatónica, todos creen que ha sido víctima de un asalto sexual. Aziz es arrestado, encarcelado y enjuiciado.





Esta fue la novela que Sir David Lean escogió para entrarle a la Indomanía en 1984. Yo recuerdo que mi hermano fue a ver el filme primero y me dijo que no le había gustado. Yo fui a verla, sola ese otoño, en el Utopía de Queens, y quedé muy impresionada. Pronto estaba leyendo el libro y vi que el libreto se le acercaba mucho.

Este último filme de Sir David recibió un aluvión de premios y excelentes críticas. Sobre todo, se elogió el trabajo de Dame Peggy Ashcroft como Mrs. Moore. A la septuagenaria le costó aceptar el papel puesto que se consideraba ya muy anciana para andar trotando por la India en un rol que no le parecía tan importante. Por suerte se equivocó y ganó un BAFTA y un Oscar como Mejor Actriz Secundaria.



La australiana Judy Davis no llegó a ganar el Oscar al que fue nominada, pero se le abrieron las puertas de Hollywood. Lo cierto es que su interpretación de Miss Quested clarifica muchas cosas que Foster solo insinúa en el libro. La mayor es como su sexualidad se desboca en contacto con la India y como la atemoriza hasta el punto de culpar del shock cultural  a los indios,  uno en particular.

El modo en que Lean, quien escribió el libreto,  expresa el conflicto de Adela es gracias a una fascinante escena en la cual ella, deambulando en bicicleta por un descampado, descubre las ruinas de un templo hindú con estatuas que representan escenas del Kama Sutra. Las está observando sobrecogida cuando una manada de monos la ataca. Es una metáfora impresionante.



El problema de Miss Quested no es que se sienta atraída por el D. Aziz, es que ha descubierto un pozo de pasiones interior que le confirman que nunca será feliz intentando ser la esposa que Ronnie espera, una memsahib conformista. Mas grave aún, ya no siente atracción física por Ronnie y eso se nota en el modo muy flemático en que ambos rompen su compromiso.



Me pasé la peli babeando por James Fox quien daba vida al decente y tolerante maestro Fielding, el único amigo blanco de Aziz, y por Nigel Havers quien me hacía dudar que Adela pudiera tan fácilmente dejar un novio tan guapo. Sobre todo, porque Victor Bannerjee no era ningún galán, ningún despertador de pasiones, lo que hacia su caso más patético.

Sin embargo, el filme tuvo esa ventaja, presentar en Occidente a actores hindúes en roles reconocibles. Bannerjee; Roshan Seth, quien había encarnado a Nehru en Gandhi ahora  sería el abogado defensor de Aziz, y el pakistaní Art Malik como Ali, el amigo del doctor . Malik cobraría importancia como el protagonista de La Joya de la Corona que se estaba creando paralelamente al Pasaje a la India.

La Joya de la Corona

Es interesante ver como dos épicas necesitaron del mismo espacio del tiempo antes de hacer su aparición pública, una en el cine,  otra en la televisión. Ambas compartieron varias cosas incluyendo a miembros del elenco como Art Malik y Dame Peggy Ashcroft quien, al interpretar a la desdichada solterona Barbie Batchelor, volvería a ganar un BAFTA.



Ambas historias son escritas por forasteros, no por anglo-indios nacidos en el subcontinente como Kipling, M.M. Kayes y John Masters. Foster llegó como turista a la India donde encontró empleo como secretario del Maharajá de Dewas. En su breve estadía confeccionó un libro breve, pero contundente. 

Paul Scott estuvo acantonado en la India durante la guerra. Retornó a Inglaterra al final del conflicto, para volver dos décadas más tarde y viajar por el extenso territorio que cubriría su monumental obra, El Cuarteto del Raj. Como ocurriese con Louis Bromfield, el distanciamiento emocional de su tema, permitió a Foster y a Scott involucrarse más profundamente en los problemas del colonialismo británico y sus adversos efectos  en los nativos y en los colonizadores.



Tanto Un Pasaje a la India como La Joya tienen por protagonistas a ingenuas inglesas que creen poder entender India a través de amistad con nativos. En ambos casos hay preocupación de parte de la sociedad del Raj hacia esa amistad al igual que por el rechazo de parte de la chica inglesa hacia un inglés que la pretende. En ambos casos existe la sospecha de un ataque sexual que lleva al encarcelamiento del joven indio. Ahí paran los parecidos. El libro de Foster cubre solo un espacio geográfico, y un par de meses,  tomándole menos de trecientas paginas relatar la historia.

Scott necesita de cuatro libros, de una veintena de personajes, y de toda la India para relatar una historia que cubre seis años desde 1942 hasta 1948.  El primer tomo describe  el trágico romance entre la inglesa Daphne Manners (Susan Woolbridge) y el indio que se siente inglés, Hari Kumar (A. Malik).  La trama gira en torno a los prejuicios que llevan a la muerte de Daphne y encarcelamiento de Hari.



Aunque el libro comienza años después con un periodista que visita a Lady Chatterjee para explorar los detalles de la tragedia y conoce a Parvati, hija de Daphne (y posiblemente de Hari), el Cuarteto va mucho más allá de ese episodio. El autor dice en las primeras páginas “esta es la historia de una violación”, pero explica que no es solo el ultraje a Daphne sino también del subcontinente indio a manos de un poder colonizador.

Es en el segundo tomo (El día del escorpión)que Sarah Layton (Geraldine James) visita, en Cachemira, la casa bote de Lady Manners (Rachel Kempson), tía de Daphne y conoce a la niña que le costó la vida a esta última. Mas adelante, en el principado de Mirat, Sarah conoce a Ronald Merrick (Tim Piggot-Smith), el villano de la novela y que eventualmente se convertirá en su cuñado. Finalmente, en Bombay, conoce al Sargento Guy Perron (Charles Dance)que fue compañero de Hari en la escuela. Así Scott entreteje la historia de Hari Kumar en la vida de otros personajes de manera que su tragedia siempre esté presente.



El cuarteto cubre un momento de crisis en la India Británica. A comienzos de 1942, los japoneses han invadido Birmania y están a las puertas de la India. Ahí se le ocurre a Gandhi hacer una convocación a los amos ingleses para que abandonen India “a manos de D-s” y no conviertan el subcontinente en un campo de batalla. A pesar de que el Congreso Indio, compuesto por hindúes, musulmanes y sijes,  apoya al Mahatma, todos acaban en prisión,  incluyendo a Gandhi.

Es un momento de disturbios y gran tensión entre ingleses y nativos y es ahí cuando Hari y Daphne se enamoran. De hecho, Hai no es encarcelado por violar a una inglesa puesto que Daphne niega los cargos. Merrick debe inventar una conexión entre Kumar y los nacionalistas indios para lograr su encierro sin pasar por juicio. La Ley de Defensa de la India lo permitía en esos casos.

Los miembros del Raj, principalmente sus esposas (las omnipresentes memsahibs) están aterrorizados. No pueden huir, están rodeadas de enemigos que acechan a sus familias. Se habla de un segundo Motín y como ocurriera en 1857,  la mayor sospecha recae en soldados de color que están sirviendo al Imperio en África y en Malasia.



Como explica el Superintendente Merrick,  cuando se convierte en el Capitán Merrick del Servicio de Inteligencia, todo se cifra en Chandra Bose, un extremista indio que ha llegado hasta Berlín con una propuesta que Hitler acepta: formar un ejército para la liberación de la India:  The Indian Nacionalist Army o INA que peleará junto a los japoneses.Esto es historia real tal como que los soldados fueron reclutados entre prisioneros indios que vestían uniforme británico.

En la novela, esto altera a Teddie Bingham, cuñado de Sarah Layton, y amigo de Merrick. Como segunda generación al servicio del Raj, y como oficial comisionado del rey,  se niega a creer que otros oficiales, del color que sean, puedan traicionar a la Corona. Convencido de que los soldados de la INA han aceptado pelear por el enemigo como un modo de regresar a sus batallones, Teddie intenta llegar hasta ellos, perdiendo su vida. Merrick, que trata de salvarlo, pierde un brazo, queda desfigurado y convencido de que no se puede confiar en los nativos.

                             Sarah Layton visita al herido Capitán Merrick

Esa desconfianza se manifiesta en el Cuarteto entre muchos servidores del Raj, principalmente memsahibs como la madre y la tía de las Layton y es un resabio del miedo decimonónico que la India podía devorar el espíritu británico por lo que debía este fortalecerse manteniendo a los nativos a distancia. La jefa de enfermeras del Hospital de Mayapore al recibir a Daphne,  se sorprende y no gratamente, cuando se entera que la nueva empleada está viviendo con Lady Chaterjee, una princesa rajput que, aunque viuda de un “Sir”,  está rodeada de amigos de todo tipo incluyendo a nacionalistas indios.

                       Mrs. Layton y su hermana Fanny, memsahibs llenas de prejuicios.

A diferencia de los filmes del Hollywood de Los Treinta y de los relatos de Kipling, The Raj Quartet no es un panegírico de la ocupación inglesa. Estamos en una India a punto de independizarse que ni aprecia ni siente lealtad por sus opresores ingleses que vuelven a temer a un país gigante que se traga al extranjero tal como Kaa se tragó a los Bandar Logs en El libro de la Jungla de Kipling.



El mayor peligro lo corren las mujeres. A través de las páginas de la novela, y debidamente traducido a la pantalla, es la sensación de que la India puede cobrar un precio a las mujeres que llegan hasta allá, sea su vida como ocurre con Daphne y la misionera Edwina Crane, o la razón como ocurre con Susan Layton y Barbie Batchelor.

                            Sarah y los médicos observan a la catatónica Susan

Pabellones Lejanos

La Joya de la Corona fue un éxito monumental que ameritó premios y elogiosotro BAFTA para Dame Peggie Ashcroften un año en que la India británica parecía no querer despegarse de las pantallas. La televisión británica hizo una adaptación del Kim de Rudyard Kipling y, en el recién nacido canal de cable HBO, se les ocurrió producir su primera miniserie. El libro que decidieron adaptar fue Far Pavillions de otra noble hija del Raj, M.M. Kayes.

En mi entrada anterior hablé de esta novela que (como Kim) cuenta de un niño ingles que debe hacerse pasar por indio. En el caso de Ashok (Ben Cross) es un subterfugio que inventa su ayah después que los padres del pequeño son masacrados durante el infame Motín. Ashton Pelham-Martyn se cría en la corte del Príncipe de Gulkote, y hace amistad con Anjuli (Juli), la hija del príncipe. Antes de morir, el ayah envía a Ashton a buscar a su tío un oficial británico,  armado de papeles que certifican que es blanco.

Ashton es enviado a estudiar a Inglaterra, ingresa en el ejército y regresa a la India en vísperas de la segunda guerra Anglo-Afgana (1879). Su reencuentro con Juli (Amy Irving) es el inicio de un gran romance, pero ahora los separan razones políticas y raciales. Los Pabellones Lejanos fue un gran éxito que demostró a HBO que habían invertido bien su dinero y los impulsó a seguir haciendo miniseries, aunque no en la India.



Este año tan colmado de filmes y programas sobre la India británica motivaría un kilo de libros y documentales. Mi favorito y que recomiendo es The Golden Oriole, una combinación de libro de viajes, autobiografía e historia. Raleigh Trevelyan, escritor publicado y nacido en la India, emprendió una serie de viajes en Los 70 en los que intentaba recuperar su historia de hijo del Raj, la de su padre, inspector de impuestos en Gilgit, y de otros miembros de la familia Trevelyan conectados con el subcontinente.

                                       Walter y Olive, padres de Raleigh Trevelyan

En su creación literaria, Trevelyan sigue los pasos de parientes y allegados, además de sus vivencias junto a su hermano menor en un mundo de animales salvajes, nativos, mascotas y aventureros fascinantes que llegaban al pie de los Himalayas. Con mucho amor, pero también con mucha investigación, entrelaza realidad y ficción extraída de la literatura escrita sobre ese mundo misterioso desde Kipling hasta Paul Scott. Aunque conservando respeto por hombres y mujeres que abandonaron el Reino Unido para servir al imperio, Trevelyan no es ciego a los errores imperialistas. Algo desconocido en la visión rosácea del Hollywood de Los 30.



Esta explosión de Indomanía acabaría a fines de Los 80 con una adaptación de The Deceivers, una de las novelas sobre la ficticia Familia Savage de John Masters. En esta ocasión, Pierce Brosnan da vida a Edward Savage que en los 1820s intenta erradicar el culto de Los Thugs. Para lograrlo se infiltra en sus filas, fingiendo ser nativo, pero termina volviéndose un asesino como los mismos que combate. A pesar de ser producita por la dupla  Merchant&Ivory y de que nuestro querido Michael Hirst  la adaptó, el filme de 1988 no tuvo mucha aceptación, lo que Indica que la Indomanía estaba pasada de moda. Resurgiría nuevamente en la segunda década de un nuevo siglo.



La Generación Millenial tendría una visión de la India casi tan exótica como la de los filmes del Hollywood de los 40 protagonizados por a la dominicana María Montez y Sabu, el primer actor indio en alcanzar la fama en Occidente.  La visión del Tercer Milenio vendría del cine Bollywood que ofrecería su propia versión de escapismo. Entretanto, los historiadores, en India y en Europa habían destapado los verdaderos males de la colonización del subcontinente indio y la visión era exageradamente negativa. Sobre como afectó esta visión a la nueva Indomanía, hablaremos en nuestra próxima entrega.



Bibliografía Consultada

Bromfield, Louis: The Rains Came (traducida como Vinieron las lluvias)

Foster: E.M. A Passage to India (traducida como Un Pasaje a la India)

Godden, Rumer: Black Narcissus (Traducida como Narciso Negro)

                              The River (traducida como El Rio)

Kaye, M.M.: Far Pavillions (Traducida como Pabellones Lejanos)

Lapierre, Dominique y Larry Collins: Freedom at Midnight (traducida como Libertad a Medianoche)

MacMillan, Margaret: Women of the Raj.

John Masters:  Nightrunners of Bengal 

The Deceivers

The Lotus and the Wind

Bhojwani Junction

Bugles and a Tiger

The Road Past Mandalay

Prawer Jhabvala, Ruth: Heat and Dust (traducida como Calor y Polvo)

Scott, Paul: The Raj Quartet: The Jewel in the Crown (traducida com La joya de la corona)

                                                    The Day of the Scorpion (Traducida como El dia del scorpion)

                                                     The Towers of Silence ( traducida como Las Torres del silencio)

                                                     The Division of the Spoils (El rparto del botin)

Trevelyan, Raleigh: The Golden Oriole

 







1 comentario:

  1. They wanted to shoot a new $100 million FAR PAVILIONS series but it did not happen in the end. I wanted to read the book but it is so terribly translated here that I gave up after the first sentence. I do have the book in English, though.

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