lunes, 22 de septiembre de 2025

Ana de Austria y María de Rohan: Una Amistad Peligrosa

 


Aunque en los últimos años hemos tenido vasto acceso a interpretaciones y distorsiones históricas del reinado de los Valois (Reign, The Serpent Queen) y los enredos del Rey Sol (Versalles,  nos ha quedado un amplio trecho sin explorar: el inicio de los Borbones en el trono galo.   Dangerous Friendship (Amitie dangereuse) viene a llenar ese vacío con un retrato de la reina Ana de Austria que se distancia de la imagen que Dumas nos ofreciese en Los Tres Mosqueteros.

        Ana de Austria (Vicky Krieps) y D'Artagnan (francois Clive)

De Los Valois a Los Borbones

Comencemos con un poco de historia. A pesar de su fecundidad, Catalina de Médicis no pudo mantener la estirpe de los Valois. Hoy sus descendientes vienen de la línea femenina, los varones que paría Madame Serpente no dejaron hijos para reinar. El trono pasó a manos de los Borbones gracias a Enrique de Navarra, yerno de Catalina ,quien decidió que era mejor ser católico que protestante sin reino.

Enrique, consiente de la necesidad de un heredero, se divorció de la casquivana reina Margot y buscó una esposa fértil. Así llegó a Francia y a su cama otra Medici, María, una gordita que Rubens inmortalizó en sus cuadros y que dio hijos a su adúltero esposo , entre ellos dos varones, Luis XIII y Gastón, Duque de Orleans. Un día, un protestante, que no perdonaba la apostasía del rey, acuchilló a Enrique fatalmente.

           Llegada a Francia de Maria Dei Medici (Rubens)

María se convirtió en regente de Francia. Puesto que desempeñó ayudada por su favorito, el noble florentino Concino Concini, muy odiado por la nobleza gala. Aunque María no dejaba a su hijo reinar, si quería que continuase la dinastía borbónica. En 1615, concertó un matrimonio entre Luis y Ana María Mauricia de Austria, hija de Felipe III de España. 

Los novios,  que solo contaban 14 años de edad, eran medio parientes siendo ambos descendientes de Juana la Loca. A pesar de eso, no se conocían.  Los historiadores debaten si hubo consumación o no. En la serie optan por creer que si la hubo y años más tarde, Ana les describirá a sus damas lo brutal que fue su primer coito.

                    Dos niños inocentes en el talamo nupcial

Para Luis esa noche fue igualmente desagradable, tanto que se alejó del tálamo conyugal por cuatro años. Su máxima preocupación, nos cuenta la serie, es sacudirse el yugo de la madre, para eso cuenta con su favorito Charles de Luynes que organiza el asesinato de Concini y el exilio de la reina regente al Castillo de Blois.

                 Luis recibe una buena noticia. Se libró de su madre

En recompensa, Luis cubre a Charles de honores y este decide que es momento de tomar estado. Se va a Bretaña, al castillo de los Rohan, una familia de vetusto linaje, pero poca fortuna. El Duque se muestra  reacio a entregar a su hija a un advenedizo, por muy favorito del rey que sea. 

María es chica moderna (léase siglo XXI). Está dándose un chapuzón cuando viene una criada a avisarle que Luynes quiere casarse con ella. Se presenta semi desnuda, chorreando agua, en el establo donde su padre y su futuro hablan de negocios. María exige a su padre que le permita casarse con este hombre importante. La chica es ambiciosa.

                       Me voy a la Corte! Que rico!

Maria vs Las Españolas

Ya en la corte, la flamante Madame de Luynes conquista al rey quien la nombra superintendente de los asuntos domésticos y finanzas de su mujer, algo que escandaliza a la reina adolescente ya que su marido no la ha consultado. En estos cuatro años de soledad conyugal, Ana se ha rodeado de sus damas españolas que son capitaneadas por la Condesa de Torres, que ejerce como figura materna de su joven soberana.

                   Ana rodeada de su camarilla española 

Inés de Torres es muy clara con María, no recibirá ordenes de “una nenita”. Ana es más dura,  le ordena a su nueva superintendenta que la sirva, pero no le dirija la palabra. Sin embargo, María es tan alegre y ocurrente que pronto está gozando de la simpatía de su ama. Cuando las españolas se burlan de María al caerse esta de un caballo, el rey repara la ofensa enviando a las damas de regreso a España.



Esta medida destroza a su esposa. Ahí María se da cuenta de lo sola y postergada que está su reina quien siente que su marido no la quiere ni respeta. Los De Luynes se ponen en campaña para que el rey regrese al lecho nupcial. Tarea difícil puesto que Luis confía a su privado que Ana provoca su impotencia con su frialdad e indiferencia.

                             Ana extraña  a sus damas

A su vez , la reina les relata a sus damas (María entre ellas) la ordalía que fue su desfloración. Entremedio, Madame de Luynes intenta seducir al rey perdiendo la confianza de este, pero María ha comprendido, que debido al mal ejemplo del padre, Luis teme y desconfía de las mujeres.

Las damas le dan una lección del Kama Sutra a su reina. Luis, por su lado, ve pornografía en la vida real. Su medio hermana (hija de Gabriela d’Estrees) lo invita a ser testigo de su noche de bodas. A pesar del espectáculo , el rey se queda dormido. Cuando lo despiertan se va a su cama, pero Ana muy aleccionada, va en camisón transparente a despertar a Luis.

                    Un camisón transparente para seducir a un rey

La Caída de Ana y La Caída de María

De ahí en adelante, la pareja real lleva un matrimonio normal. La reina queda encinta. El agradecido soberano le regala a Luynes una mansión y le concede el título de duque. La nueva duquesa no está contenta. Llena de envidia, recrimina a su marido por no recibir ella reconocimiento. No se percata que Luis apenas la tolera.



                                 Maria ambiciona mas que lo que tiene con su esposo.

Para agravar las cosas, la atolondrada Marie lleva a Ana a patinar por el palacio. La reina cae y pierde el bebé. Luis recibe la noticia cuando está en campaña en contra de los hugonotes de Languedoc. Se enfurece , determina que María es una criminal, le quita su puesto en la corte y la exilia al castillo de su padre. Luynes no puede abogar por su mujer, puesto que es un cobarde como lo ha descrito María. Hasta el rey lo nota y cuando el duque muere de escarlatina, Luis solo dice: “No ha ganado ni una batalla”.

En Bretaña, la ahora Duquesa viuda de Luynes se aburre como ostra, así que recibe encantada la visita de su amiga, la Princesa de Conti. Las noticias de la corte son lúgubres. Ana se ha convertido en una prisionera, su posición de reina carece de poder al ser postergada por la Reina Madre y su eminencia gris El Cardenal Richelieu, que intrigan en contra de ella. Luis no perdona a su mujer quien  es obligada llevar luto eterno por su bebé muerto. Ana necesita de aliados. A María se le ocurre una idea loca.

                        La Reina Madre no quiere a su nuera

Antes de enviudar, ya coqueteaba con Carlos de Lorena, Duque de Chevreuse, hermano de la Princesa de Conti. Si se casa con él, pasa a ser esposa de un hombre muy importante. La madre de Carlos es una Guisa, por lo tanto Chevreuse es primo del rey de Inglaterra (recordemos que María de Guisa era abuela de Jacobo Estuardo). El Rey Luis no podrá oponerse al regreso de la nueva duquesa a su corte.

                     Luis trata a Maria con desprecio

La Princesa de Conti intenta convencer a Chevreuse de casarse con María, pero él no quiere importunar al rey. Conti lo acusa de cobarde y se van a las manos, pero ella le gana (como ganamos las hermanas) con golpes y jalones de cabello.

Chevreuse acepta entrevistarse con María, ella lo seduce, pero le hace, a último minuto, huelga de piernas cruzadas. Solo podrá poseerla cuando estén casados. Chevreuse se casa con ella y la trae a la corte. El rey es franco, no la soporta y, por consejo de Richelieu, acaba con el puesto de superintendenta. La nueva Duquesa de Chevreuse solo será una dama de honor más.

                            Richelieu es enemigo de Ana y de la Duquesa de Chevreuse

Entra Lord Holland

María sigue intentando reconciliar a la pareja real, pero sus esfuerzos acaban siempre en desastres. Su matrimonio tampoco va bien. A Chevreuse lo han puesto a cargo de una boda de la realeza, el enlace entre Enriqueta, hermana de Luis, con el futuro Carlos I de Inglaterra. Para decidir el contrato matrimonial, ha llegado a la corte francesa y a la vida de María, el Conde de Holland.

                    Lord Hollaand, mujeriego profesional seduce a Maria y a la criada (!!!)

Lord Holland, mujeriego, corrupto y oportunista como corresponde al bisnieto de Richard Rich será la desgracia de María de Rohan La secundará en desastrosas empresas como lo del Duque de Buckingham, más tarde utilizado por Dumas en sus Tres Mosqueteros, pero también la traicionará hasta con la propia criada de la duquesa. Eso no le importa mucho a María, ya que encontrará otros hombres para sus intrigas y absurda venganza en contra del rey.

La serie es muy entretenida, aunque aparte de la reina Ana, no hay personajes muy queribles. Las protagonistas son bonitas y simpáticas. La franco canadiense Kelly Depault consigue darle un toque de inocencia juvenil a su osada y alocada María. Stephanie Gil, a quien ante viese como Lucia en Fátima, ha creado todo un personaje con una Ana de Austria muy diferente , pero muy creíble, a las encarnadas, a lo largo de la historia, por Dame Angela Lansbury, Geraldine Chaplin, Carmen Maura, Catherine Deneuve y ahora Vicky Krieps.



Respecto al factor histórico, hay algunos errores cronológicos. Por ejemplo, la serie describe un solo embarazo de Ana que acaba debido a una caída. Aunque esto sucedió, la caída tuvo lugar durante el segundo embarazo de la reina.

Entre 1619 y 1628, Ana quedó en estado cuatro veces sin que ninguno de esos embarazos llegase a su término. De ahí que Louis XIII se abstuviese de visitar su cama por años. En 1637, estando la reina al borde de los cuarenta años, hubo un encuentro fortuito que dio al mundo a Luis XIV. Los soberanos probaron suerte otra vez y en 1638 nacía “Monsieur”.

No hay otras licencias graves. El Duque de Luynes nunca fue acusado de cobardía. Las damas españolas no fueron exiliadas de Francia por haberse burlado de María de Rohan. La Condesa de Torres fue despedida por malversación de fondos y otras tramposerías cometidas con ayuda del embajador español.

Hay sin embargo, un punto que me apena e irrita. La serie no nos cuenta que María de Rohan fue madre cinco veces. Con Luynes procreό dos hijas, una que murió en la infancia,  otra que permaneció soltera aunque no solita. Fue amante del Cardenal de Retz.  En 1620, asistida por la reina, María dio a luz al heredero de la Casa de Luynes. Carlos Luis heredó el título del padre y los blasones de su madre al casarse con Ana de Rohan-Chabot, su tía.

                           La verdadera Duquesa de Chevreuse

 A pesar de que el ducado todavía existe, la importante de la familia fue Juana Bautista, nieta de María e hija de Carlos Luis. Esta damita salió de cascos ligeros como su abue y sedujo a Carlos de Saboya de quien tendría descendencia y de quien descienden hoy los Reyes Felipes de España y Bélgica.

Con el Duque de Chevreuse, María tuvo otras dos hijas. Ambas tomaron el velo y acabaron de abadesas. Con esa estirpe tan abigarrada que salió del útero de la duquesa, ¿para qué excluirla de este relato que es su biografía? Pues es casi la única injerencia woke de la serie. Una mujer fascinante no puede asociarse con la maternidad. ¡Ayayay! ¿Francia para dónde vas?



Contenido Violento y Gore: Aparte de discusiones es una serie muy tranquila ni una misera pelea de espadachines. Incluso la guerra que Louis XIII emprende contra los hugonotes del Languedoc no nos muestra batallas.

Contenido Sexual y Desnudos: Sexo a raudales, pero nadie muestra más de lo que debe.

Factor Feminista: Aunque María es de armas tomar y se escapa de los cánones de comportamiento de las mujeres de su época (monta a horcajadas, fuma pipa) es demasiado intrigante y alocada como para considerarla un icono feminista. Tampoco podemos sentirla como una influencia que independiza a Ana ya que solo sabe meterla en líos.

Factor Diversidad: Ninguno, no parece serie francesa. Ni siquiera en el elenco encontramos actores de color haciendo de blancos como en Diane de Poitiers. Lo más cercano es la actriz que da vida a la criada de María, que es hija de una mujer afrocaribeña y de un judío lituano.

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