A pesar de que debió
su estrellato a Hollywood, antes de iniciar su carrera de actor, director y
productor, Robert Redford estuvo seis años involucrado en el mundo de la televisión.
De todas sus apariciones como actor invitado he escogido la de Twilight Zone.
Este episodio “Nothing in the Dark” me parece adecuado para despedir de su
envoltura terrestre al hombre que deslumbró a toda una generación como el último
gran galán de la pantalla grande y se reinventó como un genial director,
además de ser el padrino del cine independiente.
Robert Redford
tuvo una relación intermitente con la pantalla chica. desde su aparición en los
inicios de los 60 en series tan diversas como Perry Masón, Dr. Kildare y
El Virginiano, hasta su producción de Dark Winds. Recordemos que hasta
hizo un cameo en la Tercera Temporada del neo-western jugando ajedrez con su
socio Ser George R.R. Martin.
Pero es esta
extraordinaria encarnación de la temida muerte en la serie icónica de Rod
Serling, en 1962 la que he elegido. En este unitario titulado “No hay nada en la
oscuridad” la estrella del cine silente Gladys Cooper da vida a Wanda, una viejecita
tan asustada con el prospecto de su próximo fin que se ha encerrado en su
casucha y no le abre la puerta a nadie
temerosa que la de la guadaña se le aparezca.
Wanda hace una
excepción al socorrer al joven Harold Beldon, un policía herido. Solo al final,
al ver que Harold no se refleja en un espejo, se da cuenta que es el Ángel de
la Muerte, pero Harold consigue tranquilizarla demostrándole que morir no es
tan terrible. Realmente si, el Ángel de la Muerte fuera como Bobby, nadie le temería.
Aquí les pongo el final del episodio que he encontrado en versión a colores. ¡Adiós
Wanda! ¡Adiós Bobby!
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