Sabido es que
Malena ama las historias de espionaje especialmente las que tienen lugar
durante la Segunda Guerra Mundial. Hasta ahora no tenía nada en Portugal en esa
época, aunque desde hace tres años que andaba buscando A Espia. Ahora
Walter Presents me la ha traído vía PBS.
La acción tiene
lugar en el verano de 1941. Portugal es una dictadura, lo hemos visto en Vidago Palace (situada en 1937) y Gloria que cubría los últimos años del gobierno del Dr.
Antonio Oliveira Salazar. El continente está en guerra y los refugiados llegan
a puñados a este fin de Europa (Finisterre como lo llamaron los romanos) que es
el puente para cruzar el Atlántico en su huida de los nazis. El gobierno
insiste en que la paz seguirá. No hay nada que temer, pero Hitler, tras invadir
media Europa, se ha vuelto en contra de su aliado Stalin e invadido la Unión Soviética.
Rose, Espía
por Dinero
A Espia es la historia de dos mujeres atrapadas
por ese momento histórico. Una de ellas es Rose Lawson (María Joao Bastos de
Los Misterios de Lisboa), una inglesa afincada en Portugal. Apremiada por
dinero, Rose parte al casino de Oporto a venderle sus joyas al inglés Richard Thompson
(Marco D’Almeida, el Inspector Da Costa de Das Boot) Este la presenta
con el “Mayor Jack” quien le da unos billetes a su compatriota y le dice que
hay otras maneras de ganar dinero sin tener que vender sus joyas.
Jack es John
Grosvenor Beevor, jefe del servicio de operaciones especiales (SOE) en Portugal
(y padre del historiador Antony Beevor). Pronto Rose se encuentra trabajando
para su gobierno y gozando de buena paga. Lo primero que hace Rose es contactar
a un antiguo conocido: Siegfried Brenner. Se supone que Siegfried está a cargo
de una de las minas de wolframio en el Norte. En realidad es un agente de la Abwehr.
A pesar de que el
Reino Unido y Portugal tenían lazos comerciales y diplomáticos desde los días
de Catalina de Braganza, los ingleses no exigieron que sus aliados lusitanos se
uniesen a su esfuerzo bélico como lo habían hecho en la Gran Guerra. A cambio,
solicitaron que no les vendiesen más wolframio (tungsteno) que a los alemanes.
El problema es que los submarinos alemanes hundían los barcos que portaban el
valioso material a Inglaterra. Por otro lado, había compañías navieras que
transportaban a Alemania mayor cantidad de tungsteno que lo que permitía el gobierno.
Una de esas
compañías puede ser Masquerenhas que Rose vincula con Siegfried. Rose y Richard
se meten una noche en la naviera, no encuentran nada, pero dejan la impresión
de que se trata de un robo. En Lisboa, Nicolau , dueño de la compañía, envía a
su nuera y mano derecha a Oporto a investigar. Aquí entra en juego la
protagonista.
los Masquerenhas tienen negocios con alemanes e ingleses
María Joao , Espía
por Ideales
María Joao
Mascarenhas (Stephanie Ruah de NCIS Los Ángeles) es una mujer de
sociedad, sin empleo, con la fotografía como hobby, pero no es un parasito
elegante como lo son sus congéneres. No soportó la infidelidad del marido y lo exilió
a Timor en lo que es hoy Indonesia, pero entonces era colonia portuguesa.
Desde entonces, María
Joao y su hija Teresinha viven con los suegros. Nicolau está viejo. No ve bien
y su nuera está encantada de servirle de ayuda. María Joao siente mucha lástima
por los refugiados que se aglomeran en Lisboa y desearía poder ayudarlos de
alguna manera.
Llegada a Oporto
se rencuentra con su compañera de escuela, Rose, quien la presenta con Siegfried.
Tal como lo esperaba la espía, es flechazo a primera vista. María Joao y el
alemán pasan la noche juntos. Rose entonces la convence de que para ayudar a
una victoria aliada, debe espiar a su nuevo amante. Ahí inicia un juego muy
peligroso puesto que Siegfried es espiado por Larenz, un agente de la Gestapo y
por el repelente agente de la PVDE, Paulo, un drogadicto torturador. Esta
situación pone en peligro a María Joao.
No voy a seguir
porque hay que verla. Nada es lo que parece y los agentes dobles, de ambos
bandos, operan con más verosimilizad que la Lucia de Operación Barrio Inglés. Lo que si haré es darles una rápida
visión del trasfondo histórico político.
Portugal entre
Nazis y Británicos
Es costumbre―me
temo que yo he caído en ella también ― compaginar en nuestra memoria histórica a
los dos países de la península ibérica imaginándonos que por ser ambos
dictaduras anti-rojerio sus circunstancias eran iguales. Portugal no había
sufrido una cruenta Guerra Civil, no estaba en deuda ni con Alemania ni Italia,
tenía un sólido imperio en ultramar y una relación armónica con Inglaterra.
Agreguémosle que
el Dr. Antonio De Oliveira Salazar sentía cero simpatía por el nazismo, sobre
todo repudiaba su antisemitismo y eso permitió la entrada de muchos refugiados
judíos en su tierra. El problema era que un país pequeño que ya traía problemas
de abastecimiento, debido al bloqueo Aliado y los submarinos germanos del Atlántico,
no podía alimentar más bocas.
Eso fue motivo
para que los refugiados recibiesen visas de tránsito y Portugal se convirtiese
en el último puerto de escape de Europa. Los judíos fueron bien tratados por el
gobierno portugués y el Dr. Oliveira Salazar mantenía excelente relación con Moses
Amzalak, el jefe de la comunidad judía lisboeta.
Eso no quita que
veamos, tal como en España, ingleses y alemanes paseándose con tranquilidad e
impunidad por el país. Nazis y Aliados necesitaban del tungsteno portugués y
hasta 1944, el gobierno prometió vender la misma cantidad a cada bando. Como
nos muestra la serie, los barcos ingleses eran hundidos por los U-Bots y los
alemanes manejaban muchas minas por lo que a través de las fronteras españolas,
se pasaba más wolframio hacia Alemania. Estos cargamentos fueron pagados―lo
muestra la serie―con oro puro trasladado a través de la frontera
gallega.
La relación con
Gran Bretaña tuvo sus baches sobre todo―tampoco miente ahí la serie―
cuando en 1942, tropas aliadas (holandesas y australianas) invadieron todo Timor
para evitar, en vano, la llegada de los japoneses.
Lisboa, Un
Reino de Conspiradores
Lo más cierto de
la serie es que Portugal se convirtió en un centro de espionaje que se conocía
hasta en Hollywood gracias a filmes como Una noche en Lisboa, donde Vera
Ralston era una cabaretera en Portugal involucrada en el espionaje y The
Conspirators (1944), con Hedy Lamarr y Paul Henreid, intentando crear otra
Casablanca.
Las series y miniseries
también nos han dado una visión de espías em tierras portuguesas. Incluso tan
temprano como en 1936, veíamos espías ingleses y germanos en el lujoso hotel Vidago
Palace.
En Tiempo entre Costuras, María Dueñas y SOE envían a la
agente ficticia Sira Quiroga a Portugal a investigar a un industrial lusitano
que colabora con los nazis. En la tercera temporada de Das Boot, Foster, el agente de la Gestapo es
enviado a Portugal a investigar agentes díscolos y se tropieza con el Kaleus
Klaus Hoffmann que ahora trabaja para los servicios de inteligencia
estadounidenses. Y en Fleming,
Dominic Cooper nos retrató los quehaceres del inventor de James Bond durante la
Segunda Guerra Mundial incluyendo su pasada por Lisboa.
Ian Fleming
también aparece en La Espía, como también ahí conocemos al enigmático
(pero famoso) ruso blanco Mijaíl
Tereshenjko que no se sabe para quien trabaja. Es parte de este escenario colmado de agentes dobles, espías reclutados
de la nada, refugiados debatiéndose en una atmosfera cargada de miedo de que
una mañana Portugal despertase bajo la bota nazi.
Es ese espacio
que Herman Wouk escogió para la boda de su protagonista Byron Henry con la
judía Natalie Jastrow en Winds of War. En
la famosa escena de la taberna con el enfrentamiento de Byron, teniente de la marina
estadounidense, y un agente de la Gestapo tenemos encapsulado el espíritu de
Portugal en ese tiempo.
En la vida real,
los miedos de los portugueses no estaban infundados. Siegfried recibe un
microfilm (que rodará mano en mano) con los detalles de la Operación Isabella,
la invasión de la Península Ibérica por parte de la Wehrmacht. Es posible
también que como prevención, Los Aliados planeasen destruir puente, caminos y
otros sitios claves para detener al invasor.
La frenética
actividad de ambos bandos se refleja en su reclutamiento de personal autóctono
que los ayude. Los dobles agentes se suceden. Larenz contrata al repulsivo
Paulo Santos, inspector de la PVDE. A cambio de Pervatin (la mágica anfetamina
de los nazis), Paulo no tiene escrúpulos para suministrar información a los
germanos tal como no la tiene para espiar a Larenz.
Los ingleses son
más creativos. Contratan telegrafistas, carteros, futbolistas (entre ellos a Cándido
Oliveira, entrenador de la selección nacional), todos con el vínculo común de
haberse criado en el mismo orfanato. Pasando de los comunistas que también los
ayudan más allá de la frontera gallega, Beevor y su equipo llegan hasta la Legión
Portuguesa donde tienen simpatizantes como el mayor Humberto Delgado.
Me quedé de una
pieza. Por Cuba Libre supe que Delgado (para entonces coronel) fue en Los
60 el mayor opositor de Oliveira Salazar, se le presentó como candidato rival
en las elecciones fraudulentas del 61. Hubo de huir a España, para ser
secuestrado y asesinado en una maniobra de la cual culparían al mayor Silva País,
padre de la incorregible Annie y director de la PVDE.
Revisando su biografía,
me enteré que durante la Segunda Guerra Mundial , Delgado y la Legiao
fueron abiertamente pronazis. Oliveira Salazar creó el grupo paramilitar
precisamente en 1938. Estaba compuesto por antiguos Viriatos, voluntarios
portugueses que sirvieron en el Bando Nacional durante la Guerra Civil Española.
Eran ardientes anticomunistas y muchos legionarios se incorporarían a La División
Azul para pelear en el frente ruso.
Sin embargo,
Delgado no tenía tanta simpatía por la ideología nazi. Como Oliveira Salazar,
repudiaba el antisemitismo. En 1939, escribió un radioteatro en el que se
conmiseraba de la expulsión de los judíos a fines del siglo XV y poco después,
los esposos Delgado adoptaban una pequeña refugiada de raza hebrea. Entonces es
posible que Beevor haya explorado elementos pro-aliados cercanos al Estado Novo
incluyendo a Agostinho Lourenҫo, jefe de la PIVE y patrón del repulsivo
Paulo.
A Espia posee todo lo necesario para sr un buen
relato de espías en marco histórico: atmosfera de época, vestuario y cinematografía.
Las actuaciones son un poco contenidas, me ha recordado la tiesura de Los Misterios
de Lisboa, lo que no evita el suspenso que te tiene al borde de la silla.
Hay explosiones, sabotaje, y muchas traiciones. Un reparo subjetivo es que hubiese
preferido a María Joao Bastos interpretando a la ficticia María Joao. La
encuentro más seductora y glamorosa, pero entiendo que Daniela Ruah (no sabía
que era de origen judeo-portugués) tiene más renombre internacional.
Lo otro, y es
casi chistoso, es que muchos actores secundarios se parecen entre sí. No me pasaba
desde Band of Brothers que debía ver un capítulo un par de veces para
distinguir quién es quién, y la gema de Hanks-Spielberg tenía como excusa su
oscuridad.
Aquí ni eso y así
me confundía con Nicolau y Manoel, su chofer. Nunca sabía cuál era cual. lo mismo
hubiese ocurrido con Agostinho Lourenҫo si no hubiese mediado la clave
identificadora de que lo interpreta el mismo actor que hizo de su reemplazo, el
mayor Silva País en Cuba Libre.
Otro que se prestó a confusión (ayuda en que
nunca lo presentaron) era Emilio, amante de Rose, un pintor que hacía
pasaportes falsos. Era muy parecido a Simoens, agente de la PVDE que Paulo ponía
a espiar a todo el mundo. Me tomó casi siete capítulos entender que eran
personajes diferentes
Donde sí estaba agarrándome
la cabeza a dos manos, era con los personajes de Jack Beevor e Ian
Fleming. Y esperen, que cuando llega Tereschenko,
también es interpretado por un individuo similar. ¿No pudieron elegir
actores menos parecidos físicamente? ¿Más rubios, más altos o más gordos para
evitar enredos?
A pesar de estos bemoles, es una serie excelente y un gusto saber que hace un mes, ha estrenado la segunda temporada en la televisión portuguesa.
Contenido Violento
y Gory: Escenas de
torturas a cargo de la PVDE.
Contenido
Sexual y Desnudos:
Escenas de cama, pero sin desnudos.
Factor Feminista: Rose Y María Joao son dos mujeres
independientes que, por motivos diferentes, entran en el mundo del espionaje
utilizando sagacidad, creatividad y mucha audacia. Aun así son mujeres de su
época y clase que se apoyan en recursos propios de su mundo. Rose es una mujer
libre con control sobre su cuerpo y sexualidad.
María Joao
descubre las posibilidades de vivir desenvueltamente sin el yugo que limita a
las mujeres de su entorno, principalmente su suegra. Es casi un tropo del género
de espías esta autonomía que propicia la idea de que una labor peligrosa e
ingrata proporciona una vía de escapes a mujeres de un mundo tradicional.
Factor
Diversidad: Tenemos
portugueses, británicos, alemanes hasta un ruso. Sin embargo, y a pesar de la
amplia mención al imperio lusitano ultramarino, no hay un africano, ni un
chino, ni un hindú. Todos blancos.
I have not heard of this one before, but that is probably because my Portuguese radar is never on given that I find their language one of the ugliest ones next to Italian and Finish. So many spies all around, makes you wonder how many spies we have today in all the countries of the world. We had some arrested in our country recently and then they run away like in a film LOL Forgot if they were Russian or American. I finished LADIES IN BLACK last week, so I have to start something new Australian tonight, given that Tuesday is my Australian weekday. I think you missed a new Swedish period set one at my place on Sunday.
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