miércoles, 29 de octubre de 2025

El Antisemitismo Cultural Polaco: ¿Se manifiesta en The Breslau Murders?

 


Acabado de ver el cuarto episodio, Gato Rafael me preguntó por qué le había recomendado una serie donde todos los judíos eran malos . Ahí caí que cada judío de este cuento encarna un estereotipo antisemita. Con este leitmotiv se disminuye la tragedia judía y da una impresión de que las víctimas eran unos rufianes. Ese negativismo sutil está muy de moda en las series angloparlantes, fomenta la judeofobia y es, tristemente, un dejo del pasado que resurge en el antisemitismo presente. Revisemos la galería de los miseros representantes de la raza hebrea en The Breslau Murders:

Jugadores, Lascivos y Mendigos

La primera en aparecer es la niñita de las trenzas cuya presencia motiva a Podolsky a matar al “Monstruo de Breslau”. Luego vemos que mendiga por las calles de la ciudad. Ejemplo 1: judía mendiga=lumpen.



Nuestro segundo ejemplo es Leon Rosenblum, el atleta polaco que se mofa de la superioridad deportiva aria y exhibe una arrogancia impertinente. Para colmo se lleva a una prostituta aria al cuarto del hotel donde los sorprende el serial killer: Ejemplo 2: Rosenblum arrogante y putero=lascivia y soberbia judía.



Quería detenerme en una omisión importante de la serie sobre las políticas del Tercer Reich.  A partir de las Leyes de Nuremberg (1935), se prohibieron terminantemente no solo los matrimonios sino también las relaciones heterosexuales entre judíos y arios. En el caso del hombre no había mucho castigo, pero la mujer aria que sostenía una relación con un judío era considerada “impura”, contaminada para siempre y por lo tanto inadecuada para ser esposa/ amante de un ario y madre de sus hijos.

Por muy prostituta que fuese, Zelda no hubiese arriesgado sus posibilidades de trabajo, ya que ningún burdel la admitiría. Hablando de lupanares, el dueño del sitio donde trabajaba Zelda y que frecuenta Podolsky, se llamaba Leviakov, un apellido judío. Aunque los prostíbulos pulularon durante el Tercer Reich  (el famoso Salón Kitty) no había empleo para prostitutas judías ni para sus padrotes. Ninguna campaña de blanqueamiento del ‘36 cambió esa situación. Así que Leviakov está ahí solo para recordarnos que… Ejemplo 3 : judíos=trata de blancas

Casi al final del episodio, Podolsky se encuentra con su ex forense, Otto Kracauer, en el casino. El médico está feliz porque se ha levantado la prohibición de que los judíos no puedan entrar en casas de juego. Aunque el Dr. Kracauer es el judío más simpático y benévolo de la serie, lo que primero vemos es su afición a la ruleta. Ejemplo 4: Judío Jugador= gente viciosa aficionada al dinero fácil y a los juegos de azar.




La Pornografía Judía

Pasamos a la tercera víctima, otro judío. Bruno Blumenstein. A este lo vemos antes y después de muerto. Lo vemos en su estudio de fotografía quemando fotos. Aparece un hombre, solo lo vemos de espalda que le dispara. A la mañana siguiente, Abram Niepold, el joven asistente del fotógrafo,  encuentra a su patrón asesinado y sin ojos. Curiosamente, el cadáver está rodeado de fotos que el chico se apresura a ocultar.





Cuando llega Podolsky comienza registrando el local y descubre en un doble fondo de un buffet varias fotos de tipo erótico. Cuando interroga a Abram, este niega saber de qué se trata. Podolsky le toma un extraño fastidio y, sin tener motivo, hace que lo encierren en una celda con criminales comunes.

Como no hay récords criminales de Blumenstein, Podolsky va a la comunidad hebrea de la ciudad a entrevistarse con Herzog, el rabino en jefe. A pesar de que Herzog le da un cumulo de datos sobre el fotógrafo y, sin hacerse la víctima, revela el pésimo estado de los judíos de Breslau, durante toda la entrevista Podolsky no dice una palabra, pero fija una mirada despectiva en el rabino.

Ese desprecio no lo reserva para un muy buen sospechoso. Fischnell, un jefe nazi local que amenazaba al fotógrafo para que le vendiera su local a un precio mínimo . Como explica el Rabino Herzog, esa es la costumbre de los nazis, obligar a los comerciantes a venderles sus negocios por mucho menos de los que valen. Este nazi que amenazaba a Blumenstein lo hizo apalear en varias ocasiones. Es un ex proxeneta que una vez fue acusado de matar una prostituta.



A estas alturas, ya Podolsky sabe que el verdadero objetivo del Quemador de Ojos era Zelda, no Rosenblum. Aparte de todos estos factores, Fischnell tiene vasto acceso a la clorina que el asesino en serie usa para quemar los ojos de sus víctimas. Aun así, Podolsky gasta poco tiempo en Fischnell, no lo obsequia con más sarcasmo o brutalidad que a otros, y deja caer ese sospechoso sin siquiera gastar tiempo en investigarlo.

Mientras interroga a sus amigas prostitutas, Podolsky accidentalmente se tropieza con un dato importantísimo. El fotógrafo era el otrora famoso “Budo Blumenstein”  creador de películas “artísticas” (léase filmes eróticos). Armado con este conocimiento, el comisario vuelve a interrogar a Abram Niepold, sabedor de que el chico ha sido brutalizado en la celda común.

Ahora amenazándolo con la Gestapo, y mirándolo con el mismo desprecio con el que miró al Rabino Herzog, consigue confirmación de que el fotógrafo y Zelda eran cómplices que creaban filmes y fotografías con contenido sexual y que posiblemente chantajeaban clientes para conseguir dinero y huir juntos a América. Ejemplo 5: Blumenstein, fotógrafo de encueradas a las que chantajeaba= judío extorsionador y pornógrafo.



Era una creencia de los antisemitas, y no solo en Alemania de que la industria pornográfica era manejada por judíos cuya intención era pervertir a los jóvenes. Lo que se llamaba “pornografía” entonces no es lo que conocemos hoy, filmes en los que se retratan simulacros (y no tan simulacros) de actos sexuales para excitar a determinado público.

La República de Weimar se conoció por su liberalismo de costumbres o libertinaje como lo llamaron sus detractores. Existía un gran interés por enfermedades y desviaciones sexuales. Como expliqué y vimos en el documental de Netflix,  El Dorado, en conjunto con bares gays, espectáculos desnudistas en cabarets y revistas pornográficas, existía el instituto de Magnus Hirshfield dedicado a estudios sexuales y donde se efectuaron las primeras operaciones de cambio de sexo.

El cine no se abstuvo de participar en ese zeitgeist. Las temáticas eran muchísimo más fuertes que en Hollywood. Recordemos los filmes de la escandalosa Anita Berber y joyas como Tres Páginas de un Diario de Pabst o la famosa Metrópolis.  También fue el nacimiento del cine queer que era considerado como “concientizador” y “educativo”. A lo que voy es que un director de filmes eróticos que en la progresista” sociedad de Weimar sería considerado un artista más, en el Tercer Reich seria visto como un corrupto, y más siendo judío.





   
                                                   Afiche de un filme de Anita Bereber

Polonia y El Antisemitismo Sistémico

Quizás The Breslau Murders no sea una representación ni completa ni veraz de la vida en Silesia en 1936, pero es una ironía que si nos brinda un retrato negativo de los polacos (Podolsky) y ejemplariza una característica de su cultura. Desde la Partición de Polonia, en días de Catalina la Grande, que esa gran nación ha sufrido de un sistémico antisemitismo cultural.

Algo en lo que no erró Krol fue en mostrar esa judeofobia en los ‘30, tanto en el auge del nacionalismo fascista como en el socialismo gubernamental. Hoy en día, un partido como Corona tiene muchísimos adherentes y su líder,  Grzegorz Braun, bajo la máscara del antisionimo, fustiga a sus compatriotas a desarrollar sentimientos que van más allá del repudio a Israel. Como ejemplo recordemos que el ultimo diciembre, Brun protagonizó un incidente durante las celebraciones de Janucá llegando a apagar con un extinguidor el menorah que habian encndido en el parlamento polaco.



Esto no significa que exista en mi un sentimiento antipolaco. Seria renegar de una gran y sufrida tierra donde se recibió a los judíos en un tiempo en que monarcas medievales y renacentistas los habían expulsado de sus reinos. En ningún momento he querido ofender al país mártir de los nazis, al pueblo más perseguido y maltratado por el gobierno hitleriano, después de los judíos. Según Keith Lowe en su Savage Continent, 6 millones de polacos (160.000 judíos entre ellos) perecieron durante la Segunda Guerra Mundial.

No olvido que la mayor cantidad de rescatistas que Yad Vashem ha homenajeado como “Justos Entre las Naciones” está compuesto por ciudadanos de esa nación eslava,  y tampoco olvido que Polonia fue uno de los países que votó en la ONU a favor de la creación de Israel.

Es mi sentir que esa generosidad coexistió con un antisemitismo sutil que permeó las relaciones judeo-polacas a través del Siglo XX durante gobiernos en su mayoría de izquierda y que sigue existiendo hoy. Es mi sentir que se manifiesta sutilmente en su representación de judíos en la ficción como lo demuestran Los Crímenes de Breslavia. Sigo recomendando la serie por entretenida, por ser visualmente atractiva, pero para quien se da el trabajo de verla un par de veces (como Gato Ernesto y yo) da mucho que pensar sobre esos tiempos y se vale compararlos con los de ahora.

 

 

2 comentarios:

  1. Cannot say I am the least surprised that there is antiseminitismo around the world given that it has always been present, but for it to be so open is something especially disgusting, it is as if people have completely lost their sense and morals, I imagine this is how it was during the rise of Hitler. The Poles are the worst Catholics next to the Croats and it that they are often even right wingers. It is so freaky that a nation that suffered so much from the extremists would be extreme in its chauvinism themselves. But then again history remembers what Poles used to do to Russians not sparing even their babies... The worst thing is that the hatred between Slavic neighbours is always based on fecking religion.

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    1. Braun and his “Crown” Party are antisemites, antizionists, anti LGTB and far righters. But prior to the war, Poles had a socialist govt. that also wanted to exile the Jews. It is something that developed after the Partition, then it could be about religion, but after the Russian Revolution, it became political. If you check the stereotypes this series presents none has to do with religion. I’m not surprised that the extreme far right sides with Palestinians in Poland, my country and even here. Hitler aand his cronies courted Arab leaders ( like the Mufti) with passion.

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