martes, 9 de enero de 2024

La Casa Alemana en Hulu: O de como caí en las redes de Disney

 



Hago confesión pública, no me lapiden. ¡Soy una streaming whore! Por ver esta adaptación del bestseller de Annette Hess, me uní a Hulu, lo que implica entrar por la puerta trasera al Club Disney. Lo terrible es que he encontrado tantas series buenas que todavía no puedo arrepentirme.

Cuando mi hermano me subscribió a Apple, Viaplay (una desilusión total)y a Chaiflicks, me ofreció subscribirme al paquete de Disney (que te da acceso a todas las plataformas Disney, ESPN, Hulu y FX). Yo me negué,  argumentando principios morales en contra del mal usado legado del Tío Walt. Mi hermano se subscribió, aunque él hace streaming desde su computadora.

La carne es débil y dos meses más tarde, le pedí compartir la clave. Es que el boicot siempre opera en contra del boicoteador. Fue después que vi anunciada esta miniserie que tomé una decisión que en un mes me ha llenado de satisfacciones.



Ver el primer episodio me hizo entrar en la oscura Tierra del Olvido de una manera tan diferente a como lo hacen las series americanas. Ver como en 1963, la sociedad alema tuvo un rudo despertar de recuerdos que habían enterrado como la avestruz entierra su cabeza,  ya me enganchó totalmente.

Estamos en Frankfurt en diciembre de1963. Eva Bruhns es una veinteañera que vive junto a sus padres y hermanos en los altos del restaurante de la familia llamado La Casa Alemana. Una tarde de domingo en que Eva espera ansiosa a su novio Jürgen, un chico millonario que viene a pedir su mano,  recibe una llamada urgente de su trabajo.



Eva es una secretaria bilingüe que traduce al alemán o polaco documentos comerciales. Esta vez la han llamado para servir de interprete de un señor polaco de aspecto humilde. Eva traduce llena de sonrisas  “Nos hicieron decorar las ventanas y  llegaron a la hostería unos invitados soviéticos que fueron expuestos a iluminación. Al día siguiente estaban todos iluminados”. Eva termina muy satisfecha de su labor y se sorprende que los presentes la miren con incredulidad. Admite no entender la terminología del polaco.

Le traen un diccionario y se sorprende al descubrir que  “decorar” era “sellar”, los “invitados” son “prisioneros” e “iluminación” “es “gas”. No entiende lo dicho y cuando interpela a un americano presente este le responde con rudeza acusándola de “ignorante”.



Las malas noticias se acumulan para Eva. Al llegar a casa, descubre que Jürgen se marchó sin pedir su mano. Deprimida ante el silencio y ausencia del novio, Eva comienza a investigar. Descubre que el polaco es un testigo de un juicio que se avecina y que es conocido como el de “Los Guardias de Auschwitz”.  Como casi toda su generación , Eva no ha oído hablar el Holocausto, apenas recuerda el Tercer Reich, pero cuando interroga a su hermana mayor y a sus padres, estos evaden responderle.

Una tarde, cuando va de compras navideñas, Eva ve a una extraña transeúnte que luce una estrella de David amarilla cosida en el abrigo y que pide direcciones en polaco. Su pedido es recibido con insultos (¡Vuélvete a Israel!). Apiadada, Eva la lleva a un hotel. Ahí la mujer se dirige a su cuarto sin siquiera despedirse. “¿No va a darme las gracias? “pregunta la interprete. “A ti no te tengo que dar las gracias” es la respuesta que recibe Eva.



Es este incidente el que empuja a Eva a aceptar la oferta de ser traductora en el juicio. En esa guisa asiste a la audiencia preliminar donde escucha horrorizada  los crímenes que les imputan a los acusados. Cuando vuelve a casa se encuentra con la sorpresa de que Jürgen está ahí y de que están comprometidos. Por supuesto que ni al novio ni a los padres de Eva les parece que se involucre en ese juicio.  Aunque Jürgen hace las paces con Eva, hay momentos oscuros y misterios que ella deberá vivir y desentrañar.

Cuando me interesé en La intérprete del silencio, no sabía que se trataba de una adaptación del bestseller de Annette Hess, la creadora de mi admirada Ku-Damm. Curiosamente Ku-damn en su segunda temporada toca el tema del Juicio de Frankfurt. Monika, la protagonista,  acompaña a testificar a Freddy, sobreviviente de Auschwitz y padre de su hija .



La importancia de ese juicio es que por primera vez los alemanes juzgaban a otros alemanes que habían sido participes del Holocausto. Hay dos excelentes filmes que cubren el Juicio de Frankfurt, The People Against Fritz Bauer y Laberinto de Mentiras, ambas alemanas. Ahora se les puede agregar esta excelente serie que según La Vanguardia ha sido nominada a un Critics Choice.

En la miniserie, el juicio comienza mal. Todo los acusados se declaran inocentes y son bien defendidos por un sarcástico abogado interpretado por el rumano Sabin Tambrea (Ku’Damm, Babylon Berlin). Algunos testigos son rechazados por confundirse de fechas. Todo cambia cuando llega la doctora Rachel Cohen (la extraña a la que auxilió Eva en la calle). En alemán,  ella declara conocer al acusado Victor Kapelius.



Con fotografías familiares demuestra que fueron amigos antes de la guerra,  que se encontraron en la rampa de Auschwitz (algo que el guardia ha negado),  y que el farmacéutico intentó llevar a la mellizas de la doctora con el Dr. Mengele quien las rechazó por no ser idénticas. Después de que su testimonio consigue el encarcelamiento de Víctor Kapelius, Rachel Cohen cruza descuidadamente la calle y es atropellada por un automóvil.



Eva le pide a su hermana mayor,  que es enfermera pediátrica, que le averigüe que pasó con la doctora polaca. AnneGrethe le dice que Rachel Cohen fue dada de alta y ha regresado a Polonia. No es cierto, la médico falleció a causa de heridas internas. AnneGrethe es un personaje misterioso y siniestro, que oculta cosas como sesiones de sexo en los armarios del hospital con su patrón, un médico casado.

Ahí no acaban los secretos. Tras tropezarse con la mujer del acusado Robert Mulka, Eva tiene un flashback. Recuerda haber sido niña en un jardín y haber recibido una bofetada de Frau Mulka.

Una noche Los Mulka llegan a La Casa Alemana, Alterada,  Edith, madre de Eva se acerca a ellos y les dice que no hay mesas disponibles. Despectivos, Los Mulka le responden:  ”no queremos comer en el restaurante de una soplona”. Poco a poco, irá Eva descubriendo el significado de estas palabras.



Como en Ku’damm y   en La Saga de Weissensee, Hess da un rostro humano a sus villanos. Los Mulka son ricachones que llegan envueltos en  pieles a Frankfurt y se quejan de que el Hotel Four Seasons no les ha dado habitación con vista, pero Borge (Heiner Lauterbach de Tannbach), el SS más cruel de Auschwitz, es mostrado por primera vez como un padre de familia que da tiernos consejos a su prole.



Otro personaje importante es el padre de Jürgen, un ex comunista y prisionero de Buchenwald. Después de amasar una fortuna ahora ha caído en las garras de la demencia , no recuerda cosas importantes, no tiene control sobre sus palabras,  y se orina la ropa. Él es una metáfora de la debilidad de una nación que pierde su memoria. En estos días en que la falta de atención y retención son una forma de demencia que afecta a generaciones más jóvenes; y en que los medios de comunicación distorsionan las noticias, por lo que ya no sabemos que creer,  el mensaje de esta historia es relevante y poderoso.



La Casa Alemana es más autoflagelante que otras obras de Annette Hess. Al final hasta los niños alemanes eran asesinos y las esposas más oportunistas y nazis que los esposos. La heroína es un poco tonta y los judíos tampoco son muy simpáticos.

El más irritante es David Miller que, además de histérico y mentiroso,  es un poco machista. Cuando ve a Eva alterada dice burlón que debe ser la regla. Cuando le reprocha a Sisi, la prostituta de la que se ha enamorado, el tener como cliente a un ex guardia de Auschwitz no parece importarle que ella le cuente que a los 13 años fue violada dos veces por los rusos. Es un personaje superfluo que no aporta nada a la narrativa.



Contenido Violento o Gory: No hay nada gráfico, pero las descripciones de los crímenes son perturbadoras.

Contenido Sexual y Desnudos: Hay escenas de sexo, pero sin desnudos. Solo David enseña nalgas en su primer encuentro con Sisi.

Factor Feminista: El que Eva utilice la historia familiar y la de su país, para salir de su zona de confort y enfrentarse a su familia y a un novio que la quiere en casa sin trabajar es una declaración feminista. Sobre todo, en una sociedad que un hombre,  solo por estar comprometido con una mujer,  ya tiene derechos legales sobre ella.



Factor Diversidad: Judíos, polacos, alemanes. Vemos que los nazis siguen aferrados a la ideología de la Raza Superior, cuando la mujer de Borge prefiere que su hija aborte antes de verla casada con un italiano.

 

 

 

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