miércoles, 1 de julio de 2020

Barkskins: Una Historia de los Bosques Canadienses



No sé cómo calificar a “Barkskins” y eso hace difícil su recomendación, aunque la merece. Basada en el superventas de Annie Proulx (Brokeback Mountain), puede ser considerada un drama histórico, novela medioambientalista,  incluso una denuncia al racismo canadiense, pero tal como la han traducido en el canal del National Geographic, se ha convertido en una combinación de western colonial y whodunnit histórico, muy entretenida, aunque enigmática.

Solo 100 páginas del Libro Original
El libro de Proux cubre casi cuatro siglos de las vidas de dos familias canadienses: los aristocráticos Duke y los mestizos Sel. Ambas familias trazan su linaje hasta dos delincuentes de poca monta que, a fines del Siglo XVII, son condenados a servitud en la colonia de la Nueva Francia, hoy Canadá. A pesar de que Rene Sel y Charles Duquet (luego Duke) aparecen en la trama, sus historias son disminuidas ante la magnificencia de personajes como el extravagante Claude Trepagny (David Thewlis) y el severo, pero justo, Hamish Goames (Aneurin Bernard).

El haber basado un libreto solo en las cien primeras páginas del libro excluye muchos mensajes que vinculan este relato colonial con el presente, dejando nada más que una serie de misterios que resolver y una visión de un mundo fronterizo que la convierte en un western colonial. La Nueva Francia es una zona de conflicto con personajes atrapados entre la codicia de los blancos y las tribus nativas que quieren proteger su hábitat y no saben en quien confiar, porque tanto los franceses como los ingleses tienen ofertas apetitosas mancilladas por la ambición

Los franceses han traído a estas tierras su idioma y religión, pero también la escoria gala representada tanto por el taimado Duquet (James Bloor) como por el corrupto Capitán Bouchard (David Wilmot). Enfrente están los ingleses de la Compañía de la Bahía del Hudson que quieren expandir su poderío en el Nuevo Mundo alcanzando tierras que rinden tributo a Luis XIV. Para eso se infiltran poblados franceses como Wobik, donde tiene lugar la historia, envían agentes, compran servicios de los nativos y perpetran masacres como la que inicia esta historia.
René Sel llega a Wobik

Wobik, en la provincia de Quebec es un típico pueblo fortaleza de la Canadá Colonial. Está en las riberas del San Lorenzo entre el poblado de los amistosos Wendat y cercano a las tierras de los levantiscos iroqueses que han hecho ya un trato con los ingleses. Hay colonos que optan vivir fuera de los muros y empalizadas de Wobik y pagan un precio. Un pequeño reducto es atacado por los iroqueses. Los únicos sobrevivientes son un sacerdote que parece haber perdido la razón y una niña que parece haber perdido la voz.
Goames y la niña sobreviviente

Bouchard y sus secuaces cuelgan y empalan a los prisioneros iroqueses y los dejan expuestos como escarmiento. Ese es el espectáculo que recibe a Hamish Goames y a su compañero el “civilizado” nativo obijwe Yvon (Zahn McClarnon). Goone ha venido en nombre de la Hudson Bay Company en busca de Randall Cross, otro agente. Pronto Goames descubre que el pueblo está lleno de misterios y que, desde Bouchard hasta la tabernera Mathilde (Marcia Gay Harden), poseen información sobre Cross que le ocultan, información relacionada con el ataque iroqués.

Quien más sabe es Elisha Cooke (Thomas  M. Wright) , el tonelero, al que se le permitió vivir en Wobik debido a su esposa francesa cuya muerte el inglés todavía llora. Un viaje de Goames de regreso con la Hudson Bay Company le revela que Cooke es un espía inglés, que, junto con Randall Cross, confeccionó un plan para que los iroqueses mataran a los colonos.

Goone comienza a reflexionar si es una buena idea servir una compañía tan corrupta, inmoral y brutal, pero sigue empeñado en saber la suerte de Cross. Para entonces ya sabremos que se trata de una misión personal. La hermana de Hamish es Mrs. Randall Cross. Me voy a detener aquí porque no quiero contar la trama.

Cuidado con los Mcguffins
Les advierto que es una trama oscura y enmarañada, pero una vez que se la sigue es muy entretenida. Los villanos tienen su lado humano, y en realidad aparte de Goone e Yvon no hay gente muy buena. La idea es que lejos de la civilización, todos se embrutecen y pierden sus valores morales. Ni siquiera la iglesia puede civilizarlos.

Con excepción de la formidable Madre Sabrine (Leni Parker) , los religiosos que conocemos o están locos, o son glotones o solapados como el padre Jerome. Nunca llegamos a entenderlos porque todos acaban mal. Como dice Trepagny: “vinieron a buscar el martirio y eso es lo que encontraron”.
La Madre Sabrine recibe a les Filles de Roi

Otra advertencia es que tengan cuidado con los mcguffins. Muchos se centran alrededor de Trepagny, un personaje exuberante y misterioso a la vez. Se dice que es un hereje, que está demente, que practica la religión catara de sus ancestros. El mismo cree tener poder sobre los animales y haber visto al loup garou, el licántropo de los bosques canadienses. Solo les digo que si creen que se trata de una serie sobrenatural se han tropezado con una humeante pistola de Chejov.
Trepagny y la cruz cátara

Trepagny tiene secretos, es un poco irresponsable en sus romances, pero no es mala persona. Lo demuestra cuando arriesga su vida para ir a rescatar a Sel del cautiverio iroqués. Hasta nos da un poco de lástima que haya escogido como esposa a Melisande (Tallulah Haddon) la más endurecida de las Filles de Roi.

¿Quiénes fueron Las Filles du Roi?
Hora es de hablar de las Filles de Roi que ninguno de los poquísimos reseñadores de “Barskins” parece saber qué son.   Incluso hay historiadores que creen que eran criminales o prostitutas confundiéndolas quizás con las Casket Girls del Siglo XVIII que fueron a parar a Santo Domingo, Nueva Orleans y otras ciudades francesas de lo que hoy es USA como Mobile y Biloxi.

Las verdaderas Filles de Roi (Hijas del Rey) fueron participantes de un programa gubernamental que operó en la Francia a fines del siglo XVII. Eran chicas solteras,  de pueblo o ciudad de entre 12 y 25 años,  reclutadas por emisarios del rey para viajar a las colonias del recién nacido imperio galo de ultramar. Ests chicas fueron no solo al Canadá,  tambien a la India francesa (Pontdicherry) , a casarse con los colonos.
Las Hijas del Rey llegan a Nueva Francia

Sus credenciales atestiguadas por una carta de su cura párroco debían incluir virginidad, buena reputación y salud. A cada una el rey le pagaba el viaje, el ajuar de novia y una pequeña dote. Para quien vea esto como un mercado de esclavas, ninguna de las hijas del rey fue obligada a nada. Para la mayoría era una mejor oportunidad que la que les aguardaba en Francia.
Las Hijas del Rey llegan a Wobik

Al llegar a Nueva Francia no se esperaba que se casasen enseguida. A la mayoría le tomó unos meses, a otras años, encontrar un buen marido. Hubo algunas que nunca se casaron y otras que regresaron a Europa. La mayoría se convirtieron en las antepasadas de mujeres de ambos lados de la frontera. Descendientes de las Filles de Rois son una tal Madonna Louisa Ciccone, Una tal Angelina Jolie y una tal Hilary Clinton.

La serie no se detiene mucho en la validez de la organización prefiriendo enfocarse en la más rebelde y ambiciosa del grupo, Melisande que ya dije se convierte en Madame Trepagny. El caso de su amiga Delphine(Lily Sullivan)  ilustra como algunos matrimonios no tenían finales felices tal como el ejemplo de Claudette, una Fille de Roi de cargamento anterior, demuestra que la esposa abusada ya era un arquetipo del Canadá Colonial. Pero esta no es una serie de mujeres víctimas.
Melisande "maquilla"a Delphine

Cada personaje femenino, por bien o mal que nos caiga, descuella en fortaleza femenina. Mathilde la tabernera sabe defenderse de violadores y de pretendientes molestos, sabe dialogar con hombres corruptos y a pesar de ser mujer dura, tiene corazón para proteger a Renardette (Lola Reid) , “pequeño zorro”, que es como apoda a la mudita sobreviviente de la masacre. Mathilde también ofrecerá empleo y refugio para Delphine, la esposa repudiada. ¡Y hasta le encuentra un marido!
Mathilde y su Renardette

En el otro extremo tenemos a otra fémina fuerte, la Madre Sabrine. Mas allá de sus deberes de religiosa, sus consejos nacen de su experiencia pre-convento adonde llegó como viuda joven y sobreviviente de un mal matrimonio. Quizás por eso sus palabras y acciones pueden verse como poco ortodoxas, pero no inútiles.
La Madre Sabrine arregla un divorcio

El poder femenino no reside únicamente entre las mujeres blancas. Lo vemos en la mestiza Mari  (Kaniehtiio Horn) empeñada en no perder su sitio, ni la herencia de su hijo, en la Doma (mansión) de Trepagny y lo vemos en la tremendamente poderosa e inteligente Teyaronhiio ( Gail Maurice), jefa de la tribu wendat.  La imagen de los nativos de la región, de sus alianzas con los ingleses, de cómo llegan a convertirse en un peligro para los colonos franceses es lo que otorga “Barkskins” esa aura de western.
Trepagny y su familia india.

Por qué “Barkskins”no es un Western
Vemos un mundo de rudos y salvajes que a veces tienen piel blancas. Incluso las fille de roi nos recuerdan grupos de mujeres blancas que marcharon más allá de las fronteras de civilización precisamente a civilizar hombres fuesen chicas de salón, o las famosas Harvey Girls, o mail brides (novias por correo) como Sarah Plain and Tall.

Sin embargo, hay algo que separa a “Barkskins” de los western clásicos y esa es su descripción respetuosa de los nativos americanos. Aquí los indios son seres individuales dotados de personalidades propias, con humor, compasión y sagacidad. Se diferencian las tribus y sus costumbres desde los civilizados wendat hasta los un poco barbaros iroqueses que aun así tienen quejas y objetivos legítimos. Sobre ellos reina Yvon que a pesar del barniz de civilización anglosajona y su pasión por la poesía de Milton, conserva la intuición de los ojibwe lo que le permite navegar entre dos mundos y muchas veces ser la voz de la razón.
Los Wendat

Es una lástima que “Barkskins” haya sido fabricada como serie limitada, que haya tenido tan poca propaganda. ¿Se deberá a que no posee los ganchos con los que se pueda atrapar a grupos específicos de espectadores?  No hay afroamericanos, no hay gente queer, no hay siquiera una historia románticas que pueda atraer a los más sentimentales. A mí me ha gustado mucho y es un privilegio haberla visto, pero sé que pasara sin pena ni gloria opacada por historias más truculentas y estridentemente panfletarias. Pero si pueden verla, se las recomiendo.

NOTA: Acabo de descubrir que lo de “serie limitada” fue dicho debido a que el Covid19 interrumpió las filmaciones (se esperaba hacer diez no ocho capítulos) Eso explica el final abiertísimos, donde todos las tramas devienen en cliffhangers. Ojalá hagan una segunda parte. Entretanto pueden verla on Demand en National Geographic o bajarla de Hulu.




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