En el 2022se celebrarán
110 años del hundimiento del Titanic. ¿Creen que habrá algún homenaje en el
mundo de la ficción audiovisual? ¿No se ha dicho todo sobre la tragedia del trasatlántico?
¿O todavía el drama naviero captura la imaginación popular? A juzgar por todas
las versiones fílmicas y televisivas creadas por un siglo de asombro ante la
destrucción y la pérdida de vidas provocada por un misero iceberg y por el
egoísmo humano, hay tema para mucho. Entretanto revisemos los relatos del
pasado, sus virtudes y defectos y elijamos nuestro favorito.
Todavía no se recuperaba
el mundo de; shock del hundimiento de un barco considerado imposible de
naufragar cuando una de las sobrevivientes, la actriz Dorothy Gibson ya estaba
ante las cámaras en un ejercicio de autorreferencia titulado “Salvada del
Titanic”. Ese mismo año, mientras Tin Pan Alley sacaba al mercado canciones
como “My Sweetheart Sank with the Titanic” y Joseph Conrad preparaba un cuento
sobre el naufragio, en Alemania se hacia una versión dramatizada del
hundimiento utilizando el barco emperatriz Augusta Victoria como modelo
del trasatlántico. Descubierta recién el ’98, esta película no tiene mayor mérito
que su antigüedad.
Lo extraordinario es que
en Hollywood no se atreverían con el tema sino hasta los ‘50. Mucho se habló de
que Hitchcock dirigiría una versión del famoso desastre marítimo en 1938, pero
nunca llegó a suceder. No es que el hundimiento del Titanic hubiese sido
olvidado. En su famosa pieza teatral Cavalcade, Sir Noel Coward elige
ese suceso para la muerte de una pareja recién casada. Este episodio en que Edith
y su marido pasan su luna de miel en el Titanic seria recreado en la
versión fímica de 1933.
Como “Cabalgata” sería un
punto de referencia para otras sagas familiares en el marco de los primeros
treinta años del siglo XX, es natural que la tragedia sea mencionada y juegue
un rol importante en las vidas de los Bellamy de “Upstairs. Downstairs” y los Crawley
de “Downton Abbey” pero ya hablaremos más de esto cuando les toque el turno en
esta investigación cronológica del Titanic en la cultura fílmica.
El Titanic Nazi
Para todos los efectos,
el primer filme que dramatiza los hechos ocurridos en esa noche de abril del
1912 es un producto nazi, “Titanic” del 1943. Esa es una de las muchas ironías de
este filme seminal que Joseph Goebbels a casi treinta años de la tragedia
decide convertir en una epopeya/disaster film que emule escenas de
algunos de sus productos hollywoodenses favoritos como el terremoto de “San Francisco”
y el incendio de Atlanta en “Lo que el viento se llevó”.
Pero como el Ministro de
Propaganda no daba puntada sin hilo, su “Titanic” debería ser una digna
compañera de otros filmes históricos nazis que enfatizaban la perfidia de los
ingleses como “Ohm Kruger” y “El zorro de Glenarvon”. El hincapié en la codicia
y arrogancia del mundo angloparlante y el rol que jugaron en el hundimiento del
trasatlántico se convertirán en un leitmotiv de las versiones
posteriores. Una ironía es que tengan que ser los nazis en señalar que
el clasismo anglo determinó el destino de las víctimas del naufragio.
Otro aporte de este
prodigioso filme es presentarnos al gran villano de la leyenda titánica, Bruce
J. Ismay director de la línea naviera White Star que construyó el Titanic y
quien sobreviviera el naufragio provocando controversia, crítica social y
rumores sobre cómo había sobrevivido a pesar de que muchos otros pasajeros
murieron por no tener un espacio en el bote.
En la película nazi,
Ismay es un especulador que por una apuesta obliga a al capitán Smith a acelerar
la llegada a Nueva York en un tiempo récord a pesar de lo poco aconsejable de
hacerlo de noche y en un mar salpicado de icebergs. Eso pone a Ismay en
colisión con el oficial primero Petersen (alemán, por supuesto). Durante el desastre
vemos a Ismay suplicando por un puesto en los botes. Petersen se lo da, pero
nada más para que Ismay responda por su crimen. Tal como en la vida real, la
investigación conducida por el Senado de Estados Unidos exonera a Ismay. No así
la prensa de la vida real ni las posteriores versiones de la pérdida de su
barco estrella.
En el filme nazi la
codicia de ismay es comparable solo con la del arrogante y esnob John Jacob
Astor con quien hace apuestas sin importarles como afecten tanto al navío como
sus pasajeros. Astor muere ahogado, pero después que le niegan un puesto en los
botes ya que estos están reservados para mujeres y niños. En la vida real Astor
solicitó un puesto para poder acompañar y auxiliar a su esposa que estaba en el
sexto mes del embarazo, pero al saber que los hombres no tenían prioridad, no
insistió aceptando su destino con gran dignidad.
En el filme, Mrs. Astor
es una esposa trofeo de estrecha cintura a la que su esposo descuida casi
criminalmente ya que la cree teniendo un affaire con un tal Lord Douglas. Solo
monta en colera cuando cree que una famosa joya que le ha regalado a su esposa
ha caído en manos de Douglas. En realidad, la joya (precursora del diamante
azul de la versión Cameron) ha sido sustraída por el ladrón de guante blanco, Tomás
Mendoza. Aquí por primera vez entra este estereotipo que puede ser un criminal
que se inmiscuye entre la elite o simplemente alguien que no pertenece al mundo
de los pasajeros de Primera Clase.
Los Astor según el cine nazi
Otra pauta que impuso el
Titanic nazi fue convertir la catástrofe en un filme romántico, y vaya que hay
romances. El primero es el romance bajo cubierta entre miembros menos
privilegiados como lo son Heidi, la manicurista, y Franz, el violinista. Ella se salva. El.. ya sabemos
lo que pasó con los músicos del Titanic.
A pesar de que, en la
vida real, Ismay era casado y padre de familia, para hacerlo más repelente lo
hacen viajar con su amante Gloria la que le tiene prometido bodorrio apenas
pisen Nueva York. En el medio del viaje,
Ismay descubre que han caído sus acciones. Motivo que lo hace apuntar proa a
otra cama, la de la mujer más rica del barco, la baronesa báltica Sigrid
Olinsky. Esto convierte a Ismay en rival de amores de Petersen, que en el
pasado amó a la Olinsky que le rompió el corazón.
Interpretada por Sybille Schmitz, una de las estrellas de Babelsberg (el Hollywood nazi), Sigrid luce una melena retinta y posee el nivel de discurso de mujer mundana y ajada que tipifica la femme fatale, pero es la única persona decente del filme. Ama a Petersen, pero sabe que son de mundos diferentes. Petersen tiene una premonición que el llevar el barco a la velocidad exigida por Ismay invita a un accidente. Suplica/exige a Sigrid que acepte los requerimientos de ismay para convencerlo de olvidar su apuesta. Incluso añade cínicamente que si los encantos de la baronesa no bastan que lo “ compre”. Como héroe el Petersen se me cayó totalmente.
A pesar de que Sigrid también
recibe un telegrama (los llamaban Marconi) que la informa de que su esposo ha
sido enviado a Siberia y que el Zar ha confiscado su fortuna, intenta disuadir
en vano a Ismay de su atolondrada apuesta. Al final, cuando está ayudando a
mujeres y niños a subir al bote, Sigrid se atreve a confesarle su amor a Petersen:
“soy tan pobre como tú’. Solo ahí el patán le encuentra sitio en un bote.
No me sorprende que un
héroe nazi sea tan machista, tal como no me sorprende que mientan sobre John Jacob
Astor y su matrimonio. Los Nazis no eran amigos de la verdad. Incluso su visión
de la Tercera Clase corresponde a un régimen totalitario y racista. Siempre nos
dan pena los pobrecitos irlandeses e italianos que fueron los primeros en
ahogarse, pero aquí esa multitud de individuos con rasgos eslavos o
mediterráneos son vistos como una turba de maleantes indisciplinados.
Sigrid Olinski lucirá
como una femme fatale, pero es una Magdalena arrepentida. En cambio, en Tercera
tenemos una especie de sensual gitana que ejecuta una danza mitad tango, mitad
flamenco, mitad fox- trot y que
provoca una riña entre amigos que se la pelean.
Uno de ellos es encerrado en una cabina. Al final, el amigo libre se da
cuenta que la amistad está por encima de gitanas curvilíneas y va, chapoteando
por pasillos (ecos de Rose rescatando a Jack) a salvar a su amigo preso.
El Titanic nazi realmente
hizo escuela con sus imágenes de botes que se voltean, niños abandonados que
aúllan “¡mamaaaa!” y oficiales disparándole a los proletarios para impedirles
que alcancen los botes. Recientemente vi esta película completa, y coloreada y
quedé impresionada. No es tan mala como parece y si se superan las ideas y
mentiras nazis, es hasta entretenida. Los decorados lujosísimos, igual que el
vestuario, si se parecen a las fotografías del interior del trasatlántico. Se
gastó el equivalente de quince millones de dólares de hoy día, la mayor
cantidad gastada entonces en un filme alemán y tomó dos años acabarla, pero el
rodaje estuvo plagado de problemas.
Filmada a bordo del barco
Cap Arcona, parte de la filmación se produjo en Gotenhafen (hoy Gdynia)
en el Báltico y se contrataron como
extras a soldados de la Wehrmacht y la Kriegsmarine. Felices de alejarse del
frente, los bravos militares se emborracharon y comenzaron a hacer destrozos y
a perseguir a las extras. Esto provocó la ira del director Herbert Selpin que
se expresó de manera insultante de las fuerzas armadas. Goebbels lo hizo arrestar
y como Selpin no se retractó, al día siguiente lo encontraron en su celda
ahorcado. O como se decía entonces “fue suicidado por la Gestapo”.
Con nuevo director, el
filme por fin estuvo listo para presentarse al público, pero el horno no estaba
para bollos. En 1943, la victoria alemana ya no parecía tan fácil. Las ciudades
alemanas vivían bajo bombardeos Aliados, en Rusia, el ejército soviético andaba
correteando a las tropas alemanas. Los Aliados habían desembarcado en Sicilia.
El filme ya no solo era una fábula en contra del capitalismo Anglo, sino sobre
gente huyendo aterrorizada hasta el punto de no poder confiar en la autoridad.
A Goebbels se le ocurrió que esta película era muy deprimente y que un
personaje como Petersen tan dispuesto a enfrentarse a los poderosos para
proteger al pueblo podía ser un modelo peligroso. “Titanic” nunca fue
presentada en Alemania, aunque si se la vio, con moderado éxito, en Paris y Praga.
El Titanic nazi tuvo un
triste epilogo con el hundimiento del barco donde se filmó el desastre. En la
primavera del ’45, el Cap Arcona comenzó a ser utilizado para evacuar
gente de campos de concentración para evitar que fuesen liberados por los rusos
y los ingleses que ya estaban en Alemania. A fines de abril, se cargó el barco con
cinco mil prisioneros de diferentes nacionalidades. El Cap Arcona junto
a otros barcos en la Bahía de Lubeck tenían un propósito cumplir las órdenes de
Himmler de no dejar a ningún prisionero vivo.
Los prisioneros fueron
mantenidos ahí por días sin alimento ni atención médica. Una lancha venia
diariamente a repartir agua y retirar muertos. Cansados los SS que manejaban el
barco esperaban que hubiese un final más rápido y se creía que vendría la Luftwaffe
a hundir los barcos.Llos que llegaron fueron los cazas de la RAF. Los SS les
dispararon para luego subirse en sus botecitos y huir. Los cazas lanzaron
bombas incendiarias. Sin botes ni chalecos salvavidas, los detenidos murieron sofocados,
achicharrados o de balazos de la SS cuando intentaban nadar hacia la playa.
Solo 50 sobrevivieron. Esta historia merece un filme propio, pero de eso hablaré
la próxima semana.
Las Soap Operas de los 50
Pasarían diez años de la
no-premieres del Titanic nazi antes que Hollywood se interesase en el desastre
marítimo. Después de una cruenta guerra mundial salpicada de naufragios y pérdidas
de vida, el cine de los 50 no estaba para fabulas morales donde los
privilegiados eran castigados por codicia e irresponsabilidad.
“Titanic” (1953) entonces
se convirtió en una soap opera escapista donde la tragedia marítima es mero
telón de fondo para una cursi soap opera. Esta versión de 1953 que enfurecería a
los sobrevivientes del Titanic echó manos de las pautas impuestas por la
versión nazi desde la combinación de personajes reales con náufragos ficticios
hasta robarse un par de clips de la blockbuster de Goebbels. Después de todo el
filme alemán descollaba en lo que se refiere a efectos especiales.
Julia Sturges (Barbara
Stanwyck) cansada de ser la esposa-trofeo de Richard Sturges (Clifton Webb)
intenta huir en el Titanic con sus dos hijos. Su esposo la sigue al
barco y aunque le da su libertad insiste en llevarse a los niños, la
adolescente Annette y Norman de 10 años. Julia le revela que Norman es hijo de
un amante que tomó hastiada de la indiferencia de Richard.
Durante el viaje Anentte
inicia un romance con el tenista Giff (Robert Wagner). Llega el iceberg y Julia
y Richard se reconcilian, pero él caballerosamente pone a su familia a salvo.
Giff ve que el bote donde va Annette está a punto de caer al mar de punta, al
intentar repararlo, el tenista también cae al agua y es rescatado por un bote
salvavidas. Norman cede su asiento a una anciana y va en busca del hombre que
cree su padre. Ambos perecen en el naufragio.
Aunque ganó un Oscar por
mejor libreto, este Titanic no es muy memorable. Se hizo más que nada para
demostrar que Clifton Webb podía hacer roles serios, pero la historia era
demasiado melodramática opacando la realidad a pesar de incluir personajes
reales como los Astor, Henry Widener y a Molly Brown a la que por alguna razón
le pusieron Maud.
Dos años después del
debut de “Titanic”, Walter Lord publicó A Night to Remember. Siendo el
primero en escribir sobre el tema Lord no esperó convertirse en autor de
superventas, pero la fidelidad histórica y su investigación que lo llevó a entrevistar
a los sobrevivientes atrajo al público lector. En 1958, los ingleses llevaron
el libro a la pantalla.
Fue el primer filme que
vi sobre el Titanic y no recuerdo nada. Solo los efectos especiales,
pero no quedó en mi mente ningún personaje ni ficticio ni histórico. Del
reparto solo recuerdo a Sir Kenneth More a quien ya conocía por “La saga de los
Forsyth”. Pero no recuerdo haberme
interesado en Benjamin Guggenheim, o en la devoción del matrimonio Strauss ni
en la codicia de Ismay al que no mencionan por nombre solo como “the Chairman”
ni de Lord and Lady Richard que en realidad eran los Duff Gordon, pero a los
que se les cambió de nombre por temor a una demanda.
A Night to Remember”
destaca por efectos especiales, por la pulcritud del detalle técnico, pero
falla en el argumento. Fue un éxito entre críticos y un fracaso de taquilla. Su
estilo, que hoy calificaríamos como de “docudrama”, entonces era desconocido y
no gustó. Sin embargo, James Cameron le haría el mejor homenaje, copiando
muchas de sus escenas en su epopeya de 1997.
En “Titanic” del ’53,
Thelma Ritter había dado vida a Molly Brown, bajo el nombre de Maud Young. En
“A Night to Remember” Tucker McGuire es conocida como “Molly Brown” nueva rica,
pionera del Viejo Oste cuyo marido hizo su multimillonaria fortuna en las minas
de Nevada. Este personaje es el más celebre de todos los habitantes del
universo del Titanic,. En la década de los 60, Tammy Grimes ganará un Grammy
por interpretarla en “The Unsinkable Molly Brown, y Debbie Reynolds, en 1964,
será nominada para un Oscar por el retrato de esta valerosa dama que, a pesar
de sus millones, se la pasó ayudando, durante y después del naufragio, a los
menos privilegiados del barco.
Los Años de la Poseidón
La Era de los 70 tuvo un
vago interés en el trasatlántico hundido debido al auge de filmes de desastre
como “La Aventura del Poseidón” basada en una novela de Paul Gallico. Esta
historia no relataba un naufragio sino la zozobra de un grupo de gente a la que
un tsunami deja atrapada en un navío de crucero que ha volteado.
Otro motivo para recordar
el naufragio era una fascinación con todo lo relacionado con la era Eduardiana.
Fue así como, en 1971, el nombre del Titanic entró en Eaton Place al
mundo de” Upstairs Downstairs”. La Tercera Temporada de la aclamada serie
inició con el episodio “Miss Forrest”. Lady Marjorie está preparando un viaje a
Nueva York para visitar a su hija Elizabeth. La acompañará su hermano Hugo.
Aprovechando que será el viaje debut del célebre Titanic, Hugo decide
convertirlo en luna de miel para él y su nueva esposa (la madre de Georgina
Worsley).
Ocupada con los
preparativos, Lady Marjorie enfrenta otro problema. Su esposo Richard ha
contratado una secretaria llamada Miss Hazel Forrest. Los criados están
incomodos porque no saben cómo tratar a Miss Forrest que no es criada, pero
tampoco una dama. Mas problemático es que James, el mujeriego hijo de los Bellamy,
ya le ha echado el ojo a la guapa secretaria. Marjorie le exige a su marido que
despida a la Forrest. Richard se niega y Los Bellamy se separan enojados. Al
final del episodio, Richard recibe un telegrama que le avisa del hundimiento
del navío.
El próximo episodio
titulado “A Divided House’ tiene un pandemonio en Eaton Place ya que Lady
Marjorie no aparece en la lista de sobrevivientes ni tampoco aparece su
cadáver. Quien aparece en la entrada de servicio es Miss Roberts, la doncella
de Lady Marjorie quien viajaba junto a su ama. Roberts está catatónica, no se le
puede sacar palabra como tampoco quitarle el joyero que su señora le confió.
Le toca a Hazel Forrest
ganarse la confianza de la doncella, y con ello la de toda la casa.
Aparentemente, Lady Marjorie y Roberts estaban a punto de ingresar a un bote
cuando apareció la proverbial niñita llamando a su madre. Lady Marjorie acomodó
a su doncella en el bote y fue en busca de la madre. Fue la última vez que se
la vio.
La muerte de Lady Maryorie
y su hermano tuvieron repercusiones en toda la serie. James heredó la casa lo
que lo puso en conflicto con su padre. La muerte de su madre permitió a James
cortejar y casarse con Miss Forrest para hacerla infeliz para siempre. El
hundimiento del Titanic dejó a Georgina huérfana lo que la llevó a la
chica formar parte de la Familia Bellamy y dio la libertad a Richard de casarse
(años más adelante) con la viuda Virginia, que siempre me pareció mejor esposa
que Lady Marjorie.
Fue al final de esa
década de desastres en pantalla que fueron éxitos de taquilla que a NBC produjo
un telefilme que después de la versión Cameron, es para mí lo mejor del
subgénero Titanic. En septiembre de 1979 yo vi el debut de “S.O.S Titanic”. La
grandeza de esta gema olvidada no yace ni en sus efectos especiales, ni en teorías que expliquen esta catástrofe ni
siquiera en sus actuaciones y eso que en un filme donde coactuan David Warner,
Sir Ian Holm, y Dame Helen Mirren (años antes de hacerse famosa) si se puede
hablar de buenas actuaciones. El único desacierto fue Cloris Leachman que hizo
un mal trabajo actoral en su interpretación de Molly Brown.
La grandeza de este
telefilme está en su contenido romántico, confirmando lo que había impuesto a
versión nazi de que lo realmente importante es como el amor nace o se reafirma
al borde del abismo. El filme se enfoca en las tres clases sociales del trasatlántico,
pero no para darnos una denuncia sobre el arribismo del Titanic que
llevó a salvar a los ricos sacrificando a los pobres, sino para mostrarnos como
hay algo en un viaje por mar que invita al romance (recordemos que estos son
los años en que “El Crucero del Amor” hace furor en la televisión)
Los irlandés de Tercera Clase
no se ven como gente hambrienta y miserable. por el contrario, son alegres
osados y muy dados al amor. El gran romance es entre el soñador James Farrell y
una joven de largos cabellos que aparece y desaparece como un fantasma o un
hada. Hasta que la vemos en un bote salvavidas no sabemos que es un ser de
carne y hueso.
En Segunda Clase tenemos
un amorío de viaje entre dos educadores. Ellos son el Profesor Lawrence, Beesley,
personaje real interpretado por David Warner y la maestra solterona americana
Leigh Goodwin. Este personaje ficticio fue interpretado por Susan St. James. El
romance es muy inglés, muy intelectual, la pareja funge de testigo y
observadores sociales. Mas que darse besos se la pasan discutiendo el sistema
inglés de estrictas clases sociales y cuan valedero es en el mundo moderno. En
un momento deciden llevar su amor de cubierta a la alcoba, pero ella lo detiene
con la sensata observación de que los romances de a bordo acaban llegado a puerto.
Curiosamente, en una de
las escenas editadas de la versión original, ambos se reúnen en la cubierta del
Carpathia y comentan el survivor guilt de Beesley quien se
compara con Ismay que acaba de huir del naufragio, pero a quien los
remordimientos han provocado un colapso nervioso. Leigh insiste en que el que
su compañero haya sobrevivido fue accidental y en nada se compara a la cobardía
del director de la línea naviera. Beassley volvería a aparecer en la versión Cameron,
pero sin interés romántico tal como aparece David Warner como el siniestro Spicer
Lovejoy, mayordomo y sicario del siniestro millonario Caledon (Billy Zane).
Ismay retratado por Ian
Holm es visto en “S.O.S. Titanic” tal como en la versión nazi como un
especulador irresponsable que contrasta con el cabal y comprometido Thomas
Andrews (Geoffrey Whitehead) diseñador del buque. Creo que es la primera vez
que aparece este personaje en el género y memorable es su escena (casi idéntica
la versión de Cameron) en que contrito por los errores cometidos en la construcción
del Titanic se niega a salvarse a pesar de los ruegos de la jefa de
camareras, Mary interpretada por una jovencísima Helen Mirren. Será Mary quien
lance una mirada de reproche sobre el cobarde Ismay cuando este se escabulla
del naufragio escondiéndose en el bote donde viaja la camarera.
Mirada de reproche al cobarde Ismay
Hubiese sido interesante
inventarle un romance a Andrews con Mary, pero si algo abunda en este relato
son los romance. Eso hace más emotiva la frase de un personaje ficticio) de que
hay tanto amor en el aire que desearía que el viaje nunca acabase.
Fue en ese domingo de
septiembre que por primera vez conocí la historia de amor de Los Astor, que
nada tiene que ver con las calumnias del filme nazi. David Jansen le aporta
dignidad y ternura al rol del Coronel John Astor, veterano de la guerra del ’98
e hijo de una de las familias más aristocráticas y antiguas de Estados Unidos.
Tras años de matrimonio y varios hijos, Astor escandalizó a la sociedad
neoyorquina divorciándose y casándose con Madeleine Talmadge de buena familia,
pero de solo 18 años (casi 30 menos que su marido).
Los recién casados huyeron
a Europa para alejarse de los chismes, pero el embarazo de Madeleine los hizo
regresar ya que esperaban que el nacimiento del niño en suelo americano
acallase las habladurías. David Jansen tenía
la edad de su personaje cuando murió, pero se le vio un poco avejentado y
cansado (solo le quedaba un año de vida) lo que le otorgó su personaje un aire
de desorientación ante los cambios que afectaban su existencia a pesar de la
felicidad que le aportaba su mujer, Beverly Ross, que realmente parecía una adolescente
enamorada.
Aunque la muerte de Astor
y la desolación de su esposa que lo sobreviven nunca fue tan bien capturada
como en esta versión, mi pareja favorita sigue siendo la de Ida y Nathan
Strauss. Acabo de descubrir que Los Strauss aparecieron por primera vez en la
versión alemana de 1912, posiblemente porque ambos eran alemanes. No aparecieron
en la versión nazi porque para el Tercer Reich ellos ya no eran alemanes.
Isidor Strauss era
congresista por Nueva York y el fundador y dueño de la tienda de departamentos Macy’s.
Aun así, tenía tiempo para dedicarle a su esposa y a sus siete hijos. Los
Strauss regresaban a Estados Unidos después de haber acompañado a su nieta que
iba a estudiar en Alemania. Cuando ocurrió el naufragio, la anciana Ida fue
escoltada al bote por su marido y su doncella Ellen. Al llegar a este, ida se quitó
su capa de pieles, envolvió en ella a Ellen y la acomodó en el bote. Acto
seguido regresó al lado del marido y como atestiguaron los que la vieron, le
comunicó a Isidor que no pensaba abandonarlo.
Aunque los Strauss han
pasado a la historia como ejemplo de amor conyugal, y aparecieron en los filmes
de los 50, es en “S.O.S Titanic” donde adquieren mayor exposición y relevancia.
La última imagen que ve Ellen de sus patrones es de ellos en cubierta abrazados
(Cameron los hizo morir en su lecho del camarote).
Fin de Siecle
Es una lástima que “S.O.S
Titanic” sea hoy una joya olvidada, opacada por las versiones más célebres que
se hicieron acercándose el aniversario #90 de hundimiento y el centenario. Es
vergonzoso que sea más recordada la infame miniserie de 1996. Esta “Titanic” ha
sido criticada por sus malas actuaciones aun de actores competentes como George
C. Scott, Catherine Zeta-Jones y Tim Curry que en lo villanesco parece estar
haciendo de Pennywise sin el maquillaje de payaso.
Sin embargo, hay algo
peor que las actuaciones. Se trata del argumento tan condimentado con clichés
que ya indigesta. Tenemos a isabella (Zeta-Jones) esposa de un millonario que
retorna a su familia tras haber asistido en Inglaterra al funeral de su tía. En
el barco viaja el millonario Wynn Parker (Peter Gallaher) al que todas as mamás
de sociedad le echan un ojo para sus hijas. Sucede que Wynnn e Isabella fueron
amantes una vez y él es el padre de la hija que ella ha hecho pasar por hija de
su marido. Aquí tenemos el romance del reencuentro como en la versión nazi y un
twist de la revelación de” tu hijo no es tu hijo” de la versión de 1953. El
romance es cursilísimo y acaba, por suerte, cuando Wynn se ahoga.
Otra subtrama conocida es
el cuento del ladrón de joyas que se combina con el lugar común del intruso
entre ricos. Jamie no es tan idealista y honesto como Jack Dawson. Es un
ladronzuelo de cuarta que le roba el pasaje del Titanic a un borracho.
Ya en la primera noche se introduce en el bar de primera case y le sustrae la
cartera a John Jacob Astor.
Jamie cae bajo la
influencia mefistofélica de Doonan (Curry), jefe de camareros que lo hace
regresar la cartera y le explica que mejor combinen energías para dar un gran
golpe en un viaje donde lo que abundan son millonarias y sus millonarias joyas.
Jamie cae también bajo la influencia de a virtuosa y religiosa Aase, una
inmigrante escandinava. Se establece una lucha por el alma del ladrón que
Doonan cree ganar violando a Aase. Al final el ladrón y su vikinga huyen en un
bote y alguien tiene el buen tino de darle con un remo en la cabeza a Doonan hundiéndolo
en el mar.
Aparte de ser el primer
dramatizado en mostrar como el Titanic se partió en dos antes de hundirse la
miniserie no aportó nada nuevo. Hay personajes reales, pero mal interpretados
como Roger Rees encarnando a un exagerado Ismay o Marilou Henner que nunca fue actriz,
tratando de ser Molly Brown. Mi escena más despreciada, es, cuando tras el
choque con el iceberg, a Molly se le ocurre jugar hockey con los trozos de
hielo en cubierta. Ea imagen de privilegio millonario no va con una mujer tan
llana y filántropa como lo fue la verdadera Margaret Brown.
Otra novedad de esta
horrorosa confección fue la introducción de Alice Cleaver (Felicity Waterman),
la niñera demente e infanticida que con su semi secuestro del pequeño Trevor
provocó la muerte de sus patrones Los Ellison. Esta fascinante historia se
perdió debido a una pésima actriz que con cada palabra hacia más antipático su
personaje de Alice e invitaba a lanzarla por la borda.
Y así llegamos al
blockbuster Cameron. Una mega maravilla
debido a sus efectos especiales, a la recreación histórica, al glamur. No tengo
quejas de las actuaciones, Kathy Bates es mi Molly Brown favorita, pero el
argumento pide prestado de todas las versiones. El intruso en primera case, el
robo de joyas, el romance que trasciende clases sociales, un personaje que debe
correr por pasadizos inundados en busca de otro que está prisionero. Todo eso
lo vimos ya en la versión nazi. Ya les mostré que Cameron hasta imitó escenas
de Ä Night to Remember”. Su grandeza está en el balance de su combinación de clichés
y tecnología moderna. por eso la mejor parte del filme es la del hundimiento
que toma casi una hora.
El Titanic según Lord
Julian Fellowes
No ha habido otra épica
que supere la de Cameron, pero eso no significa que el tema haya muerto. En la
segunda década del Siglo XXI, le tocaría a ese artista del glamur eduardiano atreverse
con el tema. Hace unos días volví a ver el primer episodio de “Downton Abbey” y
es extraordinario como todo gira alrededor del hundimiento que se convierte en una
metáfora para el fin de una era y una clase social.
Comienza el episodio en
el pueblo donde en el correo al alba, en un Marconi le comunican a Robert
Crowley, Conde de Grantham que su sobrino y heredero se ahogó en el Ártico. El
comedido cartero dice que mejor no despertar a Milord que se lo enviaran más
tarde. De ahí pasamos a la cocina de Downton Abbey donde la mayor queja es el
retraso de los periódicos. Pasan las horas y el lacayo William es quien primero
se entera de la tragedia (y motivo del retraso) cuando llegan los periódicos.
Le comunica a noticia a Mr. Carson, el mayordomo que informa al resto de los
crados.
Los señores, por dormilones,
solo se enteran a la hora del desayuno. Primero las niñas Crawley se preguntan
si se han ahogado conocidos de ellos. Ahí llega el telegrama, Robert se levanta
precipitadamente y va a la recamara de su esposa Lady Cora. Ahí comentan la muerte
de Patrick. Cora le dice a su marido que “Mary debe saber la noticia por ti, no
puede venirle de nadie más”.
En la cocina los
cuchicheos de los sirvientes no informan que al no tener Robert heredero varón,
todo su palacio y fortuna pasarían a manos de su sobrino Patrick y que su hija
mayor, lady Mary, para no perder lo que siempre vio como suyo estaba semi
comprometida con su primo. Mary ya nos cae mal porque, además de ambiciosa, no
derrama ninguna lágrima por el muertito y solo pregunta si debe guardar luto.
Su hermana Edith es la que más llora porque si estaba enamorada de Patrick. Lo
importante es que ahora los Crawley tendrán que buscar hasta por debajo de las
piedras otro heredero. Así es como llega a la Abadía el abogado Matthew Crawley
y el resto es historia.
Debido al modo en que
trató el tema Lord Julian Fellowes fue contratado para hacer la miniserie
homenaje del centenario del desastre. Llamada simplemente” Titanic”, la serie
de cuatro episodios debutó en la BBC en el 2012. Verla me ha dejado con
sentimientos encontrados. Por un lado, tiene el innegable toque Fellowes de
glamur, ejemplarizado por los protagonistas ficticios, el Conde y Condesa de Manton
interpretados por la siempre excelente Geraldine Sommerville y Linus Roach, un año
antes de convertirse en Egbert, rey de los sajones en “Vikingos”. Agreguémosles
que su pareja contraparte en segunda clase es una combinación de Maria Doyle Kennedy y
Toby Jones y ya sabemos que tenemos un reparto más que competente.
Cierra el elenco un James
Wilby lo suficientemente arrogante como Ismay y Stephen Campbell lo suficientemente
sensible como Thomas Andrews. Mención aparte Jenna Coleman (entones conocida o
desconocida como Jenna Louisa Coleman) que interpreta a una pizpireta, pero
generosa jefa de camareras. El problema es que no todos los actores están a la
altura. Celia Imrie está un poco odiosa como una nueva rica que es despreciada
por los linajudos. Yo he venido observado a Perdita Weeks desde” Los Tudors”
hasta “Penny Dreadful” y sigo sin tragarla. Aquí como Lady Georgiana, la hija
sufragista de Los Manton me es insoportable.
Lord Fellowes ha rescatado
a personajes olvidados del Titanic; la actriz Dorothy Gibson y su dipsomaniaca
madre, los Widener y su bibliófilo hijo Henry, cuya muerte anunciada añade
patetismo a su romance con Georgiana. Aunque es un gusto ver a lady Duff-Randolph
quien fuese, bajo el nombre de “Madame Lucille” la primera diseñadora de modas
en ganar celebridad en el Reino Unido, el personaje es tan gruñón y esnob que
no consigue interesarnos. El problema de la serie es que con la excepción de
los Wiedener y Lord Manton, la clase poderosa es repelente.
No que los de abajo sean
muy simpáticos. A mí nunca me cayó bien Lindsay Marshall como Cleopatra en “Roma”,
ahora como la llorosa doncella de Lady Manton que se roba las joyas de la condesa
me cayó peor, ya quería que se cayera al mar. Glen Blackhall es como el compendio
de los estereotipos sobre italianos La cabose del romance proletario, sin
embargo, es una pareja de plañideros irlandés con sus críos.
Para hacer su serie más
diversa Lord Fellowes introduce en el trasatlántico un criminal buscado por la
policía que es también un anarquista eslavo. El momento en que la esposa le
pone los ojos encima, se le caen a ella los calzones y los sesos, pero ni eso
hace al libreto interesante. uno se ha pasa contando los minutos para que
llegue el iceberg. A propósito, la escena en que el barco se cruza con la punta
del iceberg con Toby Jones como único testigo es impagable y vería la serie
solo por ella.
Toby suele hacer dos
tipos de personaje: repugnante o patético.
Aquí es un poco lo último, un abogado de ricos (labor que no lo ha enriquecido)
casado con una arpía. A Fellowes le quedó gustando poner a Doyle Kennedy como
la villana Mrs. Bates en Downton. Así que le dio el rol de Muriel Batley
acertadamente notando que solo ella podría enfrentarse a la torre de esnobismo
que es Lady Manton.
Cuando el conde descubre
que su abogado viaja en el mismo barco le parece una maravillosa coincidencia.
Su esposa piensa lo contrario. Tal como se rehúsa a salvarse en un bote para no
compartirlo con la actriz y su madre borracha, para Louisa es una afrenta viajar
en el Titanic con estos pobretones. Su ingenuo marido cree limar las
asperezas imitando a los Batley a tomar él té en primera clase. Craso error, las
esposas ni se dirigen la palabra.
Sin embargo, Muriel tendrá la palabra final.
Entre los papeles de su marido descubre que Manton tiene una hija ilegítima. En
cubierta, en medio de un naufragio, le lanza esta verdad en la cara a Lady Louisa
que le responde con suprema indiferencia. La mayor sorpresa se la lleva el
espectador cuando Louisa se niega a abandonar a su marido. Le dice que siempre
lo ha sabido infiel, que eso no le ha impedido amarlo. Cuesta mucho convencerla
de subir a un bote (con gente de su clase obviamente) y su despedida es una
promesa de cuidar de las dos hijas del marido, la legitima y la ilegitima.
Un error de la serie que
se creyó sería un acierto fue contarla atropellando la cronología. Está
compuesta de flashbacks y cliffhangers, estos últimos deben cerrar los tres
primeros capítulos. En el primer episodio acabamos con Los Manton en cubierta;
el segundo que gira en torno a las experiencias del soporífero triangulo
proletario de los Mahoney y el anarquista, nos devuelve al día anterior y al
desagradable té compartido por Louisa, Muriel y sus esposos. Acaba con los
personajes más interesantes, Lord Manton su valet, los Batley, Harry Widener y
el camarero Paolo intentando voltear un bote para poder salvarse. Ya Louisa se
ha marchado.
El tercer episodio es el relato
de Paolo, como consiguió empleo de camero, su romance con la camarera Annie y
el racismo que persigue a los italianos. Un detalle exagerado y falso es que Ismay haga encerrar a los camareros italianos y que los deje para que se
ahoguen. Esto sirve para la obligada escena de un personaje vadeando pasillos
inundados para rescatar a alguien aprisionado.
Este Titanic, que no tuvo buenas críticas, cerro la página de los dramatizados sobre el naufragio. No se ha hecho nada en casi diez años. Se dice que todo se ha dicho incluso en términos de documentales. Se han hecho historias sobre la construcción del barco como la coproducción de la RAI “Titanic: Blood and Steel” y hasta ha servido de marco para un relato erótico como “La camarera del Titanic” de Bigas Luna.
Sin embargo, hay algo que
decir todavía. Tal vez no tanto sobre
los aspectos técnicos del hundimiento, pero si sobre los pasajeros. Los
críticos del libreto de Julien Fellowes notaron que su historia carecía de
emoción y como dijo Brad Oswald en The Winnipeg Free Press, la serie erra en lo que se refiere “al caos emocional y organizativo de
la tragedia” Es que lo importante del Titanic son las emociones que
despiertan en nosotros los personajes y como sufrimos viéndolos perecer o
salvarse al último minuto.
Titanic en La Era de la
Diversidad
Eso significa que el
2022, en un nuevo aniversario, se podría relatar este cuento desde otro ángulo,
contándonos sobre personajes reales que nunca han ameritado y como estamos en
la era de la diversidad racial ¿qué tal irse por ese camino? Ya hemos visto que
muchos filmes le dieron a la denuncia social en su retrato de los habitantes étnicos
de Tercera Clase y su postergación, fueran los Untermenchen de la
versión nazi, los irlandeses, los italianos y hasta un ruso en la versión
Fellowes. ¿Pero acaso no hubo gente de color en el Titanic? La Wikipedia
en inglés nos dice que no y que los afroamericanos siempre han visto esa tragedia
como un castigo para la elite blanca, pero en la versión en español si
recuerdan un pasajero de origen africano. El ingeniero haitiano Joseph Laroche
quien viajaba con su familia de regreso a su patria, cansado del racismo de los
franceses (¿y no que en Francia nunca hubo racismo? ¡O LaLa!).
Aunque hay una ópera
sobre Laroche, su vida antes y durante el viaje merecen un dramatizado. Su
esposa Juliette, que era blanca y estaba embarazada, sobrevivió el hundimiento
junto a sus hijitas. También sería interesante alguna miniserie que nos contase
que ocurrió con los sobrevivientes, sobre todo estas embarazadas como Madame Laroche
y Madeleine Astor.
Recientemente John Oliver
nos informaba de un grupo de chinitos que viajaba en el Titanic y que, aunque
rescatados, al ser ilegales, fueron empacados inmediatamente por la ‘migra” al Celeste
Imperio. También es conocida—aunque nunca dramatizada— la triste historia de Masabumi
Hosono quien logró salvarse, pero sufrió de ostracismo social al retorno al
Japón. Se le considero indigno de pertenecer a la casta samurái al haber
sobrevivido cuando a su alrededor se ahogaban mujeres y niños
Y la pregunta del millón.
Hubo hispanoparlantes en el Titanic Pues tenemos la romántica
historia de los millonarios españoles Víctor Peñasco y su esposa, María Josefa.
La esposa y su criada Fermina Oliva sobrevivieron el naufragio, Peñasco no. Mas
suerte tuvo el chofer catalán Julián Padrón quien encontró el amor en la
cubierta del trasatlántico con su coterránea Florentina Durant. Ambos
sobrevivieron el naufragio, se casaron y se establecieron en Cuba.
Acabo de enterarme de que
Violet Jessop, la jefa de camareras era nacida y criada en Bahía Blanca (Argentina)
además fue sobreviviente de dos naufragios, ya que también sobrevivió al
hundimiento del Brittanic. Argentino también era el cordobés Edgard
Andrews quien al pasar su chaleco salvavidas a una dama selló su fatal destino.
En el 2008 estando Carla Estrada
a cargo de los dramas de época de Televisa, se rumoró que planeaba hacer una
versión mexicana del Titanic llevando como protagonista a su actor
fetiche Fernando Colunga. ¿Iba PapiFer a interpretar a Manuel Uruchurtu Rámirez,
el único mexicano que murió en el naufragio? De familia principal, miembro de la oligarquía
porfiriana, el Licenciado Uruchurtu se había exiliado junto con Don Porfirio en
Francia. Regresaba tras tres años y de ausencia a su patria cuando lo sorprendió
el desastre. Caballerosamente, Don Manuel le cedió su puesto en el bote a una
dama y encontró su tumba en el mar.
Ya ven que hay mucho que
contar y que todavía se desconoce sobre el más famoso naufragio de la historia.
He ahí que surge una pregunta. ¿Por qué el Titanic ha capturado la
imaginación de cineastas cuando ha habido otros hundimientos con más
repercusiones como el del Lusitania o con más víctimas como el del
Wilhelm Gustloff? ¿Por qué empeñarnos en oír la moraleja de que el
privilegio siempre es castigado cuando hay historias de hundimientos de navíos
que son seguidos por heroicos y solidarios salvamientos como ocurrió con el Laconia? De eso hablaremos la próxima vez
Desde FB de Norah Frías Muñoz
ResponderEliminarInvestigare y te cuento.
Hubo tantas historias en el Titanic.
Incluso están en proceso de santificación algunos sacerdotes católicos, que se negaron a abandonar el buque y murieron auxiliando a las víctimas.
Luego te cuento...
Norah Frías-Muñoz Cuentame lo que descubras. No sabía lo de los sacerdotes católicos. Richard Basehart interpretó a un cura lapso y alcoholico que se redime con el naufragio en la versión del 53, creo que es la unica vez que vi un clérigo en estos filmes. Como ves, hay mucho todavía sin contar.
EliminarDesde FB de Juan Martinez-Miguel
ResponderEliminarAlgo que me llamó la atención sobre ese episodio fueron los vestuarios de las películas basadas en el naufragio. Creo que ahí fue mi primer contacto con la moda de inicios del XX y mi primer encariñamiento. También con la música. Años después supe que, por ejemplo, la banda del barco en la película de James Cameron, en alguna escena, toca el Gold und Silber de Léhar. Tal vez ese deslumbramiento inicial sigue repercutiendo en mi gusto por esos tiempos.
Juan Martínez-Miguel Te imaginas si la hicieran en México o en torno al abogado este que se hundió (leia que fue protegido de Ramón Corral)? Ese es otro punto a favor de la version Cameron, ropa, joyas, musica aunque concuerdo con Maggie Sendra de que la cancion de Celine es insoportable. No ha habido versión mas lujosa y eso que la nazi se gastó sus pesitos.
EliminarDesde FB de Maggie Sendra
ResponderEliminarEn España hay un programa de misterio que se llama "Cuarto Milenio". Tiene unos cuantos programas dedicados al Titanic visto por todos los lados. Esta bastante bien. Y bueno, me confieso una no fan de la película Titanic de Dicaprio y Winstlet. Cuando la estrenaron, yo tenía 16 años y estaba en tal fase de rebeldía que me negué a verla en cine. La cogí un poco de asquito. Además,la canción sonando a todas horas. Que asco la cogi, y eso que me encanta Celine Dion. Con el tiempo, no es que me llegase a encantar, pero admito que los efectos especiales son espectaculares, pero la historia es el talón de Aquiles de la peli. Empalagosa incluso para mi. Así que yo soy de las que pienso que el final es justo, incluso benévolo.
Maggie Sendra Iba a poner una cara de risa, porque lo del "final benevolo", el pobre Jack azul de frio....Yo tenia 38 años, tampoco la quise ver en el cine, ni en la tele. cReo que la vi completa hace diez años. El personaje de Rose me reventaba. Ahora me gusta a partir de que se va a rescatar a Jack. Por que la considero superior a otras? Ninguna tiene tan buenos efectos especiales. Todo lo que hacen Jack y Rose para salvarse es fascinante. Hay personajes que estan bien retratados: Los Strauss, mis viejitos lindos, Molly Brown y Jack me cae bien. Siempre lloro con la orquesta. Hay cosas que podriamos evitar por cursis, Rose vieja por ejemplo, y todo el cuento de Caledon, Billy Zane pudieron haberselo guardado. Ahora lei que lo tildan de pedófilo porque Rose solo tiene 17 años. Lo que pasa es que en la comparacion, gana Titanic. Como dije solo la version del 79 tiene personajes mejores.
EliminarMaría Elena Venant Lo de benévolo, lo digo porque en la mente de Rose, al morir Jack, la historia de amor perdura, eso nunca muere. En esos dos o tres días intensos, con Jack solo le pasaron cosas buenas, aparte del hundimiento, y por eso ese amor será eterno. Así, que lo siento por Jack y su muerte, pero si hubiese sobrevivido, el amor hubiese muerto, Rose y el hubiesen acabado hasta las narices el uno del otro. Así que en la tabla no cabían los dos...🤣 Y bueno, hay escenas. Por ejemplo, cuando llegan los equipos de rescate y se ve la escena de un bebé muerto en brazos de su madre. Es de las pocas escenas que me removió un poco.
EliminarMaggie Sendra nUnca nos hablan de los beb'es del Titanic. Es como un tema tabú . Estoy viendo ahora otros filmes de naufragios y ahi si que no tienen tapujos en mostrar bebes ahogados. Acabo de leer sobre un bebé judio que fue rescatado por Madeleine Astor y luego reunido con su madre. Otra historia que me gustaría ver.
EliminarDesde FB de Ana Estelwen
ResponderEliminarA mi me encantó la película de Cameron. Soy de las que fue más de una vez al cine a verla, y la recuerdo con especial cariño porque fue la última vez que vi una película con mi abuela y mi tía (vivieron bastantes años más, pero ya eran mayores y no volvieron a pisar una sala de cine).
Por cierto, está demostrado científicamente que Rose y Jack cabían los dos en la balsa. Lo cual demuestra que James Cameron forzó la muerte de Jack, y con ello resultó que la película no era romántica, sino de un cinismo insuperable. Primero da a entender que el amor es perjudicial y hace tomar malas decisiones (Rose condena a muerte a Jack con su famoso "si tú saltas, yo salto", porque de haberse quedado en el bote salvavidas con su madre, Jack no habría tenido que cederle la balsa a ella y el bote podría haberlo rescatado con vida), y segundo, que el único final satisfactorio posible para esa historia de amor era que Jack muriera (porque el romanticismo les habría durado poco siendo ella una niña bien y él un cantamañanas).
Vamos, que parece super romántica, pero en cuanto rascas un poco.. 🙁
Desde FB de Maggie Sendra
EliminarAna Estelwen Ey, eso que has dicho de la historia de amor, yo también lo he pensado. Les convenía que muriese Jack para quedarles la historia preciosa. De haberse salvado los dos y se hubiesen ido juntos, a los dos días se separan tirándose los trastos. Adiós amor.
Estoy completamente de acuerdo que Jack cabía en esa puerta. Lo que no entiendo es porque nadie en la producción se fijó que la puerta era tan grande que la audiencia se iba a sentir indignada al ver que Jack no volvía a intentar subirse (tanto asi que hasta una parodia le hicieron en Saturday Night Live). Para mi gusto fue un total descuido (a menos que Cameron haya querido que fuera polémico y que la gente debatiera si Jack cabía o no?) Pero aunque doloroso, entiendo que el director haya querido que el romance termine en tragedia. Los grandes amores literarios siempre terminan asi, desde Romeo y Julieta hasta llegar a todo lo de Nicolas Sparks, pasando por Love Story, The Great Gatsby y demás. Hay algo en la tragedia romántica que lo hace más memorable para la audiencia (la catarsis que vivimos como espectadores?). Pensemos en los romances de Corin Tellado o las paperback romance novels o incluso los finales felices de Televisa. Cual de ellos ha sido tan memorable como las historias donde uno de los dos amantes muere? Alguna vez lei una teoría sobre los amores literarios que decía que si termina mal, es mas artístico o literario que un final feliz junto a la chimenea, como los de Corin Tellado.
EliminarAhora lo del final feliz no es tan imprescindible. Vas a ver el alboroto que armaron por el final de Sanditon diciendo que jane Austen jamás hubiese escrito un unhappy ending. Además, en otras pelis sobre el Titanic sobrevive al menos una pareja, la pareja principal em el Titanic nazi, la joven en la versión del 53, los profes latosos en S.O.S, el ladrón y la inmigrante en la miniserie del 96, hasta los Manton en la versión de Julián Fellowes. Yo creo que por qué Cameron sabía que ese romance en el mundo real no llegaría muy lejos.
EliminarDesde FB de Sandra Arredondo
ResponderEliminarVi la Titanic que todo el mundo ha visto, mi personaje es Jack porque creo que no debió haber muerto y no soporto a Rose (bueno no tengo química con Kate W.) no me detendré en mi amor y odio por los protagonistas . No quiero hacer un largo comentario porque estoy teletrabajando y me salí solo para decir que la película la vi una vez y nunca mas, tanta parafernalia, tantas horas ocupadas en efectos especiales y a los protagonistas corriendo entre litros y litros de agua ...me aburrieron. Soy super fan de las superproducciones, pero esta no hizo mella en mí. La vi con mi marido y terminamos riéndonos de lo absurdo que encontramos la huida de los prota hacia la punta del barco. En fin. He visto en tv películas y series antiguas sobre Titanic y han sido mucho mejores o mas entretenidas que esta, para mí no es un film romántico, sino de acción. Cuando la están pasando por tv, sigo de largo y cambio el canal jajajaa me encantaron tus datos, como siempre interesantes y me maravillas, eres una enciclopedia chiquilla !!
Sandhra Arredondo Gracias por tomarte un tiempo. Yo con Kate solo vine a tener quimica ahora con la Mare de Easttownn y si es yegua pesada. La peli es de accion, pero de accion sadica porque todos se ahogan, se mueren de frio, les cae un bote encima. Nosotras que venimos del lado del mar sabemos que no es chiste ahogarse, yo de chica tengo una pesadilla de tsunami. Asi que estoy de acuerdo el romance vale hongo, lo que importa es quien se salva, y me hubiese gustado que Jack hubiese sobrevivido con diamante y todo. Tanto como enciclopedia.. si vieras lo que fue tragarme todas esas peliculas y ver que todas son iguales, mas entretenido es ver otros naufragios en pantalla, pero de eso hablo la proxima semana si D-s quiere.
EliminarDesde FB de Ray Badilla
ResponderEliminarSolo he visto la versión de Cameron. Me parece cursi, es plana en su planteamiento y los personajes son bastante unidimensionales, pero la cinematografía es bella y su uso de efectos visuales es impresionante.
Ray Badilla Efectivamente, en cinematografia y efectos visuaes es la mejor. Insuperable, pero el contenido y trazado de personajes deja que desear y deja una puerta abierta para una version que se enfoque mas en los naufragos que en el naufragio.
EliminarSuper interesante articulo. Hay varias cosas que quiero comentar. En primera, que triste pero que noble que hayan hecho que el niño Norman haya muerto por darle su espacio a una anciana. Me pregunto si harían un final asi ahora donde no nos gusta ver a los niños sufrir en la ficción.
ResponderEliminarSobre Molly Brown. Te conté que fui a visitar su casa en Denver hace unos tres años? Ahí aprendí que su verdadero nombre era Margaret y nadie nunca la llamó Molly en vida. Es un apodo que le dieron cuando Debby Reynolds hizo la obra de Broadway, pero la guía de la casa ni siquiera sabía porque. Solo asumió que lo escogieron porque era más comercial que Margaret (pero me acuerdo que también comentó que Margaret se regía mucho a las normas sociales y jamás hubiera bailado asi de escandalosamente como se vió en la obra). A mi me encantó su casa y su vida fue super interesante independientemente del Titanic.
Hablando de tragedias marítimas, todavía no leo tu otro artículo pero cuando escribí The Spanish Daughter hice mucha investigación sobre el Valbanera (barco español) y el Andes (barco inglés) ambos viajaban a Latinoamérica pero el Valbanera era enorme y tambien se hundió dramáticamente en un huracán en el Caribe (en 1919). Me pregunto porque nunca usaron esta tragedia en la ficción. Sería por ser un barco español?
Las películas del Poseidon son super interesantes (vi la última versión con Josh Lucas y un poco de la setentera) y me gustaron mucho. Es una situación super diferente al típico hundimiento de barco.
Sobre S.O.S Titanic, que aburrido el romance de los profesores... Al igual que tú me parecería interesante una historia de la familia Laroche, comenzando con el romance birracial hasta la culminación de la pareja abordo del Titanic. Que triste lo que cuentas de la pareja Strauss. A mi me impactó tanto la imagen de ellos acostados en la cama esperando ahogarse. Vi la escena que pusiste de ellos pero honestamente no creo que fue necesaria en la película. Su amor y sacrificio fueron obvios en los breves instantes que los vimos antes de morir, claro que no sabia que era el dueño de Macy's. Me encantaron los músicos pero también fue heartbreaking. Dígase lo que se diga de Cameron me parece que hizo una gran película. Creo que aparte de la puerta de Jack (alias the "self-sacrificing hero") lo que también fue censurado por la audiencia (y motivo de parodias) fue que la Rose viejita tirara el collar al mar cuando todo el motivo de ir en búsqueda del Titanic era recuperar la joya. Podría haber sido romántico para algunos pero me pareció poco práctico y egoísta. En fin...
Mmm, en los filmes sobre barcos hundidos en guerras si se atreven a ahogar bebés, y a hacer sufrir niños. Ayyy en la del Titanic de jUlien Fellowes, el pobre irlandés se ahoga con su hijita en un pasillo inundado.
EliminarSabia del Valbanera, pero no del del Andes. El Valbanera es spooky, es como el Mary Celeste, no se encontró ningún cadáver y los botes estaban intactos.
Hay muchos naufragios más aparatosos o con mas perdidas humanas que el Titanic y todavía no entiendo porque este amerita más documentales o dramatizados.
Margaret Brown fue un personaje fascinante, que bueno que visitaste su casa.
lo del diamante azul fue tan bobo. Mejor lo hubiera vendido.
A mi lo que me gustó del relato de los Strauss es que ida envolvió a su criada con su capa de pieles. Ya en NY, Ellen quiso devolvérsela a la hija de los Strauss, pero Sarah se rehusó aceptarla diciéndole que lo viera como el ultimo regalo de su madre. Isidor Strauss y su hermano nAthan eran también dueños de A&S (Abraham &Strauss) la tienda favorita de mi mamá..
Me refería a si hoy en día harían sufrir niños, ahora que se considera abuso decirles "no" (y no es exageración, mi cuñada trabajo en una guardería donde les prohibían decir "no" a los niños). Hasta hace poco los hacían sufrir sin reparos, me viene a la mente Ransom con Mel Gibson, o Man of Fire con Denzel Washington, y por supuesto Schindler's List o Room, pero en estos últimos años? Yo creo que preferirían matar a la viejita.
EliminarEl Andes no se hundió, lo transformaron en un barco de cruceros llamado Atlantis. Lo que quise decir es que cuando estaba investigando ambos barcos descubrí que el Valbanera se había hundido.
Que linda y trágica la historia de los Strauss...
Amiguis, son dos cosas diferentes. Por supuesto que la mala crianza ha reemplazado a los buenos consejos del Dr. Spock. Yo conozco mamás que no bañan a sus hijos si estos no quieren o los dejan alimentarse solo de golosinas. Pero hablamos de niños que experimentan situaciones peligrosas y malos tratos.
EliminarNo puedo hablar del Titanic porque no se ha hecho nada desde el 2012, pero niños que sufren en series recientes? basta ver Juego de Tronos. En Patrcik Melrose, el padre violador abusaba sexual (no mostrado en pantalla) y físicamente (eso si lo mostraban) de su hijito. Esto fue del 2018. En City of Àngels hubo una subtrama que Rafa y yo consideramos casi de abuso infantil y en Perry Mason, al cadáver de un bebé le cosieron los ojos. Ambas son del 2019. Uff yen Lovecraft Country había una niña de como doce años a la que maltrataban tanto unos demonios como unos policías (blancos, por supuesto). Ohhh y en the Undoing, hay una escena horrible de tribunales donde llaman a un niño al estrado y lo hacen pedazos con un interrogatorio muy cruel, y Hugh Grant trata de matar a su hijo. En The Third Day, todo comienza con el asesinato ritual de un niño. Y en Mare de Easttown (hecha ya en pandemia) una madre drogadicta accidentalmente casi ahoga su hijo.
Recibí confirmación de tu comentario por e-mail. Avísame si recibes confirmación de mi respuesta.
A proposito, si quieren (esto es para todos los lectores) seguimiento de sus comentarios, deben tikear el letreto Ävisarme"que está en el mismo reglón que "publicar".
Hola! No recibí notificación de tu mensaje. No he visto ninguno de los ejemplos que me das. Con razón que no sabia que aun hacían sufrir a los niños en pantalla!! Ultimamente lo único que he visto asi fue en la novela Before We Were Yours, que esta inspirada en hechos reales (pero mucho queda a la imaginación y no lo vemos).
EliminarA ver si este te llega. Ami me han llegado todos los tuyos.
EliminarHay dos cosas aquí. Una el abuso infantil en el mundo real que ha evolucionado y prevalece. Otra es esta educación permisiva que para mí también es una forma de abuso ya que el mas afectado es el niño.
Hace 20 o 30 años, los cineastas se enfocaban en el maltrato infantil, fuese físico o mental, para denunciarlo. Hoy es un recurso dramático que sirve para realzar la maldad del abusador o explicar la psicopatología de un personaje argumentando que fue abusado en su infancia.
Pero la educación permisiva no se basa en no hacer sufrir al niño. se basa en una manera de desvincularlo a sus padres y permitirles a estos retomar su rol en el engranaje laboral y social. Así él bebe es enviado a una guardería, y los padres pueden volver a trabajar. de la guardería pasa al jardín infantil y a la escuela. La idea es aligerarles el trabajo a los pares, pero a la vez no convertirlos en figuras y autoridad para el niño que puede así recibir la educación deseada través de maestros, manuales o redes sociales.
Se arguye que el no imponer reglas 9por parte de los pares0 los niños pequeños es una manera de combatir la vieja educación patriarcal que impedía el desarrollo del individuo. Pero eso a la larga confunde y hace sufrir a un niño y cuando el manual o los consejos del tikTok le fallan, no tiene nada en que apoyarse ni en padres, ni en figuras de autoridad.